Daniel acepta acoger en su casa a Julia, la hija de un amigo de la infancia que acaba de suicidarse. Mientras Laura, su mujer, va consiguiendo que Julia recobre las ganas de vivir, Daniel empieza a sentir como amenazas algunas de las acciones de la niña, que despiertan dentro de él miedos y sentimientos de un pasado que había decidido enterrar.