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  La bicicleta verde  (Wadjda)
  Dirigida por Haifaa Al Mansour
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Premio Cinema Avvenire en el Festival de Venecia. Su directora Haifaa Al Mansour es la primera mujer en dirigir una película en Arabia Saudi.


Haifaa Al Mansour
Haifaa Al Mansour es la primera mujer directora de cine en Arabia Saudí y es considerada una de las figuras más significativas del Reino. Se licenció en Literatura en la Universidad Americana en el Cairo y obtuvo el Masters en Dirección y Cine de la Universidad de Sydney.

El éxito de sus tres cortometrajes así como su galardonado documental de 2005 titulado Women Without Shadows, influenció a todo un grupo de mujeres cineastas en su país y ayudó a abrir el debate de la creación de salas de cine en Arabia Saudí. En su país, su obra es a la vez alabada y vilipendiada por incentivar debates sobre asuntos considerados tabú, como la tolerancia, los peligros de la ortodoxia y la necesidad que tienen los Saudíes de una mirada más crítica a su cultura tradicional y restrictiva.

A través de sus películas y su trabajo en televisión y los medios impresos, Al Mansour se hizo famosa por abrir una grieta en el muro de silencio que gira en torno a las vidas secuestradas de las mujeres Saudíes y proporcionar una plataforma para que sus voces se escuchen.


Notas de la directora
Me siento muy orgullosa de haber hecho el primer largometraje que se ha rodado íntegramente dentro del Reino. Vengo de una pequeña ciudad en Arabia Saudí, donde las chicas como Wadjda, tienen grandes sueños, fuertes personalidades y mucho potencial. Estas chicas tienen la capacidad y decisión para cambiar y re-definir nuestra nación.

Fue muy importante para mí trabajar con un reparto Saudí. Quería contar una historia real, con voces auténticas. El rodaje fue una colaboración increíble entre el equipo técnico alemán y el de Arabia Saudí. Un rodaje que atrajo a estos dos equipos con muchísimo talento hacia el corazón de Riad. La película habla de temas universales como la esperanza y la perseverancia, lo que permite que gente de otras culturas pueda sentirse identificada. Espero que la película ofrezca una mirada única de mi país.


Una conversación con Haifaa Al Mansour

P: Usted eligió hablar de un tema complejo como lo es la situación de la mujer en Arabia Saudí, a través de una historia aparentemente simple de una chica que desea una bicicleta. ¿Por qué?

R: Quería darle al debate intelectual un rostro humano – una historia que la gente pudiera comprender y sentirse identificada. La película no presenta una gran historia sino una mas bien pequeña. Una historia sobre las emociones de un pequeño grupo de personajes. Una chica joven y su madre y sus vidas dentro de la sociedad. No creo que a los espectadores les apetezca sentarse a ver una película para ser sermoneados. En su lugar, desean asistir a una aventura que inspira y emociona. A pesar de la simpleza de la historia, creo que se integran temas complejos. Para mí fue importante que la historia fuese un retrato real de la situación de la mujer en Arabia Saudí y que los personajes fueran creíbles y reflejasen las maniobras que tienen que hacer para manejarse dentro del sistema.


P: Hay varios personajes femeninos muy fuertes – la propia Wadjda, su madre, la directora del colegio...¿Es WADJDA una película de mujeres?

R: Quizás lo sea. Pero no ha sido mi intención. Quería hacer una película sobre las cosas que conozco y he vivido. Una historia que habla de mis experiencias pero también de la de los habitantes de a pie. Fue importante que los personajes masculinos no fueran presentados como simples estereotipos o villanos. Tanto las mujeres como los hombres en la película están en el mismo barco. Ambos son presionados a actuar y comportarse de cierta manera y también son forzados a lidiar con las consecuencias del sistema, dependiendo de cómo se comportan. Me gustan mucho las escenas de la madre e hija y creo que se nota el amor y la emoción en su relación cuando están cocinando o cantando juntas. Hay algo muy bello en esas escenas.


P: El personaje de Wadjda se inspiró en su propia niñez. ¿Hay otros elementos autobiográficos en la historia?

R: Bueno, yo me crié en una familia muy liberal, que me apoyaba. Recuerdo que cuando era una niña, mi padre me llevó, junto con mis hermanos, a comprar bicicletas y yo escogí una verde. Soy extremadamente afortunada por haber tenido un padre que quería que me sintiera digna como mujer pero mi vida distaba mucho de las historias de mis compañeras y amigas, que jamás hubieran soñado en pedir una. Creo que el corazón de la historia es algo con lo que todo el mundo se puede identificar. La idea de ser tildado como diferente o anormal por querer algo que está fuera de lo que tradicionalmente se considera aceptable. La cultura Saudí puede ser especialmente brutal y implacable ante aquellas personas que se salen un poco de la sociedad, así que hay un temor real de ser un paria. En cierta manera, la historia es parte de mi vida y de las cosas que he vivido. Muchas de mis experiencias, junto con la de mis amigos y familia, están reflejadas en esta película. No nacieron de un concepto mental.


P: Habiendo crecido en un país sin salas de exhibición, ¿cómo descubriste el cine y decidiste dedicarte a este modo de expresión?

R: Me crié en una pequeña ciudad en Arabia Saudí. No quiero dar a entender que estábamos totalmente aislados del mundo exterior, pero tampoco éramos los típicos jet-setters. Aunque mis padres habían viajado mucho, solo fuimos a un par de viajes dentro de la región cuando era pequeña. Toda mi vida como niña se centró en esa pequeña ciudad. El concepto del mundo era el de las ciudades cercanas a la nuestra, a un par de horas. Pero el mundo global parecía muy lejano y fuera de mi alcance. Siempre leía libros y veía películas y quería ser parte de ese mundo más grande. Arabia Saudí es un país sin salas de cine donde ademas se censuran las películas, pero mi padre hizo que fueran accesibles para la familia. Algunas noches nos reuníamos en casa a ver películas y eso me encantaba... Pero nunca creí que iba a acabar siendo directora de cine, mucho menos la primera mujer directora en Arabia Saudí.


P: ¿Cómo hizo usted el casting de los actores?

R: En un lugar tan conservador como Arabia Saudí, es difícil encontrar a mujeres y niñas que quieran estar delante de una cámara y en público. Ese obstáculo se ve reforzado por el hecho de que no tenemos una industria local de cine o la infraestructura que apoye ese proceso. Los castings abiertos no existen, así que tardamos mucho en pensar en cómo lo íbamos a hacer. Waad llegó a una de las sesiones que habíamos preparado en Riad y vi que ella tenía el look y la actitud que requería su papel. Todas las chicas que habíamos visto anteriormente no tenían ese espíritu; o eran demasiado dulces o no lo suficientemente frescas. De pronto apareció Waad con sus cascos sobre la cabeza, vaqueros y tatuajes en las manos. Yo buscaba a una chica que además tuviera una linda voz para poder cantar con su madre, memorizar y recitar el Coran...Y Waad tiene una voz preciosa y dulce. Yo había visto el trabajo de Reem Abdulla en la televisión y siempre creí que podía encajar con el papel de la madre. Ella hizo un trabajo increíble en pasar de trabajar para la tele a hacerlo para el cine. Y creo que lo hizo muy bien.


P: ¿Cómo fue su experiencia como mujer directora en Riad?

R: Fue un reto y al mismo tiempo extremadamente gratificante. Cada paso fue difícil y supuso una aventura. En ocasiones tuve que correr para esconderme en la furgoneta de producción cuando estábamos en zonas mas conservadoras donde la gente habría desaprobado al ver a una mujer directora rodeada por hombres, aunque fuera en un ambiente profesional. A veces dirigía estando en la furgoneta utilizando walkie-talkies. Pero siempre me frustraba y finalmente salía y lo hacía en persona. En un par de ocasiones, algunas personas hicieron eco de su descontento por lo que estábamos haciendo pero no fue nada del otro mundo. Teníamos todos los permisos y las licencias así que todo transcurrió sin demasiados sobresaltos.


P: ¿Cómo se la considera a usted en Arabia Saudí y en el mundo árabe en general? ¿Se la considera una excepción? ¿Un paria? ¿Una pionera?

R: A veces puedo llegar a ser considerada como una figura un tanto polarizada ya que algunos creen que la idea de una mujer haciendo una película o trabajando en los medios es algo controvertido. Pero no he querido ofender a nadie y no creo en causar controversia simplemente por que sí. Creo que debemos de buscar la manera de incorporar los cambios y una modernización inevitable dentro de nuestra cultura de manera razonable. Las amenazas de muerte y esas cosas dan mucho miedo pero no podemos dejar a unos extremistas afectar nuestro trabajo y los objetivos que tenemos que desarrollar en nuestro país.

Espero haber hecho una película que sea cercana a las vidas de las mujeres saudíes y que les inspire y les de fuerza para enfrentarse a la complicada situación social y política que viven. Aunque sea difícil desmontar unas tradiciones tan arraigadas, en las que se les niega a las mujeres una existencia digna - sobre todo porque las tradiciones se mezclan con interpretaciones religiosas - es un propósito por el que vale la pena luchar.


P: ¿Cual es la situación actual de las mujeres de Arabia Saudí que persiguen aspiraciones creativas o artísticas?

R: Me impresiona la cantidad de mujeres jóvenes que he conocido en Arabia Saudí y ver que ahora están creciendo de una manera diferente a la mía. Con muchas más oportunidades. Quiero ofrecer una plataforma para esas voces que nunca se escuchan y ayudarlas a contar sus historias al mundo. Pero es difícil conseguir que las mujeres sean ellas mismas. Si se comportan de manera diferente a la norma aceptada, son consideradas “controvertidas” y eso ocurre en cualquier lugar del mundo y más aún en un lugar tan conservador y estricto como Arabia Saudí. Siempre se espera que las mujeres se comporten de una determinada manera y cuando se desvían un poco, suelen ser etiquetadas y estigmatizadas. Espero que mis películas les ayuden a arriesgarse y hablar de los temas que les resultan importantes.