Película franco-afgana The Patience Stone, de Atiq Rahimi, ganadora de tres premios en el Festival Internacional de Cine de Gijón. Una de las grandes revelaciones de la 50ª edición del FICXixón, se alzó con el Premio a la Mejor Actriz por la interpretación de la iraní Golshifteh Farahani, con el FIPRESCI de la crítica y con el del Jurado Joven.
Comentario del director
Cuando le pedí a Jean-Claude Carrière que adaptara mi novela Syngué sabour, me preguntó qué esperaba de él, y conteste: Traicióname.
No intentaba provocarle, solo hablaba desde mi vocación cinematográfica. Para un escritor y cineasta siempre es emocionante, además de representar un reto, encontrar una forma de ir más allá de la novela y mostrar en la película todo lo que no consiguió comunicar con palabras.
La idea central de la novela es el mito de syngué sabour, la piedra de la paciencia, una piedra en la que pueden verterse las desgracias, las quejas, los secretos, hasta que se llena y explota. En esta historia, la piedra es un marido, un soldado paralizado al recibir una bala en el cuello. Para que pueda recuperarse, su mujer debe orar desde la mañana hasta la noche durante 99 días. Pero las oraciones pronto se tornan confesiones. Le susurra al oído todo lo que se ha guardado durante muchos años.
Al igual que en mis anteriores novelas, los personajes están sumidos en circunstancias extremas y se mueven en un solo decorado. Pero la adaptación cinematográfica consiste en abandonar una situación tan teatral, desmontando la novela, hasta alcanzar una dramaturgia meramente cinematográfica, por lo que cambiamos el punto de vista narrativo. Al adoptar la perspectiva de la mujer, la cámara tiene libertad para salir del cuarto, seguirla fuera de la casa, por las calles de Kabul, hasta el corazón de la guerra. La cámara es versátil, ligera, se pasea como en Alemania, año cero, de Roberto Rosselini, y da la impresión de captar las situaciones en el momento en que ocurren. Como contrapartida, en las escenas de interiores, donde la sensualidad, la intimidad, los sueños, las imaginaciones, los recuerdos, las lamentaciones y los remordimientos acechan la mente de la protagonista, la cámara se adapta al ritmo de las emociones, de la respiración de los personajes. Sutil, elegante y sensual, la cámara se desliza por la habitación, por el mundo más íntimo de la mujer, cual confidente cómplice.
En cuanto a la iluminación, la disparidad entre los dos mundos, interior/exterior, íntimo/social, amor/guerra, se basa en imágenes contrastadas: exteriores duros e interiores suaves en los que la mujer parece una fuente de luz y de color, como en las miniaturas persas.
La película también está estructurada con pasajes que llevan del presente al pasado, de forma que la narración no es lineal. Sin embargo, los recuerdos de la mujer no se plasman en la pantalla mediante flashbacks sistemáticos y arbitrarios. Los elementos y las situaciones del presente nos llevan al pasado. Por ejemplo, la pelea de codornices que la protagonista contempla en una calle de Kabul no solo refleja lo que ella vivió de niña, sino que poco a poco se transforma en su recuerdo, o la fiesta de la boda en el prostíbulo, que recrea la boda de la protagonista
haciendo que estos flashbacks sean más poéticos y menos técnicos.
Así es como el personaje de la novela, que solo existe a través de los recuerdos y de las historias que cuenta la mujer, cobra vida. Como la tía, que se convierte en un personaje iniciador en la vida de la protagonista, o el padre, un criador de codornices de pelea.
Atiq Rahimi (Biografía)
Nació en Kabul en 1962. Después de la invasión soviética, huyó a Pakistán antes de trasladarse a Francia como refugiado político. Después de terminar sus estudios de Comunicación Audiovisual en La Sorbona, se centró en la producción cinematográfica, produciendo siete documentales y varios anuncios para la televisión francesa.
Escribió su primera novela a finales de los noventa, Tierra y cenizas. Publicada en Francia en 2000, se convirtió en un éxito de ventas en Europa y Latinoamérica. La película basada en la novela, dirigida por él, ganó el Premio Regard vers lAvenir en el Festival de Cannes 2004 y fue invitada a más de 50 festivales, donde ganó unos 25 premios.
En noviembre de 2008 obtuvo el mayor galardón literario de Francia, el Premio Goncourt, por su cuarta novela, La piedra de la paciencia, la primera que escribía en francés.
Actualmente vive entre París y Kabul, donde colabora con el mayor grupo mediático del país, Moby Group, como primer consejero creativo, además de enseñar y apoyar a una nueva generación de cineastas y guionistas afganos. Creó y desarrolló la primera telenovela afgana, Raz ha een Khana (Secretos de la casa), para Tolo TV, que fue todo un éxito popular y ganó el Premio Especial en los Premios Dramáticos de Seúl.
Filmografía
2012 - LA PIEDRA DE LA PACIENCIA
2004 - KHAKESTAR-O-KHAK (Tierra y cenizas)
2002 - AFGHANISTAN, UN ÉTAT IMPOSSIBLE? (Documental)
Críticas francesas
Le Nouvel Observateur Marie-Elisabeth Rouchy (*****)
La magnífica La piedra de la paciencia denuncia sin tapujos el desamparo de la mujer afgana. Tono crudo e imagen depurada.
20 Minutes Caroline Vié (****)
La sinopsis de La piedra de la paciencia solo desvela una parte ínfima de la bellísima historia que Atiq Rahimi ha llevado a la pantalla. Y no revela la fuerza de la interpretación de Golshifteh Farhani, esa frágil silueta que se endereza poco a poco.
La Croix Sabine Audrerie (****)
Atiq Rahimi, un experto a la hora de mezclar cuento, mitología y cruda realidad, se supera a sí mismo con esta bella adaptación que no decepcionará a los lectores de la novela.
Le Journal du Dimanche Danielle Attali (****)
La piedra de la paciencia habla de amor, del cuerpo de las mujeres, del placer, de la mentira, de la frustración en un país donde todo lo que se refiere al sexo es tabú. La actriz iraní Golshifteh Farhani entrega todo su talento en un monólogo magnífico, turbador y subversivo.
Le Monde Noémie Luciani (****)
Atiq Rahimi dibuja a la perfección el nacimiento de la libertad de palabra de una mujer en el crepúsculo de un mundo que le impone callarse.
Libération Jean-Pierre Perrin (****)
La denuncia que hace Atiq Rahimi de los tabúes es tremenda. La piedra de la paciencia también es una película de guerra que podría transcurrir en otro lugar. La conmovedora Golshifteh Farhani demuestra que ni el velo ni la mansedumbre pueden con la fuerza del deseo.
Metro Mehdi Omais (****)
Gracias al guión y a la realización de Atiq Rahimi, el relato de una mujer coraje adquiere una amplitud inesperada. El resultado solo es posible por la increíble interpretación de Golshifteh Farahani, soberbia mujer universal.
Paris Match Alain Spira (****)
La piedra de la paciencia es un auténtico objeto cinematográfico que hace las veces de piedra poética lanzada al mar estancado del oscurantismo, únicamente iluminado por la presencia de Golshifteh Farhani.
Positif Ariane Allard (****)
La voz, la presencia y la belleza de la actriz iraní Golshifteh Farhani lo es todo en esta impresionante película.
TéléCinéObs Sophie Grassin (****)
La película, parca en efectos, gana amplitud con la iluminación y la profusión de planos secuencia donde puede exprimirse la matizada interpretación de Golshifteh Farhani, una bomba de relojería contra la hipocresía.
Télérama Jacques Morice (****)
Para pasar de las páginas a la pantalla y encarnar el rico monólogo de esta mujer valiente, era necesario encontrar una actriz teatral y cinematográfica. Golshifteh Farhani une esas dos cualidades y lleva toda la película.