Ane, de 13 años, ha perdido la visión. Mientras sus padres andan ocupados en tratar de operarla una y otra vez, ella ha entrado en la pubertad y se hace preguntas: ¿Qué es estar buena? ¿Puedo yo gustar a alguien? Durante las vacaciones en la casa familiar de un pueblo costero, irrumpe su tío Antonio, un fotógrafo que ha recorrido medio mundo, como un soplo de aire fresco. Es el verano del primer amor y la primera regla. Con Antonio, Ane descubre la fotografía. Cámara en mano como un detective, y para desesperación de su madre, Ane va captando escenas cotidianas, hasta que se encuentra con cosas que nadie quiere ver o enseñar Lejos de asumirse como víctima, Ane luchará por encontrar su propio camino como adolescente y como ciega.