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  Senna  Dirigida por Asif Kapadia
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Senna: El comienzo
El padre del productor James Gay-Rees trabajaba para John Player Special, la marca de cigarrillos que patrocinaba el Lotus negro de Senna en 1985, y conocía al piloto. Lo que le contaba su padre fue una inspiración: "Cuando mi padre regresaba de las carreras, solía decir que el joven piloto tenía 'otra cosa'. Según él, era sorprendente, no era como los demás pilotos jóvenes. Estaba muy seguro de sí mismo. Tenía creencias profundas. Era diferente y muy intenso". Así empezó el recorrido hacia la realización de un documental sobre el legendario piloto de carreras.

Durante ese recorrido hubo un día clave en marzo de 2006 cuando James Gay-Rees y el guionista y productor ejecutivo Manish Pandey se reunieron con los padres de Ayrton Senna para pedirles la autorización para hacer una película sobre su hijo. "Mi mujer me dijo que no llorara", explica Manish Pandey. "Soy muy emocional, sobre todo cuando algo despierta mi pasión, como ocurrió con este proyecto. Me dijo que debía ser profesional o me tomarían por un idiota". Teniendo en cuenta las sabias recomendaciones de su esposa, el guionista no perdió el control durante la presentación de 40 minutos de duración, una mezcla de material de audio, filmaciones y fotografías. "Por suerte, no lloré, pero conseguí que lloraran todos los demás", recuerda con una sonrisa. "Viviane, la hermana de Ayrton, y el resto de la familia no pudieron contener las lágrimas. Al final, Viviane se levantó, me abrazó y me dijo en un susurro: 'Conocías bien a mi hermano'. No le conocí, pero creo que Viviane entendió nuestro objetivo".

Entusiasmados con su éxito, regresaron al Reino Unido. Manish Pandey dice: "Fue increíble. Sólo habían aprobado un proyecto con anterioridad, en 1995: una película de cien millones de dólares protagonizada por Antonio Banderas". Pero con James Gay-Rees y Manish Pandey era diferente. El guionista sigue diciendo: "La familia Senna se puso en contacto con nosotros e insistieron en que querían hacerlo. Nos llevó dos años llegar a un acuerdo, y entre tanto otros les ofrecieron proyectos. Pero creo que la familia se dio cuenta de que siempre giraban alrededor de la muerte de Ayrton, y dejamos claro desde un principio que no era nuestro objetivo".

La presentación de los dos cineastas había convencido a la familia. "Todo gira alrededor de la confianza", dice el productor. "Había que convencerles de que lo haríamos bien". La presentación que Manish Pandey enseñó a la familia se llamaba "La vida y la muerte de Ayrton Senna". No querían concentrarse únicamente en la trágica muerte del piloto, sino explorar una vida extraordinaria y un personaje multifacético. Ayrton Senna no protagonizó la típica historia del mendigo transformado en millonario, ya que pertenecía a una importante familia de Sao Paulo, pero sigue siendo una historia deslumbrante, marcada por su visión de la vida, su genio al volante y sus profundas creencias espirituales.

"El lado espiritual atrae a mucha gente", sigue diciendo James Gay-Rees. "Los deportistas se mueven en una zona por encima del común de los mortales; es como si canalizaran algo cuando están en la cumbre del éxito".

Manish Pandey está de acuerdo y saca a relucir la carrera de Mónaco en 1984 bajo la lluvia: "Al volante de aquel coche, debería haber derrapado por todas partes. Pero hizo algo extraordinario; su lado espiritual le empujó. No sentía que estaba en un circuito de carreras. Cuando conducía, estaba en un plano espiritual".

Y añade: "Para Senna no se trataba de ganar la carrera o adelantar unas cuantas posiciones. Intentaba llegar con su coche a un lugar que sólo él podía entender. Creo que fue Roger Federer quien dijo lo mismo hace tres años. Acababa de aplastar a su contrincante en la cancha y dijo que mientras jugaba estaba literalmente 'fuera de sí', como si se viese jugar. Creo que a Senna le ocurría muy a menudo, y por eso lo consiguió". La conducción de Senna y sus tremendas cualidades le convierten en un tema de sumo interés.


Contar la historia
Para el productor Eric Fellner, copresidente de Working Title, SENNA siempre ha sido un proyecto especial, que además ha añadido una nueva dimensión a la empresa al ser el primer documental que produce.

"Hubo una temporada en que me enganché a la Fórmula 1, como la mayoría de la gente. Durante el periodo comprendido entre mediados de los ochenta hasta mediados de los noventa, las carreras me fascinaban e intrigaban", dice Eric Fellner. "Intentamos desarrollar una película acerca de Hesketh, gastamos mucho dinero, pero no conseguimos sacarla adelante. Me apetecía mucho rodar algo sobre ese mundo y había hablado con Bernie Ecclestone para encontrar una forma de hacerlo, pero no hubo manera. Nunca habíamos hecho un documental, pero nos pareció el mejor vehículo para hacer una película acerca de la Fórmula 1".

Entonces, los productores contrataron a Asif Kapadia, un realizador de mucho talento. El director de El guerrero/The Warrior, premiado con dos BAFTA, y Far North, se licenció en el Royal College of Art, y es conocido por sus exquisitos encuadres.

"La forma más obvia de contar la historia de Senna es hacer 'Tres días en Imola', el circuito donde murió. Sería una película atractiva, pero muy obvia", dice Manish Pandey. "Bastaría con describir el viernes, sábado y domingo e introducir unos cuantos flash-backs para explicar qué hace el personaje allí. Se podría mezclar con entrevistas y no dudo que sería una película fuerte, pero que quizá no mostraría realmente cómo era él. Y entonces llegó Asif. Habíamos entrevistado a muchos directores, muchos estaban interesados, pero nunca dudamos en darle el proyecto".

Asif Kapadia, a pesar de ser un seguidor de muchos deportes, no era un entusiasta de la Fórmula 1 y demostró tener un enfoque imparcial en cuanto al tema. "Antes de este proyecto, no había leído nada acerca de Senna, ni había entrado en ninguna de las webs donde se habla de él o abierto un libro sobre Fórmula 1", explica el director. "Nunca había ido a una carrera. Al llegar me sentí como un extraño, pero el recorrido me entusiasmó. Aprendí mucho documentándome, haciendo entrevistas. Y pude aportar una visión fresca".

"No era difícil darse cuenta de que Senna era un piloto asombroso con un profundo y fascinante lado espiritual", sigue diciendo Asif Kapadia. "Se trataba de reducir la película al mínimo para que alguien a quien no le interese la Fórmula 1, o que nunca haya oído hablar de Senna, pueda meterse en el documental, entender a los personajes y sentirse conmovido por la historia. Todo gira alrededor del personaje. Es una película acerca de las carreras. He dirigido un largometraje con actores no profesionales".

El director hace hincapié en la rivalidad entre Alain Prost y Ayrton Senna, y en la lucha de este último contra las autoridades de la FIA. "No me interesan las personas que sólo son 'buenas'", dice el director. "En Senna siempre hay algo gris, y lo noté cuando empezamos a documentarnos más. No pertenecía al grupo. Mis películas siempre contienen algo sobre los que no pertenecen al grupo, los extraños, y él era el extraño venido de Brasil. No nació en el seno de una familia pobre, pero entró en un mundillo europeo y se enfrentó a los pilotos dominantes y a una administración que parecía favorecer a Prost".

En 1988, Senna fichó por McLaren, la escudería de su adversario. Alain Prost era el campeón del mundo y la competencia entre los dos aumentó aún más. "Si Senna cree que le basta con formar parte del equipo de Prost para ser campeón, le espera una sorpresa", dijo Keke Rosenberg, al que Prost había aplastado en 1986. A principios de la temporada de 1988, los comentaristas estaban seguros de que Prost ganaría el título aunque Senna fuese el piloto más rápido. Los primeros resultados parecieron apoyar ese pronóstico. De nuevo en Mónaco, cinco años después de la asombrosa carrera bajo la lluvia, Senna le sacó 1,5 segundos a Prost en los entrenamientos, un amplio margen en la Fórmula 1, y abrió su alma a los medios de comunicación internacionales en la rueda de prensa que dio a continuación.

"De pronto, me he dado cuenta de que ya no pilotaba el coche conscientemente", dijo entonces Ayrton Senna. "Me encontraba en otra dimensión. Era como un túnel… Iba muy por encima del límite, pero sabía que podía más". Sus palabras dejaban claro que, para él, pilotar un Fórmula 1 era un viaje espiritual. Pero no era infalible y perdió la carrera en Mónaco.

En el Gran Premio de Japón de 1988, Prost y Senna seguían compitiendo por el título. Si el brasileño ganaba la carrera, sería campeón del mundo. Cuando el semáforo pasó a verde, el motor de Senna se caló y trece bólidos, el de Prost entre ellos, le adelantaron. Cuando por fin consiguió arrancar, pilotó como un auténtico poseso, adelantando mediante una serie de maniobras tan maravillosas como atrevidas, hasta que sólo tuvo a Prost por delante. Senna se le acercaba vuelta tras vuelta; empezó a llover, aumentó la velocidad y le adelantó. Fue campeón del mundo pilotando un McLaren diseñado especialmente para el piloto francés.

Las cosas no se calmaron la temporada siguiente. Senna apareció con su novia, la superestrella Xuxa Menehgel, y en el circuito de Japón, la penúltima carrera de la temporada, el brasileño debía ganar si quería tener la posibilidad de optar al campeonato. Si Prost acababa primero, el título era del francés. Senna sabía en qué punto podía adelantar a Prost, una curva ciega a la izquierda, pero el francés cortó la trayectoria, impidiendo la maniobra del brasileño. En la vuelta 46, éste se decidió. Los dos coches tomaron la curva a 260 kilómetros por hora y Senna se metió por el interior a la vez que ambos aminoraban la velocidad para tomar la chicane. Y en ese momento, cuando iban mucho más despacio, Alain Prost giró ligeramente hacia Senna en el momento en que éste aceleraba, provocando una colisión sin ningún peligro.

Senna alzó las manos hacia el cielo, indignado. Alain Prost salió del coche sabiendo que el título ya era suyo. Pero el brasileño no se rindió. Convenció a los comisarios de pista para que le empujaran, arrancó y entró en boxes. Cambiaron el alerón y consiguió cruzar la meta con todo en contra. Pero unos segundos antes de que pudiera subir a lo más alto del podio, el presidente de la FIA, el francés Jean-Marie Balestre, esgrimió una infracción técnica, retirándole la victoria. Prost fue campeón y Senna se enfrentó a una suspensión, lo que le pareció una tremenda injusticia.

"Es una historia asombrosa. Teníamos una estructura genial en tres actos con la que trabajar", explica Asif Kapadia. "La ascensión, el éxito y, finalmente, los retos a los que debe enfrentarse cuando está en la cúspide. También está el típico 'malo cómico', Balestre, y un rival con cuatro títulos, Prost. Y asimismo, la vida personal de Senna, su familia, su novia, su relación con Brasil. Hay tensión, es dramática, trágica. Tiene todo lo que debe tener una película y, además, es real".

Un nuevo capítulo de la historia se abrió en la temporada de 1990. De nuevo en el circuito de Japón se invirtieron los papeles. Si Senna terminaba antes que Prost, sería proclamado campeón. Había conseguido la pole en los entrenamientos, pero sabía que la segunda posición era mejor al estar en la parte limpia. Habló con los comisarios, que acordaron intercambiar la pole con la segunda posición. Pero Balestre no aceptó la decisión de los comisarios, y el piloto tuvo que salir desde la parte sucia de la parrilla. Furioso, once segundos después del comienzo de la carrera, en la primera curva, embistió a Prost a 240 kilómetros por hora, y la carrera acabó para los dos. Esta vez, Senna sabía que había ganado.

"Si esta historia se escribiese en un guión, gustaría mucho", dice el realizador con una sonrisa. "Un año, Prost embiste a Senna en el punto más lento del circuito y ni siquiera daña su coche. Al año siguiente, Senna embiste a Prost en uno de los puntos más rápidos del circuito diciendo: 'Me da igual lo que pase, voy a por todas'. Es interesante ver cómo esos dos accidentes revelan claramente los caracteres de Senna y de Prost".

Balestre estaba muy enfadado, pero no podía castigar a Senna al carecer de pruebas de que había causado el accidente intencionadamente. Pero la comunidad de la Fórmula 1 censuró a Senna, quejándose de sus maniobras arriesgadas. Muchos pilotos llegaron a decir que el "lado oscuro" de Senna era el auténtico reflejo de su personalidad. Alain Prost incluso dijo que la fe cristiana de Senna le convertía en un piloto peligroso. Era un golpe bajo que intentaba simplificar la espiritualidad de Senna, pero el brasileño no respondió a la provocación.

"Creo que Senna estaba compuesto de grises", dice el guionista y productor ejecutivo Manish Pandey. "No era completamente blanco. Embistió a Prost a 240 kilómetros por hora, pero hubiera podido esperar el final de la vuelta y sacarle del circuito en la misma chicane que Prost le había sacado el año anterior a mucha menor velocidad. Por eso me gusta tanto, por su falta de sangre fría. Era un apasionado. Todos hemos dado un portazo o una patada a un cubo de basura en algún momento de nuestra vida. Pues bien, así dan portazos y patadas en este deporte. Puede que alguien tache la película de ofrecer una visión parcial, pero no es un documental acerca de Ayrton y Alain, Nigel y Nelson, sino de Ayrton Senna".

Debido a su notable ascensión, sus logros como campeón del mundo (muchos le consideran el mejor piloto de Fórmula 1 que haya existido), su batalla contra Prost y Balestre, y a su prematura muerte, tuvo una trayectoria asombrosa. "Presentamos al personaje, le vemos ascender y por fin, ganar el Campeonato Mundial", explica Manish Pandey. "Cuando parece que el documental ha acabado, entramos en el segundo acto y en el juego de poder. Senna debe superarlo y seguir, es la vida".

En la época en que Senna alcanzó la cima de la Fórmula 1, la tecnología cambió, y los títulos de 1992 y 1993 fueron a parar a manos de Mansell y Prost respectivamente al volante de sendos Williams-Renault. En 1994, sin embargo, con Prost y Mansell retirados de la competición, Senna fichó por la escudería Williams, y todos predijeron que sería el campeonato más fácil de la historia. Nadie contaba con un joven piloto llamado Michael Schumacher, de la escudería Benetton, al volante de un coche que parecía contar con muchas ventajas.

"Entonces empieza el tercer acto. Cuando por fin Senna lo ha superado todo, se enfrenta a algo superior a él, la tecnología moderna", dice Manish Pandey. "En realidad, la máquina mata al héroe. Hay un coche que no ha sufrido las mismas restricciones que los otros. Senna se indigna porque eso es trampa. Su sentido de la justicia no puede aceptarlo, pero también sabe que no puede hacer nada. Nunca hablará públicamente de esta injusticia porque sabe que tiene todas las de perder. Era un hombre muy astuto".

James Gay-Rees añade: "Lo mejor de esta película es la estructura. No se puede pedir una estructura mejor. La ascensión y la caída. Era el único resultado posible".


El retrato de Senna
Una peculiaridad del documental es que las entrevistas se limitan a voces en off sobre imágenes de archivo. Eric Fellner recuerda que Asif Kapadia siempre se resistió a imponer al público una persona hablando, y no hubo forma de convencerle de lo contrario.

"Creo que aporta algo distinto porque la mayoría de documentales no están montados de esta forma", dice el productor. "Nos permite no alejarnos del periodo del que estamos hablando y ver mucho más a Ayrton Senna. Da la sensación de que él está contando la historia, y eso fue idea de Asif".

El director dice: "Manish y yo probamos con diez minutos de imágenes sacadas de YouTube, y aun así funcionaba. Vimos que era el enfoque perfecto. Siempre supe que el material permitía hacer una película brillante, sorprendente, conmovedora, con un final trágico. Está el recorrido del protagonista, la rivalidad; hay un principio, un desarrollo y un desenlace, ¿para qué necesitamos ver a los entrevistados?"

Las voces en off de las entrevistas con otros pilotos – a pesar de la rivalidad con Senna, Alain Prost fue uno de los portadores del féretro y se mostró muy generoso a la hora de conceder entrevistas a los cineastas – y comentaristas, así como con la familia, están cuidadosamente repartidas en toda la película.

"Todas las personas entrevistadas fueron maravillosas, pero basta con ver el material para sentir la pasión y la tensión de Ayrton Senna", explica Asif Kapadia. "No fue fácil persuadir a los demás de que se olvidaran de mostrar a los entrevistados, es la base de la mayoría de documentales", añade, riendo. "Reconozco que estaba rodeado de cineastas con mucha experiencia y me costó bastante convencerles, pero siempre supe que debíamos dejar que las imágenes hicieran lo suyo. Cuanto más miraba el material, más comprendía que era la forma de contar la historia".

Eric Fellner recuerda, riendo: "No paraba de repetirle a Asif, 'Cuando éramos reyes', 'Cuando éramos reyes'". Se trata del famoso documental de 1996 donde se cuenta, entre otras, la famosa pelea entre Muhammad Ali y George Foreman en el Congo, con una fantástica introducción de Norman Mahler para capturar a los espectadores que no saben nada de boxeo. El productor Eric Fellner quería algo parecido para SENNA: "Pero Asif resistió y ahora creo que tenía razón. La forma en que ha montado las imágenes con las entrevistas es fantástica".

A las tres semanas de hablar con la familia de Senna, Manish Pandey y James Gay-Rees se sentaron ante el rey de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone. Incluso entonces, cuando tenían la idea de mezclar imágenes de archivo con entrevistas, los dos cineastas sabían que necesitaban tener acceso a los archivos de la Fórmula 1 de Biggin Hill. Bernie Ecclestone es el dueño de cualquier imagen de Fórmula 1 rodada con una cámara durante el periodo que abarca el documental.

"Llegamos al despacho de Ecclestone; entró y ni siquiera se sentó", recuerda Manish Pandey. "Su abogado nos machacó durante cuarenta minutos y Ecclestone volvió durante 17 minutos. Nos dijo que el proyecto le parecía genial, nos dimos la mano y supimos que estaba hecho. Luego empezó el papeleo, que nos llevó 18 meses, pero lo conseguimos".

Los cineastas obtuvieron un acceso sin precedentes a los archivos de la Fórmula 1. "Gracias a Ecclestone, tuvimos acceso ilimitado", dice Eric Fellner. Entonces empezó la monumental tarea de visionado del material disponible. "Decidimos trabajar a partir del material original, y buscar, documentarnos, visionar hora tras hora", explica Asif Kapadia. "Yo no conocía la historia, aportaba una visión nueva que me permitía descubrir imágenes interesantes e inéditas y rechazar lo que ya se había visto".

Con tanto material a su disposición, los cineastas pudieron permitirse el lujo de ser selectivos. El realizador hace referencia a una famosa vuelta al circuito de Donington en el Gran Premio de Europa de 1993. "Es asombroso verle conducir y ganar con un coche muy inferior a los demás", dice. "Es un día gris, está lloviendo a mares y no hay nadie. El rodaje es horrible; van a 300 kilómetros por hora, pero desprende una sensación de lentitud. Por eso decidí no incluirlo en la película. Visualmente, no valía la pena".

Hay otros momentos, alejados del circuito, que son fascinantes, como las charlas con los pilotos, y un episodio muy movido entre Senna y Balestre. "Haber insertado las charlas con los pilotos es como una escena dialogada por Ken Loach en medio del documental; la típica discusión en un cuarto", dice Asif Kapadia. "Es auténtico, y eso es lo importante, la autenticidad".

"Hemos usado material sacado de YouTube, material rodado en Super 8 y en 35 mm", explica el director. "Fue como armar un mosaico. Técnicamente, la película no es perfecta. Si se mira de cerca, salta a la vista. Pero basta con alejarse un poco para que sea tan maravillosa como un edificio de Gaudí. Siempre la enfoqué como una película de ficción, una película dramática con personas de carne y hueso. Los documentales se construyen a base de técnicas usadas en la ficción. Las películas de ficción se esfuerzan en ser realistas. Quería encontrar un nuevo espacio, un nuevo género en algún punto intermedio".

Según avanza la película cronológicamente, la cobertura televisiva de las carreras se hace más sofisticada. Durante los años ochenta, los gobiernos occidentales aprobaron leyes cada vez más estrictas para regular los anuncios de tabaco. La Fórmula 1 recibió una inyección masiva de dinero cuando los principales equipos firmaron acuerdos de patrocinio con los fabricantes de cigarrillos. El número de cámaras se multiplicó y la calidad de las filmaciones mejoró notablemente.

El productor Eric Fellner dice: "En lo que respecta a las carreras que habían sido retransmitidas por televisión, intentamos encontrar planos diferentes. Ya sé que suena un poco rebuscado, pero siempre queríamos algún plano que no se hubiera emitido. También incluimos muchas secuencias con Senna y sus mecánicos, las increíbles charlas con los pilotos. Nada de esto ha sido visto hasta ahora. Es fantástico".

"Cuando llegamos a Imola al final de la película, unas 40 cámaras siguen a Senna vaya donde vaya", explica Asif Kapadia. "Fue muy parecido a montar una ficción. Disponíamos de planos medios, contraplanos, planos de perfil y rodados desde un helicóptero".

Cuando hablan del material disponible, tanto Eric Fellner como James Gay-Rees recuerdan unas imágenes en las que se ve a Senna con sus mecánicos en Imola el fin de semana del accidente. "Es increíble", dice Eric Fellner. "Hay tomas desde múltiples puntos, lo que nos permitió montar en tiempo real, pasando de un plano a otro. No hay muchos documentales con esta clase de cobertura, que dé la impresión de ver una película de ficción porque la acción se desarrolla de forma cinematográfica". James Gay-Rees comparte esta opinión: "Para mí, lo más increíble son las imágenes con los mecánicos, donde se le ve cada vez más alterado por lo que está pasando. Es sensacional".

Además de los archivos de la Fórmula 1, los cineastas también recurrieron al material grabado por la televisión brasileña. "Siguieron cada uno de sus movimientos desde el principio y él sabía que necesitaba a los medios de su país para tener éxito", dice Asif Kapadia, que se sirvió del material aportado por la familia del piloto y de varias escenas grabadas por canales brasileños.

"Esta película sólo podía hacerse así", termina diciendo el director. "Hay muy pocas personas con auténtico talento en este mundo, pero además, allá donde iba, alguien filmaba a Senna. Se hizo muy popular en Japón, y los japoneses no se mueven sin su cámara. En cuanto a los archivos de la Fórmula 1, tuvimos suerte de que en esa época trabajaban unos increíbles cámaras franceses. Rodaron la gran mayoría de los planos interesantes, tenían un ojo incomparable".

El espectro de Imola surge, amenazante, en las últimas etapas del documental; las entrevistas y las imágenes que cuentan la historia de la trágica muerte de Senna son conmovedoras. Se ve claramente cómo se preocupa cada vez más por su seguridad, como si presagiara algo. "Por desgracia, había metros y metros de buen material que no pudo incluirse en la película", dice James Gay-Rees. "Por ejemplo, hay imágenes de Senna, de pie en la curva de Imola un mes antes del trágico accidente, mientras prueban los coches, y dice: 'En esta curva morirá alguien este año'".

No puede negarse que la historia de Senna es trágica, pero también está llena de luz, gracias a su pasión, su seguridad. "Era una verdadera superestrella", concluye Asif Kapadia. "Y su inteligencia le permitió descubrirlo antes que otros deportistas. Tenía un logotipo, un tema musical y un rascacielos. Era un hombre muy interesante que supo conseguir una imagen como deportista y hacer uso de esa imagen. Recientemente, Federer y Ronaldo se han convertido en marcas, pero Senna ya lo hacía en los ochenta. Era una persona sensacional y su historia es apasionante".


Los colaboradores
Las siguientes personas contribuyeron al documental, y el audio de sus entrevistas forma parte íntegra de la película.

Reginaldo Leme: Periodista de Fórmula 1 para TV Globo de Brasil, con 30 años de experiencia en el deporte del motor.

Richard Williams: Corresponsal jefe de deportes del periódico The Guardian.

John Bisignano: Ex periodista de Fórmula 1 para la ESPN TV estadounidense, con 25 años de experiencia en el deporte del motor.

Pierre van Vliet: Ex periodista de Fórmula 1 para TF1 Francia, actualmente es periodista independiente del deporte del motor en Bélgica, con más de 30 años de experiencia.

Alain Prost: Cuatro veces campeón mundial de Fórmula 1 (1985, 86, 89 y 93).

Ron Denis: Presidente ejecutivo del Grupo McLaren.

Frank Williams: Fundador y ex presidente ejecutivo de Williams Grand Prix Engineering.

Neyde Senna: Madre de Ayrton Senna.

Viviane Senna: Hermana de Ayrton Senna

Profesor Sid Watkins: Especialista en neurocirugía en el The London Hospital, actualmente jubilado, y ex médico en la Fórmula 1.