Es la historia del espectacular ascenso y caída de la discográfica Factory Records de Manchester, lugar de origen de grupos como Joy Division, New Order y los Happy Mondays y de la conocida discoteca Hacienda.
4 de junio de 1976, en el Lesser Free Trade Hall de Manchester. Tony Wilson (Steve Coogan), graduado de la Universidad de Cambridge y presentador de Granada TV, está en un concierto de los Sex Pistols. Le acompaña su mujer Lindsay (Shirley Henderson). Entre los asistentes están los componentes de The Buzzcocks, el joven Mick Hucknall (Simply Red) y el grupo The Stiff Kittens, que pronto pasará a llamarse Joy Division. Hay sólo cuarenta personas pero cada una de ellas se alimenta del poder, la fuerza y la magia de la música, comenta Wilson, asombrado por la energía eléctrica que los Sex Pistols trasmiten a un público completamente entregado. Motivados por este momento histórico de la música, Wilson y su amigo Alan Erasmus (Lennie James) formulan un plan que a lo largo de los veinte años siguientes cambiará la faz de la música pop y dará notoriedad a la ciudad de Manchester.
Empiezan en el Russell Club de Manchester donde una vez a la semana presentan en directo a sus grupos locales preferidos. Aquí se cruzan con el manager Rob Gretton (Paddy Considine), que de inmediato simpatiza con Wilson. Juntos los dos tres montan Factory Records. Con un contrato escrito con su propia sangre, Wilson ficha a Joy Division y a James, Durutti Column y A Certain Ratio, los cuales tendrán una enorme influencia sobre la música de su época. Liderados por Ian Curtis (Sean Harris), Joy Division rompe las barreras musicales con su primer disco, Unknown Pleasures, y con los sencillos Atmosphere, Transmission y Love Will Tear Us Apart. Tras el suicidio de Curtis en 1980 el grupo pasa a llamarse New Order, encabezado por Barney Sumner (John Simm) y el bajo Peter Hook (Ralf Little). En 1983 New Order edita el sencillo titulado Blue Monday. Con la carátula más cara de la historia (diseñada por Pete Saville), Erasmus informa a Wilson de que Factory perderá 5 peniques por cada copia vendida. Wilson contesto así: "¿Y cuántos vamos a vender? Joder, eso significa un puto cero multiplicado por cinco, no es nada". Blue Monday se convertiría en el maxisingle más vendido de todos los tiempos y es una anécdota que ilustra la esencia de Factory Records.
No contentos con una sola noche para sus grupos, Wilson y su equipo deciden ampliar sus operaciones y compran un local en el centro de Manchester para montar su propia discoteca. Hacienda abre sus puertas el 21 de mayo de 1982. Se convierte en una de las discotecas más conocidas del mundo, un imán para los jóvenes y tan famosa como Studio 54 de Nueva York. Es una discoteca donde aplauden al DJ y no al creador, al medio en lugar de la música. En palabras de Wilson es "el momento en que incluso bailan los hombres blancos". Durante una de las noches con grupos en directo, Wilson se queda impresionado por la actuación algo caótica de un grupo desconocido llamado los Happy Mondays, liderado por Shaun Ryder (Danny Cunningham). Factory les ficha. Los Happy Mondays entran en el estudio de grabación con el productor de Joy Division, Martin Hannett (Andy Serkis), un tipo prolífico pero imprevisible. Los miembros del grupo no sólo son innovadores en su estilo de vida sino con su música introducen una música de baile completamente nueva. Entran en la lista de éxitos con sus álbumes Manchester Rave On, Pills ‘n Thrills y Bellyaches.
Sin embargo, la fiesta no dura eternamente. Una historia de música, sexo, drogas y personajes estrafalarios, 24 Hour Party People es la visión de un hombre que quiere dejar libres a sus artistas, lo cual a su vez será su perdición. La película retrata gráficamente el baile y la música de Manchester desde finales de los 70 hasta principios de los 90 y documenta la vitalidad que convirtió a Manchester en el lugar de moda en todo el mundo.