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Destacado: Un grupo de inadaptados busca su destino en 'Mufasa: El Rey León'
  Las ventajas de ser un marginado  (The perks of being a wallflower)
  Dirigida por Stephen Chbosky
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Los productores de la película son Lianne Halfon ("Juno", "Jeff y los suyos", "Young Adult"), Russell Smith ("Juno", "Jeff y los suyos", "Young Adult") y John Malkovich ("Juno").

La música original es obra de Michael Brook ("Todos los días de mi vida", "The Fighter"). El diseño de vestuario ha corrido a cargo de David C. Robinson ("Young Adult", "Shame"). Mary Jo Markey ("Star Trek", "Super 8") se ha ocupado del montaje. El diseño de producción es de Inbal Weinberg ("Our Idiot Brother", "Blue Valentine"). El director de fotografía es Andrew Dunn ("Crazy, Stupid, Love", "Como la vida misma"). James Powers ("LOL", "Chicas malas") ejerce de productor ejecutivo. Alexandra Patsavas ("La Saga Crepúsculo", "Anatomía de Grey", "The O.C.", "Gossip Girl") es la supervisora musical.

En 1987, Stephen Chbosky, que por entonces contaba 17 años, asistió a un festival de cine en el Fulton Theater de Pittsburgh, donde conoció a uno de los habitantes más famosos de la ciudad: el rey del cine de terror George A. Romero. El guionista y director en ciernes le pidió a Romero que le autografiara un póster que en la actualidad tiene colgado en su despacho. La dedicatoria dice: "Steve, mantente asustado. Espero que consigas que te produzcan tu primer guión. George Romero".

Puede que no le produjeran su primer guión, pero su primera creación literaria, la novela para jóvenes adultos "Las ventajas de ser un marginado", se publicó en 1999 y ha acabado convirtiéndose en una obra de culto, de lectura obligada en algunos colegios y prohibida en otros. Ahora, Chbosky ha escrito y dirigido, con exquisita sensibilidad a la hora de componer los planos, un filme basado en su alabada novela. Al igual que el libro, la película sigue las andanzas de su protagonista, Charlie, a lo largo de un primer año de instituto emocionante, traumático y, en última instancia, triunfal.

Chbosky, licenciado por el prestigioso programa de guionistas de la Universidad del Sur de California (USC), empezó a escribir el libro mientras aún estaba en la universidad, y lo terminó unos años más tarde, cuando vivía en Nueva York. "Escribí el libro por motivos muy personajes", señala. "Estaba pasando por un momento muy difícil en mi vida personal. Pero también había llegado a un punto en mi vida en el que estaba preparado para escribir sobre por qué buenas personas tienen que pasar por momentos tan malos y cómo una familia de buenos amigos puede ayudarte a superar esos baches. La verdad es que necesitaba esas respuestas para mí mismo, y es como si Charlie me hubiera dado un toque en el hombro y me hubiera dicho: ‘Estoy listo para contar mi historia’".

Irónicamente, es precisamente la naturaleza profundamente personal del material lo que lo hace tan universal, sostiene: "No intentaba contentar a todos ni llegar a todos. Únicamente intentaba contar mi propia verdad. Nunca pensé en agradar al gran público. Conté mi historia de la manera más auténtica posible y creo que la gente respeta precisamente eso".

El notable éxito del libro hizo que el autor recibiera varias ofertas para adaptar su historia a la gran pantalla. En vez de eso, Chbosky se trasladó a Los Ángeles para dedicarse a otros proyectos, como escribir el guión de la adaptación cinematográfica del fenómeno de Broadway "Rent" y co-crear la serie de televisión de la cadena CBS "Jericho". Pero sabía que en cierto momento acabaría volviendo a la historia de Charlie.

"Siempre he querido hacer una película basada en mi libro", afirma. "Veía las imágenes muy vívidamente mientras lo escribía. Pero quería dejar el tiempo y la distancia suficientes para hacerlo bien. Mientras tanto, me dediqué a trabajar en otros muchos guiones. Adquirí la experiencia necesaria que me permitiera estar preparado para escribir un guión que fuera fiel al libro".

Chbosky tenía un enorme sentido de la responsabilidad para con sus innumerables fans a la hora de adaptar la popular novela al cine. "En los 13 años transcurridos desde la publicación inicial de ‘Las ventajas de ser un marginado’, he recibido cientos de cartas y de mensajes de correo electrónico", explica. "Algunos de ellos te partían el corazón. Te das cuenta de lo tremendamente solos que se sienten muchos chicos. Creen que nadie les escucha, que a nadie le importa. Algunos de ellos dicen que estaban pensando acabar con todo, pero que entonces leyeron el libro y decidieron no hacerlo. Cuando sucede eso, es algo que te cambia y te vuelves consciente de la responsabilidad que tienes".

El libro está escrito como una serie de cartas que dirige Charlie a una persona no identificada. Las cartas de Charlie tratan con toda sinceridad cuestiones a las que los adolescentes siguen teniendo que hacer frente más de una década después. Algunos de estos temas "candentes", como el sexo, o el uso de drogas y el alcohol, han convertido el material en algo polémico en ciertas comunidades. "Cada vez que prohíben el libro en algún sitio, la gente dice que es algo que llevar con orgullo", comenta el autor. "Pero, para mí, siempre supone una cierta tristeza. Escribí el libro en parte para poner fin a un silencio. Quiero que los hijos puedan hablar con sus padres de lo que están pasando. La censura y la prohibición de libros no sirven más que para acabar con el diálogo".

Más importantes que cualquiera de los acontecimientos del libro son los personajes, en opinión del autor. Por ese motivo, a la hora de escribir el guión, reestructuró la trama para centrarse fundamentalmente en la relación entre Charlie y los primeros amigos que hace en su nuevo instituto, en concreto Sam y su hermanastro Patrick, que lo ven como un alma gemela. "Hubo que suprimir algunas cosas, pero los temas centrales siguen ahí", explica Chbosky. "La familia de amigos y las relación entre Charlie, Sam y Patrick tenían que estar presentes. En última instancia, corté las cosas que son bonitas en el libro, pero no acababan de encajar en la película. Pero es que, si hubiera rodado hasta la última escena del libro, habría quedado un filme de cuatro horas".

La historia se sigue contando desde la perspectiva de Charlie, pero Chbosky urdió un sutil cambio de punto de vista que sabía que era necesario para contar la historia de la forma más eficaz posible. "En el libro, nos encariñamos con los amigos de Charlie gracias al cariño que siente él por ellos", observa. "Pero eso no funciona en una película. Tuve que encontrar una forma objetiva de mostrar el cariño subjetivo de Charlie. Tuve que idear maneras de hacer mucho más gracioso el personaje de Patrick, porque no basta con que Charlie describa lo gracioso que es. Tiene que ganárselo de verdad".

Al enterarse de que Chbosky estaba trabajando en una adaptación de su novela, Lianne Halfon, Russell Smith y John Malkovich, socios en Mr. Mudd Productions, se pusieron en contacto con él. La productora es responsable de títulos como la candidata al Oscar® "Juno", "Ghost World", "El arte de estrangular", "Abel" y "Jeff y los suyos", así como alabados documentales, entre los que figuran "Which Way Home". Los socios estuvieron de acuerdo en que Chbosky era el único director que concebían para el proyecto, aunque ello pudiera complicar un poco cerrar un trato con algún estudio.

"Acordamos que, cuando tuviéramos un guión que reflejara realmente el libro, empezaríamos a buscar las mejores opciones posibles", comenta Smith. "Todos los componentes tenían que ser los mejores, porque un director novel siempre es la mayor incógnita, pero estábamos todos de acuerdo en que Stephen tenía que dirigir la película. Puesto que Stephen había escrito un libro precioso y un guión maravilloso, estábamos seguros de que podía conseguirlo".

El equipo de productores decidió implicarse de forma directa en todo el proceso de realización, decisión que el director novel agradeció mucho. "No podría haber pedido mejores productores", asegura Chbosky. "Estuvieron presentes todos los días de rodaje y posproducción. Me dijeron en todo momento la verdad. Sus anotaciones y sugerencias resultaron inestimables".

John Malkovich le ofreció a Chbosky otro consejo clave antes de empezar a rodar. "John me dijo que la razón por la que le había gustado tanto el guión es porque tenía verdadero corazón y que, al tener verdadero corazón, no necesitábamos sentimentalismos. Me dijo: ‘Elige siempre la toma más dura’, y lo tuve siempre presente. Soy un blandengue. Quiero la toma más romántica pero, la mayoría de las veces, ese consejo nos salvó de volvernos demasiado sensibleros."

Chbosky considera el resultado final como una historia de amor nada convencional. "Escribí la línea ‘aceptamos el amor que creemos que nos merecemos’ en mi primer borrador", señala. "Se convirtió en un tema central de todo el libro y, en última instancia, también de la película. No se trata únicamente del amor romántico. Puede tratarse de los amigos. O incluso de cómo te tratas a ti mismo. Se trata de cómo vivir una vida estupenda si dejas entrar más al mundo".

Aunque los lectores más habituales de la novela suelen ser adolescentes, Chbosky tiene plena confianza en que el atractivo de la película trasciende la edad. "Al ver la película, un adulto puede sentir mucha nostalgia sobre cómo era ser así de joven", asegura. "Un chico de doce años, que aún no ha llegado al instituto, puede encontrar en ella cierta orientación de cara al futuro. Alguien que se encuentre en plena edad, pude necesitar cierta reafirmación de que lo que está pasando es real y que hay alguien más que lo entiende. Quiero que una madre vea la película y recuerde lo que era ser joven, y quiero que una hija se sienta reafirmada sobre lo que es ser joven. Quiero que ambas sientan que necesitan hablar entre ellas sobre lo que han experimentado. Eso es lo que quiero".


Charlie y compañía
Encontrar a los actores adecuados para cualquier película es un proceso delicado, pero ser capaz de encarnar a personajes adorados por toda una generación presenta otras complicaciones muy particulares. Chbosky ha logrado reunir meticulosamente un reparto extraordinario para su ópera prima como director, que incluye a un trío de jóvenes actores de gran talento para interpretar a los personajes principales de Charlie, Sam y Patrick: Logan Lerman, Emma Watson y Ezra Miller. "Creo que el guión estaba esperando a este reparto", afirma. "Si hubiera terminado el guión tres años antes, habrían sido todos demasiado jóvenes. Si hubiera terminado dos años más tarde, habrían sido demasiado mayores".

Logan Lerman, una estrella en alza que interpreta el papel principal de la franquicia de Percy Jackson, fue el elegido para hacer de Charlie. Su conexión instantánea con el personaje sorprendió incluso al mismo director. "Creía que nadie conocía a Charlie tan bien como yo, pero Logan sí lo hace", asegura Chbosky. "Su interpretación fue muy sutil. Es torpe, pero al mismo tiempo es apuesto y positivo. Maneja cada emoción con suma destreza. Creo que es una de las mejores interpretaciones que he visto jamás de un actor tan joven".

Chbosky quedó tan impresionado con la versatilidad y transparencia emocional de Lerman que conservó un momento de la película que, en su opinión, representa al actor en su mejor momento. "Tiene una escena muy emotiva con Joan Cusack, que interpreta a la Dra. Burton. Lo intentamos de muchas maneras distintas. Tengo una toma de diez minutos guardada en la que hace la escena tres veces seguidas, con pequeños cambios. Son diez de los minutos filmados más impactantes que he visto en vida. Los conservaré siempre".

Logan Lerman conocía la novela por su reputación, pero no la había leído cuando recibió el guión. Su reacción a la historia y a los personajes fue inmediata e intensa. "Quedé embargado de emoción", recuerda. "La gente es muy real e interesante. En un primer momento, no sabía a quién quería interpretar, pero sabía que quería formar parte de la película fuera como fuera".

No tardaría en decidir que Charlie era el papel que más le interesaba. "Charlie es muy ingenuo y no se siente nada cómodo consigo mismo", observa. "Está intentando sobrellevar los problemas emocionales resultantes de ciertas situaciones difíciles de su pasado y sobrevivir a su primer año de instituto".

Lo que salva a Charlie, según Chbosky, es su franqueza. "Charlie es un alma muy pura. A primera vista, es un chico algo torpe y solitario, pero siempre intenta ver el lado positivo de la vida. Acaba de empezar el instituto, ha perdido a un amigo muy querido, y todavía no ha superado la pérdida de su pariente favorito hace años. Busca algo de esperanza, pero lo que encuentra es un montón de estudiantes de cursos superiores sumamente desagradables y una hermana que ni siquiera quiere comer con él. Entonces, hace algo valiente: decide acudir él solo al partido de fútbol americano del viernes por la noche, y allí es donde conoce a Patrick. Eso cambiará su vida para siempre. Y ese es un mensaje importante: deja de quedarte al margen. Ve al partido. Puede que parezcas un pringado, pero ve al partido".

Dado que el material es tan conocido y querido, Lerman se sintió mucho más tranquilo al saber que Chbosky conservaba el control creativo del guión y del rodaje. "El libro significa mucho para mucha gente", afirma. "Steve aportó verdadera pasión a todo el proceso y la pasión es algo contagioso. Fue un rodaje agotador, pero sentarse a hablar con Steve cada día me permitía reponer fuerzas. Reunió a un grupo de personas cuyo trabajo admiro profundamente. Es un honor poder formar parte de una película que me permite trabajar con gente de tanto talento. Tan solo espero que el público reaccione tan positivamente a ella como lo hicimos nosotros".

Sam y Patrick son hermanastros, estudiantes de último curso, que presentan a Charlie a sus amigos, un grupo de espíritus libres creativos a los que Sam se refiere como habitantes de la "isla de los juguetes inadaptados". "Deciden acogerlo con los brazos abiertos, para que no tenga que volver a sentirse solo nunca más", explica Chbosky. "Sam tiene fama de ser algo alocada y Patrick es gay, así que saben cómo se siente uno al ser criticado. No se puede negar la bondad evidente de estos dos jóvenes. Enseñan a Charlie cómo funciona el mundo. Le dan permiso para explorar la vida, quedarse en ropa interior y plantarse delante de 300 personas para ‘The Rocky Horror Picture Show’, y cuestionarse todo lo que cree saber. Lo conducen hasta su primer beso, su primer gran paseo en coche y a la música que definirá toda su vida".

Emma Watson interpreta a Sam, en su primer papel importante desde que terminara con la serie de películas de Harry Potter, que la convirtieron en una estrella mundial a la tierna edad de 11 años. "Para mí, Sam es la chica perfecta", explica Chbosky. "Emma está absolutamente deslumbrante en su papel. Se lo tomó muy en serio. Me llevó unos cinco minutos darme cuenta de que era la persona perfecta para el personaje y para la película. Se crió en mitad de un torbellino y lo hizo con una clase y una gracia tremendas, pero desprende una cierta soledad. Supe cuando la conocí que esta era una parte de ella que estaba deseando salir a la luz. Únicamente necesitaba permiso".

Watson estaba cursando estudios en la Universidad Brown cuando recibió el guión. Al no estar familiarizada con la novela, se la mencionó a varios amigos y descubrió que eran grandes admiradores de la misma. "Estaba llorando cuando acabé el guión", recuerda Watson. "Es imposible no ser capaz de sentirse identificada con las experiencias de estos personajes. No necesitaba ir a un instituto americano o asistir al baile de graduación para poder conectar con Sam... o Charlie, o Brad, o cualquiera de los personajes".

Después de casi una década encarnando a Hermione Granger, Watson era muy consciente de los peligros que entrañaba dar vida a un personaje ficticio muy querido. "A veces, tenía la sensación de haber saltado directamente de la sartén a las brasas", reconoce. "A la gente parece importarle tanto Sam como les importaba Harry Potter. Supone mucha presión intentar encarnar a un personaje que ya es muy querido para la gente y con el que se identifican. Solamente espero que esté a la altura de las expectativas de la gente y que hagamos justicia a un libro tan fenomenal".

Contar con Chbosky al mando sirvió para darle la seguridad de que eso era justo lo que estaban haciendo. "Hay una conexión muy directa", explica. "Steve tenía una visión completa de lo que quería hacer con la película. Lleva más de diez años soñando con hacerla. El hombre tenía hasta la última escena planeada con todo detalle en la cabeza, y sabía el aspecto y el ambiente que quería que tuviera todo, así que yo tenía una fe absoluta en él, dado que se trata de su mundo".

Cada uno de los personajes deberá afrontar una crisis a lo largo de la historia, según señala Watson. "No hay ni un solo personaje que no tenga su arco argumental o que no esté completamente desarrollado. Tienen que afrontar algunos temas muy serios y difíciles, pero siempre se yuxtapone con algo divertido, así que espero que hagamos reír y llorar en igual medida a los espectadores".

Y Sam aprende de Charlie tanto como él lo hace de ella. "Ha vivido una experiencia muy dura", apunta. "Pero es la persona más dulce y sensible que has visto en tu vida. Sam y Patrick intentan guiarlo por su primer año de instituto, que todos sabemos que puede resultar intimidante. Sam es uno de esos jóvenes del instituto que sienten que siempre tienen que estar de juerga y pasándolo bomba. Después de un tiempo, se hace agotador. Con Charlie, puede ser por fin ella misma con otra persona".

La actriz habla de sus compañeros de reparto con gran respeto y afecto. "Fue muy divertido trabajar con Logan Lerman y Ezra Miller, porque tenemos el mismo tipo de vínculo en la vida real", explica. "Hizo que el trabajo no pareciera realmente trabajo. Logan va a romper muchos corazones con esta película. Es demoledor. Comprende a Charlie de manera innata. Y Ezra es muy gracioso. Fue un sueño tener ocasión de improvisar con él. Creía que yo tenía mucha energía, pero él está verdaderamente en otra liga. Es la elección perfecta para interpretar a Patrick".

El director también se deshace en elogios hacia Watson. "Emma se metió de lleno en su personaje sin pensárselo dos veces", proclama Chbosky. "Tiene tanta pasión, tanta profesionalidad y tanta integridad artística que me inspiró. Esta película ha supuesto un riesgo para ella. Y lo aceptó hasta sus últimas consecuencias. Entendió perfectamente a su personaje y estuvo genial".

Patrick es el mejor amigo de Sam, además de su hermanastro. Es ocurrente, nada convencional y de personalidad desbordante. "Patrick es un payaso y un listillo, pero siempre defenderá a quien necesite que lo defiendan", explica Chbosky. "Es lo que yo considero un hombre muy hombre, pese a ser gay. Me resultaba muy importante, a la hora de escribir el personaje, y luego al elegir a Ezra Miller, que en esta película el chico gay fuera el más guay, y que fuera el más fuerte. Charlie quiere ser como él. Ezra Miller lo interpretó a la perfección".

Con tan solo 19 años, Miller está acumulando rápidamente una filmografía impresionante, interpretando personajes sumamente complejos en títulos recientes como "Tenemos que hablar de Kevin" y "Another Happy Day". Asegura que su primera reacción al leer el guión fue: "¡Santa madre de Dios!".

"’Las ventajas de ser un marginado’ fue un libro fundamental para mí y para muchos de mis amigos más íntimos cuando empezábamos el instituto", agrega. "Es la juventud personificada. La adolescencia es una época en la que es casi imposible saber qué está pasando. Hay un enorme vacío donde solían estar la inocencia y el asombro de la infancia. Hay lecciones que todos debemos aprender y son muy duras. Buena parte del tiempo, nada parece tener sentido. Pero, si logras mantener tu dignidad frente al dolor, te permitirá seguir adelante el resto de tu vida".

Patrick es capaz de aguantarlo todo gracias a que tiene muy clara su propia identidad, algo de lo que muy pocas personas pueden presumir, según Miller. "Puede plantarse en mitad de un instituto estadounidense y reconocer que es gay. Como tanto él como el resto de su alucinante grupo de idiosincráticos y extravagantes amigos están todos luchando por encontrar sus respectivas identidades, es capaz de reconocer eso mismo en Charlie".

Patrick saca buena parte de su fuerza de Sam, y viceversa, en opinión de Miller. "Sam y Patrick son homólogos masculino y femenino. Juntos forman un todo sumamente agradable. Sus dos corazones juntos pueden superar prácticamente cualquier situación que pueda surgir".

Como con sus personajes, entre Miller, Watson y Logan se creó un fuerte y duradero lazo durante el rodaje. "Creo que Emma y yo estábamos destinados a conocernos", afirma el actor.

Describe a Lerman como "un cinéfilo consumado que comprende cada aspecto técnico de lo que está pasando. Creo que no solamente es uno de los próximos galanes importantes del cine, sino que también será alguien a tener en cuenta tras las cámaras".

Miller expresa su respeto por Chbosky señalando lo raro que es que el autor original de una novela sea capaz de trasladar su visión a la gran pantalla hasta el final, como ha hecho él. "Pero no creo que hubiera sido posible que ninguna otra persona hiciera esta película. Steve es un director innato. Te daba indicaciones que lo ponían todo en perspectiva y permitían a los actores llevar la escena en la dirección que quería sin imponer su visión. Además, logró reunir un reparto que es como el juego de química definitivo".

Chbosky siempre pensó que la amistad entre los adolescentes de la película tendría que trasladarse al mundo real para que resultara creíble en la pantalla. "Les dije a todos que era muy importante que pasaran el mejor verano de sus vidas", recuerda. "Si lo lograban, mi trabajo sería fácil. Y lo hicieron. Toda la camaradería llevó a que se quedaran toda la noche despiertos, tocando música y haciéndose grandes amigos, lo que se trasladó a la película. Y eso se extendió al resto de los jóvenes del reparto. Mae Whitman y Emma se hicieron amigas al instante".

Whitman, que en la actualidad se encuentra interpretando a Amber Holt en la serie de la cadena NBC "Parenthood", encarna a Mary Elizabeth, la mejor amiga de Sam y una influencia importante para Charlie. "Mary Elizabeth es muy mandona, e intenta siempre hacerse cargo de todos", explica Chbosky. "A veces puede ser un poco payasa, y Mae abrazó por completo esa faceta al interpretarla. Pero, a través de su relación con Charlie, acaba aprendiendo a abrirse a alguien que se preocupa por ella y no simplemente a abrirle las puertas a alguien que no está especialmente interesado en ella".

La actriz llegó al rodaje siendo ya una gran fan del libro. "Quedé sorprendida y agradecida de que el guión fuera tan fiel al original", afirma. "Ocurre demasiado a menudo que un guión no haga justicia a un libro, pero aquí no parecía echarse nada de menos. La historia pone realmente en perspectiva el sentimiento de ser joven y sensible. Todo es nuevo y estás teniendo estos intensos sentimientos por primera vez. Puede resultar abrumador, emotivo y doloroso. La película trata muchos temas difíciles, pero nada se dulcifica. Resulta reconfortante saber que otra gente está pasando por lo mismo, por muy oscuro que pueda parecer".

Whitman notó que su familiaridad previa con el libro resultó muy útil para descubrir los matices de su personaje y redondear sus relaciones con los demás personajes. "Mary Elizabeth es un personaje complejo", aporta Whitman. "Es un poco punki y gótica, con una fachada exterior de rabia e ideas muy claras. Pero también es budista. Siente la conexión con el mundo y le transmite eso a Charlie. Es muy duro para ella ser vulnerable o abrirse de una forma que resulte femenina. Al haber leído el libro, sabía muchas de las cosas que Sam y Mary Elizabeth han pasado juntas y por qué son tan buenas amigas".

Nina Dobrev, una de las estrellas de la popular serie de la cadena CW "Crónicas vampíricas", interpreta a Candace, la hermana mayor aparentemente feliz de Charlie. "Creo que la película llega a todo tipo de personas", señala Dobrev. "Los personajes y los temas trascienden la época. No importa que esté ambientada en los 90, conecta con la gente hoy día y conectará con la gente dentro de diez años. Mi personaje intenta ser perfecta todo el tiempo, sacar todo sobresalientes y todo eso. Pero resulta que esa imagen que proyecta no puede estar más alejada de la realidad. Todo el mundo conoce a alguien así, o es esa persona".

El reparto también incluye a Erin Wilhelmi como Alice, la mejor amiga de Mary Elizabeth. Cuando recibió el guión, supo sobre la marcha qué personaje quería interpretar. Wilhelmi recuerda: "En la primera descripción que se hace de su personaje, se dice que intenta pasar por gótica, sin conseguirlo. Y luego ponía: ‘puntos suspensivos, pobre Alice’. Y pensé: ‘Perfecto’".

Johnny Simmons interpreta a Brad, un quarterback de instituto con una vida secreta. Como el resto de los personajes, tiene algo que enseñarle a Charlie, tanto si es consciente de ello como si no. "De Sam, aprende la redención", explica Chbosky. "De Patrick, aprende que no pasa nada por ser exactamente quién eres, sin tener ningún miedo por ello. Si la gente se burla de ti, defiéndete. Brad le enseña que no todos son lo que aparentan. Nunca se sabe por lo que está pasando la gente en la intimidad. Hasta la persona más dura que has conocido en tu vida tiene inseguridades. Hasta la persona más dura necesita amor".

Con los adultos de la vida de Charlie se puso el mismo esfuerzo y dedicación a la hora de concebirlos y elegirlos. "Para mí, demasiadas películas sobre gente joven muestran a los adultos como estúpidos", señala Chbosky. "Esta película intenta respetar tanto a unos como a otros".

Para interpretar al profesor favorito y mentor de Charlie, el Sr. Anderson, el director recurrió a Paul Rudd. "Conocí a Paul en Nueva York hace unos diez años", recuerda. "Mi libro llevaba como un año publicado y ya sabía entonces que algún día haría la película, y que él sería el encargado de interpretar al Sr. Anderson".

Para crear a ese personaje Chbosky se inspiró en quien fuera su propio profesor en la vida real, Stewart Stern. Stern, miembro del cuerpo docente de la escuela de cine de USC, escribió los guiones de clásicos como "Rebelde sin causa", "Sibyl", "Raquel, Raquel" y "Su excelencia el embajador". "Allí estaba, hablando de cuando conoció a James Dean, cuando viajaba con Brando, trabajar con Sally Field para decidir cómo interpretar a Sibyl. No me lo podía creer. Cambió mi vida por completo. Se convirtió en mi amigo y mentor. Es la primera persona que leyó el guión de LAS VENTAJAS DE SER UN MARGINADO. El Sr. Anderson es mi homenaje a él. Es un profesor que se preocupa y anima a un estudiante en el que sabe ver algo especial".

Rudd no era consciente de la popularidad del libro, hasta que mencionó el nombre de Chbosky delante de la niñera de sus hijos. "Dijo: ‘¿Te refieres al Steve Chbosky de ‘Las ventajas de ser un marginado’? Es mi libro favorito de todos los tiempos’. Para esa generación, este libro es muy querido y yo no tenía ni idea".

El actor recuerda tener varios profesores que le hicieron sentir que lo veían y lo entendían. "Y me gustaba la idea de interpretar a un tipo así", explica. "Pero resultó extraño ser el carroza de la película. Nunca me había encontrado antes en esa situación. Aunque me ayudó a descubrir al personaje. Ve algo de sí mismo en ese chico. Tal vez crea que Charlie tiene más talento que él como escritor, pero sabe que se trata de alguien que sabe apreciar de verdad la literatura, como lo hace él, y de una forma que seguramente el resto de la clase no lo hace".

La vida hogareña de Charlie es tan importante como su "familia" del instituto, y Chbosky se considera muy afortunado de haber podido contar con los veteranos actores Kate Walsh, Dylan McDermott y Melanie Lynskey para interpretar a su madre, su padre y su tía, respectivamente. "Quería poder creerme esta familia tanto emocional como físicamente", apunta Chbosky. "Tenían que personificar las emociones de la historia que estábamos contando".


El circo llega a Pittsburgh
LAS VENTAJAS DE SER UN MARGINADO se rodó fundamentalmente en zonas residenciales de Pittsburgh, como Peters Township, Bethel Park, Dormont y Upper St. Clair, la misma zona en la que, no precisamente por casualidad, se crió Stephen Chbosky.

"No podría haber hecho esta película en ningún otro lugar", asegura. "Rodar en Pittsburgh era fiel al libro, así como a mi propia educación. Hay una escena entre la tía Helen y el pequeño Charlie, fuera, en la calle. La casa en la que me crié está literalmente fuera de plano por unos 14 metros".

Emma Watson da fe de la ventaja que supone para el realizador rodar en casa: "Steve se crió en Pittsburgh. Es su ciudad natal, es donde fue al instituto, y los personajes, en su mayor parte, están en realidad basados en gente de verdad que conoció en su momento, y a los que todavía conoce, en algunos casos. Fue increíble poder rodar allí".

Antes de que comenzara el rodaje, Chbosky enseñó al reparto algunos de los lugares más emblemáticos de sus propios años de adolescencia. "Los adolescentes tienen ciertas cosas en común en todas partes, pero la verdad se encuentra en los detalles", sostiene. "El reparto no sabía lo que eran los pretzels de chocolate de la marca Sarris hasta que llegamos aquí. No habían tomado las patatas fritas con queso o las lonchas de jamón de Original O, ni un sándwich de Primanti Bros. Esos fueron los deberes que les puse. Huelga decir que les encantó hacer esos deberes".

"A veces parecía que me hubiera traído el circo conmigo a la ciudad. Nos alojamos todos juntos en un pequeño hotel, justo al lado del centro comercial en el que solía pasar el rato cuando era adolescente. Adoptaron encantados toda esa experiencia de la vida en zonas residenciales, que es algo de lo que ninguno de ellos ha disfrutado realmente. Eran todos actores infantiles. Se criaron en platós, así que al fin tuvieron ocasión de tener su experiencia de instituto, ir a la zona de restaurantes y al cine, mientras la encantadora Emma se paraba a firmar cada libro de Harry Potter que le ponían delante".

Para las escenas de algunos de los momentos más difíciles en las vidas de algunos de los personajes, el instituto Peters Township hizo las veces del instituto Mill Grove.

En cuanto a las desenfrenadas escenas del "Rocky Horror Picture Show" de la película, el director regresó al característico Dormont Hollywood Theater, donde vio originalmente la película cuando era un adolescente. Aunque Chbosky reconoce que le dio vergüenza participar durante sus propios tiempos de instituto, dio a sus personajes rienda suelta como estrellas del espectáculo en vivo montado delante de la pantalla que recreaba la clásica película.

"El reparto local del ‘Rocky Horror Floor Show’ fueron nuestros asesores técnicos", comenta. "Y el público está lleno de auténticos fanáticos del Rocky Horror. Ezra Miller y Emma Watson estaban entusiasmados durante esas escenas. Tuvimos que sacar a Ezra a rastras del escenario, porque estaba entregadísimo haciendo de Frank-N-Furter. Fueron dos de los mejores días que tuvimos".

La secuencia también fue uno de los momentos culminantes para el diseñador de vestuario David Robinson. "Nos lo pasamos muy bien", recuerda. "Tenía que parecer que unos chavales de instituto se había hecho sus propios disfraces, pero también tenían que quedar bien. Creo que el resultado final es fantástico. Además, Ezra Miller con zapatos de salón con tacón de 12 cm es algo digno de verse".

Quizá el elemento más significativo para Chbosky a la hora de recrear su juventud para la gran pantalla fuera la evocadora banda sonora que preparó para la película. "No me importa lo viejo que seas", afirma. "Cuando recuerdas tu juventud, te acuerdas de la música que escuchabas. Creaba mis propias cintas recopilatorias de música, como los chicos de la película, luego fueron los CD y ahora son las listas de reproducción. Es una constante con la gente joven. La música es uno de los pilares de la juventud. Te ayuda a dar forma a tu identidad. Te define y te ayuda a crear vínculos con tus amigos".

Su historia tiene como música de fondo la banda sonora de sus años de instituto, lo que incluye algunos de los temas más memorables de finales de la década de 1980 y principios de la de 1990, entre los que figuran "Asleep", de The Smiths, "Come On Eileen", de Dexy’s Midnight Runners, "Could it Be Another Change", de The Samples, y "Araby", de The Reivers. "Sabía que ‘Come On Eileen’ iba a ser sin ninguna duda la canción de la fiesta de inicio del curso escolar. Sabía que Air Supply también tenía que estar. Y quería a XTC y su ‘Dear God’ en la película, porque me encanta esa canción. Pero la piedra angular de la película es ‘Asleep’, que escuché por primera vez en una cinta recopilatoria hace muchos años. Definió un año entero de mi vida".

La supervisora musical Alexandra Patsavas también aportó sus propias ideas, recomendando canciones con las que Chbosky no estaba familiarizado. "Siente una gran pasión por esa época", señala. "Me dio a conocer cosas que no había oído nunca, pero que me encantarán hasta que me muera. Para mí, la banda sonora es una cinta recopilatoria de música que refleja una época y establece un tono. Estoy verdaderamente orgulloso de la banda sonora de esta película".

Pero la música y el canto no siempre paraban cuando las cámaras dejaban de filmar. Se formó un grupo musical entre habitaciones de hotel, bautizado como Octopus Jam, que incluía a Ezra Miller en la batería, Logan Lerman en la guitarra y Watson como vocalista, junto con toda una serie de artistas "invitados", entre los que figuraban el cantautor Landon Pigg, que también aparece en la película.

Emma Watson recuerda: "Era un grupo maravilloso de gente. Pasábamos el rato juntos en el hotel, por la noche, y tocábamos música. Casi todos los que participan en este proyecto tienen algún tipo de talento musical, así que pasamos la mayor parte de las veladas tocando, charlando y haciendo el tonto".

Otro factor igualmente importante para recrear el ambiente propio de finales del siglo XX de la película era el vestuario. Con más de una docena de actores principales y multitud de extras, el diseñador de vestuario David Robinson comenta que se dedicó a recorrer las tiendas de segunda mano de Pittsburgh y alrededores. "Los protagonistas tenían numerosos cambios de vestuario. Teníamos un partido de fútbol americano, una asamblea de motivación, un baile de principio del curso escolar, Sadie Hawkins, Navidad, Rocky Horror, el baile de graduación, la ceremonia de graduación. Era como una enorme tormenta detrás de otra, en cuestión de vestuario".

Solamente para los extras, se necesitaron más de 4.000 cambios de vestuario. Robinson utilizó los anuarios de un instituto local para asegurarse de la autenticidad y reutilizó ropa antigua, como el vestido del baile de inicio de curso de Sam, que se creó a partir de otro más largo. Chbosky tomó parte en la selección del vestuario, tal como lo ha hecho con todos los demás aspectos del rodaje, acercándose a veces a la caravana de vestuario para escoger ciertas prendas para personajes concretos.

Uno de los momentos más destacados, tanto del libro como de la película, son un par de escenas que no podían filmarse en Pittsburgh. El túnel de Fort Pitt lleva hasta el centro de la ciudad, y desemboca en un puente que ofrece una amplia vista de la silueta urbana de Pittsburgh. Se trata de una de las visitas obligatorias para todos los que vienen a conocer la ciudad, y sirve de escenario de un momento transformativo para Charlie, en el que empieza viendo a Sam realizar un estimulante trayecto en la parte trasera de una camioneta mientras recorren el túnel a toda velocidad, para más tarde acabar realizando él ese mismo trayecto.

Chbosky califica esa secuencia de un sueño hecho realidad. "Hacía ya unos 18 años que me rondaba por la cabeza la imagen de esos chicos atravesando el túnel a toda velocidad, y haber podido filmarla por fin ha sido verdaderamente fantástico".

A Watson se le comunicó en un primer momento que no se le permitiría realizar personalmente la escena, por considerarse demasiado arriesgada, pero la actriz estaba decidida a hacerla ella misma, así que le insistió al director hasta que finalmente consiguió que aceptara. No tardaría en verse de pie, en la parte de atrás de una camioneta, avanzando a más de 96 km/h por el túnel, sujeta por un único cable. "No tenía más que una cuerda, con las manos en el aire, a lo largo de todo el túnel, hasta que salimos por el otro extremo", recuerda. "La primera vez que lo hicimos, me embargó la emoción y acabé llorando. Fue algo especial y hermoso, y el plano me dejó alucinada. Es impresionante y Steve sabía cuando lo concibió que quedaría increíble. Fue, sin duda alguna, uno de los momentos más emocionantes de mi vida".

Charlie repite luego ese mismo trayecto en la película y Lerman también insistió en hacer personalmente la escena. "Es una experiencia incomparable. Recuerdo subirme a la parte de atrás de la camioneta y ponerme de pie. Salimos disparados del túnel y vi las luces de la ciudad. No había experimentado nunca nada parecido. No hay palabras para describir lo alucinante que fue".

La imagen de los adolescentes "volando", con la que se cierra tanto la novela como la película, es con la que Chbosky quiere que se queden los espectadores. "Frente a todo ese dolor, sienten que el futuro les depara infinitas posibilidades", explica. "Es la canción perfecta, el paseo perfecto en coche y son las personas perfectas. Esos son los momentos que definirán tu vida para siempre. Para mí, ‘infinito’ era la palabra perfecta para describir esa sensación de que, después de eso, su vida no puede hacer más que mejorar. Solo puede ir hacia arriba".

Con el rodaje de la película ya concluido, Chbosky asegura que no podría imaginar una experiencia mejor. "El sábado justo antes de terminar fue como el último día de campamento", recuerda. "Hasta los veteranos más curtidos estaban llorando, porque sabían que estaban a punto de despedirse de una experiencia muy especial. Landon Pigg cantó una canción titulada ‘Something Brief’, sobre cómo estos momentos vienen y van, y el amor va y viene. Estábamos en un pequeño bar de Mount Lebanon y me quedé mirándolos a todos. Allí estaba Emma, moviéndose al ritmo de la música, o Mae, sentada junto a su novio. Ezra estaba llorando a lágrima viva. Estábamos todos conmovidos. Dudo que ninguno de los que estuvimos allí esa noche la olvidemos jamás, porque fue como nuestra propia graduación".

"Cuando escribí el libro, unas cuantas personas lo leyeron y me hicieron comentarios muy inteligentes, pero estaba fundamentalmente yo solo en una habitación", agrega Chbosky para concluir. "La película ha sido creación de cientos de personas. Me siento sumamente orgulloso de poder compartir esto con todos los que han participado, incluidos los fans. No cambiaría ni un solo fotograma. Lo hicimos bien y lo hicimos con integridad. Es la mejor versión posible que podría haber hecho de mi libro, no podría sentirme más orgulloso".