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  El mensajero  (Snitch)
  Dirigida por Ric Roman Waugh
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EL MENSAJERO está protagonizada por Dwayne Johnson ("Fast & Furious 5", "Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa"), Barry Pepper ("Salvar al soldado Ryan", "Valor de ley", "Los Kennedy"), Jon Bernthal ("The Walking Dead", "El escritor (The Ghost Writer)"), Michael K. Williams ("The Wire (Bajo escucha)", "Boardwalk Empire"), Melina Kanakaredes ("CSI: Nueva York", "Percy Jackson y el ladrón del rayo"), Nadine Velazquez ("El vuelo (Flight)", "Me llamo Earl"), Rafi Gavron ("Nick y Norah, una noche de música y amor", "Breaking and Entering"), David Harbour ("Sin tregua (End of Watch)", "Quantum of Solace"), con Benjamin Bratt ("Ley y orden", "Traffic") y la ganadora del Oscar® Susan Sarandon ("Mejor actriz principal" por "Pena de muerte" en 1995; "Wall Street: El dinero nunca duerme").

Ric Roman Waugh ("Criminal (Felon)") se encarga de dirigir, a partir de un guión escrito por Waugh y Justin Haythe ("Revolutionary Road", "La sombra de un secuestro"), inspirado en hechos reales recogidos en un documental de "Frontline" de la cadena PBS. EL MENSAJERO está producido por Nigel Sinclair ("Sin tregua (End of Watch)", "Los idus de marzo"), Matt Jackson ("Sin tregua (End of Watch)"), Jonathan King ("Contagio", "Lincoln"), Dwayne Johnson, Dany Garcia ("Lovely, Still", "Racing Dreams"), Alex Brunner ("Déjame entrar (Let Me In)", "Camino a la libertad") y Tobin Armbrust ("Sin tregua (End of Watch)", "La mujer de negro"). Dana Gonzales ("Criminal (Felon)", "Southland") es el director de fotografía, Vincent Reynaud ("Criminal (Felon)") se ha encargado del diseño de producción, Jonathan Chibnall ("Criminal (Felon)", "Caso abierto") ha realizado el montaje, Antonio Pinto ha sido el compositor, Kimberly Adams‐Galligan ("Seguridad nacional", "Lizzie McGuire") es la diseñadora de vestuario, y el casting ha corrido a cargo de Mary Vernieu, CSA, y Lindsay Graham. Los productores ejecutivos del proyecto son Jeff Skoll, Guy East ("Sin tregua (End of Watch)", "Los idus de marzo"), Becki Cross Trujillo ("Daredevil", "27 vestidos"), David Fanning y Justin Haythe, mientras que Jillian Longnecker es la coproductora.


Acerca de la producción
EL MENSAJERO posee todos los ingredientes de un apasionante thriller lleno de acción: un icónico héroe en su estrella, Dwayne Johnson, un fascinante guión del coguionista Justin Haythe y el coguionista y director Ric Roman Waugh, y lo último en escenas de acción. Pero la película, un proyecto sacado adelante con pasión por sus productores de Exclusive Media, también cuenta una interesante historia que trata una consecuencia poco conocida pero mortal de la actual guerra contra las drogas.

"El guión surgió a raíz de un reportaje del programa de la cadena PBS 'Frontline', sobre casos reales de nuestro sistema judicial, en los que a la gente se le daba a elegir entre convertirse en informadores o ir a la cárcel", explica Matt Jackson, vicepresidente ejecutivo sénior y jefe de producción para EE. UU. de Exclusive Media y productor de EL MENSAJERO. "Justin Haythe, un guionista realmente excelente, se encargó del primer borrador, y después seguimos trabajando en el guión a lo largo de una serie de años".

El resultado final es más bien un thriller dramático que una típica película de acción, en opinión de Jackson. "Por mucho que haya un elemento de acción, EL MENSAJERO trata sobre una familia típicamente estadounidense que debe hacer frente a una situación injusta, obligada por nuestro sistema de justicia. Un chaval comete un error y su vida entera puede quedar arruinada".

La historia gira en torno a John Matthews, dueño de una empresa del sector de la construcción, en el interior de Estados Unidos, que tiene un hijo de 18 años, Jason, al que otro chico tiende una trampa con la que inculparlo por traficar con éxtasis, para poder salvar así su propio pellejo. La pena simplemente por recibir el paquete es de diez a treinta años en una prisión federal, y la única posibilidad que tiene Jason de reducir esa condena es entregar a otro en su lugar. Puesto que no conoce a ningún traficante, su única posibilidad sería mentir e inventarse pruebas contra un amigo. Cuando se niega a eso, su padre decide tomar cartas en el asunto.

"Jason es un adolescente normal y corriente", comenta Jackson. "Acepta a regañadientes un paquete en nombre de un amigo, sin ser consciente de las consecuencias que eso pueda acarrear. Adoptamos la postura de que todos cometemos a veces errores estúpidos y que las leyes deberían reflejar la gravedad del delito cometido. En este caso, se trata de un chico inocente que metió la pata. John, nuestro héroe, es un tipo corriente en una situación extraordinaria, por la que se ve obligado a actuar para salvar a su hijo".

A medida que fue evolucionando el guión, Jackson metió a Ric Roman Waugh en el proyecto para dirigirlo, tras el éxito obtenido por el realizador con su película anterior "Criminal (Felon)", una historia diferente, pero complementaria, sobre otro encarcelamiento injusto.

"Los conocimientos que posee Ric sobre los agentes del orden y su excepcional entendimiento del sistema legal contribuyeron a mejorar la película", asegura Jackson. "Encontró un equilibrio perfecto entre la acción y el drama. Ric sabe manejar eso muy bien, de modo que haya algo para todos. El concepto es universal. ¿Estarías dispuesto, como padre, a sacrificarte y tratar de pillar a tipos muy, muy malos para ayudar a tu hijo? La mayor parte de los padres harían lo que fuera necesario para ayudar a sus hijos, y John es un claro ejemplo de ello".

Waugh quedó en un primer momento escandalizado, y posteriormente muy motivado, por lo que descubrió sobre las leyes federales de condenas mínimas obligatorias. "Según estas directrices tan duras, la única forma de reducir la condena es hacer de soplón con otros posibles traficantes de drogas", explica Waugh. "Dado que Jason no tiene nadie a quien poder entregar y se niega a mentir, su padre acude a la fiscal federal y se ofrece a ayudar a encontrar a un narcotraficante de verdad a cambio de indulgencia para su hijo".

Tras leer una versión anterior del guión, Waugh empezó a pulir la historia y los personajes. "Me documenté cuanto pude sobre las historias reales que sirvieron de inspiración a esta", comenta. "Luego escribí una nueva versión del guión que creo que ofrece a los espectadores lo que quieren en lo referente a la acción, pero de una forma creíble y firmemente asentada en la realidad. No se trata de puro cine palomitero. No sentirás que algo resulta ridículo porque es demasiado increíble".

Waugh nació en el seno de una familia dedicada al cine. "Mi padre era una leyenda en el mundo de los especialistas", cuenta. "Me llevaba a los rodajes de pequeño y, ya de adolescente, empecé a trabajar como especialista profesional. Me formé con algunos de los directores más importantes que hay: Steven Spielberg, Richard Donner, John McTiernan, James Cameron, Tony Scott, entre otros muchos. No sólo obtuve conocimientos prácticos de realización, sino que empecé a moldear mi propio punto de vista creativo".

Parte de ese proceso consistía en dotar a la película de la inmediatez de una perspectiva en primera persona. "Así no sólo estás viendo a los personajes", explica Waugh. "Te sientes como si estuvieras en su lugar. Para mí, el elemento clave era ver lo lejos que estaba dispuesto a llegar un padre para salvar a su hijo. Soy padre de dos gemelos de cuatro años y creo que estaría dispuesto a remover cielo y tierra por ellos si estuvieran en peligro. De eso trata este filme".

La productora ejecutiva Becki Cross Trujillo, que colaboró estrechamente con Waugh a lo largo de la preproducción y en el día a día del calendario de rodaje, no tiene más que elogios para el guionista y director. Fue "fantástico trabajar con él. Como guionista, conoce hasta el último aspecto de la historia y tiene cada plano en la cabeza. Trabaja tan rápido que a todos los demás les resulta casi imposible seguirle el ritmo. Lo tiene todo pensado, lo que me facilita mucho el trabajo, porque sabemos qué es lo que toca en cada momento y podemos estar preparados para ello. Durante un rodaje, siempre se producen imprevistos que no se pueden controlar, y él sabe reaccionar con rapidez. Se le ocurren formas de hacer mejor las cosas y conseguir que todo funcione, en el margen de tiempo del que disponemos".

Jonathan King, vicepresidente ejecutivo de producción de Participant Media y productor de EL MENSAJERO, señala que su compañía estaba trabajando en otro proyecto distinto con Waugh. "Al ver que EL MENSAJERO empezaba a salir adelante, Exclusive buscaba alguien con quien asociarse para el proyecto. Sabíamos que era un guión excelente y encajaba con los objetivos de nuestra compañía. Puesto que estábamos muy interesados en colaborar con Ric, fue muy fácil aceptar".

"No hay nadie con quien resulte más fácil trabajar que con Ric", agrega King. "Ni nadie que trabaje más duro. Tiene una gran intuición para el realismo. Se deshace rápidamente de cualquier cosa que resulte falsa".

Era un punto a favor para ambas partes que a Waugh le encantara documentarse y que Participant Media dispusiera de los recursos necesarios para ayudar en esa labor. "Estamos asociados con ONGs, organizaciones sin ánimo de lucro, campañas legislativas, toda clase de recursos a los que podemos recurrir para averiguar la realidad de una situación", señala King.

Participant Media es bien conocida por producir películas con éxito comercial que buscan promover cambios sociales, como el galardonado documental "Una verdad incómoda", sobre el calentamiento global, o los filmes "Criadas y señoras", que trata sobre las relaciones interraciales, y "Contagio", que gira en torno a los posibles efectos de una pandemia vírica.

"Esta película encaja con los objetivos de Participant, porque trata sobre lo despilfarradora, corrupta y poco razonable que se ha vuelto la guerra contra las drogas", explica King. "Todo el mundo sabe que el consumo de drogas y la violencia que lo rodea son un problema en este país. Pero el modo en que están escritas las leyes y la forma en que se imponen supone derrochar miles de millones de dólares y encarcelar a personas innecesariamente. A eso hay que añadir el hecho de que hay leyes que se aplican siguiendo motivaciones políticas y raciales".

Según King, muchos profesionales de las fuerzas del orden tienen opiniones muy claras sobre las directrices de condenas obligatorias. "Consideran que su juicio y criterio quedan excluidos del proceso, porque las leyes están escritas sin flexibilidad", explica. "Poner decisiones propias de las fuerzas del orden en manos de los legisladores o, en ciertos casos, directamente en manos de los votantes, a través de referéndums sobre la ley de los tres delitos o los mínimos obligatorios, convierte el asunto en una campaña política, en lugar de una forma razonable de hacer frente al problema".

El equipo de realización espera que la película sirva para que se inicie un diálogo público sobre la reforma de las leyes de condenas obligatorias y la despenalización de ciertos tipos de delitos relacionados con las drogas. "Hay muchísima gente encerrada en prisión por todo el país que no son distribuidores ni traficantes, se mire como se mire", afirma Jackson. "Algunos son adictos; muchos de ellos han cometido errores. Las leyes obligatorias no siempre tienen sentido. Las drogas llevan siendo un problema enorme en este país desde hace ya 50 años. Esto no es lo que yo llamaría en sí 'cine de denuncia', pero creo que la conclusión que se saca de la película es que deberíamos examinar bien nuestras leyes".

King se muestra de acuerdo en que la película no está hecha para sermonear a nadie, sino para presentar una historia interesante y emocionante, con una relevancia social subyacente. "Se trata de una película, no de comida sana", confiesa King. "Me gusta ir al cine el viernes por la noche, y tomarme mis palomitas y mi refresco, como a cualquier otra persona. Pero queremos que nuestras películas traten asuntos del mundo real. Para nosotros, es un filme muy entretenido con una estrella de cine que nos encanta a todos. Y todos esos elementos giran en torno a una historia inspirada en hechos reales que trata con sinceridad un tema que es un problema en la actualidad en nuestro país".

**Las opiniones aquí vertidas son responsabilidad exclusiva de los individuos citados y no representan los puntos de vista ni las opiniones de eOne Films Spain, ni de sus filiales, ni de sus matrices.


Reunir el reparto
Waugh estaba decidido a rodearse de un excelente equipo y de los mejores actores que pudiera encontrar. Para el papel protagonista de John Matthews, se decidió por Dwayne Johnson. "Era una elección espectacular", asegura el director. "Siempre había querido trabajar con él. Cuando me incorporé a EL MENSAJERO, me pareció que era el más adecuado. Podíamos ofrecerle a los espectadores el componente de acción, pero también podíamos presentar a Dwayne en un papel centrado en su interpretación, que le permitiera hacer uso de sus habilidades y demostrar que es un actor extraordinario".

La presencia de Waugh al frente de este proyecto hizo que resultara muy fácil atraer a un reparto de primera categoría, empezando por Johnson. "Ric es una figura tremendamente carismática", señala King. "Atrae a gente de la faceta de la producción, así como a actores que se muestran muy interesados en trabajar con él. Dwayne y él habían hablado de hacer algo juntos y esto les parecía lo adecuado. Trata básicamente de temas que a Dwayne le importan. Adora a su familia y se siente muy identificado con la historia, así que resulta muy creíble como un padre dispuesto a sacrificar lo que sea por su hijo. Además, viniendo de él, la parte de acción resulta creíble. Encajaba a la perfección".

Jackson afirma que Johnson era la elección más lógica para interpretar a John Matthews. "Es todo un icono, pero también es un actor increíble. Aporta una cualidad de accesibilidad al filme".

La productora ejecutiva Trujillo agrega que Johnson se dedicó de lleno a sacar adelante el proyecto, pese a su apretada agenda. "Estaba comprometido con otros cuantos proyectos, pero estaba decidido a encontrar tiempo para rodar este. Trabajamos largas horas, con un calendario de rodaje relativamente breve, pero intenso, de siete semanas, casi todas ellas de seis días. Todo el equipo estaba sumamente entregado, todos queríamos hacer esta película".

Incluso antes de leer el guión, Johnson sabía que, si venía de Waugh, quería hacerlo. "Si Ric acude a mí con un guión, sé que será esencialmente realista. Esta historia posee muchos elementos que me encantan. Está bien escrita, con excelentes personajes y una historia real de fondo".

"También me encanta que trate sobre la idea de la responsabilidad personal, y del amor de un padre por su hijo, de lo lejos que está dispuesto a llegar un hombre para proteger a su familia. Creo que yo haría exactamente lo mismo por mi familia. Cuando se trata de mis hijos, mentiría, engañaría, robaría o mataría para protegerlos".

Johnson observa que también siente un profundo respeto por la ética de trabajo que Waugh aporta a sus rodajes. "Ric procede de una veterana y triunfadora familia de especialistas, pioneros e innovadores", asegura. "Se curtió en el mundo de los especialistas y lleva toda la vida en platós de cine. Siempre nos estamos diciendo 'adelante' el uno al otro. Es la clase de tipo que siempre está avanzando. Cuando te encuentras en un rodaje de Ric, puedes dar por descontado que estará restallando el látigo".

Este papel llega en un momento crítico de la carrera de Johnson, en opinión de Waugh. "Es, con diferencia, la mayor estrella del cine de acción del mundo en estos momentos pero, en EL MENSAJERO, no está interpretando a un héroe de acción. Quería tomar al tipo más imponente del panorama cinematográfico actual y meterlo en un mundo en el que toda la acción es realista. Si te pegan un tiro, mueres. Si te golpean con una palanca en la cabeza, te dejan en coma. Es un ser humano corriente, que tendrá que desafiar los pronósticos para salir con vida. Se rige por las reglas del mundo real, de modo que los músculos y el tamaño no importan. Es cuestión de corazón, convicción y de lo lejos que está dispuesto a llegar un padre para poner a salvo a su hijo".

"Es verdaderamente insólito que un atleta profesional consiga hacer realmente la transición que ha realizado él", prosigue Waugh. "Se ha convertido en una superestrella, porque es real. Es el ser humano más sincero y con los pies en la tierra que conozco, y esa sinceridad se traslada a sus interpretaciones. Por eso a sus seguidores más acérrimos les encanta verlo. Es un tipo de verdad, con el corazón de un león, dispuesto a luchar por aquello en lo que cree. Es algo auténtico, una verdadera estrella de cine y un verdadero actor".

El papel es el más exigente desde el punto de vista emocional de la carrera de Johnson, según el propio actor. "Este tiene sin duda un tono más dramático que ningún otro de mis trabajos anteriores. Los personajes del género de acción están escritos de una cierta manera. El héroe tiene que repartir leña y motivar a todos los demás. En una película como esta, no hay héroes de acción. John Matthews no dice ni hace todo lo correcto. Se ha metido en algo que le viene grande y no está muy claro que vaya a poder salir de esta".

"Dwayne es el eje emocional de la película", plantea King. "Es una persona muy auténtica y creo que eso se puede percibir en la pantalla. Por eso la gente se identifica tanto con él. Pero, hasta ahora, no ha tenido ocasión de mostrar esta faceta suya, su vulnerabilidad y su pericia como actor".

En su camino para convertirse en una figura importante de la industria del cine, Johnson también ha logrado convertirse en uno de los individuos más respetados y queridos del negocio. Sus compañeros de profesión, tanto delante como detrás de las cámaras, dan fe de su compromiso y su generosidad de espíritu.

"Es uno de los hombres más atentos y gentiles que he conocido jamás", afirma Waugh. "Cuando estás conversando con él, te presta toda su atención, y eso se traduce a todo lo que hace. Confío en que va a tomar mis indicaciones y a hacerlo creíble al cien por cien. Siento como si fuéramos hermanos de por vida —y probablemente no sea más que uno de los cien millones de hermanos que tiene".

Waugh y los productores prometieron a Johnson que lo rodearían de un elenco de los mejores actores disponibles para los papeles de reparto. Consiguieron una baza importante cuando se aseguraron los servicios de la ganadora del Oscar® Susan Sarandon para interpretar el importante papel de la fiscal federal Joanne Keeghan. "Susan Sarandon es una de las grandes figuras del cine estadounidense", proclama King. "Fue la primera persona a la que intentamos conseguir, pese a que ese papel estaba pensado originalmente para un hombre. Cuando Ric, Matt y yo empezamos a hablar de a quién nos gustaría para el papel, todos queríamos a Susan Sarandon".

El personaje es una fiscal que sigue las normas a rajatabla y cree en la ley y el orden. John Matthews se dirige a ella para intentar llegar a algún tipo de acuerdo para su hijo, a cambio de ofrecerse a ayudar a la DEA [la agencia antidroga de EE. UU.] a arrestar a un narcotraficante de verdad. Dadas las leyes de condenas obligatorias impuestas por el gobierno, técnicamente Joanne Keeghan no puede ayudar a John Matthews.

"Entiende los hechos y cree en lo que hace", observa King. "También sabe que tiene un margen de maniobra muy escaso y tiene sentimientos encontrados al respecto. Pese a que inicialmente no vela más que por sus propios intereses, creo que empieza a compadecerse de él y de su familia".

"Pero Joanne se presenta a un cargo público e intenta conseguir una detención importante con la que asegurarse apoyos", explica Sarandon. "A John se le ocurre la brillante idea de infiltrarse él mismo pero, a medida que consigue ir avanzando, ella le va subiendo el listón", prosigue la actriz. "John se va viendo cada vez más metido. Ella no está precisamente jugando limpio pero, como se presenta al senado y quiere subir en las encuestas, está dispuesta a lo que sea".

A Sarandon le resultó muy divertido interpretar a la antagonista para variar. "Joanne no siente precisamente mucha empatía", aporta Sarandon. "Tiendo a buscar papeles distintos a los que he interpretado antes. Es un género muy concreto, en el que no me suelen ofrecer trabajo. Para mí, la emoción de la interpretación es que te permite decir y hacer cosas que nunca harías en la vida real. Fue muy divertido interpretar a una fiscal republicana conservadora del Sur".

Waugh se ganó a Sarandon con su pasión y su entusiasmo por el proyecto. "No soy el tipo de personas que suele verse en medio de algo así, pero siempre estoy dispuesta a darle una oportunidad a alguien que sienta pasión por lo que hace. Y Ric es así. Estaba deseando hacer una película diferente y ayudar a Dwayne a hacer algo distinto".

Sarandon estaba más que familiarizada con la cuestión de las condenas mínimas obligatorias. La actriz, muy conocida por su activismo social, ya había participado anteriormente en un documental que trata sobre las leyes y sus consecuencias.

"Por lo que puedo ver, sencillamente no funcionan", sentencia. "Tienden a penalizar a la gente que está más abajo y llenar nuestras cárceles de gente que comete su primer delito —mujeres, por ejemplo, cuyos novios han hecho que envíen drogas a sus casas. No están acabando con el problema, porque no están deteniendo a la gente que está más arriba. Se desperdicia una enorme cantidad de recursos y no detiene el flujo de drogas".

"Me pareció que esta sería una buena oportunidad de educar a la gente de una forma muy entretenida", prosigue Sarandon. "Las películas deben ser en última instancia entretenidas, pero al mismo tiempo creo que pueden ayudar a presentar los problemas desde una perspectiva distinta. Espero que la gente se detenga a pensar: '¿Y si fuera mi hijo?'. Si no cuentas con Dwayne Johnson para ayudarte, podrías acabar en un buen lío por mucho tiempo".

Al tener que vérselas frente a Sarandon, Johnson sabía que tendría que esforzarse al máximo. "Hace años que admiro a Susan", asegura el actor. "Fue estupendo trabajar con ella. Sus escenas están cargadas de tensión. Es una fiscal federal y defiende la ley. Eso significa en definitiva que Jason va a pasar diez años en prisión. Como padre, digo que sé que hizo algo mal, pero pido un poco de indulgencia. No es un violador. No ha matado a nadie. Si lo hubiera hecho, quizá tendría una condena menor. Así que trátame como a un ser humano. Esas escenas respetan ambas perspectivas, por lo que fue estupendo trabajar en ellas".

Sarandon habla igualmente bien de Johnson: "Dwayne tiene un sentido del humor increíble. No sólo es muy carismático, es hermoso. Le pregunté a sus maquilladores qué hacían para conseguir que pareciera tener ese brillo".

Keeghan asigna al veterano agente de la DEA Billy Cooper, interpretado por Barry Pepper, para vigilar a Matthews mientras realiza su operación encubierta. "Todos conocíamos a Barry y nos encantaba de infinidad de películas, desde 'Salvar al soldado Ryan' a 'Valor de ley'", señala King. "Es un auténtico actor entre actores, un camaleón. Ric y Barry han creado aquí a un personaje auténtico, un agente de la ley que entiende el mundo en el que vive y ha logrado prosperar".

"Barry personifica el papel", agrega Jackson. "Entendió que la labor de un agente encubierto de la DEA es muy específica. Desdibujar la línea que separa a un miembro de una banda de un agente de la ley es parte del trabajo de esos agentes".

El personaje tomó como modelo a auténticos agentes de la DEA que se han infiltrado en bandas de moteros. Cooper se ha metido de lleno en su mundo como encubierto, se ha dejado un descuidado bigote estilo Fu Manchú y lleva unos vaqueros sucios y unas estropeadas botas de motero. "Cabría esperar que un agente de la DEA fuera mucho más estirado y oficioso", señala Pepper. "Pero Billy tiene los brazos completamente cubiertos de tatuajes. No tiene pelos en la lengua".

"Ofrece una perspectiva única y refrescante de ese mundo", agrega. "Así es como son realmente estos tipos. Se convierten en parte del mundo en el que se sumergen, ya sean los Ángeles del Infierno, la mafia o lo que sea. Vivir encubierto cambia tu ADN. Estos agentes nunca vuelven a ser realmente los mismos. Es casi como un soldado que vuelve de la guerra. Sufren una especie de trastorno de estrés postraumático, que los cambia para siempre".

Pero, por quemado que se crea Cooper, no puede negar que se ve afectado por la determinación de John Matthews de salvar a su hijo. "Está un tanto insensibilizado en cuanto a la gente que lo rodea, porque ha visto una tremenda cantidad de violencia a lo largo de su carrera", plantea Pepper. "Intenta mantenerse distanciado de la gente, pero este tipo tiene algo que lo conmueve. Como padre, podía identificarme sin duda con el argumento. Si te paras a pensarlo, es desgarrador".

La experiencia de Waugh como especialista hizo que Pepper sintiera total confianza en que las escenas de acción estarían impecablemente realizadas. "Lo que no esperaba es que se centrara tanto en las interpretaciones. Se conocía los matices individuales de cada uno de estos personajes con todo detalle. Es un director muy polifacético".

Las escenas que Pepper compartió con Sarandon estuvieron entre lo más destacado de la experiencia para él. "No parece que le cueste ningún esfuerzo", afirma Pepper. "Es como si estuviera escribiendo sus propias líneas de diálogo sobre la marcha, de lo naturales que le salen. Eso infunde tranquilidad a todos los demás que salen en la escena y realza todas las interpretaciones".

Sarandon comenta sobre su compañero de reparto: "Barry Pepper está estupendo en esta película. Se toma su trabajo muy en serio, lo que puede dar lugar a situaciones muy divertidas. En un determinado momento, Dwayne y él estaban en una escena gritándose el uno al otro, mientras yo intentaba que se calmaran. Recibí un puñetazo en la mandíbula y me quedé pensando: '¿qué estoy haciendo yo en esta película, con estos tipos cargados de testosterona y sacando pecho?'".

Sin experiencia alguna en el tráfico de drogas, John se interna en territorio moral un tanto turbio en busca de un posible objetivo. Para conseguir meterse en ese mundo, recurre a uno de sus empleados, un ex convicto que está empezando a encauzar nuevamente su vida. Daniel James, interpretado por Jon Bernthal, es un fracasado con dos condenas que intenta seguir por buen camino el tiempo suficiente para sacar a su familia de un barrio infestado por las bandas, antes de que se trague también a su hijo.

"Daniel es un personaje interesante", postula King. "Como John, es un padre de familia, pero no es precisamente un monaguillo. Ya lo han condenado dos veces y, si se mete de nuevo en problemas, esta vez volverá a prisión de por vida".

Daniel se niega en un primer momento a ayudar, pero John le ofrece una cantidad de dinero que le cambiaría la vida, sin contarle la verdad sobre lo que está haciendo. "Desgraciadamente, vuelve a verse sumido en ese mundo", prosigue King. "El dinero es irresistible para alguien como él, que intenta simplemente sobreponerse sus circunstancias. Pero sabe lo peligroso que es, al igual que John sabe que eso podría acabar con su muerte, con su hijo encerrado en prisión y Daniel probablemente arrestado de nuevo".

"Las dos familias siguen vías paralelas", sugiere Jackson. "Hay diferencias socioeconómicas, pero ambas tienen sus futuros en juego. Cuando John lo coacciona para volver al mundo de las drogas, sabe perfectamente que está poniendo a Daniel en peligro, pero Daniel acepta la oferta. No se sabe muy bien si alguna de estas dos familias logrará sobrevivir".

El personaje de Daniel posee cierta ambigüedad moral, que fue una de las principales razones por las que Bernthal estaba deseando interpretar el papel. "La verdad es que no me interesaba interpretar a un tipo simpático y maravilloso que lo está haciendo todo por su familia", comenta el actor. "Hay un motivo por el que lo han encerrado dos veces. Daniel es un tipo que ha metido la pata muchas veces en su vida. Es la clase de persona que estudia los riesgos, los sopesa y toma una decisión".

Como señala Bernthal, alguien con los antecedentes de Daniel no dispone de muchas alternativas. "La verdad es que los ex convictos tienen acceso a muy pocos trabajos. Es consciente de que esta es su última oportunidad. Y entonces, el mismo tipo que le ha brindado esa oportunidad le viene con una oferta. Daniel no habría visto venir algo así ni en sueños, por lo que se queda desconcertado. Lo ve como algo que tiene que hacer".

"Vuelve a verse metido en esa vida a la que juró a su mujer, a sí mismo y a su hijo que jamás regresaría", agrega Bernthal. "Lo está consumiendo por completo. Con un tercer delito, lo encerrarían de por vida, así que pasa por un momento muy, muy duro emocionalmente".

El actor siente una enorme admiración por Waugh, a quien se refiere como "un soldado del realismo". "Se esforzó mucho por llegar a la esencia de esta gente. Siempre sabía exactamente lo que quería e iba a por ello implacablemente. Realiza una preparación increíblemente meticulosa".

Daniel presenta John a Malik, una figura del mundillo local de las drogas. "Malik es un narcotraficante con mucho poder", señala King. "El personaje está interpretado por Michael K. Williams, que también interpretaba a Omar en una de las mejores series de televisión de todos los tiempos, 'The Wire (Bajo escucha)'. Es extraordinario".

John pretende entregar a Malik a la fiscal general, y sacar así a su hijo de la cárcel. Para tenderle una trampa, se ofrece a permitir al cártel que utilice los camiones de su compañía para trasladar su mercancía. "Puede que Malik sea un mando intermedio en la jerarquía del mundo de la droga, pero es sobradamente amenazador", asegura Jackson. "También es muy ambicioso. Quiere ascender al siguiente nivel y ve una oportunidad para progresar en la faceta del transporte. John es un empresario legal que no tendría por qué llamar la atención de los agentes de la ley. Para Malik, tener acceso a esos camiones es una oferta demasiado tentadora para rechazarla".

Para Williams, Malik no es más que otro hombre de negocios que intenta apañárselas con las bazas que le ha tocado jugar. "Lo único que quiere es ganarse su dinero haciéndolo lo mejor posible", sugiere el actor. "Malik empieza a pensar que con esto podría ganar mucho si presenta a John a su jefe. Por desgracia, no es más que el cebo. En última instancia, no es que yo apruebe cómo se gana la vida, pero no va por ahí buscando conflicto. Es básicamente un tipo legal, que se rige por su propio código, y me identifico con eso".

Es, además, un tipo que vive de su ingenio, lo que le viene muy bien cuando ha de enfrentarse a Johnson. "Las técnicas que usa Malik para intimidar a John son todas mentales", comenta Williams. "No hay más que mirarnos a los dos, ¡no le queda más remedio! Malik sabe que físicamente no es rival para alguien de ese tamaño. Pero si logra meterse en la cabeza de John, habrá ganado la pelea antes siquiera de que se aseste el primer golpe".

Williams quedó impresionado con la amplia labor de documentación que se realizó para preparar la película. "Me encanta el hecho de que esté basado en historias reales", declara. "Saber que la gente está dispuesta a contarte cualquier cosa que quieras oír con tal de ver reducidas sus condenas me hace preguntarme cuántos casos similares existen en la vida real".

Por desgracia para John, cuando Malik lo presenta a su jefe, el pez más gordo se convierte en el objetivo definitivo. "El pez gordo es Juan Carlos", explica Jackson. "Es un oligarca mexicano, un lugarteniente de un cártel de la droga. Desde el punto de vista de Keeghan y Cooper, él es el premio gordo. Malik es poca cosa a su lado".

Juan Carlos "El Topo" Pintera está interpretado por Benjamin Bratt, con un aire de misterio refinado y amenaza contenida. "Es un tipo de comprende que el auténtico poder no procede de la brutalidad", explica Bratt. "Es evidente que tiene experiencia militar. Sabe manejar armas de fuego. Ric se documentó mucho, hablando con agencias federales y con gente implicada en el narcotráfico, para asegurarse de no presentar una versión caricaturesca de un capo de la droga".

"Cuando Juan Carlos ejerce su poder, no es de una forma física", asegura el actor. "Pero se percibe una amenaza velada bajo su calmada educación que da casi más miedo, porque estás tratando con alguien a quien no le supone ningún problema apretar el gatillo".

La interpretación de Bratt tiene en cuenta las numerosas sutilezas del narcotráfico actual, en opinión de King. "Su personaje es un miembro sofisticado y de buena educación de un cártel de Ciudad de México. Se ocupa del negocio a través de su iPad. Tiene unas gafas de diseño increíbles. Lleva un jersey que es como algo que llevarían los militares, sólo que de cachemir. Pero, cuando estalla un tiroteo fuera de su vehículo todocamino de lujo, deja su iPad, y tranquilamente saca un arma enorme para ocuparse del asunto".

Bratt atribuye a Waugh la creación de las intrincadas facetas de la personalidad de Juan Carlos. "Ric escribió esa escena en concreto para demostrar la clase de temple que tiene. Es un luchador tenaz, así como un empresario brillante y un hombre de mundo".

Bratt conocía a Waugh desde finales de la década de 1980, cuando el director trabajaba como especialista en una serie de televisión en la que intervenía el actor. "Sabía que tendría controlada la parte de acción de esta película", comenta. "Pero resulta impresionante ver cómo se ha convertido en un experto realizador y en un guionista realmente maravilloso. Me encantó que escribiera un guión en el que nadie es blanco o negro. Todos los personajes tienen al menos un momento de humanidad. Cuando supe que contaba con Susan Sarandon, Barry Pepper, Jon Bernthal y tantos otros grandes profesionales, supe que, con la fuerza de este guión, y la humanidad que ha conseguido infundirle, sería la clase de película que me gustaría ver".

La familia de John también figura de manera destacada en la película, sobre todo su hijo Jason, interpretado por Rafi Gavron. "Creo que la gente podrá identificarse con la dinámica familiar de esta historia", opina Gavron. "Es todo muy emocionante, pero en esencia trata sobre una familia. Creo que la forma en que se presenta hará que mucha gente pueda sentirse identificada con ella".

El actor tiene algunas escenas sumamente conmovedoras con Johnson, incluida una en la sala de visitas de la prisión, en la que Jason le confía a su padre que sus compañeros de prisión lo han agredido. "Dwayne es seguramente el hombre más amable que he conocido en mi vida", afirma Gavron. "No creo haber trabajado nunca con una persona más generosa y cariñosa. Siempre se aseguraba de que me sintiera cómodo durante las escenas más difíciles que tuvimos que interpretar. Conté en todo momento con su apoyo".

"En concreto, durante la escena de la visita, estábamos llorando los dos", prosigue Gavron. "Pude sentir cómo cambiaba mi relación con Dwayne. Pasó de ser un padre ausente a un hombre que me quería realmente como hijo, fue algo increíble".

Esa escena representa, en cierto modo, la esencia de la película, según Johnson. "Es una relación deshecha que está intentando repararse", observa. "El padre está haciendo todo lo posible por salvarle la vida a su hijo y el hijo está aceptando ese amor. Fue muy especial. Todavía me emociono al recordarla, porque es una escena muy intensa. Sé que lo han agredido en prisión, y agredido puede significar muchas cosas, incluso violación. La cabeza me da vueltas. Intento decirle que se mantenga fuerte, aunque al mismo tiempo me cuesta mantenerme fuerte delante de él. Rafi hizo un trabajo sensacional".

Melina Kanakaredes, que interpreta a Sylvie, la madre de Jason y ex mujer de John, se muestra totalmente de acuerdo. "Rafi es divino", opina. "Lo gracioso es que Dwayne y yo nos miramos, miramos a Rafi y pensamos: 'podría ser nuestro hijo de verdad'. Es un actor estupendo —divertido e inteligente. Tiene un gran futuro".

Como madre de dos hijas, encontró sobrecogedores los hechos reales en los que se basa la historia. "Estremecedor es quedarse corto", proclama Kanakaredes. "¿De verdad es posible que un chico de 18 años, que saca todo sobresalientes y no tiene antecedentes penales, pueda acabar encerrado diez años por aceptar un paquete enviado por mensajero?".

La actriz disfrutó viendo a Johnson en un papel distinto a los que nos tiene acostumbrados y cree que los espectadores también lo harán. "Naturalmente que a todo el mundo se le hace la boca agua de pensar en ver a Dwayne en acción", sostiene. "Pero también ha creado un personaje completo y sincero. Los va a dejar pasmados en la piel de un padre que está completamente fuera de su elemento. Resulta interesante verlo como un tipo que no encaja realmente en ese mundo, pero que tiene como fuerza motriz su deseo de salvar a su hijo, impulsándolo a seguir adelante".

Sylvie es una mujer tenaz y una mujer de negocios triunfadora, que básicamente ha criado sola a su hijo. "Cuando llega el momento de luchar por su vida, puede sentirse orgullosa de que él no esté dispuesto a tenderle una trampa a alguien, como la que le han tendido a él", apunta Kanakaredes. "Es una cualidad fabulosa. Pero también resulta frustrante para ella como madre, porque le gustaría decir: 'no, este es el momento de comprometer un poco tus principios'".

Kanakaredes agradece haber podido disfrutar del lujo de cierto tiempo para ensayar con Johnson y Waugh. "Es tanto un guionista maravilloso como un director magnífico. Se entiende estupendamente con los actores, además de poseer un olfato cinematográfico muy desarrollado. Se puede apreciar a simple vista cuánto disfruta con su trabajo".

Según la productora ejecutiva Trujillo, contar con Waugh como director facilitó muchísimo la labor de elección del reparto. "Ric y la pasión que sentía por el proyecto sirvieron para atraer a un gran reparto. Es un auténtico director de actores. Sabe lo que quiere que hagan, pero también entiende lo que pueden hacer y sabe cómo motivarlos. Creo que todos los actores con los que se reunió reaccionaron positivamente a eso".


Tomar el volante
EL MENSAJERO se rodó en exteriores de Shreveport, Luisiana, elegido tanto por sus generosos incentivos fiscales para las producciones cinematográficas como por su terreno relativamente neutral. "Andábamos buscando un ambiente indeterminado de la Norteamérica media y la comunidad se mostró muy complaciente", explica la productora ejecutiva Becki Cross Trujillo. "Había que rodar muchas escenas en carretera, así que necesitábamos una ciudad receptiva, dispuesta a cortar tramos de vía durante varios días seguidos. Cuando nos reunimos con la comisaria de cine, nos dijo que la población no tenía mucho tráfico, por lo que podían dejarnos carreteras y cortarlas sin causar demasiadas molestias".

La palabra que se oye más a menudo en un rodaje de Ric Roman Waugh tiene que ser sin duda "realista". Desde los decorados, a la interpretación, o el vestuario, todo debe pasar el implacable examen de verisimilitud del director, según cuenta el diseñador de producción Vincent Reynaud.

Reynaud ya había trabajado con Waugh en su película anterior, "Criminal (Felon)". "Creo que conozco bastante bien su estilo como director. Le gusta que todo resulte genuino para que los espectadores se sientan parte de ello. No es un mundo perfectamente pulido y elegante, con humo y luz azul. Teníamos que asegurarnos de que todos nuestros exteriores resultaran reales y fieles a los personajes que se encontraban en ellos. Cualquiera puede crear sets estupendos con un gran presupuesto, pero encontrar exteriores reales y dotarlos de verdadera fuerza e identidad propia supone un desafío mayor".

"Por ejemplo, a Joanne Keeghan lo único que le importan son sus cifras y cuotas", prosigue Reynaud. "Queríamos mostrar que es una partidaria de la línea dura, con escasa compasión. Su despacho es un poco estéril, al igual que su vida personal".

Para el agente Cooper, diseñó un espacio de vigilancia que es a la vez práctico y táctico, fácil de montar y de desmontar. "Lo importante son los resultados. Es un camaleón, que se camufla. Puede entrar y salir en cuestión de cinco minutos".

Las escenas de la cárcel se filmaron en una prisión real. "Eso resulta complicado por otros motivos", explica el diseñador de producción. "El acceso está bastante limitado, por motivos de seguridad. Pero, por suerte, Ric y yo ya habíamos hecho otra película en una prisión, así que ya sabíamos cómo hacer las cosas de manera eficiente".

Kimberly Adams, diseñadora de vestuario del proyecto, recibió indicaciones similares de Waugh. "La mayor preocupación de Ric era que todos debían tener un aspecto real", recuerda. "Me encanta tener ocasión de desarrollar así la personalidad de los personajes. Para Dwayne, creamos un ropero completo que un tipo como John tendría en la vida real y lo vestimos a partir de eso. El mayor reto fue que la mayoría de su ropa tuvo que hacerse a medida. No hay muchas prendas de su tamaño. John Matthews lleva ropa de manera muy distinta a como la lleva Dwayne Johnson y fue muy bonito verlo transformarse en el personaje".

Fue cogiendo ritmo trabajando con Barry Pepper, para encontrar el aspecto adecuado para Cooper. "Barry se centra por completo en el personaje, lo que hace que mi trabajo sea un absoluto placer. Tuve que encontrar cosas reales, usadas. Ric basó el personaje en un agente encubierto que se infiltró en los Ángeles del Infierno. Tiene la imagen completa de motero, pero queríamos evitar que pareciera una especie de disfraz".

"Encontré unas botas de motorista perfectas para él en un sitio web cualquiera, que no tenía más que botas y cazadoras de motero", prosigue Adams. "Tenían unas Chippewas antiguas, que son las botas originales de 'Easy Rider (En busca de mi destino)', que eran verdaderamente preciosas. Supuse que estaban en venta, pero resultó que nada de lo que había en ese sitio se vendía. Intenté alquilarlas, pero al dueño no le interesaba. En vez de eso, se ofreció a prestarnos las botas".

Cuando por fin llegaron las botas, se encontró con otro problema muy distinto. A Pepper le gustaron tanto, que no quería devolverlas. "Recibía llamadas de su agente preguntando cómo podía comprar esas botas", recuerda. "Al final, logré convencer al tipo y ahora las botas son propiedad de Barry".

Uno de los elementos clave de la película es el camión de 18 ruedas que John ofrece al cártel de la droga para recoger y entregar los envíos de estupefacientes. Aunque el camión usado en la película parece un camión normal de 18 ruedas, fue necesario hacerle importantes modificaciones. La pericia de John al volante del vehículo impresiona a Juan Carlos, pero las maniobras requeridas eran más propias de un coche deportivo que de un vehículo de transporte de trabajo pesado.

Más tarde, cuando el plan de John empieza a marchar terriblemente mal, el camión que conduce se ve metido en un tiroteo, en el que le revientan los neumáticos, provocando el caos generalizado en la carretera, hasta que el vehículo acaba por hacer la tijera y estrellarse a toda velocidad. A lo largo de esas secuencias, Dwayne Johnson, en su papel de John, es quien está al volante.

Como antiguo especialista profesional con décadas de experiencia, Waugh se encontraba en situación tanto de concebir las emocionantes secuencias de acción como de supervisar su ejecución.

"Dwayne Johnson interviene en todas y cada una de las secuencias de acción de esta película", comenta Waugh. "Mucho antes de empezar a rodar, hablamos sobre cómo íbamos a organizarlo todo para incluir su participación. Puede verse en cámara. En un solo plano, pasamos de su rostro a un coche dando vueltas por el aire y volvemos directamente con él, conduciendo el camión. Así es como creamos toda la secuencia, haciéndolo partícipe y metiendo a los espectadores, para que compartieran su punto de vista".

Johnson depositó en Waugh su más absoluta confianza durante las escenas más peligrosas del filme. "Sabía que yo nunca lo pondría en una situación que pusiera en peligro su vida", asegura Waugh. "Tampoco se lo haríamos a un especialista. He reunido al mejor equipo que he podido conseguir, dirigido por el coordinador de especialistas Tim Trella, y Dwayne confiaba en ello".

Para cubrir las diversas necesidades de cada escena, el equipo de rodaje contaba con varios camiones, incluido uno equipado con tecnología que no se había usado nunca en una película, según explica el diseñador de producción Vincent Reynaud: "Teníamos nuestro camión principal —precioso por dentro, precioso por fuera. También teníamos un segundo camión, que en realidad no era más que la cabina colocada en otro vehículo, para poder filmar escenas del interior de la misma tomadas desde el exterior. Y luego había un tercer camión que un conductor especialista podía 'conducir a ciegas' desde una parte oculta de la cabina, un concepto asombroso".

En cuanto al innovador uso de un sistema de conducción a ciegas en un camión de 18 ruedas, Johnson comenta: "Es un sistema increíble, montado donde estoy conduciendo yo, pero tenemos a un conductor especialista oculto, que toma el control cuando, por ejemplo, la parte trasera del remolque hace la tijera mientras conduzco. Hemos redefinido el género, a nuestra modesta manera".