¿Qué pasa cuando piensas que has pasado demasiado tiempo en ninguna parte? ¿Y cuando ese tiempo perdido ha borrado parte de tu memoria? Eso le ocurre al protagonista de esta historia (Andrés Gertrúdix), al que un miedo irracional a comunicarse con el resto del mundo ha ido desdibujando su personalidad, incluso su nombre propio.
En un Madrid congelado y estéril, parece haber perdido todo contacto con la realidad y se relaciona únicamente con un reducido círculo familiar: una hermana (Rut Santamaría) tan estéril y herida como él; y una madre con graves problemas con el alcohol (Susi Sánchez) que se convierte en el principal lastre del protagonista cuando quema su casa y debe ir a vivir con él. Pero, decidido a no conformarse, decide embarcarse en un viaje para recorrer aquellos lugares a los que nunca se atrevió a ir; tanto a los reales como a los que sólo existen en su interior.
Así, se reencontrará en París con una antigua amiga de la infancia (Lola Dueñas) que parece haberle estado esperando todo este tiempo, sólo a él; y que le volverá a instruir en todo aquello que debe saber para continuar su viaje hasta el final.
Pero será en Berlín donde conocerá a tres personas unidas por un nuevo concepto de familia (Paula Medina, Manuel Castillo y Najwa Nimri) y que miden la vida -no por años- sino por noches. Gracias a ellos descubrirá que estuvo 10.000 noches en ninguna parte y que para recuperar su memoria, deberá tomar la última y más importante decisión de si vida: PERDONAR.