Basada en la experiencia del director Pierre Franckh, que vivió una historia parecida. Franckh conoció a la que hoy es su mujer, Michaela Merten, vía telefónica. Ambos, son los productores de la cinta, y aseguran que lo que realmente les impulsó a realizar la película fue su hija y lo que deseaban que ella aprendiera.