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  Los caminos de la memoria  Dirigida por José Luis Peñafuerte
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Sobre la película
¿Puede un país inventarse su historia cada día? Aunque algunas circunstancias recomienden la amnesia política, la realidad siempre termina demostrando que no. Por eso, más allá del telón de olvido impuesto por el franquismo y del tributo requerido en su momento por la joven democracia, Los caminos de la memoria pretende ponerse al día con nuestra historia reciente devolviendo la voz a quienes fueron condenados durante más de medio siglo a un silencio obligatorio.

Los caminos de la memoria transcurre por rutas desperdigadas, negadas o, simplemente, ignoradas : 300.000 denunciados, 60.000 ejecutados, 400.000 encarcelados, tres millones de fichados y un número aproximado de 130.000 desaparecidos es el balance de víctimas arrojado por el régimen de Franco, quien se encargó de que ninguna de estas estadísticas viera la luz durante los largos años de su dictadura. Sin embargo, por encima de las cifras quedan hoy los testimonios.

El primero, el de los muertos, congelados en su último gesto sobre fichas policiales amarilleadas por el tiempo. Los muertos, esperando a ser identificados gracias a detalles tales como un lápiz de carpintero, una cuchara en el bolsillo o la falta de un molar o una falange, hacinados en fosas comunes esparcidas sobre un mapa de España que se ha quedado obsoleto ante la dispersión de chinchetas que lo cubre.

Y después, los familiares. Conviviendo durante años con sus propios delatores, tragándose el miedo, acompañando a sus presos en su periplo por los penales de toda la nación y viéndose convertidos en carne de teorías como la del gen marxista, en virtud de la cual todavía hoy cerca de treinta mil personas en España no saben quiénes son sus padres, ya que fueron arrancados de sus brazos al nacer por considerarse que esta ideología política podía ser contagiosa.

Original de José Luis Peñafuerte y estructurada en tres grandes bloques documentales, Los caminos de la memoria es también la crónica de un largo viaje : el del exilio interior y exterior, del cual algunos volvieron "sólo por los árboles" y otros jamás lo lograron, aunque se hicieran presentes entre nosotros. Porque, como dijo alguno de ellos, "un exiliado ya nunca deja de serlo".

Luego están los deportados republicanos españoles, que contribuyeron con su sangre a la construcción de los campos de concentración alemanes. Y los signos que cayeron, como la cárcel de Carabanchel, bastión ideológico de la resistencia antifascista. Y los que surgen, como el Centro de la Memoria salmantino, destinado a convertirse en estandarte de la esperanza futura de un mañana sin verdades incompletas ni memorias reescritas por el poder.


El director
Nacido en Bruselas en 1973 y de nacionalidad belga y española, José Luis Peñafuerte pasó su infancia en Bruselas. En 1984 acompaña a sus padres que vuelven del exilio belga a España, su país natal, donde vive 6 años en Gijón (Asturias) y Córdoba (Andalucía), antes de volver a Bélgica.

Participó muy activamente en la creación del primer festival de cine hispánico en Bruselas. En 1993, inicia sus estudios en el IAD (Escuela Belga de cine), en la especialidad de dirección y documentales. Su tesina de fin de carrera versó sobre la evolución política y artística de la industria cinematográfica española.

En 2001, se estrena su primer documental de creación, "Niños", que presenta el exilio de los huérfanos de la guerra civil española. El documental fue seleccionado para varios festivales internacionales y se pudo ver en varias televisiones europeas.

Su segundo trabajo, "Aguaviva", aborda la cuestión de la inmigración, y lo hace contando la historia de un pueblo en España cuyos habitantes son ya muy mayores y deciden invitar a extranjeros para mantenerlo vivo.

En 2007, el Ministerio de cultura de España le encarga que grabe imágenes de testimonios de los últimos exiliados políticos españoles residentes en Bélgica.

El año siguiente funda el colectivo "Les sentiers de la Mémoire" cuyo objetivo es la promoción de la memoria del exilio español en Bélgica.

Con Los caminos de la memoria, José Luis Peñafuerte profundiza en las preguntas sobre el pasado y el presente de España a la vez que traza puentes entre las dos culturas que constituyen su origen.

Es precisamente esta doble identidad, a caballo entre Bélgica y España, lo que articulará su futuro profesional, tanto a través de documentales como de ficción.

Filmografía
2009 / Los Caminos de la Memoria
Documental, largometraje para el cine y mediometraje para televisión

2005 / Aguaviva, El Abrazo de la Tierra
Documental, largometraje y mediometraje para televisión

2001 / Niños
Documental, mediometraje para televisión

1998 / Maestro
Cortometraje de ficción

1997 / Circus
Cortometraje de ficción


Nota del director
Nací en Bruselas pero mis orígenes y una gran parte de mi educación son españoles y, con el tiempo, me he ido forjando una identidad que se ha enriquecido con las aportaciones y las diferencias de estas dos culturas, buscando siempre el equilibrio a través de un cuestionamiento permanente.

En mi primer documental, "Niños" (2001), destacaban la memoria y su transmisión como elementos principales de la narración de la tragedia y el olvido de los niños exiliados por la guerra civil española. La semilla de del siguiente documental aparecía ya, y de forma natural, en la realización del primero, trayendo la historia al presente, centrándolo en nuestras relaciones con los demás. "Aguaviva" (2005) supuso para mí la continuidad lógica de este cuestionamiento pero, sobre todo, supuso asumir mi responsabilidad en la salvaguarda de la memoria en cuanto hijo de exiliados españoles. La iniciativa del pueblo aragonés de Aguaviva planteaba entonces, y lo sigue haciendo, un bello contrapunto a la normalización imperante.

Han pasado diez años desde que iniciara este proceso de continua búsqueda personal y, hoy, este camino me lleva a situarme como observador de la intimidad en el proceso de recuperación de la Memoria Histórica de las víctimas de la guerra civil española y de la dictadura del general Franco. Proceso histórico y psicológico que todos los demócratas en España y fuera de ella llevaban esperando desde hace más de 25 años.

La idea de hacer esta película surgió una mañana de enero de 2006 durante un encuentro de Emilia Labajos, presidenta de la Asociación de Niños de la Guerra de España en Bélgica y protagonista de mi película "Niños", con Rogelio Blanco, director general del Libro, Archivos y Bibliotecas de España, que había manifestado su interés por conocerla antes de que fuera demasiado tarde.

Acabábamos de enterarnos del fallecimiento de una de las personalidades más influyentes de los niños republicanos en el exilio belga, Miguel Arteaga. El silencio compartido ante la noticia nos hizo tomar conciencia de lo urgente de la situación, vista la enorme fragilidad en la que nos encontrábamos y en la que se podía encontrar el delicado proceso de la recuperación de la memoria de los "vencidos".

Comenzaba un auténtico combate contra el tiempo y el olvido, y la urgencia por hacer algo se había instalado con claridad en la conciencia de los exiliados españoles en Bélgica. La memoria tenía que hacerse viva e iluminar por última vez los rostros marcados por el tiempo de las mujeres y hombres que llevaban escritas en sus carnes las cicatrices de su combate por la libertad. Ese instante engendra la película, fruto de la urgencia por conservar los frágiles restos de estos testimonios tan valiosos para el futuro de nuestros valores democráticos. Y nace también con el objetivo de hacer justicia a los luchadores por la libertad de pensamiento que fueron secuestrados y asesinados por el fascismo español que no ha muerto todavía. Queríamos comprender lo incomprensible de los seres humanos.

Tenía claro desde el principio que "Los caminos de la memoria" no iba a ser una película exclusivamente histórica, sino más bien un viaje cinematográfico, en el que llevar a cabo un ejercicio de preservación de la memoria universal contra el olvido. Una película que buceara en las heridas todavía visibles de esta sociedad española que ahora intenta romper los cerrojos del silencio, luchar contra la amnesia colectiva de aquellos años de vergüenza. Una película que buscara respuestas a los sobresaltos, la complejidad y los retos de la sociedad española pasada, presente y futura, que intentara explicar los porqués de tanta maldad en el corazón de la Europa del siglo XX, que intentara comprender las motivaciones que empujan al ser humano a aniquilar a sus semejantes : su propio espejo.

Desde el principio de esta aventura tuve claro que quería hacer una película donde el espectador viajara metafóricamente a través del tiempo y a través de la geografía física y humana de España y sus territorios, marcados aún por el dolor y el silencio: llagas abiertas de aquellos años de horror en los que hubo más muertos por razones ideológicas o de opinión que causados por las circunstancias propias de una guerra. Una película que se interrogara sobre los mecanismos de una intolerancia que hizo posibles secuestros y asesinatos a sangre fría de hombres y mujeres cuyo único delito consistía en pensar de otra manera. Una película que cuestionara a toda una sociedad que todavía se resiste a desenterrar a los más de 130.000 muertos enterrados en fosas repartidas por todo el territorio español.

Nada más lejos de mi intención convertir esta película en una acusación ni en una reconstitución de los hechos, sino más bien en una recuperación de la Memoria de un Pueblo que se debate entre la necesidad de conocer y la facultad de negar.

A lo largo de los dos años dedicados a la película, mi intención ha sido también que el resultado mostrara una lectura desprovista del polvo acumulado, ajustada a la realidad de aquellos años sombríos de la historia europea. Con "Los caminos de la memoria" he querido dar a conocer al público la verdad oculta bajo la represión franquista y sus crímenes contra la Humanidad, que se ocultaron a toda prisa por la necesidad urgente de todo un pueblo de instaurar la democracia.

Mi condición de descendiente de exiliados españoles convierte a la película en un relato militante, pues ha sido concebida como un instrumento de alerta para las generaciones actuales y por venir: "contra todas las noches y todas las nieblas que caen (o que intentarán caer) sobre una tierra que nació al sol y por la paz." (Jean Cayrol & Alain Resnais, "Nuit et Brouillard").




Participantes
Francisco Etxeberría (médico forense y antropólogo) - Emilio Silva (fundador de la ARMH) - Jorge Semprun (escritor, guionista, ex miembro de la resistencia, ex deportado del campo de concentración de Buchenwald, ex dirigente del Partido Comunista español, ex ministro de cultura de España) - Marcos Ana (Poeta, ex prisionero político) - Natividad Rodrigo (huérfana de la guerra civil) - Marisa Paredes (actriz)