IN TIME está escrita y dirigida por Andrew Niccol, autor del guion de 'El show de Truman'. La película está producida por Eric Newman ('Hijos de los hombres'), Niccol y Marc Abraham ('Hijos de los hombres') así como el propio Niccol. Andrew Z. Davis ('El dragón rojo'), Kristel Laiblin ('Hijos de los hombres') y Amy Israel ('¿Bailamos?') son productores ejecutivos. Tras las cámaras está el equipo formado por el director de fotografía nominado al Oscar en nueve ocasiones Roger Deakins ('Valor de ley', 'El lector'), el diseñador de producción nominado al BAFTA Alex McDowell ('Los vigilantes', 'Charlie y la fábrica de chocolate') y la diseñadora de vestuario ganadora de tres Oscar Colleen Atwood ('Alicia en el País de las Maravillas', 'Memorias de una geisha', 'Chicago').
El rodaje de IN TIME se llevó a cabo en Los Ángeles, California, y sus alrededores.
Aquél que muere pleno de juventud y vigor, tiene la muerte más bella.Alexander Pope (La Ilíada, de Homero)
El tiempo es dinero. Benjamin Franklin
Hojeamos una revista o un periódico. Encendemos la televisión. Navegamos por Internet
o vamos a ver una película. Está ahí, explícita o sutilmente, impregnando todos los medios de comunicación: somos una civilización obsesionada con la juventud.
La industria de salud y belleza invierte anualmente millones y millones de dólares y de horas intentando encontrar la forma de detener el proceso de envejecimiento del cuerpo humano, generando consumidores dispuestos a pagar cantidades tan grandes de dinero que, juntándolo todo, podrían saldar la deuda de un pequeño país, todo a cambio de disponer de su propia fuente de la juventud. La ciencia está cada vez más cerca de encontrar una solución para combatir este complejo proceso pero, entretanto, un hombre puede haber encontrado una manera de mantener siempre jóvenes a los seres humanos
sobre el papel, al menos: el realizador de futuros realistas Andrew Niccol.
La habilidad de Niccol para combinar grandes escenas de acción con grandes conceptos de manera sorprendente, a través de mundos fantásticos pero absolutamente reconocibles, se pone totalmente de manifiesto en IN TIME. "IN TIME es un thriller de acción", señala Niccol. "Creo que la gente puede disfrutar con la película a ese nivel. Los espectadores irán a verla por los efectos especiales, la acción, las persecuciones de coches y para ver a Amanda Seyfried empuñando una pistola, ¡lo cual hace estupendamente! Pero yo creo que el público apreciará también algunos de los temas e ideas que exploramos en el filme, porque IN TIME trata en cierto modo sobre nuestro íntimo deseo de mantenernos siempre jóvenes. Aunque no podemos eliminar el gen del envejecimiento, como efectivamente se hace en la película, realmente llegamos a límites extremos para seguir siendo jóvenes".
Niccol, natural de Nueva Zelanda, perfiló sus dotes como realizador dirigiendo publicidad en Londres, antes de trasladarse a Hollywood a raíz de su éxito como guionista y director de 'Gattaca'. Al año siguiente, Niccol escribió el guion de 'El show de Truman', por el que fue nominado al Oscar al mejor guion original.
La habilidad de Niccol para combinar ideas atrevidas e innovadoras con otras fácilmente reconocibles, atrajo al productor Eric Newman. "Igual que anteriores trabajos de Niccol, su guion de IN TIME realmente me transportó hasta el mundo que él mismo había creado", recuerda Newman. "Era una parábola, una obra con conciencia social y, sin embargo, como todo su trabajo, era increíblemente entretenida, vertiginosa y brillante".
El productor ejecutivo Andrew Z. Davis ansiaba trabajar en una película que fuera, a la vez, una gran aventura y una crítica social: "IN TIME refleja algo perfectamente reconocible. Todo el mundo puede relacionarla con una historia sobre ricos y pobres, que es esencialmente de lo que trata la película. Pero, al mismo tiempo, tiene acción, romance y un mensaje político. Y, como todo el mundo sabe, un buen thriller debe tener el ritmo de un reloj, independientemente de si estás esperando a que una bomba explote o a que un rehén sea rescatado. En esta película, en realidad sí que hay un reloj; el tiempo es el gran elemento de discriminación".
La productora ejecutiva Kristel Laiblin se sintió atraída por la complejidad del guion de Niccol y la belleza de su narración: "La forma de contar historias de Andrew es sobria y evocadora. El mundo donde vive nuestro héroe se mueve frenéticamente; nadie pierde el tiempo. En el lado opuesto está el mundo de los ricos, donde a nadie se le agota el tiempo. Ahí pueden pasarlo de la manera que quieran: jugando a un juego pausado, como las cartas, algo que nadie podría hacer en otro lugar. Son mundos totalmente distintos, y Andrew creó ambos de una forma extraordinariamente realista en unas pocas páginas".
Amy Israel, productora ejecutiva de IN TIME, estaba en New Regency Productions cuando Niccol trajo el proyecto, y recuerda con claridad, como el resto de sus colegas, la primera vez que lo leyó: "El guion de Andrew era original, se basaba en una idea genial y en esencia era una emotiva e impactante historia. Era realmente especial, y todos fuimos conscientes de eso desde el principio. La historia tenía lugar en un mundo no muy distinto al nuestro, en una especie de realidad alternativa. En ella, el tiempo se considera moneda de cambio, y todo el mundo nace con un reloj biológico incrustado en su muñeca. A los 25 años de edad, cuando se considera que el lóbulo frontal del cerebro y el cuerpo han alcanzado ya su plena madurez, ese reloj comienza a hacer tic-tac; y sólo te queda un año de vida. O has nacido con tiempo, y entonces no tienes ninguna preocupación, o debe empezar a buscarte la vida, literalmente".
Will Salas es el héroe de la historia. Vive en la región, o zona horaria, más pobre, llamada Dayton. Casi nunca tiene más de 24 horas en su reloj biológico, por lo que tiene que trabajar cada día en una fábrica para poder pagarse otro día más de vida. A su madre, Rachel, le ocurre lo mismo, al igual que a todos los que viven en el miserable territorio de Dayton. No obstante, en vez de ser un sitio desolador, la vida en Dayton está llena de color, sonidos, velocidad, música, prisa
y crímenes. La banda de los Hombres Minuto está siempre al acecho buscando el modo de robar tiempo, y acabar con una vida a cambio de unas pocas horas no significa nada para ellos. (El robo de tiempo es simplemente una cuestión de fuerza; el agresor vence cuando coloca su reloj biológico sobre el reloj de la víctima, y le fuerza a ello mediante una llave que le bloquea el brazo).
Cuando Will protege a Henry, un rico que se ha infiltrado en la zona, de un grupo de Hombres Minuto que tratan de quitarle su tiempo, Henry le regala a Will en señal de agradecimiento un siglo de vida. Pero como el tiempo es riqueza y como tal se rastrea celosamente, el movimiento de una cantidad tan grande dentro de los confines de Dayton llama la atención de las autoridades: los Guardianes del Tiempo. Además, Will es falsamente acusado de asesinato, lo cual desencadena que un veterano Guardián del Tiempo llamado León comience a perseguirle incansablemente.
Sin un plan en mente (aparte de evitar ser capturado por los Guardianes del Tiempo), Will decide irse a vivir a la zona más rica, New Greenwich. En un marcado contraste con Dayton, aquí nada se mueve con celeridad; el tiempo es un lujo que todos los residentes se pueden permitir, ya que la mayoría tiene cientos o, incluso, miles de años de vida. Pero esa inmortalidad relativa tiene un precio, y todos viven temiendo que les roben y les hieran; "los pobres mueren y los ricos no viven", observa Will. Enseguida empieza a hacerse evidente para Will que para que unos pocos vivan, muchos deben morir, con el fin de conseguir un equilibrio entre ricos y pobres. ¿Podrá Will aprovechar el tiempo que tiene para hacer algo positivo?
No obstante, en New Greenwich hay algo que atrae a Will: Sylvia Weis, la hija del supermillonario Philippe Weis. Cuando los Guardianes del Tiempo tratan de apresarle, Will coge a Sylvia como rehén, y lo que empieza como una huida de la ley se convierte en una arriesgada y peligrosa apuesta por cambiar las reglas de ese nuevo mundo, no tan feliz, con dos amantes a la fuga como principales protagonistas.
El productor Eric Newman alude a la velocidad con la que Niccol nos presenta este mundo en su guion. "El mayor reto en una película como ésta es cómo le vendemos este universo al público", explica Newman. "Andrew lo hizo en las primeras tres páginas del guion. Will Salas se despierta, entra en una habitación donde hay una hermosa mujer de 25 años, y él le dice: 'Hola, mami'. Y Will tiene un dispositivo en la muñeca que marca una cuenta atrás. Y su madre le da 30 minutos para almorzar. Inmediatamente comprendes que Will tiene 22 horas de vida [a menos que pueda obtener más tiempo]. Y que ella es su madre, aunque ambos parezcan tener la misma edad, y simplemente le ha procurado tiempo para que tenga un almuerzo decente. Todo eso refleja una economía narrativa realmente brillante, lo cual resulta muy difícil de conseguir en un guion".
El casting
Buscar actores para una película donde todos tienen 25 años, o se mantienen con esa edad, puede parecer una tarea sencilla, pero éste no era el caso. Aunque es cierto que, por fuera, los personajes aparentan 25 años, por dentro son mucho más viejos
, algunos han cumplido 30, 50, 60 e incluso 100 años. Y eso tenía que transmitirse a través de la interpretación, sin ayuda de maquillaje, efectos especiales o tecnología.
"Todos los actores tenían que aparentar 25 años, más o menos, porque en la historia es a esa edad cuando se extingue el gen del envejecimiento", detalla Niccol. La edad no fue elegida de forma arbitraria. "Es la edad en que finaliza nuestro proceso de maduración, cuando el lóbulo frontal del cerebro ya se ha desarrollado completamente", prosigue el realizador. "Esa es la parte del cerebro que controla nuestros impulsos y nuestra conducta temeraria. Las compañías de alquiler de coches lo saben; no alquilan un coche a menores de 25 años. En la película hay personajes cuya edad cronológica es de 100 años, por lo tanto, había que buscar 'espíritus viejos'. Sólo hay unos pocos actores jóvenes que tengan la capacidad de interpretar a una persona anciana con un cuerpo de 25 años".
Un actor que no dejó pasar la oportunidad de interpretar a un "espíritu viejo" fue Justin Timberlake. Su fulgurante ascenso al estrellato fue lo que contribuyó a convencer a los realizadores de su idoneidad para el personaje de Will. "Me gusta su ética de trabajo, que es uno de los principales rasgos que Justin comparte con su personaje, Will Salas", dice Niccol. "En realidad, fue muy acertado que Justin interpretara a Will. Will tiene que despertarse cada día e ir a trabajar
o morir, y yo no creo que el propio Justin se haya tomado un día de vacaciones desde que tenía 12 años. No hay razón por la que Justin no pueda ser un popular héroe de acción [como Will] puesto que parece que todo lo que toca le sale bien".
Eric Newman añade: "Justin ha sido adulto desde que tenía 17 años, cuando se convirtió en una superestrella. No ha tenido una infancia convencional, y eso lo lleva siempre consigo. El personaje de Will es alguien que probablemente tampoco tuvo infancia porque, en ese mundo, naces con un reloj en tu muñeca, pasando 24 años de tu vida esperando a que ese reloj se ponga en marcha. Y cuando lo hace, tienes menos de un año para intentar asimilarlo; te enfrentas constantemente a tu propia mortalidad. Pienso que Justin ha trabajado incansablemente y más duro que nadie, y eso también lo transmite en su interpretación. Creo que Justin y Will tienen una ética similar, trabajar o morir, y en ese sentido ambos están muy conectados".
Timberlake, fan de las películas de acción desde hace mucho tiempo, aceptó de buen grado la oportunidad de interpretar a un personaje cuyos actos heroicos se enmarcan dentro de la realidad y en un contexto extraordinariamente rico. "Cuando era niño, algunas de mis películas favoritas eran las de acción, como 'Acorralado', 'El fugitivo' y 'La jungla de cristal'", dice Timberlake. "Lo que me encantaba de estas películas concretamente era que los protagonistas eran gente normal que, al enfrentarse a circunstancias extraordinarias, hacía cosas extraordinarias".
Las heroicidades de Will se producen como resultado de un factor perfectamente verosímil. "Will se ha criado prácticamente sin nada", señala Timberlake. "Cada día se despierta y va a trabajar para seguir con vida. A partir de una serie de sucesos, Will decide que ya no aguanta más y asume la tarea de intentar cambiar la manera en que las cosas funcionan en ese mundo".
"Will ha crecido en Dayton, que es como una especie de gueto. Parece casi una ironía el hecho de que el nombre de la ciudad incluya la palabra inglesa 'day', puesto que la mayoría de la gente que anda por allí sólo tiene un día de vida. En consecuencia, la vida cotidiana en Dayton es muy acelerada. La gente no tiene tiempo de pasear, por lo tanto, la mayor parte del tiempo va corriendo a donde tenga que ir, y normalmente come y bebe sobre la marcha. No disponen de tiempo libre ni tienen tiempo que perder. Todo es frenético y vital, de una manera algo arriesgada pero también hermosa. Cuando te hallas contra la pared y no tienes elección, modificas tus parámetros y vives la vida como más te conviene para poder sobrevivir".
Timberlake le dedica especiales elogios a Amanda Seyfried, que interpreta a Sylvia, su involuntaria (al principio) cómplice. "Hay gente que ve el mundo de la misma forma que Will. Al final del día, pienso que lo único que Will quiere es justicia. Yo creo que, a través de Sylvia, Will descubre que puede aspirar y luchar por algo de mayor envergadura. La película se convierte en una especie de historia de Robin Hood a partir de ese momento, una vez que ambos forman pareja; y, como cualquier par de jóvenes que se enfrenta a situaciones de alto riesgo, se enamoran. Y trabajar mano a mano con Amanda ha sido genial. Creo que hemos conseguido transmitir eso tan especial que surge entre estos dos personajes".
Aunque es Sylvia quien inspira a Will a emprender la lucha, al principio ella no era así en absoluto. Ese nuevo lado más oscuro de Sylvia era algo que Seyfried podía poner de relieve. El productor Andrew Z. Davis señala: "Lo que me gusta de Amanda es que tiene dulzura pero, al mismo tiempo, un lado peligroso. No creo que el público haya visto suficientemente esa faceta de ella en el cine".
"Sylvia está prisionera en una jaula de oro", secunda Amy Israel, "atrapada por su situación personal; algo que ella se cuestiona porque no está segura de que todo sea exactamente como debería ser. Pero se mantiene dentro del sistema por su padre y por sus circunstancias, siempre anhelando algo más, deseando correr riesgos. Pero nadie asume riegos en New Greenwich".
"A Sylvia le horroriza su vida cotidiana", confiesa Amanda Seyfried. "Quiere tener algún tipo de aventura. En un mundo como éste, pasas tanto tiempo intentando proteger tu vida que no llegas a vivir realmente. Todo el mundo tiene guardaespaldas. Todos comen muy bien, pero poco, no beben ni fuman; resulta algo frívolo. Sylvia simplemente no está hecha para esta clase de vida. Satisface su deseo de una vida diferente cuando Will se la lleva".
La aparición de Will en la zona horaria más rica es muy reveladora. Will se halla manifiestamente fuera de lugar, pero hay algo en él que resulta indiscutiblemente atractivo, al menos para Sylvia. Seyfried prosigue, "Will llega a New Greenwich y se pasea por allí como si fuera una especie de dios. Cuando Will y Sylvia llegan a Dayton, todos corren porque están luchando continuamente contra el tiempo. Todo el mundo se mueve apresuradamente, pero es una sensación emocionante y liberadora porque allí se vive día a día. En este lugar la inquietud se manifiesta de otra forma. Lo importante es el ahora".
Esa enorme diferencia entre ambos entornos es lo que determina un punto de inflexión tanto para Will como para Sylvia. Timberlake apunta, "La primera mitad de la película realmente cuenta la evolución que sufre el personaje de Will: a mitad de la película, decide cuál debe ser el propósito de su lucha, descubre su gran objetivo. La segunda parte del filme se refiere a la enorme transformación del personaje de Sylvia. Ella nació con tiempo, por tanto, subestima todo lo que Will valora, igual que le pasa a Will con ella. Una cosa es nacer sin nada e intentar luchar por lo que crees justo; otra cosa es nacer teniéndolo todo y darte cuenta de que quizás haya una parte de eso que no te mereces. Hay un rasgo de humildad en esa aceptación, y eso es lo que transforma a Sylvia".
Aparte de la aventura que emprende el personaje de Sylvia, a Seyfried le atrajeron muchas de las cosas que también suscitaban la imaginación de Timberlake en relación al mundo que Niccol había creado. "Andrew es único en su género, y yo quería formar parte de este proyecto. Es una historia muy diferente pero, al mismo tiempo, tiene muchos paralelismos con nuestra forma de vida, y eso es lo que la hace tremendamente inteligente. Y también tengo que admitir que el hecho de apuntar con una pistola y patear traseros me sonaba fenomenal".
Sylvia y Will corren por salvar sus vidas; no sólo intentando encontrar el tiempo suficiente para sobrevivir un día más, sino huyendo de los Guardianes del Tiempo que tratan de capturar a la fugitiva pareja. "Los Guardianes del Tiempo son los encargados de mantenimiento del sistema; en realidad, son los administradores del tiempo", dice Niccol. "Y nuestro principal antagonista, el Guardián del Tiempo León, no es realmente un villano. Simplemente es un burócrata, una figura de autoridad que no guarda lealtad a nadie, ni rico ni pobre. Su única lealtad tiene que ver con los minutos y los segundos".
León no es una persona rica. Tiene un trabajo estable, y ha conseguido mantenerlo lo suficiente como para vivir 35 años más del tiempo que tenía adjudicado por nacimiento. Cree en el sistema porque tiene que hacerlo. León no es muy diferente de Will. Will es suficientemente joven como para creer que puede haber esperanza en el futuro, idea que León podría haber respaldado, fugazmente, hace muchos años. León ahora es lo suficientemente viejo como para saber ya mucho, y cree (o tiene que creer) que, o bien te dedicas a trabajar para el sistema, o bien debes ser eliminado.
Para interpretar al Guardián del Tiempo León, los realizadores eligieron a otro "espíritu viejo": Cillian Murphy. Murphy defiende las circunstancias de su personaje: "Es un policía responsable de que el sistema siga funcionando"; pero el actor cree que lo que pasa en su interior es mucho más fascinante de interpretar: "Lo mejor del personaje es su contradicción, porque León realmente procede del mismo gueto en el que vive Will. En el fondo, él sabe que es un sistema corrupto, sin embargo, ha decidido aceptarlo y concentrarse en su trabajo como guardián del tiempo. Se comporta de una manera automática y absolutamente centrado en su objetivo, y para él únicamente eso es seguir avanzando. Yo creo que ha reprimido todo su pasado. Lo que me gustó del guion es que Will y León son las dos caras de la misma moneda. Simplemente han tomado caminos distintos. Éste es el camino que León ha elegido, y para ello refrena todos los recelos e inquietudes que le produce el sistema. Ha intentado olvidarlos a lo largo de toda su vida".
Al igual que en el típico y modélico juego persecutorio el cazador y el cazado espléndidamente realizado, por ejemplo, en 'El fugitivo', también aquí se establece un vínculo entre ambos a medida que la persecución se precipita. Murphy añade, "León no sólo comienza a ser consciente de que procede de la misma área miserable que Will, sino también que hay cierto sentido de la historia: León conoció al padre de Will. Creo que a medida que avanza la película van empezando a sentir respeto el uno por el otro".
Buena parte de la amenaza que entraña Dayton, además de la posibilidad de que no te llegue con el salario de un día para cubrir tu límite de tiempo, es la presencia de los Hombres Minuto, unos ladrones dispuestos a robar todo el tiempo que puedan. Alex Pettyfer interpreta a Fortis, el líder de los Hombres Minuto, un refinado psicópata de 75 años (que, por supuesto, aparenta 25). "Dada su edad, resulta un personaje bastante persuasivo", dice Niccol. "Tiene un gusto para la ropa mucho más sofisticado que los jóvenes de su entorno. Y eso le hace parecer diferente al resto".
Pettyfer apunta, "Fortis es un matón, aunque no sin cierta elegancia. Y es exactamente un absoluto psicópata y un perturbador hambriento de tiempo. Yo creo que lo más aterrador de Fortis es que piensa que no tiene nada que perder. Simplemente no le importa nada. Se ha vuelto completamente loco y ansía más tiempo desenfrenadamente".
El actor disfrutó de su viaje a lado oscuro, encontrándolo una experiencia muy liberadora: "No es que puedas hacer todo lo que quieras cuando interpretas a un villano, pero tienes una gran libertad de creación. Y yo creo que eso es el mayor atractivo de interpretar a un personaje como Fortis; que puedes construirlo con muchas capas".
Para interpretar a Rachel Salas, la madre de Will, los realizadores recurrieron a Olivia Wilde, cuya carrera se ha disparado a partir de películas tales como 'Tron: Legacy' y 'Cowboys & Aliens'. "Olivia no va a poder interpretar a una mujer de 50 años hasta dentro de otros 30, y yo creo que en ese sentido había un desafío y también resultaba divertido para los actores y para nosotros mismos", afirma el productor Eric Newman. "El personaje de Rachel requería a una actriz con una madurez superior a su edad, y Olivia tiene esa cualidad", añade Niccol.
Wilde, que es unos años más joven que su hijo en la pantalla, Timberlake, afirma, "Me atrajo mucho la idea de interpretar a alguien de espíritu viejo en el cuerpo de una persona joven. Y pensé, qué interesante interpretar a alguien que tiene 50 años, que ha vivido una larga vida en un mundo donde resulta muy difícil tener una vida larga. Es decir, te preguntas por lo que ha tenido que pasar para sobrevivir durante 50 años".
A Wilde le impresionó igualmente el enfoque de Niccol. "Sorprendentemente, Dayton es un lugar muy vital, lleno de color y sensualidad", dice con entusiasmo. "Te imaginas que en una sociedad tan lejos de la ideal todo tendría que ser gris, mortecino y triste. En vez de eso, aunque en este mundo se ha llegado a una flagrante situación de enorme desigualdad y miseria, hay una vida increíble, y especialmente en la zona más pobre de la ciudad".
Alguien situado en el extremo más opuesto de Will y Rachel, y para quien "Dayton" es únicamente un concepto de contabilidad, es el magnate Philippe Weis, el padre de Amanda. La fortuna de la familia Weis se ha erigido a partir de una cadena de establecimientos de préstamo de tiempo, que cobran exorbitantes tipos de interés por el tiempo prestado a los daytonianos que desesperan por seguir vivos. Vincent Kartheiser interpreta a Philippe, y, aunque realmente le lleva menos de diez años a Seyfried, el intérprete de la serie "Mad Men" aceptó el reto de interpretar a su padre, cuya edad en realidad, internamente, supera los 100 años.
Kartheiser comenta: "Cuando tú o yo podríamos decir cosas como, 'Bueno, sólo se vive una vez' o 'Vive hoy como si fuera el último día de tu vida', Weis y sus amigos y familiares no piensan en la posibilidad de tener un último día. Weis y los de su clase disponen de siglos para conseguir sus objetivos, lo cual les provoca, en el mejor de los casos, una enorme desmotivación".
Weis no siente ningún escrúpulo de conciencia respecto a su fortuna; mientras haya gente con menos de 24 horas de vida, habrá clientes. Y definitivamente es un partido amañado; a favor de Weis, por supuesto. Kartheiser señala: "Los tipos de interés que Philippe impone van en relación con hasta qué punto los 'ricos' quieren controlar a los 'pobres'. Por lo tanto, cuando se necesita que muera gente, para evitar la superpoblación, los tipos de interés suben, de modo que no puedan conseguir un préstamo de más tiempo, ni siquiera abonar el interés del crédito de tiempo que ya tienen concedido. Y éste es un préstamo que no puedes dejar de pagar, si quieres seguir viviendo".
El mejor amigo de Will, Borel, es un espíritu atormentado incapaz de asumir tales restricciones. Johnny Galecki, que interpreta a Borel, señala que su personaje y Will "comparten las mismas ideas en relación al sistema, pero yo creo que Borel es demasiado sensible para este mundo. El reloj biológico es su talón de Aquiles; le obsesiona. Y entonces recurre a la ayuda de la automedicación, quizás en demasía. Tiene una mujer y un bebé maravillosos, y si no fuera por ellos, probablemente se habría dejado ir hace mucho tiempo".
Henry Hamilton es un enigmático forastero que se adentra en un bar local donde están Will y Borel, haciendo ostentación de más de un siglo de tiempo en su muñeca. Un anzuelo de tal calibre atrae rápidamente a los Hombres Minuto, pero Will interviene en defensa de Henry. A cambio, Hamilton no sólo le recompensa a Will con tiempo, sino también revelándole la verdad y los más recónditos secretos de sus respectivos territorios.
Matt Bomer, protagonista de la popular serie 'Ladrón de guante blanco', interpreta a Hamilton. "Hamilton es como un personaje de una novela de Dickens, alguien que da al protagonista una información que le determina a emprender un nuevo rumbo. Henry quiere cambiar las cosas, pero no sabe cómo hacerlo. Tiene 105 años, ha vivido una vida plena, y ahora quiere que llegue a su término. En Will, Henry encuentra a alguien que puede pensar en alguien que no sea él mismo, que tiene el valor y la fortaleza moral para realmente influir en el cambio. En consecuencia, le ofrece el regalo de muchos años por delante, con la esperanza de que un espíritu valiente pueda alterar las cosas".
Sobre la producción
IN TIME se rodó enteramente en Los Ángeles y sus alrededores. "Pensamos que sería muy interesante rodar en la capital de la eterna juventud", dice Niccol. "En cierto modo, parecía lo más apropiado. El mundo de IN TIME nos resulta familiar porque cuando concebimos la estética del filme nos planteamos que la invención del reloj biológico fuera básicamente el último de los inventos humanos: los pobres no tienen tiempo para crear nada nuevo y los ricos no tienen ningún incentivo para ello. ¿Por qué hacer algo hoy cuando puedes hacerlo dentro de 100 años?".
Aunque IN TIME contiene reconocibles elementos de género, se trata más bien de una realidad alternativa o un mundo paralelo, donde cada pieza de vestuario, cada elemento de escenografía, cada uno de los propios personajes se ve afectado por el funcionamiento de un reloj. "Todo, incluyendo el diseño de producción y la dirección de fotografía, está relacionado con el tiempo", prosigue Niccol. "Decidimos que no habría graffitis en el gueto porque nadie tiene tiempo que perder haciendo garabatos sobre una pared. En Dayton, donde todo el mundo va corriendo, la cámara estaba en constante movimiento y, cuando llegábamos a la pudiente zona de New Greenwich, ralentizábamos el movimiento de cámara. Queríamos proporcionar la sensación de que, de algún modo, el tiempo se había detenido para las personas ricas. Igualmente, la música tiene un tempo rápido en la zona pobre y es más lenta en las secuencias de la zona rica".
En Dayton hay un colorido pop, mientras que la paleta de colores de New Greenwich es de tono apagado, con la idea de que los colores brillantes dejan de resultar acogedores tras verlos durante décadas. Tu muñeca es tu billetera y tu cuenta bancaria; y en una sociedad con un elevado índice de criminalidad (como Dayton), es fácilmente accesible. Y al disponer nada más que de pocas horas de vida, la ropa tiene que ser fácil y rápida de poner, mediante cremalleras o velcro. En New Greenwich, el tiempo es poder, por lo tanto, la muñeca lleva una protección y la ropa y los accesorios son un reflejo de la idea de "matar el tiempo". Su pelo y maquillaje son fastuosos.
Al describir cómo se rodaron las secuencias de acción del filme, Justin Timberlake dice con ironía, "Yo corro, cortamos, alguien grita 'acción', y yo corro de nuevo. Luego cortamos. Entonces alguien grita 'acción', y yo corro un poco más. No, la verdad es que fue muy divertido. Yo la calificaría como un thriller más que como una película de acción, y yo creo que eso se debe sobre todo a Roger Deakins, que es un veterano director de fotografía. Su manera de fotografiar la historia fue muy sencilla pero sin embargo muy emocionante. No obstante, no se trata de un nervioso trabajo de cámara a base de movimientos rápidos y agitados. Hizo una composición maravillosa, y yo creo que eso es lo que marca la diferencia; es lo que la hace parecer más real".
Dayton y New Greenwich surgen de la visión de Niccol y cobran vida gracias a la suma de talentos de su equipo creativo, que incluye al director de fotografía Roger Deakins, ASC/ACS, al diseñador de producción Alex McDowell, RDI, y a la diseñadora de vestuario Colleen Atwood. Juntos, transformaron las localizaciones de Los Ángeles en lo que el productor Eric Newman califica como "algo que no se ha visto nunca. Los Ángeles es otro gran personaje de la película, pero desafío a cualquiera que vea la película a que diga, 'Ah, claro, eso es Los Ángeles'. La apariencia de L.A. es totalmente distinta".
Para las calles de Dayton, los realizadores eligieron un área conformada por varios bloques de edificios en una zona industrial del centro de Los Ángeles, donde podían transformar los edificios existentes, inutilizados desde hacía tiempo, en las estructuras de esta vertiginosa metrópolis. Otras localizaciones "daytonianas" incluían: una casa de préstamos contigua al aeropuerto internacional de Los Ángeles; un apartamento en la pequeña ciudad incorporada de Maywood; un céntrico restaurante mexicano; una central eléctrica en la ciudad de Pasadena; el puente de 7th Street, cerca de la orilla del río; la ciudad industrial de Vernon, incorporada también al condado angelino, y un espacio natural en Griffith Park.
New Greenwich es una amalgama de localizaciones que corresponden a Beverly Hills, Century City y Malibú, que conjuntamente crean la sensación de lujo y riqueza de la zona horaria más rica, descrita por los realizadores como "un paraíso vacío". Otras localizaciones incluidas en este ficticio paraje fueron: el interior de un céntrico palacio de película y el reluciente exterior del bloque de apartamentos Century City, combinados para recrear un gran casino donde Will tiene su primer contacto con el tipo de vida de New Greenwich; las austeras oficinas de una de las exclusivas agencias artísticas de L.A.; las calles que rodean la zona de negocios de Century City, y el interior de un céntrico edificio bancario. Para el suntuoso domicilio de Philippe Weis, se utilizó la magia del cine para combinar dos de las más colosales residencias privadas de Beverly Hills, incluyendo la espectacular mansión Fleur de Lys, promocionada como uno de los inmuebles más caros de Estados Unidos.
Además de las casas y edificios asignados a los personajes de IN TIME, varios coches clásicos, absolutamente reconocibles (ligeramente modificados para ajustarlos a este universo alternativo), se mueven velozmente en la gran pantalla, incluyendo modelos como el Dodge Challenger de 1970-71; el Jaguar XKE Roadster de1967; el Cadillac Seville de 1985; el Lincoln Town Car de 1961; una limusina Lehmann-Peterson de 1964; un Ram Charger de 1980, y un furgón blindado de 1990.
La acción era constante en todos los sets, lo cual a veces constituía un desafío para los actores. "Me resultó un poco doloroso", admite Seyfried, "el hecho de que durante las escenas donde Will y Sylvia corrían por sus vidas que era la mayor parte del tiempo ¡yo tuviera que llevar tacones!".
El rodaje de IN TIME volvió a suscitar el eterno debate (tiempo versus dinero, ¿cuál es tu prioridad?) entre reparto y equipo técnico. Para Justin Timberlake, el tema en cuestión repercutió en su vida cotidiana: "Esta película ha sido definitivamente la más perturbadora que he realizado. Todavía permanece en mí. Dos semanas después de terminar de rodar, yo seguía mirándome el antebrazo, esperando ver que mi reloj digital siguiera funcionando. Así de intenso fue el mundo de Andrew para mí".
Amanda Seyfried confiesa, "La verdad es que yo elegí 'dinero' en vez de 'tiempo' cuando me preguntaron al respecto, que sucedió varias veces. Pero Andrew fue tajante y dijo, 'Tiempo; dinero no'".
Recapitulando, el productor Eric Newman vuelve a la idea que inicialmente le atrajo del proyecto: la película IN TIME funciona a dos niveles. "Te puede gustar la película por su historia, sus personajes y su acción, y luego, viéndola con perspectiva, puedes ponerte a pensar en lo que el filme cuenta realmente sobre el mundo en que vivimos. Pero también puedes, si quieres, evitar completamente cualquier tipo de pensamiento profundo y, simplemente, disfrutar de la aventura".
Andrew Niccol incide en esa idea: "Espero que los espectadores disfruten con IN TIME a muchos y distintos niveles. Algunos irán a verla por las grandes escenas de acción, o por la historia de amor entre Will y Sylvia. Es un viaje emocionante, pero también hay ideas muy importantes en la película".
"Cada segundo cuenta; en el mundo de IN TIME y en el nuestro".