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  Black Heaven  (L'autre monde)
  Dirigida por Gilles Marchand
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Festival Internacional de Cinema Fantastic de Sitges, Sección Oficial Panorama en competición.


Nota del director
Proyecto una película donde las secuencias animadas continúen a las tomas reales y donde los actores desaparezcan de vez en cuando detrás de sus alter egos.

La idea es simple: Gaspard, tiene todo lo que necesita para ser feliz, juventud, sol, mar, independencia, vacaciones, amigos e incluso su primer amor. Sin embargo se siente irresistiblemente atraído por un mundo oscuro, más difícil y más temible, el mundo de Black Heaven, en el cual una joven busca compañeros de suicidio.

Las secuencias animadas abarcan treinta minutos de la película. Nuestra ambición es dar la sensación de que la transición desde el mundo "real" de Gaspard al "virtual" de Gordon, su avatar de juego, es a la vez continuidad de la historia y una confrontación estética.

"Continuidad", porque Gordon es sólo la prolongación de Gaspard y porque no hay dos historias, sólo una contada desde el punto de vista de Gaspard. “Confrontación” porque hay dos mundos de naturaleza completamente distinta. Uno hecho a partir de imágenes del mundo real y otro concebido de forma digital.


Entrevista a Gilles Marchand
Por Matthieu Recarte

P: ¿Cómo describiría su película en unas pocas palabras?

R: En pocas palabras, es la historia de un chico que tiene todos los motivos para ser feliz y cuya vida se convierte en algo, digamos... singular. Este chico, cómodo consigo mismo, rodeado de amigos y enamorado de una encantadora chica, se siente irresistiblemente atraído por una joven que presiente es peligrosa. ¿Qué le atrae hacia ella?, ¿Por qué la sigue al Black Hole, un juego online de multijugadores, donde él entiende que ella busca a alguien dispuesto a morir con ella? ¿Por qué este chico no está contento con su feliz y equilibrada vida?


P: ¿Cómo nació el proyecto?

R: Un día vi a un chico jugando con un videojuego en medio de una tienda bastante ajetreada. Él estaba completamente absorto en el juego. En la pantalla, su avatar se acababa de despertar en la habitación de un hotel. El cuerpo de una joven yacía en la cama, las sábanas estaban empapadas de sangre y él estaba tratando de volar para escapar de la policía. Viendo a este chico pilotar su avatar, era obvio que en su mente estaba viviendo aquella aventura. Me pregunté si el público del cine podría a la vez identificarse con este joven y con su avatar inmerso en el juego. Ahí fue cuando tuve la idea de una película en la cual escenas de acciones reales se entrelazaran con escenas de animación


P: ¿Desde el principio tuvo la idea del pacto suicida?

R: A veces una historia necesita dos ideas distintas para desarrollarse. Mi deseo de una trama que abarca dos mundos se materializó cuando pensé en esos chicos y chicas que se reúnen on line en Japón o en Europa y acuerdan suicidarse juntos. Lo que me llamó la atención de estos encuentros diversos, de los que los medios hablan tanto, es que tienen un ideal. Su objetivo es dejar de vivir, pero hay cierta dimensión del amor en su proceso. Todos tenemos miedo de morir solos. Para ellos se trata de encontrar a la persona adecuada, chico o chica, para desaparecer con ella. Este ideal romántico y la naturaleza casi sexual de estos encuentros entre desconocidos me impresionan y me motivan.


P: Si no me equivoco, ¿los actores nunca vieron imágenes del juego durante el rodaje?

R: Es correcto, ellos no las tenían. Gregoire tuvo que imaginarse todo lo que estaba pasando en el monitor, tuvo que reaccionar a cosas que realmente no estaba viendo. Cuando el ritmo del diálogo lo precisaba, le decíamos las líneas a través de un audífono. Pero ninguno de los dos, ni él, ni yo habíamos visto las imágenes todavía.


P: Gregoire Leprince-Ringuet es, creo, el primer actor que escogió.

R: Cierto. Su mezcla entre juventud y madurez me atrajo de inmediato. Él era el adecuado para Gaspard. Le dio al personaje una cierta seriedad, un sentido de justicia incluso, lo cual refuerza la confusión que Audrey desencadena en él.


P: El juego fue creado utilizando captura de movimientos ¿Son los actores que interpretan a sus avatares?

R: Gregoire dio su voz a Gordon, pero no su cuerpo. Yo no quería que sus movimientos fueran reconocidos a través de su avatar. Es otro actor el que interpreta su cuerpo. En cuanto a Sam, fue Moon Daily, que no sólo interpreta el cuerpo y la voz de Sam, sino también a todos los personajes femeninos en el juego, incluyendo la voz de la interfaz... Y es ella la que canta la canción "Save the Last Dance for Me". Está muy presente en la película, y ni una sola vez vemos su cara. ¡Sin embargo, es muy bonita!


P: ¿El juego necesitó un gran equipo?

R: Sí, bastante. Desde el comienzo de la aventura, le pedí a Djibril Glissant que me ayudara en la parte de animación. Lo hizo de principio a fin, con el pequeño equipo de cinco personas que se reunieron desde
la concepción hasta cuando finalmente nos movilizamos más de cuarenta técnicos de WFX y de Mocaplab para la producción. Djibril y yo estamos muy unidos, lo hemos estado durante mucho tiempo. Durante los 18 meses de trabajo, hablamos mucho para asegurarnos de que el juego era lo que queríamos. Sin embargo, en el trabajo diario, era él quien ponía a prueba la producción, tanto técnica como artísticamente. En cierto modo, él era mi representante en el mundo virtual. Algunos podrían decir que él y Gordon comparten una extraña semejanza... En cualquier caso, la película le debe mucho.


P: Las escenas del juego son escenas reales de cine: juegan con la mitología del cine negro.

R: Desde el comienzo del proceso de escritura con Dominik Moll, nuestra premisa fue que las primeras escenas en el Black Hole tenían que respetar la lógica de una cámara impulsada por el jugador, sin embargo, desde el momento en que Gordon se encuentra a Sam en el Cielo, teníamos que sentir la libertad de utilizar toda la riqueza del lenguaje cinematográfico. Por consiguiente, el juego ya no estaba dictando el encuadre, éramos nosotros quienes contábamos la historia. Con flashes, retrocesos, travellings y elipses. A partir de entonces, el juego tenía que ser cinematográfico.

Tengo que admitir que, sin buscar explícitamente referencias, disfrutamos de concebir Black Hole mediante la influencia de nuestro amor por el cine. Simplemente con el blanco y negro de los conjuntos, el rojo de la cortina del escenario de Cielo, o la mujer fatal amenazando al héroe con su pistola, nos dimos cuenta de que estábamos jugando con los arquetipos del cine negro.


P: Hablando del cine negro, ¿de dónde viene el nombre de Black Hole?

R: Es un homenaje al cómic de Charles Burns, Black Hole. Es una obra maestra del gótico. Es una obra de referencia.


P: Juega con el contraste entre el sol del sur y el mundo de la noche de Black Hole.

R: La película se rodó en Marsella. Yo nací y me crié en esa ciudad. La mayoría de las secuencias se rodaron en lugares que conozco. Podría haber contado la historia de un niño frustrado, aburrido de su suerte en una triste ciudad gris, que escapa hacia un juego de colores, donde tiene superpoderes. Pero eso no habría sido yo. Quería que Gaspard fuese feliz en su vida diaria y perseguido por un mundo sombrío, difícil. Sin embargo, no quería una Marsella abatida por el calor. El sol del sur en la mitad del verano puede ser aplastante y poco gratificante en la pantalla. Celine Bozon, la directora de fotografía, entendió mi deseo. Logró una imagen que sin perder la suavidad luminosa y brillante en la piel, tuviese al mismo tiempo grandes matices en los colores. Por un lado, el sur de Francia, sol, cielo azul y el azul del mar, rocas blancas, el viento en los árboles, y por el otro, la noche que reina sobre el Black Hole, la nieve, los contornos oscuros de los edificios. Yo quería la belleza y los ideales de ambas partes.


P: La música de M83 juega un papel primordial.

R: Trae el idealismo. Anthony González, cantante de M83, se encontraba de gira entre los Estados Unidos y Japón, donde es más famoso que en Francia. Él compuso el tema principal, el cual se repite obsesivamente. Luego, con Olivier Bertrand, que es uno de mis mejores amigos y que me aconsejó en la música, elegimos las piezas existentes de M83 para escenas clave de la película. Sabía que la primera que tenía que usar era “Farewell Goodbye”, "la canción más hermosa del mundo", como Audrey se la presenta a Gaspard. Se trata de un dúo entre un hombre y una mujer, y los planos entre Gaspard y Audrey se suceden al ritmo de las voces. Me gusta la intensidad romántica de este dúo: siempre estamos al borde de una inundación emocional, como siempre con M83. Casi te quema. El ideal es tan fuerte que casi se vuelve doloroso. También le pedimos a Emmanuel D'Orlando que compusiera parte de la música, en concreto los puntos de tensión.


P: Louise Bourgoin está particularmente en sintonía como Audrey.

R: Sus planos de las pruebas fueron sorprendentes. Inmediatamente ella estaba creando a Audrey más singular de lo que me había imaginado que fuera. No estaba interpretando un personaje vagamente depresivo. Ella está a kilómetros de ahí. Fue una sorpresa, sonriente, con su lado glamoroso, casi sensual. Y al mismo tiempo irradiaba misterio. Frágil y mortal al mismo tiempo.