Sección Oficial a competición en el Festival de Cannes 2012. Palma de Oro.
Entrevista con Michael Haneke
Le Film Français (Anthony Bobeau)
Después de ganar la Palma de Oro en 2009 por La cinta blanca, Michael Haneke vuelve con AMOR, una película rodada en Francia y en francés, escrita especialmente para Jean-Louis Trintignant, el actor protagonista
P: ¿Por qué le apetecía hablar de amor?
R: Quise hablar del fin del amor, del modo en que se reacciona ante el sufrimiento unido a la pérdida de una persona amada. Es una situación a la que todos acabaremos enfrentándonos en un momento de nuestra vida. Puede tratarse de nuestros abuelos, nuestros padres, la persona con la que convivimos, incluso de nuestros hijos. He pasado y sigo pasando por situaciones comparables, aunque no sean idénticas a la que se describe en la película. Además, tengo 70 años, por lo que me veo obligado a mirar la posibilidad de frente. Se habla de lo que se conoce y me inspiré en lo que sabía. Las personas de 30 años hablan del amor que nace, y yo, del amor que se acaba.
P: Después de La cinta blanca, rodada en alemán y en Alemania, regresa a Francia. ¿Por qué rodar en este país y no en otro?
R: Hace tiempo que quería hacer una película con Jean-Louis Trintignant. Por eso escribí el guión de AMOR y lo rodé en Francia. Fue el mismo proceso que en Caché/Escondido, quise escribir un papel para Daniel Auteuil y acabé escribiendo una historia que solo podía transcurrir en Francia porque estaba arraigada en la historia del país. Además, necesitaba dos actores fuera de serie. Un intimismo semejante entre dos personas no puede funcionar con cualquiera. Son cosas muy difíciles de interpretar.
P: ¿Escribe a menudo pensando en actores?
R: Digamos que a veces ocurre, y en ese caso me facilita la tarea porque sé hasta dónde puedo llegar, qué límites no debo superar. Por ejemplo, no habría podido hacer Funny Games: Juegos divertidos (la versión austríaca) sin la actriz Suzanne Lothar. Un papel que exigía semejante compromiso solo era posible si conocía muy bien a la actriz, por si se complicaba la situación durante el rodaje.
P: ¿Jean-Louis Trintignant leyó el guión antes de que estuviera terminado?
R: Solo se me ocurrió hacerlo una vez y fue para un telefilm. No suelo entregar el guión antes de que esté terminado. Pero sí me ha pasado que el actor o la actriz han aceptado el papel antes de leer el guión. Ocurrió con Isabelle Huppert cuando le propuse trabajar en La pianista/La pianiste. Hace poco me confesó que aceptó el papel sin tener ni la menor idea de qué trataba la película y que se enteró en el avión que la llevaba a Viena. Creo que se llevó un buen susto. (Ríe) Había leído Funny Games: Juegos divertidos y no se había atrevido a aceptar el papel.
P: ¿Cuándo pensó en Emmanuelle Riva para hacer de esposa de Jean-Louis Trintignant?
R: Una vez acabado el guión. La conocía por su papel en Hiroshima mon amour, que me conmovió cuando se estrenó, pero no había seguido su carrera al no vivir en Francia. Recuperé su imagen cuando empecé a buscar una intérprete capaz de dar la réplica a Jean-Louis Trintignant. Le hice una prueba. Es un papel que habría podido hacer Annie Girardot en otra época.
P: Escogió a Isabelle Huppert para hacer de hija de la pareja de ancianos
R: Isabelle es una amiga; estamos acostumbrados a trabajar juntos. Habría sido tonto por mi parte contratar a otra actriz, sobre todo porque es perfecta para el papel, aunque no sea el más importante de la película. Sospecho que aceptó para complacerme, y se lo agradezco.
P: Es fiel a Les Films du Losange desde que rodó Le temps du loup. ¿Es lógico para usted trabajar con ellos en cada proyecto?
R: Sí. Margaret Menegoz y yo compartimos la misma forma de ver el cine. Las relaciones entre el realizador y el productor pueden ser tensas, como pude experimentar antes de trabajar con Les Films du Losange. Nos respetamos mutuamente, lo que no impide que Margaret me ofrezca su opinión y que yo la escuche. Si no estoy de acuerdo, se lo digo. Con ella, tengo total libertad. Y también está Michael Katz, el productor austríaco. Entre los tres formamos un equipo que funciona muy bien.
P: Aparentemente, AMOR es una película más sencilla que La cinta blanca, como si quisiera alejarse de una producción ambiciosa y de elevado presupuesto.
R: Quería hacer una película más sencilla, más modesta, sin dejar de ser compleja. Creo que es el equilibrio al que todos aspiramos, al menos en lo que al arte se refiere, pero también es el más difícil de encontrar.
P: ¿Tiene la sensación de que hubo un antes y un después de la Palma de Oro?
R: No creo que la Palma de Oro cambiara mi imagen, pero puede que ahora sea más fácil encontrar financiación. Los inversores tienen la impresión de arriesgarse menos. De hecho, pensándolo, los premios sirven sobre todo para mejorar las condiciones de trabajo de los autores. Mejor eso que ver los guiones cubriéndose de polvo en una estantería.
P: ¿Cree que se espera más de usted ahora que antes?
R: Siempre ocurre después de un éxito, pero también pasa en cualquier otro momento. Al principio hay que demostrar quiénes somos; luego, confirmarlo, y finalmente, no decepcionar nunca. Un realizador siempre tiene ganas de dar lo mejor de sí mismo. En otras palabras, el estrés nunca disminuye después de la primera película.
P: Vuelve a la Sección Oficial de Cannes después de La cinta blanca, ¿no le apetece ir a otros festivales?
R: Siempre me apetece presentar una película en Cannes simplemente porque es el mejor festival del mundo. Ser seleccionado es un honor. Vine por primera vez a la Sección Oficial con Funny Games: Juegos divertidos, en 1997, y he vuelto con todas mis películas, a excepción de Temps du loup, que presentamos fuera de concurso porque Patrice Chéreau no podía ser el presidente del jurado y haber trabajado en la película, y de Funny Games, que era un remake estadounidense.
La prensa ha dicho
Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva hacen un trabajo cargado de sentimiento. ABC
Haneke interpreta un réquiem por el amor. ARA
Michael Haneke deslumbra con AMOUR, un clásico desde el primer segundo. EL MUNDO
Michael Haneke ha hecho su película más sutil y tierna. EL PAÍS
Michael Haneke conmueve. EL PERIÓDICO
Paralizante y extraordinariamente emotiva. ENTERTAINMENT WEEKLY
La historia de amor más auténtica del cine reciente (...) obra maestra absoluta. LA RAZÓN
Una película que, de alguna manera, humaniza a Haneke. Lo reconcilia con la vida. LA VANGUARDIA
El control absoluto de Haneke consigue una película envolvente, discretamente conmovedora y en ningún momento desgarradora. SCREEN INTERNATIONAL (****)
No hay un paso en falso ni una sola escena superflua. THE HOLLYWOOD REPORTER
Poderoso comentario acerca de la capacidad de dignidad y sensibilidad del ser humano cuando se enfrenta a la inevitable crueldad de la naturaleza. VARIETY
La nueva película de Michael Haneke, un estudio de los efectos de la demencia y el envejecimiento en un agraciado matrimonio, es cine inteligente de primer orden. ***** THE GUARDIAN
Obra maestra. THE NEW YORK TIMES