En los años sesenta, el cineasta Orson Welles recorrió las tierras del Carche, en la frontera entre Alicante y Murcia, con el objetivo de buscar localizaciones para un western clásico cuyo rodaje se vio finalmente truncado. Cincuenta años después, un equipo de cineastas se dispone a rodar un western en estas tierras de secano. La llegada del equipo cambiará la rutina de los habitantes de la zona que se aproximarán al cine con curiosidad y recelo, especialmente en el caso de un grupo de niños que se convertirán en atentos espectadores del mundo del cine.