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  Asalto al poder  (White House Down)
  Dirigida por Roland Emmerich
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Película protagonizada por Channing Tatum, Jamie Foxx, Maggie Gyllenhaal, Jason Clarke, Richard Jenkins y James Woods. Dirigida por Roland Emmerich. Con guión de James Vanderbilt. Producida por Bradley J. Fischer, Harald Kloser, James Vanderbilt, Larry Franco y Laeta Kalogridis. Los productores ejecutivos son Ute Emmerich, Channing Tatum y Reid Carolin. La directora de fotografía es Anna J. Foerster, ASC. La dirección artística está a cargo de Kirk M. Petruccelli. El montaje lo realiza Adam Wolfe. La diseñadora de vestuario es Lisy Christl. Los supervisores de efectos visuales y coproductores son Volker Engel y Marc Weigert. Música de Thomas Wander y Harald Kloser.

ASALTO AL PODER es la nueva película de acción del director Roland Emmerich, cuyos filmes, entre los que se incluyen Independence Day, El día de mañana (The Day After Tomorrow), 2012 y Anonymous, han recaudado más de 3 mil millones de dólares en el mundo. Su último trabajo es esta película de acción de proporciones épicas protagonizada por el hombre más reconocible del planeta, un terreno conocido para Emmerich. "En realidad, eso me echaba un poco para atrás, me preguntaba: ‘¿Puedo hacer otra vez la Casa Blanca?’" bromea el hombre que hizo que los alienígenas destruyeran este edificio en Independence Day y que hizo que el portaviones John F. Kennedy la atravesara en 2012. "Finalmente, quise hacer esta historia porque cuenta con personajes muy potentes y una narrativa diferente, muy poco habitual, en la que se combinan elementos de acción y de thriller político de relevancia mundial".

"Obviamente, a Roland le gusta jugar con símbolos e iconos", asegura el productor Bradley J. Fischer. "Si observas el contenido de los filmes y de la narración, sus películas han sido grandes eventos desplegados a escala mundial y en todas ellas, de una u otra forma, echaban por tierra gigantes torres de marfil. Sí, claro, ha destruido la Casa Blanca antes, pero esta jamás ha sido el centro de la película; tanto en el argumento como en la narrativa subyacente, como lo es aquí".

"Esta es una historia verdaderamente global", define Harald Kloser, quien previamente trabajó con Emmerich como guionista y productor en 10.000 (10,000 BC) y 2012, y como compositor de la música de estas y de Anonymous y El día de mañana (The Day After Tomorrow). "Si alguien se hace con la Casa Blanca, tendrá acceso al mayor arsenal de armas del planeta. Una invasión a la Casa Blanca sería el detonante de una crisis global de consecuencias inimaginables".

El personaje central de ASALTO AL PODER es John Cale, un ex soldado y padre divorciado que trata de hacerse con las riendas de su vida y pisar tierra firme; sobre todo en lo que se refiere a su relación con su hija. El papel está interpretado por Channing Tatum. "Cale ha intentado hacerse con el control de su vida durante años, de darle un sentido. Pero en realidad no posee las herramientas para colocar cada cosa en su sitio", describe Tatum. "Pero tiene buen corazón, siempre ha querido ser el héroe de su hija. Y ahora que se da cuenta de que, debido a los errores cometidos en el pasado, no puede serlo piensa: ‘Bien, ella idolatra al presidente, si no puedo ser su héroe tal vez puedo ayudar a proteger al tipo que sí lo es".

"Al comienzo de la película probablemente sea mejor amigo que padre", continúa Tatum. "No es un buen ejemplo, ni alguien a quien le pedirías consejo. Pero si las cosas se ponen feas, es el hombre que quieres, porque ha pasado por muchas cosas".

"Esto es parte del recorrido del héroe de esta película", profundiza Kloser. "Hace un viaje exterior –salvar el mundo– y uno interior. El interior tiene que ver con la historia emocional con su hija".

Junto a Tatum, los realizadores eligieron a Jamie Foxx para el papel del presidente Sawyer. Fischer asegura que contar con Jamie Foxx fue clave para definir el tono de la película. "Teníamos la esperanza de encontrar al actor adecuado para el papel del presidente, alguien que pudiera interpretarlo de tal forma que resultara cautivador", explica Fischer. "Esperábamos poder encontrar a un actor que pudiera transmitir la solemnidad presidencial pero que también aportara un elemento de comedia; no chistes sino gracia, momentos ligeros que pudieran aflojar la tensión. En realidad, Cale y Sawyer representan el clásico formato del par de tipos que terminan formando "pareja" obligados por las circunstancias. Por eso Jamie era perfecto, ganó un Oscar® por la forma en que puede dar vida a diferentes personajes. Y eso no fue todo, entre él y Channing surgió una gran química, interpretaron sus personajes de una forma que todos encontramos increíblemente gratificante de ver. Con Channing y Jamie juntos, la película se convierte en un gran entretenimiento".

Foxx describe al presidente número 46 de los Estados Unidos como "un hombre que haría lo que fuera por proteger a su país, pero también un hombre que entiende que para hacer eso en esta época hay que saber quiénes son los enemigos. Si no tienes ese entendimiento o alguna forma de abrir el diálogo, estarás siempre enemistado y continuamente se presentarán situaciones drásticas".

Emmerich afirma que Vanderbilt escribió el personaje del presidente Sawyer como un contrapunto interesante a Cale. "Cuando el presidente Sawyer es elegido, quiere hacer muchísimas cosas, pero cuando llega al puesto se da cuenta de que no es tan fácil. Tiene que dedicar gran parte de su tiempo a la parte política", asegura Emmerich. "Mientras que el objetivo de Cale es impresionarse a sí mismo y a su hija, el presidente se siente obligado a responder a la grandeza de su puesto: quiere hacer algo verdaderamente presidencial, algo ‘lincolnesco". Quiere ser recordado como un gran presidente. Allí es donde reside la parte divertida de la película: tienes a un ex soldado batiéndose intelectualmente con el comandante en jefe porque están atrapados uno junto al otro a lo largo de toda la película".

Fischer y sus socios en Mythology Entertainment, James Vanderbilt y Laeta Kalogridis, llegaron a la película cuando Vanderbilt reveló a Fischer que había estado escribiendo un proyecto en secreto. "James dijo: ‘He estado trabajando en algo. No creo que esté listo del todo pero me gustaría que le echaras un vistazo’. Lo leí y le dije que era un demente, porque era fantástico. El guión empezó a circular por la ciudad y antes de que nos diéramos cuenta comenzamos a recibir propuestas de los estudios. Nos decidimos por Sony, y en menos de 48 horas estábamos reunidos con Roland Emmerich, la película tenía luz verde y estábamos en marcha".

"Cuando comencé con el proyecto me emocionaba la idea de volver a hacer el tipo de películas de acción con las que crecí: el tipo normal que bajo circunstancias extraordinarias se tiene que poner a la altura de la situación", explica Vanderbilt. "Para mí gran parte de la emoción tenía que ver con el misterio que rodea a la Casa Blanca. Es irónico que el sitio más famoso, el edificio más icónico del mundo continúe siendo un sitio de gran misterio para tanta gente. En ese sentido, era el escenario perfecto para un thriller de acción porque siempre aporta ese elemento de sorpresa".

Vanderbilt asegura que Emmerich era la persona perfecta para dirigir. "Pillar a Roland fue lo mejor que pudimos hacer desde el principio", asegura. "Él entiende de forma innata cómo hacer que esta película sea inmensa, explosiva, pero al mismo tiempo contenida, tensa, y en una sola localización. Antes que nada se centra en la historia y en la conexión emocional entre los personajes. Creo que ese es el secreto de Roland, nadie se da cuenta de que es un director muy emocional. Sus historias están arraigadas en la emoción. Si ves Independence Day y El día de mañana (The Day After Tomorrow), ambas películas tratan de gente que trata de reconectar entre sí en el momento de la tragedia. Fue genial ver cómo siempre que se ponía con la película se preguntaba: ‘¿Qué es lo que quiere Cale?’ Y para Cale, todo se resume a una cosa, quiere reencontrarse con su hija".

"Cuando trabajas en una película con Roland, el 5% de las conversaciones son acerca de las grandes imágenes y el 95% sobre lo que mueve a los personajes, quiénes son, de dónde provienen, adónde quieren ir, quién quieren ser", detalla Kloser. También apunta que una vez que comienza el rodaje, el talento como realizador de Emmerich resplandece. "Siempre me impresiona la forma en que compone las imágenes y el detalle que pone. Cuando lo ves en la pantalla puedes percibir las capas y la profundidad de sus imágenes; que también ponen de manifiesto a nuestra fabulosa directora de fotografía Anna Foerster. Y esta película se convierte en una pieza de acción con una belleza que jamás había visto hasta ahora".

Parte de eso viene de la descripción del tercer personaje del filme: la Casa Blanca. Para hacer ASALTO AL PODER, Emmerich y su equipo se propusieron hacer un decorado lo más realista posible. "La Casa Blanca es la estrella de la película", reconoce el director. "Trabajar allí, ir de visita, no tiene nada que ver con ir a cualquier otro edificio del mundo. Muchos países tienen un palacio presidencial, pero la mayor parte del tiempo el presidente ya no vive allí, es más un símbolo que otra cosa. Estados Unidos es un lugar único en ese sentido, la Casa Blanca es nuestra casa, la casa del pueblo y el presidente vive allí".

"Con esta idea en mente nos dijimos: ‘Venga, hagámosla lo más real posible’", continúa el director. "Pensamos que sería la forma más divertida de hacerla, y la verdad es que toda la investigación que hubo detrás fue muy entretenida. Naturalmente tuvimos que inventarnos un par de cosas, porque hay partes de la Casa Blanca que jamás han sido fotografiadas, y otras partes que no se sabe si existen o solo son rumores y habladurías; pero aparte de estos detalles es bastante fiel a la realidad".

Para otorgarle al filme el nivel de precisión y verdad que se buscaba, los realizadores contaron con McLarty Associates, donde Richard Klein supervisó los esfuerzos como uno de los consultores de la Casa Blanca para el filme. Fundada por Thomas F. "Mack" McLarty III, que ocupó el puesto de secretario de estado durante la presidencia de Clinton, McLarty Associates ha formado un equipo global con personal altamente preparado con experiencia y conocimiento en todos los mayores mercados del mundo; el departamento de cine y entretenimiento de McLarty Media, asesora a los grandes estudios, directores, productores y guionistas en temas de importancia internacional, desarrollo de presentación de historias, contenido auténtico para guiones, requerimientos únicos de localización y compleja producción logística.

"Nuestra firma está formada por ex empleados de la Casa Blanca, ayudantes sénior del presidente, personal del congreso, oficiales de seguridad nacional y oficiales militares, todos hemos vivido, respirado y trabajado en los sitios donde ASALTO AL PODER tiene lugar", asegura Klein. "Si bien la historia en sí puede ser fantástica, el mundo donde transcurre es muy real y tiene toda una cultura detrás y un conjunto de reglas muy real. Los realizadores querían que estuviera afianzado sobre la realidad porque esto haría que la historia fuera más creíble. Querían que estuviera basada en hechos. El objetivo era que cuando la película se estrenara la gente que conoce este mundo dijera: ‘Esta gente realmente sabe de lo que habla’ y que la gente que no lo conociera dijera: ‘Jo, ¡como mola!’"

Klein cuenta que en un proyecto como ASALTO AL PODER, se plantean muchísimas cuestiones: ¿cómo son los terminales de los ordenadores en la Casa Blanca y qué se ve en la pantalla cuando accedes al sistema? ¿Qué tipo de botones llevan los miembros del congreso en la solapa para que seguridad sepa quiénes son? ¿Cómo suena un diálogo político y un diálogo militar? ¿Qué haría la policía si una gran multitud viniera de la Casa Blanca? ¿Quién estaría a cargo, cómo se desarrollaría la escena, qué uniformes y vehículos veríamos? ¿Cómo es la vigilancia continua del Pentágono? Cuando Channing Tatum recoge al portavoz de la Casa Blanca al principio de la película, ¿qué tipo de letrero tendría en el coche? ¿Cuál es la relación entre el Servicio Secreto y la Policía del Capitolio? Todas estas preguntas fueron a las que respondieron Klein y su equipo. "Pasamos semanas analizando las diferentes placas de identidad que lleva la gente de la Casa Blanca y lo que cada una significa en término de accesos, movimiento y antigüedad, por eso queríamos ser precisos pero también cuidadosos de no comprometer la seguridad de la Casa Blanca", explica Klein. "Todo se tenía en cuenta hasta el más ínfimo detalle".

Pero los asesores también sopesaron la realidad cultural como otra característica física. "En la película pusimos la información que teníamos en lo que respecta a las políticas o tradición en el Capitolio o en la Casa Blanca, o la relación entre el portavoz de la casa y el presidente", continúa Klein. "El diálogo realista, las interacciones sociales y profesionales realistas, la secuencia realista de eventos; esas son cosas en las que muchos trabajamos y tuvimos una respuesta receptiva por parte de los realizadores".


Acerca de los personajes
En el centro de ASALTO AL PODER tenemos a John Cale, interpretado por Channing Tatum. Ex militar, actualmente policía del Capitolio, Cale es un padre que lucha por estrechar lazos con una hija que lo ve como a un extraño. Y al comienzo de ASALTO AL PODER, pareciera que Cale no lo tiene muy claro en realidad. Acaban de rechazarlo en el Servicio Secreto, a pesar de su heroica carrera ha sido descalificado para proteger al presidente. Pero todo cambiará para él ese mismo día, por casualidad visita la Casa Blanca y lo inimaginable sucede: un grupo paramilitar ataca el edificio y solo Cale está en posición de proteger al presidente.

"Es la perfecta motivación para el personaje", afirma el productor Harald Kloser. "Él solo quiere proteger al presidente. Y eso es en parte porque su hija es lo que más quiere, el presidente es su héroe. Pero la persona del Servicio Secreto encargada de la entrevista de selección –la persona de la que depende su futuro– no cree que él sea adecuado para el trabajo. No lo entiende. Y entonces se desata el infierno y tiene que salvar a su hija, al presidente y al mundo. Tiene que ganarse el trabajo unas 20 veces a lo largo del transcurso de la película".

"Lo que realmente le importa a Cale es reparar la relación que tiene con su hija", resume Tatum. "Es un tipo que tiende a escapar de los problemas, y aunque ya no lo hace, se pregunta si ya no es demasiado tarde. Si lo que hace falta es salvar al líder del mundo libre para ganarse el amor y respeto de su hija, entonces eso es lo que tendrá que hacer".

"Cale es un hombre muy normal", agrega Emmerich. "Es uno de esos personajes que quiere hacer las cosas bien, pero lo que sea que haga, las cosas no le funcionan. Y entonces, por los acontecimientos que se suceden en la historia, le llega su oportunidad. Tiene una fuerte motivación, pero tiene muchas limitaciones que superar".

Parte del atractivo de ASALTO AL PODER para Tatum fue la oportunidad de trabajar con Emmerich. "Me he divertido muchísimo en esta película", agrega Tatum. "Una mañana estábamos rodando a las 5 de la mañana, era un día largo y él no podía estar más animado. Dirige desde la primera fila, y eso me gusta".

Para Emmerich, el sentimiento fue mutuo, la oportunidad de trabajar con Channing Tatum fue la pieza del rompecabezas que cerró el trato. "Cuando lo conocí, me di cuenta de que solo haría esta película si estaba él, si él no la hacía, yo tampoco", confiesa el director. "Me di cuenta de que era exactamente ese personaje, un tipo muy guapo pero que desprende una fuerte sensación de ser un hombre con el que todo el mundo se puede identificar. Es divertido e inteligente y sabe lo que quiere".

"Channing lo tiene todo y encaja a la perfección en el papel de John Cale" agrega Fischer. "Ha demostrado que es una estrella de cine. Y cuando Roland y Channing se conocieron, Roland dijo: ‘Este es nuestro hombre. Sin ninguna duda’".

Claro que Tatum no solo era perfecto para el papel por lo que es "un tipo que es fácil, con confianza, incluso un poco de arrogancia y fanfarronería", según Vanderbilt, sino también por sus aptitudes físicas. John Cale es un papel muy exigente de acción y Tatum estaba dispuesto a asumir la tarea de hacer todas las escenas de acción que fueran posibles.

"¿Qué preferiría ver? ¿La cara de un actor cuando atraviesa una ventana o a un especialista que justo vuelve el rostro en el último momento?", ejemplifica Tatum. Por supuesto que la seguridad es siempre lo primero, pero Tatum quería hacer esas escenas siempre que se pudiera. "No hace daño atravesar un cristal falso, es una de esas escenas de acción que son seguras y son divertidas, así que por qué no hacerlas".

"En el rodaje, estábamos a punto de hacer la primera escena de acción, cuando dijo: ‘Bien, me gustaría hacerla yo’", recuerda Emmerich. "Me sorprendió, pero cuando lo pensé, la verdad es que tenía sentido. Me vi sus películas de baile, Step up (Bailando) (Step Up), Magic Mike. Los bailarines son muy buenos especialistas porque tienen un gran control de sus cuerpos".

Jamie Foxx en el papel del presidente James Sawyer es el hombre en el ojo del huracán. "Es un papel complicado", opina Vanderbilt. "Tienes que contar con la gravedad de un presidente de Estados Unidos, pero nuestro presidente de la película también tiene que ser capaz de interpretar la parte de humor. Tenía que tener la capacidad de interpretar la parte física, los momentos ligeros, los momentos graves, todo eso junto. Y por encima de todo, el actor tenía que ser una persona que fuera creíble como presidente elegido y encajara bien con Channing. Jamie fue la opción perfecta".

"En su situación, el presidente se enfrenta al comienzo de todo a un nuevo orden mundial", explica Foxx. "Está aprendiendo que la fuerza de las armas no siempre es la mejor línea de acción. Ponemos sobre la mesa algunos de esos temas políticos pero de forma ligera. Es una mirada fresca a lo que se podría llamar una película de héroe de súper acción. Siéntese y prepárese para la experiencia, vea como Channing va al trabajo y hace lo que tiene que hacer en su papel de agente John Cale."

Trabajar con Roland Emmerich fue una revelación para Foxx. "Como actor que pretende ser director, pensé en la película y me pregunté: ‘¿Cómo va a hacer que la película resulte cinematográfica con este entorno?’ Lo observé, tuve la oportunidad de echar alguna mirada sobre su hombro y pude ver su plan de tomas. Era alucinante. Pero Roland además es un gran colaborador, permite que propongas tus ideas y que tengas tu propia voz, y él les da forma en la manera que quiere hacer la película, y si te pasas demasiado, está allí para traerte nuevamente".

Para ayudar a John Cale y al presidente Sawyer a librarse de los mercenarios y a recuperar el control de la Casa Blanca tenemos a la extremadamente competente y dura agente especial Carol Finnerty interpretada por Maggie Gyllenhaal.

Al principio de la película, Finnerty rechaza la solicitud de Cale para unirse al Servicio Secreto, pero no es todo tan simple. "Años atrás tuvieron un tórrido romance", cuenta Gyllenhaal. "Fue hace mucho, mucho tiempo, pero estaban locos el uno por el otro. Y ahora él ha vuelto, ella le hace la entrevista, y por supuesto que él sigue siendo atractivo y alucinante en muchos sentidos. Le quita el aliento. Pero no tiene la cualificación necesaria para ser un agente del Servicio Secreto".

Gyllenhaal asegura que la fuerza de su personaje es saber cuándo tiene que atenerse a las reglas y cuando puede saltárselas. "Es muy buena en su trabajo, y para ser excelente en cualquier trabajo tienes que seguir un protocolo, pero nunca dejar de saber cuándo algo es razonable o no", continúa la actriz. "Cree en el sistema firmemente y es por eso que rechaza la solicitud de Cale. Pero cuando ve que hay personas que están tomando las decisiones equivocadas se pone al mando y eso puede significar hacer cosas bastante poco ortodoxas. En ese sentido, ella es la voz de la razón".

Jason Clarke se une al reparto en el papel de ex soldado convertido en líder de la unidad paramilitar que invade la Casa Blanca, Emil Stenz. "Él es un excombatiente de las fuerzas especiales, que ha hecho cosas nefastas en remotos sitios del mundo y se ha convertido en mercenario" describe Clarke. "Y ha sido contratado para invadir la Casa Blanca, secuestrar al presidente y sacar dinero con ello".

"Lo más alucinante de esta película, tengo que decirlo, es Roland", asegura Clarke. "Él quiere hacer una película interesante y divertida, pero también brinda al público un argumento dramático para que conecte. Siempre te cubre las espaldas, siempre cuenta la historia y sabe cómo se rueda".

Joey King se une al reparto en el papel de la hija de Cale, Emily. La distante relación entre padre e hija es puesta a prueba durante la crisis en la Casa Blanca. "Al principio de la película, sus padres están divorciados y su padre no es que le emocione mucho", explica King. "Por eso él se la ha llevado a su entrevista con el Servicio Secreto y la lleva de visita a la Casa Blanca; él sabe que ella está obsesionada con todo lo que sea política y quiere impresionarla. Y lo logra, ella está mega ilusionada. Pero todo se tuerce porque son separados y los acontecimientos se precipitan, toda la película gira en torno a la relación entre ellos. Él trata de hacerse un camino hacia su corazón y ella se da cuenta de lo mucho que su padre la quiere y de lo mucho que ella le quiere a él".

King ha disfrutado de poder trabajar junto a Channing Tatum (¿y qué jovencita no?). Naturalmente, el hecho de interpretar a padre e hija, une mucho. "Teníamos un saludo de manos, que lo llamamos el saludo Chan. ¡Es lo mejor! El saludo más largo del mundo y nos lo inventamos nosotros", se emociona la joven actriz. "Él es lo más, y muy divertido… es como mi padre, hermano o mejor amigo".

Richard Jenkins se une al reparto como el portavoz de la Casa Blanca Eli Raphelson, político de carrera del partido opositor y James Woods como Martin Walker, el extrovertido director del Servicio Secreto.


Diseñar la Casa Blanca
La residencia situada en la Avenida Pensilvania 1600 no solo es el hogar y la oficina del presidente de Estados Unidos, sino también un símbolo de democracia, liderazgo y libertad que atrae a 1,5 millones de visitantes todos los años.

"Cuando te encuentras en la Casa Blanca, lo que realmente te impresiona es que no es tan grande, es simplemente una casa, rodeada de edificios más grandes y un parque", reflexiona Emmerich. "Por otra parte, tienen toda la tecnología que se pueda uno imaginar y mucha más que no te imaginas, también se oyen todo tipo de rumores, como de los misiles en el edificio central y los que lo rodean. Cuando piensas en eso, te das cuenta de que es un gran riesgo en cuanto a seguridad, y de eso trata nuestra película".

La tarea de diseñar y construir los decorados recayó en el director artístico Kirk M. Petruccelli. "Kirk es uno de los héroes desconocidos de esta producción", asegura Bradley J. Fischer. "Él tiene uno de los mayores retos en esta película: construir esos decorados. Solo tenemos pinceladas de las habitaciones que sabemos existen: el centro de operaciones de emergencias presidenciales, o el hervidero donde trabaja el Servicio Secreto, que de hecho está justamente debajo del despacho oval; por eso el trabajo de Kirk fue retirar un poco ese velo e invitar a la gente a mirar lo que hay tras esos muros. Nos brindó un gran patio de recreo para que nos pudiésemos divertir lo más posible".

"Mi percepción de la Casa Blanca siempre ha sido que era el centro de nuestro gobierno, ¿pero eso qué significa? ¿Qué es ese lugar?" se pregunta Petruccelli. "Por supuesto que se trata de un icónico museo de nuestros tiempos, de la historia de Estados Unidos a través de las sucesivas administraciones".

El productor y guionista James Vanderbilt asegura: "Lo genial de la Casa Blanca es toda la historia que hay detrás, y todos los rumores que circulan. Está la historia de la sala verde, donde el joven Willie Lincoln, hijo de 11 años del presidente Lincoln fue velado y donde su madre Mary Todd Lincoln jamás volvió a entrar".

"Seguramente ocurrieron muchas cosas, muchas de ellas no se saben si pasaron realmente; los túneles bajo la Casa Blanca, por ejemplo", puntualiza Petruccelli. "Marilyn Monroe parece ser que estuvo allí, y creemos que tal vez eso fuera posible. Y creo que entre la historia y el secretismo, y todo lo que pudo ocurrir, hace que sea un lugar fantástico para contar una historia".

El enfoque del guión de Vanderbilt comenzó con la investigación, pero hay un punto en el que la imaginación tiene que tomar las riendas. "Existen diferentes niveles de información sobre la Casa Blanca", explica Vanderbilt. "Hay muchísima información que está disponible públicamente, y luego, hay otro nivel de información de la que nadie sabe nada. Contactamos con la Casa Blanca y en muchos casos nos respondieron: ‘No les podemos decir nada al respecto’. No nos confirmaron ni negaron la existencia de los túneles o la localización del centro de operaciones de emergencia presidencial ni un montón de otras cosas".

Cuando Petruccelli se reunió con Emmerich para hablar de sus objetivos en cuanto a la estética del filme, acordaron en que el diseño de los decorados debería estar centrado en dirección al realismo. "El principal objetivo de Roland era hacer una pieza de entretenimiento de acción lo más cerca de la realidad posible", recuerda Petruccelli. "Esto fue muy importante porque la Casa Blanca es tan conocida que teníamos que hacerla bien. Es una de las casas más fotografiadas del mundo y una de las más identificables. Eso hizo mi vida más fácil en un sentido: sabíamos lo que había. Pero por otra parte lo hizo muchísimo más complicado en los detalles y en el secreto que lo envuelve todo".

El proceso comenzó con visitas organizadas a la Casa Blanca. "Fue muy importante que Roland y yo fuéramos", recuerda Petruccelli. "Si se va a la Casa Blanca se aprende que muchas de las suposiciones que nos hacemos son equivocadas. Lo que se me quedó grabado es que tiene dos caras: una cara para el negocio y la cara social. La cara del negocio es recorrer el ala oeste; imaginas un sitio palaciego pero esencialmente es un muy pequeño y completamente pensado para el negocio, y no está extremadamente diseñado. De hecho es sucinto y conciso más que burocrático".

"Y luego tiene la otra cara" continúa Petruccelli. "Es un glorioso museo de historia, desde que entras del vestíbulo directamente a las salas verde, azul y roja, y luego a la sala este hasta el comedor y toda la primera planta. Está el Servicio Secreto, la Policía del Capitolio, cientos sino miles de turistas por allí, y continúa siendo un sitio muy tranquilo, muy respetuoso".

Cuando finalizó con la investigación, Petruccelli reunió a un ejército de 300 carpinteros, 45 escayolistas, 32 diseñadores de decorados y 16 directores de arte para construir el intrincado decorado. La Mel’s Cite du Cinema de Montreal, el lugar elegido por la producción para recrear la Casa Blanca, se convirtió en su segundo hogar. "Reprodujimos el espíritu de la Casa Blanca con toda la precisión que pudimos", explica Petruccelli. "En cuanto a la arquitectura, fue más fácil que la decoración. La arquitectura tiene una estructura muy clásica. Tiene diferentes marcos temporales: la estructura original de 1792, la columnata jeffersoniana, el despacho oval, etc. En 1952, Truman hizo una completa remodelación pero mantuvo la fachada exterior intacta. Queríamos asegurarnos de incluir en todo momento lo orgánico, la idiosincrasia de cada parte del edificio, porque al ser una estructura antigua esas cosas se perciben".

"La decoración fue algo completamente diferente", continúa Petruccelli. "Tuvimos equipos buscando en todo el mundo. En Estados Unidos, Canadá y Europa. Mandamos a hacer alfombras a la India. Tuvimos que hacer todas las lámparas, porque francamente nada de eso ya existe. Son tan icónicas que lo único que se puede hacer es intentar reproducirlas de la mejor forma posible".

No solo eso, también la logística del rodaje hizo que el decorado fuese un tema aún más complejo. "Como hay tantas escenas de acción el despacho oval tuvo que ser creado dos veces", apunta Petruccelli. "Tuvimos agua, fuego y explosiones aquí y allí. Trabajamos estrechamente con el equipo de efectos especiales, por lo que ellos sabían dónde tenían que pegar las balas, y supimos como cablear por dentro las paredes que iban a explotar. Los despachos de los corresponsales de prensa, el despacho oval, el vestíbulo central, el gran hall, la gran escalera, todo queda sumergido en el agua. El despacho azul es atravesado por la cola de un helicóptero. El despacho verde, la habitación Lincoln y la habitación principal son envueltas por las llamas".

Pero el interior de la Casa Blanca fue solo una parte del desafío. "También necesitábamos un decorado que nos diera la inmensidad del jardín de la parte sur y el pórtico sur de la Casa Blanca", continúa el diseñador. "Tenía que tener el tamaño suficiente como para meter un tanque, así como a nuestra Marine One. No existe un estudio con ese tamaño, así que comenzamos a mirar qué nos podía servir. Buscamos un hangar de aeropuerto, pero no había ninguno disponible. Y entonces fue cuando hallamos ‘The Bubble’: un campo de prácticas de golf cubierto. Tiene una inmensa superficie y una burbuja de casi 20 metros de altura. Funcionó muy bien. Dentro pudimos construir mucho decorado. Tiene una puerta para entrar y salir, una puerta giratoria para que la burbuja se mantenga en pie, y allí estábamos, más de trecientas personas dentro echándonos unas risas".

Una vez que se finalizaron los decorados, incluso los veteranos estaban alucinados con lo que se había logrado. "En mi trabajo con Roland, he visto bastantes decorados –y algunos realmente grandes– pero este es algo notable", afirma el productor Harald Kloser. "Llegó un momento en que estaba dando una vuelta por el set y le pregunté a uno de los asistentes de producción dónde estaban los servicios. Esperaba que me señalara algún sitio más allá del vestíbulo, me sorprendió cuando me recordó que nuestros baños estaban fuera, ¡olvidé que estaba en un decorado!"

Petruccelli y su equipo también trabajaron muy estrechamente con el equipo de efectos visuales. "El equipo de efectos visuales y mi equipo estuvieron enlazados desde el principio, y en cuanto a la colaboración y cooperación, nosotros dependíamos de ellos y ellos de nosotros", explica Petruccelli. "Somos la primera línea visual pero todo se construye en el ordenador. Por eso, lo que tenemos que hacer, mi equipo y yo, es aseguraros de que todo lo que pasa en post está hecho a medida, porque el equipo de efectos visuales tienen que poder trabajar con ello, y ampliarlo o manipularlo, o recrearlo o debatirlo".

"Cada decisión tiene un proceso, primero pasa por Roland, luego por mí, y luego los efectos visuales y después otra vez a mí, porque pasan diferentes cosas dependiendo los momentos", continúa Petruccelli. "En esta película, queríamos que los efectos visuales fueran ‘invisibles’, de esos en los que nadie se da cuenta de que está viendo efectos visuales; y si nadie percibe que no es real, eso para mí es la gloria total".

Además de la Casa Blanca, el equipo de Petruccelli fue el responsable de los corredores del Capitolio, las oficinas de la Casa Blanca, las salas de prensa secundarias, las calles de Washington, D.C., el Air Force One, el Marine One, el bunker del Pentágono, el Centro de Operaciones de Emergencias Presidencial, las oficinas del Servicio Secreto, el parque sur, el pórtico sur… y una pequeña cosa llamada La Bestia.


Construir la bestia
También le correspondió a Petruccelli, junto a Graham Kelly, supervisor de vehículos de acción de la película, recrear la limusina presidencial, cariñosa y acertadamente llamada La Bestia. No se trata de un mero coche de lujo: es una fortaleza con ruedas.

"La primera vez que pensé acerca de este trabajo: construir tres limusinas presidenciales; pensé, ‘Sin problemas’", recuerda Kelly. "Pensé en coger una limusina Cadillac y estirarla un poquito. Pero entonces vi a un agente del Servicio Secreto de pie en la parte trasera del coche. Parecía un tipo muy pequeño. Y entonces caí en la cuenta… probablemente no fuera pequeño. Probablemente midiera al menos 1,80m de altura. Eso significaba que el coche era enorme".

"Lo más sorprendente del vehículo es el tamaño real que tiene", reflexiona Cyril O’Neil, presidente de Reel Industries, la empresa que construye los coches. "Cuando miras las fotografías del vehículo piensas que es una limusina normal. Y de hecho, nosotros teníamos la idea de construirla sobre una de base. Pero en cuanto a empiezas a ver las dimensiones, te empiezas a dar cuenta de su verdadero tamaño, y te das cuenta de que el coche es una verdadera anomalía. Está brillantemente diseñada y se ve como una limusina, pero no lo es. Por fuera tiene el tamaño de un gran camión y en el interior, debido a la armadura que lleva, tiene el tamaño de un todoterreno. El resultado es que todo lo que tiene que ver con el vehículo tuvo que ser hecho a medida, no se trata de empezar con algo de base y luego cambiarlo. Había que construir a La Bestia desde el principio".

Una de las razones por las que era tan importante hacerlo bien era porque Roland Emmerich estaba decidido a rodar con elementos reales siempre que fuera posible. Parecía que la lista de tareas para que el coche estuviera a la altura era infinita. "Todos los días Roland me decía: ‘Ah, por cierto, hay algo más que me gustaría que fuera capaz de hacer’", y yo respondía: ‘Vale, Roland.’"

Para la producción de ASALTO AL PODER, los realizadores necesitaban tres réplicas del coche. Y eso en sí ya es complicado, porque en esencia, no se sabe nada de ese coche. "Cuando nos pusimos con el proyecto, obviamente, al primero que acudimos fue al Servicio Secreto", relata O’Neil. "Nos contestaron que por más interesante que encontraran el proyecto no podían darnos ninguna información acerca del vehículo. No nos podían siquiera el tamaño de las ruedas o la base. Literalmente no podían decir nada sobre el vehículo".

Claro que alguna información conseguimos a través de la investigación. "Por muchos años, General Motors ha sido la empresa que ha dotado al Servicio Secreto de vehículos y también la limusina del presidente", continúa O’Neil. "Cadillac ha hecho la limusina presidencial por décadas. Hasta lo que sabemos, General Motors ha estado muy involucrado en el diseño de este vehículo. Y siempre utiliza las líneas tradicionales de los Cadillac."

Con esto en mente, el diseño comenzó con un trabajo un poco detectivesco. "Hicimos nuestras conjeturas, basadas en fotografías, y llegamos a la conclusión de que los faros delanteros de la Bestia son los del Cadillac Escalade de 2009. Si ese fuera el caso, utilizamos como escala la medida del faro del Cadillac Escalade de 2009. Al saber esa medida, pudimos escalar las fotografías y deducir todas las otras dimensiones del vehículo".

"Una vez extrapoladas las medidas de los faros pudimos hacer un croquis y entregamos esas proporciones y medidas a un reducido equipo de escultores. Ellos cogieron un bloque de espuma de la medida total del vehículo y a mano esculpieron la forma –todo lo que se ve– en la espuma", explica O’Neil. "Una vez que estuvo terminado hicimos un molde invertido del coche y llenamos este negativo del molde con y fibra de vidrio, para que todo el cuerpo se desprendiera en una sola pieza. Y cubrimos una estructura de soporte que construimos sobre el chasis de un Suburban".

"La Bestia tiene más de 30 cm de ancho que la mayoría de los coches estándares, y eso es para integrar la armadura del coche verdadero", describe Kelly. "Así que hicimos que el nuestro se viera de esa forma. Cuando abres las puertas se puede ver que hicimos la escayola del coche con esa profundidad".

Para crear el interior de La Bestia, nos basamos en una sola fotografía. "Nadie sabe cómo es el interior del vehículo", agrega O’Neil. "Cogimos como modelo para diseñar el interior una fotografía que tenemos que muestra una puerta abierta de la limusina. A partir de esa fotografía fuimos capaces de diseñar, por nuestra cuenta, lo que para nosotros podría haber en el interior, con la guía de Kirk Petruccelli, el director artístico".

A pesar del tamaño y el peso, The Beast tenía que tener una gran velocidad y maniobrabilidad. "Según los requerimientos de la historia, la Bestia tenía que atravesar una pared, tenía que salirse de una carretera, frenar en las curvas, derrapar, potencialmente a 180º y 360º también", continúa O’Neil. Ese fue el reto, porque para poder poner unas ruedas que fueran a escala con el coche, tuvimos que poner ruedas de camiones. Bien, pues las ruedas de camiones son muy duras y no tienen nada de flexibilidad, por lo que el coche pueda hacer una vuelta de 180º o 360º se convierte en un verdadero reto. Sabíamos que teníamos que darle una amplia potencia y velocidad para que diera las vueltas".

La potencia la aportó un motor LS1 Corvette. "Teníamos que estar seguros de que el motor estaba bien", cierra Kelly. "Ese motor tiene unos 420 caballos, suficiente para hacer todo el trabajo que hay que hacer".


Acerca de la cinematografía
La directora de fotografía Anna J. Foerster, quien previamente había colaborado con el director Roland Emmerich en el drama de época Anonymous, volvió a hacer equipo con el director para ASALTO AL PODER. "Anna no quiere ser directora de fotografía. Anna quiere ser directora", afirma Emmerich. "Así que enfoca cada toma como un director: todo gira en torno a la historia".

"En un principio, fue difícil convencer a Anna para que hiciera la película. ‘Ni hablar de rodar una película de acción’, dijo ella. Y yo le dije: ‘Anna, será la película de acción más bella jamás rodada. ¿Qué dices a eso?’ Ella me preguntó: ‘¿Puedo ser completamente radical?’ ‘Todo lo radical que tú quieras’, le contesté. Y eso es lo que hicimos".

"Decidimos hacer lo opuesto a lo que la gente podía esperar", reflexiona Foerster. "Fuimos muy extremos en el enfoque, en algunos casos utilizamos mucho contraste, en otros momentos fuimos marginales, pero nunca convencionales para una película de esta magnitud o género, de eso no hay duda".

Aparentemente, para un director de fotografía, "ser completamente radical" significa rodar con grandes angulares. "Fue algo con lo que comenzamos en Anonymous; nos dimos cuenta de que con los grandes angulares se puede capturar mucha de la acción así como toda la dimensión", explica la directora. "Tenemos una lente favorita, un objetivo de 15,5mm que es realmente amplio. No distorsiona demasiado, por lo que no tienes la sensación de estar viendo a través de un ojo de pez, simplemente da una imagen amplia por lo que se ven las habitaciones de ventana a puerta, lo que es genial. El reto consiste en que es muy difícil de iluminar".

Después de todo si el objetivo tiene la amplitud suficiente como para captar toda la habitación, no hay sitio donde ocultar los focos. Ahí es donde el director y la directora de fotografía fueron ingeniosos. "Hay que tener mucho cuidado en cómo se planifican ciertas escenas y ciertos planos para poder posicionar las cámaras y la gente de tal forma que tenga sentido la luz ya sea si viene de una ventana o de un foco", explica Foerster.

Emmerich reconoce que es complicado pero que vale la pena. "Todo ese tipo de cosas dan por resultado una película de acción de aspecto muy diferente", opina.

Foerster y Emmerich también utilizaron fuentes de luz combinadas y reflejos para evitar la "iluminación de cine" perfecta que se puede esperar en una película de acción, pero Foerster afirma que todo sirve a la historia. "La iluminación imperfecta crea una sensación de realidad y cercanía", opina. "Si un personaje está de pie en un rincón oscuro y se mueve a la luz aparece la silueta y un instante después estará sobreexpuesto cuando se acerque a la ventana; todo ello crea un cierto desasosiego, porque vamos con los personajes por esos diferentes sitios. Ayuda a contar la historia de quién es ese hombre, desde varios puntos, siendo perseguido o persiguiendo a alguien".

El productor ejecutivo Reid Carolin afirma: "La forma en que Anna ha iluminado me ha desbordado. Es una verdadera artista que juega con la luz y la utiliza como si fuera pintura. Crea una pintura meticulosa y maravillosamente esculpida en cada fotograma".


Acerca de las escenas de acción
El encargado de la supervisión de las escenas de acción y de pelea de la película fue el coordinador de escenas peligrosas John Stoneham Jr. "Siempre quieres que tus escenas sean reales y artísticas", explica Stoneham. "Nuestra tarea en este espectáculo fue mantener a toda costa el realismo. Channing tiene un gran ojo para eso, él diría: ‘Bien, no haría eso, ese movimiento no tiene sentido’. Sabe mucho de luchas y tiene muchas buenas ideas".

La pericia de Tatum con el baile y su habilidad atlética innata lo convierte en un talento natural para el trabajo con escenas de acción. "Tiene un muy buen nivel en cuanto a aptitudes. Su experiencia como bailarín… creo que los gimnastas y bailarines son muy buenos especialistas", asegura Stoneham. "Simplemente son conscientes de sus cuerpos, y saben dónde están cuando están en el aire. Aprende con rapidez, es ágil y tiene sentido de la acción, hace nuestro trabajo muy fácil. Podemos ampliar el plano y ver su rostro porque sabemos que es capaz de hacerlo. Eso es genial para la película".

Pero con Tatum es todavía más que un "saber cómo". "Es casi indestructible", se maravilla Stoneham. "Hizo toma tras toma. Pelea tras pelea, una cosa detrás de otra en un plazo ininterrumpido de seis o siete semanas. Tuvimos una escena en el tejado; él tiene una pelea y nos tiramos la mayor parte del día. Channing fue el único tío que estuvo peleando sin parar. Fue una locura. Todo el día sin interrupciones. No lo vi perder el aliento".

"Su compromiso es notable", asegura Fischer. "Dio el máximo. Recuerdo que un día, dio una voltereta hacia atrás desde el tejado a las ventanas de la Casa Blanca con Jason Clarke cayendo sobre él… y lo hizo dos veces. Es un tipo extraordinario y un actor fantástico".

Tatum no fue el único actor que aceptó el desafío añadido, Jason Clarke estuvo codo a codo con el actor principal. "Tanto Channing como yo hacemos muchas de nuestras escenas de acción, y en parte, esa es una de las cosas más excitantes de una película como esta", afirma el actor.

Para entrenar su parte, Clarke se dirigió a los expertos. "Trajeron a un tipo de las Fuerzas Especiales e hicimos un montón de simulacros", cuenta. "Nunca vas a tener el nivel de un verdadero SEAL o Delta Force, pero me esforcé todo lo que pude".

Clarke y Tatum no se anduvieron con rodeos en este encuentro frente a frente. "Son grandes escenas", afirma Clarke. "Una de las secuencias de pelea está bajo el agua y lluvia cuando salta el riego. Otra es en el tejado de la Casa Blanca saltando al césped. Son las pequeñas cosas en que no piensas en el momento en que ponen las máquinas de viento te arrojan polvo y desperdicios, quieres brindar una sensación de frescura y excitación a la escena de lucha".

"Las dos peleas son desordenadas", continúa Clarke. "Es una buena pelea a la vieja usanza. Nos tenemos que lanzar en picado y nos lanzamos en picado".


Acerca de los efectos visuales
Volker Engel y Marc Weigert, colaboradores habituales de Emmerich, coproductores y supervisores visuales fueron los encargados de supervisar los efectos visuales de ASALTO AL PODER.

Mientras que ya Engel y Weigert habían sido llamados para crear un OVNI que volara por los aires la Casa Blanca o un terremoto que destruyera Los Ángeles, en este caso el encargo fue mucho más contenido. "Toda la película se desarrolla y gira alrededor de la Casa Blanca, y esa es una de las pocas localizaciones en el mundo donde no se permite rodar, ni en las cercanías y mucho menos dentro", explica Weigert. "Por eso, el mayor desafío fue ayudar a crear la localización. Roland quiere mantenerlo todo muy creíble y realista. Estamos reproduciendo los planos de la Casa Blanca incluyendo varias manzanas circundantes, replicando cada árbol, cerca y casetas de vigilancia en el ordenador".

Weigert y Engel también jugaron un papel vital para ayudar a previsualizar las secuencias. "Pudimos mostrarle las secuencias y escenas a Roland y preguntar ‘¿Qué piensa de esto?’" dice Weigert. "Entonces trabajamos juntos en ellos y proponíamos cosas: ‘Bien, venga movamos un poquito esta cámara para allí. Aquí habría que probar con un lente más angular’. De esta forma hacemos la película antes de hacer la película".

"Para nosotros el mayor logro es cuando la gente después de ver la película viene y dice: ‘No tengo ni idea cuáles de los planos son efectos visuales y cuáles son los que rodaron de verdad. Pareciera que simplemente rodaron la Casa Blanca’" confiesa Engel. "Describir una conocida marca es siempre un reto. Todo el mundo sabe cómo se supone que es la Casa Blanca. Pero después de destruirla para Roland en Independence Day y 2012, lentamente nos estamos convirtiéndonos en expertos en la Casa Blanca".


Acerca de la música
El productor Harald Kloser es además uno de los compositores de la música de la película, y compuso la banda sonora con su socio el compositor Thomas Wander. ASALTO AL PODER es la cuarta película dirigida por Roland Emmerich a la que Kloser le pone música. "Thomas y yo somos un engranaje bien aceitado", dice. "Cuando comenzamos un proyecto para mí lo excitante es saber cómo vamos a crear el ambiente de la música. Es como cuando haces una comida, primero eliges los ingredientes y luego decides cómo vas a hacerla. Cuando escribes una partitura, puedes crear diferentes ambientes si eliges, por ejemplo, un cuarteto de cuerdas o una pieza para orquesta de 150 instrumentos y coro. Eso para mí es súper emocionante. En ASALTO AL PODER, la banda sonora es metálica, electrónica, moderna, nada antigua… eso espero. Hay mucha música vivaz, tal vez en escenas donde no se te ocurriría una partitura tan rápida".