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  Agosto  (August: Osage County)
  Dirigida por John Wells
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AGOSTO narra la turbadora, pero también divertida y emotiva historia de las temperamentales mujeres de la familia Weston, cuyas vidas toman caminos separados hasta que una crisis familiar las vuelve a reunir en la casa del Medio Oeste americano donde crecieron y con la inestable mujer que las crió.

La película se basa en la obra teatral de Tracy Letts Agosto: Condado de Osage, que debutó en Broadway en diciembre de 2007 tras presentarse en el legendario Steppenwolf Theatre de Chicago ese mismo año. Resultó ganadora de un premio Pulitzer y cinco premios Tony en 2008, incluido el premio a la mejor obra, y se estrenó con gran éxito en numerosas ciudades del mundo, entre ellas Madrid y Barcelona. Amparo Baró, Carmen Machi y Alicia Borrachero interpretaron los papeles principales bajo la dirección de Gerardo Vera en el Teatro Valle-Inclán.

AGOSTO es una película dirigida por John Wells (The Company Men) e interpretada por un reparto de lujo que incluye a Meryl Streep, Julia Roberts, Ewan McGregor, Chris Cooper, Abigail Breslin, Benedict Cumberbatch, Juliette Lewis, Margo Martindale, Dermot Mulroney, Julianne Nicholson, Sam Shepard y Misty Upham.


Notas sobre Agosto
El dramaturgo Tracy Letts, ganador del premio Pulitzer, lleva dos decenios contando relatos que son tan audaces, ingeniosos y desternillantes como angustiosos y perturbadores, pero que nunca dejan de conmover… a su retorcido estilo. Cuando, hace pocos años, el cine descubrió finalmente a Letts, llevó a un público más amplio su singular visión, cruda e incisiva, de la institución familiar estadounidense. Fue el director William Friedkin quien llevó a la pantalla Bug y la controvertida Killer Joe, y ambas películas fueron consideradas capaces de generar un gran desasosiego. Agosto (August: Osage County), basada en la obra que valió a Letts el Pulitzer y un premio Tony, es una historia igualmente fascinante sobre la vida, la muerte y las tensiones familiares, si bien tal vez resulte más fácil de digerir en comparación. De lo que no cabe duda es de que, con su reparto plagado de estrellas, se trata de una de las películas imprescindibles del año.

Beverly Weston (interpretado por Sam Shepard, otro gran dramaturgo estadounidense cuya influencia en Letts es innegable) es un poeta de Oklahoma con un problema de alcoholismo, mientras que su esposa Violet (Meryl Streep) está aquejada de cáncer y de una reciente adicción a los fármacos. Poco después de contratar a una cuidadora interna para Violet, Beverly desaparece, hecho que insta a la familia a aunar esfuerzos en una búsqueda que concluye con un macabro hallazgo. Violet y sus tres hijas (Julia Roberts, Julianne Nicholson y Juliette Lewis) deberán aprender a convivir con las secuelas… y unas con otras, ya que nunca se han llevado especialmente bien.

El deslumbrante elenco de la película da lo mejor de sí bajo la batuta de John Wells, cuya dirección rebosa la misma franqueza, naturalidad y querencia por los personajes complejos que ya demostró en The Company Men, su memorable debut. Aunque nadie desearía ser miembro del conflictivo clan Weston, más de uno reconocerá algo de su propia familia en él.


Entrevista con el director John Welss

P: Cuéntenos un poco cómo decidió embarcarse en este proyecto.

R: Tuve la gran suerte de ver la obra de teatro en Broadway. En realidad la vi un par de veces, porque me encantaba. Pero jamás imaginé que acabaría haciendo algo con ella. Un día, estaba comiendo con Harvey Weinstein, con el que había colaborado en The Company Men, y acabamos hablando sobre el reparto y los actores que más nos gustaban. Yo mencioné a un actor que me gustaba y que al final no había participado en la película, y Harvey dijo: «Pues yo creo que estaría fantástico en Agosto. Tenemos los derechos, y creo que deberías hacerla tú». Y así fue. Todo resultó así de directo y natural. Tuvimos varias reuniones, y luego yo empecé a reunirme con Tracy Letts, el genial dramaturgo ganador de un Pulitzer que escribió la obra y el guión de la película. Luego me entrevisté con Meryl [Streep] y Julia [Roberts], y decidimos embarcarnos todos en esto juntos.


P: ¿Qué significan para usted la historia de esta película y la obra de teatro que la precedió?

R: La obra en sí, además de haber ganado muchos premios, es una fantástica continuación de varias tradiciones literarias americanas que admiro mucho, tanto en el cine como en el teatro. Yo me formé en el teatro, y por eso me fascinaban los maravillosos y variados trabajos previos de Tracy. Pero lo más importante para mí fue el tema de la familia, la forma en que nos reímos juntos ante la tragedia, en que nos hacemos daño y nos apoyamos. Tiene un enfoque muy humano y muy hermoso, a veces incluso muy divertido. Me gustó cómo me recordaba a la forma en que las familias (aunque no concretamente la mía) interaccionan. Eso fue lo que vi en la obra de Broadway. Luego, observé que todo el mundo a mi alrededor comentaba lo mucho que le recordaba a su propia familia: un personaje les recordaba a su hermano, otro a su madre... No es que sea tal cual, pero hay algo muy auténtico en el modo en que Tracy lo ha retratado, y creo que eso fue lo que nos atrajo a todos de su obra.


P: ¿Puede contarnos algo sobre la selección del reparto y cómo ha sido trabajar con los actores de su elección?

R: Salta a la vista que hemos tenido una suerte increíble de contar con un reparto como este para la película. En parte, se debió a que varios de los actores habían visto la obra de teatro y les llamaban la atención los personajes, porque están muy bien escritos. Además, Tracy también es actor aparte de guionista, y eso contribuyó mucho a que creara unos papeles tan fantásticos. Para mí ha sido uno de los procesos de casting más fáciles, tal vez no de los más rápidos, pero sí de los más sencillos, en el sentido de que estos actores tan formidables estaban deseando participar, y casi podría decirse que ellos vinieron a nosotros. Cuando me entrevisté con Meryl, ella había visto la obra un par de veces, y estaba muy interesada. Hablamos sobre su personaje, su enfoque, sus dificultades y sus trampas. También hablé con Julia de lo mismo. Luego, empezamos a concertar citas con muchos otros actores. Yo ya había trabajado antes con Chris Cooper, y estaba deseando verlo interpretar a Charlie, así que cuando accedió me sentí entusiasmado. También conocía el trabajo de Margo [Martindale] y Ewan [McGregor], por supuesto, y de Dermot [Mulroney], que además había sido vecino mío. También había trabajado con Julianne Nicholson, y Juliette Lewis había trabajado con mi hermano, que durante muchos años fue jefe de producción. De hecho, mi propia madre le dio clases cuando ella tenía quince años. Abigail Breslin es maravillosa. Yo pensaba en ella como una niña de diez años, pero cuando entró por la puerta, cumplidos los quince, para su prueba, estuvo simplemente perfecta. Sobre Benedict [Cumberbatch], no había visto nada de él aparte de su trabajo para la BBC. Por lo que sé, hizo la prueba con su iPhone. Pero en cuanto la vimos, nos pareció hermosa, emotiva y divertida. Así que lo elegimos sin siquiera reunirnos con él, sólo por aquella pequeña prueba que nos había enviado con el iPhone. También fue fantástico trabajar con Sam Shepard. Su papel es central, aunque no el más largo. Yo produje muchas obras de teatro cuando estaba en la universidad, y tener la oportunidad de conocerlo y trabajar con él fue como un sueño hecho realidad. En cuanto a Misty Upham, que es una pies negros, representa el mundo que rodea al condado de Osage, que son en realidad las tierras tribales de la Nación Osage. Ha estado fantástica. Me encantó el trabajo que hizo hace unos años en Frozen River. Ella ha sido una parte crucial en todo lo que hicimos. Conseguimos a todos esos estupendos actores que se interesaron por el guión, y no nos podíamos creer la suerte que teníamos. Cada vez que alguien nuevo se unía al proyecto, tenía que pellizcarme para comprobar que no estaba soñando.


P: Hay una escena en la película de la que todo el mundo habla, en la que todos los actores, salvo Sam Shepard, están sentados juntos en una cena. Háblenos de eso.

R: Sí, uno de los puntos fuertes del guión es una escena de diecinueve páginas sobre una cena que tiene lugar con todos los miembros de la familia alrededor de una mesa. Creo que todos éramos un poco reacios a hacerla porque teníamos que estar allí sentados durante mucho tiempo mirando el mismo pollo. Pero, como estaba muy bien ensayada, al final fue como una especie de juego. Como era un escenario real, y no teníamos la sensación de estar en un decorado, al final fue como si todos se sentaran a cenar. La escena logró ese aire familiar de las personas que hace mucho tiempo que se conocen y han compartido muchas historias, cosas con las que estaban molestos, cosas con las que estaban contentos, en definitiva muchos recuerdos compartidos. Y entonces todo eso sale. Para nosotros, fue como una sensación de «yo ya he estado en esta cena». Aunque no sea exactamente la misma cena, yo he estado en cenas de esas en las que se pretende recordar la vida de alguien después de su muerte y luego todo acaba siendo completamente distinto a como habías imaginado que iba a ser.


P: ¿Se convirtió la casa de la película en un personaje en cierto modo?

R: Nunca pensé que rodaríamos en Oklahoma ni en el condado de Osage concretamente, sobre todo porque queda muy apartado de Hollywood y porque no conocía muy bien aquella zona. Yo he recorrido las carreteras de Oklahoma, porque soy de Colorado, así que conocía las llanuras, y me gustaba la idea de tenerlas en la película. Yo fui primero allí para ver cómo era, y así, cuando fuéramos a otros estados en busca de localizaciones, saber exactamente lo que estaba buscando. Y cuando llegamos, nos pareció un paisaje muy bonito, con su aire agreste. Entonces me di cuenta de que había algo muy propio de las personas que vivían allí (su forma de hablar, el propio paisaje) que sería muy difícil de reproducir. Así fue como empezamos a pensar seriamente en trasladar allí el rodaje. Entonces, el equipo de localización encontró esta maravillosa casa a unos cuarenta minutos de Bartlesville. Cuando fuimos a visitarla, pensé: «Es justo lo que había imaginado». Cuando entramos en ella, el interior estaba distribuido justo como lo necesitábamos, con aquellos grandes porches y con toda aquella tierra alrededor. De hecho, le compramos la casa directamente a los dueños, que la tenían a la venta y que habían vivido en ella. Fue una experiencia increíble para todos, porque sentimos que, en gran medida, la casa se ha convertido en parte de la familia. Era una casa en que había vivido gente. Una cosa que hicimos durante los ensayos fue que los actores se hospedaran en las habitaciones que sus personajes habían tenido de pequeños. Los adultos habitaban también sus espacios y vivían en ellos. La gente comía en el comedor. Eso puso en contacto a todo el mundo con el entorno, y creo que marcó una gran diferencia en la forma en que todos interactuaron con aquel medio en la película.


P: ¿Cómo ha sido adaptar esta obra teatral en concreto para el cine?

R: En general, la dificultad de adaptar una obra, de hacerla más visual y convertirla en una película, radica en que una pieza teatral debe restringirse a un espacio relativamente reducido. El guión de esta obra, sin embargo, se prestaba a abrirlo mucho más, a pasearlo por la finca y la comunidad. Otra de las razones para rodar en el condado de Osage era que podíamos rodar varias escenas, como aquellas en la que los personajes conducen o van a algún sitio, que te dan una sensación de la amplitud del entorno. Las llanuras forjaban personas que se quedaban en ellas y se convertían en supervivientes. Tanto la obra como la película, en muchos aspectos, abordan la forma en que aprendemos a sobrevivir por difíciles que sean las circunstancias. Por eso, al abrirlo y colocarlo en ese paisaje hermoso pero rudo, te haces una idea de cómo eran las primeras personas que llegaron allí y cómo intentaron sobrevivir. Hubo muchas decisiones conscientes que tomé sentándome a hablar con Tracy sobre cosas como «esta escena podría hacerse aquí, y esa otra allá, y aquella otra podría hacerse fuera, o ¿dónde podríamos rodar esto?». Fue muy divertido, y creo que contribuyó a la dramaturgia de la película.


P: Los actores han dicho que comprendieron mucho mejor lo que vivieron sus personajes y la familia rodando en la localización.

R: Una de las mayores ventajas de rodar en la localización, sobre todo cuando se está interpretando a una familia, es que los actores se convierten en una familia, porque comen juntos y comparten mucho tiempo, encuentran cosas que hacer juntos... hay algo especial que se crea cuando ruedas en la localización, como ocurre siempre que viajas. Así, integrándose en la comunidad (conociendo a los habitantes del condado de Osage, pasando tiempo con ellos, comiendo en sus restaurantes), empiezas a entender cómo son. La división entre republicanos y demócratas y otros aspectos políticos ha estereotipado la zona, se da por hecho cómo es su gente, pero cuando viajas a un sitio y pasas tiempo con sus habitantes, te das cuenta de lo poco que nos separa y de que hay otros que han tenido las mismas experiencias que nosotros. Incluso aunque provengan de un sitio muy distinto, las experiencias son universales. La película es, en realidad, una historia universal sobre la familia y las experiencias que las familias viven juntas.

Es genial que no refleje las opiniones de los actores sobre un lugar, sino lo que es realmente, ya que han estado allí.


P: ¿Puede contarnos algo sobre el equipo de cineastas con el que ha trabajado?

R: Tuvimos la suerte de conseguir a Adriano Goldman como director de fotografía. Ha hecho unos trabajos impresionantes en los últimos años, y conozco bien su trabajo. Le llamé para preguntarle qué estaba haciendo, y resultó que estaba libre y se entusiasmó con el proyecto. Me encantó una película que había filmado hace unos años, Sin nombre, y también Jane Eyre, que hizo hace un par de años y que es espectacular. Queríamos lograr esa sensación de estar ante un paisaje maravilloso, muy bello e interesante. Cuando acabamos el rodaje, hablé con los miembros del equipo y todos coincidíamos en que, aunque teníamos ganas de volver a casa, íbamos a echar de menos la belleza de aquel lugar y a la gente que habíamos conocido. Íbamos a añorar la amplitud de aquel lugar, admirar aquel horizonte tan extenso, aparcar a un lado de la carretera y descubrir cosas que te pasarías horas mirando. Eso es lo que Adriano ha reflejado en la fotografía: no sólo la belleza del espacio interior y la forma en que estaba iluminado, sino también el mundo que lo rodea y que nosotros veíamos. Estoy muy impresionado con su trabajo, y encantado de haber trabajado con él. Espero volver a hacerlo en el futuro. David Gropman, con el que he querido trabajar desde hace años, fue el diseñador de producción. Él y su equipo cogieron esa casa y pusieron en ella todo lo que tenía que haber: el papel pintado, las alfombras, cada pieza de cubertería de cada cajón... hasta el más mínimo detalle. Varias personas que visitaron la casa dijeron que era idéntica a la de su abuela, o la de su tío, o la casa en que crecieron. Cindy Evans, la diseñadora de vestuario, también ha hecho un trabajo fabuloso.


P: Usted comparte historia con George Clooney, uno de los productores de la película.

R: Sí, George y yo tenemos una larga historia que se remonta al principio de «Urgencias», de lo que hace ya veinte años, aunque cueste creerlo. Evidentemente, desde que hicimos la serie juntos, él ha cosechado una carrera de mucho éxito como actor, pero también como director, productor y guionista. Cuando la Weinstein Company adquirió los derechos para la película y yo entré a formar parte del equipo, empezamos a barajar posibles productores. Harvey [Weinstein] y yo dijimos que, puesto que George y Grant [Heslov] habían estado interesados, deberíamos enviarles el guión para ver si querían formar parte del proyecto. Y ellos fueron tan amables de acceder a trabajar con nosotros y aportar toda su experiencia. Jean Doumanian y Steve Traxler, que habían producido la obra en Broadway y que estuvieron implicados en todo el proceso de desarrollo del guión, también se unieron al equipo.


P: ¿Qué es lo que más le ha gustado de hacer esta película?

R: Para mí lo mejor son siempre las personas con las que trabajas. En este caso concreto, teníamos un equipo de diseñadores, un director de fotografía y en general un equipo maravilloso. Además de eso, están los actores. Rodar una escena, mirar en torno a la mesa y encontrarte a Meryl Streep, Julia Roberts, Dermot Mulroney, Chris Cooper, Abigail Breslin, Julianne Nicholson, Juliette Lewis, Margo Martindale y Ewan McGregor... parecía demasiado bueno para ser verdad. Hay un placer especial en ver una escena cobrar vida, sobre todo escenas que sabía que estaban muy bien escritas y que se trasladarían bien a la pantalla. Ver a todos esos actores coger esos papeles e insuflarles vida fue maravilloso.