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  Despedida de soltera  (Bachelorette)
  Dirigida por Leslye Headland
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Festival de Cine de Sundance.


Nota de la directora
La cabeza de la mujer americana moderna es un lugar muy divertido. Está llena de contradicciones. Casarse pero tener una carrera, estar guapa pero que no se note todo lo que cuesta estarlo, ser sexual pero no una buscona, estar al tanto de la moda pero no ser superficial, estar contenta con lo que tienes pero querer siempre más. Los personajes de Bachelorette son vivas representaciones de esas contradicciones.

Incluso el título nació de una yuxtaposición. Sin un término común para denominar a mujeres complejas no casadas, no pude evitar divertirme a costa de la única opción disponible. El "prestigioso" apelativo masculino "bachelor" (soltero) junto al peyorativo sufijo femenino (-ette). Cuando incialmente escribí esta historia como una obra de teatro, pensé que estaba escribiendo un guión muy serio. Imagina mi disgusto cuando la noche de la primera representación en Los Angeles en 2008 todo el mundo empezó a reírse. Todos los detalles que trabajé eran de repente una broma. El público respondía a las absurdas contradicciones que estaban en el corazón de los personajes.

A medida que la historia pasaba de ser una obra independiente, a una gran producción y de ahí al cine, acepté la comedia más y más. Me apoyé en la idea de que un personaje bifurcado es un personaje divertido.

Una dama de honor celosa podía llevar a cabo la boda perfecta. Una dependienta intelectualmente hueca podía tener profundidad emocional. Una chica moderna y promiscua podía ser una romántica. Tan egoístas como son estas chicas, aceptan las complejidades de las otras. Algo que el mundo a su alrededor no hace.

Como resultado, lo que las une, y a la mayoría de las mujeres, no son los buenos ratos, sino el drama. Las mejores amistades que tengo son complicadas. Se fortalecen con el conflicto. Decir que ser un buen amigo significa ser siempre bueno le negaría a uno el doloroso placer de crecer. Hay suficiente presión para las mujeres con tener que estar guapas. Cuando las cosas se ponen feas es cuando quiero a mis mejores amigas a mi alrededor.


P: Una conversación con Leslye Headland, directora y guionista. No solo Bachelorette está basada en una obra suya, sino que también es parte de un ambicioso ciclo de obras inspiradas en los siete pecados capitales. ¿Nos puede hablar sobre el proyecto global, y sobre como encaja Bachelorette en él?

R: La moralidad es algo muy interesante para mí como artista. Probablemente mi mayor inspiración como inventor de historias es CS Lewis. Leer las Crónicas de Narnia cuando era muy joven, y pensar en la idea de usa la alegoría para una moraleja o un conflicto religioso siempre me interesó. Y cuando me hice mayor, fue Flannery O’Connor. Me metí en la idea de unos personajes que fueran el vehículo de una lucha superior de la naturaleza humana, y para colocar mis propias experiencias autobiográficas. Las Obras de los Siete Pecados Capitales es básicamente la culminación de algo que se ha estado cocinando desde que era una niña y empecé a escribir, y mirando atrás parece obvio que eso es lo que he acabado escribiendo. Hasta ahora he escrito 6 de ellas, una obra por cada pecado excepto el orgullo, y estoy trabajando en ello ahora. Para cada obra la idea era, primero yuxtaponer la idea común de pecado con una idea de pecado no común, y después incluir algún aspecto de la cultura pop que encaje. Bachelorette es sobre el pecado de la gula. La idea común del pecado es una mujer con sobrepeso, y la no común es una mujer que consume de forma materialista, en el sexo, con las drogas, básicamente todo lo que las protagonistas hacen. Lo superpuse todo y vi como funcionaba. El aspecto de cultura pop es la idea de la mujer soltera, como pone a unas contra otras y las reúne, es todo esta idea tan grande de ser una mujer, y es parte de ser americana también. Es algo muy distinto en este país y en otros.


P: ¿Cómo decidió hacer Bachelorette como película, independiente del resto?

R: Había acabado Bachelorette (la obra) y quería retarme a mí misma a escribir una película, algo que nunca había hecho. La gente que había trabajado en la obra me había animado y también mis representantes para escribir un guión basado en esos personajes porque tienen mucha fuerza y la gente estaba respondiendo a ellos de maneras muy interesantes, con gente a la que les encantaba y otros que los odiaban. Cuando Adam McKay y Will Ferrell vieron la obra me preguntaron si había pensado en hacer una película, y le dije "de hecho ya la he transformado. Deberíamos hablar más del tema".


P: ¿Qué clase de ajustes hizo para adaptar su propio trabajo a la pantalla? ¿Hubo algo para lo que tuviera que prepararse?

R: Hay una pequeña lista de autores que han hecho la transición al cine, Kenneth Lonergan, Neil Laboute, David Mamet y Adam Rapp. Son 4 tipos a los que adoro como directores y como autores de teatro, pero es una transición difícil. Así que sabía que tenía que ser muy inteligente si iba a adaptar mi propio trabajo. David Mamet hizo un comentario muy acertado sobre House of Games, dónde decía que en el teatro la gente se pregunta qué está pasando ahora, y en el cine la gente se pregunta qué va a ocurrir después. Así que si la obra está basada en los personajes, y en poner a la gente en una habitación y encender el fuego, la película tiene que estar más basada en la historia. Tiene que ser sobre conseguir arreglar el vestido, más que sobre la gente que está en la habitación hablando, qué es en lo que se basa la obra. No iba a ser una película de acción, pero la columna vertebral si tenía que ser la acción. Otra cosa que hice fue pensar en ello como si estuviera cocinando. Digamos que la base sería la misma, pero no podía ser el mismo plato, algo distinto con los mismos ingredientes que diera un resultado diferente.


P: ¿Tuvo también diferentes referencias para la película?

R: Hurlyburly fue una gran referencia para la obra, La idea de esa gente en una habitación, ese consumismo, que es realmente lo que el consumo de drogas es, el consumista supremo es el drogadicto. Pero también puesto que la obra tiene algo de moraleja, se fija un poco en Bash de Neil LaBoute y This is Our Youth de Kenneth Lonnergan. Pero la película se inspiró más en Afterhours de Scorsese, aunque no la vi hasta después de completar el primer borrador del guión. Mi manager me sugirió que la viera porque era similar a lo que yo intentaba hacer, un largo viaje de un día en Nueva York, y lo hice. También vi películas de Almodóvar, por su forma de retratar a las mujeres, y también de Tarantino. Sus mujeres son arquetipos que no has visto antes, reconocibles pero que no se comportan como mujeres que hayas visto antes en una película. Y Billy Wilder por supuesto, esa combinación de drama y comedia. The Apartment fue una gran inspiración, y la vi mucho durante la escritura y la producción. Hay algo en su forma de pasar de algo serio como la infidelidad o el suicidio, a esos estallidos de histeria de Jack Lemmon, pura comedia. Peleamos por conseguir eso, por la habilidad de ir hacia delante y hacia atrás. Probablemente nos influenció desde el casting hasta la estructura de la película. También What’s Up Doc? De Peter Bogdanovich. Que sea verbal, pero con acción, quería hacer mi propia versión de eso.


P: Puesto que esta es su primera película, ¿cómo convenció a la gente de que le dejara dirigir?

R: Gary Sanchez fue el primero que tuvo opción sobre la película y buscó otros directores, pero muchos no quisieron el proyecto. Adam McKay estaba bien, en el sentido de que la película necesitaba alguien que controlara todo y lo comprendiera bien. La gente que realmente me gusta es la que escribe su propio material, no siempre van a coger el trabajo de otro y a dirigirlo. Así que cuando nos dimos contra la pared, Adam me preguntó que opinaba de dirigirla yo misma. Soy directora antes que escritora, es lo que estudié, y la razón de hacerme escritora fue seguir trabajando con actores. Adam dijo que elegiría un director que supiera de actores antes que a alguien con un título universitario con los ojos cerrados y que habría gente apoyándome en el aspecto técnico. Y eso fue lo que hicieron, rodeándome con un director de fotografía increíble, montadores y actores que me ayudaron mucho.


P: ¿Cuál fue el primer actor en unirse?

R: Lizzy Caplan fue la primera porque ya habíamos trabajado en un piloto para televisión que no se llegó a hacer. Era un gran piloto pero no era el momento adecuado. Mientras trabajábamos en Eso, ella y Adam Scott vinieron a ver la obra en Nueva York y les gustó mucho. Lizzy fue vital para que Adam se uniera.


P: ¿No fueron también Adam y Lizzy los primeros actores con los que trabajó en el set?

R: Lo fueron. Soy la mayor fan de Party Down que existe. Si hubiera habido forma de conseguir a todo su reparto lo hubiera hecho. Cuando fue al set y les vi no fue tan desalentador, fue como encontrarme y trabajar con dos actores a los que amo totalmente. Es como hablar a dos hermanos, son muy buenos juntos, y están cómodos haciendo escenas de amor juntos. Fue como aparecer con Tracy y Hepburn y verles durante dos o tres días.


P: ¿Hizo audiciones para los otros papeles?

R: Algunos actores leyeron, pero solo porque no les había visto antes. Suelo escoger a mis actores, también para teatro, pasando un tiempo con la persona y hablando sobre el personaje. Y de esa conversación puedo hacerme una idea sobre su enfoque del personaje y de la personalidad del actor. Es muy sencillo. No saco mucho de las audiciones o los videos, prefiero conocer a la gente. Creo que se puede aprender más hablando con alguien unas horas que viéndole leer unas frases durante unos minutos. Así que cuando las chicas leyeron el guión y nos reunimos fue como magia. Isla, Kirsten y Lizzy son todas mujeres que había visto en otras películas y me decía que quería verlas interpretar lo que yo escribo. Las tres son estrellas muy al viejo estilo, la clase de actrices para las que escribo. Kirsten es Barbara Stanwyck, Isla Fisher es Marilyn Monroe, Lizzy Caplan es Kathryn Hepburn. No escribo con un actor específico en mente, pero sí que escribo arquetipos, creo que cualquier buen escritor lo hace. Piensas en tu cabeza que esta es la chica charlatana, esta es la que puede contar un chiste, esta es a la que te encanta odiar, etc…Barbara Stanwyck podía ser una víbora de hielo y aún así te encantaba verla, y Kirsten es así.


P: Considerando la audacia del material, el simple hecho de firmar el contrato es declarar que está listo para cualquier cosa.

No tratábamos con gente a la que le preocupe si gustan o no, todos estaban super seguros de los personajes cuando hablaban de ellos. Fue increíble encontrar una actriz como a la que gustara tanto Regan como me gusta a mí. Son actores sin miedo. James Marsden que normalmente hace de chico bueno, hace de idiota, de ese tío hedonista que solo busca tías y drogas.


R: ¿Cómo se compenetró el trío protagonista? ¿hubo ensayos?

R: Tuvimos dos días de ensayos, y durante esos días solo leímos el guión y tomamos notas. Nos reunimos, hablamos sobre cada escena y señalamos lo que tenía sentido. Fue útil que los actores me dijeran por ejemplo, "mira, me es difícil ir de aquí ahí con esa línea", o "me encanta esa frase, ¿la podemos desarrollar más?". Fue más como un taller de interpretación. Son todos profesionales así lo hicieron muy bien juntos, pero en esa escena en la que rompen el vestido, que rodamos la segunda semana, fue cuando ocurrió algo especial entre ellas. Las tres por separado me dijeron que habían sentido algo cuando rodaban esa escena que hacía tiempo que no sentían. Quizá fue la energía de hacer algo atrevido, pero hubo una camaradería que se puso de manifiesto en esa escena. Mi objetivo como directora es crear siempre un ambiente en el que la gente se sienta libre, en el que sientan que se pueden mover en cualquier dirección y tomas decisiones. Una de mis instrucciones favoritas es que no hay nada correcto ni incorrecto, solo algo sólido o débil. Recuerdo que mi padre me enseñó lo que significa la palabra gestalt cuando era pequeña. Me explicaba la música de los Beatles, y como el conjunto es mejor que la suma de sus partes. Y así es como afronto cada proyecto. La de todo lo que podemos hacer cada uno es mucho más que lo que yo puedo escribir o lo que un actor pueda aportar.


P: Raramente son los protagonistas de las escenas en que aparecen, pero Rebel Wilson y Kyle Bornheimer consiguen apropiarse de ellas.

R: Para alguien tan divertido, Rebel es retorcidamente inteligente. Intuitivo e inteligente, y su forma de presentar las cosas es clara y vibrante. Hace falta una mujer con pelotas para hacer de Becky, es una mujer fuerte y ha sido recompensada por el universo con una gran relación con un hombre por las elecciones que hizo, elecciones inteligentes y basadas en ser buena y amable con la gente. Es difícil de interpretar, y Rebel lo clava. Kyle es como Jack Lemmon, un tipo que sabe lo que es gracioso y como hacer que sea gracioso.


P: Parece desafiar deliberadamente los roles de géneros asumidos tradicionalmente en Bachelorette, tanto en términos de nuestra cultura en general como en el de la comedia. Los hombres parecen mejor ajustados, más seguros de lo que quieren mientras las mujeres son más difíciles de definir, y no particularmente románticas sobre sus deseos. ¿Es esto reflejo de su visión del mundo?

R: Por una parte no diría que las mujeres de Bachelorette son como las mujeres reales. No creo que sea verdad. Lo que quería era crear personajes femeninos que pudieran tener sentimientos y ejemplificar luchas de las mujeres que no he visto en el cine. Hay chicas que probablemente se identifiquen con Katie, pero Katie no es una persona real. ¿Hay mujeres como Regan, que se quieran casar a los 30 y tachar todas las cosas de su lista para poder decir que es una mujer? Probablemente pero Regan es como una superversión de eso. Se remonta a cuando yo crecía, usar personajes para sacar a relucir ciertos sentimientos el público. Son personajes y situaciones exageradas. A ver qué pasa si cojo esta situación en la que he visto metidas a mujeres reales, y a mí misma, y las pongo al 11 en vez de al 9. ¿Podrían estas mujeres sobrevivir a una noche como esta en la vida real? Probablemente no. ¿Podría pasar? Seguramente. Piensa en Heathers, que fue una referencia para esta película. Es sobre la rabia adolescente y sobre como te sientes cuando eres una mujer en el instituto, pero es aumentado, sabes que no es real. Como cuando rodamos en el club de striptease, la gente prgunat por qué no había chicas desnudas. Pues porque es una club en una película, no es real. No es película sobre la realidad cruda, sino sobre emociones crudas. ¿Cómo sacas eso de los actores, y se lo transmites al público? Vamos a escarbar en la herida, y la gente lo va a disfrutar o a preguntarse por qué les hemos hecho eso.


P: ¿Siempre crea conscientemente personajes en base a que el espectador se puede identificar con ellos?

R: Tripp Cullman, director de mi obra, dijo esta gran frase: cuando consigues que el público se ría, sus bocas se abren, y entonces es cuando les metemos la verdad en ellas. Utilizas la comedia para que se rían con incredulidad ante lo ofensivo de las acciones del personaje y les preparas para algo más. Pues sentir eso con el personaje de Isla específicamente. Interpreta en busca de risas la primera parte de la película, pero acabas sintiéndote culpable por reírte de ella. Lo que sentimos por ella no es real, pero puede que cambie tu forma de verlo la próxima vez que veas una chica en un bar tan borracha que no puede sostenerse, puede que esta parábola cambie tu forma de ver la realidad.


P: Aún así a veces estamos más dispuestos a ser más empáticos en el mundo real que en una película, donde tendemos a ser rígidos en cuanto a los géneros y los estereotipos.

R: Esa es la complicación de esta película. No puedo pensar en una película americana, específicamente una comedia, en la que el humor se base en adivinar como ser una mujer. Podrías ir hasta The Philadelphia Story. Quiero decir que a nadie le gusta Tracy Lords, y toda la película trata de decirle a la gente lo zorra que es. Se emborracha, se equivoca con Jimmy Stewart, y se da cuenta de lo estúpida que es. Básicamente tienes que ir tan lejos como Lubitsch y Sturges, para encontrar mujeres que luchan con hacer o no hacer lo correcto moralmente. La única película que se me ocurre últimamente es My Best Friend’s Wedding, donde tienes un personaje femenino que se comporta muy egoístamente, diciendo que va a romper una boda. Diablo Cody hace un poco eso en Juno, y en Young Adult.


P: Esa clase de introspección es más común en el terror, jugando con el deseo, como en Carrie o Repulsion.

R: Qué idea tan horrible: mujeres pensando.