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  Cómo acabar con tu jefe  (Horrible bosses)
  Dirigida por Seth Gordon
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La comedia "Cómo acabar con tu jefe" está protagonizada por Jason Bateman, Charlie Day y Justin Sudeikis, junto a Jennifer Aniston, Colin Farrell, Kevin Spacey, Donald Sutherland, Julie Bowen y Jamie Foxx.

"Cómo acabar con tu jefe" ha sido dirigida por Seth Gordon y producida por Brett Ratner y Jay Stern a partir de un guión de Michael Markowitz, John Francis Daley y Jonathan Goldstein basado en una historia de Markowitz. Toby Emmerich, Richard Brener, Michael Disco, Samuel J. Brown y Diana Pokorny han sido sus productores ejecutivos, mientras que John Rickard y John Cheng han sido sus co-productores.

El equipo creativo incluye al director de fotografía David Hennings, el diseñador de producción Shepherd Frankel, el editor Peter Teschner, la diseñadora de vestuario Carol Ramsey, el compositor Christopher Lennertz y la supervisora musical Dana Sano.


El problema
"Estos tres hijos de $%# van a morir de una forma u otra.
Nosotros sólo vamos a acelerar el proceso natural"
. – Kurt

"Casi todos hemos tenido un jefe horrible en algún momento de nuestra vida, alguien que nos ha hecho sentir mal", comenta el director Seth Gordon. "Y todos sabemos que resulta muy tentador fantasear con lo bien que iría todo si ellos no estuvieran allí. Esta historia trata de tres personas que deciden hacer algo al respecto".

"Pero", añade, "las cosas no salen precisamente como habían pensado".

Aunque deshacerse de sus torturadores puede parecer un tanto extremo en un primer momento, pronto queda claro que, por uno u otro motivo, estos tres empleados intimidados y manipulados han agotado las otras alternativas más razonables. Y no es que desde el primer momento sean unas personas descontentas con tendencias homicidas, más bien al contrario. Gordon ve a los protagonistas, a los que dan vida Jason Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis, como "trabajadores de las afueras del montón. No son mala gente, se esfuerzan, pero se sienten atrapados y maltratados por sus jefes de formas realmente atroces y profundas hasta que ya no pueden más".

Semana tras semana, Nick, Dale y Kurt, que son amigos de toda la vida, quedan para tomarse una copa y quejarse de formas variadas aunque igualmente desesperadas de sus penas y los responsables de éstas: Harken, el jefe obsesionado con el control de Nick, interpretado por Kevin Spacey; Pellit, el inconsciente heredero de la empresa de su padre y la maldición de Kurt, en la piel de Colin Farrell en este caso; y Julia Harris, una dentista depredadora interpretada por Jennifer Aniston en un papel totalmente nuevo para ella. A medida que va transcurriendo la conversación (y la cerveza), los tres terminan reflexionando sobre lo mucho mejores que serían sus vidas y sus carreras profesionales si simplemente esos jefes despreciables desaparecieran de ellas. Sería maravilloso despertar un día y que estuvieran muertos. Realmente se merecen morir…

Y a partir de este punto, la verdad es que no hay que recorrer un gran trecho. O eso es lo que creen.

El problema es que, aparte de su rabia, sus fantasías furtivas y el conocimiento que han adquirido viendo todas las temporadas de "Ley y Orden", no saben nada, no tienen ninguna experiencia y sin duda no están preparados en absoluto para cometer un asesinato. "Son totalmente incompetentes", comenta Gordon, algo que les queda claro inmediatamente y mucho más a medida que va pasando el tiempo, y que les lleva a recurrir a la "ayuda a cambio de un precio" de un ex convicto que se da mucho autobombo llamado Motherf****r Jones al que da vida Jamie Foxx.

A partir de aquí, "se convierte en una historia lineal en la que los acontecimientos se encadenan, y todo se va acelerando y alocando a medida que llegan a un punto de no retorno", explica el director, quien afirma que "Cómo acabar con tu jefe" es uno de esos pocos guiones que le han hecho llorar de risa.

Aunque un espectador medio, difícilmente se siente identificado con un plan de asesinato, por muy alocado que sea, el equipo pensó que era una apuesta segura que pudiera vincularse al menos a la frustración en aumento que lleva al límite a estos tres trabajadores. El productor Brett Ratner, que desarrolló "Cómo acabar con tu jefe" junto con su socio productor Jay Stern, señala: "El título lo dice todo. Despierta una reacción inmediata en todo el que lo escucha. La gente no quiere admitir que la persona para la que trabajan actualmente es un jefe horrible, pero sí lo harán a propósito de un jefe anterior, o contarán la historia de un ‘amigo’ al que le pasa algo así. Todo el mundo tiene alguna mala experiencia al respecto, y eso es lo más divertido".

"En realidad, al hablar sobre la película, descubrí que existía mucha más gente a la que gustaría matar a su jefe de lo que imaginaba", confiesa Jason Sudeikis, quien comienza como el habitualmente afable Kurt. A este respecto, "Cómo acabar con tu jefe" es una historia sobre los deseos cumplidos a gran escala para todo el que haya imaginado alguna vez cómo deshacerse de su jefe, pero con Nick, Dale y Kurt asumiendo todos los riesgos y cometiendo todo tipo de errores estúpidos.

"Son quienes hacen el trabajo sucio por nosotros", explica el productor Jay Stern. "Son tiempos duros para muchas personas, y son también muchos los que se sienten afortunados de tener un trabajo. Al mismo tiempo, si alguien te oprime o abusa de ti, piensas: ‘¿Realmente tengo que aguantar esto? ¿Tengo que soportar de verdad a este psicópata?’ Creo que hay mucha gente que no quiere necesariamente asesinar a su jefe, pero a quien no le importaría atarlo a la vía del tren, por decir algo".

"Cuando los tres deciden vengarse de la forma más extrema, puede que todo parezca demasiado oscuro en un primer momento", prosigue Stern, "pero lo hacen todo tan mal que no se trata en realidad de una película sobre unos empleados que quieren acabar con sus jefes, se trata más bien de una aventura alocada y desternillante que viven juntos cuando deciden tomar las riendas de la situación y terminan metiéndose en un lío que claramente les sobrepasa".

En el papel del asediado Nick, Jason Bateman, está de acuerdo: "No se trata exactamente de un comportamiento racional y espero que no exista gente así. Sólo queremos hacer reír. Si encuentran algún tipo de relación entre la historia y sus vidas personales, estupendo. Pero no le recomendaría a nadie que lo intentara en su casa".

Para hacer justicia a la historia, el equipo de dirección adoptó un enfoque desinhibido de "Cómo acabar con tu jefe" y dejaron volar el humor (y todo lo demás). En palabras de Ratner "La película no se anda con chiquitas. Hemos ido a por todas. Seth tenía una idea muy clara y una visión estupenda con respecto al reparto y la interpretación. Sabía lo que necesitaba la película, y se lo ha dado. Existe una línea muy fina entre crear algo real y el peligro real, y hacerlo de forma divertida y que divierta. Lo que no quería en ningún caso es que las frases cómicas estuvieran metidas con calzador. El humor viene siempre del personaje, y de las circunstancias, y que todo esté muy cerca de la realidad".

"Lo que todos queremos es ir al trabajo, que se nos trate con respeto y marcharnos a casa. ¿Es mucho pedir?", se pregunta el guionista Michael Markowitz. Markowitz también es autor de la historia en la que está basada la película y confirma que "Cómo acabar con tu jefe" se inspira en gran medida en sus propias experiencias laborales. "Este guión ha sido mi venganza".

Lo que el público debería recordar, no sea que les vayan a juzgar de forma demasiado severa, es que "estos personajes están luchando por su dignidad. Tienen que hacerlo para mantenerse en pie como personas", explica el guionista John Francis Daley. En relación con una escena en la que este espíritu se demuestra de forma patente, su compañero en las labores de guión Jonathan Goldstein añade, "…y si eso implica limpiarte el culo con el cepillo de dientes de alguien para mantener tu dignidad, bien hecho está".

"Probablemente haya películas más correctas si lo que buscas es un espectáculo edificante", admite Charlie Day, que da vida al tímido, aunque finalmente tenaz Dale.

Al final, apunta Gordon, "no hay ningún mensaje. Se trata sólo de diversión, de una comedia descarnada y de evasión sobre tres tipos que deciden matar a sus jefes y que no paran de tener problemas desde el primer momento".


El plan
"No me importa cuánto odiemos a nuestros jefes. No somos asesinos". – Dale
"¿No has oído hablar nunca del homicidio en legítima defensa? Sería inmoral NO matarlos". - Kurt

Gordon reconoce que existe una química innegable entre los protagonistas de la película — a los que con frecuencia se referían como Charlie y los dos Jason — que realmente dispara la acción. "Hemos tenido mucha suerte de encontrar esta sinergia increíble y a estos tres actores cómicos de tanto nivel que han sabido adaptarse a los ritmos de cada uno de forma perfecta y maravillosa".

La camaradería es clave cuando Nick, Dale y Kurt tratan de buscar ideas y reforzar la decisión de los demás a pesar de todo lo que se ven obligados a enfrentar. Y, en el caso de Dale, "enfrentar", significa literalmente tener delante las manos de su jefa y cualquier parte de su cuerpo a su alcance.

Como la presa involuntaria de la sexoadicta Dra. Julia Harris, quien parece tener verdaderos problemas para mantener abrochada la bata cuando él está en la misma habitación, "Dale es el más romántico del grupo", explica Charlie Day. "Está locamente enamorado de su prometida y sólo quiere ser un buen chico, pero su jefa no le deja en paz. Incluso a veces sus amigos no llegan a comprenderle".

Eso es comprensible si se tiene en cuenta que la Dra. Harris está interpretada por Jennifer Aniston. "Nos jugamos a los chinos quién iba a dar vida a Dale, y ganó Charlie", bromea Bateman. Pero, como todo el mundo sabe, no es no, aunque esta mujer parezca no entenderlo. Y cuando su rutina diaria de frotamientos, miraditas y lenguaje obsceno no le basta, llega incluso al chantaje.

"Nunca había interpretado un personaje tan atrevido y no pude resistirme, porque los diálogos y las situaciones eran muy extravagantes y divertidas. No me lo pensé ni un segundo", recuerda Aniston, quien define esta película como "un placer culpable para quienes están descontentos en su trabajo, que quizás se quiten ese tipo de ideas de la cabeza viendo cómo les va a estos chicos".

"Realmente sobrepasa todos los límites y la Dra. Harris es culpable de todos los cargos: culpable sin remisión", añade.

"Lo que me encanta del personaje es lo masculino que resulta en cuanto a su apetito sexual. Tal y como Jennifer y yo comentamos en los ensayos, la Dra. Harris es una depredadora sexual, como una leona. No tiene ningún sentimiento al respecto, sólo un apetito que saciar", señala Gordon. "Fue realmente divertido buscar a una actriz que pudiera dar vida a Julia con toda la intensidad y deliciosa maldad que merecía el papel y creo que nadie podría haberlo hecho mejor incluso aunque se trate de alguien inesperado para el público. El papel es radicalmente distinto de los que tantos éxitos le han deparado y lo hace genial; hay que verlo para creerlo. Es electrizante escucharla en los diálogos, resulta verdaderamente audaz y divertidísima".

Aniston ya había trabajado con Sudeikis en "Ex-Posados" y con Bateman en la comedia romántica del año pasado "Un pequeño cambio", pero esta ha sido su primera colaboración con Charlie Day. A propósito del posiblemente incómodo escenario de su primera escena juntos, comenta: "Al cabo de 20 minutos, lo está persiguiendo en ropa interior. Pero a Seth todo le parecía divertido y estábamos perfectamente sincronizados; si acaso, al final pensábamos ‘vamos a llevarlo un poco más lejos'. Me sentí extrañamente cómoda en esas escenas, casi tanto como cuando interpreto papeles de la típica chica del al lado, y aunque cada escena era una verdadera locura, todo resultaba realmente divertido también".

Por su parte, Nick, el amigo de Dale, se enfrenta a otro tipo de dominación a manos de su jefe: el potente y durísimo vicepresidente Harken, encarnado por Kevin Spacey, que reina en los dominios de Comnidyne Industries, donde el pobre Nick y sus atribulados compañeros de trabajo se dejan la piel con la inútil esperanza de conseguir un reconocimiento y alguna recompensa... o, al menos, media jornada libre de vez en cuando.

"Harken es un maestro del maltrato psicológico", comenta Gordon. "Pensamos en un sádico sofisticado que alternara fases pasivas con otras agresivas, el tipo de directivo ávido de poder que creo que todos reconocemos porque existen bajo muchas apariencias diferentes, y Kevin lo hace de forma brillante".

En palabras de Spacey: "Ni siquiera le puedes dar el beneficio de la duda, o pensar durante un minuto que es tan duro para enseñar algo o animar a sus empleados a esforzarse más y dar lo mejor de ellos. No hay ninguna estrategia de fondo que pueda servirle de descargo. Harken es un acosador, es una persona verdaderamente terrible".

"Los tres actores que interpretan a los jefes tienen a los protagonistas totalmente acorralados y creo que el público comprenderá a la perfección por qué llegan a querer matarnos", apunta Spacey. "Por suerte, nada les sale como tenían previsto, toman las peores decisiones posibles".

Como subordinado y principal blanco de las iras de Harken, Nick sin duda ya se ha ganado el cielo, afirma Jason Bateman. "Nick se esfuerza mucho y es ambicioso, quiere ser ascendido como sea. Harken se lo ha prometido, pero eso nunca va a ocurrir. Sólo forma parte de su plan para dominarlo y controlarlo".

Comparativamente, las condiciones en las que trabaja Kurt parecen mucho mejores, al menos en un primer momento. Al comienzo de la película, trabaja para el amigable Jack Pellit, al que da vida Donald Sutherland, un hombre que es todo amabilidad e integridad. "Jack es el tipo de jefe que todos queremos tener", apunta Gordon. "Queríamos un actor que fuera capaz de interpretar a esta figura paternal, la autoridad benevolente que quieres para tu vida, y Donald era perfecto. Al verle interactuar con Jason Sudeikis verdaderamente te dabas cuenta de que los dos se tenían verdadero respeto y poseían una rica historia común".

Pero ese escenario ideal no podía durar. Jack pronto desaparece y quien le toma el relevo, Pellit hijo, es un verdadero gusano que tiene la vista puesta en otras cosas.

"Pellit hijo representa al tipo de idiota corrupto e incompetente que manda pero sin tener ni idea de lo que está haciendo. Y, por supuesto, siempre encuentra a otra persona a la que echar la culpa de sus fracasos", afirma Gordon.

"Para interpretar a Pellit sólo tuve que dar rienda suelta a mi yo interior", comenta divertido Farrell. "Este tipo se cree que es un regalo de los dioses para las mujeres, para el intelecto, para el humor, para cualquier club que se precie, para todos... No parece tener ningún problema de autoestima, lo que posiblemente enmascara el sentimiento de haber sido un fracaso para su padre y los celos que siente de la relación que éste mantenía con Kurt, y muchas cosas más. Con Pellit, Seth me dio total libertad para actuar lo más patológicamente que me fuera posible".

Farrell también realizó una importante contribución al físico de Pellit, sugiriendo la barriguita incipiente, así como su gusto por los dragones chinos que decoran su ropa y que dan a entender que practica artes marciales. "Colin se transformó tanto que cuesta reconocerle", confirma Gordon. "Lo ha bordado. El público va a ver una faceta totalmente diferente y divertida".

Para Kurt, el repentino ascenso de Pellit es una mala noticia. Sudeikis lo explica así: "En primer lugar, Pellit odia a Kurt porque sabe que su padre lo prefería a él, por lo que está decidido a acabar con la empresa que levantaron entre los dos. Además, puesto que lo único que le interesa es el dinero para financiar su desquiciado estilo de vida, no va a dudar en hacer daño a miles de personas liberando residuos tóxicos porque una laguna legal le permite hacerlo, aunque sea inmoral. Por tanto, tal y como lo ve Kurt, matarlo sería un acto de de justicia divina, aunque él le eche una mano a Dios. Realmente las cosas se suavizan mucho si las miras así".

Y eso se repite en el caso de Dale, y también en el de Nick. Pero, ¿serán capaces de hacerlo? Tal y como señala Day: "No son exactamente unas mentes maestras del crimen".

Al menos son lo suficientemente inteligentes como para reconocerlo y saben que necesitan ayuda. Y aquí es donde entra en escena Motherf****r Jones, un ex convicto con un mote de lo más curioso, con cierta tendencia al drama y con unas habilidades especiales que está dispuesto a compartir a cambio de un precio... tan pronto como decida a cuánto asciende éste.

"Jones es una especie de asesor en el crimen, como él mismo se describe, un confidente criminal", señala Jamie Foxx. "Los tres protagonistas llegan a un bar buscando al hombre adecuado. Éste escucha su conversación y, al darse cuenta de que son unos crédulos, los ve como una oportunidad para conseguir algo de dinero. Así que lo que hace es asustarles un poco y decirles lo que quieren oír".

Gordon, que define a Jones como "un empresario", comenta: "Jamie aporta algunos detalles y gestos increíbles a su interpretación. Es un verdadero maestro".

Foxx trabajó con el director y la diseñadora de vestuario Carol Ramsey para perfeccionar el look de Jones, empezando por la parte de arriba. Fue él quien tuvo la idea del tatuaje en la cabeza como algo que, a su entender, "no ha visto todo el mundo y que no muchos se atreverían a hacerse. Luego vino la moda retro, las botas con punta y ese tipo de cosas, porque es alguien que ha estado en la cárcel y que ahora vive como en su propia cápsula del tiempo. Cuando sale por ahí, se pone la ropa que estaba de moda cuanto entró en prisión".

Hacía falta una hora y media para reproducir los tatuajes, recuerda Foxx. "Una vez salí a la calle y me hicieron unas fotos que publicaron en Internet como frases del tipo ‘Jamie Foxx se ha vuelto loco’. Pero eso resultaba muy útil para el personaje y ése era el tipo de reacción que buscábamos".

Tras su reunión con Jones, las cosas se aceleran desde el momento en que se dan cuenta de hasta dónde estaban dispuestos a llegar. "Se lanzan de cabeza a ese plan alocado que ni siquiera se habían planteado antes", comenta Bateman. "Es como si cobrara vida propia. Cada vez que están a punto de dejarlo, los problemas desaparecen. Y cada vez que hablan de abandonar, surge algo imprevisto. Los tres actuamos como un solo personaje. Los guionistas hicieron un estupendo trabajo al crear este monstruo con tres cabezas".

Day afirma: "Si Dale es el romántico, Kurt es todo lo contrario, es un mujeriego. Y Nick se encuentra justo en la mitad, es un tipo muy recto y retraído. Es divertido ver estas tres personalidades tan diferentes tratando de resolver la situación juntos. Resulta freudiano, son el Ello, el Yo y el Superyó".

"Eso es demasiado inteligente para mí y estoy seguro de que alguien le ha dicho a Charlie que lo diga", aventura Sudeikis. "Pero tiene sentido. Son tres bocas con un solo cerebro, eso seguro. Dale no quiere matar a nadie. Nick representa más bien el punto de vista del público, el más neutral. Y Kurt es el desafortunado Ello, el que no reflexiona".

"Cómo acabar con tu jefe" cuenta también con Julie Bowen en el papel de la impecable señora Harken, quien, como sugiere la actriz, "puede o no ser una fresca. Al tener a su celoso marido siempre en guardia imaginándosela con todo el que se cruza en su camino, les pone las cosas mucho más difíciles a sus empleados en el trabajo".

Lindsay Sloane es Stacy, la prometida de Dale, que no sabe nada de los problemas que éste tiene en el trabajo incluso a pesar de que literalmente los tenga encima, y P.J. Byrne da vida a Kenny Sommerfeld, un antiguo director de inversiones que se dedica ahora a gorronear copas y cuyo dramático ejemplo sirve para recordar a Nick, Dale y Kurt que no es fácil encontrar un buen trabajo. Wendell Pierce y el cómico Ron White interpretan a una pareja de suspicaces policías e Ioan Gruffudd representa el mayor error de los tres amigos, un hombre al que contratan online sin darse cuenta de que no es en absoluto el tipo de profesional en el que estaban pensando.


Los escenarios
"Si alguien se acerca a la casa, haznos una señal". - Nick
"Tocaré el claxon 6 veces". - Dale
"¿Y no podría ser sólo una?" - Nick

Cuando los tres amigos ponen en práctica los consejos de Jones vigilando las casas de Harken, Pellit y Harris por la noche, son conscientes de lo horribles que pueden llegar a ser sus jefes en formas que no conocían en el trabajo, lo que les deja pocas dudas acerca de lo justo de su misión.

El diseñador de producción Shepherd Frankel, que ya había colaborado con Seth Gordon en la exitosa película navideña de 2008 "Como en casa en ningún sitio", imaginó los escenarios interconectados de la historia como un juego a gran escala en el que el espacio de los hogares y los lugares de trabajo de los jefes representan tres campos de juego. "Es como si tuviéramos a un equipo con tres miembros que se enfrentan a otro equipo de tres, con Jamie Foxx en el papel de árbitro. Queríamos distinguir esos tres ambientes y dar vida a dos equipos enfrentados. Cada entorno refleja la personalidad de quien lo controla".

"Shepherd y yo trabajamos muy duro creando unos espacios que apoyaran todo lo que habíamos hablado con los actores en torno a los personajes para poder situarlos en un mundo que recordara a la persona sobre la que habíamos comentado", explica Gordon.

El infierno de Nick es Comnidyne, el calabozo organizado por Frankel "para incrementar la incomodidad y la ansiedad de los empleados de rango inferior apiñados en el centro de una sala en la que cada movimiento es controlado por el jefe desde su despacho en una esquina. Nos reunimos con estrategas financieros y empresas gestoras para conocer la arquitectura y sociología de este tipo de esquemas y ser capaces de representar visualmente lo que significa empezar desde abajo y aspirar a tener un espacio propio en el perímetro exterior".

Temáticamente, Harken está perfectamente en sintonía con su entorno, tal y como decidió la diseñadora de vestuario Carol Ramsey junto con Frankel y el diseñador de decorados Jan Pascale para alinear su vestuario con la paleta de grises y azules de Comnidyne. La casona que denomina su hogar, aunque algo más profusamente decorada, carece igualmente de calidez y está diseñada para alardear, empezando por el enorme retrato sobre la chimenea de Harken y su mujer-florero con sus gatos de exhibición.

En el caso de la Dra. Harris, el desafío consistía en crear cierto sentido sensual en el que probablemente es uno de los sitios menos sexy del mundo: la consulta de un dentista. "Es una gran profesional que ha llegado a lo más alto y a la que le gusta jugar al gato y al ratón, por lo que se trata de un lugar totalmente controlado con aberturas y ventanas a las demás habitaciones para que pueda saber en todo momento qué está pasando", señala la diseñadora. "Es muy de diseño, con un bonito papel pintado, lujosas obras de arte y una iluminación sutil que te va desarmando hasta que entras en su consulta privada. Allí se bajan las persianas, la puerta se cierra con llave y piensas 'es como el Templo Maldito’".

La casa de esta peculiar Dra. mantiene una estética similar a la de su lugar de trabajo, y eso puede verse a través de las ventanas que dan a la calle, que le permiten ofrecer el mismo espectáculo que pretende dar en su consulta.

La Pellit Chemical Company y la casa Pellit presentan un marcado contraste entre sí porque la empresa refleja el toque humano de Pellit padre, mientras que la casa de Pellit hijo está dedicada sin pudor a él mismo y a sus apetitos hedonistas. Ha metido en ella todo lo que encuentra exótico y erótico, sobre todo motivos egipcios y asiáticos con un toque ochentero de tipo Studio 54, un dojo provisional, muchos espejos y una camilla de masajes. Algunos de los detalles, sobre todo los de influencia asiática, proceden de la imaginación de Gordon y la aportación de Farrell al personaje con su gusto por las artes marciales y sus delirantes alardes.

La producción se rodó en Los Ángeles y sus alrededores, aunque, como afirma Gordon: "Tratamos de encontrar lugares en Los Ángeles que no se hubieran visto ya cientos de veces en las películas y la televisión. La idea era que pudiera ser cualquier lugar de Estados Unidos, donde uno pueda perseguir el sueño americano pero con un jefe horrible que te lo impide".

Comnidyne formaba parte de un complejo de oficinas ya existente de Torrance, California, donde remodelaron totalmente una planta que no estaba ocupada. Para Pellit Chemical, encontraron el paisaje industrial perfecto lleno de tuberías y contenedores alrededor de unas instalaciones de almacenamiento y limpieza de aguas vacías en Santa Fe Springs. El espacio y la arquitectura industrial estaban hechos a medida, pero para aprovechar el interior del almacén fue precisa una profunda revisión, además de abrir ventanas en las paredes de hormigón para que se pudieran apreciar los dinámicos exteriores y crear una entrada desde la que el antiguo jefe, Jack Pellit, pudiera hacer su fatídica salida. El bar en el que Nick, Dale y Kurt conocen a su mentor, Jones, se localizó en uno de los barrios más antiguos de Los Ángeles, y un restaurante de Woodland Hills, T.G.I.F., se convirtió en el local favorito de nuestros protagonistas.

El uso de localizaciones prácticas formaba parte de la intención de Gordon de que la historia estuviera muy cerca de la realidad. Pero se trata de una realidad intensificada, donde los escenarios que nacen en el mundo real tienen mucha más fuerza que la que tendrían en la vida de la mayor parte de nosotros. Posiblemente, lo más satisfactorio de todo esto sea una escena de acción en la que aparecen las grandes ventanas de la sala de reuniones de Comnidyne cuando Nick se imagina cómo sería arrojar de cabeza a Harken por ellas, y el parking que hay debajo, y con su jefe gloriosamente empalado por la señal que acota su aparcamiento privado. En general, el coordinador de escenas de acción Sean Graham comenta que: "Hay un par de secuencias de fantasía con cabezas que atraviesan cristales y personas cayendo desde ventanas, un coche que explota, una secuencia de persecución frenética, choques frontales de vehículos y todo tipo de locuras similares".

"Lo divertido de la historia no es ver si tienen o no tienen éxito, sino divertirse con su enfoque tan inepto de un plan terrible", explica Gordon. Espera que el público que haya sentido este tipo de frustración contra la que se rebelan Nick, Dale y Kurt en "Cómo acabar con tu jefe" pueda divertirse mientras come unas palomitas, soltar algo de presión y salir del cine con "un nuevo enfoque de lo que les ocurre y de esta forma, aunque sea por comparación, se den cuenta de que sus jefes no son tan malos".

Aparte de esto, sugiere, "Si alguna vez se te ha pasado por la cabeza lo bien que iría todo sin tu jefe, esta película te servirá para que veas lo que puede ocurrir si te empiezas a deslizar por esa peligrosa pendiente. Una vez que veas lo que puede ocurrir, quizás te lo replantees".