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  Cinco días sin Nora  Dirigida por Mariana Chenillo
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PREMIOS Y FESTIVALES
Nominada a la Mejor Película Iberoamericana
Premios de la Asociación de Críticos Argentinos 2011

Mejor Película
Mejor Opera Prima
Mejor Actor Principal (Fernando Luján)
Mejor Actriz Secundaria (Angélica Peláez)
Mejor Guión Original
Mejor Música Original
Mejor Maquillaje
Nominada Mejor Director
Nominada Mejor Montaje
Nominada Mejor Coactuación Masculina (Enrique Arreola)
Nominada Mejor Coactuación Femenina (Verónica Langer)
Premios Ariel 2010. Academia de Cine Mexicana

Mejor Película
Festival de Cine Latinoamericano de Biarritz 2009

Mejor Película
Festival de Cine de La Habana 2009

Mejor Actor (Fernando Luján)
Festival de Cine Latinoamericano de Huelva 2009

Mejor Película
Expresión en Corto Film Festival 2009

Premio del Jurado Mejor Película
Premio del Jurado Mejor Director
Festival de Cine Latino de Los Angeles 2009

Mejor Película.
Festival de Cine de Mar de Plata 2009

Premio del Público.
Miami Film Festival 2009

Premio del Público
Morelia Film Festival 2008

Mejor Director
Festival Internacional de Cine de Moscú 2009


BIOFILMOGRAFÍA DE MARIANA CHENILLO
Mariana Chenillo nació en Ciudad de México en 1977. En 1995 comenzó sus estudios en El Centro de Capacitación Cinematográfica de México, donde se especializó en Dirección Cinematográfica. Desde entonces ha trabajado como guionista, ayudante de dirección, como directora de producción y como coordinadora de producción con un gran número de directores. También ha trabajado como profesora en el Centro de Capacitación Cinematográfica desde el año 2005, en concreto en el area de dirección y de ayudante de dirección. Actualmente da clases de Dirección a los alumnos de primer año. CINCO DIAS SIN NORA es su primera película como directora y guionista.

CINCO DIAS SIN NORA (2008) - Largometraje
MAR ADENTRO (2003) – Cortometraje
EN POCAS PALABRAS (2002) – Cortometraje Documental
PRELUDIO (2001) – Cortometraje


ENTREVISTA A LA DIRECTORA MARIANA CHENILLO

P: ¿Cómo surgió la historia?¿qué la desató?

R: La esencia de la historia está basada en una anécdota familiar, en el tipo de relación que llevaban mis abuelos Yo quería hablar del camino de reconciliación que recorre el personaje principal (José Kurtz, interpretado por Fernando Luján) porque la muerte se produce por el suicidio.


P: La muerte tiene unas implicaciones culturales en México…

R: Creo que la película es una mezcla de diferentes costumbres. Está la postura particular del personaje principal, el contexto de la comunidad judía y una parte muy mexicana que viene de la tradición prehispánica con el Día de los Muertos. Los difuntos siguen siendo parte de la familia, cada año se les pone un altar con las cosas que les gustaban y eso permite una presencia de la muerte en lo cotidiano que da lugar al humor y a poder hablar de ella con menos solemnidad.


P: Hay una excelente dirección de arte, ¿Por qué es tan importante este aspecto?

R: En general la atmósfera de lo que se está contando es fundamental, ese es el mundo en donde uno pone al espectador y que a partir de ahí va a captar los acontecimientos como falsos o como verdaderos. Más allá de la preocupación estética, de que todo se vea bonito, se trata de recrear un universo y construirlo con todos los elementos, desde el guión, el arte, los actores etc. Es parte de la fantasia del cine.


P: La han calificado como una comedia, ¿cuál es su percepción?

R: Los géneros ya han cruzado fronteras. No creo que se pueda calificar de una manera absoluta. Creo que el humor te permite llegar a ciertos lugares. A pesar de que no es una comedia de pastelazos, el motor humorístico de la historia surge de la tensión entre los personajes y la absurda situación. En el humor, encontré los elementos para atreverme a contar esta rara historia, un poco inclasificable, y para que no fuera una película basada en el suicidio, sino en cómo se resuelve en los demás personajes.


P: ¿Esperaba obtener tantos premios con una ópera prima?

R: Nunca pensé en ningún reconocimiento, porque estaba demasiado concentrada en que la historia resultara como película. Todos los premios han sido una sorpresa. De hecho, los primeros que recibimos fueron tres del público. Eso significó haber logrado pasar esta historia personal, abstracta, particular y familiar a una película. Y resultó que los espectadores se conectaron mucho con la cinta. Ese fue un gran descubrimiento,


ENTREVISTA AL ACTOR ARI BRICKMAN

P: La película es de temática judía, no obstante tiene una gran universalidad. ¿A qué atribuís esto?

R: Tengo la idea de que es por la historia misma. Pienso que es universal porque la historia se puede contar en cualquier lugar. Aparte de estar muy centrada en el enfrentamiento de esta cultura judía y la cristiana en México (un aspecto muy local). Finalmente en la película es lo menos importante. Lo más importante es que hacia fuera se lee la historia porque es una historia de humanos en un asunto universal que es la muerte, y que es el intento de la creación de caminos de tolerancia. La tolerancia dentro del mundo es muy difícil. En general los humanos somos intolerantes y en la película se plantea muy bien el asunto de que el afecto es la única manera de lograr la tolerancia. Estos vínculos afectivos, las amistades -sean familiares o no- generan la posibilidad de la tolerancia. A través de la comida en la película (y creo que es mundial) se muestra que finalmente nos sentamos a comer y puede existir un momento de convivencia. Así, a pesar que después del postre y del café nos vamos todos peleando


P: ¿La distancia entre la ortodoxia judía y las comunidades no judías es tan grande en México como se muestra en la película?

R: En México hay un asunto. Hablamos de un país de 110 millones de habitantes y la mayoría son católicos. Y entonces la comunidad judía es muy chica en México, creo que como cincuenta mil. Y están en un lugar muy localizable, en la ciudad de México. Es muy común que la mayoría de los mexicanos no sepan nada de la existencia de esta comunidad, y quizás de repente si sabe, lo sabe porque la ve en la calle. Pero no hay un conocimiento de la religión ni de las tradiciones. En ese pequeño lugar del país existen estos enfrentamientos, a pesar de que para que la película funcionara como ficción se tuvo que hacer ciertos ajustes a la historia verdadera. Está basada en una historia real de la abuela de Mariana, que tuvo catorce intentos de suicidio. Y lo logró. El entierro fue mucho más fácil en la realidad. Es así de intolerante la comunidad judía. Hay una cuestión muy conservadora que hubo que llevarla a otro nivel para que la película funcionara.


P: Cuéntanos cómo fue tu trabajo con Mariana Chenillo. Es una directora joven…

R: Mariana es de una claridad abrumadora. Tiene toda una claridad a la hora de escribir, algo que es un don. No cualquiera se puede sentar y escribir algo con una estructura tan clara desde el inicio. A la hora de trabajar con los actores tiene una búsqueda, es muy disciplinada con lo que está buscando y nos pide cosas muy específicas desde el hecho mismo de que cuando nos dio el guión nos daba un libretito personal para cada personaje que tenía su historia. Como una pequeña novela contándote lo que fue y lo que tiene que ser. Muy instructiva. Y creo es lo que le da el encanto. Se ve en la estructura de la película, en el tono y en las actuaciones. Y espero que lo siga logrando. Tengo mucha fe de que tenemos que hacer más de eso. Me gusta su visión y su empeño en que las cosas sean de determinada manera. De repente a uno le toca trabajar con otras personas y ¡hay tanta confusión! Mariana va sobre su objetivo y te ayuda a llegar.


P: Me parece muy llamativo de la película cómo se genera una atmósfera en torno a la presencia de un cuerpo muerto. Algo que –intuyo- es muy movilizador en cuanto a la actuación.

R: Absolutamente. Siempre digo que hacer de muerto es muy difícil. Es más difícil en el teatro, porque la gente te está mirando todo el tiempo. Nada más la presencia de ese cadáver en el cuarto permeaba el departamento. Estábamos en un onceavo piso, y estuvimos ahí casi siete semanas. Éramos como cincuenta encerrados en un espacio muy pequeño. Eso ya generaba toda una energía. Tratábamos de generar como cierto respeto de parte de todos al hecho de la muerte, de lo que estábamos hablando. Había momentos muy lúgubres. La última semana estuvimos en los cementerios. Nadie lo decía, pero había una energía muy oscura.


P: ¿Y en México hay como otra mirada sobre la muerte?

R: La muerte está en todas partes, todos la vamos a experimentar o la hemos experimentado, no en carne propia. Y de repente creo que los mexicanos nos damos este asunto de “nosotros no le tenemos miedo”, o lo festejamos. El día de los muertos es una fiesta, se acaba de hacer. Pero la muerte es la muerte, te vas a morir igual. Es interesante el enfrentamiento entre la cultura judía dentro de México y la muerte, y las diferentes costumbres. Vemos a la nana Fabiana que llega y quiere maquillar a la muerta. La costumbre judía dice que es mejor que el cuerpo quede liberado de todo, y que ya no se le otorgue la importancia que se le da en vida. Ahí vemos el choque cultural.


P: ¿Qué visión tienes sobre tu personaje? Acaba de suicidarse su madre, y tiene que lidiar al mismo tiempo con su padre, el ex marido, que organiza el funeral y el entierro.

R: Mi personaje tiene la tristeza de la muerte de la madre, que es algo que es terrible. A todos nos pega. Yo creo que todo el mundo ya sabía que iba a ocurrir, porque ya lo había intentado tantas veces. Rubén es un personaje que creció en medio de esta familia completamente disfuncional, siendo hijo único de una pareja que no logró nunca entenderse, con una madre que se metía constantemente sustancias para poder seguir viviendo. Y un papá que se fue volviendo amargado, cínico y ateo. Rubén juega la función de ser el que los comunica. Se ha ido acostumbrando a cargar ese peso, por ello es un contrapeso al personaje del padre. Es un personaje gris, para que el personaje del padre funcione. En ese momento tan delicado le cuesta entender que el papá sea tan obstinado, y que no comprenda que la mamá tuvo deseos que deben respetarse. Más allá de que –a falta de una familia funcional y organizada- lo que decide es construir eso mismo en otro lugar. Tiene su mujer, muy conservadora, sus hijas y su suegro, que es un ser muy poderoso dentro de la comunidad. De ahí la presión del rabino durante toda la película.