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  Baztan  Dirigida por Iñaki Elizalde
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Baztan es el primer largometraje de Iñaki Elizalde (Navarra, 1971) tras los premiados cortometrajes "Patesnak, un cuento de Navidad” y "El olvido de la memoria".

Según Iñaki Elizalde "Baztan nace de una una historia universal tristemente conocida y repetida: una mayoría mantiene discriminada en un gueto a una minoría a la que trata como animales. Lo que la diferencia quizás de otras es que ésta se ha mantenido durante más de diez siglos, escondida en un pequeño y recóndito valle del norte de Navarra".

La historia de los Agotes, considerados como una "raza maldita" durante siglos en el valle de Baztan, constituye la trama principal de la película y ayuda a presentar una segunda lectura de la misma.

Baztan optará además al Premio Serbitzu de la sección Zinemira del festival donostiarra, por el que compiten diez producciones vascas. El guionista de Baztan, Michel Gaztambide, recibirá el Premio Zinemira otorgado por el Festival y las asociaciones de productores EPE/APV e IBAIA a la trayectoria de una personalidad destacada del cine vasco. Gaztambide ha colaborado como guionista con directores como Julio Medem (Vacas, 1992) y Enrique Urbizu (La caja 507, 2002, La vida mancha, 2003, No habrá paz para los malvados, 2011).

Producen Lazo Films, Orreaga Filmak, Erpin 360 y ETB.


Notas del director
BAZTAN nace de una historia universal tristemente conocida y repetida: una mayoría mantiene discriminada en un gueto a una minoría a la que trata como animales.

Lo que la diferencia quizás de otras es que ésta se ha mantenido durante más de diez siglos, escondida en un pequeño y recóndito valle del norte de Navarra (que da título a la película) llegando hasta nuestros días.

La historia que BAZTAN plantea está acotada por un río circular y perenne que arrastra al presente fragmentos de un estigma marcado a fuego en el pasado. Un río circular que encierra la manera de vivir de una sociedad profundamente cerrada de costumbres ancestrales. Lo que pasa en el valle, se queda en el valle.

BAZTAN propone una mirada clásica a un fragmento de ese pasado. Por mandato Real, un caballero de la Orden de Santiago viaja al valle de Baztan para probar la limpieza de sangre de otro que ha solicitado el ingreso en la orden a la que éste pertenece. El caballero de la corte descubre una sangrante historia de exclusión racial que intentará utilizar en su provecho para escalar peldaños en el Tribunal de la Santa Inquisición.

BAZTAN propone otra mirada, menos clásica, al presente de ese espacio físico y humano. Aquella que descubre que la historia de los Agotes, raza maldita, lejos de ser olvidada sigue presente en el consciente colectivo. Esta mirada viene narrada a través de infinidad de pequeñas historias entretejidas a la manera de una tela de araña. De esta forma se plantea una narración en dos tiempos que se intercalan.

BAZTAN propone la historia de unas personas que están preparando una película sobre la discriminación racial de los Agotes. Gente del valle (unos que son agotes y otros que no lo son) y gente de fuera, que trabajan conjuntamente persiguiendo un objetivo común.

BAZTAN habla del paso del tiempo. De lo que muere y de lo que nace. De lo que, a pesar de morir, permanece en el recuerdo. De lo que después de muerto renace un instante transformando su apariencia física, convirtiéndose en inmortal, para después desaparecer de nuevo.

BAZTAN habla de la necesidad de la narración. De la realidad y del artificio. De la transformación o adecuación de lo que existe con el objetivo de contar una historia sobre eso mismo que existe. De la tenue línea que separa aquello que llamamos documental de ese otro aquello que llamamos ficción.

BAZTAN propone una historia a la manera de un puzle que el espectador debe completar, aportando su propia y necesaria visión de lo expuesto, enriqueciendo la propuesta.

La historia de BAZTAN se propone en un tono positivo. La vida sigue y todo, tarde o temprano, acabará olvidándose. Porque cada vez nos parecemos más unos a otros. Se van perdiendo las particularidades culturales. Desaparece aquello que nos diferencia. Ese río, en principio circular, tarde o temprano acabará muriendo, irremisiblemente, en un mismo mar común.