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  La noche más oscura  (Zero dark thirty)
  Dirigida por Kathryn Bigelow
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El primer desafío al que debieron enfrentarse Bigelow y Boal para desarrollar LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY) era cómo contar una historia de tal magnitud en el tiempo que durará una película. La narración incluye acontecimientos dramáticos que ocurrieron durante una década en numerosos países y que requieren un reparto muy bien escogido de cientos de personas y un equipo técnico realmente entregado para capturar la realidad de la misión con la mayor emoción y autenticidad posible. Para conseguirlo, los cineastas no se quedarán cortos a la hora de documentar las reglas éticas – tortura incluida – que los agentes se saltaron para conseguir el objetivo. La intención de los cineastas ha sido crear una obra cinematográfica con la envergadura dramática y emocional de una novela histórica.

LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY) (el título "Cero oscuro treinta" procede de la jerga militar y significa "noche oscura hora", las 00:30, cuando los SEAL de la Marina pusieron el pie en los terrenos del complejo donde se había refugiado Bin Laden) es el proyecto más ambicioso de Kathryn Bigelow hasta la fecha. Con un despliegue de todo el arsenal de las artes fílmicas, desde las naturalistas interpretaciones de un reparto coral con Jessica Chastain, Jason Clarke, Joel Edgerton, Jennifer Ehle, Mark Strong, Kyle Chandler y Édgar Ramírez, entre otros, hasta una innovadora fotografía en condiciones de muy baja intensidad lumínica, pasando por una cuidadísima dirección artística, todas las facetas de la producción han sido usadas por la cineasta Kathryn Bigelow para hacer que la historia cobre vida en la gran pantalla.

Para el guionista y productor Mark Boal, periodista de profesión y premiado dramaturgo, el trabajo de documentación para poder contar la historia con exactitud y en su totalidad representaba un reto. Se comprometió con sus fuentes de información en que no solo describiría su lucha personal, sino también los detalles y ramificaciones de la histórica operación, además de proteger la identidad de todos los entrevistados. Los diálogos y las escenas están inspirados en las numerosas entrevistas que realizó, lo que le permitió describir la vida de las personas de carne y hueso que participaron en la operación, así como de otros miembros del ejército y de los servicios secretos.

Los cineastas acabaron por contar la historia desde el punto de vista de un miembro de la misión secreta que hasta ahora ha pasado desapercibido. Se trata de Maya, una joven agente de la CIA especializada en localizar y matar terroristas. Mediante la matizada interpretación de Jessica Chastain, el personaje de Maya, basado en una persona real, se convirtió en el vehículo que necesitaba Mark Boal para dramatizar los papeles individuales dentro del contexto general. De algún modo, el desarrollo del personaje, que pasa de la inocencia al horror y acaba con una determinación inexorable, refleja la evolución de una nación que lucha para entender la implacable lógica del terrorismo.

El enfoque de LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY) tiene poco que ver con la anterior colaboración de la realizadora y el guionista, En tierra hostil, donde unos personajes de ficción habitaban el aterrador y real mundo de la guerra en Irak. Los cineastas se han inclinado por mezclar el cine de acción con la investigación y el drama. No se trata de una ficción ni de un documental, sino de un emocionante híbrido que sigue de cerca lo que suele llamarse una operación de caza, mientras alumbra algunos de los pasillos secretos y oscuros de la guerra contra el terror. La película describe hábilmente el misterio que representa el valor humano y las ambigüedades de una situación donde las reglas éticas no tienen cabida.

El cine es el medio perfecto para plasmar la narración. Al adentrarse en este territorio desconocido, Mark Boal se inspiró en el Nuevo Periodismo de los años sesenta, cuando los grandes periodistas estadounidenses se sirvieron de técnicas literarias para describir acontecimientos reales. En este sentido, LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY) hace avanzar el reportaje literario y ofrece al espectador un género único, la película reportaje.

LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY) es una lectura cinematográfica de uno de los acontecimientos más publicitados y menos conocidos de los tiempos actuales realizada por dos artistas creativos que han tenido el valor de llegar a los límites de su medio artístico. Los hechos se han recreado con absoluta fidelidad, hasta el punto de rodar en el mismo Pakistán, llevando al espectador al centro de la acción. El resultado es una película tan profunda como provocadora, y tan asombrosa como real.

Universal Pictures presenta una producción de Mark Boal, First Light y Annapurna Pictures, una película de Kathryn Bigelow, LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY), protagonizada por Jessica Chastain, Jason Clarke, Joel Edgerton, Jennifer Ehle, Mark Strong, Kyle Chandler y Édgar Ramírez. Realización, Kathryn Bigelow. Guión, Mark Boal. Producción, Mark Boal, Kathryn Bigelow y Megan Ellison. Producción ejecutiva, Colin Wilson, Ted Schipper y Greg Shapiro. Fotografía, Greig Fraser, ACS. Diseño de producción, Jeremy Hindle. Montaje, Dylan Tichenor, ACE, y William Goldenberg, ACE. Vestuario, George L. Little. Música, Alexandre Desplat. Sonido, Paul N.J. Ottosson. Casting, Mark Bennett, CSA, Richard Hicks, CSA, y Gail Stevens.


La búsqueda
Entre la larga lista de búsquedas que nos reserva la historia, la de Osama bin Laden no tuvo precedentes.

"Equivalía a buscar una aguja muy afilada en un pajar muy grande", dice la realizadora Kathryn Bigelow. "Después de escapar de Afganistán, desapareció en una complicada red y se tardó muchos años en desenmarañarla. Lo que me parece más interesante del guión de Mark es cómo lo describe todo paso a paso de forma dramática, pero sin el menor atisbo de sentimentalismo, de forma implacable e inquietante. Es una historia muy dura".

¿Dónde podían hacerse progresos? ¿Qué pistas llevarían hasta el paradero de Bin Laden? ¿Era posible comprar a los agentes de Al Qaeda?

No cabe duda de que estas eran preguntas fundamentales, aunque para Kathryn Bigelow y Mark Boal había una pregunta aún más importante: ¿Quiénes eran los agentes de la CIA que rehusaron rendirse cuando perdieron la pista de Bin Laden y el mundo empezó a preocuparse por otros temas? Por primera vez, una película se centra en la dimensión humana de la historia, ilustrando la lucha interna de los agentes y el alto precio que se pagó para llevar a cabo la misión.

"Como cineasta, el reto que me planteaba la historia era unir todas las piezas del rompecabezas", explica Kathryn Bigelow. "Mark se documentó exhaustivamente, y su guión abarca la historia en toda su envergadura, desde Afganistán a Washington. A partir de ahí, el proceso se hizo instintivo para mí; conté la historia momento a momento, escena a escena, con sumo cuidado. Fue una empresa gigantesca en la que intenté ser comedida y lo más sutil posible. Jamás habría podido dirigir LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY) sin mi experiencia previa como cineasta".


El proceso de documentación
El deseo de contar la historia de LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY) llevaría al guionista y a la realizadora por el laberíntico mundo de los servicios secretos y a enfrentarse a tremendos retos para rodar la película. Pero todo empezó de una forma muy sencilla hace seis años.

"Puede decirse que es una película hecha a mano", dice Mark Boal. "Ha pasado por dos momentos. Empezó hace seis años como un guión acerca del fracaso de la captura de Bin Laden en la montaña Tora Bora, en Afganistán. Pasé unos años documentándome y escribiendo. Ya estábamos en preproducción en 2011, buscando localizaciones en Rumanía, cuando se conoció la noticia de la muerte de Bin Laden y la película ya no tenía razón de ser. No me quedó más remedio que volver a empezar".

"Siempre lo he visto como algo personal porque crecí en Nueva York muy cerca de las Torres Gemelas, y después del 11-S sentí la necesidad de saber más acerca de Bin Laden y de la reacción de Estados Unidos", explica el guionista y productor, que como corresponsal de guerra escribió artículos sobre las guerras de Irak y Afganistán en revistas como Playboy y Rolling Stone. "Ese hombre atacó mi ciudad natal, y el largo periodo posterior al 11-S definió mi carrera profesional de guionista. No puedo decir que escogiera el tema, más bien me escogió a mí, al igual que los niños tampoco deciden qué va a influirles".

Para entonces, Kathryn Bigelow era una conocida directora, aplaudida por su particular visión y por la habilidad de mezclar la intriga con la acción y el suspense en películas como Los viajeros de la noche, Acero azul y K-19: The Widowmaker. En la época en que Mark Boal empezaba a documentarse acerca de Tora Bora, los dos produjeron En tierra hostil, que dirigió Kathryn Bigelow y por la que se ganó un lugar entre los mejores cronistas bélicos del siglo XXI y también por ser la primera mujer en ganar el Oscar a la Mejor Dirección.

Pero incluso con el éxito y los aplausos, el tema de Bin Laden no entusiasmaba a Hollywood, y los dos cineastas debieron buscar una fuente independiente de ingresos para levantar el proyecto. Se unieron a la productora Megan Ellison, que financió la película a través de su productora Annapurna Pictures.

Después de los históricos acontecimientos del 1 de mayo de 2011, cuando la noticia de la muerte de Bin Laden asombró al mundo, Mark Boal se trasladó a Washington. Allí empezó a trabajar sin parar durante semanas, recorriendo la ciudad y llamando a todas las puertas. A continuación, viajó a Pakistán y otras zonas de Oriente Medio para seguir la pista de la historia.

"Los departamentos de relaciones públicas de algunas agencias oficiales me ayudaron, pero realicé la mayoría de la investigación gastando suela, buscando fuentes y teniendo suerte", explica el guionista. "Quería conseguir testimonios de primera mano, cuantos más mejor, de las personas involucradas siempre que fuera posible. Tuve la enorme suerte de poder escribir un guión basado casi íntegramente en lo que me contaron las personas que participaron en la misión".

"A menos que se haga un documental, llega el momento de cambiarse el traje de periodista por el de guionista si se quiere contar una buena historia. Nuestra idea era hacer una película. Tratándose de contar una búsqueda que duró más de diez años, debíamos comprimir todos los detalles para contar una historia eficiente en dos horas".

El enfoque de Mark Boal encajaba a la perfección con la idea de Kathryn Bigelow. "Se sabe muy poco de la vida de los héroes anónimos de las operaciones secretas, y así es como debe ser, pero aquí tenemos la oportunidad de ver a los hombres y mujeres que participaron en una de las operaciones más secretas de la historia", dice la realizadora. "Mark no se limitó a corroborar hechos, también absorbió la atmósfera del mundo en que se mueven los agentes, sus personalidades, conflictos, motivaciones, incertidumbres, y fue capaz de enfocar todo esto con brillantez".


Interrogatorios
Al igual que el espectador, el personaje principal de la historia, Maya, empieza la búsqueda de Bin Laden después de una inquietante sesión con "técnicas de interrogatorio perfeccionadas" a un miembro de Al Qaeda. La compleja reacción de Maya en el interrogatorio es similar a la que tendría cualquiera.

"Sin querer exagerar, es un tema extremadamente controvertido", explica Mark Boal. "Mi intención fue plasmar la complejidad de la situación, tanto moral como psicológicamente. Esta película no se ha hecho para saldar cuentas, ni para acabar con el debate de la eficacia de la tortura, que sigue muy vivo incluso entre las personas que la defendieron y la implementaron. Simplemente era parte de la historia y debía incluirse. Nuestro único objetivo es describir los acontecimientos con nitidez y con total realismo".

"Por otra parte", sigue diciendo, "hacia el final de la película nos enteramos de que el escondite de Bin Laden no se descubrió con esas técnicas, sino con una mezcla de sobornos, métodos de espionaje tradicionales y vigilancia electrónica".

La realizadora no tuvo más remedio que sumirse en una situación muy incómoda para rodar estas secuencias. "Como ser humano, quería taparme los ojos, pero como cineasta, tenía la responsabilidad de documentar y mostrar la verdad", dice. "Tenía que superar mis sentimientos personales por el bien de la historia".

Para el director de fotografía Greig Fraser tampoco fue fácil rodar las escenas de interrogatorios. "Me costó mucho no mirar hacia otro lado, y no es algo que me gustaría volver a rodar", reconoce. "Incluso sabiendo que todo era simulado, nos afectó psicológicamente. Pero sabemos que ocurrió y demuestra hasta qué punto la película sumerge al espectador en esa realidad".


Los agentes de la CIA
LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY) requirió un complicado proceso de casting para reunir más de 120 papeles hablados y más de mil extras de diferentes partes del mundo.

Desde los agentes de la CIA y los miembros del Cuerpo de Élite de la Marina (Navy SEAL), hasta los papeles más pequeños, incluso detenidos que solo se ven en vídeo (a los que Kathryn Bigelow rodó individualmente), todos los personajes fueron escogidos con sumo cuidado para que la personalidad de cada uno ayudara a definir la historia. La directora quiso actores con experiencia a los que no definiera una imagen pública para que el espectador pudiera verlos realmente en su papel.

"El trabajo de casting fue complicado y muy largo", dice Kathryn Bigelow. "Estaba convencida de que mi elección solo podía basarse en el instinto. Buscaba una cierta cadencia, un cierto ritmo, una sensación de veracidad para cada papel. Y eso solo se sabe viendo a los actores".

La directora incluso intentó que las voces que se oyen en segundo plano tuvieran los acentos típicos de la región fronteriza con Pakistán.

La clave del reparto era Maya, la agente de la CIA dedicada a buscar a Bin Laden 24 horas al día, que acaba encontrado la pista a las afueras de una ciudad de Pakistán. Es una mujer que podría entrar en la categoría de detectives obsesivos del cine, esos que no descansan hasta atrapar al malo, pero con una motivación totalmente actualizada. La película no ofrece una explicación clara de por qué cambia de opinión, dejando que el público decida qué mueve realmente a Maya. No cabe duda de que es una persona inteligente, decidida y centrada, pero sigue teniendo un aura de misterio.

"No me van mucho los antecedentes ni el pasado freudiano", explica Mark Boal. "Prefiero que un personaje esté definido únicamente por sus acciones en el presente. Aparte de eso, también debía limitar los detalles biográficos para proteger la identidad de los agentes reales".

Aun así, Maya es claramente una mujer con aspiraciones, y para darle vida, los cineastas escogieron a Jessica Chastain, una de las actrices más versátiles y magnéticas del momento.

"Necesitábamos una actriz de gran talento y con una seguridad verbal que le permitiera hacerse con un diálogo complejo y con el valor requerido por el papel", dice Kathryn Bigelow. "Jessica es intensa, tiene carisma. Es capaz de adaptarse a los matices de los momentos más sutiles".

El personaje atrajo a Jessica Chastain desde el primer momento. "Al llegar a la página 20 del guión ya sabía que debía hacer el papel de Maya", recuerda. "Entendí inmediatamente por qué estaba obsesionada con la búsqueda de Bin Laden. Pensé que era uno de los mejores papeles que había leído; me gustó su fuerza y su tenacidad".

"Incluso me reí viendo cómo se centraba en conseguir lo que quería", sigue diciendo la actriz. "El guión era asombrosamente detallado. Todos recordamos lo que estábamos haciendo cuando oímos que Bin Laden había muerto, pero nadie sabe cómo se sintieron los agentes de la CIA que le dieron caza. Gracias a esta historia, salen a la luz personas como Maya, héroes anónimos que marcan la diferencia".

También le atrajo la metamorfosis de Maya, que pasa de ser una recluta atónita ante lo que ve, a una timonera con nervios de acero en el oscuro y misterioso mundo del contraterrorismo.

"La trayectoria de Maya me emocionó", sigue diciendo Jessica Chastain. "Se la ve madurar en la película, y encontrar a Bin Laden se convierte en una misión personal. Poco a poco cambia y se convierte en otra persona. Al final de la película da la sensación de no saber realmente quién es. Escogí esta profesión para tener la oportunidad de encarnar a personajes complejos y contar su historia".

Rodar en India y Jordania ayudó a la actriz a entender lo que viven las mujeres como Maya cuando quieren pasar desapercibidas en una cultura totalmente diferente de la suya. "Sientes que estás en el otro lado del mundo, alejada de todas las cosas a las que estás acostumbrada", sigue diciendo la actriz. "Imagino que Maya se sintió así cuando llegó. Las relaciones son más intensas, más rápidas, y es algo que solo se entiende viviéndolo. No creo que hubiésemos podido rodar esta película de otro modo".

Al llegar a Pakistán, Maya trabaja a las órdenes de Dan, un agente de la CIA que le enseña cómo controlar a los terroristas.

Jason Clarke es el actor australiano que da vida al personaje clave. Conoció a Kathryn Bigelow en una prueba hace unos años. "Me quedé con su cara, con su voz, con todo", dice la directora. "Es una fuerza de la naturaleza, una mezcla de firmeza, decisión y experiencia que encajaba a la perfección con el papel".

Jason Clarke estaba en un remoto pueblo de Afganistán el 11 de septiembre de 2001. "Tiene grandes conocimientos históricos", sigue diciendo la directora, "siempre estudia lo que pasa a su alrededor, esté donde esté".

"Mis viajes me han servido bastante para crear el personaje de Dan", dice el actor. "Es un hombre que debe fundirse con lo que le rodea, enfrentarse a lo desconocido, ser observador, sensible y permanecer alerta. He estado en lugares muy extraños, incluso alarmantes, y he aprendido a usar los cinco sentidos, a tomar decisiones rápidas y a tener paciencia, algo que Dan ha cultivado en sus años de trabajo".

Estas cualidades entran en juego durante los interrogatorios de la CIA, pero también se mezclan con la adrenalina y los instintos básicos a medida que aumenta la frustración. Jason Clarke cree que sacar información de alguien que rehúsa cooperar es una tarea compleja llena de áreas grises. "Es irónico cuando se piensa que un interrogatorio se basa en crear una relación", explica. "Pienso que la película permite al espectador vivir una experiencia brutal de forma visceral, emocional e inteligente para que pueda sacar sus propias conclusiones".

Uno de los papeles complicados de LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY) es el del hombre al que Dan interroga durante una serie de sesiones que comprenden torturas mentales y físicas. Da vida al preso Ammar, interrogado en una prisión clandestina (black site), el actor francés de origen argelino Reda Kateb, que saltó a la fama por su aclamado papel en El profeta, de Jacques Audiard.

En cuanto a los interrogatorios, Mark Boal dice: "No escogemos el momento en que vivimos. La guerra contra el terror coloca a las personas en situaciones donde no quedan tan claras las reglas y la moral habituales".

Reda Kateb reconoce que al principio tenía reservas. "Leí el guión y me asustó un poco la intensidad y la honestidad brutal con que se describía el entorno y la situación", dice. "No estoy acostumbrado a hacer estas cosas. Pero volví a leerlo y pensé que no se hablaba del mundo árabe estereotipado que se ve en la tele. El guión abordaba todas las vertientes humanas de la historia. Tal como lo veo, es algo que todo artista debe hacer".

El actor explica que, una vez en el plató, era importante conservar la energía, tanto física como emotiva, y dosificarla. "Debía tener cuidado de no dejarme llevar y darlo todo de golpe porque había que conservar algo para la siguiente toma", dice. "Es verdad que daba mucho, pero siempre intentaba estar preparado para el momento siguiente".

También necesitaba confiar plenamente en Jason Clarke. "Es muy extraño conocer a alguien y casi inmediatamente empezar a rodar unas escenas durísimas juntos", sigue diciendo. "Dejamos claro desde un principio que se trataba de un papel cuando las cámaras rodaban, y tenerlo tan claro nos permitió ir mucho más lejos. Aparte de eso, nos llevábamos muy bien".

Por muy perturbadoras que fuesen las escenas, Jason Clarke siempre se acercaba a Reda Kateb en cuanto las cámaras se apagaban para asegurarle que seguía siendo el mismo de siempre. "Solo quería decirle que si necesitaba cualquier cosa, ahí estaba yo", dice. "O sea, lo opuesto de lo que ocurría en las escenas que rodábamos".

Kyle Chandler encarna a Joseph Bradley, el delegado de la CIA en Islamabad. "Kyle tiene el típico encanto americano", observa Kathryn Bigelow. "Al parecer, hay hombres como él en la CIA, agentes que cultivan su lado más atractivo, más afable. Da la impresión de querer hacer las cosas bien, pero también se nota que hay algo mucho más turbio por debajo de todo esto".

"Un antiguo delegado de la CIA me dijo una vez que las buenas personas no llegan a ser agentes especiales", añade Mark Boal. "Cuando escribía el papel de Kyle nunca dejé de pensar que en este trabajo el engaño sirve para ascender profesionalmente".

"Es alguien que tiene una profesión con tremendas exigencias", dice Kyle Chandler. "Debe ser capaz de tomar decisiones que pueden cambiar la vida de la gente de forma inmediata o en el futuro. Lo que más me sorprende es que personas normales cumplen misiones extraordinarias".

En Langley, el jefe supremo de Maya es George, director del departamento de Afganistán y Pakistán dentro del Centro de Contraterrorismo de la CIA, al que encarna Mark Strong. Gran parte de los diálogos del personaje fueron sacados de informes y testimonios. "La frase ‘Hagan su trabajo, tráiganme a gente a la que pueda matar’ fue pronunciada por alguien de carne y hueso", dice el guionista.

A medida que las pistas se desvanecen y nunca llegan a cristalizarse, Maya empieza a trabajar con otro recluta que la ayuda en su fanática búsqueda. Se trata de Larry, un agente de primer nivel y especialista en vigilancia, interpretado por Édgar Ramírez, al que hemos visto encarnar al famoso terrorista Carlos el Chacal en la miniserie "Carlos".

"Me pareció muy interesante meterme en la piel de un hombre cuyo trabajo consiste en pasar desapercibido", comenta el actor.

La autenticidad de los decorados y el rodaje al estilo "guerrilla" añadieron intensidad al papel de Édgar Ramírez. La directora le dijo que recorriese un enorme mercado en India, dándole unas cuantas instrucciones y con cámaras ocultas siguiéndole.

"Fue una forma de conseguir una textura muy especial", dice el actor. "Todos teníamos la sensación de que respirábamos el mismo aire que las personas que realmente buscaron a Bin Laden. Es lo que me entusiasma de esta película, han conseguido trasladar a la pantalla las experiencias y emociones de las personas que realmente estuvieron allí, y cómo vivían haciendo su trabajo".

Jessica es otra agente cuyo papel está inspirado en una auténtica agente de la CIA. Tiene más experiencia y es más tradicional en su método de trabajo que Maya.

Interpretada por Jennifer Ehle, la agente Jessica representa una generación de analistas de la CIA que trabajaban antes del 11-S. "Sigue los métodos de la vieja escuela para buscar pistas", explica la actriz. "Aprendió a trabajar con las técnicas de la CIA basadas en la Guerra Fría".

Eso da pie a cierta tensión y competencia entre las dos agentes. "Jessica y Maya son dos mujeres alfa", explica Jennifer Ehle. "Al principio hay cierta fricción, pero acaban uniendo sus fuerzas".


La Fuerzas Especiales (Navy SEAL)
Cuando la caza de Bin Laden llega a su momento culminante, el enfoque pasa de los agentes de la CIA a otro grupo de guerreros secretos, el Equipo 6 de los Navy SEAL, encargado de llevar a cabo la incursión en helicóptero al complejo de Osama bin Laden a las afueras de Abbottabad. Conocidos por su forma física y su capacidad de funcionar en situaciones de máximo estrés, los Navy SEAL son soldados con una preparación muy especial; se les enseña a pensar, a ser creativos, duros y a apretar el gatillo. Kathryn Bigelow buscó actores capaces de comunicar una personalidad intensa y soportar el entrenamiento físico requerido por el rodaje.

Joel Edgerton, otro actor australiano, es Patrick, el líder del equipo SEAL. "Kathryn y Mark estaban obsesionados con que los detalles fueran correctos", dice. "Nos asesoró un Navy SEAL durante el rodaje. Estaba en el plató y no paraba de preguntarnos: ‘¿Cómo entran en una habitación? ¿Cómo llevan el arma?’ Era un constante bombardeo".

"Joel desprende tranquilidad e intensidad, da la sensación de autoridad y fuerza. Consiguió hacer de Patrick un personaje accesible, algo muy importante para el punto culminante de la película. Es un líder natural, por eso es tan creíble en el papel", dice la directora.

Hablando de Chris Pratt, que se dio a conocer en Moneyball: Rompiendo las reglas, película nominada a seis Oscar, y que encarna a Justin, el compañero de Patrick en la redada, dice: "Lo que me gustó de él fue esa sensación de fuerza amable". Además, el actor procede de una familia de militares. "Entendía realmente cómo sobrellevan esos chicos la dureza de su trabajo a través del humor", añade Kathryn Bigelow.

El personaje de Justin simboliza el escepticismo de muchos cuando se les informó de las pruebas circunstanciales que apuntaban a que Bin Laden era la presa escondida en el complejo de Abbottabad. "No era la primera vez que se les mandaba a matar a Bin Laden", dice Chris Pratt. "Un hombre como Justin había perdido amigos en esas misiones y conoce el coste potencial si las pruebas están equivocadas".


La ilusión de la realidad
"Quería crear un entorno que no pareciera artificial, sin dejar de captar el exotismo y la fuerza de la historia mediante imágenes llamativas", explica Kathryn Bigelow. "La película está planeada milimétricamente, pero espero que parezca totalmente natural, espontánea incluso".

En primer lugar, la realizadora se encargó de que el departamento de cámara y el artístico se fundieran e integraran: "El diseño de los platós y la decoración se concibieron de acuerdo con los movimientos de la cámara".

Kathryn Bigelow escogió al director de fotografía Greig Fraser (Blancanieves y la leyenda del cazador, Déjame entrar/Let Me In, Bright Star) y al diseñador de producción Jeremy Hindle (en su debut como tal en un largometraje), que no solo habían trabajado con ella anteriormente, sino que además son muy buenos amigos. "Los dos son auténticos maestros", dice la directora. "Trabajan muy bien juntos y se conocen tanto que uno es capaz de acabar la frase del otro. Nos ayudaron a crear una estética muy unificada".

"A Greig le encantan las superficies reflectantes", dice Jeremy Hindle. "Yo buscaba formas de ofrecérselas, sobre todo en escenas con una iluminación de baja intensidad".

El resultado es un trabajo de fotografía muy vivo y envolvente, realizado cámara en mano para aportar mayor intimidad y un toque rústico. "Cada vez que una toma nos recordaba a otra película, Greig y yo nos mirábamos y decíamos: ‘Mejor hacemos otra cosa’, y realizábamos cambios para que no pareciera familiar, inclinándonos siempre por algo más natural".

Los retos planteados por LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY) intrigaron a Greig Fraser inmediatamente. "Desde un punto de vista fotográfico, el mayor atractivo de la historia es poder llevar al espectador a mundos desconocidos para él. Empezando por los despachos de la CIA en Washington DC, pasando por las calles de Pakistán, hasta el escondite de Bin Laden, hay un sinfín de contrastes por donde llevar de viaje al público".

Dichos contrastes forman parte de la realidad diaria de Maya. "Deja los despachos limpios, blancos y luminosos de la CIA por las calles estrechas, llenas de colores, olores y humos de la ciudad", explica la realizadora.

Kathryn Bigelow y Greig Fraser decidieron al principio de la preproducción que la película se rodaría con cámaras digitales ARRI ALEXA. "Fue una decisión meditada y concreta, dictada en parte por la necesidad de rodar con poca luz durante la redada en Abbottabad", explica la realizadora. "Son cámaras muy sensibles a la luz, lo que nos permitió utilizar fuentes de luz de bajísima intensidad para simular con mayor realismo una noche sin luna".

"En manos de Greig, y gracias al objetivo que decidió usar, la ALEXA aporta una textura única, que no es lo mismo que el celuloide, pero tampoco es lo que se espera del digital", explica Kathryn Bigelow. "La textura no es ‘limpia’, sino ligeramente granular, pero con un espectro de colores que permite crear imágenes densas, saturadas, exuberantes y sensuales".


La inspiración en decorados extremos
Para conseguir imágenes exuberantes fue necesario viajar a lejanos países donde encontrar localizaciones que correspondieran a los lugares auténticos. Decididos desde un principio a que la película fuera orgánicamente realista, Kathryn Bigelow y Mark Boal sabían que no podían rodar LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY) en los platós de un estudio. Estaban dispuestos a desplazarse donde hiciera falta para encontrar decorados equiparables a las remotas regiones y ciudades de Pakistán donde transcurrió gran parte de la búsqueda.

"Es mejor rodar en un entorno real, aunque se manipule el decorado para que tenga la resonancia visual requerida", dice la directora.

Después de recorrer varios países buscando un edificio que pudiera hacer las veces de Embajada americana en Islamabad, Pakistán, los cineastas escogieron una universidad científica en Chandigarh, una pequeña ciudad al norte de la India, no lejos de la frontera con Pakistán. El departamento artístico pintó la universidad de arriba abajo, la redecoró y tuvo especial cuidado con el comportamiento de las superficies y los espacios con la cámara. Se realizaron numerosas pruebas para manipular la paleta de colores y las texturas de las paredes. Al final llegó el turno de los toques típicos de una Embajada, desde las cámaras de vigilancia a la máquina de codificación.

"Donde y como rodamos, cada decisión venía dictada por el deseo de respetar lo que realmente ocurrió", comenta Mark Boal. "Sabíamos que es complicado llevar a todo un equipo de rodaje al otro lado del mundo, pero solo así podíamos conseguir algo esencial. Cuando se empieza a transigir en una película como esta, es el principio del fin".

LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY) es la primera película occidental que se ha rodado en la ciudad y atrajo a muchos curiosos. "Rodar en India no es tan fácil como parece", explica el guionista y productor. "Se necesitan permisos para cosas que ni se nos ocurren, como fumar en el plató, por ejemplo, o rodar durante una fiesta nacional… Con tantos permisos, todo parecía estar previsto, pero no fue así".

Se rodaron muchos planos en las caóticas calles de Chandigarh y fue necesario controlar a los curiosos. "Venía a vernos rodar muchísima gente y era muy fácil perder el control", recuerda Mark Boal. "La única forma de asegurarnos de que todo saldría bien era distraer a la multitud con ‘rodajes falsos’ mientras rodábamos la escena que nos interesaba en otro lugar".

También tuvieron que vérselas con un grupo de airados manifestantes. Al parecer los decoradores habían dejado una calcomanía de tres centímetros en una falsa señal urbana pakistaní. El productor describe la escena: "El grupo mandó al líder y nos sentamos en círculo. Después de disculparme le expliqué que no era nuestra intención insultarles, y me contestó que éramos bienvenidos y que siguiéramos rodando".


La réplica del complejo de Bin Laden en Jordania
El momento culminante de LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY) transcurre en un decorado sumamente complicado, el último escondite de Osama bin Laden dentro de un complejo de 3.500 metros cuadrados situado en una zona residencial a las afueras de Abbottabad, a unos 160 kilómetros de la frontera con Afganistán y a un kilómetro y medio de una academia militar pakistaní.

Basándose en planos, datos conocidos y documentos independientes, el departamento de diseño construyó una réplica perfecta gracias al trabajo de albañiles de un pueblecito cercano al mar Muerto. Kathryn Bigelow quería que se viera cómo y dónde se encontró a Bin Laden, por lo que el decorado debía ser completo.

"La casa que levantamos era real; las luces se encendían, las puertas se cerraban y cada una de las habitaciones se decoró de acuerdo con nuestra documentación", dice la realizadora.

La responsabilidad de construir una réplica idéntica al original recayó en el diseñador de producción Jeremy Hindle, que comparte la pasión por el detalle con Kathryn Bigelow. "Los dos estábamos de acuerdo en que la dirección artística de esta película no debía notarse", dice. "El objetivo es que el espectador esté allí mismo, en el momento en que ocurre, nada más".

"Kathryn quería que la acción y la violencia estuvieran en un contexto emocional y no solo físico", añade el diseñador de producción. "Después de ver una película suya, la acción no solo se mantiene en los ojos, sino en el corazón".

Para edificar el complejo, Jeremy Hindle pidió a la empresa Frame Store, con sede en Londres, que hicieran un modelo 3-D a escala. A continuación, su equipo tardó tres meses en levantar la residencia con bloques de cemento previamente envejecidos para que fuera lo más parecida posible a las fotografías que habían visto.

"Era inquietante", recuerda. "Tardamos seis semanas en pintarlo, darle la textura requerida, envejecerlo y conseguir que pareciera habitado. Entonces se convirtió en algo real, teníamos la sensación de estar allí, en Abbottabad".

Además, la estructura debía ser muy estable: "Hubo que construir el edificio para que resistiera al viento que levantan los helicópteros Black Hawk cuando se abalanzan sobre el complejo", explica Jeremy Hindle. "Construimos cimientos con bloques macizos de dos metros por tres".

Aunque el complejo de Abbottabad representó todo un desafío, no fue el único al que debió enfrentarse Jeremy Hindle. También se encargó de recrear varias localizaciones que fueron noticia hace años, como las Torres Khobar, un edificio residencial en Arabia Saudí destruido por una bomba en 1996, y cuyo ataque fue posteriormente atribuido a Al Qaeda, así como el Campamento Chapman, la base de la CIA cerca de Khost, Afganistán, atacado por un terrorista suicida en diciembre de 2009.


La iluminación de la redada
Una vez creado el complejo, quedaba captar con la mayor precisión posible lo que realmente ocurrió aquella noche. Se coreografió con sumo cuidado la iluminación y el rodaje para que simularan lo que los SEAL experimentaron entonces.

"Los SEAL llegaron una noche sin luna, la más oscura del mes", explica Greig Fraser. "La dificultad residía en recrear esas condiciones lumínicas y que el espectador viera lo que pasaba en la escena. Teníamos claro que no íbamos a usar la iluminación nocturna habitual, solo nos quedaba inventar otra cosa. Crear la sensación de ‘sin luz’ es muy complicado".

"Realizamos numerosas pruebas y hablamos mucho sobre el grado de oscuridad idónea", sigue diciendo. "Al final llegamos a la conclusión de que debíamos hacer algo muy poco convencional para que el espectador se diera cuenta de que los SEAL apenas veían nada".

La secuencia está rodada en una noche muy sombría con largos destellos de luz procedentes de explosiones y otras fuentes luminosas. "Al parecer, es lo que veían los SEAL", añade Greig Fraser. "Necesitan luz y la buscan donde surge de forma natural".

"Además, conectamos una serie de luces infrarrojas y las adaptamos a las cámaras", explica. "Es muy parecido a lo que ven los SEAL porque llevan luces infrarrojas montadas en los cascos".

Kathryn Bigelow rodó casi todas las secuencias de la redada dos veces, una en la oscuridad casi total y otra mediante el sistema de luces infrarrojas, con la dificultad añadida de que las tormentas de viento levantaban auténticas cortinas de arena".

"Rodamos exactamente un año después del ataque al complejo de Bin Laden", dice la directora. "Era una sensación fantasmagórica".


Los Black Hawk furtivos
Uno de los aspectos más atrevidos de la misión estadounidense contra el complejo de Abbottabad fue usar un modelo de helicóptero que nunca había participado en nada semejante: el Sikorsky Black Hawk equipado con tecnología furtiva para acercarse sin ser detectado por la seguridad del complejo o el ejército pakistaní. Aunque los Black Hawk convencionales tienen un largo historial militar y han sido usados en situaciones muy peliagudas en Grenada, Irak, Somalia, los Balcanes y más recientemente en Afganistán, el hecho de que nunca hubieran sido probados con tecnología furtiva, aumentaba los imponderables de la misión.

Los parámetros exactos de los Black Hawk con tecnología furtiva siguen sin conocerse, a pesar de que se publicaron varias fotografías y dibujos después de la redada. Para diseñar las cuatro réplicas, Jeremy Hindle trabajó con personas familiarizadas con los aviones furtivos. Al igual que estos, los Black Hawk están revestidos con materiales de tecnología punta; su diseño incluye ángulos estructurales planos que los radares no captan y usan sofisticados sistemas de amortiguación de sonido.

"Nadie sabe exactamente cómo son", dice el diseñador. "Además de estudiar las fotos y los dibujos que aparecen en Internet, hablamos con expertos para hacernos una idea del aspecto que puedan tener. Al fin y al cabo, no hay muchas opciones. El fuselaje básico no cambia; se realizan modificaciones específicas para que sean silenciosos y no puedan ser captados por los radares".

Las réplicas, hechas de acero y fibra de vidrio, se fabricaron en Londres y se mandaron a Jordania donde se ensamblaron. "Cabían tres piezas en cada contenedor", explica el diseñador de producción y añade, riendo: "Pero no fue nada fácil convencer a los aduaneros jordanos de que dejasen entrar helicópteros furtivos de un modelo desconocido".

Para emular el Black Hawk accidentado que casi hace abortar la misión, Kathryn Bigelow y Jeremy Hindle decidieron colgar una de las réplicas de una grúa a 60 metros de altura para que girase sobre sí misma como hace un helicóptero a punto de estrellarse. "Era una pluma articulada que hacía girar a los actores y al cámara", dice el diseñador. "Colocamos máquinas de viento en puntos estratégicos para que los restos volaran y rodamos el accidente como si ocurriese realmente".

Además de las réplicas, también participaron dos Black Hawk jordanos a los que se añadió camuflaje furtivo mediante efectos digitales en la posproducción. Los cineastas no solo querían que los helicópteros fueran reales, sino penetrar en la experiencia de los SEAL camino de una situación peligrosa y errática en terreno desconocido. "Queríamos que el espectador sintiera lo que es estar atrapado en una especie de lento autobús volador que ha perdido la agilidad y velocidad habituales de un Black Hawk", resume Mark Boal. "Es un vuelo sin luces, totalmente a oscuras en el cielo negro de Pakistán. Estos hombres realizaron una auténtica proeza".


La posproducción
Una vez acabado el rodaje, Kathryn Bigelow siguió trabajando en la sala de montaje con Dylan Tichenor y William Goldenberg, dos montadores nominados por la Academia de Hollywood, verificando todo el material rodado para construir la película. Disponía de 600.000 metros de película digital. "Era una auténtica montaña", dice la realizadora. "Podríamos haber montado una película de tres horas, pero Billy y Dylan supieron ayudarme a reducirla a una duración más normal".

A continuación, el montador y diseñador de sonido Paul N.J. Ottosson, ganador de dos Oscar, añadió otro importante componente a la película, tal como dice Kathryn Bigelow, con la que ya había trabajado en su anterior película, En tierra hostil: "Para mí, la imagen solo representa 180 grados del total del cuadro, los otros 180 proceden del sonido".

Para redondear el trabajo, Alexandre Desplat (El discurso del rey), nominado a cuatro Oscar, compuso una partitura sutilmente evocadora. La directora se reunió en varias ocasiones con el compositor para encontrar un sonido que complementara la película sin hacerse con el protagonismo. "Alexandre crea atmósferas con estructuras melódicas complejas y sutiles", dice Kathryn Bigelow. "Se le ocurrieron temas asombrosos, capaces de llevarnos por una historia que abarca más de diez años".

"Nuestro objetivo final era llevar al público a un mundo de claroscuros que se desvela en contadas ocasiones, e iluminar el lado humano de dicho mundo", concluye la directora.