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  Ellas  (Elles)
  Dirigida por Malgoska Szumowska
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Nota de intención de la directora
Es un hecho conocido que existen chicas que recurren a la prostitución para pagarse los estudios universitarios.

Los medios tratan este tema con una mezcla de desaprobación y de curiosidad voyeurista. El sexo siempre vende. En las páginas de esas revistas se anuncian un sinfín de artículos. Mujeres como objetos sexuales. Y artículos sentenciosos y moralizantes, mezcla de indignación y fascinación por las mujeres que venden sus cuerpos para conseguir estos artículos.

Queríamos tratar el tema de la prostitución estudiantil mediante un intercambio de opiniones femeninas. Una periodista parisina que disfruta de una situación social envidiable interroga a dos estudiantes, dos chicas que desean trepar por la escala social y que se venden para pagarse los estudios. El marido de la periodista podría ser un cliente de las chicas. La investigación cambiará la forma en que la periodista percibe el deseo.

Nuestra intención ha sido explorar el deseo en ambos lados, sin juzgarlos.


Una entrevista con Malgoska Szumowska (realizadora) y Tine Byrckel (guionista)

P: ¿Por qué escribió el guión de ELLAS, una película acerca de la prostitución estudiantil?

Tine Byrckel: La idea original pertenece a la productora Marianne Slot, con la que llevó mucho tiempo trabajando. Los medios hablan regularmente de las jóvenes que se prostituyen para poder pagarse los estudios. Se sentía intrigada por este fenómeno social. ¿Qué significa para estas mujeres? ¿Qué nos decía acerca de la sociedad? ¿Es la prostitución la última liberación para la mujer al tomar posesión absoluta de su cuerpo, incluido el derecho a venderlo? ¿O se trata de una sumisión intolerable? Queríamos plantear estas preguntas sin enjuiciar a nadie y no hay mejor medio que el cine para hacerlo.


P: ¿Por qué decidieron escribir el guión juntas?

Tine Byrckel: Marianne y yo buscábamos un realizador, mujer u hombre, para hacerse cargo del proyecto. Conocíamos el trabajo de Malgoska y un primer montaje de la película 33 Sceny z zycia (33 escenas de vida) nos había cautivado. Malgoska habló primero con Marianne.

Malgoska Szumowska: Me apunté inmediatamente y fue el comienzo de una colaboración muy próxima que duró tres años.


P: ¿Cómo fue el proceso de escribir a cuatro manos?

Tine Byrckel: Antes de conocer a Malgoska, había trabajado en una estructura en la que una periodista entrevistaba a varias chicas. También había una referencia a la novela La Sra. Dalloway, de Virginia Woolf, en la construcción del guión, al transcurrir durante un día de la vida de una mujer que piensa en la cena que debe preparar. Aquí también se prepara una cena, aunque se trata de una cena de negocios. Las preguntas surgen a partir de gestos y diálogos cotidianos, más que por grandes discursos.


P: ¿Se documentaron directamente para escribir el guión de ELLAS?

Tine Byrckel: Empezamos a documentarnos después de haber escrito la primera versión. Pedimos a la excelente documentalista francesa Héléne de Crécy que entrevistara a unas cuantas chicas. Quedó fascinada por sus historias y decidió rodar un documental, "Escort", que también produjo Marianne Slot.

Malgoska Szumowska: Antes de empezar a rodar, quería hablar con alguna chica que ejerciera la prostitución. Sabía que en Polonia hay estudiantes que se ven obligadas a acostarse con los dueños de las habitaciones que alquilan. Me impresionó mucho una joven guapa y elegante. Desde el principio de la entrevista solo habló de sexo, lo que hacía, lo que le gustaba hacer…


P: ¿Las respuestas no fueron las que esperaban?

Malgoska Szumowska: Para ser sincera, debo reconocer que estaba atónita por el hecho de que una chica tan guapa y tan inteligente se acostará con hombres por dinero. Y no lo hacía solo para cubrir necesidades vitales, como comer y tener un techo, también lo hacía por placer y para llevar una vida más agradable. No era para nada la visión que suele tenerse de la prostitución.

Tine Byrckel: Conocimos a jóvenes orgullosas y despreocupadas, muy diferentes de lo que imaginábamos. No tenían nada que ver con las historias contadas por los medios acerca de abusos. No queríamos hablar de tráfico, ni de chulos ni de drogas. Queríamos hablar de unas jóvenes que deciden prostituirse para trepar por la escala social. Nos parecía mucho más perturbador. Está la cuestión de la mujer como objeto sexual, pero hay mucho más que eso. Por un lado hay hombres que buscan en el sexo una apariencia de amor. Por otro hay mujeres que quieren poseer cosas. Y todo eso que desean las mujeres, de acuerdo con el consumismo desbocado de la sociedad actual, está simbolizado por las revistas femeninas. Las jóvenes con las que hablamos lo quieren todo y lo quieren ahora.

Malgoska Szumowska: Otra sorpresa para mí fue hablar con una chica de apenas veinte años que sabía más de sexo que muchas mujeres de treinta y muchos. Empezamos a darnos cuenta de que la película no podía limitarse a los aspectos sociales, que debía abarcar mucho más o hablar de la intimidad de las mujeres.


P: Uno de los puntos fuertes de la película es el paralelismo que hace entre el trabajo de la periodista, una mujer con una posición social segura, y las estudiantes que se prostituyen.

Malgoska Szumowska: Desde luego. Hacemos muchas cosas por dinero. Y la periodista, en su vida personal, siempre transige, hace cosas que no le gustan. Además de hacer su trabajo, se dedica a preparar una cena para el jefe de su marido. No le habla de sus frustraciones ni de sus opiniones. Como directora, a veces debo hacer cosas que me desagradan. ¿Qué tiene de diferente el sexo? Las personas transigen mucho en ocasiones, ¿puede compararse a la prostitución?

Tine Byrckel: El personaje de la periodista, que tiene grandes dificultades para mantener las distancias, hace que el público sea consciente de nuestro placer como mirones. Y espero que nuestra conciencia políticamente correcta no se mantenga del todo intacta al limitarnos a decir: "Qué terrible".


P: ¿Cómo se le ocurrió ofrecer el papel de la periodista a Juliette Binoche?

Malgoska Szumowska: Pensé en ella inmediatamente. Me había impresionado sobremanera en Caché/Escondido, de Michael Haneke, y no podía pensar en nadie más para ELLAS. Le mandamos el guión y supe que funcionaría nada más verla. El tema le interesaba y compartíamos el mismo enfoque. Aceptó y se entregó totalmente a la película. Siempre me apoyó, incluso en mis momentos de duda. Fue un encuentro excepcional. Juliette me ayudó a convertirme en la directora de la película.


P: ¿Y Anaïs Demoustier y Joanna Kulig?

Malgoska Szumowska: Buscábamos actrices jóvenes que tuvieran la energía y las ganas de vivir que yo tenía a su edad. Había visto a Anaïs en Sois sage, de Juliette Garcias. Me convenció su fuerza y su talento. En cuanto a Joanna, me vi en ella; apasionada, habladora, exuberante. Tenía tantas ganas de trabajar en ELLAS que mintió y me dijo que hablaba francés. Cuando descubrí que no era verdad, me pareció muy atrevido por su parte.


P: ¿El trabajo con las actrices tuvo alguna influencia en el guión?

Malgoska Szumowska: Fue mucho más que una influencia, ellas llevan la película. Después de rodar cada día, según lo que se había hecho o dicho, cambiaba las escenas que se rodarían al día siguiente. Las actrices me daban nuevas ideas y llegaba al plató cada mañana con cambios basados en su trabajo. Puede decirse que ELLAS es una entidad femenina construida por todas las mujeres que colaboraron muy de cerca.


P: Una vez el rodaje terminado, ¿fue decisivo el montaje?

Malgoska Szumowska: Por la forma en que trabajo, el montaje siempre es crucial en mis películas. Hice muchos documentales antes de pasar a la ficción y he mantenido la costumbre de dar mucha importancia al montaje en el proceso creativo. Me importan los gestos espontáneos que comunican con exactitud pequeñas emociones. Me esfuerzo en comunicar la intimidad.


P: ¿Se describirían como feministas?

Malgoska Szumowska: Me considero una feminista nata. Soy una mujer independiente y fuerte que siempre ha trabajado sin preguntarse si se trataba de una profesión masculina o femenina. Pero no formo parte de un movimiento feminista polaco por la simple razón de que nunca me afilio a un movimiento político. Es posible que ELLAS desagrade a algunos hombres porque les muestra bajo un prisma que no les gusta. Es posible que los hombres sepan que, a través de la prostitución, explotan a las mujeres, pero nunca se les ha ocurrido que pueden ser explotados por la prostitución. Si es una película feminista, no fue mi intención inicial ya que no soy militante.

Tine Byrckel: Creo que el lado "femenino" siempre implica la idea de dar sin recibir nada a cambio. Pero esta idea ya no tiene cabida en un mundo donde se da un precio, se cuenta y se mide todo. Quizá debamos considerar la posibilidad de que las mujeres no tienen por qué defender una feminidad que roza lo sagrado. Por eso creo que la imagen de la sufrida y maltratada prostituta es el último bastión inconsciente contra el enfoque calculador. Si no sufren, la idea de que se venden se hace realmente insoportable. Algo cambia dramáticamente. Se crea un malestar que se despliega literalmente en el cuerpo de la prostituta, pero que tiene que ver con todos nosotros. Los fenómenos sociales siempre dejan su marca en los cuerpos de las mujeres. A mi modo de ver, intentar prohibir la prostitución es una ilusión que sirve para protegernos de nosotros mismos, sin tocar el verdadero problema. Nos sentimos amenazados por el hecho de que "todo" está en venta. Pero no es el problema de las prostitutas, sino de la sociedad en su conjunto. Si queremos que la sexualidad sea sagrada, ¡adelante! Pero todos deberán tener acceso a una educación superior gratuita. Si no ofrecemos soluciones, dejemos de juzgar la prostitución. Algunas personas, gracias a su posición social, no necesitan prostituirse para tener lo que desean.


P: ¿La película la ha cambiado?

Malgoska Szumowska: De todas las películas que he rodado, es la que más me ha transformado, aunque todas han cambiado algo en mi vida. ELLAS me ha hecho compartir la intimidad de las mujeres, reflejar su soledad. En cierto modo, la película me ha hecho ser mujer.


Malgoska Szumowska (biografía de la directora)
Nació en Cracovia el 26 de marzo de 1973. Se licenció en la Escuela de Cine de Lodz y estudió Historia del Arte. Su primer corto, "Cisza" (Silencio), fue galardonado con numerosos premios internacionales, y "Siedem lekcji milosci" (Ascensión), su segundo corto, fue presentado en la sección Cinefoundation del Festival de Cannes 1999.

Asimismo, ha realizado y producido varios documentales. A los 25 años dirigió su primer largo, Szczesliwy czlowiek (Un hombre feliz), premiado en el Festival de Tesalónica y muy aplaudido en el Festival de Sundance. Fue incluida en la lista de "Los 10 mejores directores europeos" de Variety.

Su segunda película, Ono (Extraño), fue seleccionada por el Festival de Sundance y para la sección Panorama del Festival de Berlín.

En 2005 empezó a trabajar con Zentropa como directora y productora del segmento "Crossroads", de la serie "Visions of Europe". En 2008, su tercera película, 33 sceny z zycia (33 escenas de vida), fue galardonada con el Leopardo de Plata en el Festival de Locarno y seleccionada por la Academia Polaca de Cine.

El guión de su cuarto largometraje, ELLAS, fue presentado en la Sección L’Atelier del Festival de Cannes 2009.

Actualmente prepara una nueva película titulada Nowhere.


Una entrevista con Juliette Binoche

P: ¿Cuál fue su reacción inicial cuando leyó el guión de ELLAS?

R: Me di cuenta inmediatamente de la inteligencia con que se había desarrollado el tema, utilizando un enfoque valiente y nada simplista. La película no acusa a nadie, simplemente cuestiona. Nos permite ver los insidiosos cambios de una sociedad que influye en nuestro modo de ser y en nuestro modo de pensar. La prostitución es rentable, no requiere mucho tiempo, ofrece una cierta comodidad económica y permite sentirse parte de la sociedad de consumo. Estamos acostumbrados a ver anuncios en las calles y en las revistas de chicas casi pubescentes rodeadas de todo tipo de lujos adoptando poses que rozan lo pornográfico. Con el tiempo, estos anuncios nos llevan a creer que la juventud, el lujo y el sexo quedan bien y que tampoco es para tanto.


P: ¿Cómo fue su primer encuentro con Malgoska?

R: Slawomir Idziak, el director de fotografía de Azul, de Kieslowski, me había dicho que estaba entre las mejores directoras de su generación. Me gustó el guión, tenía ganas de conocerla. Me intrigó, era divertida, pero muy cautelosa. Me dijo que no funcionaría porque teníamos personalidades demasiado fuertes.


P: Entonces, ¿fue una relación difícil?

R: Para nada. Hubo respeto y comprensión desde el principio. Sentí que había algo de ella en la película que debía salir a la luz. Fue un nacimiento artístico, emocional e intelectual.


P: La estructura de la película no es habitual. Al interpretar a la periodista que entrevista a las dos chicas, ¿se convirtió en el alter ego de Malgoska?

R: No se trata de ella, sino de las preguntas que plantea. ¿Qué es una mujer? ¿Cómo es su sexualidad? ¿Cuáles son sus miedos, sus juicios? ¿Qué es la prostitución? ¿El placer? ¿La juventud? ¿Qué la excita? ¿Qué representa estar casada? ¿Qué es avergonzarse? ¿Qué es estar atrapada? ¿Sorprendida? ¿Qué es ser una madre? ¿Una periodista? La directora explora estas preguntas a través de mi personaje, me convierto en su cómplice, su inspiración, su hermana, su sombra, su documentalista, su escultura en circunstancia ideales.


P: Es la actriz francesa que más premios internacionales ha recibido. ¿Está en un punto de su carrera donde quiere arriesgarse más?

R: Arriesgarme me intoxica, me estimula, me hace perder el norte. Es necesario arriesgarse para no dormirse en los laureles, y abrirse a experiencias pertinentes y nuevas. Una actriz debe arriesgarse y exponer sus sentimientos más profundos para despertar su alma, enfrentarla a material nuevo. El riesgo reside en la repetición, en estancarse en certezas. Por suerte, no se nos ve por nosotras, la mirada del público va más allá. Si fuera así, preferiría esconderme.


P: Su personaje se divierte, se sorprende, incluso se escandaliza ante las respuestas de las chicas.

R: ¿Cómo no sentirse fascinada, horrorizada, envidiosa de la aparente libertad de la juventud, de su elección? Durante las entrevistas, aparece la conciencia. Pueden verse como monstruos, pero también como dos chicas asustadas. La soledad de las dos estudiantes y la soledad de la madre no están tan alejadas.


P: Hay un acercamiento entre la periodista y las chicas, ¿fue así entre las tres actrices?

R: Desde luego, pero de forma diferente. Anaïs es una joven estrella del cine francés. Es sensible, inteligente. Joanna transmite sobre todo un gran deseo de libertad, un lado indomable que puede aparecer en cualquier momento. Se nota que lo da todo cuando interpreta. Las dos tenemos algo en común, nos gusta morirnos de risa.


P: El trabajo de Malgoska con la intimidad va muy lejos, ¿se resintió su intimidad durante el rodaje?

R: No. Voy hasta donde puedo llegar con el corazón, el sudor, las entrañas, la intuición, y solo me siento satisfecha si tengo la sensación de haber hecho bien mi trabajo. No me pesa no salir maravillosa en algunas escenas porque son necesarias.


P: ¿Es inevitable usar la palabra "feminismo" al describir ELLAS?

R: Hablar de las mujeres, de lo femenino, de la intimidad, no es ser feminista. En mi opinión, la palabra "feminismo" es inadecuada. Entiendo que algunas personas la usen porque es un tema que puede incomodar. Ver a una joven estudiante vender su cuerpo por dinero no es trivial. Es un tema tabú. La película no intenta moralizar ni defender. Simplemente mira el uso que se hace del cuerpo e ilumina una situación inducida por la sociedad; es el deseo de vender, de sorprender, de influenciar y de mostrar el cuerpo como un objeto negando así la existencia de la persona. El amor en todas sus formas puede llevarnos a las situaciones más terribles y también a las más maravillosas. La verdadera libertad reside en escoger.


La prensa ha dicho
Elle ****
Una película apasionante. Juliette Binoche se supera a sí misma, y Anaïs Demoustier confirma su talento haciendo de joven prostituta.

Excessif ****
Una toma de conciencia dolorosa que se siente de forma cortante en la interpretación de Juliette Binoche, cuyo abandono conmueve profundamente. Filmada con una brutal delicadeza.

TéleCinéObs ****
Al vivir relaciones tan íntimas como si fueran una liberación, salen del patrón habitual.

Télérama ****
La realizadora polaca Malgoska Szumowska ataca el trillado tema de la prostitución con sorprendente aplomo. Con su estilo de filmación, vuelve a encontrar la intensidad del cine "en directo".

Ecran Large ***
Se enfrenta con frescura a un tema particularmente espinoso.

Le Point ***
Una interpretación vibrante, una zambullida en aguas turbias, una bella película, inesperada y oscura.

Libération ***
La sumisión voluntaria es el tema principal que recorre una película profundamente feminista.