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  Habemus Papam  Dirigida por Nanni Moretti
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Sección Oficial Festival de Cannes 2011.

Película de Nanni Moretti, director de títulos como "Caro Diario" o la ganadora de la Palma de Oro en 2001 "La habitación del hijo". Protagonizada por Michel Piccoli y el propio Moretti, es una sátira sobre el poder en las más altas esferas eclesiásticas.


Una conversación con Nanni Moretti

P: ¿Cómo se te ocurrió la idea para la película?

R: Federica Pontremoli, Francesco Piccolo y yo empezamos a trabajar en diferentes ideas a la vez. Tras un tiempo decidimos desarrollar la historia de “HABEMUS PAPAM”. Hay una escena en particular que fue la que empezó todo: un Papa recién elegido que no es capaz de salir al balcón a saludar a los fieles.


P: ¿Recibiste una educación religiosa? ¿Crees en dios?

R: Mis padres eran creyentes y recibí una educación católica. Yo no soy creyente.


P: La película está claramente centrada en dos ejes: algunas secuencias se centran en el confinamiento y otras en la libertad. ¿Qué hay detrás de esa simetría en tu forma de escribir?

R: Quería mezclar comedia y drama en una película, el tono grotesco y el realista. El cónclave de los cardenales es inventado, pero respetamos los rituales y las liturgias de uno real. El Papa escapa del Vaticano y se pasea por la ciudad donde se encuentra en situaciones que no ha experimentado desde hace mucho tiempo. Su vagar por Roma le lleva a Melville y al público hacerse ciertas preguntas. Mientras, el psicoanalista permanece retenido en el Vaticano, donde a pesar de sentirse desorientado al principio, se acaba encontrando a gusto al final.


P: ¿Qué piensas de los ataques que estás recibiendo estos días?

R: No ha habido ataques a la película en sí, solo algunas reacciones que no representan al mundo católico.


P: La iglesia católica ha sobrevivido recientemente a una serie de escándalos y la actitud de su jerarquía ha sido criticada. ¿Por qué no están presentes estas controversias en la película?

R: Intento evitar contarle al público lo que espera escuchar. No me ha interesado nunca reiterar en mis películas cosas de las que el público ya es consciente. No me gusta enviar mensajes velados jugando con temas de actualidad. Respecto a los escándalos de la iglesia católica, como los financieros o la pedofilia, hay libros, documentales y artículos en los periódicos por todas partes. Prefiero no condicionarme con asuntos de actualidad. Es una historia inventada, sobre mi Vaticano, mi cónclave, mis cardenales.


P: ¿Se puede aplicar el tema de la película a la política?

R: He dado mi versión de un mundo preciso, el del Vaticano. Pero pienso que los temas de la película y la angustia del protagonista pueden ser aplicados a otras situaciones, otros mundos, y pueden afectar al público que vive apartado de personajes como el nuestro.


P: ¿Cuál es la relación entre la confesión en la religión católica y la confesión durante una sesión de psicoanálisis?

R: No creo que tengan nada en común.


P: ¿Se podría decir que eres más crítico con el psicoanálisis que con la iglesia?

R: En mis películas me he reído mucho de la izquierda, de mi generación, y de la relación entre padres e hijos, de la escuela, del mundo del cine, incluso en “Caro Diario” del cáncer que sufrí hace 20 años. Pienso que es de justicia reírme del psicoanálisis también.


P: ¿Cuál es la relación entre Melville, que rechaza el papel que le asignan, y el actor que quiere interpretar todos los papeles de “The Seagull”?

R: ¿Debe convertirse todo el mundo en intérprete de si mismo, de sus decisiones, de sus películas? Algunas veces es difícil para mí teorizar sobre mi propio trabajo.


P: ¿Por qué Chekhov?

R: Mientras escribía el guión, quería que la obra fuera de un autor reconocido. Chekhov era el que más se correspondía con los sentimientos de la película y sus personajes.


P: El productor protagonista de “Il Caimano” y Melville en “HABEMUS PAPAM” expresan su libertad de una manera inesperada y valiente. ¿Crees correcto establecer una relación entre ambos personajes?

R: No veo parecido entre ellos. Puede que haya una conexión en que los dos son el nexo entre dos mundos completamente distintos. En “Il Caimano”, un productor de películas de serie B que vota a Berlusconi, conoce a un joven aspirante a director que quiere debutar con una película anti-Berlusconi. En “HABEMUS PAPAM”, mientras deambula por Roma de incógnito, el Papa entra en contacto con gente y situaciones que no son parte de su mundo. Mientras, un psicoanalista, ateo, conoce a los cardenales de un cónclave y les obliga a participar en un torneo de voleibol.


P: ¿Se corresponde tu negativa a seguir con tu actividad política con la de Melville a ser Papa?

R: Pienso que es una comparación muy forzada. Desde el principio de mi experiencia política dije que volvería a mi trabajo de director en cuanto pudiera. Nunca busqué ser político profesional.


P: ¿Qué parte de la película es autobiográfica?

R: Como siempre, es la atmósfera general de la película. Y si quieres entrar en detalles hay algo en de mí en ambos protagonistas y en la incómoda sensación que tienen de no estar a la altura.