Roberto Bermúdez, especialista en derecho penal, ve alterada su vida cuando se convence de que Gonzalo, uno de sus mejores alumnos, ha sido el autor de un brutal asesinato justo frente a la Facultad de Derecho. Decidido a revelar la verdad sobre el crimen emprende una investigación personal que pronto se transformará en obsesión y lo arrastrará inevitablemente hacia sus zonas más oscuras. La verdad está cada vez más cerca, pero
¿a qué precio?
Sinopsis larga
Roberto Bermúdez, abogado y docente, comienza su seminario sobre Derecho Penal. Dentro de su grupo de alumnos está Gonzalo, un muchacho indescifrable. Sus silencios, sus oportunos comentarios, su forma educada de estar en desacuerdo y las extrañas inquietudes que manifiesta sobre el código penal despiertan en Bermúdez una mezcla de resentimiento y fascinación por el joven.
Durante la segunda clase un crimen sacude la tranquilidad de Bermúdez: el cadáver de una chica, aparece brutalmente asesinado en el estacionamiento de la Facultad. Mínimos detalles, sumados a la extraña actitud de Gonzalo convencen a Bermúdez de que el chico está involucrado en el crimen. Poco a poco descuida sus actividades para concentrarse en el caso. Investigando conoce a la hermana de la víctima, Laura. La chica le despierta una mezcla de deseo y ternura. Pero descubre que Gonzalo y Laura quedan con frecuencia. Cada detalle, cada gesto, cada palabra de Gonzalo confirman a los ojos de Bermúdez su culpabilidad. Manifiesta sus sospechas ante el juez, pero las evidencias que podrían condenarlo están mas en la cabeza de Bermúdez que en la realidad.
El seminario termina y Gonzalo entrega su Tesis. Bermúdez cree ver en el texto una última provocación. Supone que Laura corre peligro por lo que decide confrontar a Gonzalo. Quiere que admita su culpabilidad, pero las consecuencias de su obsesión parecen conducirlo a su propia tragedia.
Los personajes
Roberto Bermúdez Ricardo Darin
Tiene 55 años, es abogado de larga y reconocida trayectoria profesional en el Poder Judicial y en el ámbito académico. Retirado ya de la actividad legal dedica sus días a la docencia. Tiene a su cargo un prestigioso Seminario de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires al que sólo pueden asistir quince abogados jóvenes recibidos con los mejores promedios. Publica periódicamente libros sobre diferentes temas relacionados al Derecho Penal y cuestiones afines. Su libro Tipología criminal resultó un best seller y fue traducido a varios idiomas lo que le valió un reconocimiento importante en lo profesional y en lo económico.
Sin embargo, en lo personal, la vida de Bermúdez transcurre monótona. Luego de su separación, hace ya cinco años, su escepticismo ha ido creciendo a la par de su afición por el whisky. No solo su mujer, Mónica, lo dejó sino que además formó luego pareja con el Juez Alfredo Hernández, antítesis de Bermúdez. A pesar de todo la justicia, o al menos la idea abstracta y romántica de justicia, es lo que sigue dando sentido a su vida y le permite enfrentar su rutinaria cotidianidad.
Bermúdez ha reemplazado los hijos que nunca tuvo por los alumnos que año a año se renuevan y que le permiten establecer un vínculo tanto intelectual como afectivo sin atarlo a un compromiso a largo plazo. No ha logrado una relación amorosa estable desde su divorcio y para evacuar sus necesidades sexuales se permite, no sin culpa, enredarse con alguna de sus ex-alumnas. De las cuestiones de su casa se encarga Cecilia, una mujer fuerte y sumamente expeditiva a pesar de sus 60 y pico de años.
Gonzalo Ruiz Cordera Alberto Ammann
Es hijo de Felipe Ruiz Cordera, diplomático español residente en Argentina hacia finales de los 80 y principio de los 90. Tiene 28 años y acaba de terminar de cursar en Madrid la carrera de Derecho con el mejor promedio final. Es un alumno brillante. Hermético, solitario, introspectivo, Gonzalo ha construido para sí un mundo inaccesible. El trato con sus padres es cordial, pero desprovisto de afecto. Gonzalo pasa sus días entre libros y apuntes. Tiene una capacidad de observación inquietante y una memoria asombrosa. Siendo hijo de un agregado cultural Gonzalo ha crecido entre ceremonias y protocolos. Siempre cuidando sus modales, su comportamiento, siempre pendiente de la aprobación del otro.
Entre sus recuerdos mas vívidos de Argentina está el de la fiesta de su noveno cumpleaños. Gonzalo tiene grabado el rostro de Bermúdez, sus gestos, su tono de voz y la amistad que tenía tanto con su padre como con su madre, quienes a pesar de los años que no se ven nunca lo han olvidado. Tras casi veinte años Gonzalo regresa a Argentina para asistir al seminario de Bermúdez por recomendación de su padre.
Laura Di Natale Calu Rivero
Tiene 22 años. Laura creció admirando y copiando a su hermana Valeria, algunos años mayor que ella. La ausencia de una figura paterna fuerte en la casa hizo que Laura proyectara su deseo en hombres algo mayores que demostraban experiencia y confianza en sí mismos. Valeria, por su parte, amaba a su hermana menor y la consentía en todo. Hacía las veces de madre, confidente y amiga. Últimamente su trabajo de camarera y una nueva relación mantenían ocupada a Valeria durante los días de semana por lo que Laura esperaba ansiosa el fin de semana para ponerse al día con su hermana.
La sorpresiva y atroz muerte de Valeria impacta fuertemente en Laura que intenta inútilmente comprender qué clase de persona podría haber cometido semejante brutalidad. Culpa a Dios, al mundo, a la Justicia por permitir que un monstruo así ande suelto. Al conocer a Bermúdez siente que él puede ayudarla a superar el duelo. Quizás hasta podría encontrar al asesino. Lo ve comprometido con el caso y lo suficientemente inteligente para resolverlo.