Rodríguez fue el mayor icono del rock estadounidense de los 70 que nunca fue. Fugazmente aclamado como el mejor intérprete de su generación, desapareció en el olvido para renacer de nuevo de sus cenizas en un contexto totalmente diferente en otro continente. SEARCHING FOR SUGAR MAN es una película sobre la esperanza, la inspiración y el poder de la música.
Entrevista con el director, Malik Bendjelloul
P: ¿Cuándo y cómo te topaste con la historia por primera vez?
R: En 2006, después de cinco años realizando documentales en Suecia, me pasé seis meses viajando por África y Sudamérica buscando buenas historias. En Cape Town me encontré con Stephen "Sugar" Segerman y él me habló sobre Rodríguez. Me quedé completamente atónito, no había escuchado una historia mejor en mi vida. Esto fue hace cinco años y he estado trabajando en esta película prácticamente todos los días desde entonces.
P: ¿Cuáles fueron tus primeras impresiones al escuchar la música de Rodríguez?
R: Nunca había oído nada de Rodríguez antes de que Stephen Segerman me hablara de él por primera vez. Me quedé tan enamorado de su historia que casi me daba miedo escuchar su obra, pensaba que había muy pocas probabilidades de que la música fuera tan buena como la historia; que me desilusionaría y perdería el impulso. Empecé a escuchar su música cuando regresé a Europa, y literalmente no podía creer lo que escuchaba. Pensé que mis sentimientos acerca de la historia podían haber influenciado en mi opinión y necesitaba que otra gente lo escuchara para ver si estaban de acuerdo. Sus reacciones me convencieron, realmente eran unas canciones del nivel de las mejores de Dylan o incluso de las de los Beatles.
Todos hablan de Rodríguez como de música folk, pero no creo que sea más folk que los Beatles. Todas las canciones de Rodríguez son muy diferentes. Algunas son folk, otras rock, otras pop y algunas blues. Como cualquier otro gran artista, es difícil de categorizar, pero cada canción tiene algo diferente.
P: A través de la historia de Rodríguez, la película describe un hecho sobre el que se ha hablado muy poco: el descontento de los afrikáners liberales blancos con el gobierno sudafricano del Apartheid. ¿Fue algo de lo que te enteraste durante el rodaje?
R: El Apartheid era algo que salía sin cesar en las noticias cuando yo era joven, pero parece que Mandela lleve en el poder desde siempre y no se ha hablado mucho de esa época. Es raro que durante casi 50 años, hasta mediados de los 90, hubiera en el mundo un país que fuera un superviviente hermano ideológico del Tercer Reich de Hitler. Mandela puso en práctica una política de reconciliación, lo que me parece una filosofía sabia; pero pienso que aún necesitamos saber y aprender más sobre esa época de lo que conocemos hasta ahora. Nunca había oído hablar de un movimiento subversivo liberal blanco, todo esto era nuevo para mí.
El régimen del Apartheid era muy racista, pero los liberales blancos probablemente eran más antirracistas que los liberales blancos de Estados Unidos en esa época. Para los liberales sudafricanos no había ningún problema en que un cantante tuviera un nombre hispano y apariencia hispana. En Estados Unidos en aquella época si te llamabas Rodríguez todos daban por hecho que tocarías música mariachi. Rodríguez fue un serio desafío a la música rock blanca, los Lou Reed y los Bob Dylan de este mundo, que aún eran un club muy selecto en la Europa y los Estados Unidos de la época. Hice algunas encuestas aleatorias por las calles de Cape Town y una de cada dos personas conocía a Rodríguez, fuera cual fuera su edad o sexo.
P: ¿Cuáles fueron los mayores retos en la realización de la película?
R: Lo más duro fue encontrar a la gente adecuada que creyera en el proyecto. En mi opinión era evidente que la historia era buena, si la hubiera inventado un guionista habría parecido demasiado, parecería demasiado increíble para tener sentido. Pensaba que el hecho de que esto hubiera pasado y la forma en que había pasado bastarían para encontrar inversores. Finalmente la historia atraía a todo el mundo menos a los inversores. Quizás fuera porque era mi primera película como director.
Aún tengo en la bandeja de entrada el email de un conocido productor de cine a quien le envié la película cuando estaba preparada al 90%. Me dijo que no veía un largometraje en el material, que como mucho podría servir para un documental televisivo de una hora y que por tanto no podía financiarme. Me quedé hecho polvo, pensé que sin ese dinero estaba perdido y que tendría que abandonar la película. Llevaba tres años sin cobrar un sueldo y necesitaba encontrar un trabajo adecuado en lugar de continuar. Al mismo tiempo sentía que sería un desperdicio no completar la película. Aún me faltaba encontrar la forma de pagar a un encargado del montaje online, a un compositor para la música y a un animador para las ilustraciones. Eran unos elementos caros necesarios para acabar la película y sabía que no podría pagarlos.
Así que un día decidí ver qué podía hacer por mi cuenta. Empecé a dibujar la animación yo mismo. Me pasé un mes sentado en la mesa de mi cocina dibujando con tiza. No había dibujado nunca en mi vida, pero pensé que mis esfuerzos servirían al menos como bosquejos y reduciría el trabajo de un animador real más tarde. Luego intenté lo mismo con la música. Usé un software midi de 400 euros y compuse una música ficticia para la música original. Y monté la película tan bien como pude en Final Cut. Y entonces mi suerte cambió. Me puse en contacto con los productores Simon Chinn y John Battsek y les mostré en lo que había estado trabajando. Les encantó la película. Me ayudaron muchísimo y tenían un montón de ideas creativas. Cuando les pregunté quién debería completar el montaje, la animación y la música, me sorprendieron diciéndome que todo eso ya estaba en la película. De repente, sin que yo supiera cómo había ocurrido, la película estaba acabada. Por fin estaba hecha.
P: ¿Qué opinas ahora sobre la película? ¿Es lo que imaginabas cuando te embarcaste en el proyecto?
R: Cuando me embarqué en el proyecto asumí que sería un documental de media hora para televisión, que es el tipo de proyectos en el que había estado involucrado anteriormente. Pero me enamoré completamente de la historia y no podía dejar de trabajar en ella. Hasta entonces no había trabajado en ningún proyecto durante más de un mes; conté los días la semana pasada, me he pasado mil días con este. Tras los primeros seis meses tenía hecha el 80% de la película, los últimos tres años los he pasado completando el último 20%. La diferencia fue como la noche y el día cuando Simon Chinn y John Battsek se me unieron. Son tan listos, eficientes y tienen tanto talento
Para ser honestos, su participación equivale a un año extra de aportación a la película. Es difícil para un director primerizo convencer a la gente adecuada sobre el poder de su historia. La primera vez que llamé a Simon solo llegué hasta la recepcionista. Le pedí que me diera tres minutos al teléfono con Simon y le prometí que le iba a contar una historia que era "tan buena como 'Man on Wire'".
P: ¿Cómo te sientes ante el próximo estreno de la película en Sundance?
R: De maravilla. Sundance era mi primer objetivo desde que empecé a trabajar en la película. Estaba preparado para montar la película durante un año más para poder reenviar la película para Sundance 2013 si no me la aceptaban este año, así que estoy encantado. Es una historia americana y creo que Sundance es el lugar más apropiado para estrenar la película.
P: ¿Qué esperas que el público saque de la película?
R: Espero que el público reaccione de forma emocional. Creo que la mayoría de los directores quieren que su trabajo impacte emocional y físicamente; y no solo intelectualmente. Cuando veo una película o leo un libro, si siento que se me pone la carne de gallina lo más mínimo, o una lagrimita en los ojos, es una recompensa mucho mayor que cualquier intelectualización. Es difícil alcanzar al público de una forma profunda, la gente tiene muchas barreras personales. El simple hecho de contar una historia lo suficientemente bien para que la gente se enganche a la película ya es un reto mayúsculo. Si la gente no está prestando el 100% de atención todas las barreras están levantadas.
P: ¿Qué has aprendido durante la realización de la película?
R: Aprendí que es posible vivir la vida según tus propios términos. Aunque sea un sacrificio enorme es tu vida y te arrepentirás si no lo intentas. Rodríguez no quería ajustarse a ningún formato ni a ninguna regla. Decía lo que quería decir y esperaba que la gente aceptara su música y sus valores, y no al contrario. Creo que es algo de lo que todos podemos aprender mucho. ¡Quizás puedas conseguir más éxito o más dinero poniendo en juego tus sueños, pero no lo hagas! Rodríguez solía repetir el dicho "no aceptes caramelos de los desconocidos". Eso podría aplicarse a la dirección de películas. Los directores pueden ir a una escuela de cine, conseguir financiación y pensar que todos los problemas están solucionados, pero ello implica sacrificios. Quizás consigas el dinero, pero quizás llegue un año tarde y ya hayas perdido la inspiración y la pasión. Si quieres ser fiel a ti mismo necesitas poner tus propias reglas; usa tu propio dinero y si no tienes mucho haz una película barata. Esto es mucho más fácil con la tecnología digital barata. Si resulta ser una buena película puedes venderla y con los beneficios puedes realizar la siguiente película. Los tiempos han cambiado, realizar películas ya no es tan caro. Mi directora de fotografía, Camilla Skagerstrom, ganó el Premio Especial del Jurado de Cannes el año pasado por un corto que hizo utilizando 2.500 euros de su propio dinero. No transigió. Si quieres hacer una película, debe ser tu película, hecha según tus términos y con la energía que solo puedes conseguir de la tal vez equivocada idea de que todo es posible y de que todos tus sueños pueden hacerse realidad. No esperes al dinero hasta que hayas perdido la chispa, hazlo de todas formas.
Del mismo modo, Rodríguez acabó encontrando su público a su manera. ¿Por qué? Porque se mantuvo fiel a sus ideales. Tanto, que parecía que estaba escondiendo su talento a propósito y evitando el éxito. Pero al final acabó siendo lo contrario. Su creatividad no tenía compromiso alguno y era por tanto intachable. Creo que es algo que cualquier artista debería plantearse detenidamente, su verdadero tesoro es su propia integridad, dignidad, inspiración y pasión. Protégelos a toda costa.
Equipo artístico
Sixto Rodríguez, Stephen "Sugar" Segerman, Dennis Coffey, MIke Theodore...
Festivales
Sundance 2012
Premio del Jurado
Sundance 2012
Premio del Público
Críticas
Una experiencia muy entretenida y reveladora, tanto emocional como musicalmente.
Indiewire
Impresionante. Uno de los documentos más grandes y emotivos que jamás se han hecho.
Q Magazine
Fantástica película, con una historia asombrosa.
Daily Telegraph
Un documental edificante que muestra a un talento de la música excepcional. Un "must".
Empire
Un viaje extraordinario.
Daily Mirror