Notas del director
Base documental del proyecto
La inmigración ilegal es uno de los problemas más graves a los que se está enfrentando España en los últimos tiempos. De entre los miles de inmigrantes que llegan a nuestro país de diversas formas, cientos de ellos, sobretodo inmigrantes subsaharianos, lo hacen en cayucos o pateras. Muchos no lo consiguen y mueren en el viaje, muchos otros llegan exhaustos a nuestras costas esperando encontrar aquí un nuevo futuro. Pero muchas veces ese futuro o no existe, puesto que son devueltos a sus países de origen, o es mucho peor de lo que ellos esperaban.
Base conceptual
La realidad de estos inmigrantes es para los españoles un cliché, puesto que su retrato se forma exclusivamente a través de los medios de comunicación. Pocas veces hay un contacto directo con estas personas. Se forman así los guettos, y aparece un rechazo a lo diferente, al extranjero.
Esta película quiere intentar romper el cliché del inmigrante como figura genérica. Parece como si todos ellos fueran la misma persona; gente básica y primaria, repleta de sueños ingenuos que se desvanecen al entrar en contacto con la fría realidad europea.
NAUFRAGIO no quiere hacer un retrato social de esta gente, puesto que creo que este sería un retrato parcial y limitado. NAUFRAGIO es una película SIMBOLISTA. Los elementos de la historia no representan únicamente una realidad reconocible sino que funcionan como símbolos. La película se podría parecer más a una alegoría que a una película de realismo social europeo.
Me he dejado llevar por la imaginación y he trabajado desde la individualidad de uno de estos inmigrantes, alejándolo de la visión paternalista europea que tenemos sobre la inmigración. Todos creemos conocer cómo viven y cómo sienten estas personas, pero casi nadie convive ni habla con ellos. ¿Por qué creemos entonces que son todos iguales?
El conflicto más interesante que me vino a la mente al comenzar este proyecto fue el conflicto cultural, no el económico o social. Muchos inmigrantes proceden de países con culturas animistas y basadas en la magia, como Togo, Benín o Nigeria. En esos países el vudú y los rituales mágicos tienen una fuerte presencia y transforman la realidad de las personas. La energía del más allá influye en la vida y la transforma. La magia es real, palpable, y afecta al mundo en el que viven. Me gusta pensar que esa energía arcaica y ancestral pueda viajar a Europa por vía de esos inmigrantes y que gracias a ellos entremos en contacto con una fuerza perdida hace miles de años.
Robinsón sería un vehículo de esa energía mágica, del poder de los espíritus, hacia nuestra cultura. Robinsón es un médium, un vínculo entre dos mundos por partida doble; por un lado el de los espíritus con el mundo de los vivos y por otro el de Europa con el África más profunda.
Robinsón no es entonces un inmigrante más, no es un numero en las listas de atención social, no es un extraño con el que nos cruzamos cada día en nuestras ciudades, que vende en puestos callejeros
es una fuerza poderosa hacia la imaginación, un contacto con la magia y el misterio primigenios.
Naufragio
El título del proyecto, NAUFRAGIO, no sólo expresa la forma concreta por la que el protagonista de la historia, Robinsón, llega a las costas de Almería, sino también el naufragio de nuestras instituciones sociales y del estado de derecho al enfrentarse a esta cuestión. La estructura democrática europea todavía no está preparada para las desigualdades que se suceden en nuestro planeta global.
Por otro lado, Robinsón es un naufrago en un mundo nuevo que desconoce, y de un nivel espiritual diferente. El viaje de Robinsón en la película no es una huida de sus orígenes, sino todo lo contrario, es su vuelta al ORIGEN.
La película no es una crítica social a cómo funcionan las cosas, es exclusivamente una imagen de una situación posible; pero desde el punto de vista del protagonista: un inmigrante. Un excluido, un proscrito, un náufrago de la sociedad. Inevitablemente, y de forma colateral, al seguir el recorrido de Robinsón por España veremos reflejada la dura realidad con la que convive.
La historia de NAUFRAGIO es una historia individual, aislada; en ningún momento pretende ser un reflejo completo y absoluto de la compleja realidad actual de la inmigración en España.
Robinsón Crusoe
El proyecto surge a raíz de la lectura de la novela Robinsón Crusoe, de Daniel Defoe. En realidad surge como reacción y en oposición a ciertas imágenes propuestas por esta obra. Aunque se trate de una novela de aventuras las ideas que circulan de fondo son más bien puritanas y colonialistas, pues su autor, Defoe, era de marcado carácter conservador.
La clave de todo surgió cuando leí el libro de Michel Tournier Viernes y los limbos del pacífico (1971, Vendredi ou la Vie Sauvage), una especie de respuesta mística al libro de Defoe. En esta novela se reproduce la misma historia de Robinsón Crusoe, con idénticos detalles, pero la evolución del protagonista es totalmente diferente. Robinsón Crusoe entrará en un nuevo viaje hacia la lucidez o la locura, penetrando en los misterios de su propio ser y de la isla, que se convierte en otro protagonista. Lo importante para mí aquí es como Tournier supo enfrentarse al cliché del mito de Robinson, y logró transformarlo y llevarlo más lejos, ya que comprende mejor que el propio Defoe la materia con la que está trabajando.
Para el Robinsón de nuestra película España también es, en principio, como una isla desierta; una especie de tableau vivant donde podrá desarrollar su misión simbólica. Pero sobretodo, lo que veremos que no es España, es ese paraíso ideal en el que establecer tus sueños de futuro.
En definitiva estamos en la época de la muerte de los paraísos. Se trata, por lo tanto, no sólo de mostrar la realidad a la que se enfrentan estos inmigrantes cuando llegan a nuestro país, sin camuflajes ni maquillaje, sino de ver como el Idealismo ya no es la herramienta adecuada con la que acercarse a esta problemática
El Buen Salvaje
La cultura y la sociedad han sido creadas obedeciendo al impulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfacción de los instintos (
), dice Freud en su prólogo a Introducción al Psicoanálisis. La naturaleza salvaje del hombre ha tenido que ceder a las normas sociales, imprescindibles para sostener la civilización.
Este es otro de los temas latentes en el proyecto, el plantear si existe todavía una nostalgia de nuestro pasado salvaje y libre. Si las estructuras sociales que hemos creado no han hecho nada más que dilapidar nuestra capacidad de disfrute y plenitud. Nuestro alejamiento de la naturaleza, ¿ha llegado a impedirnos el enfrentarnos con nuestro lado animal y mágico?
Tratamiento formal
La película se rodará en 35mm, en formato Scope y con lentes anamórficas. La característica de estas lentes es su plasticidad y las texturas que pueden conseguirse. La poca profundad de campo y la deformación de la perspectiva que se consigue con las focales cortas anamórficas apoya la visión subjetiva e individualista que quiere conseguir la película, que estará narrada desde un punto de vista muy cercano al del protagonista Robinsón.
Además, este formato potencia la espectacularidad de los escenarios naturales, cuya presencia será imprescindible en la historia. Rodaremos los exteriores en lo que se llama la hora mágica, cuando el sol se pone y la luz se suaviza, para poder potenciar la belleza del paisaje; un paisaje imponente que nos recuerde los orígenes del hombre, cuando la naturaleza nos acompañaba y todavía éramos animales libres.
El trabajo con la cámara y la dirección de actores estarán enfocados de forma documental. Trabajaremos con actores no profesionales o de poco renombre para potenciar la sensación de anonimato y autenticidad. Esté enfoque nos ayudará a alejarnos de la sensación de ficción cinematográfica y permitirá el contacto más cercano del espectador con la historia.
A nivel fotográfico nuestra referencia será la escuela de pintura SIMBOLISTA francesa del XIX. Sobretodo los cuadros de Odilon Redon. El simbolismo fluctúa entre la penumbra y el brillo. Entre lo oscuro y la luz deslumbrante. Y es justo como queremos trabajar en la película. El simbolismo utiliza pocos colores pero estos son muy vivos.
La música de Henry Purcell, el compositor barroco inglés más importante de finales del XVII-, y contemporáneo de Daniel Defoe, subrayará esa sensación simbólica y poética. La utilizaremos para la película.
Cuando Robinsón Crusoe volvió a Inglaterra, después de su exilio involuntario en la isla, probablemente escucharía alguna de las magníficas composiciones de Purcell. Sería, probablemente, la perfecta banda sonora para su propio NAUFRAGIO.
Ficha artística
Solo Touré (Robinson), Kandido Uranga (Ángel Jesús), Iñake Irastorza (Paulina), Alex Merino (Daniel), Julio Perillán (José), Ruth Armas (Rosa), Ramón Barea (Luismi), Carlos Bravo (Grimal).