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  Una aventura extraordinaria  (Big miracle)
  Dirigida por Ken Kwapis
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"Buenas noches. El tiempo y la esperanza se acaban para las tres ballenas grises que llevan varios días atrapadas en el hielo cada vez más espeso de la costa de Alaska" - Tom Brokaw, Noticias de la NBC, octubre de 1988

Drew Barrymore y John Krasinski encabezan un reparto estelar que incluye en papeles protagonistas a KRISTEN BELL (Paso de ti, Todo incluido), DERMOT MULRONEY (J. Edgar, Zodiac), TIM BLAKE NELSON (O Brother, El increíble Hulk), VINESSA SHAW (El tren de las 3:10, Two Lovers) y TED DANSON (Salvar al soldado Ryan, la serie "Daños y perjuicios").

A estos se unen también los actores STEPHEN ROOT (Trabajo basura), JOHN MICHAEL HIGGINS (For Your Consideration), JAMES Le GROS (la serie "Mildred Pierce"), ROB RIGGLE (Los otros dos), BRUCE ALTMAN (No es tan fácil), MICHAEL GASTON (Origen), MARK IVANIR (La lista de Schindler), STEFAN KAPICIC (la serie "24") y SHEA WHIGHAM (la serie "Boardwalk Empire"), así como los nativos de Alaska JOHN PINGAYAK y JOHN CHASE, que trabajan por primera vez en una película.

Dirigida por KEN KWAPIS (Qué les pasa a los hombres, Uno para todas) a partir de un guión de JACK AMIEL y MICHAEL BEGLER (Mamá a la fuerza, El príncipe y yo), UNA AVENTURA EXTRAORDINARIA está basada en el libro Freeing the Whales, del periodista THOMAS ROSE. Los productores son TIM BEVAN y ERIC FELLNER, de Working Title (El topo, El desafío – Frost contra Nixon), junto a STEVE GOLIN (Babel, ¡Olvídate de mí!) y MICHAEL SUGAR (Expediente Anwar, la serie "A Separate Peace"), ambos de Anonymous Content.

Los puestos clave detrás de la cámara están ocupados, entre otros, por algunos colaboradores habituales del director como JOHN BAILEY (Qué les pasa a los hombres, Uno para todas), el diseñador de producción NELSON COATES (La proposición, La última canción), la montadora CARA SILVERMAN (Qué les pasa a los hombres, Una cenicienta moderna), la diseñadora de vestuario SHAY CUNLIFFE (2012, El ultimátum de Bourne) y el compositor CLIFF EIDELMAN (Qué les pasa a los hombres, Uno para todas).

La producción ejecutiva corre a cargo de LIZA CHASIN (Orgullo y prejuicio) y DEBRA HAYWARD (La niñera mágica), de Working Title, así como de STUART BESSER (Los perdedores) y PAUL GREEN (44 Inch Chest/La medida de la venganza), de Anonymous Content.

La película se ha rodado íntegramente en Alaska.


Fred, Wilma y Bam-Bam viajan a la gran pantalla
En 1988 no existían los teléfonos inteligentes, las redes sociales ni la comunicación instantánea y las noticias no iban a la misma velocidad que hoy. Sin embargo, los canales de televisión por cable y vía satélite eran cada vez más populares, y el mundo descubrió que no dependía únicamente del periódico de la mañana o de las noticias de las grandes cadenas para mantenerse informado. Ya empezaba a ser posible seguir una noticia durante 24 horas. Para las tres ballenas grises que se quedaron atrapadas en la costa de Barrow, Alaska, durante su migración anual en octubre, eso significó mucho.

Uno de los observadores del rescate fue Thomas Rose, cuyo libro Freeing the Whales salió a la venta en 1989. La historia, que primero se publicó en un artículo para la desaparecida revista Spy antes de convertirla en un libro, sigue el tremendo esfuerzo realizado para rescatar a tres ballenas grises atrapadas en el hielo de la costa de Barrow. Un reportero gráfico de la zona mandó un vídeo de los mamíferos respirando por un pequeño agujero abierto en el espeso hielo, y las imágenes llegaron desde la oficina de Anchorage al despacho de Tom Brokaw, el presentador de las noticias de la noche de NBC.

La apremiante situación de las ballenas captó el interés del mundo entero, dando pie a una auténtica invasión por parte de los medios. Los habitantes de la ciudad más septentrional y quizá más fría de Estados Unidos se vieron desbordados por decenas de periodistas. Para la pequeña y adormilada ciudad que a duras penas empezaba a cambiar de vida, el acontecimiento se convirtió en el milagro del siglo.

Pero el Cuarto Poder no fue el único en interesarse por la noticia. La Casa Blanca, donde entonces residía Ronald Reagan, preparaba la campaña electoral para aupar al vicepresidente George H.W. Bush a la presidencia, y vio la oportunidad de convertirle en un candidato preocupado por la ecología. El equipo de Reagan encargó a Bonnie Mersinger, ayudante ejecutiva del Gabinete, que se ocupara del asunto. "El presidente Reagan vino a mi despacho en el Ala Oeste aquella tarde", recuerda Bonnie Mersinger Carroll, que ha trabajado como asesora técnica en UNA AVENTURA EXTRAORDINARIA. "Se había enterado de que la Guardia Nacional estaba participando en el rescate y quería saber qué podía hacer la Casa Blanca. Yo pertenecía a la Guardia Nacional y me pidió que ofreciera ayuda a la Guardia Nacional de Alaska. Así conocí a Tom Carroll".

El coronel Tom Carroll estaba al mando de uno de los mayores batallones de la Guardia Nacional de Alaska cuando Bonnie Mersinger le llamó. Al principio, el coronel tenía por misión desplazar un enorme aerodeslizador por el hielo, pero no tardó en descubrir que era imposible, y sugirió que se solicitara la ayuda de un rompehielos soviético para rescatar al grupo de ballenas. "Eso fue antes de la caída del Muro de Berlín", explica Bonnie Mersinger Carroll. "El contacto entre Estados Unidos y la Unión Soviética era algo realmente extraordinario. Incluso podría decirse que fue un paso hacia la paz mundial".

Tom Carroll y Bonnie Mersinger no sabían que el intercambio de llamadas entre los dos daría pie a un romance que acabaría en boda. La asesora dice: "Tom vio la oportunidad de que los militares, los nativos de Alaska, las empresas petrolíferas, Greenpeace e incluso los soviéticos colaboraran. Estaba en el centro de lo que se convirtió en una cooperación milagrosa". Por desgracia, cinco años después, el entonces general de brigada Carroll murió con otros siete soldados en un accidente de avión en el agreste paisaje de su amada Alaska.

El terrible acontecimiento llevó a Bonnie Mersinger a fundar la organización nacional "Programa de Ayuda a los Supervivientes de Tragedias" (TAPS), en asociación con el Departamento de Defensa para ofrecer consuelo y ayuda a los héroes caídos de Estados Unidos.

Hasta el año 1992, la historia de compañerismo, humanidad y denuncia de Thomas Rose no llamó la atención de dos guionistas televisivos en auge llamados Jack Amiel y Michael Begler. "Mi hermana Andrea trabajaba para Dan Rather en CBS News", recuerda Jack Amiel, "y pensó que la historia nos interesaría aunque en ese momento nuestro enfoque era sobre todo televisivo".

Los dos guionistas no olvidaron la historia de Thomas Rose y volvieron a escribirla en 2001, cuando empezaban a darse a conocer como guionistas de cine. Compraron los derechos del libro y los renovaron regularmente mientras escribían nuevas versiones del guión.

"Nuestras fuentes eran el libro de Thomas Rose y los reportajes de la época", añade Michael Begler. "La mayoría del guión se basaba en hechos reales, aunque tuvimos que crear nuevos personajes para dar forma a la historia, pero queríamos ser consistentes con lo que realmente ocurrió durante esas dos semanas de 1988".

El hecho de que dos de los tres cetáceos sobrevivieran y consiguieran llegar a mar abierto, gracias a la cooperación de dos superpotencias que pusieron de lado su enfrentamiento y unieron sus fuerzas, se convirtió en un auténtico hito mediático.

"Los rompehielos estadounidenses disponibles se encontraban muy lejos y los más cercanos estaban en dique seco", sigue diciendo el guionista. "El barco soviético era el único disponible. Utilizarlo supuso todo un gesto por parte de los gobiernos de Reagan y de Gorbachov, pero también les hacía quedar muy bien a los ojos del mundo".

Ken Kwapis, que ha dirigido éxitos como Qué les pasa a los hombres y Uno para todas, ayudó a dar más forma a la historia. "Las primeras versiones eran mucho más satíricas", recuerda Jack Amiel, "pero Ken supo dar un toque de bondad y humanidad a la historia. Ahora es mucho más abierta, la película ofrece diferentes puntos de vista".

El director pensó que era una buena oportunidad para relatar los acontecimientos desde perspectivas múltiples. "Me sorprendió descubrir el alboroto que se montó por esas tres ballenas", dice. "La película muestra el circo mediático que se precipita hacia los tres cetáceos atrapados, pero nuestro enfoque principal es la coalición de rescatadores que dejan de lado cualquier otra cosa para llevar a cabo una misión imposible".

Los guionistas presentaron el guión a Steve Golin y Michael Sugar, directores de la agencia y productora Anonymous Content, que también hicieron sugerencias para mejorar la historia. Ambos acabaron produciendo la película con Tim Bevan y Eric Fellner, los copresidentes de la productora Working Title Films.

"Michael me pidió que leyera el guión", recuerda Steve Golin. "Enseguida me di cuenta de que podía ser una película acerca de personas con un objetivo común a pesar de tener filosofías muy diferentes. Ken captó el tono de la historia y aportó toques de humor sin perder de vista el tono conmovedor e inspirador".

Aunque Thomas Rose escribió el libro a finales de los ochenta, los guionistas creen que la historia no ha perdido fuerza. "Creemos que, dado lo que pasa en el mundo hoy en día, la historia encaja muy bien en el presente", dice Michael Sugar. "A pesar de haber ocurrido hace más de veinte años, sigue siendo relevante y muestra el actual espíritu de cambio. En 1988, la información no estaba al alcance de todo el mundo. CNN era la única cadena que emitía 24 horas seguidas. Esta historia fue como un rumor que se extendió por el mundo gracias a las primeras retransmisiones vía satélite".


Caras conocidas y desconocidas: El reparto del rescate

Intérpretes profesionales
Como ocurre con Bonnie Mersinger y Tom Carroll, muchas otras personas que participaron en el rescate aparecen en la película. Las directoras de casting MARY GAIL ARTZ y SHANI GINSBERG empezaron a buscar a los actores idóneos para llevar a los personajes a la gran pantalla.

Cindy Lowry, la entonces directora de Greenpeace en Anchorage, sirvió de modelo para la protagonista y activista Rachel Kramer. La primera actriz a la que Ken Kwapis mandó el guión fue Drew Barrymore, con quien acababa de trabajar en Qué les pasa a los hombres. A pesar de estar muy ocupada con el montaje de Roller Girls, su primer esfuerzo como realizadora, leyó el guión sin demora. El director estaba empeñado en que encarnara a la defensora de los animales que antepone la protección del medioambiente a su vida personal.

La actriz se sintió atraída por la cantidad de personas tan diferentes que hicieron causa común en un ambiente tan inhóspito. "Me encontraba en Palm Springs, montando mi película", dice Drew Barrymore. "Estaba agotada, pero aproveché el fin de semana para leer el guión y me pasé el resto del tiempo llamando a todo el mundo para decirles lo genial que era e intentado convencerles de que participaran en la película". Reconoce que el material encendió una chispa en su interior: "En 1988 y durante unos días, todo el mundo dejó lo que estaba haciendo por una buena causa, olvidándose de sus opiniones".

También le atraía volver a trabajar con Ken Kwapis. "Es uno de los mejores directores con los que he trabajado", dice la actriz. "Ken no solo es brillante a la hora de contar una historia, también da ideas que van mucho más allá de lo que yo me atrevería a hacer. Tiene el don de mezclar las diversas facetas de una película sin olvidarse nunca del objetivo. Es muy responsable y a la vez muy libre; los actores se fían de él".

El director le devuelve el cumplido: "Drew ha demostrado una ética profesional superior a la de cualquier actor o actriz con los que he colaborado. Nunca se cansa de documentarse y vive en el mundo de la película mientras dura el rodaje. El papel de Rachel le permite ser una alborotadora, un elefante en una cacharrería. Rachel tiene un punto de vista muy válido, pero al mismo tiempo ella misma puede ser su peor enemigo. Su enfoque directo causa estragos a menudo en su vida amorosa, lo que dio a Drew la oportunidad de explorar en la película cómo se puede equilibrar el trabajo y el amor".

Cindy Lowry, que organizó el trabajo de limpieza del derrame de petróleo del Exxon Valdez poco después del rescate de las ballenas, es una mujer tan dedicada como el personaje de Rachel. En cuanto Drew Barrymore aceptó el papel, pidió conocer a la ecologista, que en ese momento defendía la instalación de un parque eólico en la costa de Maine. Las dos mujeres se conocieron, se hicieron amigas y pasaron muchas horas hablando del rescate.

"Cindy es una auténtica activista", dice la actriz, que también participa en la defensa de numerosas causas. "Es divertida, realista y fuerte. Pensé que era importante que conociera bien a Cindy, y a finales de verano lo sabía todo de ella".

El siguiente actor en unirse a la producción fue John Krasinski, conocido sobre todo por su papel en la exitosa serie "The Office". Los guionistas Jack Amiel y Michael Begler no basaron el papel del reportero televisivo Adam Carlson en nadie en particular, sino en varios periodistas procedentes de pequeñas ciudades, para hacer suyos los elementos más humanos de la historia.

El actor sabía que si aceptaba el papel tendría que hacer muchos viajes entre Anchorage y el decorado de la serie de televisión, pero estaba convencido de que valía la pena volver a trabajar con Ken Kwapis, que le había dirigido en Hasta que el cura nos separe y en numerosos episodios de "The Office". "Ken es fenomenal", dice John Krasinski. "Dirigió el piloto de la serie y algunos de los episodios clave. He trabajado con él en muchas etapas muy emocionales de mi vida como actor. No solo sabe sintonizar con los actores, sino con toda la película".

Los productores se alegraron de que el actor estuviera dispuesto a hacer el papel. Steve Golin dice: "John tiene una química alucinante con Drew y con Kristen, y no hablemos de su relación con Ken. Cogió muchos aviones por nuestra culpa, pero todo salió de maravilla".

Cuando Drew Barrymore se enteró de que estaban pensando en John Krasinski para el papel de Adam, estaba entusiasmada: "Recuerdo que llamé a Ken desde el aeropuerto de San Francisco. Le dije que era perfecto para el papel, es sano, divertido y bueno, como Adam. Aunque la película gira alrededor de los aspectos ecológicos y políticos del rescate de las ballenas, también hay un triángulo amoroso entre John, la actriz que haría de Jill y yo".

El personaje de Jill Jerard, la reportera televisiva que viene de Los Ángeles, también es inventado a partir de varias personas que subieron a Barrow en 1988 y no tardaron en descubrir que no llevaban la ropa adecuada y que no había bastante comida y camas. Después de una breve búsqueda, los cineastas escogieron a Kristen Bell para dar vida a la ambiciosa joven periodista que no se detendrá ante nada con tal de conseguir una primicia.

"Kristen interpreta a un pez fuera del agua, una reportera de Los Ángeles que no tiene ni idea del clima en el Ártico", explica el director. "Pero no es la única. La mayoría de los periodistas que fueron a cubrir la historia de las ballenas nunca había vivido con temperaturas que podían alcanzar los 40 grados bajo cero. Añadamos a esto una pequeña ciudad con un solo hotel y ya pueden imaginarse lo felices que estaban".

Kristen Bell entiende lo que motivó a Jill a ir en busca de una historia despreciada por periodistas con más experiencia. "Se da cuenta de que la historia puede ser el detonante de una brillante carrera y se la vende a su jefe. Pero cuando llega a Barrow, debe enfrentarse a la cruda realidad: no lleva la ropa adecuada ni los medios para luchar contra los elementos. Comparte algo con Adam, la ambición, y por eso empiezan a tontear".

El actor y la actriz son amigos en la vida real. "Fue una suerte que Kristen y yo trabajáramos juntos", dice John Krasinski. "Despliega una energía tremenda en el plató, es divertida, amable y entregada".

Una vez escogidos los miembros del triángulo romántico, el director se volvió hacia los otros papeles principales. Vinessa Shaw es Kelly Meyers, ayudante ejecutiva de la Casa Blanca y futura esposa del coronel Scott Boyer, interpretado por Dermot Mulroney. El agente para la conservación del medioambiente Pat Lafayette está interpretado por Tim Blake Nelson, y el veterano actor de cine y televisión Ted Danson da vida al magnate del petróleo J.W. McGraw.

Los personajes de Vinessa Shaw y de Dermot Mulroney están basados en Bonnie Mersinger y Tom Carroll, el coronel de la Guardia Nacional y la ayudante ejecutiva presidencial que entablaron una relación telefónica durante esas dos semanas de 1988. Bonnie Mersinger vive en Anchorage y participó en la película como asesora técnica.

"No sabía que Bonnie vivía en Alaska", dice Vinessa Shaw. "Los productores me preguntaron si quería conocerla para hablar de mi personaje. Pasamos horas juntas repasando los detalles de cómo se conocieron ella y Tom. Fue un romance muy hollywoodiano; se conocieron por teléfono y se casaron en Washington. Nos hicimos muy amigas, tanto que en las escenas finales en el hielo llevo el abrigo y el sombrero de Bonnie".

Para Pat Mulroney, lo mejor de encarnar a un guardia nacional fue poder subirse a un helicóptero. Gran parte de sus escenas se rodaron en bases militares cerca de Anchorage, donde numerosos soldados y pilotos participaron como figurantes".

"Mi trabajo consiste en enganchar dos helicópteros a una extraña máquina a la que llaman aerodeslizador", explica el actor. "Debía perforar una serie de agujeros en el hielo para que las ballenas pudieran respirar, pero pesaba demasiado para poder llevarla durante muchos kilómetros. Mi personaje se da cuenta de que nunca lo conseguirán y que debe esforzarse en encontrar otra solución. Da la casualidad de que entretanto conoce al amor de su vida".

Los papeles de Tim Blake Nelson y Ted Danson están construidos a partir de varias personas que participaron en la operación. Pat Lafayette, el personaje de Tim Blake Nelson, se basa en tres personas que trabajaban en el Departamento de Conservación Estatal de Barrow en 1988. "Ken y los guionistas los fundieron en una sola persona", explica el actor. "Se interpone entre el personaje de Drew y los balleneros de Alaska, a los que controla como parte de su trabajo. Es biólogo y le preocupa el ecosistema de la zona, por lo que simpatiza con el punto de vista de Greenpeace".

Para Ted Danson fue todo un reto encarnar a un hombre de negocios nada ecologista, ya que el actor es un declarado defensor de los mares. "Estoy totalmente en contra de los plataformas petrolíferas en el océano", dice.

Hace años visitó el norte de Alaska durante un viaje a la bahía Prudhoe para una reunión entre defensores y detractores de las plataformas petrolíferas. "Querían convencernos de que no era necesario proteger la fauna contra las perforaciones", dice Ted Danson. "Estábamos en total desacuerdo, pero encontramos una forma de trabajar juntos, como ocurre en la película. Me pareció liberador encarnar el lado opuesto contra el que he luchado toda mi vida. Fue divertido hacer de John Wayne".

Otros papeles en UNA AVENTURA EXTRAORDINARIA recayeron en James Le Gros, como Kart Hootkin, y en Bob Riggle, como Dean Glowacki. Ambos personajes se inspiran libremente en Greg Ferrian y en su cuñado Rick, dos inventores de Minnesota que aportaron de forma voluntaria una máquina de deshielo. Stephen Root interpreta a Haskell, un gobernador de Alaska totalmente inventado; John Michael Higgins es el egocéntrico periodista Wes Handrick; Bruce Altman es el jefe del gabinete Reagan; Michael Gaston es Porter Beckford, un reportero inadaptado al hielo. En el rompehielos soviético están Mark Ivanir, como Dimitri, y Stefan Kapicic, como Yuri. Shea Whigham es Conrad, el piloto del helicóptero.

Nativos de Alaska y papeles secundarios
Quedaba por encontrar a los actores nativos que interpretarían los papeles clave de los miembros de la tribu iñupiat. Las directoras de casting local DEBORAH SCHILDT y GRACE OLRUN recorrieron el estado desde los bosques del sur, en Juneau, hasta el Círculo Polar Ártico. Era necesario encontrar a las personas idóneas para tres papeles de importancia: Roy, el capitán del ballenero; Malik, el representante de los nativos de Barrow, y Nathan, su nieto de 11 años. También se encargaron de buscar a numerosas personas para papeles menos importantes.

"Una de las razones por las que me empeñé en rodar UNA AVENTURA EXTRAORDINARIA en Alaska era que los indígenas interpretaran a los habitantes de Barrow", dice Ken Kwapis. "Nuestros balleneros son balleneros auténticos. Me pareció importante presentar al pueblo iñupiat y a su cultura con la mayor honradez posible, sin paternalismos ni romanticismo".

La mayoría de los actores daría vida a los iñupiat residentes en Barrow, para lo que también se contrató a miembros de tribus vecinas, como los cup’ik, aleutianos y yupik. "Empezamos el casting en Barrow durante el Festival de la Ballena", explica Deborah Schildt. "Luego bajamos a Anchorage, Juneau, Sitka, Homer y Fairbanks, donde se celebraban los Juegos Olímpicos Inuit e Indios. Después volvimos a subir hacia el norte, a Bethel, Kotzebue y Nome. Recorrimos todo el estado".

Era todo un reto ya que cada tribu habla un idioma diferente. "Los miembros de otras tribus estaban tan entusiasmados con la idea de que por fin un pueblo de Alaska saliera en una película que se pusieron a estudiar el idioma y canciones iñupiat", dice Grace Olrun.

Para el director, lo más importante era encontrar a tres personas adecuadas para encarnar a Malik, Nathan y Roy. Gracias a un casting muy serio, John Pingayak, Ahmaogak Sweeney y John Chase demostraron ser perfectos para los tres papeles. "La mayoría de los nativos de Alaska que escogimos no eran actores", dice Ken Kwapis. "Pero tienen un don natural".

La búsqueda de Malik y Nathan duró varios meses durante los que se entrevistó a cientos de hombres y niños. "Conseguimos reducir las posibilidades a unos sesenta actores antes de encontrar a John Pingayak, del oeste de Alaska. Era la persona ideal para encarnar a Malik", dice Deborah Schildt.

John Pingayak nunca había trabajado delante de una cámara. Toda su experiencia se limitaba a bailar danzas nativas y a dar conferencias como profesor de cultura nativa en un pueblo cercano a Bethel, pero vio el papel como la oportunidad de enseñar al mundo cómo vive su pueblo. "Seguimos aquí, seguimos vivos y prosperando", dice. "Llevamos diez mil años viviendo en esta tierra, con las mismas tradiciones y las mismas luchas. Queremos seguir vivos en este mundo moderno y que el mundo nos vea tal como seguimos siendo. La película sirvió para unirnos".

John Chase es el testarudo ballenero Roy, que se enfrenta a Rachel a causa de la caza de ballenas que su pueblo practica desde siempre. Vive en Kotzebue, un pueblo muy por encima del Círculo Polar Ártico, donde se ha dedicado a la caza durante años. "El mar es nuestro jardín y la tundra, nuestro supermercado", dice. "No estamos comunicados por carretera, por lo que la comida comprada en una tienda debe llegar por vía aérea. Eso hace que ir a la compra salga muy, muy caro. Debemos cazar para alimentarnos. Mantenemos una relación armoniosa con el medioambiente, la misma que ha mantenido nuestro pueblo desde hace miles de años".

Un personaje inventado en el guión es Nathan, un joven nativo de Alaska. Muy a pesar de su abuelo iñupiat, que desea instruirle en la cultura de su pueblo, el niño traba amistad con Adam y se siente cautivado por la cultura occidental. "Pensamos que Nathan ayudaría a mostrar el lado más humano de Adam y haría la historia accesible al público joven", explica Steve Golin.

Pero no fue fácil encontrar al niño capaz de dar vida a Nathan. Por fin, después de ver a docenas de niños, apareció Ahmaogak Sweeney. "Estuve en España de vacaciones con mi familia y luego fui de campamento a Colorado durante un mes", explica. "Por suerte no habían dado el papel a nadie. Mandaron un correo electrónico a mi madre para que me presentara a una prueba. Luego estuve muy nervioso durante unos días, pero mi padre vino al colegio para decirme que tenía el papel".

Encontrar a Ahmaogak Sweeney equivalió a colocar la última pieza del rompecabezas. "Cuando vimos la cinta de Ahmaogak, cómo bailaba y cantaba, supimos que habíamos encontrado al niño que buscábamos", dice el productor Michael Sugar. "Es un buen actor y entendió la historia, pero es un verdadero niño de Alaska que estaba mucho más entusiasmado con la idea de ir a cazar un caribú por primera vez que en aparecer en una película".

Muchas personas que participaron en el rescate de 1988 ayudaron a los cineastas con sus recuerdos. JULIE HASQUET, que hace de extra en la película, fue la primera periodista en mandar un artículo desde el mar helado. El inventor Greg Ferrian visitó el plató, al igual que Bill Hess, uno de los primeros en mandar fotos de las ballenas que dieron la vuelta al mundo. Incluso el autor del libro, Thomas Rose, vino a ver la recreación del acontecimiento. Dermot Mulroney habló con miembros de la Guardia Nacional que conocieron a sus personajes, y Edward Itta, actual alcalde de North Slope Borough, que participó en el rescate, también se acercó al rodaje.


Percebes y demás: Imaginemos a las ballenas
El mayor reto que planteaba UNA AVENTURA EXTRAORDINARIA se solucionó a miles de kilómetros de Alaska, concretamente en Nueva Zelanda durante la preproducción. En Glasshammer Visual Effects, de Auckland, diseñaron y construyeron las tres auténticas estrellas de la película. Glasshammer reprodujo con absoluta fidelidad al trío de ballenas grises bautizadas como Fred, Wilma y Bam-Bam por los guionistas.

Los magos de los efectos especiales JUSTIN BUCKINGHAM y MIKE LATHAM hicieron que las ballenas grises estuvieran vivas en la gran pantalla. La empresa de Justin Buckingham ya había creado las ballenas de la taquillera Whale Rider en 2002 y su trabajo había llamado la atención del director y de los productores.

"Nos encargamos de construir las ballenas grises", explica Justin Buckingham, "y Mike diseñó la animatrónica, la robótica y el sistema hidráulico. Cuando nos llamaron preguntándonos si estaríamos dispuestos a construir las tres ballenas, me entusiasmé con la idea".

Ken Kwapis tenía muy claro que los cetáceos debían parecer reales. "Las ballenas debían dar la impresión de ser auténticas", dice el director. "Los actores necesitaban algo tangible con lo que actuar. Estudiamos los reportajes de la época para entender cómo se movían. No queríamos convertirlos en seres antropomorfos, pero cada una tiene marcas diferentes para que el espectador llegue a reconocerlas. La piel de las ballenas grises está llena de asperezas, lo que les proporciona una belleza muy especial y las hace aún más entrañables".

Otro requisito fue la construcción de una piscina de hielo lo bastante grande como para que cupiesen las ballenas y pudieran moverse libremente. "Construimos un decorado al aire libre con una espesa capa de hielo y una piscina para las ballenas animatrónicas", explica Ken Kwapis. "Aparecían en cualquier zona de la piscina y en el orden que decidíamos, fue una auténtica proeza de ingeniería y funcionó de maravilla".

El acabado de las ballenas reproduce fielmente la piel de los auténticos cetáceos de 1988, con percebes y las cicatrices correspondientes.

Justin Buckingham y Mike Latham inventaron una plataforma móvil para dos de las ballenas que sujetaba las cabezas y las movía de forma independiente. El mecanismo hidráulico estaba conectado a un panel de control fuera del campo de la cámara.

"Lo más difícil fue diseñar equipos que no se congelasen o sufriesen daños por estar sumergidos en agua helada durante largos periodos", dice el diseñador. "Busqué un material adecuado para que las cabezas aguantaran todo el rodaje".

Después de cuatro meses de construcción, las ballenas zarparon desde Nueva Zelanda a Anchorage. "Después de hacer las pruebas pertinentes en Auckland, las mandamos a Alaska en contenedores. Nuestra única preocupación era que llegaran intactas, y así fue", dice Mike Latham. "Una vez allí, preparamos la piscina y sumergimos el equipo. Es verdad que cuando sacaron la cabeza, eran preciosas".

El ballenero John Pingayak sintió una conexión inmediata con las "falsas" ballenas: "Nada más verlas, me sentí cómodo delante de la cámara. Fred, Wilma y Bam-Bam eran tremendamente realistas".

Los actores y el equipo técnico no esperaban que las ballenas fueran tan auténticas. "Me quedé enganchado en cuanto vi las ballenas", reconoce John Krasinski. "Son crea-ciones brillantes, auténticas obras de arte, y se convirtieron en el alma de la película".

"La única experiencia parecida que tuve fue en E.T. El extraterrestre", añade Drew Barrymore. "Podía trabajar con algo tangible, que parecía real y me permitía interactuar. Poder tocar las ballenas despertó emociones que no eran fingidas".

Cuando llegó el momento de rodar la escena en que nada con los cetáceos, la actriz se puso un traje de buzo y se metió en la piscina de las focas del Alaska SeaLife Center (Centro de Vida Acuática de Alaska) en Seward. "No sabía que el agua estaría tan fría", recuerda. "Cuando me metí en el agua estaba a 4,5 grados. Incluso con el traje de buceo, era como si me diesen en la cabeza con cuchillos. Pero quería que Ken pudiera captar ese momento, es importante para la película. Hay otro tipo de energía cuando es real".


La reconstrucción del año 1988: Localizaciones y diseño
La primera parte del rodaje transcurre en decorados más reducidos, tipo pisos y despachos, mientras que los acontecimientos en el hielo se rodaron más tarde para aprovechar la llegada del invierno.

Filmar en Alaska
El director siempre abogó por rodar en Alaska, un estado que no se ha visto últimamente en grandes películas. "UNA AVENTURA EXTRAORDINARIA probablemente sea el único largometraje producido por un gran estudio que se haya filmado íntegramente en Alaska", dice Ken Kwapis. "En muchos aspectos, era como explorar un nuevo territorio. Se suele escoger las localizaciones por su belleza, pero escogí Alaska por la gente. No se encuentra a los inuits de Alaska en otra parte del mundo, y sus caras son el paisaje más bello de la película".

Los productores estaban totalmente de acuerdo con el director. "Filmar en Alaska significa penetrar en otro mundo", dice Michael Sugar. "Y la ciudad de Anchorage fue el socio ideal".

Era materialmente imposible rodar en Barrow, la pequeña ciudad situada a 480 kilómetros al norte de Anchorage; mientras que la capital, a la que llaman el "cinturón bananero" por sus comparativamente suaves temperaturas, ofrecía la infraestructura necesaria.

Lo primero fue encontrar un lugar adecuado para construir el decorado que representaría a Barrow, algo más complicado de lo que parece ya que Anchorage está rodeada de montañas. Después de visitar varias zonas con poca accesibilidad, se escogió un lugar en una planicie lodosa que ofrecía una amplia vista del horizonte.

"El guión exigía que se viera el mar, el horizonte", explica el diseñador de producción Nelson Coates. "Además, hacía falta espacio para cavar los respiraderos de las ballenas".

Cuando empezaron a cavar el gigantesco agujero, descubrieron algo inesperado: restos del terremoto de 1964 que casi destruyó la ciudad. "La municipalidad debió enterrar los restos de los edificios destruidos allí", dice el diseñador. "Encontramos colchones, depósitos de gasóleo, maderas, de todo".

Decorados adicionales e influencias nativas
Otra dificultad fue encontrar bastante equipo periodístico usado en el 88, no solo para los reporteros en el hielo, sino también para los periódicos de Los Ángeles, Nueva York, Anchorage y Barrow. "Hubo que buscar maquinas para cintas de Ÿ de pulgada, mezcladores de audio de la época y maquinas de escribir IMB Selectric, conocidas como IBM de bola", recuerda Nelson Coates. "Creamos el decorado para el programa ‘NBC Nightly News’ en una planta vacía en el edificio de un banco de Anchorage. Lo recreamos todo, los logotipos, las consolas, las cámaras, incluso los ascensores".

Anchorage no dispone de platós profesionales, y se usaron varios almacenes vacíos para los decorados de la Casa Blanca, los periódicos de Los Ángeles, los interiores del rompehielos soviético, el piso de Adam, etcétera. La producción tuvo acceso a la base de la Guarda Nacional, por lo que fue posible rodar en sus hangares y usar el material disponible.

"Necesitábamos un helicóptero llamado Skycrane", explica el diseñador de producción. "Era parte del arsenal de la Guardia Nacional de Alaska, pero ya no se usa. Encontramos uno en un desguace militar. Volvimos a pintarlo y a arreglarlo para que diera la impresión de ser casi nuevo".

Nació una profunda camaradería entre los nativos de Alaska que trabajaban como figurantes y el equipo. Muchos de los coloridos trajes contra el frío que llevan en la película fueron traídos de sus casas o cosidos por ellos mismos.

La diseñadora de vestuario Shay Cunliffe se quedó sorprendida ante la habilidad de las mujeres: "Se encargaron de todos los trajes de los balleneros. Compré las pieles siguiendo sus consejos y vi cómo hacían los trajes, usando hasta el último trocito de piel. No tiran nada. Me recomendaron que usáramos piel de glotón porque no guarda la humedad. También aprendí que sus trajes pasan de generación en generación. Nos traían auténticas maravillas de sus casas".

Hacia alta mar: Efectos especiales y efectos visuales
La reconstrucción del mundo de las ballenas requirió auténtica magia por parte del equipo de Ken Kwapis. Fue necesario un ejército de artistas de efectos especiales y creadores de efectos visuales para conseguirlo.

Efectos especiales en el Círculo Polar Ártico
El coordinador de efectos especiales JOHN CAZIN supervisó la construcción de la piscina en la que se crearían los respiraderos de las ballenas. "Fue muy duro para el equipo de construcción", dice. "Hubo que bombear el agua que salía del suelo, encajar la piscina, bloquearla con hormigón y colocar un sistema de filtración para que el agua no se pudriera. Un trabajo así suele llevar meses, pero lo hicimos en semanas. Hablamos de una piscina de 472.000 litros de agua".

El respiradero estaba rodeado de un campo de hielo. Sin embargo, en Anchorage, en otoño, la temperatura es de unos 2,5 grados y el hielo se derretía. "Usamos diversos materiales para imitar el hielo", explica Nelson Coates. "Colocamos una base de plástico blanco como la que suele haber en los campos de fútbol, y encima otros materiales, como sal marina, trocitos de papel y hielo picado. El rodaje duró meses, por lo que necesitábamos una superficie blanca impoluta".

El departamento de efectos especiales creó hielo y nieve auténticos para el rodaje. Cada día, un enorme camión de nieve artificial tragaba bloques de hielo, los trituraba y los repartía de forma uniforme en el campo de hielo. "Fabricar nieve en Alaska es el colmo", dice, riendo, el supervisor de efectos especiales.

Las ballenas debían avanzar de respiradero en respiradero hacia altar mar, pero crear varios respiraderos habría llevado meses. Nelson Coates y su equipo encontraron una solución: "Decidimos construir tapas de diferentes tamaños y formas que encajaran en el único respiradero. El campo de hielo no cambiaba y nos ahorramos mucho trabajo".

Efectos visuales en Barrow, Alaska
La mitad del horizonte del campo de hielo donde se rodó estaba cerrado por montañas, y se colocaron pantallas verdes para taparlas. Posteriormente se añadieron imágenes digitales de la eterna tundra.

En Barrow se divisa el horizonte a 80 kilómetros de distancia. JOHN HELLER, el supervisor de efectos visuales, insertó paisajes rodados en otros lugares. "Usamos la misma cámara para filmar paisajes en lugares como Barrow para que encajaran a la perfección", explica. "Esos rodajes nos sirvieron de forillos para crear la tundra abierta y el océano helado".

En cuanto al decorado para Barrow, Nelson Coates dice: "Creamos una manzana y media de la calle Agvik en el centro de Barrow tal como estaba en 1988. Vemos la fachada del hotel Top of the World y sus 42 habitaciones. Al lado está el restaurante mexicano Amigo’s, que sustituye al auténtico Pepe’s. El estilo, el color de la pintura, todo es igual a como estaba entonces. Muchos edificios de Barrow eran prefabricados ya que allí no hay madera. Construimos el decorado de forma que se viera el horizonte, pero solo estaba a dos minutos del centro de Anchorage".