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  Los nombres del amor  (Le nom des gens)
  Dirigida por Michel Leclerc
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César 2011 a la Mejor Actriz (Sara Forestier). César 2011 al Mejor Guión.


Entrevista con Michel Leclerc y Baya Kasmi
Los Nombres del Amor es una comedia. Como tu primera película, J’invente rien. (Yo no inventé nada)

P: ¿Por qué te decidiste por una comedia?

Michel Leclerc: Al hablar de uno mismo, o por lo menos cuando se desea utilizar material autobiográfico, el humor te permite dar un paso atrás lo suficiente como para evitar caer en la indulgencia narcisista. Para hablar de uno mismo, y ganar seguridad, debes al mismo tiempo burlarte de ti mismo para que otros puedan entrar en la historia. Esa es la razón principal por la que hago comedias: me parece que la única manera elegante para hablar de asuntos personales sin llegar a ser auto absorbente...


P: ¿Cuáles son tus influencias?

ML: En una reciente entrevista, Woody Allen lamentó el hecho de que los cineastas jóvenes se inspiren más por Scorsese y Tarantino que por él. Sin embargo, durante años he estado tratando de desesperadamente inspirarme en él - especialmente por Annie Hall y Días de radio en Los Nombres del Amor -, pero nadie se da cuenta. Mi objetivo final sería copiar todas sus películas, una por una, pero me temo que no voy a vivir el tiempo suficiente para hacerlo. En realidad, y esto es secreto, ¡tengo la esperanza de que acabe por demandarme por plagio y así tenga la oportunidad de conocerle en persona!


P: ¿Cómo comienza la aventura de Los Nombres del Amor?

ML: Cuando conocí a Baya hace casi diez años, me dijo su nombre y yo le contesté, "¿Es de brasileño?" Y respondió, "No, es argelino." Después de eso me preguntó mi nombre y cuando se lo dije ella me respondió: “ ¡Al menos tú puedes decir de dónde es!" Así que el punto de partida de la película coincide con el punto de partida de nuestra relación personal.

Baya: Hemos querido responder a esa línea de razonamiento determinista acerca de la identidad y las diferentes comunidades, a las que no podemos soportar pero no sabemos por qué.

ML: En Francia, la cuestión del origen es complicada y obsesiva. ¿Cómo te mantienes fiel a tus raíces sin necesidad de ser parte de la mentalidad de la comunidad? ¿Cómo se puede uno ser ateo sin renunciar a sus orígenes? Estamos fascinados con estas preguntas.


P: ¿Así que la película es profundamente autobiográfica?

ML: Sí, porque nos estuvimos contando mutuamente historias sobre nuestras familias y, a pesar de nuestras diferencias, nos dimos cuenta de las similitudes en ciertas neurosis y obsesiones de nuestros padres. Básicamente, el desarrollo de las relaciones amorosas depende mucho más del entorno familiar que del supuesto sentido de pertenencia a una comunidad.


P: Arthur Martin se define a sí mismo como “mejor que ningún otro pero sin estar entre lo más selecto del mercado”

ML: Me encantan los personajes que son un poco demasiado estrictos como para resultar simpáticos, y cuya inflexibilidad termina por convertirles en asóciales. Arthur Martin es uno de esos hombres que tiene un sentido muy estricto de la moral- algo rígido, incluso - que le impide hacer concesiones. Nos gustó la idea de tener un personaje tan serio y sin sentido del humor, en una comedia.


P: ¿Cómo se te ocurrió la idea de hacer de Arthur un ornitólogo que trabaja en la oficina francesa de Enfermedades Animales?

ML: Para Arthur, buscamos una profesión que reflejase su naturaleza obsesiva. El principio de tomar todo tipo de precauciones para minimizar posibles riesgos se corresponde con su filosofía de vida personal - hasta el punto de que él ha hecho carrera con él.

BK: Cuando investigamos esta profesión, nos dimos cuenta de que podría haber muchas similitudes con su tipo de personalidad. Por ejemplo, nos enteramos de que en caso de riesgo de la gripe aviar, su trabajo consistiría en primer lugar de dar la orden de acabar con todos los pollos, mediante una asfixia con gas. Obviamente, encontramos allí un reflejo de los problemas y preocupaciones de Arthur.


P: Baya rechaza totalmente cualquier tipo de compromiso.

ML: Baya es un personaje valiente. Ella cree que siempre es mejor tomar medidas, incluso mal hechas- que no hacer nada en absoluto. Ella es una activista que cree que sus acciones pueden cambiar el mundo. Pero, lo que la hace especial es que ella no hace ninguna distinción entre su compromiso político y su compromiso personal, ya que ella ¡duerme con sus enemigos políticos! Es un personaje con una mentalidad propia.

BK: Es también el tipo de persona que simplifica las cosas por necesidad. El mundo actual es tan complejo que debe tener un enfoque claro y seguirlo. Eso es lo que le hace decir cosas ridículas a veces, como " los izquierdistas están bien y los derechistas son todos fascistas", sin haberse sentido nunca avergonzada de ello. Puede parecer infantil, pero para ella es una elección consciente: se obliga a sí misma a seguir esa línea de pensamiento para no perder energías en la acción. Es un reto.


P: ¿Cómo escogiste a Jacques Gamblin?

ML: Pensamos en él al instante. Pensé que era perfecto para el papel porque es un ejemplo notable del autocontrol, un tipo cerrado, que todavía mantiene una visión acotada de la humanidad. Además, su aspecto físico es potencialmente muy cómico...poco explotado hasta ahora.


P: ¿Y a Sara Forestier?

ML: Escribimos la parte de Baya pensando en una especie de Marilyn árabe. Así que al principio buscábamos una actriz de ascendencia árabe. Pero no pudimos encontrar a nadie que supiese expresar todos los diferentes aspectos de su personalidad: divertida, vivaz, espontánea y sin inhibiciones. Por lo tanto, se abrió el casting para actrices no-árabes. Cuando nos encontramos con Sara Forestier, a pesar de que no se correspondía con el personaje tal y como lo habíamos imaginado, de inmediato supe que era ella la persona perfecta para el papel. Porque tiene ese lado gracioso, divertido y ruidoso que imaginamos, sin ser vulgar. A partir de ahí, se reescribió la parte de Sara, dándole ese aspecto oportunista del que hablábamos anteriormente.

BK: Gracias a Sara, sin ni siquiera haberlo intentado, volvimos a la complejidad de un personaje que sufre por no parecer árabe, aunque su padre es de Argelia.


P: Los actores son sorprendentemente naturales...

ML: Yo disfrutaba enormemente con la dirección de actores, porque sentía que ellos estaban muy involucrados en la película. Así que ellos estaban abiertos a la improvisación. Para mí, es fundamental dejar un espacio abierto a la libertad especialmente, cuando se trata de un guión muy escrito. Por ejemplo, he utilizado el lado activista de Carole Franck, quien da vida a la madre Baya: en las escenas donde ella se enoja por la energía nuclear y en la que insiste en convencer a Arthur en la opción del matrimonio de conveniencia, en ambas ella estaba improvisando.


P: ¿Cuáles eran tus objetivos como director?

ML: Yo quería jugar con el contraste entre algunos temas serios – como la política o los traumas infantiles - y el estilo glamuroso del cine. Por ejemplo, cuando Arthur y Baya están caminando a través de las hojas caídas después del matrimonio de conveniencia, comienzan a debatir sobre el deber de la memoria y la guerra de Argelia. Me pareció divertido jugar con el contraste entre un plano general típico de las comedias románticas - vestido de boda, botella de champagne en la mano - y el tema de conversación.

Por otro lado, quería evitar el exceso de trabajo de edición y recortar sistemáticamente a primeros planos, propios de una comedia de serie. Yo prefería grabar planos generales para enmarcar a los personajes de cuerpo entero y no sobreexponer las escenas, incluso si eso podía traducir en perder algunos efectos cómicos.


P: La escena en la que Arthur va poniendo a Baya su ropa es muy poética.

ML: Para Baya, la desnudez no tiene ninguna importancia: ella actúa de la misma manera con ropa o sin ella, no significa que sea sexual.

Debido a eso, tuvimos que hacer su desnudez algo ordinario y que el ponerse su ropa de nuevo fuera algo sexy. Fue un verdadero desafío para dirigir.