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  MS1: Máxima seguridad  (Lockout)
  Dirigida por James Mather, Stephen St. Leger
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Introducción
Tras descubrir a Pierre Morel ("Venganza (Taken)"), Alexandre Aja ("Alta tensión") y Louis Leterrier ("Transporter"), Luc Besson y EuropaCorp se encargan ahora de producir el primer 'thriller' futurista dirigido por James Mather y Stephen St. Leger, dos cineastas irlandeses cuyo corto de ciencia ficción, "Prey Alone", causó sensación en Internet y les valió muchos elogios a los dos directores por su dominio de las técnicas de rodaje sobre fondo verde. Así pues, no es precisamente sorprendente que EuropaCorp se mantenga fiel a su tradición y se comprometa en esta gran aventura...


Entrevista con Guy Pearce

P: ¿En qué momento te involucraste en el proyecto?

R: Me reuní con Luc Besson a principios de 2010 en Los Ángeles para hablar de la película, y luego me vi con Stephen St. Leger y James Mather unos meses más tarde. Me pareció que era una historia original, que es siempre lo que ando buscando. Me gustó la idea de interpretar a un personaje irreverente como Snow. Me atrajo porque no es el típico héroe de acción. Mostraba cierto carácter cansado y perezoso, que me pareció sumamente divertido.


P: ¿Cómo te preparaste para el rodaje?

R: Físicamente, se trataba de volver a la antigua rutina de hacer pesas y ganar peso. Siempre me he mantenido bastante activo, así que no supuso un gran desafío. El mayor reto siempre es resultar convincente en el papel.


P: ¿Es más complicado para un actor cuando hay dos directores?

R: Stephen se ocupaba principalmente de los personajes y James de la cámara y del aspecto visual, así que no resultó tan extraño. Eso no quiere decir que no se metieran nunca el uno en terreno del otro. Había alguna ocasión de vez en cuando en la que se contradecían entre sí, lo que resultaba algo extraño, pero eso ya ha pasado antes otra veces entre un director y su director de fotografía, así que no es nada que no se resuelva hablándolo un poco.


P: ¿Te dejaron los directores alguna libertad de acción?

R: Naturalmente. La mayoría de la gente descubre bastante rápido que necesito hacer las cosas a mi manera si quieren conseguir una interpretación convincente. Hicimos una lectura de la mayor parte de las escenas del guión durante una semana o así antes de empezar el rodaje, para aclarar un poco las cosas, pero la verdad es que no ensayamos mucho como tal.


P: ¿Fue un rodaje especialmente complicado?

R: Resultó relativamente complicado desde el punto de vista físico, y hubo días en los que trabajamos muchas horas, pero eso no significa que fuera necesariamente difícil. Aunque sí me las apañé para hacerme daño cada semana de un modo u otro. Ir a Serbia fue fascinante. Siempre está bien visitar una parte del mundo que te resulta desconocida.


P: ¿Cómo resultó la experiencia de trabajar con Maggie Grace?

R: Maggie estuvo fantástica. Es muy divertida y nos lo pasamos muy bien juntos. Siempre resulta agradable congeniar con alguien durante un rodaje, y Maggie y yo nos ayudamos mucho.


Entrevista con Maggie Grace

P: ¿Qué fue lo que te atrajo del guión?

R: La primera vez que leí el guión, no podía dejar de reírme a carcajadas. Me encantó desde el primer momento. Me recordó a las películas que tanto me gustaban de cuando el cine de acción era realmente divertido. No se toma demasiado en serio a sí misma, tiene sentido del humor y es irreverente, y tiene algunas frases ingeniosas verdaderamente geniales. Estaba entusiasmada con él. Sobre la marcha, dije: '¿Cuándo empezamos?'.


P: ¿Cómo describirías a tu personaje?

R: Emilie Warnock es la hija del presidente de los Estados Unidos. La han criado entre algodones, y ha llevado una vida muy aislada y disciplinada. En esta película se encuentra teniendo que dar la cara y asumir muchas responsabilidades. Creo que es la irreverencia de Snow lo que la saca verdaderamente de sus casillas. Poco a poco, nos damos cuenta de que no puede hacer nada siguiendo estrictamente las normas, y está siguiendo a un hombre a falta de mejores opciones, pero la verdad es que, por la actitud de él, podría tratarse perfectamente de uno de los convictos psicóticos fugados.

Lo cierto es que no me documenté sobre las hijas de presidentes de verdad, pero sí que siento una gran admiración por cómo han sabido manejar sus circunstancias Chelsea Clinton o Laura Bush.


P: ¿Qué clase de relación tiene Emilie con Snow?

R: Snow es una especie de antihéroe. Es muy sarcástico y nada sincero, irónico y mordaz. Me gusta mucho. La relación que se establece entre Emilie Warnock y él es una especie de tensión de toma y daca, dimes y diretes, pero sorprendentemente, acaban formando un buen equipo.


P: ¿Qué tal fue la preparación física?

R: Me encanta la energía masculina. Durante mi infancia, mis mejores amigos siempre fueron chicos y me gusta rodearme de hermanos mayores. Así que la preparación de lucha me parece un ambiente estupendo. Me gusta hacer un poco de preparación extra de combate para poder presumir de nudillos ensangrentados.


P: ¿Crees que trabajar con dos realizadores afecta de algún modo a cómo se ven dirigidos los actores?

R: James Mather y Stephen St. Leger son un equipo desde hace mucho tiempo y se entienden tan bien entre ellos que casi parece que se comuniquen telepáticamente. Nunca te encuentras con indicaciones contrarias de ambas partes. A veces, si están resolviendo algún asunto sobre la marcha, se conocen tan bien que parece que les baste con mirarse y de pronto ya presentan un frente común.


Notas de producción

Dos chicos de Dublín
James Mather y Stephen St. Leger se conocieron en la escuela de cine en Dublín y empezaron a trabajar en equipo. En los últimos 20 años, han firmado numerosos trabajos publicitarios y cortos. "Por norma general, James se pone detrás de la cámara y yo dirijo", explica Stephen St Leger. El productor Marc Libert señala: "James es responsable de la fotografía y la iluminación, mientras que Steve se encarga de escribir y montar". La pareja de directores no tardaría en convertirse en expertos en el uso de los fondos verdes, que les permitió obtener resultados espectaculares en sus cortometrajes. Fue su corto de 15 minutos, "Prey Alone", lo que sirvió para convencer a EuropaCorp. "Quedamos todos sumamente impresionados", recuerda Libert. "Muestra a un caza persiguiendo a un coche hasta un túnel. Parece increíble que la rodaran con un presupuesto reducidísimo, de 60.000 euros, del gobierno irlandés". La productora Leila Smith agrega: "Después de verlo, se lo mostramos en DVD a Luc, que insistió en conocer a los directores".

"Soy un gran fan de muchas de las películas de Luc, como 'El gran azul' y 'Subway'", asegura St. Leger, "y hay varios planos en 'Prey Alone' que son muy parecidos a otros de 'León (El profesional)'. Tal vez Luc fuera receptivo a los temas de nuestro corto, o quizá al hecho de que nosotros mismos supervisamos todos los efectos especiales".
Sea como fuere, la aventura de "MS1" podía comenzar.

Un 'thriller' futurista que se niega a tomarse demasiado en serio a sí mismo
Cuando Stephen St. Leger y James Mather conocieron a Luc Besson, ya habían escrito los guiones de dos filmes y querían dirigir una película de acción de diálogos ingeniosos. El realizador de "El quinto elemento" tenía el proyecto perfecto para ellos: 500 de los criminales más peligrosos del mundo están encerrados en una prisión en el espacio y mantenidos en estasis. "De pronto, los reclusos despiertan", plantea Leila Smith. "Estalla un motín en la prisión y envían a un tipo hasta allí a restablecer el orden". Los dos directores irlandeses aceptaron con entusiasmo la propuesta de EuropaCorp y se reunieron regularmente con Luc Besson para trabajar en el guión. "Los dos chicos se reunían con Luc unas 2-3 horas cada vez para formular la estructura de la película, con los elementos narrativos e ingredientes fundamentales de la trama que era necesario integrar", comenta Marc Libert. "De vuelta en Irlanda, St. Leger y Mather escribieron los diálogos, tomándose incluso ciertas libertades con la estructura para adaptarla a su estilo. Tras el primer borrador, el segundo nos llevó otros cuatro o cinco meses, pero la reacción de Luc fue muy positiva".

Leila Smith en concreto apreció la estrecha colaboración entre EuropaCorp y los dos directores, sobre los que recalca su buena disposición a la hora de comunicarse con ellos: "No hubo largas discusiones entre Luc y los chicos. Sus reuniones mientras escribían el guión sirvieron más bien como una especie de clase magistral en la materia. Luc les ofrecía explicaciones sobre ciertas escenas y les aconsejaba que no se molestaran en elaborar otras porque presentía que se acabarían eliminando durante el montaje". La experiencia como director de Luc Besson resultó crucial. Leila Smith agrega: "Cuando los directores no se mostraban de acuerdo con Luc, él se limitaba a decirles: 'Convencedme'. Defendían las decisiones que habían tomado y la coherencia en el desarrollo de los personajes que realmente les importaban. La mayoría de las veces, Luc se mostraba encantado si conseguían convencerlo".

Aunque MS1: MÁXIMA SEGURIDAD es, ante todo, un 'thriller' futurista, no faltan los momentos de humor. El equilibrio entre ambos elementos no es nada fácil de conseguir, como explica Stephen St. Leger, ya que la comedia es un género muy subjetivo: "Todo el mundo tiene su propia idea de lo que encuentra gracioso. Una escena que está pensada para resultar divertida tiene muchas posibilidades de caerse de bruces. Para mí, el gran maestro es Billy Wilder, con su humor seco que nunca resulta torpe, ni con chistes metidos porque sí. Da la sensación de que nunca está intentando ser gracioso a toda costa. Intentamos seguir fundamentalmente su ejemplo". Asimismo, al director no tiene problema en reconocer la gran influencia de la década de 1980 en su película: "Me encanta la serie de 'La jungla de cristal' o la de 'Tras el corazón verde' y es algo que puede apreciarse en el humor de este filme".

Para los dos directores, los personajes eran una de sus preocupaciones principales. No se pusieron las cosas fáciles al hacer que el héroe fuera tan cínico y desapasionado que pudiera hacer que no cayera muy bien en un primer momento. Pero es muy divertido, con gran habilidad para el humor seco. "Me recuerda a los personajes que solía interpretar William Holden en las películas de Billy Wilder", concuerda Stephen St. Leger. "Un tipo sarcástico con un sentido del humor muy mordaz. La relación entre Emily y Snow recuerda a la de Bogart y Hepburn en 'La reina de África'. O sea, en otras palabras, dos polos opuestos que se ven obligados a llevarse bien".

Al principio, Emilie parece una joven ingenua y privilegiada a la que pueden preocuparle otras personas, pero que ha tenido que dar la cara por ellos. Los directores se aseguraron de que sufriera una evolución a lo largo de la historia. "Poco a poco, desarrolla personalidad propia y demuestra verdadera fortaleza de carácter", comenta Stephen St. Leger. Leila Smith agrega: "Su contacto con Snow la cambia, incluso físicamente. Su forma de hablar cambia, se olvida de sus prejuicios y se vuelve más lanzada". Los directores también se aseguraron de que Snow aprendiera a apreciarla. "Aunque Snow cree que la mayoría de la gente es débil e incapaz de defenderse", explica Stephen St. Leger, "se da cuenta de que Emilie no es como ellos cuando le planta cara y se niega a soltarlo".

Las ventajas de la previsualización
Una vez finalizado el guión, los directores sugirieron a Luc Besson que "previsualizaran" toda la película en forma de 'storyboard' con modelos animados de los decorados, incluida la MS1, por supuesto, y el vestuario. Luc Besson aceptó sobre la marcha. Aunque los directores se desviaran luego de la previsualización, sirvió para captar la atmósfera visual buscada y como prueba del humor de la película. "Con una idea muy exacta del resultado final a mano", señala Stephen St. Leger, "pudimos conseguir el equilibrio adecuado entre 'thriller' y comedia, ya que habría sido muy fácil que la película cayera en la parodia o, por el contrario, se tomara demasiado en serio".

La previsualización también servía como instrumento para que los jefes de los distintos departamentos pudieran hacerse una idea de cómo iban las secuencias y escenas de acción más complejas, tal como las deseaban los directores. Resultó especialmente útil, teniendo en cuenta que los técnicos eran de orígenes muy diversos (británicos, irlandeses, franceses, serbios). La fuerza de la imagen permite traspasar la barrera del idioma. En total, entre quince personas, entre los directores, los cuatro artistas de 'storyboard' y grafistas 3D, trabajaron en la previsualización durante cuatro meses, antes de que los actores incorporaran sus líneas de diálogo. "Por consiguiente", explica Leila Smith, "acabamos con una especie de versión animada de la película final, con todas las escenas clave, como la caída libre a la Tierra o la persecución en moto".

Un presupuesto optimizado
Aunque el proyecto lo pusiera en marcha y lo produjera EuropaCorp en Francia, se rodó en Serbia con actores de habla inglesa, a la vez que se beneficiaba de los incentivos fiscales de Irlanda. A pesar de que los dos directores fueran de Dublín, era complicado pensar en alquilar unos platós cerrados allí. "Los estudios de Dublín cuentan con instalaciones excelentes, pero muy caras, y necesitábamos al menos 1.000-1.500 metros cuadrados. Contábamos con un presupuesto decente, pero era la primera película de los directores, así que tuvimos que llegar a muchos compromisos". Al final, se decidió que el rodaje se realizaría en los nuevos estudios de Belgrado, Serbia. Aun así, en vista de los numerosos efectos visuales, EuropaCorp decidió confiar la posproducción a una compañía especializada de Dublín. Eso también permitió a la película aprovechar las desgravaciones fiscales que ofrecía Irlanda.

Decorados reciclables
Varios de los sets de rodaje combinaban construcciones físicas con fondos verdes, como el del 'Departamento de Policía Orbital', con forma de trébol, y con el espacio y la Tierra de fondo, o la autopista donde tiene lugar la persecución en moto. "Para esa escena, que implicaba un 'travelling' circular", señala Leila Smith, "recurrimos a un sistema de pistones hidráulicos que nos permitían movernos en todas las direcciones posibles". Los sets a bordo de la MS1 incluían la zona segura, donde Snow le clava una jeringuilla en el ojo a Emilie, la enfermería, donde encuentran varios cadáveres, y la zona de presos comunes de la prisión. Las partes de los decorados que los actores tenían que tocar, como las columnas de la zona de presos comunes, se construyeron e instalaron delante de un fondo verde, para terminar luego la imagen completa en posproducción.

Como enormes piezas de Lego, los distintos elementos de los decorados se reciclaban sistemáticamente. Por consiguiente, el plan de rodaje se organizó en torno a la disponibilidad de los distintos sets. "Cada día", recuerda Leila Smith, "el diseñador de producción consultaba con los directores, con el primer ayudante de estos y con nosotros para asegurarse de que una determinada escena estuviera lista, de modo que, en cuestión de días, se pudiera desmantelar su decorado. Mientras montaban allí otro set, cambiábamos de estudio".

La película se benefició de la creatividad del diseñador de producción Romek Delimata, que encontró a menudo soluciones ingeniosas e inesperadas. Se aprovecharon diversos exteriores de Belgrado, como pasillos del metro y un callejón oscuro que recordaba a "Blade Runner". La escena del Despacho Oval de la Casa Blanca se rodó en una fábrica de cerveza Amstel en las afueras de Belgrado. Marc Libert comenta: "Romek es un friki, con una gran influencia de 'Star Wars', que se pasaba el tiempo garabateando en fotos de exteriores para esbozar todos los cambios necesarios. De ese modo, casi de la nada, obtenía resultados espectaculares".

Un rodaje de alto octanaje
El asombroso entendimiento entre los directores resultó especialmente útil en las escenas de acción más sofisticadas, que combinaban tomas peligrosas, combate, actores suspendidos de cables y una iluminación complicada. "Lo estupendo de James es que hace tanto que nos conocemos y trabajamos juntos que hemos desarrollado una especie de sexto sentido", asegura Stephen St. Leger. "Apenas necesitamos hablar entre nosotros en el plató, sobre todo porque ya lo tenemos todo planificado y organizado, y a los dos nos encanta implicarnos en todos los aspectos de la realización de una película, no solamente escribir y dirigir. James es increíble. Siempre está pensando cuatro o cinco escenas por delante".

Su sistema demostró su valor en la espectacular escena del campo magnético. Marc Libert explica: "Se había construido parte del set, que parecía una pared de escalada. El conducto que lleva a Snow hasta el borde del precipicio era simplemente el interior de un viejo helicóptero que el diseñador de producción había visto en un cementerio de aviones. El resto del decorado, incluida la enorme aspa de rotor, era un fondo verde que se retocó en posproducción". Los actores estaban suspendidos de cables, mientras James Mather se encontraba en una plataforma elevadora, filmando la pelea entre Guy Pearce y un recluso. "Patrick Cauderlier, el rey de los cables, se encargó de supervisar la escena", agrega Marc Libert. "Controlaba sus movimientos con suma precisión por medio de una máquina especial suya, el torno hidráulico. El reto fue usar los efectos visuales para dotar al conjunto de un aspecto realista y borrar los cables".

La previsualización permitió a James Mather planificar la iluminación de cada decorado con mucha antelación. Insistió en usar fuentes de luz reales, que dan más libertad al rodar. "Es también lo que confiere una atmósfera de autenticidad a la película", apunta Stephen St. Leger. "Si no usas más que fondos verdes, tiene un aspecto estéril, que choca con el estilo visual".

Para las escenas de lucha, los directores tenían muy claro que no querían inspirarse en el cine de artes marciales asiático, sino que se fijaron más bien en el estilo más realista de películas como "Venganza (Taken)". Los productores decidieron recurrir al jefe de especialistas Patrick Cauderlier y al coreógrafo de lucha Hugo Bariller. "Patrick era la persona adecuada para el trabajo porque muchas de las escenas exigían el uso de cables y él es un auténtico especialista", explica Leila Smith. Entre las escenas que precisaban de su pericia se encontraban la pelea en el aire, la caída libre a la Tierra y la moto que se detiene justo delante del tren del metro.

Efectos visuales a medida
Aunque el montaje y la gradación de la imagen se realizaron en Francia, los efectos visuales corrieron a cargo de Windmillane, en Irlanda. "Montamos un mini-estudio de efectos visuales con ellos, alquilamos máquinas y un almacén enorme en un polígono industrial de Dublín", recuerda Leila Smith. "Luego compramos el software y contratamos a técnicos por libre". Marc Libert prosigue: "Estuvimos encantados de trabajar con ellos porque en sus tiempos fue el estudio de grabación de U2. El jefe sigue siendo el mismo, pese a que la compañía haya crecido considerablemente, y se ha metido en producción y posproducción de cine. De hecho, Steve St. Leger fue operador de cámara en algunos vídeos de U2. En Dublín, todo el mundo se conoce".

En total, había aproximadamente unos 500 planos que precisaban efectos visuales, lo que llevó cierto tiempo, por razones de coherencia visual. El supervisor de efectos visuales quería trabajar con un equipo más bien reducido, lo que encajaba mejor con su forma de trabajar. "Los tiempos de producción fueron largos", comenta Marc Libert, "pero, puesto que había cuatro o cinco escenas destacadas que hacer, era mejor que una misma persona supervisara el modelado, el montaje y la generación de imágenes de principio a fin, en lugar de repartir todo ese trabajo".

Un reparto muy entregado
"Nos llevó cierto tiempo decidir qué actor debía interpretar a Snow", recuerda Marc Libert, "hasta que los directores y Luc se reunieron con Guy Pearce, que estaba rodando [la miniserie de televisión del canal HBO] 'Mildred Pierce' y estaba muy delgado. James y Steve se mostraron preocupados, porque Snow es un personaje muy físico. Guy nos dijo que había sido campeón de culturismo de Australia con tan solo 16 años y que su cuerpo estaría en perfectas condiciones para cuando empezara el rodaje". El actor mantuvo informados a los productores de sus progresos a medida que iba ganando peso y llegó al rodaje con un aspecto muy musculoso, comparado con los personajes ágiles y delgados por los que es más conocido. "En cuestión de 2 o 3 meses, engordó 22 kilos y medio", comenta Marc Libert.

Todos se muestran de acuerdo en lo referente a la disciplina y la organización de Guy Pearce. "Llegó al rodaje con un expediente preparado", recuerda Libert. "Había estado trabajando en el arco argumental de su personaje, había subrayado escenas concretas del guión e incluso había estudiado el desarrollo de los personajes con los que Snow tiene ocasión de interactuar". Leila Smith agrega: "Le dijimos en broma que nos podría haber ahorrado el sueldo del supervisor del guión, porque tenía controlado hasta el más mínimo detalle". De hecho, antes de convertirse en actor, Guy Pearce se encargaba de la continuidad. "Guy estaba muy entregado, pero con el propósito de mejorar las escenas, no de robarlas", comenta Marc Libert.

Por lo que respecta a Maggie Grace, Leila Smith afirma: "Es una actriz maravillosa con la que trabajar. Su actitud es muy profesional y está muy abierta a todo tipo de sugerencias". Marc Libert agrega: "A veces necesita retirarse a su propio mundo con su iPod durante unos minutos para concentrarse pero, cuando se encuentra ante la cámara, está completamente entregada desde la primera toma". Leila Smith señala: "No se quejó cuando le pedimos que llegara tres semanas antes de empezar el rodaje para que practicara suspendida de los cables y ensayara ciertas escenas. Maggie y Guy se presentaron en cuanto hubieron cumplido con sus compromisos anteriores".

Ya solamente quedaba encontrar al actor adecuado para uno de los papeles más difíciles de encajar: Hydell, un tipo impredecible y peligroso, que se siente frustrado por tener que estar todo el tiempo obedeciendo las órdenes de su hermano mayor. Con su ojo muerto, que no sobrevivió al proceso de criogenia, presenta una estampa aterradora. Leila Smith observa: "Joe Gilgun, que interpreta a Hydell, proviene de uno de los barrios más peligrosos de Manchester. Ha llevado una vida de locos y se metió en gran cantidad de problemas de niño. Ha sufrido y ha desarrollado una sensibilidad artística increíble". Stephen St. Leger señala: "Le pedí a Joe que adoptara un acento escocés porque me parece cargado de humor, mientras que el acento de Manchester lo encuentro demasiado característico de los hermanos Gallagher (Oasis)".

Cuando Gilgun conoció a Vincent Regan, que interpreta a su hermano Alex, los dos actores hablaron sobre sus personajes y desarrollaron aspectos que, aunque no figuraban más que de manera subliminal en el guión, han acabado reflejados en el montaje final de la película. "La relación entre los dos hermanos tomó verdaderamente forma", asegura Marc Libert. "Exploraban la cuestión y se reunían con regularidad fuera del plató para hacer avanzar sus personajes". Leila Smith señala: "Como la mayoría de los actores británicos, Vincent sabía inmediatamente dónde situarse con respecto a la luz. De un solo vistazo al plano que tocaba rodar en cada momento, sabía dónde tenía que colocarse para la cámara".

"Esta película es como si procediera del espacio exterior", concluye Leila Smith, "en lugar de los grandes estudios de Hollywood. Personalmente, disfruto trabajando en obras de directores debutantes, porque las limitaciones generan una energía maravillosa. El presupuesto suponía que teníamos que tomar las decisiones más sensatas posibles. La innovación y la creatividad eran fundamentales. No hubo tiempo para pelear, porque todo el mundo tuvo que arremangarse bien y ayudar a los directores".