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  La mujer con la nariz rota  (Zena sa slomljenim nosem)
  Dirigida por Srdjan Koljevic
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Sobre el director, Srđan Koljević
Srđan Koljević (1966) es uno de los guionistas más activos y galardonados del país. Ha escrito y coescrito 10 películas premiadas internacionalmente (Why Have You Left Me, Hornet, Sky Hook, Normal People, Natasha, Love & Other Crimes…) y su debut como director con Red Coloured Grey Truck (2004) le valió un amplio reconocimiento por parte del público y la crítica de varios países y 11 premios internacionales. Ha coescrito la película The trap (2007, preseleccionada entre nueve nominadas para el Premio de la Academia a la mejor película en Lengua Extranjera de 2008) para cuyo remake se vendieron los derechos en Hollywood.


Entrevista con Srđan Koljević
El guionista y director Srđan Koljević habla sobre su fuente de inspiración y algunos de los retos a los que se enfrentó con esta película, en una entrevista realizada por la periodista Wendy Dallian con motivo del 4º Festival de Cine Serbio de Vancouver para The Vancouver Observer publicada el 13 de noviembre de 2010.

Wendy Dallian: ¿Cómo surgió la historia de la mujer con la nariz rota?

Srđan Koljević: Lo que me inspiró fue un sentimiento: una emoción. Veo a muchos de mis amigos reflejados en mí mismo, en cierta forma bloqueados emocional e íntimamente en este momento de nuestra vida. Quería hacer una película sobre nuestra recuperación, sobre cómo superar las marcas y las heridas del pasado y encontrar de alguna forma la luz al fondo del túnel: recomponerte y aprender cómo recuperarte a través del amor, en el sentido más amplio de la palabra. Trata de personas que se salvan las unas a las otras de distintas maneras. En esta película, el símbolo es el puente entre el nuevo y el antiguo Belgrado: el puente entre el pasado y el futuro. De alguna forma estamos bloqueados en este momento del presente, y aprendiendo cómo mirar hacia el futuro.

Todos los días paso por ese puente y siempre me quedo bloqueado en algún atasco. Cuando nos pasa eso, a veces miramos por la ventanilla y vemos al resto de gente, sus caras. Yo les miro y pienso en que todos velan alguna herida emocional. Quería hacer una película sobre cómo superar esas marcas y heridas y ofrecer esperanza y energía positiva sin cerrar los ojos a la pura realidad. Ésa fue mi primera intención.

Entonces fui entretejiendo el mosaico de tres historias de personas que sufren algún tipo de pérdida o herida emocional y cómo van superando tales dificultades, avanzando y encontrando nuevas esperanzas, y aprendiendo a abrirse emocionalmente. Mucha gente se cierra cuando afronta algún tipo de pérdida.


WD: Se trata de una serie de historias complejas que se entretejen muy elegantemente. Seguro que te enfrentaste a retos inmensos.

SK: El reto más grande fue encontrar el equilibrio entre las historias, darles naturalidad, y hacer una película que sea una totalidad. No me gusta que las películas con múltiples líneas argumentales tiendan a parecer un collage de retales. Quería orquestar una historia que fuera como una obra musical total, armonizada: no quería un corta y pega. Ése fue mi mayor reto como guionista y director. La película está al filo del drama con elementos de humor, y éste es a su vez el estilo que quieres que los actores sigan. Todos tenían que estar en lo mismo. Como director, eso también me supuso un reto.

Tuve la suerte de trabajar con grandes actores que se desvivieron con el proyecto. El reto fue “afinarlos” para que todos formaran parte de la misma orquesta. En una película así hay muchos personajes que nunca se encuentran porque están en dos historias diferentes, pero en la mente del director siempre tiene que estar la sintonía de la película como un todo.


WD: ¿Hubo algo que no te esperases, que te sorprendió de esta película?

SK: Antes de nada me alegré mucho de que a todos los actores que pensé que estarían muy bien en esos papeles les gustó el proyecto y quisieron hacerlo. No había mucho presupuesto, pero es una producción que tiene buena pinta, y la cosa es que muchos actores podrían haber hecho otros proyectos fuera pero escogieron hacer éste. Ése fue el tipo de energía que había entre la gente. En la fase inicial les gustó el guión, y todo evolucionó de tal forma que no hacía más que animarme.

Trabajé con un director de fotografía que es amigo mío desde hace años, y con el que hice mi primera película. Lo planeamos todo con mucho cuidado: los colores de la película, azules, verdes, cian, los reflejos y la lluvia. La gran sorpresa fue que todo salió bien: todo iba saliendo como yo había imaginado que quería que fuera. Todas las personas involucradas pusieron toda su energía de una manera muy natural. Rodar esta película fue una experiencia preciosa.

Cuando trabajo con el director de fotografía, antes de rodar examinamos detalladamente el estilo visual y después lo construimos. En este caso construimos este estilo visual con la gama de colores principales, y luego lo contrastamos con el vestuario donde metimos colores vivos para ayudar a construir los personajes.

Contrastamos la música y la imagen. La imagen tiene una sensación azul/verde/gris lluvioso, y la música tiene ese aire del primer rock and roll: es un rock and roll original y de hace tiempo, ex yugoslavo, que tiene ese sonido nostálgico, inocente y optimista. Combinando esos tres elementos puedes construir algo tridimensional.


WD: La música impresiona mucho. Sí es verdad que tiene ese aire nostálgico de los 60.

SK: Pensé, mientras escribía el guión, que de alguna forma necesitaba esa música porque subconscientemente apela a la emoción y te transporta a una época de más optimismo. Me gusta recordar a la gente y a los personajes que esto es posible.


WD: Los hilos argumentales se unen en una trama intrincada, y es por eso que me gustaría preguntarle: ¿todavía se lleva bien con su editor?

SK: (Risas) Sí, mi editor, como mi director de fotografía, es un amigo de la escuela de cine. Llevamos trabajando juntos casi dos décadas. La edición fue un proceso largo, pero el guión estaba escrito de tal manera que prácticamente respetaba la forma final de la película. Ya estaba en el guión, la mezcla de las tramas. La puesta a punto ideal desde luego siempre se consigue con la edición. Además es uno de mis colaboradores más cercanos: me gusta mucho trabajar con él.

Todo tiene su lado bueno y su lado malo. El lado malo es que no hay muchas oportunidades para trabajar en la industria como esta vez, pero el lado bueno es que cuando lo consigues, trabajas con la gente con la que quieres trabajar.


WD: ¿Qué te gustaría que la gente sacara de tu película?

SK: Me gustaría mucho que la gente sacara optimismo y esperanza, y algún tipo de reajuste que les recuerde qué es lo realmente importante en la vida. Creo que necesitamos eso de vez en cuando: una evaluación de qué es importante y qué no lo es tanto.