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  El muerto y ser feliz  Dirigida por Javier Rebollo
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Nota del director
Durante el año 2010 y principios del 2011 viajé a lo largo de veinticinco mil kilómetros buscando una luz, una trama, y, sobre todo, un ambiente y un sentimiento para escribir y filmar una película que solo adivinaba. La luz acabaría siendo la de la naturaleza argentina, de manera franca, directa; la trama, la de (des)ordenar un argumento tan clásico como el de una roadmovie con chico, chica y pistolas a través de la comedia y el absurdo; el ambiente, el de los decorados naturales y el del color de los rostros, cuerpos y acentos de la gente de cada lugar. El sentimiento, el de una fuga. Escapar.

Finalmente, el rodaje de "El muerto y ser feliz" tuvo lugar en los meses de mayo y junio de 2011, en exteriores e interiores naturales a lo largo de cinco mil kilómetros: Buenos Aires, Rosario, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy y Bolivia.

Las películas de carretera son películas rápidas, sus protagonistas tienen miedo a detenerse porque detenerse es recordar; el índice de velocidad es proporcional al olvido y el de lentitud al recuerdo, formuló Kundera. Esta película se ha rodado en 16 mm. y muy rápidamente, sin aparatos complicados de rodaje, con poca iluminación, sin hacer casi tomas, sin ensayar… porque no teníamos tiempo ni dinero, pero sobre todo, porque el director quería olvidar sumando kilómetros. Recordar es sufrir.

Esta película no se nutre de ninguna película en concreto, acaso de una literatura, la de Onetti y la de Cervantes -las novelas de caballerías son las primeras roadmovies-, y de un sentimiento, el de la imposibilidad de contar hoy historias de la misma manera que ayer. Por eso, el sujeto melancólico que es el director aparece como protagonista en la película contándo(se) mientras sufre por urdir su película, recordando, inventando, en la duda, y al introducir su percepción personal va minando la falsa objetividad de los hechos; y sucede entonces que el relato se abre a todas las posibilidades. Esa, según Barthes, es la característica del mito. Y es que esta película es también una película sobre la construcción del mito. La del mito de Santos –mítico José Sacristán–, su leyenda de forajido y asesino a sueldo. Que la disfruten.




Javier Rebollo (Director)
Javier Rebollo nace en Madrid en 1969 mientras Renoir rueda "Le petit théâtre de Jean Renoir" y Truffaut "La sirena del Mississippi". Desde 1995 y a través de su productora, Lolita Films, rueda una serie de cortometrajes escritos con Lola Mayo y protagonizados por un personaje y una actriz, Lola Dueñas. En el año 2006, estrena en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián su opera prima "Lo que sé de Lola" (Ce que je sais de Lola) que obtiene, entre otros, el premio FIPRESCI en el London Film Festival y con la que es nominado al Goya al Mejor Director Novel; con este largometraje, rodado en Francia y protagonizado por Lola Dueñas, culmina el ciclo de cortometrajes que el director y la actriz venían rodando juntos desde hace años. Su segunda película, "La mujer sin piano" (2009), gana el premio a la Mejor Película en el Festival de Cine de los Ángeles (AFI), obtiene la Concha de Plata al Mejor Director en el Festival de Cine de San Sebastián y es votada como la Mejor Película Española del Año por Cahiers du Cinéma España y por el periódico El Mundo.

"El muerto y ser feliz" es su nueva película.