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  Mi semana con Marilyn  (My week with Marilyn)
  Dirigida por Simon Curtis
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MI SEMANA CON MARILYN presenta a la nominada a la nominada al Oscar® Michelle Williams (BLUE VALENTINE, SHUTTER ISLAND, BROKEBACK MOUNTAIN) como Marilyn Monroe y al ganador de un premio Tony Eddie Redmayne (LAS HERMANAS BOLENA, EL BUEN PASTOR) como Colin Clark. El film también cuenta con el nominado al Oscar® Kenneth Branagh (VALKIRIA, "Wallander") como Sir Laurence Olivier y a la ganadora de un Oscar® Judi Dench (QUANTUM OF SOLACE, SHAKESPEARE ENAMORADO) como la Dama Sybil Thorndike. Junto a ellos se encuentran algunos de los actores británicos de mayor talento: Julia Ormond ("Temple Grandin," CHE, EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON) como Vivien Leigh, Dougray Scott (MISSION IMPOSSIBLE II) como Arthur Miller, y Zoe Wanamaker (HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL), Emma Watson (serie de HARRY POTTER), Toby Jones (EL DESAFÍO: FROST CONTRA NIXON, INFAMOUS), Philip Jackson (LITTLE VOICE), Geraldine Somerville (serie de HARRY POTTER), Derek Jacobi (EL DISCURSO DEL REY, GOSFORD PARK), Simon Russell Beale (UN MARIDO IDEAL) and Dominic Cooper (DEVIL‟S DOUBLE, AN EDUCATION, MAMMA MIA!).

El curriculum de Simon Curtis como director incluye un BAFTA, un Emmy y una nominación al Globo de Oro. El film está producidor por los ganadores del Oscar® y el BAFTA David Parfitt (SHAKESPEARE ENAMORADO, LA LOCURA DEL REY JORGE) Y Harvey Weinstein (EL DISCURSO DEL REY, GANGS OF NEW YORK, SHAKESPEARE ENAMORADO). El guión es de Adrian Hodges (TOM Y VIV, THE RUBY IN THE SMOKE, DAVID COPPERFIELD). Está basado en los diarios de Colin Clark: El Príncipe, la corista y yo y Mi semana con Marilyn.

"Para muchos Marilyn es más un icono que una actriz" afirma el director Simon Curtis. "Más que sus películas, la gente tiene mucho más presente su imagen. Entré en este proyecto porque me enamoré de los dos libros de memorias de Colin Clark. Como ayudante de dirección en el Royal Court Theatre, me pareció fascinante descubrir esta historia"

El primer libro autobiográfico, El Príncipe, La Corista y yo, recopila las experiencias de Colin Clark como tercer ayudante de dirección en el set de EL PRÍNCIPE Y LA CORISTA, la primera película en la que Marilyn fue productora ejecutiva y protagonista con Sir Laurence Olivier, que también dirigía. El libro relata la multitud de problemas de la producción, consecuencia en su mayoría de la falta de comunicación y entendimiento entre las dos estrellas: Monroe tenía un comportamiento errático e impuntual (exacerbado por culpa de su adicción al alcohol y a los barbitúricos); Olivier, tradicionalista acérrimo, rehusaba acomodarse a la idiosincrasia interpretativa de Marilyn, devota del Método que había practicado con Paula Strasberg.

Mientras que el primer libro de Clark es un relato aceptable y relativamente poco conocido de las tensas relaciones entre Olivier y Monroe, su siguiente autobiografía, Mi semana con Marilyn, es una confesión íntima. En ella Clark rememora con afecto una semana mágica que pasó en compañía de Marilyn durante un viaje por la campiña británica. También ofrece un retrato fugaz de la mujer que había bajo esa imagen de estrella que la industria había creado.

"No di crédito cuando se publicó Mi semana con Marilyn", señala Curtis. "Colin pasó una semana llena de tensión y erotismo con la mujer más famosa del mundo, en la cumbre de su estrellato. No podía creer mi propia suerte al saber que me había hecho con los derechos. Varias personas lo habían intentado ya. Y en el último año al menos tres importantes directores habían manifestado su interés en adaptar esa historia, así que me siento afortunado".

Curtis se alió con dos productores destacados, David Parfiff y Harvey Weinstein, para llevar a cabo un proyecto que combina con maestría el drama, musical y comedia. Parfitt y Weinstein, que ya habían trabajado con anterioridad en tres de las mejores películas de época de los últimos quince años (LAS ALAS DE LA PALOMA, GANGS OF NEW YORK Y LA GANADORA DE UN OSCAR® SHAKESPEARE ENAMORADO) enseguida comprendieron el potencial de las memorias de Clark como base para una película. "Pensamos que el primer libro ofrecía información de primera mano sobre cómo se rodó EL PRÍNCIPE Y LA CORISTA y, por tanto, podía atraer mucho al sector de la industria cinematográfica. Sin embargo, el segunto libro es el que, en realidad, arroja luz sobre quién era realmente Marilyn" explica Parfitt. En realidad, y esto es lo más importante, esto no es un biopic sobre Marilyn: es una ventana a su vida, mientras trabajaba en una película, y de la relación que estableció con Colin Clark en un momento crucial para ella".

Con los derechos del libro asegurados, el equipo contactó con Adrian Hodges, con quien Curtis había trabajado en la adaptación de la BBC de David Copperfield, para intentar que se encargase de desarrollar el guión. Hodges, sin embargo, manifestó sus dudas sobre el tratamiento de Marilyn como persona.

"Como a todo el mundo, Marilyn me había cautivado desde que la había visto en CON FALDAS Y A LO LOCO. Jamás había visto nada tan sexy" dice el guionista. "Pero todas las historias que se han contado sobre Marilyn son más de lo mismo. A lo largo de los años se ha convertido en un objeto, un poster, una imagen reproducida miles y miles, y copiada por multitud de artistas, desde Madonna hasta Lady Gaga"

Pero tras leer los dos libros de memorias de Clark, Hodges cambió de opinión. "Pensé que los libros ofrecían una visión fascinante de la verdadera Marilyn, la Marilyn que era exactamente como todos pensaban que era – asustadiza, insegura, neurótica y, a veces, imposible, pero al mismo tiempo vulnerable, dulce, entrañable- una mujer joven, en definitiva. Así que pensé que este guión podría 'humanizarla' de nuevo".

Gran parte de la relación furtiva entre Clark y Monroe reside en lo poco probable que era que surgiese entre ellos. ¿Cómo era posible que la mujer más famosa del mundo, estando en la cima de su popularidad, fuese a acabar pasando una semana viajando por la campiña inglesa a solas con un ayudante que trabajaba en su película? Clark se acababa de graduar en Oxford y mientras intentaba forjarse una carrera como cineasta había conseguido un trabajo como ayudante en el set de rodaje de EL PRÍNCIPE Y LA CORISTA a principios de 1956.

Como tercer ayudante de dirección, su trabajo tenía una faceta conocida y otra desconocida: "Los terceros ayudantes están en todas partes y todos saben dónde están, porque tienen acceso a cada aspecto de la película, y al mismo tiempo son los trabajadores menos importantes del rodaje" dice Hodges.

Cuando Clark llegó al set el primer día de trabajo, se topó con una gran tensión en el ambiente, en gran medida motivado por las celebrities implicadas. "Era un momento muy importante en sus vidas" dice Curtis. "Marilyn se acababa de casar con Arthur Miller cuando llegó al aeropuerto de Londres, era un momento que ella vivía con especial orgullo. Se acababa de casar con un gran intelectual con el que, pensaba, iba a compartir el resto de su vida. Además, era su primera incursión en el mundo de la producción (el primer proyecto de Marilyn Monroe Productions) y su estancia en Inglaterra, para trabajar con el gran Sir Laurence Olivier, pretendía disipar cualquier duda sobre sus dotes interpretativas. De alguna manera, la película cuenta como todos esos objetivos se malograron".

Al mismo tiempo, Olivier intentaba relanzar su carrera como estrella de cine en un marco cultural volátil que parecía acentuar todavía más su obsolescencia. Según destaca Curtis "1956 fue un año extraordinario en Inglaterra, con rock ŽnŽroll, el año de la ITV, el año de 'Look back in Anger', el año de Lucky Jim". Culturalmente, había mucho cambio. Y tener a Marilyn junto a Paula Strasberg hablando de El Método resultó un auténtico desafío para la identidad de Oliver.

El choque de Monroe con Olivier, los miedos con respecto a su matrimonio y sus inseguridades con respecto a su talento la hacía extraordinariamente vulnerable. "Ella quería un amigo" explica Hodges, "y básicamente gracias a una serie de casualidades estrechó su relación con Colin en un plano más íntimo porque él siempre estaba allí y no era una amenaza, además de ser encantador y atractivo".

Monroe ansiaba escapar de los problemas de la producción, y cuando se enteró de que Clark pertenecía a una familia bien relacionada –era el hermano del columnista Alan Clark y el hijo de Kenneth Clark, autor destacado e historiador- se dio cuenta de que éste podía proporcionarle acceso a lugares que estaban fuera de su alcance, como el Castillo de Windsor y Eton College.

"Fue una semana muy inocente pero, al mismo tiempo, emocionante y llega de intimidad" añade Hodges.

De hecho, Curtis identifica la historia de la película, salvando las diferencias, con LOST IN TRANSLATION. "Dos personas que, de manera accidental, entran en la misma órbita y conectan, para luego separarse, y eso fue lo que me atrajo" dice el director. "Además, la historia llama la atención sobre el actual interés que tenemos en las celebrities. Ahora tenemos Twitter, que nos da muchísimos detalles sobre cómo viven los famosos, pero antes este tipo de información era inaccesible. Por ese motivo me gusta cómo Colin nos ofrece información desde dentro".

Veterano en los escenarios y en la pequeña pantalla, Curtis ha esperado mucho tiempo para hacer su debut en la gran pantalla. "Hubo muchos proyectos que estuve a punto de rodar pero, la verdad, estoy encantado de que mi debut sea con un proyecto como este, algo por lo que he apasionado, no algo en lo que me he visto involucrado. Es aquello con lo que siempre soñé, así que me parece un fantástico punto de partida".

"Es una declaración de la destreza de Simon como director el haber sido capaz de aunar una incredible cantidad de talent en esta película" añade Weinstein. "Posee un don con los actores y es capaz de sacar lo mejor de su cast".


Marilyn Monroe
Curtis solo tuvo en cuenta a una actriz para encarnar al icono de Marilyn, y fue la nominada al Oscar Michelle Williams. "Siempre he admirado el trabajo de Michelle y la considero una de las actrices clave de su generación" dice Curtis. "Sus interpretaciones en BROKEBACK MOUNTAIN BLUE VALENTINE fueron especialmente brillantes. Además, tiene la edad ideal para encarnar a la Marilyn del año 56. Me emocionó saber que Michelle estaba interesada en el papel. Es una trabajadora incansable. Ha demostrado mucho valor a la hora de meterse en el papel de un icono como Marilyn".

A Williams le gustó, muy especialmente, esta nueva perspectiva que las memorias de Clark ofrecían sobre Marilyn. "Para Michelle la clave es que no fuese una película sobre la vida de Marilyn" dice Curtis. "Es solo un mes, contemplado con mucha naturalidad".

La estrella Americana admite que sintió aprehensión a la hora de abordar el personaje. "¿Cómo no estarlo?" dice Williams. "En realidad traté de ignorar mis miedos e intenté construir mi personaje más como ser humano que como famosa".

Para Williams, la oportunidad de interpretar a Monroe poseía un significado especial. "Crecí con un poster suyo en la habitación" revela Williams. "Siempre me ha interesado más la cara más humana de Marilyn, la apenas conocida, la Marilyn de antes de Marilyn Monroe. Incluso cuando era pequeña me seducía más la conexión no tanto con su faceta pública como por su personalidad al margen de los focos".

Williams encarna un papel en la pantalla pero ella insiste en que tuvo que gestionar tres papeles a la vez: Marilyn Monroe, estrella mundial; la vulnerable e insegura Norma Jean Baker y Elsie, la tímida corista en la película de Olivier. Para darle mayor autenticidad a la fuerza de Monroe como estrella, Curtis rodó dos números musicales que no dejan duda de cual era la faceta dominante. "La película es una mirada íntima hacia el lado más vulnerable y desconocido de Marilyn. Pero quería asegurarme de que mostrábamos su faceta como estrella, como un intérprete de su propio sueño. Es el contraste entre esas dos facetas, tan opuestas entre sí, lo que vuelve tan atractiva la historia".

En lugar de aceptar dobles de cuerpo o aprender a gesticular, Williams aceptó el reto de cantar y bailar en la película. "Michelle canta y baila maravillosamente" dice Curtis. "Elevó la temperatura del plató en sus números musicales"

Para facilitar esas dos secuencias, Curtis, Parfitt y Weinstein reunieron un equipo de talent de Broadway que incluyó a la coreógrafa nominada a un Tony Kathleen Marshall ("Wonderful Town," "Anything Goes"), al coreógrafo Denise Faye (NINE, CHICAGO) y al profesor de canto David Krane. Krane además, hizo los arreglos a las canciones seleccionadas, que incluye un "When Love Goes Wrong/Heat Wave" medley y "That Old Black Magic."

A pesar de que su conocimiento sobre la vida de Marilyn era bastante amplio, Williams indagó en cuantas fuentes tuvo a su alcance para preparar su personaje. Estudió expresión corporal para recrear los movimientos característicos de Marilyn, desde su peculiar modo de caminar hasta el modo en que bajaba las escalerillas de un avión.

Williams trabajó con Faye, Marshall y Krane para dominar las técnicas de canto y baile propias de Marilyn. "Lo más útil fue ver sus películas una y otra vez para conseguir que el personaje se grabase en mi cabeza" dice Williams. "Le tengo mucho cariño a EL PRÍNCIPE Y LA CORISTA aunque la he visto infinidad de veces". El broche final de la transformación de Williams en Marilyn lo puso el diseño de peluquería y vestuario de Jenny Sircore, que ganó un premio de la Academia por su trabajo en ELIZABETH.

El deseo de producir sus propias películas y su viaje a Inglaterra para trabajar con y bajos las órdenes de Olivier estaba directamente relacionado con su anhelo de ser tomada en serio como actriz. La decisión fue un movimiento profesionalmente muy audaz. Marilyn llevaba a la gran pantalla el papel que la mujer de Olivier, Vivien Leigh, había representado en el teatro. La dedicación de Marilyn al Método de interpretación también infundía respeto, aunque acentuó las diferencias interpretativas con sus colegas británicos.

"Lo que Marilyn esperaba que ocurriera y lo que ocurrió finalmente fueron dos cosas muy distintas, origen de mucha discordia y tristeza para ella en Inglaterra" explica Williams. "Ella esperaba ir a Londres, hacer una película con el actor más respetado de todos los tiempos y que esa experiencia le reportase el respecto que ella había ansiado todo el tiempo. Cuando llegó, se sintió ninguneada y objeto de mofa. Olivier la trataba despectivamente y no le ofrecía las atención que esperaba. Necesitaba un aliado, y encontró a Colin"

Williams todavía se siente cautivada por el talent de Monroe y por lo modernas que sus interpretaciones siguen resultando hoy en día. "Ella ansiaba papeles dramáticos pero el terreno en el que mejor se desenvolvía era la comedia. Y en EL PRÍNCIPE Y LA CORISTA se come la pantalla", declara Williams. "El resto del elenco es estirado, rígido, arcaico y distante, mientras que no hay nada en su interpretación que parezca anticuado o desfasado"


Colin Clark
Para interpretar el personaje de Colin Clark, Curtis buscó al actor Eddie Redmayne. "Siempre me ha gustado Eddie" dice el director "y, como Colin, es un ex alumno de Eton y tiene esa madurez emocional e inocencia juvenil que tanto admiro"

A pesar de que Clark nació en el seno de una familia acomodada, en ciertos aspectos se le consideraba un "bohemio" para los estándares de la clase alta. "Fue a Eton con todos los aristócratas pero, de hecho, era un poco "raro" ya que su familia estaba bastante alejada del contexto pijo" explica Redmayne. Podían tener a Laurence Olivier o a Margot Fonteyn para cenar mientras que los demás estaban de pesca. Parecía el tipo de persona que lo tenía todo, pero lo cierto es que era un excéntrico que hacía todo lo posible por demostrar su valía a sus padres, a su familia y a sí mismo".

Encantador, brillante y, lo más importante, tenaz, su falta de egoísmo era una característica especialmente destacable. "Colin era una persona atenta con un espíritu tremendamente generoso" dice Redmayne. "Y vive con todo ese caos a su alrededor, en el epicentro de una batalla de talentos, egos, energía y sexualidad".

En la película, Clark tiene 23 años y se presenta como un joven atractivo, con confianza en sí mismo, aunque más inmaduro de lo que él cree. "El piensa que es parte del juego" dice Redmayne con una sonrisa. "Hablé con una mujer que era agente de prensa durante el rodaje. Me dijo que Clark era un encanto y que era capaz de hacer cambiar a cualquiera de opinión. Tenía la arrogancia de la juventud. Pero aprende una importante lección en la película. Hay cierta historia de crecimiento subyacente".

Los jóvenes no acostumbran a aprender lecciones de la mujer más famosa de todos los tiempos. Como apunta Redmayne "es increíble que este joven, que nunca había estado en un set de rodaje, pudiese construir una relación íntima con la mujer más importante del lugar en ese momento. Son esas cosas sorprendentes y extrañas de la industria. La verdadera magia del cine".

Redmayne cree que la amistad fue posible, en parte, por la sensibilidad como observador de Clark, algo que aprovechó en su trabajo como director de documentales. "El percibe la fragilidad de Marilyn en medio de todo el caos del rodaje" dice el actor. "El ve más allá de las puertas cerradas. Y no parece tener miedo a la celebridad, habiendo crecido en un hogar en el que se tomaba el té con Olivier, Fonteyn y los mejores compositores de la época. La popularidad no le impresiona: lo que él percibe es ese poder deslumbrante de Marilyn y su vulnerabilidad. Es eso de lo que queda prendado."

Al comenzar el rodaje Clark flirtea con una joven ayudante de vestuario, interpretada por Emma Watson, en lo que parece el principio de una relación romántica. Pero se malogra por la fascinación de Clark con Marilyn y su deseo de estar cerca de ella. "Colin se atreve a soñar que una amistad con Marilyn podría conducir a algo más y, en realidad, tal y como lo describe en su libro, el beso que se dan en ese día de libertad utópica es maravilloso" explica Redmayne. A pesar de que su semana juntos implicó cierta tensión sexual, Clark y Monroe se movieron más en el terreno de la complejidad emocional que en el típico asunto amoroso.

"La suya es una relación extraña" dice Redmayne. "Hay una mezcla de instinto maternal de ella hacia él, combinada con lo opuesto, un Colin paternalista con Marilyn. Es una relación sutil y a la vez profunda. Es lo que más me gusta de ello. Una relación efímera entre Colin y Marilyn".


El cast
Lo cierto es que Laurence Olivier tenía grandes expectativas para el proyecto con Marilyn Monroe: iba a ser la película que relanzaría su estancada carrera. Para encarnar al actor en la gran pantalla, se pensó en Kenneth Brannagh, un gran actor con tablas tanto en teatro como en cine que en su juventud a menudo había sido comparado con Olivier. De hecho, tanto Branagh como Olivier dirigieron y protagonizaron ENRIQUE V y HAMLET.

"Tenía alguna duda pero decidí, sencillamente, leer el guión y ver si me convencía" dice Brannagh. "La historia me cautivó por completo. Conocía los libros de Colin Clark en los que se basa el guión pero me sorprendió que, a pesar de que se habría podido adaptar de una manera muy "cotilla" sobre lo que era el mundo del cine, era una aproximación muy tierna, impactante y muy muy graciosa".

A Branagh también le impresionó lo afectuoso y lúdico del retrato que el guión hacía de Olivier. "El guión relata con ternura y sentimiento la relación entre Olivier y Marilyn Monroe. Es mucho más que una mirada sobre el mundo del cine. No podia parar de leerlo".

Cuando estaba dirigiendo y protagonizando EL PRÍNCIPE Y LA CORISTA, Olivier estaba casado con la protagonista de LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ Vivien Leigh, que en ocasiones visitaba el rodaje. Interpretada por Julia Ormond, Leigh también tuvo una relación bastante cordial con Colin. "Creo que Vivian es una mezcla increíble de dureza y picardía dentro de un cuerpo de mujer" dice Ormond, que confiesa ser una gran fan de la estrella de Hollywood. "Una de las cosas por las que Vivien era conocida era por su extraordinaria belleza que, por supuesto, intimidaba. Afortunadamente la interpreto cuando tenia 43 años, no 23. La apariencia de Marilyn, lejos de provocar sus celos, le producía fascinación".

El marido de Marilyn en aquella época era el célebre autor Arthur Miller, interpretado por Dougray Scott. La pareja llegó a Inglaterra recién casada, aunque su reciente matrimonio ya empezaba a mostrar signos de problemas. "Se estaban alejando cada día un poco más y la convivencia era cada vez más difícil" dice Scott. "Era una mujer difícil y compleja, difícil de comprender. No obstante Miller, en sus últimos años, ha declarado lo mucho que la quería".

Cuando Miller regresa a EEUU a causa de un malentendido con su mujer, Monroe se queda sin ningún amigo de verdad salvo su profesora Paula Strasberg, interpretada por Zoë Wanamaker. "Paula estaba casada con Lee Strasberg, que era el buque insignia de la escuela del Método en Nueva York" dice Wanamaker. "Trabajó con Marilyn. No creo que a Oliver le gustase mucho tenerla cerca. Y tampoco creo que le gustase a Miller. Tampoco quería que pareciese un monstruo. He intentado darle un poco de calidez y realidad, un poco de preocupación y cariño real".

Mientras que Strasberg actúa teniendo siempre en mente lo mejor para su cliente, no parece que su colega Milton Green, interpretado por Dominic Cooper, hiciese lo mismo. "Al principio tenían una relación estrecha" explica Cooper. "Después, durante esa semana, comenzaron a distanciarse. Intentaba "ayudarla" dándole más medicamentos. Al finalizar el rodaje estaba tomando pastillas innecesarias. Ella estaba atravesando un momento tremendamente dramático tanto en el plano físico como en el emocional y Milton, sin tener mucha idea de lo que estaba haciendo, la llenaba de barbitúricos para mitigar su pena. Todo el mundo a su alrededor intentaba ayudarla sin tener en cuenta la dimensión real de sus problemas".

Mientras Marilyn luchaba por encajar en el rodaje de Olivier, la muy apreciada Dama Sybil Thorndine, interpretada por la reputada y querida actriz Judi Dench, era de las pocas personas que le ofrecía una palabra amable. "Ella era una especie de hilo conductor entre Sir Laurence y Marilyn" explica Dench. "Sybil, que conocía a Sir Laurence muy bien, pronto se da cuenta de que la relación entre ambos no funciona. No obstante, creo que ella se puso del lado de Colin y Marilyn. Era amable con ella y le infundía ánimos".

Dentro del reparto también se encuentra Lucy, la ayudante de vestuario interpretada por Emma Watson, con la que Colin estuvo a punto de comenzar una historia antes de que Marilyn se cruzase en su camino. "A pesar de tener experiencia en el set, a diferencia de Colin el mundo del cine es completamente nuevo y excitante para ella" dice Watson. "Ella es prudente con respecto al trabajo de los ayudantes de dirección y conoce cómo funciona un rodaje pero es tímida e inocente. A pesar de que al principio se muestra reservada, se enamora perdidamente de él y al final le hacen daño".


Producción
Gran parte de MI SEMANA CON MARILYN se rodó en los Estudios Pinewood, el mismo estudio en donde se rodó EL PRÍNCIPE Y LA CORISTA, así como en Hatfield House, el Castillo de Windsor Castle, Eton y en los bancos del Támesis. También se rodaron escenas en Parkside House, la misma casa en la que Marilyn estuvo mientras rodaba EL PRÍNCIPE Y LA CORISTA. "Esa localización es particularmente hermosa" dice Curtis "Cuando estábamos rodando la escena en la que Marilyn encuentra el diario de Arthur Miller, que ella lee para su desgracia, hacerlo en las mismas escaleras en donde Marilyn se había sentado nos produjo una sensación muy especial".

Curtis explica que quería que la película fuese lo más leal posible a 1956 "a pesar de ofrecerle un aire moderno". Una parte muy importante de la película son las secuencias en las que Olivier y su equipo están rodando escenas de EL PRÍNCIPE Y LA CORISTA. "Es como una película dentro de otra película" explica el productor David Parfitt. "Para Simon era muy importante concentrar los colores y las texturas y la introducción del Technicolor en los años cincuenta. Queríamos acentuar el contraste entre las escenas de EL PRÍNCIPE Y LA CORISTA con lo que sucedía fuera del set".

"Ha sido muy divertido" continua "porque teníamos a algunas personas que habían participado en el rodaje de la película original, así como hijos e hijas de trabajadores. La script de la película original vino de visita un día, y el hecho de rodar en ese estudio, el mismo en el que había participado ella, con Michelle en el mismo camerino, le dio un significado especial a todo el proyecto."

Cuando MI SEMANA CON MARILYN entró en post-producción, el productor Harvey Weinsten contactó con su buen amigo y colega, el compositor Alexandre Desplat, para encargarle la música de la película. Habiendo colaborado en más de 10 películas, incluida la archipremiada EL DISCURSO DEL REY, Desplat accedió a crear un Tema de Marilyn para la película, en colaboración con otro compositor y director de orquesta, Conrad Pope, que finalmente se encargó del score de la misma.

Weinstein estaba tan impresionado con el Tema de Marilyn compuesto por Desplat que sintió el impulso de encargar a uno de los mejores músicos del mundo que interpretase una versión para Piano. El reconocido concertista de piano Lang Lang se unió enseguida al proyecto. "El momento en que escuchamos a Lang Lang interpretar el Tema de Marilyn fue uno de los instantes más mágicos y memorables de toda mi carrera" dice Curtis. "No podría haber elegido un broche mejor para terminar esta andadura".