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  La mujer de negro  (The woman in black)
  Dirigida por James Watkins
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Presentación de La mujer de negro
LA MUJER DE NEGRO, adaptación de la novela de gran éxito de Susan Hill, es un sombrío relato de pérdida, venganza y duelo. La alabada guionista Jane Goldman se encarga de trasladar la historia de Hill a la gran pantalla para un público del siglo XXI. Dirigida por James Watkins y protagonizada por Daniel Radcliffe, Ciarán Hinds, Janet McTeer y Liz White, LA MUJER DE NEGRO es una producción de Talisman en asociación con Exclusive Media Group.

Cuando Susan Hill publicó LA MUJER DE NEGRO como novela en 1982, jamás podría haber imaginado que cobraría vida en tantos medios distintos. "Lo cierto es que no", comenta. "No escribes pensando en otros medios. Te limitas a escribir un libro y luego otras personas se hacen cargo del resto".

Pero está acostumbrada a que otras personas adapten su obra, sobre todo LA MUJER DE NEGRO, que ya se ha convertido anteriormente en un telefilme, un serial de radio, una obra de teatro y, ahora, una película. "La cuestión es que el libro sigue estando ahí", señala. "Es el arte de la adaptación, algo que yo nunca podría hacer. Con la obra de teatro y, ahora, con la película, cada persona ha tomado mi libro y se ha mantenido fiel al espíritu del mismo, a la vez que lo reinterpretaba para adecuarse al nuevo medio".

Esta es la primera vez que se adapta la novela de Hill a la gran pantalla, a pesar de haber transcurrido ya casi tres décadas desde su publicación. El proyecto llegó inicialmente a manos del productor Richard Jackson, de Talisman Films, nada menos que en 1997. Tras el éxito de la producción de Talisman "Rob Roy, la pasión de un rebelde", el agente de Hill abordó a Jackson para explorar la posibilidad de una adaptación cinematográfica de LA MUJER DE NEGRO. "Resultó ser una historia sorprendentemente peliaguda de adaptar", confiesa. "A lo largo de los años, realizamos varios intentos de adaptar la historia con diferentes guionistas y nunca acabé de estar completamente satisfecho con ninguno de los guiones que obtuvimos".

El impulso inicial que insufló vida a este proyecto surgió de una reunión con el productor, presidente y consejero delegado de Hammer, Simon Oakes, que se encontraba, por aquel entonces, en pleno proceso de relanzamiento del mítico sello de cine de terror. "Creo que es justo decir que sentía cierta cautela sobre hasta dónde podría llegar esto, puesto que ya se habían realizado otros intentos de revitalizar Hammer a lo largo de los años", reconoce Jackson. "Sin embargo, Simon me dejó muy claro que iban muy en serio y que había un gran interés por asegurar que íbamos a producir una película de calidad superior, que respetara la voz narrativa de Susan, pero al mismo tiempo resultara atractiva para el público actual".

"Simon siempre me dejó muy claro desde el primer momento que su encarnación de Hammer se centraría en películas de miedo que fueran inteligentes", prosigue Jackson. "Y supe que Susan Hill también vería ese factor de manera muy favorable".

Para Simon Oakes, LA MUJER DE NEGRO era una de las primeras propiedades de interés del recién relanzado sello de cine de género. "Una de las cuestiones sobre las que hablamos, como equipo, cuando pusimos en marcha esta nueva encarnación de Hammer, era que el terror está compuesto por muchos géneros y subgéneros distintos, aunque, en los últimos años, se ha tendido más bien a un tipo de terror donde el número de muertos es importante", explica. "Queríamos explorar distintos tipos de terror y, aunque ya había un telefilme y una obra de teatro, vimos una gran oportunidad en LA MUJER DE NEGRO de combinar la historia gótica de fantasmas de Susan Hill con una sensibilidad moderna para convertirla en un filme".

La producción se puso a buscar a un guionista capaz de superar los obstáculos con que se habían tropezado todos aquellos que habían probado suerte en años anteriores con la adaptación. "Surgió el nombre de Jane Goldman como alguien con quien a todos nos interesaba trabajar", recuerda Jackson. "Y ella se mostró entusiasmada desde el primer momento. Fue capaz de resolver el problema, en el sentido de superar las dificultades básicas sobre cómo contar esta historia en el cine".

Oakes comenta: "Había leído sobre Jane y conocía su trabajo, así que sabía que sería la adecuada para esto. Su guión consiguió que todo encajara. James Watkins, el director, lo leyó y le encantó. Daniel Radcliffe lo leyó justo después del último día de Harry Potter y le encantó. Jane es responsable en gran medida de que lográramos interesar a la gente adecuada".

Susan Hill asegura que quedó entusiasmada con el resultado. "Cuando Jane me envió el guión, era con intención de que yo lo leyera y dijera: ‘Vale, está bien, pero...’", explica. "Sin embargo, me pareció estupendo. Creo que Jane pensó que no me sentarían nada bien algunos de los cambios realizados a la historia, pero eso no era lo que me preocupaba. Me habría preocupado más si hubiera entregado algo así como una comedia, pero no era el caso. Es sumamente hábil. Logró darle su toque personal al mismo tiempo que permitía que siguiera siendo mi obra".

A Goldman le preocupaba lograr encontrar un equilibrio adecuado en el tono al escribir el guión. "Es una obra difícil de adaptar", opina. "Es una novela maravillosa y existía una magnífica adaptación teatral que estaba muy bien diseñada para el teatro. Creo que siempre estuvo claro, porque es una historia contada de manera muy económica, que para funcionar como película era necesario añadirle matices".

La guionista prosigue: "Para mí, era cuestión de presentar LA MUJER DE NEGRO a los espectadores de cine. En cierto modo, intentaba hacer con el lenguaje cinematográfico lo que Stephen Mallatratt había logrado hacer en el teatro".

Por casualidad, al mismo tiempo, James Watkins, director de "Eden Lake", había leído un artículo en la prensa especializada que comentaba que Jane Goldman estaba escribiendo el guión y le pidió a su agente que hiciera averiguaciones sobre el tema. "Yo mismo había estado trabajando en una historia de fantasmas, pero no había conseguido hacer que funcionara", explica Watkins. "Cuando leí el guión de Jane, trataba de todo lo que quería conseguir en el otro proyecto. Daba esa sensación de miedo pero, al mismo tiempo, tenía un componente emocional. Me emocionó mucho y, en cuanto terminé de leerlo, supe que quería hacerlo".

"James es una persona muy, muy inteligente", asegura Simon Oakes. "Es un gran director que entiende cómo se debe narrar una historia y cómo conseguir que dé miedo".

Watkins aporta al rodaje una actitud muy relajada, según la actriz Liz White, que interpreta a la fantasmal mujer de negro. "Hice la prueba para el papel unos dos meses antes de que empezara el rodaje y en esa primera reunión James se mostró sumamente generoso", recuerda. "Y ha seguido siendo igual de generoso a lo largo de todo el rodaje. Me sentí en todo momento bienvenida a la familia de LA MUJER DE NEGRO".

Jane Goldman se puso a trabajar con Watkins para pulir el guión, un proceso que, en opinión de la guionista, ayudó a mantenerse fiel al espíritu de la novela de Susan Hill. "En los borradores iniciales, había una serie de ‘flashbacks’ relativos a la mujer de negro", desvela, "pero emprendimos una labor de ir poco a poco recortando. Creo que, gracias a eso, salió muy reforzado, no hay la típica historia del cine americano que nos pone en antecedentes sobre cómo la mujer de negro llegó a convertirse en la mujer de negro. ¡No es Freddy Krueger! Se trata de la experiencia de Arthur, en la que descubre estos horribles secretos, y cómo nosotros nos enteramos de lo sucedido a través de él".

También resultaba importante para el productor Richard Jackson que LA MUJER DE NEGRO fuera accesible para espectadores que, por lo general, son más bien reacios a disfrutar con el cine de género. "Pretendemos asegurarnos de que la gente que quiera ir a ver una película considere LA MUJER DE NEGRO su primera opción, porque está lo bastante bien hecha como para resultarles interesante, independientemente de si normalmente les interesa el terror y el resto de elementos del cine de género", explica. "Y ese es el atractivo de Daniel Radcliffe como estrella, sirve para animar a un público mucho más amplio a comprar sus entradas y venir a disfrutar de la película".


La selección de Arthur
A la hora de elegir a la persona que interpretara al personaje protagonista de la película, Arthur Kipps, el director James Watkins buscaba un actor joven con el talento necesario para llevar a la pantalla la combinación adecuada de tristeza y vulnerabilidad.

Para Watkins, Daniel Radcliffe, más conocido por su papel en la supertaquillera serie de Harry Potter, era la elección más lógica. "Me reuní con Dan y mantuvimos una larga conversación, y ambos veíamos igual al personaje", explica. "Arthur Kipps es un personaje de gran riqueza, muy interesante de interpretar para Dan, y supone una experiencia mucho más oscura que explorar para él".

Jane Goldman estaba implicada en el proceso de adaptar LA MUJER DE NEGRO para la gran pantalla mucho antes de que Radcliffe se incorporara al proyecto. "Siempre imaginé a Arthur joven", comenta. "Sobre todo al estar ambientado en esa época y teniendo en cuenta su posición en la escala social".

"Tuvimos muchísima suerte, la verdad, en lo referente a hacer llegar el guión a Daniel", recuerda el productor Richard Jackson. "Lo leyó en cuanto lo recibió, en un vuelo a Estados Unidos y, en cuanto bajó del avión, llamó a sus agentes y les dijo que quería hacerlo".

Por su parte, Radcliffe reconocía la necesidad de distanciarse de su papel del niño mago que lo había hecho famoso. "Me siento orgullosísimo de Potter", asegura Radcliffe, "pero ahora necesito demostrar a todo el mundo que me tomo en serio la interpretación y creo que el mejor modo de hacerlo es empezar a elegir material interesante".

El guión de Goldman y la reunión con Watkins bastaron para convencer al joven actor de que Arthur Kipps era el desafío adecuado que afrontar. "Arthur es muy complejo, pero también posee una gran calma", opina Radcliffe. "Me parecía muy interesante tener ocasión de interpretar a un personaje así".

También le atraía la oportunidad de participar en una historia de fantasmas victoriana. "La primera vez que me vi con James, mencionó una cita de Kubrick acerca de cómo todas las películas con un elemento sobrenatural suponen un consuelo inherente, porque implican que hay otra vida después de la muerte", explica. "De pronto, tenemos aquí a un tipo que ha perdido a su mujer, va a una mansión y empieza a ver el fantasma de una mujer muerta. La razón por la que se queda allí y casi intenta encontrarla es que siente un deseo oculto, o un instinto, de obtener algún tipo de garantía de que su mujer está en un lugar mejor".

Para el director James Watkins, Daniel Radcliffe aporta una sensación de madurez al papel de Arthur Kipps que era exactamente lo que buscaba. "Está muy entregado a su oficio", asegura Watkins. "Depositó mucha confianza en mí y me permitió llevarlo a distintos lugares en lo referente a su interpretación y al papel, y creo que ha profundizado mucho y explorado aspectos de sí mismo y se ha forzado como actor en facetas muy distintas".

Watkins cree que el público va a quedar muy sorprendido por la transformación de Radcliffe para el papel. "Es una reinvención de Dan, se ha convertido en Dan, el actor maduro", afirma. "Creo que la gente se va a quedar realmente impresionada cuando vean al nuevo Dan".

"No creo haber visto a nadie meterse tan de lleno en un papel", señala Jane Goldman sobre la dedicación al trabajo de Radcliffe. "Nos reunimos unas cuantas veces durante la fase inicial para hablar del personaje y tenía muchas ganas de poner toda la carne en el asador con él".

Cuando Susan Hill supo que Radcliffe se había hecho con el papel, se quedó encantada. "No había leído los libros de Harry Potter ni había visto las películas", comenta, "pero sabía quién era Daniel, era imposible no saberlo, y, en cuanto lo conocí, supe que era el adecuado".

Hill cree que los espectadores quedarán sorprendidos por la madurez que exhibe en el papel de Arthur Kipps, un joven abogado y padre. "Dudo mucho que pudiéramos haber encontrado a nadie mejor, la verdad".

La autora prosigue: "Daniel dijo en una entrevista que esta no es una simple película de sustos. Trata sobre el dolor y la pérdida y lo que le pasa a la gente. Y tiene razón, tiene un elemento serio y él ha sabido captarlo. Lo entendió".

Radcliffe describe a Arthur Kipps como un hombre "tan absolutamente destrozado por la muerte de su mujer que le ha resultado casi imposible vivir en el mundo real durante los últimos cuatro años".

Y continúa diciendo: "Arthur ha sido incapaz de conectar con la gente, sobre todo con su hijo. Lo quiere, pero no ha estado ahí para él como debería haber estado. Hasta ahora, no ha sido capaz de darle una infancia feliz, porque no posee esa capacidad para la felicidad".

Radcliffe señala la primera aparición de Kipps en el guión de Jane Goldman como especialmente indicativa de su estado mental. "Cuando lo conocemos al principio, es un hombre al límite", explica. "La primera vez que lo ves, está con una navaja al cuello. Resulta que se está afeitando, pero siempre me ha parecido que seguro que se ha visto antes en esa situación, pensando en suicidarse".

Para Radcliffe, lo que le ha supuesto un especial desafío a la hora de interpretar a Arthur ha sido la peculiar calma del personaje. "Hay momentos en que no hay manera de saber con seguridad en qué está pensando Arthur", observa. "Sabes que seguramente no tenga nada alegre en mente, pero tampoco sabes exactamente por qué, o qué es lo que le está pasando por la cabeza en momentos concretos. Eso deja algo más de margen para que el público se pueda sentir identificado con él, ya que así pueden adjudicarle la emoción que sea que supongan que está sintiendo. Esa ambigüedad da pie a poder conectar con él, en mi opinión".

"Se metió completamente de lleno en el personaje", afirma James Watkins sobre la dedicación de Radcliffe al papel. "Llegó un momento en que nos entendíamos tan bien que no necesitaba más que sugerirle retoques menores. Hacia el final, la verdad es que no necesitaba ninguna dirección. Comprendía exactamente quién era el personaje y lo vivió plenamente".

Watkins es plenamente consciente de que deshacerse en elogios hacia su actor protagonista es lo que hacen todos los directores pero, en el caso de Radcliffe, asegura, lo dice totalmente en serio. "Ha sido un absoluto placer trabajar con él", afirma. "Sé que es lo que siempre se dice, y que suele ocultar todo tipo de mentiras, pero, en este caso, es cierto".

Radcliffe comenta que es responsabilidad del actor principal ayudar a que el ambiente en el plató sea agradable. "He visto sets de rodaje donde los actores se dedican a dar guerra y son una amargura", se confía, "y acaba afectando a todo el mundo. Pero a mí me encantan los rodajes y me encanta mi trabajo".

Susan Hill señala que la jovial personalidad de Radcliffe quedó patente desde la primera vez que se vieron. "La verdad es que acabamos hablando de nuestros border terriers", recuerda riendo. "Quedamos para comer en casa de Simon y me quedó claro que él sabía lo que hacía. Es inteligente y sabe interpretar, y no se le ha subido para nada el éxito a la cabeza, lo que resulta encantador. A esa edad, con semejante éxito, es muy fácil darse aires, pero tiene los pies en la tierra y creo que se mantendrá así. Espero que algún día vuelva a trabajar en otra de mis obras, es muy bueno".


Definir el mundo
Además de Radcliffe, la película cuenta con un variado elenco de actores, entre los que figuran Ciarán Hinds, Janet McTeer y Shaun Dooley, como residentes del escalofriante pueblo de Crythin Gifford. "Con Karen Lindsay-Stewart, la directora de ‘casting’, decidimos que queríamos cierta veracidad con los lugareños", explica James Watkins. "No queríamos que fueran esos tipos raros de campo. No queríamos que fueran palurdos, y no quería que pareciera como si acabaras de entrar en el pub de ‘Un hombre lobo americano en Londres’. Quería que se sintiera el dolor de estas personas por su pérdida y el miedo que marcaba su conducta".

También era importante que cada personaje tuviera su propio camino plenamente definido que seguir. En palabras de Watkins: "A lo largo del proceso de selección del reparto, realizamos una serie de ensayos con Jane, para tratar de ahondar un poco más en esos papeles. Quería que cada personaje tuviera su pequeña historia que contar, la verdad".

Watkins quedó contentísimo con cómo resultó el reparto. "Como director, a veces es estupendo, porque te dices: ‘¿Quién me encanta como actor y quién podría ser adecuado para el papel?’. Me encanta Ciarán Hinds como actor, hace mucho que me encanta, y me pareció que era perfecto".

Para interpretar el papel de Joseph, el joven hijo de Arthur Kipps, se eligió a Misha Handley, ahijado en la vida real de Daniel Radcliffe. "Vimos a muchos niños para interpretar al hijo, pero entre Dan y Misha ya existe un lazo muy estrecho y creo que eso hace que quede muy auténtico en la película", señala Watkins. "Misha es uno de los jóvenes actores más naturales que he visto nunca".

Uno de los cambios clave realizados a la novela es que se introduce mucho antes en la historia al hijo de Kipps que, en el libro, no nace hasta después del regreso de Kipps a Londres desde Crythin Gifford. En el guión de Goldman, el personaje se presenta en las primeras escenas de la película, de modo que los remordimientos que sufre Kipps por estar apartado de su hijo Joseph durante su estancia en Crythin Gifford se convierten en un elemento clave de la trama y añade otro toque de terror a medida que el joven abogado va descubriendo los secretos de este peculiar pueblo.

"Queríamos seguir ese elemento a lo largo de toda la película", explica Watkins. "Es fundamental en lo que respecta a lo que motiva a Arthur. Como con la pérdida de su mujer, quería explorar la naturaleza de su pérdida y que no fuera una simple abstracción".

"La novela funciona maravillosamente porque está completamente hecha al estilo de una clásica historia de fantasmas victoriana, donde no se hace uno la clase de preguntas que se hace al ver una película", explica Jane Goldman. "‘¿Por qué no se marcha Arthur del pueblo inmediatamente?’ Hay ciertas convenciones cinematográficas que creo que necesitábamos tratar. Era importante responder preguntas sobre lo que motiva a este personaje y por qué es importante para él permanecer en el pueblo".

Aunque la novela de Susan Hill – y, ciertamente, la adaptación de ella realizada por Jane Goldman – cuenta la historia de LA MUJER DE NEGRO siguiendo la clásica tradición victoriana de las historias de fantasmas, para Goldman encontrar el mundo en el que ambientar la película supuso beber de fuentes cinematográficas insólitas.

"Es una historia descaradamente de miedo, pero a la vez está cargada de verdadera profundidad emocional", observa. "Y, al adaptarla, no dejaba de recordar algunas de las mejores muestras del cine de terror japonés de los últimos años".

El cine de terror japonés, apodado en inglés ‘J-Horror’ y popularizado por películas como "The Ring (El círculo)" y "Ju-on (La maldición)", tiene más de un elemento en común con las clásicas historias victorianas de fantasmas, en opinión de Goldman. "Suelen ser devastadoras en cuanto a los temas emocionales, pero también dan miedo de verdad. Ambas cosas no tienen por qué excluirse mutuamente. En Japón hay un enorme interés por la era victoriana, de todos modos, y me pareció interesante ver cómo esas películas lograban mantener ese equilibrio [entre ambos elementos]".

Para James Watkins, crear una película moderna de época resultaba una curiosa contradicción. "Cruzar el cine de época con el cine de terror japonés me pareció muy interesante y novedoso", asegura. "Hablé largo y tendido con [el director de fotografía] Tim Maurice-Jones sobre el lenguaje cinematográfico de toda la película. No quería que el filme pareciera una típica historia de época. Quería rodarlo con un lenguaje muy moderno en la forma de moverse la cámara, el modo de presentar los planos y la puesta en escena general".

A la hora de definir el aspecto de Eel Marsh House, la siniestra mansión separada del pueblo de Crythin Gifford por un paso elevado que queda bajo el agua al subir la marea, Watkins tenía mucho interés por no caer en los tópicos de las casas encantadas. "Quería que tuviera un aire ruinoso, pero tampoco quería que fuera un cliché de película en blanco y negro", explica.

Con la ayuda de la diseñadora de producción Kave Quinn, el director buscó en cambio hacer uso de una rica gama de colores, que dio como resultado una imagen decididamente más saturada de lo que las convenciones sugerirían. "La película tiene unos colores muy intensos", prosigue Watkins. "Tenemos una especie de tonos amoratados, los colores del deterioro y la muerte: morados, negros y carmesís intensos. Me interesaba mucho que la casa transmitiera una sensación de belleza. Al mismo tiempo, es una casa encantada, tiene que tener rincones y recovecos y grietas y espacios oscuros. Es cuestión más de la iluminación que otra cosa".

Quinn comenta que el proceso para diseñar Eel Marsh House empezó con la localización de exteriores. "Al principio del proyecto, teníamos a un fantástico responsable de localizaciones buscando la mansión adecuada", explica. "Era necesario que tuviera carácter, de modo que, en cuanto la vieras, supieras que tenía personalidad propia. Cuando ves la casa que encontramos, casi parece que tenga ojos. Es un edificio jacobeo, y el hastial que tiene delante lo dota de un aspecto realmente maligno".

Una vez encontrado el exterior, Quinn se sentó con Watkins para afinar sus diseños del interior de la casa, utilizando más o menos como base los planos de dicho exterior. "Reuní gran cantidad de material de documentación sobre cosas como escaleras y paneles, y sabía hacia dónde quería tirar con los colores. Usamos púrpuras amoratados y verdes mohosos para dar sensación de deterioro".

Encontrar una localización real para hacer las veces del extraño pueblo de Crythin Gifford resultó más complicado todavía. "En pleno siglo XXI, es evidente que cualquier sitio que encontráramos estaría lleno de coches, señales de tráfico y edificios modernos, que sería necesario ocultar", explica Quinn. "Pretendíamos encontrar algún lugar que hubiera quedado casi inalterado por el paso del tiempo y el pueblo que encontramos, Halton Gill, estaba en mitad de Yorkshire Dales, así que no es un lugar que esté precisamente muy de paso. No se había urbanizado demasiado, por lo que todas las casa eran las originales de hace unos 400 años".

La colaboración con el director James Watkins ha sido "increíble", asegura Quinn. "Desde la primera reunión con James, congeniamos estupendamente".

"Kave hizo maravillas como diseñadora de producción y es una mujer asombrosa", coincide Watkins. "Entendió perfectamente lo que intentaba conseguir. Diseñamos esos pasillos largos y profundos, para poder tener verdadera profundidad de campo en los planos, en el sentido de Polanski, de mirar por los umbrales de las puertas y entrever cosas".

El director explica: "Una historia de fantasmas es sobre lo que no alcanzas a ver, lo que se mueve por los rincones del encuadre y se oculta en los márgenes. Eso es algo que incorporamos ya en el propio diseño de producción".

"Estamos rodando en 2.35:1 en vez de 1.85:1", señala Jackson, refiriéndose a la relación de aspecto superpanorámica preferida por las producciones épicas de Hollywood. "Podría pensarse que es una elección extraña, para empezar, porque, cuando piensas en 2.35:1, piensas en una gran película del Oeste, mientras que, cuando piensas en una pequeña y claustrofóbica historia de fantasmas, la imaginas en 1.85:1. Sin embargo, ha resultado ser una forma muy interesante de contar la historia".

El director de fotografía Tim Maurice-Jones recuerda que la principal instrucción que recibió por parte de Watkins para definir el aspecto visual de la película fue una simple palabra: "contraste". "Hemos intentado iluminar los decorados únicamente con una sola fuente de luz", explica Maurice-Jones. "Muchas películas utilizan una luz principal para iluminar la cara, una luz de relleno para iluminar cualquier sombra que quede y una luz trasera para que resalten del fondo. Hemos intentado usar luces y sombras para lograr esa sensación de contraste con una sola luz".

Watkins también optó por jugar con las convenciones básicas del cine con intención de intensificar la inquietante sensación de temor que se cierne sobre toda la película. "Usamos cuanto pudimos para que todo resultara ligeramente desconcertante", aclara. "He rodado a distintas velocidades de fotogramas por segundo y tiempos de exposición, tendremos cortes bruscos, montaje discontinuo. No es cuestión de caer en trucos artificiosos – no soporto eso – pero cualquier cosa que sirva para contar la historia con sinceridad, y esa es la clave para mí, es válida. No hay por qué ceñirse necesariamente a las reglas, y resulta interesante tener esa libertad para explorar".

"Hemos sido muy naturales en ese aspecto", observa el montador Jon Harris, "A James se le da estupendamente idear nuevas formas de presentar las cosas de modo que resulten un poco más escalofriantes. Tenemos muy buena comunicación entre nosotros. Montamos las cosas juntos y vemos qué funciona y, entonces, si todavía está rodando en el mismo decorado, puede añadir algo, o utilizar la idea en otra escena".

Harris prosigue: "Estamos intentando conseguir algo parecido a la visión periférica. Aunque no creo en fantasmas, siempre que te metes en una casa vieja sientes cosas que se mueven en tu visión periférica. Hemos hablado mucho sobre cómo lograr eso en una película, porque puedes intentar hacer que los espectadores miren hacia un sitio pero, al final, acabarán mirando donde ellos quieran".

Watkins describe su relación con Harris como una labor increíble de colaboración. Los dos habían trabajado ya juntos en la ópera prima de Watkins, "Eden Lake", así como en el debut en la dirección de Harris, "The Descent: Part 2", que Watkins coescribió. "Jon ha sido una parte importante de la creación de la película incluso antes del montaje", señala. "Dirigió la segunda unidad y formó parte del proceso de colaboración del guión conmigo y con Jane".

Harris comenta: "Entre los dos, sabemos lo que necesitamos para hacer que la película funcione. Yo trabajo en el montaje durante la producción y estoy pendiente de lo que se filma y de la lista de escenas de rodaje adicional, para asegurarnos de tener todo lo que necesitamos".


El diseño de LA MUJER DE NEGRO
La actriz Liz White considera a la mujer de negro un personaje con el que se puede simpatizar. "Al leer la historia, te implicas mucho en la pérdida de su hijo y la angustia que eso podría haberle causado", explica. "Ha perdido la confianza de su hermana, su padre, su cuñado, y luego ver a su hermana abandonar así a su hijo supuso el sufrimiento definitivo".

White asegura que el vestuario y el maquillaje la ayudan a meterse en la piel del personaje. "Te sientes inmediatamente aislada de todos los demás", afirma. "No puedes mirar directamente a la gente y ellos tampoco te miran directamente a ti. Sientes sobre la marcha que formas parte del mundo de la mujer de negro. Me pareció fenomenal interpretarla, porque puedes usar tu imaginación y se trata todo de tu vida interior. Para un actor, es una alegría".

El diseñador de vestuario Keith Madden pasó mucho tiempo documentándose sobre la indumentaria de luto victoriana a fin de encontrar la imagen adecuada para la mujer de negro. "Para nosotros resulta muy extraño ver algo así. En la época victoriana, si una mujer perdía a su marido o a su hijo, ese es el aspecto que luciría. Quería que la mujer de negro fuera como una novia de luto. Va cubierta con mucho velo. Por aquel entonces, el tejido empleado era el crespón, que era muy plano y anodino. Pero eso no queda muy bien ante la cámara, así que nos hemos arriesgado un poco y hemos hecho que el tejido resulte más vigoroso, para dotarlo de más fuerza. Tomaba una buena forma y le daba a ella una buena silueta".

Agrega: "Uno de los puntos clave al principio es que no queríamos ver nada de piel. Así que no queríamos que se vieran ninguna de las partes vulnerables, como las muñecas, del guante a la manga, o la nuca. Queríamos que el peso recayera en el rostro, para que te fijaras enseguida en él".

Un detalle concreto del traje diseñado por Madden es el velo negro de la mujer, que le tapa la cara de tal manera que parece formar grietas en su piel. Madden comenta que ese efecto resultó ser una feliz coincidencia fruto de la experimentación. "Estábamos haciendo todo tipo de pruebas con los distintos tejidos y, en ese momento, no estaba seguro de cuánto querían que se le viera la cara", recuerda. "Quería taparle la cara con una capa muy fina casi pegada a ella. Al ponérsela y atar la cinta debajo, casi parecía como si fueran dagas, o lágrimas, o pliegues en la piel. Al combinarse con el maquillaje de Jeremy, el resultado fue estupendo".

Para el diseñador de peluquería y maquillaje Jeremy Woodhead, trabajar en un personaje tan complejo, siniestro y pavoroso como la mujer de negro es "muy divertido. Son cosas que realmente determinan el carácter del personaje, no son simple cuestión de vanidad. Estás creando algo en lo que el maquillaje resulta ser importante para definir al personaje".

Woodhead explica su filosofía de trabajo a la hora de establecer el aspecto pálido y escalofriante de la mujer de negro. "Evidentemente, es un fantasma, pero no queríamos caer en los clichés de un ser espectral. Está mustia, su piel está seca y marchita, y se ha ido consumiendo con el tiempo. Todo eso aumenta la sensación de dolor que transmite el personaje. Era importante no hacerla un monstruo, es alguien que ha sufrido una tremenda injusticia y está profundamente triste, pero en otro tiempo también fue hermosa".

El proceso por el que White se transforma en la mujer de negro no es precisamente rápido: "Me traen normalmente entre una y dos horas antes de empezar a rodar, para empezar con el maquillaje", explica. "Lleva unas dos horas aplicarlo y consiste básicamente en tres capas distintas de sustancias pegajosas que te ponen en la cara, y un potingue químico pegajoso que huele muy fuerte y te ponen en distintos lugares. Se supone que estaba enterrada, así que ha empezado a descomponerse".

Una de las formas en las que la peculiar presencia de la mujer de negro se manifiesta en la película son, al principio, apariciones de visto y no visto, en una ventana o en un umbral de una puerta. Watkins rodó varias tomas alternativas de este estilo con la mujer de negro, para dejarse así un amplio margen de maniobra con el que poder experimentar durante el montaje.

"Quería crear una historia de fantasmas sutil y pulida, que transmitiera una sensación de temor y una creciente y progresiva sensación de peligro", explica. "No quería nada que hiciera ‘bu’. Ves una ventana y te preguntas: ¿hay algo justo ahí fuera? No alcanzas a verlo más que fugazmente. Para mí, eso resulta mucho más aterrador".


Acerca de Hammer
Fundado originalmente en 1934, el legendario estudio cinematográfico británico de terror ha ofrecido una larga serie de películas de enorme éxito a lo largo de los años, entre las que figuran "Drácula", "Frankenstein creó a la mujer", "Hace un millón de años" o "Las amantes del vampiro". Desde 2008, la compañía ha formado parte de Exclusive Media Group ("Exclusive"), que se está encargando de infundir nuevo vigor a esta querida marca global, a través de inversiones tanto en nuevos medios como en los más tradicionales.

Tras cesar sus actividades de producción en la década de 1980, Hammer regresó a la gran pantalla en 2010 con el estreno de la cinta de gran éxito de crítica "Déjame entrar (Let Me In)", adaptación de la alabada película sueca "Déjame entrar (Let The Right One In)". El filme estaba escrito y dirigido por Matt Reeves ("Monstruoso (Cloverfield)") y protagonizado por Chloe Moretz ("Kick-Ass: Listo para machacar") y Kodi Smit-McPhee ("La carretera (The Road)").

En 2011, Hammer estrenó "La víctima perfecta", de Antti Jokinen, protagonizada por la ganadora del Oscar® en dos ocasiones Hilary Swank ("Boys Don’t Cry", "Million Dollar Baby"), Jeffrey Dean Morgan y la leyenda de Hammer Sir Christopher Lee, así como "Wake Wood", que cosechó excelentes críticas, y estaba dirigida por David Keating y protagonizada por Aidan Gillen, Eva Birthistle y Timothy Spall.

En febrero de 2012, llega a la cartelera la primera historia de fantasmas producida por Hammer para la gran pantalla, LA MUJER DE NEGRO, dirigida por James Watkins, adaptada por Jane Goldman a partir del libro de Susan Hill, y protagonizada por Daniel Radcliffe.

Hammer ha puesto en marcha recientemente un nuevo sello editorial a través de Random House que ya ha publicado ocho libros. En 2012, el sello publica sus primeras obras originales, con "The Greatcoat", de Helen Dunmore, y "Coldbrook", de Tim Lebbon. También publicará a lo largo de 2012 nuevas novelizaciones de películas clásicas de Hammer.

Así mismo, Hammer sigue ampliando el alcance de sus actividades, con planes para un Hammer Theatre of Horror (Teatro del Terror de Hammer) y una atracción turística de Hammer, además de continuar honrando el legado de la compañía con relanzamientos de títulos clásicos, historias oficiales, productos oficiales, pases especiales de sus películas y actividades en redes sociales.