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  Noé  (Noah)
  Dirigida por Darren Aronofsky
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"El público puede contar con todos los grandes momentos de la historia de Noé... el Arca, los animales, los Nefilim, el primer arco iris, la paloma. Pero espero haberlas reflejado de una manera nueva e inesperada. En vez de repetir lo ya visto con anterioridad, repasamos meticulosamente lo que está escrito en el Génesis, y luego creamos un escenario en donde sintiéramos que esos milagros podrían suceder". -- Darren Aronofsky

Dirigida por Darren Aronofsky a partir de un guión escrito por Aronofsky y Ari Handel ("La fuente de la vida"). Los productores son Scott Franklin ("Cisne negro", "El luchador"), Mary Parent ("Pacific Rim"), y Arnon Milchan, Ari Handel y Chris Brigham ("Origen", "Shutter Island") son los productores ejecutivos.

Junto a Crowe ("Gladiator", "Una mente maravillosa", "Los miserables"), en el reparto están la oscarizada Jennifer Connelly ("Una mente maravillosa", "Requiem por un sueño"), Ray Winstone ("Infiltrados", "Hugo"), Emma Watson ("Harry Potter y las reliquias de la muerte", "Mi semana con Marilyn"), Logan Lerman ("Percy Jackson y el ladrón del rayo"), Douglas Booth (la serie de televisión "Grandes esperanzas", la película de inminente estreno "Romeo y Julieta"), Dakota Goyo ("Thor") y el oscarizado Anthony Hopkins ("El silencio de los corderos").

En el equipo técnico de la película están el director de fotografía Matthew Libatique ("Cisne negro", "Iron Man"), el director artístico Mark Friedberg ("El increíble Spider-Man 2", "Nueva York en escena"), el diseñador de vestuario Michael Wilkinson ("El hombre de acero", "La gran estafa americana") y el compositor Clint Mansell ("Cisne negro", "El luchador").


Noé en el cine
Toda la historia de Noé y el Arca que se le encomienda fabricar antes de que la Tierra sea anegada ocupa solamente unas pocas páginas en el Libro del Génesis. Pero esos pocos párrafos han causado un impacto profundo y duradero en miles de millones de personas de todo el mundo, evocando tanto lo más profundo de la maldad como lo más elevado de la fe, y manteniendo la esperanza en la redención tras la catástrofe.

No obstante, desde el principio de la historia del cine, la mayoría de las descripciones cinematográficas de esta historia fundamental han sido parodias, comedias o películas de animación, como reflejo de una cultura popular en la que el Arca es vista principalmente en las tiendas de juguetes. La historia fue llevada al cine por primera vez en la película de 1928 "El arca de Noé", que mezclaba una breve recreación de la inundación bíblica al estilo de Hollywood con un drama de la Primera Guerra Mundial. Desde entonces, ha habido cortos de Disney, dibujos animados y diversas variaciones sobre la faceta cómica, pero por extraño que parezca, nunca antes se había intentado plasmar la historia de Noé como una aventura visual a gran escala que diera vida a las páginas de la Biblia, ni tampoco había abordado directamente ningún cineasta sus temas centrales de lo que significa el ser humano.

"Hay versiones en clave de comedia, hay versiones en animación, e incluso hubo una versión para Broadway con Danny Kaye que era un musical", dice el director y co-guionista de "Noé", Darren Aronofsky. "Históricamente, su enfoque ha estado siempre orientado hacia el folklore, el humor y las historias para niños. Pero si uno se fija en el lugar que ocupa la historia en el Génesis, hay mucho más que animales entrando por parejas. Se trata de la historia de diez generaciones de hombres malvados que alcanza su clímax cuando llega un momento en que Dios decide que quiere rehacerlo todo. Para mí, se trata de la primera historia sobre el fin del mundo".

También la pareció una historia que finalmente iba a poder ser narrada de una forma visceral mediante las técnicas cinematográficas del siglo XXI, respetando a la vez la fuerza indeleble del texto bíblico. Dice: "No quería seguir ciñéndome a los clichés preconcebidos de la cultura popular que ya tenemos… quería que este Noé pareciese fresco, inmediato y real".

La fascinación de Aronofsky por Noé comenzó cuando tenía 13 años: al escribir un poema sobre Noé para la escuela. Fue después, al comenzar su carrera cinematográfica, cuando empezó imaginar la manera de dar vida a esta colosal historia antigua en la moderna pantalla cinematográfica. Sabía que iba a ser el mayor reto de su carrera, un largometraje tremendamente ambicioso que requeriría tanto pasión como meticulosidad en los detalles. Al mismo tiempo, se sentía profundamente atraído por el aspecto personal de la épica historia, la de la familia de Noé, queriendo investigar sus miedos y esperanzas, sus conflictos y su búsqueda de respuestas en medio de todos aquellos extraordinarios acontecimientos.

"Al ser la historia del primer Apocalipsis, me resultaba enormemente interesante imaginar como podría sobrevivir a eso una familia", dice el director.

Eso se convirtió en el punto de partida de un proceso de escritura que iba a meter a Aronofsky y al co-guionista y productor ejecutivo Ari Handel de cabeza en lo desconocido. Puesto que el texto del Génesis es breve, no contiene prácticamente ningún diálogo y ofrece pocas pistas acerca de los sentimientos de Noé respecto de la inminente inundación, consultaron una ingente cantidad de fuentes religiosas, históricas y eruditas para entender mejor la época de Noé y la relevancia de sus acciones. No se propusieron atenerse literalmente a los escritos, centrándose por el contrario en dramatizar lo que ellos consideraban como los temas esenciales de la historia de Noé e investigando las cuestiones que planteaba la narración bíblica.


El enfoque para Noé
Aronofsky ha sido siempre un director atraído por las historias de más largo alcance y los formatos narrativos más atrevidos. Desde la odisea matemática de su primera película, "Pi", hasta la agridulce búsqueda de la reconciliación de "El luchador", pasando por el intenso thriller sobre el mundo del ballet de "Cisne negro", se ha hecho famoso tanto por su innovador enfoque visual como por su disposición para profundizar en unos temas tan fértiles como la mortalidad, el amor y el significado de lo sagrado.

Handel dice que Aronofsky era también el único director al que podía imaginar asumiendo los riesgos visuales de meter a los espectadores en un mundo antiguo y bajo el influjo tanto de un caos turbulento como de una presencia divina. "Darren era el director adecuado porque los retos visuales de "Noé" son formidables, así que hacía falta alguien cuya destreza visual fuera igualmente formidable. Pero además se necesitaba a alguien que pudiera combinar esa majestuosidad visual con la intensidad emocional, y Darren posee esa combinación única", comenta.

Teniendo presente la destreza visual de Aronofsky, el guión no se basó en la escala, ni en la acción…ni en lo inesperado. "Queríamos aportarle la grandiosidad y la magnitud que se merece una historia tan importante", explica Handel, "pero, a la vez, sorprender también a la gente con algunos elementos que superen sus expectativas".

"Poe ejemplo", continúa Handel, "en el Génesis se le dice a Noé que construya un Arca y que meta adentro dos animales de cada especie. No hay ninguna descripción en absoluto de cómo llevó a cabo esa tarea. Pero a Darren se le ocurrió una manera cinematográficamente emocionante y dramática para hacer que Noé consiga los materiales para su Arca y para que busque y reúna representantes de todos los animales del planeta. Esas soluciones no aparecen en la Biblia, aunque tampoco la contradicen, pero nos pareció que tenían una cualidad milagrosa que encajaba con el espíritu de la historia".

Al mismo tiempo, Aronofsky dice que le interesaba algo más que la mera escala épica de la historia. "Lo que hicimos fue comenzar con el texto real del Génesis, y luego ampliarlo y convertirlo en un drama familiar".

"En realidad, se saben muy pocas cosas explicitas sobre muchos aspectos de la historia de Noé. Noé no pronuncia ni una sola palabra hasta que sale del Arca", dice Handel, "así que todo lo que pensaron e hicieron esos personajes estaba abierto a cualquier interpretación. Pero si uno se fija bien en el texto, existen algunas pistas. Por ejemplo, el que Noé se emborrache tras llegar al Nuevo Mundo. Eso no se explica en el Génesis, pero a nosotros nos pareció una información acerca del carácter de Noé que queríamos investigar e intentar comprender. ¿Qué clase de tensiones y dificultades debió experimentar para que, incluso después de haber logrado cumplir su misión, necesitara recurrir a la bebida? ¿Cómo conciliar la descripción de Noé como un ‘hombre justo’ que luego, borracho y desnudo, maldice a una rama de sus descendientes y los condena a la esclavitud eterna?"

"O pensar", continúa Handel, "en la que quizás sea la parte más dolorosa de la historia del Génesis: un Creador que decide que debe destruir la mayor parte de su propia Creación, si no toda. Seguramente habría niños entre los que iban a ser ahogados por la inundación, ¿no? Y también seguramente habría muchos animales inocentes aparte de las parejas. Si así fuera, el diluvio debió ser para crear un lienzo en blanco a pesar de esas pérdidas, algo que debe ser doloroso para un Creador justo y que ama a su Creación. ¿Cómo dramatizar ese dolor a un nivel humano con el que todos nos pudiéramos identificar? Nuestro mayor reto consistía en averiguar como investigar todas esas cuestiones de una manera convincente y cinematográfica, manteniéndonos al mismo tiempo fieles a lo que se dice en el Génesis".

En el núcleo de su guión estaba la increíble resolución de Noé, y sus muy humanos intentos de perseverar, frente a lo que parece ser una misión abrumadora. Cuando Dios le advierte de la calamidad y le ordena salvar a los animales, Noé lo hace con una fe inquebrantable, y sin nada del descreimiento que se podría esperar.

"En muchas de las películas actuales, si un personaje dice que ha visto visiones o ha escuchado voces, de primeras la gente va a dudar de su cordura. Pero a Darren y a mí nos pareció que era una forma moderna de pensar", explica Handel. "Noé vive en una época histórica en la que su abuelo estaba vivo cuando vivía Adán, y Adán había caminado ciertamente junto a Dios, así que Noé no tiene ningún problema en creer lo que Dios le dice. Pero las mayores preguntas para Noé son, primero, cómo puede estar seguro de haber comprendido plenamente lo que se le ha pedido que haga, y segundo, cómo puede llevarlo a cabo".

Simplemente imaginar las características del mundo de Noé (descrito en la Biblia como la época tumultuosa y pecaminosa entre la Caída del Hombre y la llegada del Diluvio Universal) era una ardua tarea. Hay ciertas referencias bíblicas acerca de una época de una maldad feroz y de unos angélicos "gigantes en la tierra", pero las alusiones de los eruditos son escasas.

"Sabemos algunas cosas acerca de Egipto, sabemos algunas cosas acerca de la antigua Judea, pero se sabe mucho menos acerca de cómo era el mundo antediluviano", observa Aronofsky, "Decidimos no eludir eso, sino asumir que se trataba de un mundo muy diferente del nuestro".

Además del Génesis, Aronofsky y Handel consultaron otros textos, como los Pergaminos del Mar Muerto, el Libro de Enoch (una obra atribuida al bisabuelo de Noé) y el Libro del Jubileo, así como análisis históricos y modernos de teólogos e historiadores. Sin embargo, fueron siempre conscientes de que tendrían que dar un atrevido salto para pasar de esa investigación a plasmar el mundo de Noé en la pantalla de una manera que sedujera a espectadores de todas clases. Los riesgos estaban claros, pero también lo estaba su compromiso para acercar a la gente a la inspiración de la historia.

Resume Handel: "Cuando nos dispusimos a contar la historia de Noé, sabíamos que iba a ser imponente, porque la historia es muy importante a muchos niveles para muchas personas. Pero nos decidimos a hacerla por esas mismas razones, porque es una historia increíblemente potente que quiere decir algo muy profundo y fundamental".

Añade Aronofsky: "Creo que a la gente le hará mucha ilusión que le recuerden lo maravillosas que son estas historias, así que me concentré mucho en conseguir que la película llegara por igual a creyentes y no creyentes".

Para el productor Scott Franklin, quien ha trabajado con Aronofsky en todas sus películas, la mezcla de los temas intemporales de Noé con la naturaleza aventurera del estilo de Aronofsky prometía una película técnicamente apasionante y a la vez profundamente gratificante.

"La película tiene muchas facetas", dice Franklin. "Su objetivo es ser fiel al texto tal y como lo conocemos, pero le añade algunos detalles con un contexto imaginativo. Ciertamente, hay un gran componente de efectos visuales. Pero creo que el núcleo y la esencia de esta película es el original punto de vista de Aronofsky acerca de la historia de Noé como un gran drama familiar. Le aportó una gran pasión personal a este material".

La productora Mary Parent, quien ha producido recientemente la película de Guillermo Del Toro "Pacific Rim", se sintió igualmente ilusionada con el enfoque de Aronofsky. "Darren ha creado algo que refleja la auténtica esencia de la historia bíblica pero que al mismo tiempo le permite ser el narrador tan moderno que es", observa. "En el lenguaje visual de la película, se van a ver un montón de signos contemporáneos, y sin embargo el resultado es algo clásico y épico. Hace que las interpretaciones, el nivel de la realización y la pura acción y aventura le transporten a uno a ese mundo".

Y continúa: "Creo que una de las cosas que hacen que Darren sea un gran cineasta es su capacidad para llevarnos al límite, para llevarnos hasta el extremo, y en este caso, para meternos en los apuros de Noé. Al mismo tiempo, Darren cuenta una historia increíblemente sincera. Esas cosas normalmente no suelen ir juntas".


Retratando a Noé
Cuando los productores empezaron a hablar de quién podría hacerse cargo de la historia de "Noé", rápidamente surgió un nombre: Russell Crowe. Ganador de un Óscar por "Gladiator", Crowe es solicitado a menudo para aportarle una humanidad sencilla a unos personajes imponentes. Pero interpretar a Noé iba a ser un desafío extremo incluso para sus estándares, en parte porque Noé nunca antes había sido visto en pantalla como un hombre de verdad, con matices e imperfecto, elegido por Dios para soportar el peso de la carga más enorme de la historia de la humanidad: garantizar la supervivencia de todos los seres vivos.

Dice Aronofsky: "Russell nos atrajo porque siempre es auténtico y muy, muy creíble. Independientemente de lo que se trate, uno nunca pone en cuestión si Russell se cree lo que está diciendo. Y por supuesto, la posibilidad de trabajar con alguien con semejante talento, semejante fuerza, me hacía muchísima ilusión, aunque solo fuera por ver lo que podíamos crear juntos".

Ari Handel se sintió satisfecho de tener un actor capaz de meterse directamente en la desmesurada figura del personaje. "Necesitábamos a alguien en la gran tradición de las épicas historias bíblicas y que tuviera esa dignidad", dice. "Russell es alguien del que uno cree que podría aguantar sin rechistar a lo largo de las tareas más hercúleas e imposibles. Uno nunca pone en duda su capacidad ni su fuerza, pero en sus ojos se observa una compasión subyacente".

Para conseguir contratarle, Aronofsky le hizo una promesa a Crowe: nunca se le filmaría según el viejo cliché con una pareja de jirafas detrás de él. Pero una vez que hubo comenzado su proceso de documentación, Crowe descubrió que intentar meterse dentro de Noé desde una perspectiva moderna era totalmente fascinante. "Uno empieza con todas esas nociones preconcebidas acerca de Noé, pero cuando uno empieza a descifrar cómo debió haber sido el mundo en su época, resulta muy atractivo", dice.

El mayor reto para Crowe era entender cómo iba un hombre a enfrentarse emocional y moralmente con una llamada a la acción tan urgente pero difusa por parte del Creador. "Noé solamente comienza a entender la misión a la que se enfrenta mediante una especie de deducción, porque no recibe mucha información directamente", explica Crowe. "Lo que sí que entiende es que tiene que cuidar de todos los animales, pero no tiene ninguna información en absoluto acerca de cómo abordar la cuestión humana, así que tiene que imaginarse muchas cosas. Una de las cosas más geniales de él es que no creo que piense que haya algo honorable en ese trabajo. De hecho, piensa que es el peor trabajo que podría haberle encomendado el Creador. Pero hará cualquier cosa que esté en su mano para terminarlo".

Trabajar con Aronofsky fue un importante atractivo para Crowe desde el principio. "Me parecía que nunca terminábamos el día sin haber captado algo realmente fantástico", dice el actor. "Es intenso porque quiere hacer muchas cosas, pero eso es estupendo porque uno sabe que siempre está buscando algo. Y además hay otra cosa: nunca deja de dirigir. Incluso en las noches más largas, frías y duras, nunca deja de hablar de lo que se está sacando adelante, lo que supongo que explica perfectamente por qué hace el tipo de películas que hace. Está siempre metiendo a la gente en lugares y experiencias que no son corrientes ni típicos. Y espero que esta película también lo consiga".

Junto a Crowe e interpretando a la mujer de Noé está Jennifer Connelly, ganadora del Óscar por "Una mente maravillosa", película que protagonizó junto a Crowe. Connelly recibió también numerosos premios por su trabajo con Aronofsky en "Réquiem por un sueño".

A la mujer de Noé no se la menciona en la Biblia, pero Aronofsky y Handel querían investigar más profundamente su experiencia en la película y le dieron el nombre que se le atribuye en algunos textos judíos, "Naamé". "Según el Génesis, no se sabe realmente lo que hace o piensa la mujer de Noé, pero para nosotros era importante que fuera una parte sustancial de los acontecimientos", dice Handel. "la describimos como una mujer que intenta mantener unida a su familia, incluso aunque estén bajo la tremenda presión de lo que tienen que hacer por el mundo. Jennifer le aportó a Naamé una fuerza moral, pues incluso mientras ayuda a Noé a seguir su llamada, se concentra en lo que está bien, y en si los humanos merecen compasión o no".

Connelly dice que sintió muy ilusionada por volver a trabajar con Aronofsky. "Para mí fue increíble verle al frente de una película de tan épicas proporciones, y que es un trabajo muy distinto de la película que hicimos antes", dice. "Esta es una historia que a Darren la apasionaba contar desde hacía mucho tiempo, así que para mí fue muy emocionante ver cómo le daba vida. Como cineasta, es muy innovador y sorprendente a nivel visual, pero al mismo tiempo se centra mucho en las interpretaciones y es muy sensible a la forma de trabajar de los actores".

Con tan poca cosa en que basarse para interpretar a Naamé, Connelly realizó todo el trabajo de documentación que pudo acerca de las vidas, envueltas en el misterio, de las mujeres de la historia antigua, buscando crear una sensación de auténtica realidad. "El Génesis no dice mucho acerca de mi personaje, pero Darren la describió como una esposa leal y una madre entregada que es tanto muy fuerte a nivel emocional como también virtuosa. Sentía mucha curiosidad acerca de cuál podría haber sido su aportación a la familia, así que investigué lo que tenían que decir los arqueólogos, lo que tenia que decir la Biblia, e incorporando todo eso, se convirtió en alguien más diligente. Tanto emocional como físicamente, es una mujer muy capaz".

También encontró inspiración en el Libro de los Proverbios 31, que habla de una esposa virtuosa que "tiene mucho más valor que los rubíes", y que "hace gala de una gran fuerza" y sin embargo "tiende sus brazos a los necesitados". Connolly comenta: "Creo que Naamé encarna realmente todo lo que se dice en Proverbios 31, no solamente por la manera en que apoya a Noé, sino por su fuerza, diligencia, sabiduría y modestia. Creo que en ese sentido es un personaje muy impresionante".

Para Crowe, volver a trabajar con Connelly le aportó una profundidad orgánica al vínculo conyugal entre Noé y Naamé. "No me daba cuenta de lo detallada y compleja que iba a ser mi relación con Jennifer a causa de lo que habíamos experimentado antes", dice. "No nos habíamos visto mucho desde que hicimos juntos "Una mente maravillosa", pero algo de aquella primera experiencia nos proporcionó un punto de partida mejor para encontrar una conexión profunda".

Aronfosky se sintió satisfecho de que Connlley le dedicara tanta reflexión y consideración a la experiencia de Naamé. "Jennifer ha sido una de mis mejores elecciones para la película, porque realmente fue capaz de ampliar su personaje y hacer que toda la historia sea más rica", dice.


El resto del reparto de Noé
En el reparto de "Noé" hay una mezcla de laureados veteranos y de jóvenes estrellas emergentes que le aportan toques de humanidad adicionales al emocionante espectáculo. Para el papel de Matusalén (mencionado solamente en un pasaje de la Biblia como miembro del linaje que vincula a Adán con Noé y como el hombre más longevo de su época), los realizadores contrataron al oscarizado Anthony Hopkins.

"Veíamos a Matusalén como una especie de mentor para Noé, así que necesitábamos a alguien sabio y con credibilidad pero también con un poco de picardía y de vivacidad", dice Handel. "Pero consigue más que eso. Según una leyenda judía, Matusalén tenía una espada grabada con los múltiples nombres de Dios con la que aniquiló a 10.000 demonios, y nosotros queríamos que nuestro Matusalén tuviera esa clase de poder".

Añade Aronofsky: "Encontrar a alguien para que interprete a Matusalén es casi imposible, porque hay que encontrar a alguien que pueda interpretar al hombre más viejo del mundo de una forma interesante. Así que cuando se incorporó Tony Hopkins fue increíblemente emocionante para todos nosotros. Fue capaz de darle solidez al personaje porque es un actor enorme".

En el papel de Tubal Caín, archienemigo de Noé y descendiente del famoso Caín que mató a Abel, está Ray Winstone, el actor inglés conocido por sus papeles en las películas de Martin Scorsese "Infiltrados" y "Hugo". Aunque se le menciona en el Libro del Génesis, Tubal Caín no aparece como parte de la historia de Noé, pero Aronofsky y Handel le incluyeron en el guión por una razón muy concreta. "Se trata de un tipo que es un descendiente de Caín, el primer asesino, y al que se describe en la Biblia como forjador de armas", explica Handel. "Parecía la persona adecuada para ejercer como líder de los descendientes de Caín, representando la maldad y la corrupción del hombre".

Winstone fue su principal elección desde el principio. "Teníamos que contratar a alguien que pudiera hacernos creer que es capaz de darle una patada en el culo a Russell Crowe", bromea Aronofsky. "Y es un tipo grande y duro que está realmente a la altura de Russell. Mantienen un gran pulso y una gran confrontación".

Según su enfoque, Winstone percibía a Tubal Caín como un hombre con defectos pero perspicaz, y decidido a sobrevivir cueste lo que cueste. "Creo que no consideraba a Tubal Caín como el malo, sino como alguien muy humano", dice Winstone. "Tiene su propio y muy marcado punto de vista".

Winstone continúa: ""Creo que está atormentado porque el Creador no le habla a él, es como un niño al que se da de lado. Hay mucha envidia entre él y Noé, y también una cierta tristeza. Creo que es un hombre que, desde una edad muy temprana, ha sido un guerrero que lucha por la tierra, que lucha por los minerales, que lucha por la comida, y ha llegado a un punto en el que se pregunta: ‘¿Qué he hecho con mi vida?’"

Mary Parent se sintió impresionada por la complejidad de Winstone. "Tubal Caín es como la viva imagen de todo lo que ha hecho que Dios se pregunte hacia dónde va el hombre. Hay un momento increíble en la película en que incluso empieza a compararse a sí mismo con Dios, y lo lleva hasta el nivel de la arrogancia. Sin embargo, al mismo tiempo, Ray le aporta vulnerabilidad, así que uno se identifica con Tubal Caín, y vemos que desde su punto de vista, lo que hace tiene sentido. Mientras que Noé respeta a toda la Creación, Tubal Caín lo ve todo como si fuera de su propiedad".

Los hijos de Noé (Sem, Cam y Jafet), que van a engendrar una nueva generación en el mundo, están interpretados por tres actores en fulgurante ascensión. Logan Lerman, quien ha recibido magníficas críticas por su trabajo en "Percy Jackson y el ladrón del rayo" y "Las ventajas de ser un marginado", interpreta a Cam; el galán británico Douglas Booth, quien recibió numerosos premios como Pip en la serie de la BBC "Grandes esperanzas", interpreta a Sem; e interpretando a Jafet está el recién llegado Leo Carroll.

Aunque la Biblia no dice la edad exacta de los hijos de Noé, se cree que debían tener un poco más de 100 años. "En una época en la que los hombres viven 900 años, ¿cuán viejo sería un tipo con 100 años, o con 500 años? Noé tuvo hijos a los 500 años de edad, construyó el Arca a los 600, y murió a los 950", explica Aronofsky. "Así que en nuestra historia, cuando Noé está construyendo el Arca, ¿debería tener un aspecto como tú y como yo si de alguna manera viviéramos hasta los 500 años, o debería tener el aspecto de alguien que ha vivido las 5/9 partes de su vida, o en otras palabras, el aspecto de un hombre de mediana edad? Y los hijos de Noé, que han vivido una décima parte de su vida natural, ¿qué aspecto tendrían? Lo que importa es que son relativamente jóvenes en comparación con su padre, y aún están aprendiendo su propio sentido de la hombría a través de su patriarca. Queríamos que la gente sintiera eso".

Aunque la perspectiva de ser los únicos humanos que sobreviven al diluvio le resulta difícil a Noé y Naamé, le resulta especialmente difícil de aceptar a su hijo mediano, Cam. "Es una cosa difícil de aceptar a cualquier edad, el hecho de que uno va a estar entre el puñado de personas que van a sobrevivir a la destrucción de la humanidad", dice Russell Crowe. "Pero si además hablamos de persona jóvenes en la plenitud de su vida, que sienten que no van a poder experimentar lo que han experimentado sus padres, seguro que va a haber momentos de rebelión".

Cam sí que tiene su momento de rebelión, pero Leman veía a su personaje como motivado por la esperanza. "Técnicamente, es el niño malo, porque pone en cuestión lo que dice su padre", dice Leman. "Pero creo que también es un chaval que busca a alguien de quien enamorarse".

Para encontrar a Jafet, el hijo pequeño de 10 años de Noé, los realizadores realizaron pruebas en todos los Estados Unidos. Al final, se produjo el descubrimiento de Leo Carroll en Chicago. "No se pueden encontrar muchos actores jóvenes capaces de encajar en una familia junto a Russell Crowe y Jennifer Connelly", bromea Scott Franklin. "Pero Leo tiene una capacidad natural y grandes dotes dramáticas. Dejó impresionado a Russell desde la primera vez que estuvieron juntos ante la cámara".

Booth describe a Sem como el hijo aparentemente más dubitativo de Noé. "Sem es realmente hijo de su padre durante toda la película, hasta un momento crucial", observa el actor.

Pero incluso para Sem, el futuro al que les conduce su padre es terrorífico, y Booth intentaba imaginarse cómo sería verse realmente en esa posición. "Imagínate que vayas a ser parte de la última familia del planeta y que todos los demás vayan a morir", dice. "Es una cosa tremenda, y me encanta la forma en que Darren lo ha plasmado de una manera muy personal".

Ari Handel sigue explicando: "La Biblia dice que Noé, sus hijos y las esposas de sus hijos montaron en el arca. Y eso es exactamente lo que ocurre en la película, aunque sucede de una forma sorprendente e inesperada. Hacia el final de la película, queda claro que hay 3 hijos y 3 esposas y que todos ellos estaban en el arca. Pero utilizamos la forma en la que se presentan esas esposas, y la inseguridad que eso genera, como un medio para dramatizar la cuestión de si la humanidad es malvada o buena, si merece justicia o compasión, si debería ser exterminada o ser preservada, las cuestiones que nos parecía que estaban en el núcleo de la historia de Noé".

También como parte de la familia de Noé está Ila, una huérfana a la que Noé adopta tras encontrarla casi muerta en un campamento de refugiados, creando un vínculo extraordinario con ella a medida que va creciendo y haciéndose mujer. Asumiendo ese papel en un nuevo giro está Emma Watson, famosa por su papel de Hermione Granger en la serie de películas de "Harry Potter", y que pasó a interpretar papeles más maduros en "Mi semana con Marilyn" y "Las ventajas de ser un marginado".

"Para Ila, buscábamos a alguien que tuviera la inocencia de una niña, pero que también pudiera sorprendernos con la fuerza de un adulto. Y Emma realmente le aportó eso", dice Handel.

"Ila es un catalizador de la historia", añade Parent. "Cuando crece, hay una historia de amor con Sem, pero el impacto que causa en Noé, y en concreto en su fe, es muy emocional".

Watson dice que el papel le hizo profundizar en zonas de la vida que resultaban nuevas para ella. "Pensé mucho en lo que significa para una mujer el ser capaz de tener una familia, y pensé mucho en la vida que ha convertido a Ila en la persona que es, el vivir en la pobreza y ser testigo de cosas muy lúgubres. Creo que eso hace que Ila se sienta muy unida a Noé, quien la salva y la hace formar parte de su familia, alimentando su deseo de tener su propia familia. En la película hay una sensación de generaciones, de familia, de las cosas pasadas, que resulta muy interesante".

Para Watson, el enfoque de Aronofsky sobre Noé era sorprendente pero también conmovedor. "Creo que cuando la mayoría de la gente piensa en la historia de Noé, solamente piensan en los animales agrupados por parejas. Pero la historia que contamos trata asimismo de lo que experimenta su familia, de las relaciones interpersonales entre Noé, su esposa y sus hijos. Así que, aunque se trata de una película épica con una escala asombrosa, también es íntima y sutil".


La producción construye un arca
Justo antes de empezar "Noé", Darren Aronofsky tomó una decisión clave: construiría un Arca auténtica partiendo desde cero, ateniéndose a las medidas e instrucciones más auténticas de lo que Noé construyó según los escritos. Sabia que un Arca generada por ordenador sería mucho más fácil, pero a Aronofsky le pareció que nunca podría ofrecerle al público la emoción de experimentar la enormidad del proyecto de Noé, lo chocante que debía resultar el Arca para la población local y la precariedad de su proyecto, aunque Noé estuviera firmemente decidido.

La sensacional Arca que se ve en "Noé" quizás sorprenda a mucha gente que está más acostumbrada a verla descrita como un barco rudimentario. Sin embargo, el concienzudo trabajo de documentación de Aronofsky sobre la Biblia le llevó en otra dirección. "Nuestra idea era ceñirnos siempre a lo que se dice en la Biblia, que básicamente habla de un rectángulo, una caja", explica Aronofsky. El relato del Génesis proporcionaba instrucciones detalladas acerca de las dimensiones del Arca, es uno de los pocos puntos del texto donde se dan unas indicaciones increíblemente claras. Aronofsky se ciñó estrechamente a ese texto, utilizándolo como un plano para la nave que aparece en la película. "Todos las interpretaciones que hemos visto en los últimos cien años han sido barcos, pero realísticamente, al Arca no le haría falta una quilla porque no iba a tener que navegar. Solamente tenía que sobrevivir al diluvio. Así que recurrimos a la Biblia, y lo construimos con la misma escala que se describe, que es de un tamaño realmente impresionante".

Durante siglos, se han realizado búsquedas para encontrar los restos del Arca en las montañas entre Turquía y Armenia, pero solamente se había intentado hacer un puñado de recreaciones a escala. Elaborar algo parecido a la auténtica arca resultaba educativo y que a la vez creaba un ambiente inimitable para los actores y el equipo técnico. "Los actores podían tocar sus paredes y subirse de verdad en ellas", observa Aronofsky. "Y todos aprendimos mucho viendo cómo se podía haber construido realmente un Arca".

Para diseñar y construir el Arca, Aronofsky colaboró estrechamente con el director artístico Mark Friedberg, recientemente ganador de un premio Emmy por la serie de HBO "Mildred Pierce". Friedberg comenzó el proceso más de un año antes que la producción, centrándose primero en las proporciones. "En el Génesis se establecen las dimensiones del Arca en 30 codos de altura por 50 codos de anchura y 300 codos de longitud", detalla. "Pero existen los codos venecianos y los codos egipcios, así que tuvimos que investigar a fondo en la historia para intentar averiguarlo".

El director artístico tenía presente que Noé no tuvo el lujo de disponer de tiempo para crear algo bello para la posteridad, más bien necesitaba algo que pudiera estar rápidamente en funcionamiento, aunque ese trabajo fuera sagrado. "la construcción del Arca se llevo a cabo con desesperación", observa Friedberg. "Así que no se trata de un trabajo de ebanistería, no es una nave elegante ni marinera. Es un objeto funcional. Sirve para que los animales se mantengan a flote mientras el mundo es inundado por las aguas. No necesita tener un timón porque, ¿adónde ir cuando el mundo está totalmente cubierto por el agua?".

Aunque la funcionalidad era clave, Aronofsky y Friedberg se inspiraron también en el arte, sobre todo en la visión cruda y apocalíptica del artista alemán Anselm Keifer, cuyas pinturas y esculturas simbolistas incorporan materiales como paja, cenizas y sal. "Kiefer me inspiró porque su obra trata acerca de la desesperación, la belleza y la brutalidad", recuerda Friedberg.

Tomando algunos apuntes de Keifer, Friedberg continúa: "A Darren y a mí nos parecía que la manufactura de este Arca tenía que ser muy tosca, robusta y artesanal, y que la madera no tenía que ser cortada sino partida y rota, y ligada con correas. Creo que eso es lo que le da su vitalidad al Arca, la sensación de que la catástrofe es inminente, y de que ese objeto es el resultado de gente trabajando deprisa, trabajando toscamente, para hacer lo posible por construir algo capaz de sobrevivir".

Solamente encontrar los materiales adecuados suponía un reto. En la Biblia, a Noé se le indica que utilice madera de gofer, un material desconocido para el hombre moderno. "No pudimos encontrar eso aquí en Long Island", dice Friedberg riendo. "Pero lo que más queríamos para este Arca era que estuviera hecha aparentemente de la madera del bosque donde se construyó. Así que utilizamos una estructura de acero y suelos de madera y luego creamos los grandes troncos para el arca esculpida con espuma".

Una vez completados los diseños, comenzó la construcción en el Planting Fields Arboretum State Park de Oyster Bay, en Long Island. En un campo de hierba utilizado normalmente como aparcamiento para eventos, el equipo erigió el Arca en cinco meses. El equipo de Friedberg, integrado por cientos de personas, construyó más de 50 metros, o alrededor de un tercio del Arca, mientras que el resto lo completó el equipo de efectos visuales en la post-producción. Mientras tanto, se construyó una segunda Arca en Brooklyn, en el edificio abandonado de Marcy Armory, un antiguo almacén para municiones de la Guardia Nacional, para escenas en interiores.

Durante la construcción, a Friedberg le entusiasmó incorporar a una pareja de artistas que ejercieron la otra gran influencia sobre el diseño del Arca, los hermanos Stam, los escultores afincados en Nueva York y que fueron los creadores de "Big Bambu", una compleja estructura formada por miles de tallos de bambú emplazada en el tejado del Metropolitan Museum of Art. En principio, Friedberg les llamó para ver si conocían a algún especialista en el trabajo con bambú para crear el andamiaje del Arca.

"En lugar de eso, se ofrecieron voluntarios", recuerda Friedberg. "Así que Doug y Mike Starn llegaron y construyeron ellos mismos una impresionante estructura de bambú de cinco pisos de altura. Le añadió mucha vida creativa a la película, y estéticamente, supone un estupendo contrapunto a la cualidad monolítica del Arca".

El interior del Arca se estructuró en tres niveles, tal y como se describe en el Génesis. "El nivel inferior es la cubierta más alta, la de los Mamíferos, para los mamuts, los elefantes, las jirafas y las bestias gigantes. Los reptiles y los insectos van en el nivel intermedio, que solamente tiene tres metros de altura, y en lo mas alto está la Cubierta de las Aves, de cuatro metros de altura, en donde va la familia junto con las aves", describe Friedberg.

En lugar de construir los tres niveles el uno al lado del otro, como se haría normalmente en un estudio, Aronofsky los hizo construir realmente uno encima del otro, para añadirle más dinamismo visual. "Nos permitía conectar visualmente los niveles, así que se podía ver a los personajes moviéndose arriba y abajo por los distintos niveles", explica Friedberg.

Más tarde, el director de fotografía Matthew Libatique, nominado al Óscar por su trabajo en "Cisne negro", aprovechó completamente la estructura de tres plantas, con su cámara a menudo moviéndose a través del Arca junto con los personajes.

Iluminar el interior del Arca fue otro dilema para los realizadores, pues el Génesis solamente alude a una ventana en toda esa enorme nave. Tras muchas deliberaciones, se tomó la decisión de construir una enorme caldera en el centro del Arca. "La caldera se convierte en la principal fuente de iluminación durante los cuarenta días y las cuarenta noches en que prácticamente ni se asoman al mundo exterior", dice Friedberg. "Así que la caldera nos da luz, les da calor a nuestros personajes y nos permite cortar la sección central del Arca, y así siempre se puede sentir la escala".

Cuando los actores y los miembros del equipo vieron lo que había creado Mark Friedberg, se quedaron con la boca abierta. "Daba igual que hubieran hecho ya cientos de películas, la gente nunca había visto nada igual. Su escala y su magnitud, y su originalidad, eran impresionantes", dice Handel.

Y añade Aronofsky: "Los detalles del interior eran aún más increíbles, porque habíamos construido las tres plantas del Arca. Era con gran diferencia el mayor escenario construido en Nueva York desde hace mucho tiempo, porque ciertamente ya no se construyen cosas así para las películas. Así que fue bastante emocionante".

Los actores se sintieron impresionados, y también transportados. "La primera vez que vi el Arca, fue toda una experiencia. Mark realizó un trabajo extraordinario", dice Russell Crowe.

Añade Douglas Booth: "Para nosotros, poder contar con ese escenario tan increíble fue algo sensacional. Darren quería que fuera crudo y visceral, y nosotros podíamos sentirlo, podíamos olerlo. Todo parecía de verdad".


Los animales del Arca
Mientras que el Arca era palpablemente real, los animales que la usan como refugio son una mezcla de magia digital y réplicas esculpidas, y todo para darle a los espectadores la sensación de una sobrecogedora vista de miles de animales subiendo a bordo. "Cuando se trabaja con animales vivos, uno se ve limitado a la clase de los que pueda conseguir, y es una responsabilidad tremenda cuidar de todos ellos", explica Aronofsky. "Tampoco quería que el Arca pareciera un zoológico moderno. Crear digitalmente a los animales nos proporcionaba una mayor libertad para mostrar la enorme variedad de todo el reino animal".

La elaboración de los animales comenzó con el trabajo de Adrien Morot, un artista del maquillaje para efectos especiales nominado al Óscar, quien llenó el estudio de réplicas a tamaño natural de reptiles, mamíferos y aves, a los que luego se proporcionó movimiento y respiración mediante el ordenador. "Adrien hizo un trabajo fenomenal creando esos animales", dice Mary Parent. "Parecía como si fueran a cobrar vida de un momento a otro".

Jennifer Connelly también se sintió impresionada cuando vio a los animales en el Arca recién construida. "Resultaba tan impresionante como cualquier museo de Historia Natural que yo haya visto", dice con una sonrisa.

Mientras tanto, el supervisor de efectos especiales Ben Snow, de Industrial Light & Magic ("Iron Man", "King Kong"), dirigía a un equipo que pasó meses mezclando la artesanía con el poder de la informática para elaborar la casa de fieras. El equipo de Snow colaboró con Aronofsky para representar a una amplia gama de especies, incluyendo varias que ya están extinguidas. "Crear cada animal, y algunas criaturas únicas que existieron en la época anterior al diluvio, ciertamente nos hizo subir el listón", dice Snow.

Una vez que los animales suben a bordo del Arca, se les hace dormir un largo sueño mediante una hierba especial para que permanezcan sanos y salvos durante el largo viaje. "Los problemas que podrían surgir con todos esos animales en un solo espacio son enormes", observa Ari Handel. "Pero mucha gente ha estado pensando en ello durante años, y hay una tradición en algunos comentarios de que a los animales se les inducía una especie de estupor para evitar que los leones devorasen a los corderos. Nosotros lo llevamos más lejos, de manera que cuando entran en el Arca se quedan dormidos, descansando hasta el momento en que puedan repoblar un Nuevo Mundo".


Ángeles caídos
El equipo de Snow también creó digitalmente a los Vigilantes, la visión creativa de Aronofsky de los gigantes Nefilim, de quienes se decía en el Génesis que habitaban en Canaán. "El diseño de los Vigilantes fue un gran reto", comenta Snow, "y eso que contábamos con algunos de los diseñadores más punteros del gremio, desde Aaron McBride de ILM a Aaron Simms en Los Ángeles. Desde el principio, Sam Messer, un escultor de Nueva York, nos proporcionó una base firme de lo que iban a ser".

Añade Aronofsky: "Los Nefilim son ángeles caídos a los que solamente se menciona en un párrafo de la Biblia. Los creamos como los Vigilantes, que tienen las voces de Frank Langella, Mark Margolis y Nick Nolte, y son unas criaturas increíbles como nuca antes se han visto".

Aunque los animales y los Vigilantes le añaden elementos imaginados a "Noé", Snow subraya que Aronofsky hacía mucho hincapié en un realismo de fondo, en meter al público en el mundo de Noé como si éste hubiera cobrado vida en ese instante. "Creo que una de las mejores decisiones de esta película fue firmarlo todo lo más realísticamente posible", observa. "Cuando se cuenta con ese nivel de realismo, eso también proporciona una base sólida sobre la que incorporar los efectos especiales. De esa manera, el espectáculo está ahí, pero no le hace sombra a la historia, todo ayuda a apoyar al objetivo principal, que es Noé y su familia".


Noé en Islandia
Podría haber sido un problema encontrar una localización para el mundo anterior al diluvio de "Noé", pero al principio, Darren Aronofsky se tropezó con un paisaje que se le quedó grabado durante unas vacaciones en Islandia. Aunque Islandia podría parecer el último lugar en el que uno pensaría para una epopeya bíblica, fue el hecho de que el paisaje pareciera tan nuevo y lleno de vida lo que le atrajo. "Mientras recorría el país en coche, pensaba: ‘Caramba, este es un paisaje estupendo para "Noé"’. Tiene el aspecto de una tierra primordial, porque se puede ver el calor y el vapor saliendo de la tierra", recuerda Aronofsky.

A Scott Franklin también le sedujo aquella tierra. "No queríamos utilizar la típica arena amarilla de las viejas películas épicas, queríamos algo diferente", observa. "Islandia ofrecía unos paisajes increíblemente bellos, sombríos y pelados compuestos de lava, pero luego a veinte minutos en coche se encontraba un valle increíble, exuberante y lleno de agua, que bien podría pasar por el Edén. Visitamos otros lugares, pero ningún paisaje resultaba tan fructífero".

En Islandia, Mark Friedberg ayudó a crear una sociedad humana corrompida por el pecado y entregada a la destructividad. "Nuestro ‘Noé’ se desarrolla en un paisaje esquilmado donde las ciudades han perecido, la gente anda rebuscando cosas para sobrevivir y el pecado no es de los unos contra los otros, sino contra la propia Creación", explica acerca de la idea general.

Ese concepto también les llevó al diseño del caótico campamento de Tubal Caín, quien ignora que Noé está construyendo el Arca. "Tubal Caín oye hablar de un hombre que está construyendo una fortaleza gigante, y entonces se da cuenta de lo que es", explica Friedberg. "Sus seguidores empiezan a congregarse procedentes de todo el mundo, pues ellos también han oído decir que el final está cerca. Por tanto, su campamento está hecho a base de los restos de ciudades desbaratadas, con tiendas construidas a base de viejos carteles y letreros".

Mientras estuvieron filmando en los paisajes naturales de Islandia, Aronofsky colaboró estrechamente con el director de fotografía Matthew Libatique. Utilizaron la tecnología más puntera, incluyendo la cámara suspendida Spydercam y la cámara acoplada a un cable CableCam, para plasmar la escala con la mayor amplitud, y sin embargo también utilizaron cámaras de mano más íntimas para acercar más a los espectadores. Algunas de las secuencias de acción más intensas implicaban cientos de soldados y refugiados corriendo hacia el Arca para salvar la vida. "Esas escenas de batalla por la noche fueron intensas", dice Scott Franklin. "Los extras que escogimos en Nueva York estuvieron sensacionales, y los especialistas hicieron un trabajo increíble".


Que llueva
Justo cuando Noé está terminando el Arca, los cielos se oscurecen, se desata el diluvio y cae la lluvia más intensa que se haya visto nunca durante cuarenta días y cuarenta noches. La tarea de crear ese fenómeno atmosférico sin precedentes en el cine de una manera que le pareciese tanto real como sumamente potente a los espectadores, recayó en el supervisor de efectos especiales Burt Dalton, ganador de un Óscar por "El curioso caso de Benjamin Button".

"Queríamos lluvia a una escala bíblica", dice Dalton. "Darren quería que fuera más grande que todo lo que se había hecho con anterioridad, así que nos esforzamos al máximo para conseguirlo. Hacíamos una prueba de lluvia, y él decía: ‘No es lo bastante torrencial’, hacíamos otra prueba y decía: ‘Más torrencial’. Quería que fuera tan torrencial que a la gente le resultara difícil ver o hablar, y lo logramos".

Comenzaron soterrando un vasto sistema de tuberías de agua bajo el campo del Arboretum, donde se construyó el escenario del Arca. "Para suministrar el agua, contábamos con dos bombas gigantes detrás del Arca, con unos tanques con una capacidad de casi 100.000 litros que suministraban el agua a las bombas. Desde el borde del Arca y por todo el campo instalamos 1.000 metros de una tubería de 30 centímetros como toma. Es una toma mayor que la que va por debajo de las calles hasta las casas", puntualiza Dalton.

Esa gran toma también suministraba agua a varias grúas inmensas, cada una de las cuales pesaba 300 toneladas, que llevaban seis "barras de lluvia" hechas a medida, cada una de ellas de más de 30 metros de longitud y 15 metros de ancho, con cabezales de diferentes tamaños. "Podíamos manejar cada cabezal con un iPad", explica Dalton. "Podíamos conseguir gotas enormes, gotitas o agua nebulizada, según fuera el plano. Y cuando estaban en funcionamiento las tres grúas juntas, suponía 22.500 litros por minuto, o el triple de una escena de lluvia normal. Yo diría que bate récords en cuanto a densidad" (El agua fue también meticulosamente reciclada para no desperdiciarla).

Mientras tanto, el director de fotografía Libatique buscaba formas de fotografiar las escenas en mitad de un soleado verano en Nueva York, y decidió filmar de noche. "Pero, ¿cómo rodar de noche para que en su lugar pareciera que está muy nublado? A Matty se le ocurrió una idea genial", recuerda Dalton. "Dado que ya estábamos construyendo enormes bastidores para la lluvia, se le ocurrió la idea de poner luces dentro de globos de helio para dar una luz suave, como en un día de lluvia".

El torrente de lluvia pronto provoca una inmensa y explosivamente destructiva inundación marina, que se convirtió en el plato fuerte para el supervisor de efectos especiales Ben Snow. "Darren tenía mucho interés en hacer algo original", comenta Snow. "Revisamos muchos cuadros clásicos y religiosos sobre el diluvio, y hay muchas obras muy inspiradas en ese estilo. Pero nuestra idea consistía en no repetir lo ya visto. Queríamos que el diluvio fuese algo más que un muro de agua que se acerca, y el resultado es emocionante".


Los vestidos de Noé
Para aumentar la vitalidad de "Noé", Darren Aronofsky trabajó con el diseñador de vestuario Michael Wilkinson, nominado este año al Óscar por "La gran estafa americana", para crear una estética fresca pero ambiental para el vestuario de la época del Antiguo Testamento de la película. "Hubo muchas deliberaciones acerca del vestuario", recuerda Wilkinson. "Nos fijamos en lo que se sabe de las culturas antiguas, pero también nos fijamos en la ropa deportiva moderna de alta tecnología, y cuando se unen esas dos influencias, el resultado es algo único".

Dada la rica sensación de la película en cuanto a texturas, Wilkinson y su equipo se esforzaron al máximo para encontrar los tejidos adecuados. "Investigamos fibras tradicionales hechas a partir de plantas y tejidos hechos a mano, pero también trabajamos con algunos artistas textiles increíbles para, de alguna manera, crear tejidos nuevos", explica

Para Noé, Wilkinson quería una estética que va cambiando a medida que pasa de ser un joven padre vibrante y de pelo largo a la estilizada silueta y la cabeza afeitada que corresponden a un hombre que tiene una misión. Más tarde, Noé lleva ropas más gruesas para protegerse del aire frío y húmedo de dentro del Arca, y a medida que su carga le va pasando factura, se va volviendo cada vez más desaliñado. "Sus ropas están bastante desgastadas en esa fase, y su pelo ha crecido mucho", describe Wilkinson.

Al contrario que Noé, Tubal Caín lleva una sofisticada ropa de cuero y armadura metálica, y un arma siempre a su alcance. "Es un guerreo fiero e intimidante, así que lleva una larga capa y toda su armadura y sus tejidos son muy diferentes de los de Noé y su familia", dice Wilkinson.

Winstone se pasaba horas en la sala de maquillaje cada día con Adrien Morot, quien le puso a Tubal Caín sus cicatrices de guerra y una melena que llega casi hasta el suelo. Para aumenta el aspecto fiero de Tubal Caín, lleva un toque de amarillo brillante al final de sus largas trenzas. "Es un color sulfuroso que refleja el tzohar, el combustible que utilizan para el fuego", explica Wilkinson.

Mientras que Noé y su familia visten con tonos de tierra, Wilkinson.le añadió toques de color berenjena y texturas más finas al vestuario de Naamé, reflejando la descripción de una esposa virtuosa vestida de púrpura de Proverbios 31. "Para Naamé, utilizamos sedas chinas mezcladas con tejidos extensibles, posteriormente pasadas por arena y cuarteadas para darle una textura bellamente orgánica", explica.

Los retos del vestuario iban mucho más allá de los papeles principales. "Teníamos que pensar en unos 400 extras, y tuvimos que crear cada una de sus ropas prácticamente desde cero", dice Wilkinson. "Parte se hizo en Nueva York, y parte en Marruecos, donde por ejemplo hicimos que nos fabricaran 400 pares de zapatos y botas. Así que fue un trabajo enorme".

Las palabras "trabajo enorme" podrían resumir toda la producción, pero también hubo súbitos momentos sencillos y vitales que subrayaban el significado de todo ello. La cantante y compositora Patti Smith, que compuso la balada de la película, recuerda un día extraordinario en que estaba de visita en el plató de Islandia para inspirarse. Sucedió súbitamente y de manera sorprendente.

"Estaba en el campamento principal, y estuvo lloviendo un rato, y entonces salió el sol, y pensé: ‘Oh, qué bueno sería que saliera un arco iris de verdad’, dice, aludiendo al arco iris que aparece en el Génesis simbolizando la alianza inquebrantable entre Dios y Noé. "Y de repente, mientras yo seguía allí mirando, salió de verdad un arco iris. Entonces sentí que alguien me daba un golpecito en el hombre, me volví y era Russell Crowe, y creo que fue una bonita señal de que iba a ser una película muy potente".