Robin Wright, que se interpreta a sí misma, recibe una oferta de uno de los grandes estudios para comprarle su identidad cinematográfica. La escanearán digitalmente y podrán hacer uso de su imagen sin restricción alguna en cualquier tipo de película de Hollywood, incluso en las más comerciales que hasta ahora siempre ha rechazado. A cambio recibirá una importante suma de dinero y el estudio aceptará que su personaje digital se mantendrá eternamente joven en todas las películas. El contrato tiene una duración de 20 años. Robin regresa al finalizar el contrato y entra directamente en el mundo del cine fantástico del futuro.
Personajes
ROBIN WRIGHT: Una famosa actriz estadounidense que alcanzó el estrellato antes de los treinta años con papeles protagonistas en La princesa prometida y Forrest Gump. En The Congress se interpreta a sí misma de una forma casi documental. Debe sopesar la sorprendente oferta que le hacen los Estudios Miramount, interesados en comprar su identidad cinematográfica. Según el contrato, Miramount tendrá la propiedad exclusiva del personaje denominado "Robin Wright" y podrá recrearlo a perpetuidad en sus películas 3D generadas por ordenador. A cambio, Robin siempre tendrá treinta y pico años en todas las películas de Miramount, pero se le prohíbe actuar en cualquier otro escenario del mundo. El contrato tiene una validez de 20 años. Robin acaba firmando porque es actriz, y con la nueva tendencia de actores escaneados es su única forma de sobrevivir. Además, debe cuidar a su hijo Aaron, que sufre de un trastorno muy poco habitual, el síndrome de Usher, cuyos síntomas son pérdidas auditivas y de equilibrio que pueden desembocar en la ceguera y sordera totales durante la adolescencia. Veinte años después, Robin es una mujer anónima de unos sesenta años que se enfrenta a la persona cinematográfica creada por los ordenadores de Miramount y a la que el mundo idolatra. Pero Robin se enfrentará a otra prueba cuando Miramount pasa al método químico. Ya no será una imagen computerizada, sino una fórmula química que cualquiera podrá consumir. La Robin Wright de The Congress es una trágica figura animada: no solo se verá obligada a entregar su identidad, sino también a su hijo y a la única persona a la que realmente ha amado, para alcanzar la catarsis final.
AARON WRIGHT (Kodi Smit-McPhee): La película empieza presentando su curioso trastorno, el síndrome de Usher, cuyos síntomas son pérdidas auditivas y de equilibrio que pueden acabar en la ceguera y sordera totales. Aaron está convencido de que es el heredero de los Hermanos Wright y está obsesionado con fabricar enormes cometas. Sueña con el día en que un avión de pasajeros se empotrará en una de sus cometas porque cree que cuando esto ocurra, se curará. Su enfermedad obliga a su madre Robin a abandonar su profesión para cuidar de él. La familia se muda a un lugar tan lejano como surrealista en California, literalmente pegado a un gran aeropuerto. Aaron empeora a medida que transcurre la película. Su madre se queda con él hasta el inevitable final.
JEFF GREEN (Danny Huston): Presidente ejecutivo de los Estudios Miramount, es un hombre frío, cínico, malévolo y sumamente hábil en cualquier tema referente al dinero. Convence a Robin Wright para que firme el contrato, entregando su identidad y alma a la empresa. Jeff reaparece veinte años después en la realidad y en los sueños de Robin, intentando convencerla de que renueve el contrato con el estudio con el fin de convertirla en una fantasía que pueda ser consumida químicamente a cambio de un buen precio.
DYLAN TRULINER (Jon Hamm): El animador que inventa a Robin en los ordenadores de Miramount. Es el jefe del departamento Robin Wright. Durante veinte años se ha dedicado únicamente a manipular las imágenes computerizadas de Robin para crear las películas Triple R, una serie de ciencia-ficción protagonizada por Robin que ha generado auténticas fortunas para el estudio. Con el paso de los años, Dylan se ha enamorado del personaje que ha creado e intentará salvarle la vida en el caótico y alucinado mundo de Miramount Nagasaki. Dylan cumple su sueño (y el sueño de todos nosotros) cuando conoce al objeto de su fantasía y consigue que se enamore de él. Pero acabará pagando un precio muy alto por ese amor al unir su suerte al trágico destino de Robin.
AL (Harvey Keitel): El agente de Robin. Es un agente de la vieja escuela que ha estado al lado de Robin para lo malo y lo bueno durante veinticinco años. Además de agente, es su mejor amigo, el padre que nunca tuvo y el hombre que la ama en secreto desde siempre. Pero también será uno de los que la empujará a entrar en el mundo de la ilusión que se alza ante ella cuando que decide vender su imagen al estudio.