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  Los pitufos 2  (The smurfs 2)
  Dirigida por Raja Gosnell
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Repiten en el reparto Neil Patrick Harris, Jayma Mays, Katy Perry como Pitufina y Hank Azaria como Gargamel. Brendan Gleeson se une al reparto como Víctor. Se unen las voces de los actores Christina Ricci y JB Smoove como Vexy y Hackus.

Un filme de Raja Gosnell, Los Pitufos 2. La película está protagonizada por Neil Patrick Harris, Brendan Gleeson, Jayma Mays, con Katy Perry como Pitufina y Hank Azaria como Gargamel. Dirige el filme Raja Gosnell y produce Jordan Kerner. Basada en los personajes y las obras de Peyo. El argumento es de J. David Stem & David N. Weiss & Jay Scherick & David Ronn. El guión es de J. David Stem & David N. Weiss y Jay Scherick & David Ronn y Karey Kirkpatrick. Los productores ejecutivos son Ezra Swerdlow, Ben Haber, y Paul Neesan. El director de fotografía es Phil Méheux, BSC. El director de producción es Bill Boes. La editora es Sabrina Plisco, A.C.E. Los efectos visuales especiales son de Sony Pictures Imageworks Inc. El supervisor de efectos visuales es Richard R. Hoover. Las diseñadoras de vestuario son Rita Ryack y Véronique Marchessault. La música es de Heitor Pereira.

En el éxito de 2011 de Columbia Pictures/Sony Pictures Animation, Los Pitufos, los héroes pequeños más queridos del mundo demostraron que cincuenta años de éxito en todos los registros no es mera coincidencia. Desde que aparecieron por vez primera en las páginas de un cómic Belga en 1958, los Pitufos creados por Peyo han deleitado a niños y adultos en todo el mundo, cobrando vida en comics, libros, series de televisión, películas, videojuegos, espectáculos en vivo, muñecos (se han vendido más de 300 millones)… y finalmente, han arrasado en la taquilla mundial. La película realmente fue un fenómeno mundial, recaudando más de 560 millones. "Vivas en Brasil, en China, en Rusia o en París, en Bélgica o Nueva York… ya sean los Pitufos, i Puffi, o les Schtroumpfs… Los Pitufos son queridos en todas partes", sonríe el productor Jordan Kerner. "Con Los Pitufos, y ahora Los Pitufos 2, nuestra idea es hacer películas que puedan superar todas las barreras y traducirse en todas las culturas y en todas partes, y eso encaja porque la temática de los Pitufos traspasa todas las culturas".

"Estos son los personajes que habitan nuestra infancia", explica Kerner. "Las generaciones que los vieron o los leyeron las recuerdan y reverencian y los llevan en el corazón. Por eso sentimos que nuestro deber era tomar los personajes conocidos y queridos por los espectadores y trasladarlos al momento actual, desde una perspectiva tanto emocional como cómica. Veronique Culliford, la hija de Peyo y una de las coproductoras del filme, y yo, trabajamos muy de cerca en el desarrollo de las historias. Me siento muy afortunado de poder trabajar en una segunda entrega porque me encantan los personajes. Me gusta ver cómo crecen y cambian, y desesperadamente necesitaba saber qué les iba a ocurrir después de la película. ¿Quién no querría saber qué le ocurre a Pitufo Torpe, Pitufo Filósofo, Pitufo Gruñón, Papá Pitufo, Pitufina, y Gargamel – los personajes a los que los guionistas y Raja trajeron a la gran pantalla?"

Y esto es lo que ocurre: en la primera película nuestros adorables amigos azules se comieron un mordisco de la Gran Manzana y en Los Pitufos 2 los veremos haciendo alarde de su atractivo cosmopolita con una nueva aventura que los conducirá a la Ciudad de la Luz, París, Francia.

"Para mí lo más emocionante como director es ambientar esta gran aventura por toda París", explica Raja Gosnell, el director del filme quien repite la experiencia tras dirigir la primera entrega. "Hasta hemos rodado en lugares en los que a mi entender, nadie ha rodado. Estuvimos en el escenario del Teatro de Ópera de París, rodamos en los arbotantes de Notre Dame. Entre el cariño que todos le tienen a los Pitufos y el trabajo que realizaron Jordan y nuestro coproductor Raphael Benoliel con las autoridades Parisinas, nos dieron acceso a lugares en los jamás soñé rodar. ¿Qué más puede pedir un director?"

Cuando arranca la película nos encontramos a Pitufina en la aldea de los pitufos, rodeada de sus hermanos y de Papá Pitufo, pero sintiéndose un poco sola. Al final no acaba de entender exactamente cuáles son sus orígenes. Como todos saben, Pitufina fue creada por Gargamel como parte de uno de sus malvados planes, pero Papá Pitufo echó mano del amor y un hechizo para convertirla en un Pitufo auténtico. Todo ello ocurrió hace mucho, mucho tiempo, pero… ella no se siente del todo convencida. "Se empieza a hacer preguntas: de dónde vengo, cuál es mi lugar", dice Katy Perry, quien presta su voz a Pitufina. "De alguna forma es como si estuviera entrando en la adolescencia, se hace las mismas preguntas que nos hacemos todos cuando dejamos de ser niños. Está intentando averiguar si realmente es una auténtica Pitufa. Fue creada por Gargamel, por lo que tiene un punto travieso que lleva mucho tiempo reprimido. Pero no se trata de dónde vienes o de quién te creó, es lo que tú decides ser y lo que quieres conseguir en la vida".

"De alguna forma ella ve a Gargamel como su ‘padre biológico’ por decirlo de alguna forma, y Papá Pitufo como el hombre que la crió y la cuidó. La pregunta entonces, sería, ¿se nace o se hace?" se pregunta Raja Gosnell. "Es la hija del padre que le dio vida, por decirlo así, o del Pitufo que la crió?"

Estas son las preguntas que se plantea cuando Gargamel idea otro malvado plan para capturar a los Pitufos. "Básicamente Gargamel ha creado el ‘hermano y la hermana’ de Pitufina, los Malotes, Hackus y Vexy", explica Kerner. "Son parecidos a Pitufina, creados de arcilla. Gargamel les quiere convertir en auténticos Pitufos, pero sólo para que pueda capturar su esencia, de hecho, si es capaz de hallar el hechizo mágico que convirtió a Pitufina en una auténtica Pitufo, será capaz de crear incontables Pitufos y extraer su esencia para convertirse en el hechicero más poderoso de todo el mundo".

Y la única forma de conseguir ese hechizo es secuestrar a Pitufina y llevársela a París. "Si no hubiera un malo no serían necesarios los héroes", asegura Gosnell. "¿Y qué mejor malo que Gargamel? Es siniestro, pero ridículo. Es capaz de hacer cosas oscuras, pero sabes que va a meter la pata. Es muy divertido verlo idear, planear, y fracasar. Sorprende, lo sé, pero a veces le sigo la corriente a Gargamel y le apoyo, porque es muy apasionado y le consume tanto lo que hace, y luego es muy divertido ver cuando las cosas le salen mal".

La tarea de secuestrar a Pitufina es una que relega a Hackus y Vexy. Como no son auténticos Pitufos, Hackus y Vexy ni se acercan a los Pitufos: de hecho, son decididamente traviesos, por eso Gargamel los ha bautizado: los Malotes. Y nada le gustaría más a una Malota como Vexy que secuestrar a su ‘hermana,’ Pitufina. "Vexy no es realmente mala – sencillamente, está equivocada", dice Gosnell. "Gargamel es el único padre que ha tenido y claro, de él no ha aprendido nada bueno. Ella se esfuerza por manipular a Pitufina, engañándole para que sienta unida a los Malotes, como parte de la familia. Pero ocurre algo gracioso en el trascurso y el plan de Vexy tendrá consecuencias insospechadas".

Cuando llegan noticias a la aldea de que Pitufina ha sido secuestrada, Papá Pitufo no duda ni un instante e idea un plan para traerla de vuelta a casa con la ayuda de los mejores Pitufos para la misión: Pitufo Valiente, Pitufo Filósofo y Pitufo Fortachón. Pero, como era de esperar, gracias a un enredo de lo más "Tontín" Papá Pitufo se queda finalmente con un equipo de segundas, es decir, con Pitufo Vanidoso, Pitufo Torpe y Pitufo Gruñón. Pero no pasa nada, Papá Pitufo tiene otro as en la manga: acudir nuevamente a sus amigos, los Winslow. Neil Patrick Harris y Jayma Mays vuelven en esta segunda aventura con los Pitufos como Patrick y Grace Winslow, y esta vez, se encontrarán en París para efectuar el rescate con el padrastro de Patrick, Víctor Doyle, interpretado por Brendan Gleeson.

"En la primera película, al personaje de Neil le preocupaba mucho la responsabilidad de tener un hijo, quería ser buen padre pero claro, estaba un poco nervioso", señala Kerner. "En esta película conocemos al padrastro de Patrick y resulta que este se está planteando el mismo debate de herencia versus crianza que se plantea Pitufina. Patrick nunca se ha llevado bien con su padrastro pero llega a entender que la familia es lo que tú eliges que sea. Ha sido bonito hacer una película profundamente familiar y creo que esta nueva entrega contiene más risas y emoción".

El director que lleva las riendas de la película es Raja Gosnell. "Raja es una de las personas más amables, inteligentes, preparadas y maravillosas que conozco, y como director, tiene una imaginación fuera de serie y un gran don con los actores", explica Kerner. "No sólo tiene que dirigir a actores que interactúan con otros actores, sino además, a actores que interactúan con un pedacito de cable con un punto, y a veces, tiene que dirigir escenas en las que no hay actores. Es muy difícil y evidentemente requiere una enorme planificación y disciplina. Con Raja al mando, cada día en el plató de los Pitufos es feliz y revelador".

Gosnell dice que sus momentos favoritos del filme son aquellos en los que se luce París con todo su esplendor. "Veréis varias escenas en las que las cigüeñas sobrevuelan París", recuerda. "Pitufina, Vexy, y Hackus huyen de Azrael. Se montan en unas cigüeñas en el Jardín Tuileries y vuelan por toda la ciudad: entre la Noria gigante, encima del Sena, entre los arbotantes de Notre Dame, y encima de la terraza de una cafetería y terminan haciendo círculos encima del modelo de la Estatua de la Libertad que está en el medio del Sena. En otra secuencia la Noria se desprende de su anclaje y de hecho rueda por toda la ciudad. Y hay otra secuencia muy divertida en la que Hackus entra en una tienda de golosinas, la lía y tiene que salir corriendo en una persecución por las calles de París en un carrito para vender caramelos. Esas escenas nos resultaron especialmente divertidas".


Sobre Los Pitufos
La combativa PITUFINA no es la de siempre, le falta su alegría habitual. Es su cumpleaños y eso siempre le hace reflexionar. Últimamente pensamientos inquietantes vienen a su mente; ¿tal vez no es una Pitufa al cien por cien? Cierto es que Gargamel la creó pero Papá Pitufo echó mano de magia para convertirle en una auténtica Pitufa. Por todo ello, cuando Gargamel la secuestra en la víspera de su cumpleaños, y le presenta a sus recién creados hermanos, los Malotes, ella comienza a formar un vínculo con ellos. Papá Pitufo desplegará un audaz rescate, pero, ¿y Pitufina? ¿Escogerá la familia conocida o la que acaba de descubrir?

La nueve veces nominada al Grammy Katy Perry aporta todos los matices, la energía y la sensibilidad de su voz a Pitufina.

"Ha sido divertido volver a meterme en el personaje", dice Perry. "Aparté varios días para prepararme porque necesitaba meterme en situación para encontrar la voz. La voz de Pitufina no es mi voz normal. Es parecida a mi voz con un puñado de rocas y una pizca de azúcar".

Perry agradeció la oportunidad de trabajar con Christina Ricci. "Es agradable saber que está interpretando a mi gemela malvada", dice Perry. "La admiro muchísimo, tanto como persona como actriz. Ha hecho tantas películas increíbles".

"La interpretación de Katy es tremenda porque es capaz de representar ambas caras de Pitufina – de un momento a otro, encuentra al personaje idóneo", explica Kerner. "Por una parte, está la Pitufina gatita, divertida, y dulce que todos aman en la aldea de los Pitufos. Pero por otro, su personaje vive una historia muy dramática: ha sido secuestrada, separada de los Pitufos, y piensa que jamás volverá a ver a su familia. Esa sensación de abandono, de soledad, y de temor, se refleja en la interpretación vocal de Katy. Ha sido un descubrimiento como actriz cómica. Será una gran humorista en el cine. Sus instintos son brillantes, es graciosa por naturaleza y sencillamente guapísima".

PAPÁ PITUFO es, como era de esperar, un padre sabio, amable, y tierno para sus 100 hijos (99 chicos y 1 chica), haciendo lo mejor posible para que cada uno se sienta seguro, amado, y por hacer de la aldea un lugar feliz. Cuando Gargamel secuestra a Pitufina se siente en el deber de ayudar: ¡todos para uno y uno para todos! Papá Pitufo ama a todos sus hijos por igual pero no puede negar que la relación con su hija adoptada siempre ha sido especial. Ella nunca se ha sentido parte y aun el propio Papá Pitufo no está muy seguro cómo demostrarle que ella es una auténtica Pitufa.

La desaparecida leyenda de la comedia Jonathan Winters prestó su voz al altruista, tierno, y sabio Papá Pitufo.

Ni siquiera el heroico viaje a Nueva le ayudó a PITUFO TORPE a ser un poco menos patoso. Pero no pasa nada, él sabe que lo que más vale es el interior. Y aunque no parezca muy idóneo para una misión de rescate, de hecho son sus dos pies izquierdos los que lo llevaron a sumarse al esfuerzo…puede que sí sea la opción perfecta después de todo.

Anton Yelchin presta su voz al inocente, exuberante Pitufo con un corazón que vale su peso en oro, Pitufo Torpe. Dice que al volver a meterse en cabina para grabar el personaje se sintió tan a gusto que era como arroparse con una manta. "En la primera película ya hicimos el trabajo duro al intentar descubrir cómo iba a ser el personaje y cómo sería su voz, así que en esta ocasión dije, ahora a disfrutar sin más", asegura Yelchin. "En la segunda vuelta, ya me lo conocía todo: en la animación las frases pueden cambiar y la propia animación también, y eso te da libertad en la cabina".

"La primera película trata del descubrimiento de Pitufo Torpe: no siempre tiene que ser el patoso o el tonto, también puede ser un héroe", prosigue Yelchin. "Creo que esta película parte de esa premisa y la amplia, sigue haciendo las mismas cosas que le valieron el mote de Torpe pero ahora, él se ve también como un héroe y es divertido jugar con esa idea. Disfruto interpretando a Pitufo Torpe porque es muy divertido, es muy tierno y sensible y absurdo. ¿He dicho que es un héroe verdad? Se enfadaría mucho conmigo si olvidara mencionarlo".

GRUÑÓN siempre ha sido el Pitufo que ve nubes negras en un despejado día de sol y salir en otra misión de rescate le molesta muchísimo. Pero todo eso va a cambiar. Ahora que el vaso está medio lleno, descubre cuánto puede aportar una visión más alegre. ¿Pero será suficiente el optimismo cuando la cosa se complique?

George López es la voz que recoge la irascible personalidad de Gruñón.

"A quién no le gusta un cascarrabias", afirma López. "Los demás Pitufos son tan alegres que es divertido ver a uno que intenta aguarle la fiesta a los demás. Aún cuando se queja no puedes evitar quererlo. Pero en esta nueva entrega se cansa de lamentarse. Va a intentar ser positivo. No funciona, pero lo intentará".

"Pocos personajes son tan conocidos en todo el mundo como los Pitufos. ¿Y cuántas personas tienen la oportunidad de ser parte de algo así?" concluye.

Te presentamos a VANIDOSO, sin duda el tipo más apuesto de la aldea, él mismo te lo diría. Bien es cierto que es encantador y guapetón, pero en cuanto a ser parte de un equipo de búsqueda y rescate, lo más seguro es que lo único que lo verás hacer es mirarse en un espejo. A pesar de todo ello Vanidoso podría sorprenderte, desvelando su coraje y profundidad en el momento más necesario. O no.

El humorista inglés y reportero estrella de "The Daily Show" John Oliver le presta su voz y garbo a Vanidoso.

"El papel de Vanidoso comienza y termina con él, por lo que no existe una interacción real entre el personaje y su entorno más inmediato, a no ser claro está, que sean superficies reflectantes", sonríe Oliver. "Es la estrella de su propio mundo. Su primera y única capacidad es el narcisismo, pero si eso puede ayudar a salvar a alguien, pues fenomenal".

"Interpretar a alguien así de egoísta es atractivo", prosigue Oliver. "Lo primero que te enseñan de niño es que no seas egoísta, que compartas, que seas amable con otras personas. Y Vanidoso se resiste a todo ello. Para él nadie es lo suficientemente bueno. Nadie se le acerca. Es divertido invertir todo eso, la idea de que hay cosas espectaculares sucediendo a tu alrededor, y todo es menos impresionante que la perfección de tu rostro".

"Soy británico, y por extensión europeo, por lo que los Pitufos fueron un parte icónica de mi infancia", asegura el actor. "No era algo que tenías que buscar, simplemente estaba ahí, siempre. Fueron una fuerza cultural predominante, esas extrañas, azules, criaturas belgas".

La película también está cargada de cameos, que abarcan desde Shaquille O’Neal a Jimmy Kimmel a Sean White, Mario López y Kevin Lee.


Sobre Gargamel
¡Ha vuelto y tiene sed de Pitufos! Es increíble pero cierto, el repulsivo y asqueroso GARGAMEL es actualmente una superestrella mundial, admirado por incontables fans asombrados por su espectáculo de magia Parisino y encantados por su "hechizo malvado". A pesar de la fama y la fortuna, sigue desesperado hasta conseguir ser el hechicero más poderoso del mundo y para ello necesita atrapar a los Pitufos para extraer su esencia. La creación de los Malotes y el secuestro de Pitufina sólo es el comienzo de un cruel plan que puede convertirse en su billete al poder.

Hank Azaria se introduce nuevamente en la demente psique de este malvado hechicero. "Es una persona miserable, rencorosa, y triste, y como los Pitufos son tan alegres él se lo toma a pecho", explica Azaria. "Les odia por lo felices que son. Y como es un hechicero malvado obsesionado con los Pitufos, naturalmente concluye que ellos son el obstáculo que le impiden convertirse en el hechicero más poderoso del mundo".

Para Azaria, volver a encarnar a Gargamel es más dulce esta segunda vez. "Fue más fácil la segunda vez. Es un personaje tan extraño que me sentí nervioso la primera", recuerda Azaria. "Se lo agradezco a Jordan Kerner; él realmente quiso asegurarse que el personaje conservara esa imagen medieval y anticuada, y Raja Gosnell se aseguró de que estuviera al límite, siempre apasionado, siempre demente. Ahora Raja y yo nos entendemos muy bien, sabemos lo que queremos probar y lo que queremos hacer. Es muy agradable el trato con él. Este es un trabajo muy divertido, llegar a trabajar y hacer que estas pequeñas criaturas cobren vida cada día".

De hecho para Azaria, interpretar a Gargamel es una experiencia única en su clase. "Es como estar en otro mundo. Es realmente extraño", describe Azaria. "La experiencia de estar en una película es un poco demente, especialmente porque me paso el rato gritándole, chillándole, y persiguiendo a la nada, salvo en las ocasiones en las que se traen un gato de verdad al set".

Ajá, el gato. Azrael – el único "ser especial" en la vida de Gargamel. "Creo que es muy gracioso que mantiene una relación tan íntima con un gato que es más inteligente que é", afirma Azaria. "El gato es más listo que él y cuando maúlla sé lo que me quiere decir. Es curioso".

"Azrael realmente es más inteligente que Gargamel", confirma Gosnell. "Y el gato se lo deja saber en cada oportunidad".

"Son básicamente una pareja de muchos años, gruñona, que ha perdido la chispa", añade Azaria. "En cada película procuro que dejen la frase ‘¿Cómo se me ocurrió casarme contigo?’, en la película, pero nunca lo consigo. Tal vez un día de estos, si seguimos haciendo estas películas, me dejarán decírselo al gato".

"La relación entre Gargamel y Azrael fue una creación de Hank", dice Gosnell. "A Hank realmente no le apetecía hacer monólogos durante toda la película. Le venía mejor tener un personaje ahí con el que pudiera interactuar, aunque fuera un gato".

Según Kerner realizar el personaje de Azrael era como caminar sobre una cuerda floja. "Sin duda, Azrael tiene voz, pero es un animal y no habla", explica. "Azrael puede maullar, y Hank, como Gargamel, a su vez puede responder ‘¿Por qué estás enfadado conmigo, porque dejamos París?’ Un maullido puede significar 10 millones de cosas para Gargamel". En cámara, los gatos Cheeto y Krinkle, además de unos cuantos héroes atigrados, representaron la mayor parte de las escenas de Azrael; para la interpretación facial del personaje y las escenas que demandaban un gato completamente animado, los realizadores acudieron a Sony Pictures Imageworks para crear un gato diseñado por ordenador. El actor de voz Frank Welker aportó el engañoso maullido del felino.

Se dice que el hábito hace al monje– y sin duda eso nunca fue más cierto que en el caso de Gargamel. Azaria se pasó horas en maquillaje cada mañana para ayudarle a meterse en personaje. "Ese aspecto lo cambia muchísimo: la cabeza rapada, los dientes, el cabello", dice el encargado del departamento de efectos de maquillaje Todd Tucker. "Después de pasar por el maquillaje, no puede evitar descender al territorio Gargamel".

"Además, con el vestuario sumamos tripa acolchada y espalda encorvada, y así cambia su postura por completo, va jorobado" añade Tucker. "Su cuerpo entero y sus gestos corporales cambian drásticamente, por lo que es un personaje muy diferente a Hank, no cabe duda".

"Tan pronto como Hank sale de maquillaje y peluquería, está totalmente transformando y metido en el personaje. Se convierte en Gargamel", explica Kerner. "Lo ves en su postura, en su forma de caminar, en la modulación de su voz. Aguanta todo el maquillaje, soporta la cabeza rapada a cero, y hasta nos deja insertarle dientes enormes en la boca. Y encima, el tío se lo pasa como un enano, tanto que en un momento es capaz de brindarte diez variaciones diferentes de su interpretación".

Lleva aproximadamente dos horas, de principio a fin, convertir a un actor en un malvado hechicero, unos 90 minutos de maquillaje seguidos por 20 a 30 minutos de peluquería.

Como es de esperar, la túnica de Gargamel se reinventa en esta entrega de Los Pitufos 2 – merecidamente ya que la historia transcurre en París. "Cambiamos el forro de la capa a rojo", explica la diseñadora de vestuario de Montreal Véronique Marchessault. "Pero también tenía que ser mágica porque en cierto momento lleva la túnica y segundos después, aparecen las alas de ardilla". Gargamel usa esas alas para volar desde la Torre Eiffel hasta el portal que hace aparecer en una fuente de los jardines del Trocadero.

Interpretar a Gargamel en las películas de los Pitufos ha supuesto un redescubrimiento virtual de la imaginación infantil de Azaria. "Te da la oportunidad de jugar como si fueras un niño, de imaginar a estas pequeñas criaturas. De niño tenía tres amigos imaginarios y pasaba mucho tiempo con ellos", asegura Azaria. "Es como si lo estuviera haciendo otra vez, salvo que ahora soy más rencoroso y descargo mi ira sobre estos amigos imaginarios con los que me crié. Juego con un gato imaginario, hago magia de mentira, y voy por ahí con una barita mágica, y de repente alguien hace algún efecto lumínico. De niño sueñas con hacer cosas así, y luego de adulto, te pagan por ello, es divertido".


Sobre los malotes
Cuando de destruir a los Pitufos se refiere, observamos que la línea de pensamiento de Gargamel es: si no puedes vencerlos, hazlos. Después de todo, ya lo ha hecho antes: es cuestión de coger arcilla y añadir hechicería. "Pitufina empezó siendo un montón de arcilla que Gargamel vertió en su caldero y cobró vida con el fin de infiltrarse en la aldea de los Pitufos. Sin embargo, Papá Pitufo vio bondad en ella y usó un hechizo para convertirla en una verdadera pitufa azul", dice Gosnell. "Así que ahora Gargamel ha creado a los Malotes, Vexy y Hackus, y lo único que necesita es que la magia secreta de Papá Pitufo transforme a los Traviesos en ‘verdaderos Pitufos’ para conseguir la ilimitada esencia de pitufo".

Al crear los personajes pitufescos, Kerner fue un paso más allá para asegurarse que Vexus y Hacky encajaran perfectamente en el universo de los Pitufos. "En cada paso del recorrido de las películas de los Pitufos, trabajamos estrechamente con la hija de Peyo, Veronique Cuillord, y el historiador de los Pitufos Tom Cosjn para asegurarnos de que lo estábamos haciendo bien –el desarrollo del guión, la producción y todo hasta el mismísimo estreno. Y eso ocurrió por partida doble al crear a los Malotes", dice. "Ese color gris neutro fue su deseo, ya que Peyo nunca quiso asociar a los Pitufos con ningún color humano. Peyo creó este mundo -al ampliar lo que hizo, sentimos el deber de respetar y honrar lo que nos ha precedido".

VEXY es la hermana que Pitufina nunca tuvo- hasta ahora. Pero, a diferencia de Pitufina, no es tan amable; está decidida a ser Malota y cumplir los deseos de Gargamel. No es fácil tener un padre como Gargamel – Vexy se ha tornado tosca, taimada y muy persistente en sus intentos de arrastrar a Pitufina al lado oscuro… pero cuando conoce a Pitufina, resulta ser que Vexy no es tan Traviesa como cree".

"Vexy es inteligente, traviesa y tiene mucha personalidad. Personalidad para derrochar", dice Gosnell. "Y realmente desea complacer a su padre".

Christina Ricci le infunde sarcasmo y picardía a la voz de Vexy. "Cuando pensamos en la voz de Vexy, consideramos el hecho de que es hermana de Pitufina", explica Kerner. "Claro, una es rubia y la otra morena; una es la pitufa perfecta y la otra es tosca, pero quisimos que las voces dieran la sensación de compartir el mismo origen. Y la voz que nos llamó la atención fue la de Christina. Ella aporta un gran sentido del humor; una voz clara y articulada y una risa profundamente ronca que se asemeja a la interpretación de Katy Perry como Pitufina. Es magnífica en su papel de mala, brindando una cualidad vocal burlona, divertida e irónica. Ella y Katy elevaron el listón al trabajar juntas".

Ricci dice que Vexy y Hackus simplemente buscan lo que cualquier niño necesita. "No tienen familia ni amor", dice la actriz. "No son realmente malos –tan sólo niños solitarios. Cuando secuestran a Pitufina, es simplemente su manera de ganarse la aprobación de su padre. Pero confieso que, a su vez, me gustó tener que ser traviesa".

"Es extraño pero el trabajo como actor de voz te da muchísima libertad", dice Ricci. "Mientras trabajas en una frase y en la calidad de tu voz, afinando sílabas individuales una y otra vez, puedes diseccionar y separar algunas cosillas y hacerlas tuyas. Me sorprende lo divertido que es".

Claro está, Vexy es sólo la mitad del plan malvado de Gargamel. "Vexy es el cerebro de la operación", dice Kerner. "Su hermano, Hackus, es puro entusiasmo y fuerza bruta".

HACKUS es un encantador, dulce e hiperactivo torbellino fácilmente influenciable por su hermana, la Malota Vexy. Es un poco loco, dulce como un peluche, un torbellino de energía y es un Malote de pocas palabras –muy pocas, de hecho".

JB Smoove de Larry David le presta su voz al malote Hackus. "Me encantaban los Pitufos de niño", dice Smoove. "En aquellos días tenías que levantarte antes que tu hermano si querías controlar la TV un domingo por la mañana. Así que, cuando me llamaron para interpretar a Hackus, no dejé pasar la oportunidad –ahora soy parte de la historia de los Pitufos. Ya le había prestado mi voz a personajes en otros programas animados, pero nunca había hecho algo así".

Al describir su personaje, explica: "Es como un experimento fallido. A Hackus le encanta divertirse y ama ser Malote. Vexy y Hackus le toman el pelo a Azrael, le toman el pelo a Gargamel y se toman el pelo el uno al otro. Es entusiasta, alegre, juguetón, curioso, divertido y abrumador. Es Hackus. ¡Hackus, Hackus Hackus!"

"Debido precisamente a esa energía que lo caracteriza a veces Hackus habla en oraciones cortas", dice Kerner. "Necesitábamos a alguien que fuera un auténtico actor de voz así que escuchamos muchas, muchas, muchas voces de distintos actores que pudieran usar su voz como un instrumento en lugar de una simple herramienta de interpretación. Lo que nos convenció de JB es que –al igual que el mismo Hackus- es una bola de humo".

El actor comprende por qué los cineastas pensaron en él para encarnar al hiperactivo Hackus. "Se me da muy bien levantar la voz y reírme muy, muy fuerte", dice él. "Además, cuando haces trabajo de voz en off, tienes que añadirle acción –acción física. Tienes que ser físico al hacerlo; es la única manera de sumergirte en el personaje –si sólo haces la voz, no se proyecta como debe ser. Raja y Jordan me dieron mucha libertad para zambullirme y divertirme con el personaje".


Sobre los humanos
Han pasado tres años desde que Patrick y Grace Winslow vieron a sus amiguitos azules por última vez. Pero cuando los Malotes secuestran a Pitufina y se la llevan a París, los Winslow reciben la visita de Papá Pitufo, Pitufo Torpe, Pitufo Gruñón y Pitufo Vanidoso- los Pitufos necesitarán a sus amigos humanos para rescatar a Pitufina de las garras de su archienemigo.

Pensarías que PATRICK WINSLOW, al convertirse ya hace algunos años
en padre de Blue, se calmaría e iría un poco más con la corriente. Bueno, hubiera podido ser, de haber resuelto sus asuntos pendientes con su propio padrastro, Víctor Doyle. Los dos han chocado durante años. Patrick recuerda su infancia de una manera y nunca se le ha ocurrido pensar que Víctor pudiera tener una perspectiva ligeramente distinta. Una vez que los Pitufos reclutan a los Winslow (¡y a Víctor!) para formar parte de la misión de rescate, todos esos sentimientos y asuntos sin resolver afloran cuando su atención debería estar centrada en Pitufina.

Como buen padrazo, Neil Patrick Harris se identifica con su personaje, Patrick Winslow. Ser parte de la franquicia de Los pitufos le brinda a Harris la oportunidad de compartir la experiencia con su familia. "Soy padre", dice Harris. "Realmente disfruté haciendo la primera entrega de Los pitufos y me enorgullezco del resultado final. Ahora que yo mismo soy padre de familia, es bueno tener papeles que sean apropiados para que ellos vean, así que está muy bien ser parte de Los pitufos".

Harris ve la historia de Patrick y Pitufina como un viaje paralelo hacia la familia. "El hilo argumental se adentra directamente en la historia de Pitufina. Suceden cosas que le hace cuestionarse quién es su familia realmente; en quién confiar y de dónde viene", explica Harris. "Eso se convierte en la interrogante principal para todos nosotros y se manifiesta en varias maneras en la película".

En Los pitufos 2, mientras Pitufina trata con los sentimientos encontrados de sus orígenes, Patrick Winslow también tendrá que afrontar su propia relación con Víctor Doyle, el hombre que le crió. "El padre de Patrick le abandonó cuando era pequeño, -tenía entre cuatro y cinco años- y su padrastro, Víctor, se mudó con él y su madre. Nunca se llevaron bien, por muchas razones", dice Harris. "Así que, cuando Víctor se une a la aventura, Patrick siente la misma lucha interior. No se siente hijo de Víctor y realmente no quiere que Víctor esté a su lado. Sin embargo mediante la aventura con los pitufos, Patrick aprende que la familia es a quién amas y quién te ama, y no tanto de dónde vienes. Es una gran lección a recordar o a aprender por primera vez".

La relación de Patrick y Víctor es como el agua y el aceite, pero Harris tuvo excelente química con Brendan Gleeson. "Sencillamente fue una fantástica elección, porque es capaz de exagerar y aún así permanecer con los pies en la tierra", dice Harris". Lo que podría ser un papel un tanto payaso, él lo convierte en una persona real. Actuar frente a él es fantástico".

Harris no pudo haber pedido una mejor colega para interpretar a Grace que Jayma Mays. "Soy un gran, gran seguidor de Jayma Mays. Es adorable y brilla con luz propia, es inteligente, lista, hermosa, divertida; es sencillamente la perfecta heroína en esta clase de película", dice Harris. "En la peli charlamos y discutimos como si fuéramos pareja desde hace mucho tiempo".

Los cálidos instintos maternales de GRACE WINSLOW le ayudaron a forjar un vínculo con los Pitufos durante su anterior visita a Nueva York –especialmente con Pitufina, a quien considera su ‘hermanita’. Así que, por supuesto, Grace no tiene intenciones de quedarse de brazos cruzados mientras su hermana es manipulada para participar en uno de los horripilantes planes de Gargamel para destruir a los Pitufos. Con su adorable hijo a cuestas (cuyo nombre rinde amoroso homenaje a los Pitufos), BLUE WINSLOW, ella le informa a su marido que su hermana está en problemas y va a ayudarle –¡YA!

A Jayma Mays le crió una madre Pitufo-obsesa. "Era una gran seguidora. Me obligaba a ver Los Pitufos", recuerda Mays. "Cuando era niña cada sábado por la mañana bajaba las escaleras pensando, ‘es mi mañana, la mañana de los dibujos, y puedo ver lo que quiera.’ Pero no, mamá quería ver Los Pitufos".

Como madre primeriza, la relación de Grace con los Pitufos le ayudó a ser mejor madre. "Acaban de tener su primer hijo, acertadamente llamado Blue Winslow. Está aprendiendo a ser padre", explica Mays. "Siento que Grace es el personaje más arraigado. Es buena madre. Se interesa por su familia. Creo que por eso ama tanto a los Pitufos –siento que su instinto materno se activó al conocer a los Pitufos, porque son criaturas maravillosas y adorables".

Para Mays es particularmente gratificante trabajar frente a Neil Patrick Harris. "Trabajar con Neil es fantástico. Es todo lo que te imaginas. Es maravilloso, divertido y atento. Es tan divertido fuera del plató como lo es sobre el mismo", dice Mays. "Llega con ideas sorprendentes; puedes notar que realmente piensa lo que hace. También se le da bien hacer que la escena sea real y hablar las cosas para asegurarse de que todo tenga sentido. Es maravilloso trabajar con él".

Desde el punto de vista de Mays, el atractivo generacional de Los Pitufos se debe a la combinación única de divertidas y alentadoras lecciones familiares. "Son populares porque comparten un excelente mensaje", explica Mays, "Ya no hay muchos dibujos animados familiares con los que puedas disfrutar en familia, verlos y en realidad aprender o recibir algo de ellos. Especialmente uno que tenga historias morales tan buenas para la familia como este, y además es divertido y entretenido".

"También me da la sensación que para los niños siempre hay un Pitufo con el cual identificarse", añade Mays. "Sea que te sientas Bromista un día, o Gruñón o Torpe el otro, los niños en particular pueden identificarse fácilmente con esas personalidades específicas y creo que gracias a la combinación de todos esos elementos son populares, deseables y verlos es un placer".

VICTOR DOYLE es un afable y desordenado desastre con un gran corazón –el polo opuesto a su hijo (¡hijastro!), Patrick Winslow. Pareciera ser que, independientemente de la intención de Víctor, sus acciones siempre resultan ser equivocadas; al menos a los ojos de Patrick. La brecha entre ambos es muy amplia, impidiendo un acercamiento entre estos dos personajes… hasta que se ven obligados a dejar sus diferencias a un lado para unir fuerzas y ayudar a Pitufina.

El recién llegado a la franquicia de los Pitufos, Brendan Gleeson, explica: "me siento privilegiado de formar parte de algo que destapa todo ese mundo", dice Gleeson. "Es emocionante formar parte de un mundo mágico, joven, optimista, algo complicado y divertido".

Gleeson interpreta al excesivamente parlanchín, dominante personaje que sin embargo tiene un gran corazón, Víctor Doyle, el chapucero Rey del Perrito Empanado. "Víctor es fuera de serie, y se abre al mundo de una manera muy sana", dice Gleeson. "En realidad cree que hace los mejores perritos calientes empanados de la historia".

"Tiene un gran corazón. Su presencia llena la habitación", añade Gleeson. "Lo que realmente me conquistó del personaje es que es capaz de amar en circunstancias adversas y además sabe encajar algunos golpes si con ello Patrick puede desahogarse y superar un tiempo difícil".

Como padre Gleeson se identifica con su papel: la interminable paciencia de un padre hacia sus hijos, sean biológicos o no. "La paternidad es lo mejor que pudo pasarme en la vida real, eso lo sé", declara Gleeson. "Para los padrastros es un gran desafío saber cómo encajar, especialmente cuando no se tiene el tradicional núcleo familiar. Pero esta película trata realmente del amor incondicional –no tiene que ser lo que la mayoría consideraría ‘normal’. No tiene que ser más que el hecho de que las personas se preocupen unas por otras, y creo que eso es realmente valioso".

Pero, hablando en plata, hubo una razón que le convenció especialmente del personaje. "Esta una de las principales razones por las que hago esta película: me gustó el personaje, sí, pero cuántas veces te dan la oportunidad de convertirte en pato?" dice Gleeson. "Te lo diré: no muchas. No pude dejar pasar esta oportunidad de explorar mi ánade interior".

En cuanto a Harris, cuyo personaje interactúa con Víctor en su estado transformado, el pato se robó cada escena. "Son sorprendentemente buenos. Les gusta picotear. Son graciosos, pueden estar sentados una eternidad", dice Harris. "En una escena debía hablarle al pato y el pato menea la cabeza y hace muecas. Todos se partían de risa".


Sobre la producción
"Amo dirigir esta película porque contiene tantos elementos diferentes", dice Raja Gosnell de su trabajo en Los pitufos 2. "Caminas hacia un plató vacío y piensas, ‘Aquí hay un Pitufo y caminará hacia ese otro Pitufo, le tocará el hombro. Necesitas un primer plano del Pitufo que no está ahí, reaccionando ante otro Pitufo que tampoco está.’ Adoptamos el mismo planteamiento de la primera película: fotografiamos el mundo como si hubiera un Pitufo allí. Imagino toda la acción del Pitufo, preparo toda la acción del Pitufo, usamos marionetas para simularlo y luego las sacamos para fotografiar el mundo de nuevo, añadiendo los Pitufos después".

Una de las claves para lograr Los pitufos 2 fue reunir al personal clave detrás de las cámaras de la primera película: no sólo a Kerner y Gosnell, sino también al productor ejecutivo Ezra Swerdlow, al director de fotografía Phil Méheux, BSC, al director de producción Bill Boes, a la editora Sabrina Plisco, A. C. E., a la diseñadora de vestuario Rita Ryack, al compositor Heitor Pereira y al supervisor de efectos visuales Richard R. Hoover encabezando el equipo en Sony Pictures Imageworks. "Al hacer esta película, no sólo reunimos a los personajes que ya conocemos y amamos, también reunimos a la gente que ha trabajado junta y confían los unos en los otros. Es como una familia o un campamento de verano cuando nos juntamos", dice Kerner.

Una de las ventajas principales de juntar nuevamente a la banda fue que la mayoría de los retos de hacer un híbrido de animación diseñada por ordenador y acción real ya los habían superado. "El proceso técnico de aprender cómo poner a los Pitufos en un escenario de acción real se resolvió en la primera entrega", explica el productor ejecutivo Ezra Swerdlow. "El equipo de producción aprendió de los compañeros de efectos visuales lo que necesitaban y lo construyeron dentro de la película –requerimientos de iluminación, los objetos que necesitan escanear y fotografiar y cuanta información se necesitaba exactamente para ubicar a los Pitufos de manera realista en una película de acción real".

Esta nueva aventura rinde homenaje a las raíces europeas del filme, ambientando la película en la ciudad de París e integrando muchos de los monumentos emblemáticos de la ciudad, incluyendo la Torre Eiffel, el Palais Garnier –la Ópera-, el Arco del Triunfo, el Louvre, el Río Sena, las Fuentes de los Jardines Trocadero, el Hotel Plaza Athenee y la Catedral de Notre Dame.

Los interiores se rodaron en los estudios de Montreal. Para crear el diseño de estos elaborados platós, los cineastas trajeron de vuelta al director de producción Bill Boes, quien ha colaborado con Gosnell en cinco películas anteriores. Al haber trabajado juntos se garantizaba que la secuela fuera coherente con la primera entrega pero, a su vez, incorporaron un diseño original para el ambiente de París. "Quisimos incluir la estética parisina en el diseño del plató", explica Boes. "En su momento París fue la capital artística del mundo, así que quisimos crear un escaparate para el arte de París y su belleza como ciudad".

"Una de los elementos con los que identifico a París es el Art Noveau, un movimiento que empezó a principios de siglo y es hermoso. La idea era tomar la naturaleza y convertirla en arquitectura", continúa Boes. "Les vendí a Raja y a Jordan la idea de un ático al estilo Art Noveau y se atrevieron, lo hicimos y me encanta el resultado".

Gargamel es un hechicero con siglos de edad trasplantado al siglo XXI. Es por ello que Boes tuvo que casar ambos periodos para brindar al diseño de los platós un distintivo sabor Gargameliano.

El medio de transporte de Gargamel es un coche de caballos tuneado. ""El único coche de caballos real en condiciones de funcionar está en París, así que tuvimos que construir el interior en el plató de Montreal", dice Boes. "Luego lo ampliamos –tan pronto como Gargamel y Azrael suben al carruaje y pulsan un botón, aparece una radio, se ve una pantalla de TV, salen unas chuches y comienza la música. Es muy Gargameliano".

Gargamel hace su espectáculo en vivo en el famoso Palais Garnier, la Ópera de París. Boes decidió que el diseño debía reflejar el misticismo de Gargamel. "Estuvimos allí dos días, para rodar la reacción del público y capturar la grandeza del recinto de la Ópera", dice Boes. La producción pudo acceder a todo el recinto del exquisito edificio, incluyendo una visita a una colmena privada ubicada sobre el techo –de la cual se rumorea que proviene la mejor miel de toda Francia.

Mientras que en la primera entrega Gargamel aparece improvisando un "Pitufoextractor" con basura y objetos encontrados, se ha superado para Los pitufos 2. En esta ocasión los directores quisieron un invento más contemporáneo y futurista. "Raja y Jordan querían que encontrara una máquina más al estilo Matrix, una especie de PITUFOEXTRACTOR atómico", dice Boes. "Tomas un poco de ciencia ficción antigua, añades un poco de ciencia ficción moderna, espolvoreas algo como un pequeño reactor nuclear y ya lo tienes".

Para Boes, el aspecto que presenta el mayor reto para el proceso de conceptualización es crear el movimiento de los Pitufos. "Hay ciertas reglas que todos sabemos ahora cuando vemos los exteriores -inmediatamente nos preguntamos a dónde irán los Pitufos; cómo van a llegar a nivel ocular para que los actores hablen con ellos", explica Boes. "Diseñamos el escondite con una red de tuberías en las paredes de manera que los Pitufos puedan escalar fácilmente, saltar y llegar a donde Raja quiere que estén para interactuar con los actores".

Con la predominancia del azul Pitufo en toda la película, Boes necesitaba una paleta que supusiera un contraste. "Aprendimos en la primera película que los colores cálidos son un buen complemento para el azul Pitufo", recuerda Boes. "Me gusta quedarme con los colores cálidos, así los Pitufos realmente resaltan".

El libro desplegable en la secuencia inicial de la película fue un reto aparte –y, sorprendentemente, uno de los mayores retos que enfrentarían los cineastas. "El libro desplegable supuso una cuestión aislada; contó con un equipo específico", describe el director de arte supervisor Michèle Laliberté. "Un arquitecto vino a trabajar con nosotros para ingeniar todo el plegado y desplegado de los diferentes elementos del libro. Luego un ilustrador realizó unas imágenes sorprendentes del libro de cuentos en colaboración con los artistas gráficos, quienes vinieron a ayudar e imprimirlo".

"Fue un objeto muy técnico en el cual trabajamos durante meses", añade Laliberté. "Estamos verdaderamente orgullosos de su aspecto; es un hermosísimo libro encuadernado en cuero".


Sobre la fotografía
El director de fotografía, Phil Méheux, BSC, hizo un cambio clave que afectó la manera en que el público vería la película: una nueva cámara. "En la primera película aprendimos que si los Pitufos iban a estar todos en el cuadro en alguna toma, necesitábamos más profundidad de campo, y eso significa más luz y mayor sensibilidad de la cámara", explica Méheux.

Para captar toda la luz posible –y proporcionarle a los cineastas mayor profundidad de campo- los cineastas emplearon la nueva cámara Sony F65. El sensor de última tecnología de esta cámara ofrece una fidelidad de imagen mayor que cualquier otra cámara de producción digital de cine.

"Ilumino a los Pitufos aun cuando estos no aparecen. Lo que hago es iluminar los modelos específicos de los personajes Pitufo, idénticos en tamaño y forma", explica Méheux. "Hay una cámara que capta HDRI y mide las luces, su dirección de origen y su valor, así puede ser replicada en el ordenador".

Nuevamente, iluminar a los Pitufos fue una de las lecciones aprendidas en la primera película. "Tenemos que rodar muchas secuencias y fragmentos en los que los Pitufos aparentemente mueven objetos", explica Méheux. "Sabemos lo que entraña esto. Conocemos la mejor manera de lidiar con ello y si vale la pena hacerlo. Por ejemplo, al iluminar a los Pitufos, si un Pitufo está en un lugar al cual no le llega la luz, le doy la señal al supervisor de efectos visuales: la luz allí no es exactamente como debería ser, hace falta crear una luz para ese espacio. Luego él toma nota".

Antes de rodar una escena, Méheux y los cineastas se apoyaron en los actores para representar a los Pitufos. "Cuando trabajamos con los Pitufos en una escena en particular, contamos con dos voces que interpretan a todos los personajes para nosotros", explica Méheux. "Tenemos pequeños muñecos con cabezas y brazos móviles, así que de hecho los animamos y simulamos la escena para poder capturar el ambiente de la misma".

Los actores Sean Kenin y Patricia Summersett, quienes representaron el papel de los Pitufos en estos ensayos, fueron de suma utilidad para incorporar el uso de estas marionetas en el proceso cinematográfico. "En la última película sólo éramos voces", dice Kenin, "Pero pensé que podríamos ayudar más manejando las marionetas de manera que Raja pudiera ver el cuadro, y él estuvo de acuerdo".

"Trabajamos estrechamente con Raja para dar vida a las marionetas", continúa Kenin. "Cuando caminan o interactúan entre ellas, tienen cabezas y brazos móviles con las que podemos jugar para darles un poco más de vida, en lugar de sólo meter y sacar del cuadro a un muñeco".

Pero, además de ser de gran ayuda con los retos de iluminación, la cámara Sony F65 le brindó a los cineastas más flexibilidad artística. "Una de las grandes ventajas de hacer una película con personajes animados es que no estás limitado a lo capturado en la fotografía principal –en una película 100% animada, están constantemente alterando, cambiando los chistes, cambiando la animación, a veces justo antes de definir la imagen. El reto con nuestra película es que es un híbrido entre animación diseñada por ordenador y actores de carne y hueso –tuvimos que darle a los animadores esa flexibilidad pero, como descubrimos en la primera entrega, frecuentemente eran obstaculizados por los movimientos de la cámara, que se habían establecido meses antes cuando rodamos la película. Así que esta vez la pregunta era, ¿Cómo lo resolvemos? ¿Cómo permitimos que los animadores cambien la acción después de rodarla?"

La respuesta fue la F65. "Dado que la cámara toma una imagen de 4k, fuimos capaces de componer un cuadro dentro de otro: captamos una imagen mayor a la que pensamos usar, y tuvimos más espacio para mover el cuadro del área captada", dice Richard R. Hoover, el supervisor de efectos visuales de la película. "En otras palabras, construimos una plantilla de 10% en cada toma, permitiéndonos deshacer todo en postproducción, rehacer el cuadro y mover la cámara. Funcionó de maravilla".

Como algunos interiores fueron reproducidos y rodados en los estudios de Montreal, la fotografía de Méheux tenía que vender la idea de que ambas ubicaciones eran un mismo lugar. "Si recreas un exterior real en un plató debes intentar recrear la luz", dice Méheux. "Tomé notas sobre el aspecto de todo, cómo la luz incidía sobre la Torre Eiffel, las Fuentes de los Jardines Trocadero que están enfrente y, al recrear esos elementos en el estudio, eché mano de notas, fotografías y recuerdos de los exteriores que analizamos".

Claro, nada se compara con rodar en una de las más hermosas ciudades del mundo. "¿Quién no querría el trabajo de captar la belleza de París?" sonríe. Además, el hecho de que la película fuera una comedia divertida y bonita supuso un atractivo añadido para este director de fotografía más conocido por películas como Casino Royale, por la cual fue honrado por sus colegas de la Sociedad Británica de Cineastas con el premio a Mejor Dirección Fotográfica. "Me gusta hacer películas para toda la familia", dice. "Esta supone un cambio para mí. Es entretenida, divertida y me toca hacer fotografía amena en lugar de fotografía más dura".

Lo cual no quiere decir que no haya acción en la película. Para la secuencia central –en la que una cigüeña sobrevuela la ciudad- los realizadores echaron mano de varias técnicas. "Pudimos volar con las cámaras sobre el Parque Tuileries, rodear la Noria y el modelo de la Estatua de la Libertad", dice Gosnell. "Pero, como os podéis imaginar, buscábamos algo un poco más seguro cuando de otras partes de la secuencia se trataba, como los arbotantes. Para ello utilizamos una Steadicam, un hombre caminando a través de los arbotantes haciendo los movimientos del vuelo, lo cual aceleramos posteriormente. Es antigua pero aún funciona perfectamente. Para otras tomas, usamos grúas o vehículos –cada toma tuvo en planteamiento un tanto diferente".


Sobre la animación de los personajes y los efectos especiales
Para el supervisor de efectos visuales. Richard R. Hoover, la producción fue como un juego con muchas partes móviles. "Hay muchas piezas, es como un rompecabezas", asegura. "Por ejemplo, rodamos tomas sin actores y con fondo verde en Montreal y, luego, rodamos la acción real para la misma toma en París. Y, por supuesto, todo tenía que encajar. Esta película es mucho más complicada que la anterior, tanto en el rodaje como en la cantidad de lugares a los que tuvimos que acudir para darle coherencia al filme. La primera vez apenas empezábamos a conocer a los personajes, y esta vez están más involucrados con su entorno y las cosas que tienen que hacer. Hay mucha más acción".

Aun con los obstáculos tradicionales de los exteriores, la meta del equipo de efectos visuales era darle más realismo a los Pitufos: entes vivos que respiran, que sienten. "Mi meta es siempre la misma: que en los efectos visuales no se noten las costuras, que esas secuencias sean exactamente como las tomas de acción real", explica Hoover. "El principio de los Pitufos, como norma, es que intentamos asentarlos en la realidad, haciéndole creer a la audiencia que existen en nuestro mundo y que la física de nuestro mundo también les afecta".

Lograr ese cometido requiere una curiosa mezcla de lo técnico y lo artístico. "Los Pitufos tienen alma y corazón –sienten emociones, igual que nosotros", continúa Hoover. "Parte de ello se logra a través del modo en que rodamos: la velocidad con que movemos la cámara da una velocidad realista a los personajes, y lo lejos que saltan o corren. Ellos también se rigen por las reglas de nuestro mundo".

Por supuesto que la otra parte de la ecuación es la actuación, tal como el supervisor de animación de Sony Pictures Imageworks , Sebastián Kapijimpanga, explica. "Añadimos muchos detalles y matices a las expresiones faciales", dice. De esa manera, podemos darle a la actuación varias capas y más realismo. Especialmente en el caso de Pitufina, ya que esta historia se centra realmente en ella –su interpretación tiene más sutiliza y el personaje tiene más desarrollo que en la primera película. En ciertos momentos se expresa de forma extremadamente sutil, y en otros se expresa con la alegría habitual a la que nos tiene acostumbrados".

Al igual que Boes y Méheux, la experiencia de Hoover en la primera película le otorgó una valiosa perspectiva sobre cómo mejorar los efectos visuales y la metodología de trabajo. "Trabajamos muchos métodos para dar con la mejor forma de rodar a los Pitufos, de incluirlos en nuestro mundo, interactuando con objetos reales, piezas y paisajes", afirma Hoover. "La última vez nos sorprendió a todos lo bien que funcionaron los primeros planos –los primeros planos son grandiosos, porque puedes ver todo el detalle en la cara del Pitufo y el personaje realmente te llega. Así que en esta ocasión Raja se entusiasmó al poder hacerlo nuevamente".

Otra mejora de los efectos visuales respecto a la primera película fue la concerniente al desarrollo de herramientas para perfeccionar la línea visual del actor. "La última vez descubrimos que es muy difícil que los actores miren el punto indicado y sigan la acción del Pitufo", explica Hoover. "Podemos ubicar señales visuales en la pared, pero las miradas convergen sobre la señal de manera distinta".

Para hacer coincidir verdaderamente las líneas visuales, el experto en efectos visuales de alta tecnología confiesa haber encontrado una solución decididamente rudimentaria. "He utilizado algo de alambre sobre un pequeño soporte con un pequeño punto rojo que podíamos ubicar en la escena", dice. "Fue bastante sencillo quitarla posteriormente y así los actores tenían una señal muy precisa a la que dirigir su mirada".

Para poder mantener la autenticidad de París y de los Pitufos, muchas de las grandes secuencias de acción requirieron efectos visuales previos, particularmente en la culminante escena de la Noria rodante. "Es bastante complicado rodar la escena porque, ¿Cómo consigues que una noria de entre 45 y 50 metros de altura ruede calle abajo?" dice Hoover. "Podíamos haber construido todos los efectos, pero no queríamos eso – queríamos rodar en París por que es París y queríamos rodar con una noria de verdad tanto como fuera posible, y eso presentó unos cuantos retos en cuanto a las herramientas y la metodología".

Para realizar la secuencia emplearon técnicas distintas. "Usamos la noria de verdad hasta que se desprende de la estructura", dice Hoover. A partir de ahí la secuencia pasa a efectos visuales: "Construimos una versión diseñada por ordenador de la noria. Rodamos tomas sin los actores en los Jardines Tuileries y otros lugares en París, y luego hicimos composiciones con la noria rodando por los exteriores".

En una toma la cámara enfoca a Gargamel, Hackus, Vexy y Pitufina dentro de un coche y los espectadores los acompañan en el coche. Para esta toma los cineastas montaron una cámara sobre una grúa de 15 metros de altura que a su vez descansaba sobre un remolque; luego balancearon el brazo de la grúa de arriba a abajo para dar la impresión de que la rueda giraba. La mayor parte de las tomas, sin embargo, se lograron con fondo verde – los cineastas usaron un arreglo de cámaras para crear un entorno de 360 grados dentro del coche al igual que un entorno de 180 grados del mundo de París fuera de la ventana del coche, y luego hicieron coincidir las tomas con las imágenes de Azaria como Gargamel, las cuales tomaron en Montreal".

También vuelven a Los Pitufos 2 un ejército de artistas de Sony Pictures Imageworks para crear la animación diseñada por ordenador. Fueron los responsables de todo el trabajo de los personajes –los Pitufos, los Malotes, Azrael -el gato- y el pato. "Todos los personajes con los que trabajamos en la primera película estaban establecidos", anota el supervisor de animación de Los Pitufos 2, Sebastián Kapijimpanga. "Desarrollar los nuevos personajes – los Malotes, Vexy y Hackus- supuso un proceso de descubrimiento".

"Creo que todos teníamos diferentes imágenes en nuestra mente sobre el aspecto de los Malotes", dice Gosnell. "No son Pitufos, pero tenían que ser pitufescos –una versión del sombrero de pitufo, otra versión de los pantalones de pitufo. Nuestro punto de partida básico fue la idea de que estos son hijos de un padre negligente, Gargamel, así que nos gustó la idea de que encontraran su propia ropa. Lo más importante, claro está, es que no podían ser azules, ya que en eso consiste toda la búsqueda de Gargamel –convertirlos en verdaderos Pitufos azules. Así que son grises, ya que fueron creados de un montón de arcilla; aunque sí que les pusimos pecas azules para dar la sensación de que hay un Pitufo en su interior".

"Con Vexy, por un parte queríamos que se pareciera a los Pitufos en cierta manera, pero por otra tenía que ser distinta en cuanto a los colores y el estilo –ha encontrado un armario de ropa que consiguió por toda la ciudad", continúa Gosnell. "Hackus es simplemente una enérgica bola de humo. Ama a su hermana, ama ser amado, pero tiene algo de diablo –le gusta meterse en líos".

"Las proporciones de Hackus son algo distintas a las de los demás Pitufos", dice Kapijimpanga. "Eso nos obligó a experimentar mucho con distintas aproximaciones a la animación para descubrir cómo se mueve. Vexy se parece más a los otros Pitufos en cuanto a sus proporciones, pero las diferencias aparecen a través de la actuación de su personaje. Es traviesa y no trama nada bueno. Es muy divertido animar a un personaje con este origen".

Los Pitufos 2 también requirió que el equipo de Kapijimpanga animara un gato que fuera realista en la fotografía (Azrael) y un pato (Víctor, una vez que Gargamel se ha salido con la suya). En los últimos años, se ha vuelto más difícil distinguir la animación diseñada por ordenador de la realidad", dice Kapijimpanga. "Estamos en un punto en el que creo que la persona promedio –mi madre, por ejemplo- no sería capaz de distinguir entre un pato real y uno diseñado por ordenador". El equipo de Kapijimpanga fue el responsable de una amplia gama de animaciones; desde sustitución facial, pasando por gestos expresivos hasta la creación de un pato enteramente diseñado por ordenador.

En el caso del gato, explica: "se empieza por mirar la referencia de animales reales, claro está. Debemos comenzar con los elementos que dan realismo a los movimientos del gato. Pero debemos añadir un poco de interpretación–algo de expresión en las caras y una amplia gama de movimiento. Lo llevamos hasta el punto cómico, pero no tanto como para sacarte de la película y dejes de creer que es un gato real. Es complicado".