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  Puro vicio  (Inherent Vice)
  Dirigida por Paul Thomas Anderson
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La película cuenta con los nominados a los Óscar® Joaquin Phoenix ("The Master", "En la cuerda floja"), Josh Brolin ("Mi nombre es Harvey Milk") y Owen Wilson (guionista de "Los Tenenbaum. Una familia de genios"); Katherine Waterston ("Michael Clayton", "Boardwalk Empire"); los oscarizados Reese Witherspoon ("En la cuerda floja") y Benicio Del Toro ("Traffic"); Martin Short ("Frankenweenie"); Jena Malone (de la saga de "Los juegos del hambre"); y la cantante Joanna Newsom. El cinco veces nominado a los Óscar® Paul Thomas Anderson ("Pozos de ambición", "Magnolia", "Boogie Nights") es su guionista y director, y la cinta está basada en una novela de Thomas Pynchon. Anderson es también productor del film, junto con los nominados a los Óscar® JoAnne Sellar y Daniel Lupi ("Pozos de ambición"). Scott Rudin y Adam Somner son sus productores ejecutivos.

El equipo técnico de Anderson se completa con el oscarizado director de fotografía Robert Elswit ("Pozos de ambición"), el diseñador de producción David Crank ("The Master"), la montadora nominada a los Óscar® Leslie Jones ("La delgada línea roja") y el oscarizado diseñador de vestuario Mark Bridges ("The Artist"). La música es de Jonny Greenwood, de Radiohead.


Algunas pinceladas sobre la época
Los misterios con tintes cómicos que investiga el detective en chanclas de California Doc Sportello en Puro vicio le llevan hasta el temible Colmillo Dorado, que es al mismo tiempo una goleta con rumbo a San Pedro y una organización sin límites e interconectada que ha hincado el diente al tráfico internacional de heroína, el negocio de los centros de rehabilitación y, aparentemente, los dentistas, entre otras cosas. Pero, al mismo tiempo, también le arrastran a la oscura brecha entre los años 60 y los 70, entre una visión idealista de los Estados Unidos y el consumismo moderno con el que todos estamos tan familiarizados en nuestros días.

Mientras Doc persigue mujeres fatales a través de preguntas interconectadas sobre qué fue lo que corrompió al promotor inmobiliario Mickey Wolfmann, qué le ocurrió al saxofonista de música surf rock Coy Harlingen y qué relación guarda su antiguo cliente Crocker Fenway con el Colmillo Dorado, termina por resolverlo todo. Pero, en lo más profundo de su ser, quizás no le preocupe tanto averiguar "¿quién lo ha hecho?" como "¿qué demonios ha ocurrido?"

"Las investigaciones de Doc rezuman tristeza", afirma Paul Thomas Anderson, "el sentimiento de que esa promesa en la que la gente creía en aquella época se había esfumado. Es un de los temas recurrentes en la obra de Pynchon desde siempre. Cuando hice la película, traté de sumergirme en la inquietud de Pynchon por el destino de los Estados Unidos".

La cita que abre la novela de Pynchon tiene su origen en un famoso graffiti radical garabateado durante las protestas del mayo del 68 parisino: "Sous les pavés, la plage!" ("La playa bajo los adoquines"). De hecho, la mítica casita en la playa de Doc Sportello en Gordita Beach, con toda su nostalgia y sus alegrías, parece enfrentarse cada vez más a fuerzas tan implacables como el hormigón.

Esa era la realidad en 1970, momento en el que muchos asistieron a cómo el sueño californiano de regresar a la naturaleza era barrido por los promotores urbanísticos. Al mismo tiempo, la escena de la droga recreativa cultivada en casa daba paso a los cárteles organizados de la heroína de alcance mundial; las instituciones mentales eran vaciadas a favor de centros de "recuperación" con un ánimo mercantilista; y una era marcada por un encendido activismo político era superada por redes ocultas de espionaje, infiltrados y engaños. Incluso en la televisión, las series de policías eran derrotistas. Una generación asistía con desánimo a cómo la paz, el amor y la comprensión cedían ante el peso de la codicia, el control y la oscuridad.

Pynchon se refiere a los 60 como "ese pequeño paréntesis de luz", y la película, al igual que el propio Doc, está imbuida de la fascinación que produce esa luz, aunque la historia se desarrolle también en un lugar alejado del final de ese paréntesis, en un momento marcado por la agitación y las turbulencias.

· En 1967, Ronald Reagan, antiguo presidente del Sindicato de Actores de los Estados Unido, y cruzado anticomunista, comenzó su periplo de ocho años como gobernador de California. Ese mismo año, la Ley Lanterman-Petris-Short hizo que la institucionalización de los enfermos mentales resultara mucho más difícil, duplicando el número de enfermos mentales inmersos en el sistema judicial en un año.

· En 1968, Richard Nixon fue elegido tras el asesinato de Robert F. Kennedy y comenzó un tiempo marcado por los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, que presagiaba la era del espionaje y el secretismo del Watergate.

· En 1969, los seguidores de Charles Manson cometieron el brutal asesinato de la actriz Sharon Tate y otras seis personas en una masacre atroz al norte de Beverly Hills.

· También en 1969, en un concierto de rock gratuito celebrado en Altamont Speedway, California, tuvo lugar el fallecimiento de un adolescente a manos de los ángeles del infierno contratados para hacerse cargo de la seguridad.

· En abril de 1970, el presidente Nixon envió tropas estadounidenses a Camboya. Comenzó una guerra civil en dicho país entre las fuerzas comunistas y las no comunistas.

· En mayo de 1970, los estudiantes desarmados que protestaban contra la implicación de los Estados Unidos en el conflicto de Camboya fueron abatidos por la policía en la Universidad Estatal de Kent, con un saldo de cuatro muertos y nueve heridos.

· En 1972, Alfred W. McCoy publicó La política de la heroína en el Sudeste Asiático, en la que presentaba pruebas de la complicidad de la CIA en el tráfico de opio y heroína en el Sudeste Asiático, que controla al menos el 70 % del mercado mundial.

Pynchon escribe en su novela que Doc ve señales de cambio allá donde va en Los Ángeles. Su paranoia puede verse exacerbada por el consumo de marihuana, pero también detecta los augurios. Se pregunta: "¿Cómo era posible que en cualquier reunión, ya se tratase de un concierto, concentración del amor, encuentro o desencuentro, aquí, allá, al norte, al este, en cualquier lugar, esas bandas oscuras hubieran estado haciendo de las suyas, reclamando la música, la resistencia al poder, el deseo sexual desde lo más épico hasta el día a día, todo aquello con lo que pudieran hacerse, sirviéndose de fuerzas tan antiguas como la codicia y el miedo?".

Entre todos los chistes y guiños sexuales de "Puro vicio", Anderson plantea también la pregunta de cómo esas fuerzas ancestrales, tan palpables a comienzos de los 70, se han convertido en las señas de nuestra propia época. A través de la lucha de Doc para desfacer los entuertos más próximos a él, también deja abierta una pregunta de gran actualidad: ¿seguimos creyendo, décadas después, al menos en cierta búsqueda de la trascendencia?.

"¿Conservamos ese sentimiento de una promesa nacional perdida que puede reclamarse?", se pregunta. "Yo espero que así sea".


En Gordita Beach
Desde la década de los 60 del siglo pasado, Thomas Pynchon es considerado una voz destacada dentro de la literatura estadounidense que ha buceado directamente en el caos polifacético y caleidoscópico de la vida moderna. Ya con sus novelas clásicas como V., La subasta del lote 49 y El arco iris de gravedad, introdujo a los lectores en unos intrincados universos paralelos que reflejaban la belleza, perversidad, audacia tecnológica, futilidad política, absurdez cómica y complejidad persistente de la época posterior a la II Guerra Mundial.

Su trabajo resulta imposible de resumir. Es histórico y científico, a la par que irreal y plagado de significados ocultos. Es absolutamente serio… pero también está salpicado de alocadas notas de comedia. El escritor de novelas policíacas Ian Rankin definió en su día sucintamente a Pynchon como un proveedor de literatura "al modo de un código ampliado o la búsqueda del grial. Lo que es más, es como una droga: cuando has dominado una capa de significado, inmediatamente quieres pasar a la siguiente".

De hecho, el trabajo de Pynchon es tan salvaje, tan famosamente indomable, que da paso a una profunda ironía: estábamos ante un novelista que usa con profusión citas de la historia del cine en toda su obra, profundamente influido por el flujo temporal del cine, pero cuyas novelas nunca se habían trasladado a la gran pantalla. Se trata, quizás, de otra capa dentro de la mística de Pynchon.

Al igual que todo el trabajo de Pynchon, Puro vicio forjó su propio mundo. Pero se trataba de un Los Ángeles sui generis poseído por el espíritu del sexo, las drogas y el rock and roll. Depuró la esencia de los años 70 como una especie de punto de inflexión, ese momento en el que las tribus de outsiders de la costa —hippies, freaks, surfers, bikers, drogatas, místicos, roqueros— se toparon de bruces con los cárteles mundiales, el auge del consumismo, la falsa espiritualidad, los barrios de nueva construcción y la paranoia política y personal que pronto pasarían a formar parte del tejido estadounidense cotidiano.

Y en medio de ese mundo, Pynchon situó a un detective privado de Los Ángeles, Doc Sportello, fumador de hierba y habitante de la playa, como el último destello de brillo de una raza aturdida de soñadores americanos frente a las fuerzas de la codicia, el miedo y la desintegración justo antes de que la Era de acuario se convirtiera en un mito.

Pynchon fusionó a la perfección las culturas de playa y hippie, y es que Doc Sportello es autor de los inquisitivos diálogos típicos de un detective bajo los efectos de la hierba, para introducir a continuación su persistente inquietud acerca de las fuerzas invisibles presentes en la sociedad estadounidense y la idea del destino del país.

Y, sobre todo, animó el libro con numerosas frases, personajes, chistes y música con chispa hasta el punto que Rolling Stone la describió como un "resumen magistral de todo lo que hace de él [Pynchon] una voz estadounidense única y enorme. Posee la furia moral presente en su trabajo desde el primer momento, su feroz e inquebrantable compasión por los Estados Unidos y las tribus perdidas que pueblan el país".

¿Pero sería posible trasladar finalmente por primera vez a la gran pantalla la electricidad verbal y policromía de la forma de ver el mundo de Pynchon? El director Paul Thomas Anderson, que ha atesorado su propia colección de historias cinematográficas vivamente cinematográficas de soñadores y buscadores, decidió aceptar el desafío.

Comenzó a escribir mientras todavía estaba trabajando en "The Master", y se trató de un proceso. En un primer momento, adaptó toda la novela frase por frase para poder trabajar con todo el montón de personajes, giros de la trama y diálogos de forma global.

Al mismo tiempo, estaba pensando en cómo capturar visualmente la experiencia puramente visceral de trabajar en una novela de Pynchon. "Mis mejores experiencias como lector de sus libros se han producido cuando me he dejado llevar, cuando no esperaba nada, cuando no sabía nada y simplemente me rendía y dejaba mecer por las olas que creaba", comenta Anderson. "No puedes resumirlo y, en ocasiones, resulta simplemente imposible definir qué es, aunque lo sientes".

Sobre todo, Anderson quería hacer justicia no solo a todo el laberinto de crimen y corrupción en que cae Doc Sportello, sino también evocar las raíces de la fascinación de Pynchon por la década de los 60. "La mecánica de la trama de Pynchon es complicada, sin duda, pero, bajo ella, subyace algo muy sencillo", concluye. "Se limita a mirar hacia el pasado y esperar que las cosas puedan ser mejores mañana. ¿Hay algo más sencillo? ¿No es eso lo que todos queremos?"

"Lo que se me ocurrió fue aprovechar a un personajes secundario, Sortilège, y convertirla en la narradora", explica Anderson. "Nos ayuda a seguir la historia y así podemos exprimir algunos de los chistes y pasajes de Pynchon sin alejarnos demasiado del libro".

Al igual que en la novela, la producción debía analizar el propio estado de paranoia —ya sea inducido por las drogas o por la vida— en un coctel de comedia, ingenio y peligro. A propósito de la fascinación de Pynchon por la paranoia tanto a nivel individual como social, Anderson afirma: "El propio Pynchon lo explicó a la perfección en El arco iris de gravedad: 'Los paranoicos no son paranoicos en sí mismos, sino porque, como los pobres idiotas que son, siguen metiéndose en situaciones paranoicas".

Añade: "La paranoia también resulta muy divertida de rodar —con personas y ruidos en cada esquina—, es algo muy cinematográfico. Y Joaquin hace muy bien de paranoico".

Anderson habló por primera vez con Joaquin Phoenix sobre la posibilidad de interpretar a Doc Sportello después de rodar "The Master".

"Joaquin y yo tratamos de bucear todo lo que pudimos en el libro; todo, todo el tiempo, nos devolvía al libro", afirma Anderson. "Nos hacían reír y constantemente nos aportaban nuevo material. Resulta tan denso que era imposible mantenerlo todo, aunque lo intentamos".

Con unas patillas anchas muy pobladas y distintas capas de greñas enmarañadas, Phoenix se convirtió en una especie de Neil Young de después de los 70. Su look contrasta marcadamente con el acicalamiento extremo de su rival en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, un oficial del departamento de policía de Los Ángeles violento y nada preocupado por respetar los derechos civiles que participa como extra en la serie "Adam-12", Bigfoot Bjornsen, un papel que Josh Brolin ha explorado en sus facetas cómica y humana.

"Bigfoot es un gilipollas, pero Josh ha sido capaz de hacerlo divertido y un tanto triste", explica Anderson. "El libro tiene un párrafo muy bueno en el que se describe a Bigfoot como 'poseído por la melancolía.' Pero también es un imbécil".

La instigadora de la investigación de Doc —su sensual exnovia Shasta, que regresa a su vida de forma inesperada, "con la pinta que juró que nunca tendría"— es interpretada por Katherine Waterston en su primer papel protagonista en el cine. "Es maravillosa, y tiene mucho talento, ¿qué más podíamos pedir?", señala Anderson acerca de ella. "También es genial trabajar con alguien nuevo para el público, que no tenga un gran bagaje profesional a sus espaldas, porque ayuda a preservar el misterio".

Mientras Doc investiga la desaparición de Shasta, se introduce en un laberinto poliédrico de personajes con unas historias que van desde lo más alto hasta lo más bajo. Entre estos destacan Martin Short como el malvado Dr. Blatnoyd, Owen Wilson en el papel del arrepentido e infiltrado Coy Harlingen, Jena Malone como la drogadicta rehabilitada Hope Harlingen, Benicio Del Toro que interpreta al abogado especializado en derecho marítimo Sauncho Smilax, Reese Witherspoon como la arrebatadora e inflexible ayudante del fiscal del distrito Penny Kimball, Eric Roberts convertido en el promotor inmobiliario Mickey Wolfmann, Michael Kenneth Williams como el activista y exconvicto Tariq Khalil, Martin Donovan en la piel del abogado Crocker Fenway, Sasha Pieterse que encarna a la problemática Japonica Fenway, Hong Chau como la Jade de Chick Planet, Jordan Christian Hearn en el papel del compañero quemado de Doc, Denis, y Jeannie Berlin en el papel de la tía Reet.

"Era un escenario de ensueño", comenta Anderson. "Son unos papeles estupendos, tanto los grandes como los pequeños. Por suerte, el calendario funcionó a la perfección y este dream team de intérpretes estaba disponible. Todos ellos, desde Jena hasta Benicio, son personas con las que tenía muchas ganas de trabajar, y esta era mi oportunidad. Y resultó aún más emocionante conocer a nuevos jóvenes actores como Jeannie Berlin, Eric Roberts y Martin Short".

Y no podemos olvidarnos de Gordita Beach, una ciudad costera mitológica que apareció por primera vez en la obra de Pynchon en su novela de 1990 Vineland, y que bien podría estar inspirada en lo que fue en su día la alocada, aunque plagada de industrias petroquímicas, ciudad surfera que se ha convertido en nuestros días en Manhattan Beach. La posibilidad de crear un universo alternativo al borde del mar de Pynchon resultaba estimulante.

"Soy de California, soy de Los Ángeles, nací en 1970, así que la época me interesaba por muchos motivos", confiesa Anderson. "Y a eso hay que sumar la buena música, los coches y las chicas…"

Pero esta visión de Los Ángeles es diferente de la de trabajos anteriores de Anderson, que han atravesado desde el mundo del cine para adultos de finales de los 70 con "Boogie Nights" hasta un universo contemporáneo de crisis y milagros en "Magnolia", pasando por el marco imprevisto para un amour fou en "Embriagado de amor" o el paisaje emergente de la codicia del siglo XX en "Pozos de ambición".

Anderson menciona como una de sus principales influencias en cuanto a la estética de la película el cómic underground The Fabulous Furry Freak Brothers, creado en 1968 por Gilbert Shelton, y en el que se narraban las desventuras de los tres hermanos Freak Brothers, unos fumaos eminentemente torpes, en unos dibujos lineales dotados de una calidez divertida y genial.

Junto con su equipo técnico, que incluye al oscarizado director de fotografía Robert Elswit, el diseñador de producción David Crank y el diseñador de vestuario Mark Bridges, buscó los últimos vestigios de la auténtica cultura surfera y la psicodelia en el sur de California. "Cada vez es más difícil encontrar el pasado", señala Anderson, "mucho más que en 1997, cuando rodé 'Boogie Nights'".

Un factor igualmente esencial para poner en marcha la máquina del tiempo que constituye "Puro vicio" es la música, que cuenta tanto con una banda sonora original de Jonny Greenwood en su tercera colaboración con Anderson tras "Pozos de ambición" y "The Master", y una selección de los sonidos menos conocidos de los años 70, que van desde el grupo experimental de culto Can hasta Minnie Riperton o el propio Neil Young.

"Había muchas canciones buenas de esa época entre las que elegir", comenta Anderson. "Tuve que escuchar muchas cosas para decidir qué encajaba. El libro está plagado de referencias musicales, y no teníamos película suficiente para incluirlas todas. Pero utilizamos el clásico 'Here Comes the Ho-Dads' [de The Marketts]. Y si hablamos de los solos de saxofón surfero… Coy Harlingen se sentiría orgulloso".

Aunque con cierta nostalgia del rock 'n' roll, "Puro vicio" no está totalmente anclada en el tiempo. Resulta imposible, ya que sus personajes tratan también de escapar del tiempo, de los vicios inherentes e inevitables de este tiempo. Y lo hacen precisamente a través del sexo, las drogas y la música que definieron esa época.

La investigación de Doc le lleva hasta la escandalosa e impenetrable trastienda de esa época, desde los tableros de güija hasta los mítines de Nixon, desde las pequeñas revelaciones hasta una mínima posibilidad de redención, para terminar finalmente en Gordita Beach, en medio de la niebla, al borde del agua, observando "el mar del tiempo, el mar de la memoria y el olvido".


Quién es quién: los personajes

LARRY "DOC" SPORTELLO (JOAQUIN PHOENIX)
Perfil: Un investigador privado hippie de Gordita Beach cuyo estado de consciencia constantemente alterado puede mejorar su capacidad como detective o complicarlo todo.

Phoenix acerca de Puro vicio: Toda la película está diseñada para atraerte hacia ese viaje y se trata de un tipo de experiencia en sí misma. También se rodó así. Paul te dirige sin que te des cuenta siquiera de que te está trasladando a otro tiempo y otro espacio. De repente, ya estás ahí.

Acerca de trabajar con Anderson: Ha sido como un sueño. La experiencia ha supuesto una inmersión total, todo, desde el reparto hasta el equipo técnico, estaba preparado para que nos sumergiéramos en la historia. No alcanzo a comprender cómo lo hace, pero sus rodajes no parecen rodajes. Si ni siquiera te das cuenta de que estas haciendo una película, te sientes más bien como dentro de un mundo que él ha creado. Resulta muy fácil inspirarte cuando trabajas con alguien así.

Sobre su papel: No trato de controlar férreamente mis interpretaciones tanto como antes; en realidad, es imposible dar vida a alguien como Doc con unas ideas rígidas o algún tipo de certeza. Cuando trabajas con alguien como Paul, a quien no le da miedo lo impredecible y abierto al descubrimiento, dispones de ese espacio. Y entonces es cuando llegas a algo que recuerda a un verdadero flujo, a algo vivo. Eso es lo que busco siempre.

SHASTA FAY HEPWORTH (KATHERINE WATERSTON)
Perfil: La sexy exnovia de Doc, que antes era una chica de la playa de espíritu libre y que, de pronto, reaparece para meterlo en una investigación que no para de complicarse.

Waterston acerca de Shasta: Shasta regresa a Gordita Beach tras haber estado persiguiendo sus sueños en Hollywood. Las cosas no han ido como esperaba y en lugar del éxito con el que soñaba, se ve envuelta en una situación que más bien recuerda a una pesadilla. Así que vuelve a buscar a Doc para que le ayude. Y, como el conejo blanco de Alicia en el país de las maravillas, se introduce en una madriguera y, de pronto, está rodeada de todo tipo de situaciones extrañas, absurdas y peligrosas.

Acerca del acercamiento de Shasta al mundo de la delincuencia: Creo que Shasta había salido bastante escaldada de Hollywood, de los asesinatos de Manson, del final de una década que prometía algo que finalmente no se había cumplido. No me ha costado conectar con ella, con su dolor. No me ha resultado difícil comprender cómo ha terminado liada con Mickey Wolfmann, porque la frustración y el miedo son emociones insidiosas y muy poderosas capaces de hacerte perder el norte y nublar tu buen juicio.

Acerca de los sentimientos de Doc hacia Shasta: ¡Supongo que esa pregunta deberíais hacérsela a Doc! Pero, sin duda, prefiero creer que está enamorado de ella. No es más que mi opinión, puedo estar equivocada o no, pero no creo que Pynchon decidiera darle un nombre tan estupendo, romántico y musical al personaje como el de Shasta Fay Hepworth si quería que pensáramos que no era más que una exnovia más. Cuando leí el guion y la novela por primera vez, el amor que Doc sentía por Shasta era como un hecho omnipresente. Independientemente de lo que este estuviera haciendo o diciendo, a mí siempre me parecía que se estaba preocupando por ella. Y lo siento también cuando veo la película, cuando observo la genial interpretación de Joaquin.

Acerca de su experiencia en la película: ¡Paul y Joaquin me han arruinado la vida al ofrecerme esta maravillosa experiencia que es como un sueño hecho realidad! Es como si te regalan un billete en primera tras haber ocupado durante años ese asiento central que no se reclina, en la última fila del avión, junto al baño. No quería que acabara. ¡Recuerdo haber sentido nostalgia incluso antes de terminar! Sencillamente me encanta la forma de trabajar de ambos: sin miedos, colaborando y con una determinación a prueba de bombas. Pensaba que Joaquin y Paul me intimidarían porque son dos genios sin paliativos, pero resultaron ser tan sencillos y generosos, que no fue así para nada. Me dejé llevar por su forma de acogerme y lo bien que me hicieron sentir.

MICKEY WOLFMANN (ERIC ROBERTS)

Perfil: El novio desaparecido de Shasta, un promotor urbanístico multimillonario que convierte los barrios tradicionales de Los Ángeles en complejos de lujo… hasta que desaparece del mapa.

Pynchon describe a Mickey: "Mickey podía darles una lección a esos vagos de la playa. Era así de poderoso. En ocasiones, podía hacerte sentir prácticamente invisible. Rápido, brutal, no es lo que definiríamos como una pareja considerada, es un animal, en realidad, pero a Sloane le encantaba eso de él, y Luz… bueno, nos pasaba a todos. Es genial que te hagan sentir invisible en algunas ocasiones".

LT. DET. CHRISTIAN F. "BIGFOOT" BJORNSEN (JOSH BROLIN)
Perfil: Un detective del cuerpo de policía de Los Ángeles al que le encantan las bananas congeladas y que se autodescribe como un "policía del Renacimiento", además de actor a tiempo parcial que mantiene una relación de amor-odio con Doc.

Brolin acerca de Bigfoot: Bigfoot es un personaje poliédrico, y me gusta cuando los personajes tienen un conflicto grave con ellos mismos. Lo veo como un tipo que está atrapado en ese mundo de los trajes grises de franela de la década de los 50, alguien a quien le hubiera gustado ser "el bueno" si las cosas hubieran salido bien. Pero presenta muchas dicotomías. Cuando lo ves con su esposa, ésta le grita como si fuera un niño. En ese momento, se presenta de una manera, pero en realidad, lo que ocurre es algo diferente. También dice odiar a los hippies, pero no deja de relacionarse con ellos, y su principal socio es un hippie.

Acerca de Bigfoot y Doc: La de esos dos es una verdadera relación de amor-odio. Evidentemente, se utilizan el uno al otro para obtener lo que quieren, pero creo que hay algo más. Creo que Bigfoot necesita hablar de esa forma que solo puede hacer con Doc. Y sospecho que a Doc le ocurre lo mismo.

Acerca del pelo de Bigfoot: Literalmente, 15 minutos antes de mi primera escena, nos decidimos por ese peinado plano. Teníamos otras ideas, pero cuando probamos esta, lo tuvimos claro.

Acerca de su relación con Joaquin y Benicio: Los actores, en raras ocasiones, establecen una dinámica estupenda entre ellos en la que no sabes qué te van a ofrecer, y eso es precisamente lo que ha ocurrido aquí. Sencillamente fluyó al estilo de Pynchon. Quizás la gelatina sería un símil más apropiado. También creo que Joaquin es uno de nuestros mejores actores, así que poder trabajar con alguien así y subirte a la montaña rusa que supone es algo genial.

Acerca de la historia: La veo como una especie de laberinto en la que vas entendiendo cada vez más cosas. Puedes verla varias veces y siempre descubrirás algo nuevo. Las películas como esta ya no son tan habituales, así que cuando acabas un proyecto así, sientes que ha sido un honor haber podido participar en él.

SAUNCHO SMILAX, ESQ. (BENICIO DEL TORO)
Perfil: El abogado de cabecera de Doc, que en realidad está especializado en derecho marítimo, pero que siempre está a mano.

Del Toro acerca de Sauncho: Es un abogado especializado en derecho marítimo. Está del lado de los buenos, pero fuera de su elemento natural. Siempre tiene un pero, ya sea el dinero que ha recibido de su cliente o que ha metido la mano en el barco del Colmillo Dorado. Mantiene con Doc lo que parece ser una mera relación profesional, pero creo que Sauncho realmente se preocupa por él. Quizás incluso sea una versión mejorada de él, o puede que compartan muchas cosas.

Acerca de adaptar a Pynchon: Lo que me interesó especialmente fue que el libro estaba escrito como una película, en la que Pynchon era capaz de cortar la conversación de dos personajes en un momento y un lugar para trasladarte luego a otro sitio con ellos. Cuando leí el libro y luego el guion, supe que iba a ser una visión realmente divertida y original de la política de esa época.

Acerca de la época: Todo era grande. Los coches eran grandes. Los teléfonos eran grandes. Los peinados eran grandes. La música era grande. Eso no es lo que ocurre ahora, donde todo tiene el tamaño de una molécula que flota en el aire.

PENNY KIMBALL (REESE WITHERSPOON)
Perfil: Ayudante del fiscal del distrito de Los Ángeles y "lío" ocasional de Doc cuando no tiene nada mejor.

Pynchon describe a Penny: Penny entra, con una mano introducida despreocupadamente en el bolsillo de la americana, intercambiando observaciones civilizadas con otros compañeros de trabajo perfectamente vestidos. Lleva gafas de sol y uno de esos trajes de trabajo de poliéster gris con la falda muy corta.

Acerca de volver a trabajar con Phoenix: "Estaba emocionada por poder volver a trabajar con él en estos dos papeles tan diferentes. Joaquin siempre se transforma de forma muy auténtica, y Doc tiene algo hilarante y conmovedor que Penny parece apreciar, a pesar de sus diferencias evidentes".

Acerca del estilo como director de Anderson: "Es una experiencia única. Sintoniza perfectamente con este mundo y tiene un gran sentido del humor. Hace que las cosas cobren mucha vida, a pesar de que todo discurre de forma relajada y abierta, algo que los actores agradecemos mucho".

HOPE HARLINGEN (JENA MALONE)
Perfil: Exdrogadicta que contrata a Doc para descubrir qué ocurrió con su marido, Coy, supuestamente fallecido.

Malone acerca de Hope: Paul y yo empezamos por el texto de Pynchon, y eso nos ha ayudado mucho a descubrir qué queríamos poner de relieve. Hablamos mucho de sus palabras, pero en cuanto me di cuenta de que también estaba Doc, era cuestión de dejar que las cosas fluyeran. Creo que Hope representa, a su manera, la esperanza del amor, algo que parecía haberse perdido inexorablemente.

Acerca de los dientes de Hope: Estamos a finales de los 60 y entrando en los 70, Nixon ocupa la presidencia y todo parece estar perdiendo su lustre y su brillo, al igual que los dientes de Hope.

Acerca de la combinación Paul Thomas Anderson/Pynchon: Paul es un director estadounidense verdaderamente interesante. En un momento en el que todo el mundo innova tanto con la tecnología, él es un innovador del corazón humano. Reunirlo con Pynchon, una voz poética y contracultural del mito americano… Pensé que esta era una de las mejores combinaciones de director y autor que se hubiera dado nunca.

Acerca de trabajar con Joaquin: Lo que más me ha fascinado de Joaquin en este papel ha sido que es muy inteligente, pero que a la vez tiene un enorme corazón, y ha aportado todo eso al personaje de Doc, con todas sus sombras, su oscuridad y su paranoia. Ha sido estupendo poder verle.

COY HARLINGEN (OWEN WILSON)
Perfil: Saxofonista infiltrado que, por motivos desconocidos pero sospechosos, fingió su propia muerte y se oculta ahora con un grupo en Topanga Canyon.

Wilson acerca de Coy: Coy es una persona que ha pasado por momentos duros, se ha convertido en una especie de adicto, y finalmente decide que la mejor forma de ayudar a su mujer y a su hijo es convertirse en un soplón. Pero también es el tipo que trata de ayudar a Doc a comprender del todo qué pasa con el Colmillo Dorado, a pesar de que Coy nunca ha podido arrojar mucha luz al respecto, por lo que sus encuentros siempre despiden ese halo de misterio. Ambos bordean la paranoia. Pero creo que Coy se siente cómodo en ella, está acostumbrado.

Acerca del Colmillo Dorado: Es una especie de mafia poderosa que mueve los hilos de todo tipo de secretos. Doc está investigándolos. Paul afirma metafóricamente que es una especie de cajón desastre de la paranoia de todos. Sirve para explicar todo lo que podría ser malo o salir mal. Supongo que el Colmillo Dorado es como la ley de Murphy en cierto sentido.

Acerca de cómo Joaquin se funde con el papel: Ni siquiera pensaba en que era Joaquin. Lo veía como Doc. Tenían un aspecto tan diferente, él no era sino un detective privado quemado y, cuando rodábamos juntos, todo resultaba de lo más natural y sencillo.

Acerca del estilo como director de Anderson: Rueda muchas tomas únicas, y lo que consigue es muy real. Se trata más bien de una conversación verdadera y la forma en que trabajas con él resulta muy deportiva, como si estuvieras pasándote la pelota con los demás actores. Me sube la adrenalina cuando trabajo así.

Acerca de por qué Doc quiere salvar a Coy: Creo que Doc puede estar harto de estas personas, pero también se preocupa por ellas. Coy y Hope, sinceramente, no deberían haber tenido un hijo, pero lo tienen, y se aman, y creo que Doc es consciente de ello y desea ayudarles.

JADE (HONG CHAU)
Perfil: Responsable de Chick Planet, el "salón de masajes" donde Doc encuentra el meollo de la trama.

Hong acerca de Jade: Pynchon hace unas descripciones realmente buenas de todos sus personajes, y creo que mi favorita para Jade es que es una gota de rocío asiática pequeña y perfecta. Me imagino a Jade como una especie de pequeño genio que flota por Los Ángeles y se deja caer en determinadas ocasiones, normalmente para ayudar a Doc.

Acerca de Doc y Jade: Me gusta la relación de Doc y Jade porque son como dos extraños que se encuentran e inmediatamente deciden que se van a ayudar el uno al otro sin esa actitud aprovechada. Supone un marcado contraste con otros personajes con los que Doc se encuentra a lo largo de la historia.

Acerca de Joaquin: Muchas personas creen que es un tipo raro, y eso es lo que hace que me sienta protectora hacia él. Es divertido y dulce, me gustaría que la gente lo supiera. No es un actor que te haga pensar: "Míralo, ¡otra vez haciendo de sí mismo!". Le encanta su trabajo y le importa mucho, eso puedes darlo por seguro.

Acerca de la época: Todo —el peinado, la ropa, la caracterización…— era vintage y muy auténtico. Paul no solo presta gran atención a los detalles, sino que también lo ve todo. Recuerdo que un día tuvimos que interrumpir una escena porque se dio cuenta en el monitor que uno de los extras tenía en la mano un transistor y lo estaba sujetando como si fuera un iPad. ¿Pero cómo pudo darse cuenta? Pues así fue, y eso es muy importante en una película como esta.

TARIQ KHALIL (MICHAEL KENNETH WILLIAMS)
Perfil: Exconvicto y miembro de la familia de la Guerrilla Negra que le pide a Doc que siga los pasos de un miembro de la Hermandad Aria, y que también resulta ser guardaespaldas de Mickey Wolfmann.

Williams acerca de su primer trabajo con Anderson: El proceso de esta película fue muy diferente para mí. La mayor parte de mi trabajo se ha desarrollado en la televisión, donde se dirige a golpe de látigo y todo, todo, pasa por el tiempo. Y cuando llegué aquí, resulta que Paul me dijo: "vamos a sentarnos a hablar de ello". Entonces supe que todo iba bien y que estaba en buenas manos.

Williams acerca de Phoenix: Cuando entré a formar parte del proyecto ya era un gran fan suyo y, sinceramente, me sentía un poco intimidado por tener que compartir cámara con alguien con un talento tan enorme e increíble. Así que llegué con mucha energía, fruto de los nervios, pero luego Joaquin fue inmensamente generoso conmigo.

CROCKER FENWAY (MARTIN DONOVAN)
Perfil: También conocido como el Príncipe Oscuro de Palos Verdes, se trata de un abogado muy bien relacionado y antiguo cliente de Doc que también representa al Comillo Dorado.

Pynchon acerca de Crocker Fenway: "Estamos aquí. Hemos estado aquí siempre. Mira a tu alrededor. Inmuebles, derechos sobre el agua, petróleo, mano de obra barata, todo eso es nuestro, siempre lo ha sido. Y tú, al fin y al cabo, ¿qué es tuyo? Eres un miembro más del enjambre de transeúntes que vienen y van sin pausa aquí, en el soleado sur, dispuestos a dejarse comprar por un coche de determinada marca, una rubia en bikini, treinta segundos de alguna excusa para algo sucio, como un chili dog, por el amor de Dios…". Se encogió de hombros. "Nunca nos va a faltar gente. La oferta es inagotable".

JAPONICA FENWAY (SASHA PIETERSE)
Perfil: La hija díscola de Crocker Fenway a quien Doc rescata de un infierno hippie sin identificar.

Pieterse acerca de Japonica: Está perdida, pero todavía sabe qué es lo que quiere. Se ha sentido reprimida por su padre, y es natural que una persona de su edad quiera alejarse todo lo posible de eso. Busca libertad, aunque estar con Rudy Blatnoyd solo sea una fachada. Para mí, lo más interesante que tiene Japonica es que está atravesando esa transición a su manera, que es distinta de la de Doc o cualquier otro personaje.

Acerca de Crocker Fenway: Es el señor oscuro de Palos Verdes. Es uno de esos abogados retorcidos y poderosos que se hacen pasar por otra persona. En realidad, es justo lo contrario y está envuelto en un montón de tramas oscuras.

Acerca de la escena en la consulta del Dr. Blatnoyd: Fue muy divertida. Transcurre en una habitación con una decoración muy de los años 60 con una alfombra increíble y Martin Short entra en ella con su traje de terciopelo morado. Fue perfecto.

Acerca de Doc: Es el mejor detective privado del mundo. Es muy atrevido. Quizás se deba a todo lo que se mete, pero creo que sería igual aunque no tomara nada. Encuentro muy creíble la forma en que llega a todas esas pistas por accidente, encontrándose con diferentes personas que le ayudan de distintas formas. Me encanta que no parece ser alguien con autoridad, y eso lo hace muy cómico. Creo que lo que le pasa a Doc es que todo se resume a que de verdad le importa la gente. No se limita a seguir ese camino por un motivo. Lo hace por muchas razones.

DR. RUDY BLATNOYD, D.D.S. (MARTIN SHORT)
Perfil: Un dentista amante de la coca implicado con la misteriosa organización del Colmillo Dorado.

Brevemente acerca de Blatnoyd: Paul lo describió como una especie de lunático que es un dentista amante de las mujeres y la cocaína, un estereotipo, en definitiva. Supongo que acudió a la facultad, pero que ahora solamente está preocupado por el amor libre, las drogas gratis, infringir la ley y aprovecharse del sistema mostrándose al mismo tiempo condescendiente con los hippies, a menos que sean jóvenes y él pueda sacar algún tipo de provecho…

Acerca de la adaptación: Creo que el guion ha sido totalmente fiel al espíritu de Thomas Pynchon. Y, en ocasiones, Paul llegaba a llevarse el libro al rodaje para preparar una escena y decía: "Vamos a probar este diálogo". Me encanta que mi personaje sea tan fiel al libro, incluso en su forma de vestir. Nunca tuve la impresión de que Paul estuviera tratando de reinventar lo que escribió Pynchon.

Acerca de la relación del Dr. Blatnoyd con Doc: Creo que se muestra un poco paranoico con respecto a él en un primer momento, pero que luego se da cuenta de que solo es un hippie sucio que quiere drogas, y establecen ese vínculo.

Acerca del Colmillo Dorado: Creo que el Colmillo Dorado solo supone para Rudy una oportunidad para conseguir lo que quiere. Es como un pase que le permite convertirse en el mayor hedonista de todos algo que, admitámoslo, encaja con él.

Acerca de trabajar con Anderson: Se muestra muy abierto, le gusta experimentar, y te permite llegar a ese punto en el que te sientes muy relajado. Te deja aparcar el mundo moderno a un lado y sumergirte en los 70...

SORTILÈGE (JOANNA NEWSOM)
Perfil: Antigua empleada de Doc cuyos dones poco habituales pasan por ver fuerzas invisibles, resolver encrucijadas emocionales y comprender el amor; y que es, al mismo tiempo, la narradora de la película.

Newsom acerca de Sortilège: Paul amplió mucho este personaje con respecto al que aparece en el libro para convertirla en la narradora. Y también le confirió ese tipo de visión omnipresente, como si fuera una especie de mística. Puede ver dentro de lo más íntimo de la vida de otras personas y hacerse una idea del cuadro general desde la distancia. Es como una especie de oráculo, pero en realidad no interfiere con los personajes. Se limita a observar y, como mucho, darles unas pequeñas pistas. Los pasajes descriptivos de Pynchon son tan hermosos que es genial poder escuchar algunos de ellos en el film.

Acerca de los fundamentos morales de Doc: Doc termina haciendo lo correcto en determinados momentos como por casualidad. Tiene un código, pero no es rígido. A mi entender, es como un caballero andante. Veo toda la historia como una batalla épica entre la Era de acuario y esa oscura corrupción que se está colando de la mano de las drogas duras, Charlie Manson y esa sensación de condena inminente. En ese contexto, Doc es un cruzado del bien.

Acerca de Joaquin: Tiene esa capacidad mágica, como de alquimista, para hacer que su personaje resulte absolutamente creíble. Cuando rodamos nuestra primera escena, me creí al 100 % que estaba hablando con Sortilège, y eso fue lo más útil que se me podía ocurrir, porque estaba muy presente.

Acerca de la escena del tablero de güija: Es uno de los momentos de la historia en los que existe un profundo sentido del realismo mágico. Es poco probable que un tablero de güija guíe a una persona a una línea de ayuda al drogadicto. Es poco probable, pero no imposible, así que la realidad se entremezcla con esa especie de magia, pero lo que me encanta es que Paul hizo que esa escena mágica se rodara de forma muy descarnada y real.

LA CIUDAD DE LOS ÁNGELES DE "PURO VICIO"
El Gran Los Ángeles de aproximadamente 1970 que aparece en Puro vicio es una tierra de contradicciones: en expansión aunque claustrofóbica, llena de luz, pero en la que resulta fácil perderse. A lo largo de su investigación, Doc pasa de su hábitat habitual de las casitas de surferos en la playa al mapa del sur de California, pasando por el Centro Parker del departamento de policía de Los Ángeles, las mansiones de Topanga, sórdidos salones de masajes, obras llenas de polvo, restaurantes de la costa, bonitos centros de rehabilitación y la elegante sede de la omnipresente organización Colmillo Dorado. De igual forma, también conoce a personajes de todas las subculturas y capas sociales, desde fumadores de hierba hasta activistas políticos o policías, pasando por dentistas, abogados y capos inmobiliarios.

Aunque esta fluidez se presta muy bien para la narración literaria, el problema al que se enfrentaba Paul Thomas Anderson era cómo convertir la prosa de Pynchon en una experiencia cinematográfica extática y de trance. La película debía crear un mundo propio y atractivo que tuviera tirón con el público y le hiciera conectar con la necesidad de Doc de sondear los misterios de Shasta, Mickey Wolfmann y el Colmillo Dorado. Pero Anderson también quería que ese mundo resultara natural y cercano, además de desenfadadamente cómico, pero sin ser demasiado artificial.

Lo hizo en colaboración con un equipo de estrechos colaboradores que ya habían trabajado con él en muchas de sus películas: el director de fotografía Robert Elswit, ganador de un Óscar® por "Pozos de ambición", que rodó "Puro vicio" en una película de 35 mm para preservar la estética de los años 70 y el carácter onírico de la realidad de Doc, el diseñador de producción David Crank, el diseñador de vestuario Mark Bridges y la montadora Leslie Jones.

Crank, director artístico en "Pozos de ambición" y codiseñador de producción en "The Master" junto a Jack Fisk, afirma que todo comenzó con unos extensos viajes por las carreteras que rodean Los Ángeles, a través de la maraña de autopistas y cañones, buscando las pistas perdidas de los 70 y los paisajes en los que podría haber vivido Doc. "Fue un período de investigación bastante largo", señala Crank. "Visitamos una y otra vez distintos lugares y el proceso con Paul fue muy intuitivo, ya que trataba de reaccionar en el momento a los lugares viendo cómo encajaban con el tono que tenía en mente".

Aunque el lenguaje de Pynchon siempre fue una influencia subyacente, Crank explica que llegó a fusionarse con la visión de Anderson. "Lo que me encantó del guion es que pensé que Paul había captado la esencia de Pynchon haciéndola accesible para el público cinematográfico. Dejó fuera ese espíritu demasiado detallista, que podría haber sido una tentación", añade. "De esta forma, aunque consultamos el libro y, en ocasiones, nos fijamos en lo que había escrito Pynchon, tratamos de no someternos en exceso al texto. Si eres demasiado literal con respecto a una obra literaria, no suele funcionar. Y lo que Paul intenta hacer siempre es simplificar e ir retirando capas hasta obtener justo un punto de partida que permita el trabajo de los actores".

Crank señala que Anderson apuesta cada vez más por un naturalismo flexible y sin restricciones en sus últimas cintas. "Está más y más interesado por lo orgánico", afirma el diseñador de producción, "y puedo comprender por qué ese planteamiento le resulta tan atractivo. Para mi trabajo, eso supuso colaborar con él localización tras localización. Teníamos en mente todos los elementos temáticos del film, pero la idea era no pegarnos nunca demasiado a ellos".

El cambio de ciclo de los 60 a los 70 fascinaba a Crank. "Es un período complicado en todos los sentidos", reflexiona. "Se produjo después del flower power, pero antes de que llegara de verdad el estilo de los 70. Eso es lo que tenía de interesante, pero también existía el riesgo de que el diseño resultara una mera colección de elementos bizarros. Eso suponía la mitad del problema: encontrar elementos que reflejaran esa época pero que no destacara ni distrajeran demasiado. La idea era que el público nunca pensara: 'Ah, es una película de época'. Queríamos una estética gastada, que reflejara a las personas que vivían en ese mundo y que los objetos presentes lo estuvieran simplemente porque habían acabado allí. No queríamos decorados en los que se viera la huella del director artístico. No hablamos de qué cosas deberían tener un toque noir y cuáles ser más hippies. Todo formaba parte del mismo mundo".

Para el apartamento de Doc en Gordita Beach, Crank recorrió primero Manhattan Beach para buscar vestigios de las cabañas de los años 60. Encontró justo lo que estaba buscando, pero resultaba imposible rodar allí, así que recrearon la casa en un decorado. "Se trataba de una casa que pertenecía a una mujer que era un verdadero espíritu libre, y creo que Paul se sintió cautivado por lo que transmitía, así que tratamos de recrearla".

El poco convencional despacho de Doc también se construyó en un decorado. "Cada vez que tratábamos de hacer locuras con ese despacho, tanto Paul como yo teníamos la sensación de que nos habíamos pasado", recuerda. "Así que nos decidimos por algo muy sencillo, algo que girara en torno a esa habitación de ladrillo que conectaba con todo lo que Doc hace allí".

Por el contrario, la mansión de Mickey Wolfmann era una lujosa construcción clásica vintage de mediados de siglo. "Miramos cientos de mansiones, pero esta fue la elegida porque no se había reformado", confiesa Crank. "Todavía conservaba esa hermosa piedra que apenas necesita ninguna decoración y no nos costó nada adecuarla a ese período. Parecía tener todo lo bueno del diseño de los años 60. Luego, construimos el tenebroso armario de las corbatas en un decorado independiente".

Crank también fue el encargado de recrear los interiores del Centro Parker de Los Ángeles. Diseñada originalmente por el arquitecto Welton Becket —autor del famoso edificio de Capitol Records y del Cinerama Dome de Hollywood— esta construcción rectangular de ocho plantas de estilo modernista internacional fue la sede del departamento de policía de la ciudad de Los Ángeles de 1954 a 2009, y ha aparecido en numerosas ocasiones en películas policíacas de los 50, los 60 y los 70. En 2009, la policía se trasladó a unas nuevas instalaciones debido al riesgo sísmico que planteaba el Centro Parker. Aunque sigue en pie, el edificio está actualmente cerrado al público.

"Tratamos de recrear el Centro Parker en un refugio para indigentes de Skid Row, en el centro", explica Crank. "Encontramos esta gran biblioteca que tenía precisamente una larga hilera de ventanas y la redecoramos, algo que funcionó muy bien".

Al mismo tiempo, las menos visibles maquinaciones del Colmillo Dorado se situaron en el Ambassador College de Pasadena. "Se trata de un edificio de grandes proporciones", señala Crank, "y pudimos aprovechar mucho del mobiliario original para la consulta del Dr. Blatnoyd, aunque tuvimos que tapizar las sillas de naranja".

La película discurre por más de 60 localizaciones, desde el restaurante Chowder Barge de San Pedro hasta una laberíntica propiedad de Topanga perteneciente a una pareja de artistas o un terreno de Lancaster que reproducía la estética del Salvaje Oeste de las obras de Channel View Estates. La casa de Bigfoot era propiedad de un caballero ya mayor de Baldwin Hills, mientras que el despacho/cámara de torturas de Adrian Prussia estaba situado en Compton. El elegante club en el que se produce el encuentro entre Crocker Fenway y Doc se recreó en los sótanos del Los Angeles Theater, que también aparecían en "The Master".

"Se trataba de un proyecto muy interesante en el que no seguimos un plan rígido, sino que siempre estábamos abiertos a introducir cambios en el momento, y eso encajaba muy bien con la historia. Podíamos habernos decantado por el preciosismo, pero pensamos que se necesitaba algo más de crudeza y una mentalidad verdaderamente práctica", nos cuenta Crank. "En todo momento, Paul se mostró muy abierto. Crea un ambiente en el que está abierto a todos. Todos los miembros del equipo se sienten con poder, y creo que eso hace que aporten lo mejor de ellos".

"El espacio que Anderson deja abierto para que emerja la anarquía creativa es parte de lo que hace que colaborar con él resulte tan especial", concluye Crank. "Lo más divertido de él es que nunca sabes dónde vas a estar cuando acabe el día, las cosas van surgiendo a salto de mata, y siempre te está animando a probar cosas. No deja que te relajes. Supongo que se puede decir que con Paul nunca sabes hacia dónde vas, aunque puedes estar seguro de que va a ser un lugar interesante y emocionante".

Ese mismo ambiente de libertad inspiró también el trabajo del diseñador de vestuario Mark Bridges, que ya había colaborado con él en "Pozos de ambición", "Embriagado de amor", "Magnolia", "Boogie Nights" y "Hard Eight", además de ganar un Óscar® por la película ambientada en la época del cine mudo "The Artist". En todos sus proyectos, Bridges empieza por buscar las cualidades más distintivas de los personajes, que, en este caso, eran evidentes.

"Empecé por leer el libro, para tomar luego notas y analizar muchas imágenes de la época en fotografías, películas, cuadros, ilustraciones, de todo", recuerda. "Mientras miraba esas imágenes, me hacía preguntas acerca de los personajes: '¿Dónde comprarían?', '¿Cómo se presentarían ante el mundo?', '¿Encaja eso con el esquema de 1970?' Y también empecé a pensar que esa época podía resultar novedosa e interesante, a la par que accesible para un público actual".

Prosigue: "Posteriormente, preparé un book para Paul y charlamos mucho acerca de la estética y el tono adecuados. De esta forma, para cuando cada actor hizo su primera prueba de vestuario, Paul y yo ya teníamos algunas indicaciones para su personaje. Posteriormente, trabajé directamente con los actores, viendo cómo funcionaban distintas posibilidades y tratando de darles todo lo necesario para que se sintieran cómodos en su mundo y su papel. Fue como hacer un gran puzzle, pieza a pieza".

Las imágenes de Pynchon aportaron a Bridges un fructífero punto de partida. "Paul y yo nos interesamos inmediatamente por algunas descripciones concretas de Pynchon: el traje del Dr. Blatnoyd, el disfraz de Coy en su primera aparición y el look de camarera de cóctel de Jade, todas ellas extraídas del libro", explica.

En ocasiones, una sola frase de Pynchon ponía en marcha la maquinaria. "Cuando lees una línea como la de Shasta —'con la pinta que juró que nunca tendría'—, tengo claro que es desde donde tengo que trabajar como diseñador de vestuario", reflexiona. "¿Qué significa esa frase para una chica que antes vivía en la playa solo con un bikini y una camiseta? ¿Qué necesitaría llevar puesto para vivir de pronto en el mundo de Mickey Wolfmann, en Hancock Park, acudir a pruebas, y quizás buscando plan por Beverly Hills? Pensé que un vestido de ganchillo era la elección perfecta para representar esa frase, porque tenía muchas cosas en una: con gusto a la par que sexy, de moda aunque clásico y, para mí, muy de los 70. También contrasta marcadamente con esa parte de debajo de un bikini y la camiseta que llevaba mientras vivía con Doc".

Al igual que Anderson, Bridges vio a Doc reflejado en un Neil Young iconoclasta: desaliñado, relajado, un poco descuidado y moderno casi por accidente. "La influencia de Neil Young sobre la estética de Doc es el hilo conductor de todo el vestuario de Joaquin. Muchas veces, cuando necesitaba una idea para Doc, me fijaba en las elecciones de Neil durante esa época y, a menudo, encontraba un look único de época que era genial entonces y lo sigue siendo en nuestros días", afirma. "Y luego está el 'disfraz' dorado de Joaquin, un traje vintage que me resultaba atractivo porque tenía un color interesante y también porque contrastaba mucho con el atuendo cotidiano de Doc".

Bridges empleó una combinación de elementos vintage muy demandados con prendas confeccionadas a mano específicas de cada personaje. "El vestido de ganchillo de Shasta era un vestido original de la época que encontré en un anticuario; y fue todo un hallazgo, porque la mayoría de la ropa de ese tiempo no ha sobrevivido estos 45 años", declara. "Lo teñí un poco para que el color fuera más fuerte y resultara más llamativo, aunque sin perder de vista la fidelidad a la época. Teníamos que tener mucho cuidado con él, porque se trataba de una pieza única".

Continúa: "El traje de terciopelo del Dr. Blatnoyd se hizo a mano basándonos en un prototipo vintage, y el bañador negro de Sloane Wolfmann estaba inspirado en imágenes de época de Rudi Gernrich y Frederick's of Hollywood, que diseñamos posteriormente en nuestro taller y personalizamos en varias pruebas para que todo fuera perfecto. Compramos los atuendos orientales de Jade en Chinatown y los customizamos modificando el patronaje para evocar ese período".

Puesto que la película transcurre a caballo entre los años 60 y los 70, Bridges apostó un poco más por esta última década, sugiriendo la llegada inminente de la era del dorado y el glam. "Fíjate en el traje dorado de Doc, o el vestido amarillo de Japonica al lado del morado del Dr. Blatnoyd, o el traje color bronce con camisa rosa salmón de Bigfoot. Esos colores nos hablan de una época, y espero que también hagan que el vestuario resulte novedoso y memorable", sugiere Bridges.

Aunque Pynchon describe el traje del Dr. Blatnoyd como de terciopelo "ultravioleta", Bridges jugó con varios tonos de morado. "Confeccionamos el traje de Rudy Blatnoyd en dos tonos de morado diferentes, uno con un azul/morado muy fuerte —que interpreto como el 'ultravioleta' de Pynchon— y otro color ciruela. Analicé junto a Paul las dos opciones y automáticamente nos decidimos por la segunda. Estaba muy satisfecho de cómo encajaba con los paneles de madera de su despacho y el vestido amarillo de Japonica".

La cara más formal del Los Ángeles de 1970 surge con la estética conservadora y cuidada de Bigfoot, Penny y Crocker Fenway. En palabras de Bridges: "Bigfoot, Penny y Crocker representan el establishment, justo lo opuesto al mundo de Doc. La brecha cultural a finales de los 60 eran tan grande que durante mis investigaciones incluso encontré un anuncio de la peluca establishment, que era ni más ni menos que ¡una peluca que se utilizaba encima del pelo largo en aquellas ocasiones era imprescindible llevarlo corto!'"

Para Josh Brolin, Bridges se inspiró en los atildados detectives de la época anterior. "El look clásico de Bigfoot es de unos 10 años antes a 1970", señala el diseñador. "Lleva un corte de traje más de principios de los 60, pero introduje en sus trajes los colores de la época ya que, a medida que transcurre la historia, empezamos a verle con la camisa rosa salmón y luego viene el traje color bronce de la escena final del film. Ese traje estaba inspirado en el look de Lee Marvin en la película de 1967 'A quemarropa'".

Cree que la Penny de Reese Witherspoon utiliza su traje de abogada como una especie de coraza. "Me encanta utilizar los contrastes para jugar con la idea de que la ropa de los personajes no siempre se corresponde con lo que son en realidad, solo con la forma en que quieren que el mundo les vea", explica Bridges. "En su primera aparición, Penny lleva un vestido de punto grueso con chaqueta de cuello alto que diseñé para Reese. Pero, luego, más adelante, su look es muy diferente en casa de Doc. Su vestido azul marino y blanco está inspirado en un par de zapatos vintage que encontré, y para el largo y el corte de sus faldas me inspiré en los trajes que Faye Dunaway llevaba en el film de 1968 'El caso de Thomas Crown'".

Por último, Crocker Fenway representa lo último en ropa de la clase alta. "La escena con Crocker tenía que decir a gritos el establishment vs. la contracultura desde el primer momento", comenta Bridges. "El traje de tres piezas de Crocker dice mucho de lo que es, ya que sugiere la imagen de un senador y de un capo del crimen en un mismo traje. En contraste con eso, la elección deliberada de Doc de un jersey de cuello vuelto y un collar indio pasa por alto totalmente el código total de la buena sociedad".

El rico elenco de personajes secundarios llevó a Bridges por numerosos estilos de la época. "Era una maravilla imaginar a cada uno de los personajes y el diseño de cada uno presentaba sus propios retos", resume. "Me gustó especialmente trabajar en Jade y transformar el cheongsam chino tradicional en atuendos sexy de los años 60. Tariq también supuso un desafío a la hora de crear una persona real y no el cliché habitual de un militante. Luz podría haber sido otra cosa, no coincide con la descripción del libro, pero apostamos por el lado sexy y también exploramos un look más duro durante las pruebas de vestuario. En general, estoy muy satisfecho con todo, no solo por la época, sino por haber podido crear momentos y composiciones interesantes".

Lo más gratificante para Bridges fue ver cómo todo el reparto hizo suyo su vestuario. "Hay un momento maravilloso en las pruebas en el que el personaje se hace presente en la sala. Mi teoría es que ese momento se produce cuando el actor se ve bien, pero se siente como otra persona. Muchos de nuestros actores se metían en sus personajes cuando se ponían su ropa", recuerda. "Las sandalias de Doc hacían que Joaquin caminara de forma diferente, al igual que los pantalones de tiro alto de los 60 de Bigfoot, que hacían que Josh se moviera más como los hombres de esos años, por no hablar del minivestido de Shasta, que le obligaba a andar y sentarse de forma diferente a la habitual".

Su conclusión es: "Siempre creo que la ropa es un éxito cuando el trabajo externo en el diseño de vestuario y el trabajo interno en el personaje de los actores se complementan para hacer que estos resulten verdaderamente atractivos. Y creo que lo hemos logrado en 'Puro vicio'".

Tras la producción, Anderson se encargó del montaje del numeroso material junto con Leslie Jones, con quien ya colaboró en "The Master" y "Embriagado de amor". Jones, al igual que Anderson, empezó por sumergirse en la inmensa consciencia del universo de Pynchon. "El estilo y el ritmo de Pynchon son únicos. Fue una poderosa inspiración para la adaptación de Paul, y siempre nos influyó a la hora del montaje", recuerda. "Creo de verdad que la espontaneidad de Paul con los actores, y su facilidad para trabajar detrás la cámara, se complementan a la perfección con el lenguaje de Pynchon".

La decisión de recurrir a una narradora pasó a ser clave en la construcción de la película definitiva. "Usar a Sortilège como narradora nos permitió una enorme flexibilidad en muchos aspectos", explica Jones. "Y lo que es más importante, nos concedió el lujo de utilizar la voz de Pynchon para comentar directamente ideas más amplias y presentar el 'panorama general'; resultó muy interesante cuando lo pusimos en marcha".

"Algunos de nuestros mejores descubrimientos y momentos de sorpresa en 'Puro vicio' se produjeron después de unos torpes intentos de narración o aclaración de determinadas escenas con una exposición descriptiva", añade, "y, luego, en lugar de ello, encontrábamos un comentario más del estilo de Pynchon que siempre resultaba más interesante y mordaz. Creo que eso nos autorizó para entremezclar diferentes estilos cinematográficos, entrando y saliendo del género negro, con unos toques de un viaje hippie".

Igualar los elementos noir con la forma de ver el mundo alucinada y confusa de Doc fue una fuente constante creatividad en el proceso de montaje. Jones afirma que tanto ella como Anderson se encontraron volviendo una y otra vez al principio, regresando a Doc y ese sueño desvanecido pero imperecedero de Gordita Beach.

"El reto y lo divertido del proceso fue encontrar ese equilibrio: determinar qué detalles de la trama eran necesarios, qué podíamos permitirnos no entender pero sin dejar por ello de disfrutar y luego contraponerlo con la política, el humor, el absurdo y la paranoia de la obra, además de esa sensación de irrealidad y subidón que producen las drogas. Siempre hemos estado ponderando la necesidad de claridad con el valor del entretenimiento y el compromiso emocional", declara. "Pero con una historia tan concentrada, creo que lo mejor que pudimos hacer fue contemplar siempre la película como si la estuviéramos viendo por primera vez".

Ese proceso de ver siempre la historia con un nuevo sesgo parecía encajar con el universo serpenteante y en constante evolución de Pynchon, quien ya escribió en Puro propio, "Lo que gira puede darse la vuelta, pero nunca regresa exactamente al mismo sitio, ¿te habías dado cuenta? Es como un disco en un tocadiscos, un solo surco de diferencia, y todo el universo puede estar en 'otra canción' totalmente diferente".