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  Plan en Las Vegas  (Last Vegas)
  Dirigida por Jon Turteltaub
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Producida por Laurence Mark, dirigida por Jon Turteltaub (La búsqueda, Mientras dormías) a partir de un guión de Dan Fogelman (Crazy, Stupid, Love). Los protagonistas de la comedia son los oscarizados Michael Douglas (Wall Street, Traffic), Robert De Niro (El lado bueno de las cosas, Los padres de ella), Morgan Freeman (El caballero oscuro: La leyenda renace, Ahora o nunca), Kevin Kline (Un pez llamado Wanda, Dave, presidente por un día) y Mary Steenburgen (Criadas y señoras, La proposición). Completan el reparto Jerry Ferrara (Think Like a Man, la serie "El séquito"), Romany Malco (la serie "Weeds", Virgen a los 40) y Roger Bart (la serie "Revenge", Political Animals). Los productores son Laurence Mark, p.g.a. (Julie y Julia, Dreamgirls) y Amy Baer, p.g.a. La producción ejecutiva corre a cargo de Nathan Kahane, Jeremiah Samuels y Lawrence Grey. Director de fotografía, David Hennings (Cómo acabar con tu jefe, En el filo de las olas); diseñador de producción, David J. Bomba (En la cuerda floja, El secreto de los McCann); montador, David Rennie, ACE (La búsqueda: El diario secreto, Trabajo basura); diseño de vestuario, Dayna Pink (Crazy, Stupid, Love, Cuando te encuentre); música, Mark Mothersbaugh (Los Tenenbaums, una familia de genios, Academia Rushmore).


¿Qué posibilidades había?
Morgan Freeman. Robert De Niro. Michael Douglas. Kevin Kline.

Por primera vez en sus legendarias carreras, estos oscarizados actores, con interpretaciones tan geniales como inolvidables, trabajan juntos en una comedia hilarante e inteligente que ofrece una desgarradora visión de la amistad.

"Si llegan a mandarme la guía telefónica, habría aceptado el papel", dice Morgan Freeman (que interpreta a Archie). "Esta película me ofrecía una bonita oportunidad para trabajar con mis iconos… tremendo. Es curioso pensar que nos hemos cruzado en numerosas ocasiones, pero que nunca habíamos trabajado juntos".

"Bueno, no es como trabajar con extraños", añade Robert De Niro (que da vida a Paddy). "Hay una especie de conexión entre nosotros, sabemos lo que han hecho los otros, y en cierto modo eso ayuda a la hora de trabajar juntos, aunque no sabría explicarlo claramente".

Michael Douglas (Billy en la película) habla de sus compañeros: "Cuando se juntan cuatro tíos de Flatbush (una zona de Brooklyn) y empiezan a improvisar, las cosas pueden ser divertidas. Cada uno tiene un estilo muy particular, me interesaba ver el resultado. Acabamos por conseguir una mezcla de estilos que se complementan a la perfección".

Kevin Kline (que encarna a Sam) no iba a desaprovechar una oportunidad semejante: "Me entusiasmó la idea de trabajar con actores a los que admiro desde hace años. Cuánto mejor sea el actor con el que trabajas, mejor actúas". También le apetecía participar en una historia en torno a la amistad. "Me gustó la forma en que el guión enfocaba la amistad; no solo mostraba las virtudes y los beneficios, sino también los requerimientos y el coste de la amistad. Se apoyan incondicionalmente, pero se machacan mutuamente si se pasan. Para eso hace falta valor".

"Me parece una historia divertida y conmovedora a la vez", comenta el productor Laurence Mark. "Dan Fogelman es un guionista extraordinario que tiene el don de hacer reír y emocionar. Cada uno de los personajes que ha creado realiza un recorrido a veces más emocional que cómico, y gran parte de la comedia se debe a que es un viaje real perfectamente creíble".

Dan Fogelman escribió PLAN EN LAS VEGAS hace unos seis años. "Siempre me han gustado las comedias de amigos, y se me ocurrió que un viaje de despedida de soltero podía servir para rejuvenecer a cuatro hombres maduros y convertirse en el elixir que les permite recuperar la chispa perdida. Fue la motivación. Empezó a cuajar cuando escribí una escena del principio de la película en la que Billy, Sam y Archie hablan por teléfono", recuerda el guionista. "Creo que algunas relaciones dentro de un grupo de amigos nunca cambian. De jóvenes, encontramos a nuestra ‘manada’ y nuestro lugar en la manada. Incluso años después, cuando ya tenemos hijos, si la manada se reúne, las costumbres, los comportamientos, los papeles vuelven a surgir. Me pareció una idea divertida explorar este tema, ver lo que pasa cuando unos hombres maduros se juntan de nuevo y empiezan a meterse en los papeles que tenían de jóvenes".

Antes de empezar a escribir el guión, Dan Fogelman se fue a Las Vegas a documentarse. "Había estado en muchas despedidas de soltero allí, pero nunca había ido solo. Deambulaba por los casinos, comía a las cinco de la tarde, apostaba… Un tipo raro que se paseaba bloc de notas en mano, apuntando todo lo que veía".

Viajó a Las Vegas poco tiempo después del fallecimiento de su madre: "Antes había estado un tiempo en Los Ángeles. Me sentía muy triste, estaba realmente deprimido", explica. "Una mañana pensé que más me valía empezar a escribir una película. Subí al coche y me fui a Las Vegas a ‘documentarme’. Lo juro, creo que en dos semanas solo perdí una vez al blackjack. Nunca había tenido una racha semejante, por lo que pensé: a) mi madre tiene algo que ver, o b) PLAN EN LAS VEGAS empieza con buen pie. Me fui de Las Vegas con unos 17.000 dólares de más en la cuenta y con un tratamiento de lo que acabaría siendo la película".

La productora Amy Baer dice que le apetecía hacer una película para personas nacidas durante el "baby boom" desde que trabajó en Cuando menos te lo esperas (2003), de Sony Pictures. "Me di cuenta de que estas películas pueden tener mucho éxito entre un público al que suele ignorarse".

"Entonces apareció Dan Fogelman con una historia de la que me enamoré", sigue diciendo. "No solo era graciosa, también contenía una realidad emocional con la que podía identificarse un público adulto. Trataba de cuatro hombres que se reunían e intentaban descubrir por qué habían sido siempre tan buenos amigos y qué significaban el uno para el otro".

El director Jon Turteltaub no tardó en unirse al proyecto. También está de acuerdo en que la historia de PLAN EN LAS VEGAS explora las emociones en una comedia para adultos.

"Se puede hacer una comedia que no hable de nada, y se puede hacer un drama que carezca de espíritu y que no contenga nada de comedia", dice. "Pero una buena comedia necesita drama, y un drama necesita comedia. Si esta película no hubiera reunido las dos cosas, me habría sentido muy decepcionado. Si los personajes no son reales, si sus problemas no son reales, si no sufren de verdad, los chistes no funcionan y todo se queda en lo superficial. Pero el guión ofrecía drama y comedia. Se necesita la comedia para llegar al drama".

Amy Baer está de acuerdo: "Si la película iba demasiado lejos en una dirección, pecaría de sentimental y se convertiría en una farsa, no tendría el realismo necesario para el público. Debía parecer real, con emociones auténticas, con problemas por los que pasó la generación nacida después de la II Guerra Mundial. Es una generación guerrera, siguen tirándose en paracaídas a los 85 años y casándose por tercera vez a los 70".

"Siempre me ha costado entender la idea de actuar de acuerdo con la edad que tenemos", dice el director. "Efectivamente, hay que crecer. Comportarse como un adolescente a una cierta edad es patético. Pero también hay cosas a las que nunca deberíamos renunciar, alegrías y comportamientos que no deberíamos olvidar nunca. La clave de la madurez es reconocer la diferencia; eso es lo más difícil".

La primera vez que conocemos a los personajes, Sam (Kevin Kline) está en Florida, sumergido en la prejubilación; Archie (Morgan Freeman) se está volviendo loco viviendo con su hijo sobreprotector en Nueva Jersey, y Paddy (Robert De Niro) no supera la pérdida de su esposa en su piso de Brooklyn. Una llamada inesperada de Billy (Michael Douglas), un exitoso abogado de Malibú, les saca del agujero al anunciarles que por fin va a casarse con su novia. Deciden reunirse en Las Vegas y celebrar la despedida de soltero.

Pero cuando los "Cuatro de Flatbush" llegan a Las Vegas, no tardan en comprender que no es la misma ciudad que conocieron siendo jóvenes.

"En una comedia puede llegar a ser difícil definir quién es el antagonista; a menudo, no hay antagonista", explica Jon Turtelbaub. "En este caso, el antagonista es Las Vegas. Los cuatro llegan esperando algo que ya no existe. Las Vegas ha cambiado mucho desde que estuvieron de jóvenes. Ahora es enorme, ruidosa, divertida. Se ha reconvertido en una ciudad para jóvenes. Los cuatro son como peces fuera del agua… en pleno desierto. Cuando un pez está del agua debe ser habilidoso e intrépido si quiere salir adelante. Ellos no han cambiado tanto, pero todo lo que les rodea ha cambiado".

"Lo mejor de la película surge de los cuatro amigos que recuerdan Las Vegas tal como era hace años y se quedan atónitos al descubrir lo mucho que ha cambiado", añade el productor Laurence Mark. "Acaban viendo que pueden adaptarse y se lanzan a conquistar la ciudad".

Michael Douglas está convencido de que los personajes son verosímiles para el público sin que importe su edad: "Mi personaje es Billy, un caballero encantador que no ha madurado. Es un abogado de éxito que se lo ha pasado bien toda la vida y nunca se ha casado. Pero algo le pasa por la cabeza durante el entierro de su socio. Se da cuenta de que es mortal y decide pedirle a su novia que se case con él. Una chica le rompió el corazón cuando los cuatro eran jóvenes y no ha superado su miedo al compromiso".

Si Billy es el que nunca ha crecido, Paddy es el que no quiere salir de su casa. Robert De Niro describe a Paddy como un jubilado que "está en medio de un bajón y no sale de su piso. Rehúsa salir. Es un poco gruñón. Pero sus amigos le engañan y le llevan a Las Vegas por Billy (con el que está cabreado)".

Archie no está dispuesto a permitir que Paddy se pierda una oportunidad que puede cambiarles la vida a todos, sobre todo a él.

"Archie, mi personaje, está jubilado, vive en Nueva Jersey con su hijo, su nuera y su nieta. Ha tenido un infarto, y su hijo quiere protegerle a toda costa, le impide hacer cualquier cosa por si acaso tiene otro. Le controla, como hacen todos los hijos cuando creen que ya pueden mandar a sus padres. Pero llega un momento en que se rebela y hace lo que cualquier otro padre con un poco de dignidad, se escapa a escondidas cuando se le presenta una aventura".

"Por primera vez en muchos años, Archie se siente liberado", explica Laurence Mark. "Disfruta de la recobrada libertad y decide que sacará partido de cada momento que pase en Las Vegas".

La suerte le acompaña y tiene una increíble buena racha jugando al blackjack. Con lo que gana, pueden hacerle a Billy el mejor regalo posible, en un intento de agradecerle la generosidad con que los ha agasajado durante años.

Pero hablemos de Sam.

Sam vive en Florida en un entorno diseñado especialmente para la tercera edad después de jubilarse anticipadamente para satisfacer a su esposa.

Según Kevin Kline, Sam descubre que está felizmente casado durante su experiencia en Las Vegas. "Se ha jubilado antes de lo que debía, se aburre, cree que necesita una inyección de vida, un rejuvenecimiento, quiere reavivar una vieja amistad".

"Aparentemente, su matrimonio ha perdido la chispa", añade el productor Laurence Mark. "Su mujer le autoriza a pasarlo bien, y él se da cuenta de lo mucho que significa su matrimonio y lo mucho que le importa la relación con su esposa".

Jon Turteltaub añade que no sólo los personajes masculinos son verosímiles. Aparece Diana, una cantante a la que los cuatro conocen cuando llegan a Las Vegas, interpretada por la oscarizada Mary Steenburgen (Oscar a la Mejor Actriz de Reparto en 1981 por su trabajo en Melvin y Howard).

"Diana es una persona honesta", comenta el realizador. "Dice su edad sin inmutarse, cuenta que lo pasa mal: ‘Estoy divorciada, estoy sola, me aburro, pero canto y me lo paso genial".

"Diana es una asesora tributaria de Atlanta que ha tenido un matrimonio desafortunado y acaba criando a su hija sola", dice la actriz, hablando de su personaje. "Pero su hija es mayor y se ha ido de casa. No sabe qué hacer con su vida y recuerda que de joven soñaba con ser cantante. Quizá no tenga una voz soberbia, pero es lo bastante buena como para trabajar en un bar de Las Vegas donde nadie la escuche y ella pueda cantar a placer".

"Es extraño lanzarse a hacer algo nuevo cuando ya se es mayor, pero también forma parte de mi manera de ser", añade Mary Steenburger. "Empecé muy tarde con la música (también es cantautora). Estoy convencida de que en la vida hay muchos actos, segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto. Basta con tener el valor de aceptarlos".

Diana se siente atraída por Paddy y por el contradictorio Billy. Cree que Paddy "es consciente de su soledad y que está a punto de decidir si quiere seguir viviendo o rendirse. Le gusta e intenta animarle". Y refiriéndose a Billy, la actriz añade: "Diana se da cuenta de que a) va a casarse con una chica de treinta años y que ella tiene poco que hacer, y b) que es un solterón empedernido y que, en realidad, no le apetece nada casarse. Pero a pesar de todo, también le gusta".

"Nunca nos planteamos que esta película solo podía ser interpretada por actores ganadores de un Oscar", comenta Laurence Mark, "pero da la casualidad de que acabamos con cinco intérpretes oscarizados en los papeles protagonistas".

"Si se tratara de una película divertida sin más, no haría falta un reparto semejante", explica Jon Turteltaub. "No habría buscado pesos pesados. Pero necesitaba la profundidad de interpretación que ofrecen estos actores. Pasan muchas cosas en la película; habla de amistad, de amor, de que nunca es tarde para empezar a vivir".

Laurence Mark añade que los actores encajan a la perfección con sus papeles: "Michael es perfecto para Billy. Elegante, vibrante, pero no le asusta ser vulnerable. Además, Michael es un buen productor, tiende a ser el líder del equipo, no viene mal que esté en el plató".

"Siempre pensamos en Robert De Niro para encarnar a Paddy. Es un cómico brillante con una increíble profundidad emocional, y Paddy debía ir a sitios muy oscuros", añade.

"Morgan hace suya la generosidad, la realidad y el carácter conmovedor de Archie", sigue diciendo. "Uno de los mejores momentos de la película es ver cómo se suelta el pelo en la pista de baile".

"Para el papel de Sam, necesitábamos a un actor capaz de aportar un cierto peso emocional, pero que también se sintiera cómodo en la comedia física", explica el productor. "Kevin Kline tiene todo eso y más. Es capaz de hacer reír en cualquier situación".

¿Y Diana? "Diana era el personaje más difícil porque es un personaje muy específico que debe hacer muchas cosas", dice Jon Turteltaub. "Su reacción ante los cuatro da pistas al público para saber quiénes son realmente esos hombres. Necesitábamos a una actriz convincente, persuasiva y directa. Mary Steenburgen es una mujer cariñosa, acogedora, que invita a la gente a hablar. Necesitábamos a una mujer fuerte, pero vulnerable a la vez, capaz de emocionar en un triángulo amoroso con dos hombres. Pero también debía saber cantar. Mucha gente dice que sabe cantar, pero no es verdad. Mary sí sabe cantar".

"No sólo sabe cantar", dice Laurence Mark, "tiene un contrato discográfico con Universal. Compone sus propias canciones, e incluimos una en la película". La actriz compuso, con Jeremy Spillman y Jared Crump, el tema de jazz "A Cup of Trouble", que canta en directo en la película.

En palabras de Mary Steenburgen, trabajar con Michael Douglas (Billy) era como "actuar con seda, es como la seda. Tiene un toque de la vieja escuela que me recuerda a Frank Sinatra, a Fred Astaire, a esos actores. No parece esforzarse y es totalmente creíble".

¿Y con Robert De Niro (Paddy)? "Bueno, mi primer día de trabajo consistió en beberme un café sentada en el banco de un parque y hablar con Bobby De Niro. Si alguien se fija mucho, notará que me temblaba la mano. Pero al mirarle a los ojos, descubrí algo inmediatamente, mete al otro actor en la escena porque él está totalmente dentro de su papel. Por eso es Robert De Niro. No se puede hacer otra cosa, solo queda dejar que la autenticidad de la escena te envuelva. Es genial".

Y acerca de Kevin Kline (Sam), dice: "Es como un personaje sacado de Dickens. Me encanta Kevin Kline. Ama profundamente su profesión". Y añade, acerca de Morgan Freeman (Archie): "Siempre está a punto de hacer una trastada. Es adorable. Basta con su presencia para que todo sea mejor. Nunca deja de cantar cuando no está rodando".

Hablando de sus compañeros de reparto y de ella misma, comenta: "A nuestra edad ya no nos preocupa cuál será nuestra siguiente película o todas las tonterías en las que pensábamos a los veinte, treinta, cuarenta años. Ahora nos damos cuenta de la suerte que tenemos, de lo bien que nos lo pasamos, de lo genial que es trabajar con un grupo como este. Por eso es totalmente fantástico".

El guionista Dan Fogelman no se imaginaba que un grupo tan talentoso encarnaría a los personajes que había creado: "Nos reunimos para leer el guión en voz alta en Las Vegas unos días antes de que empezara el rodaje. Recuerdo que entré en la sala y vi las tarjetas colocadas en la mesa, Michael Douglas, Robert De Niro, Morgan Freeman, Kevin Kline, Mary Steenburgen, Jon Turteltaub, los productores y yo. Me sentí muy raro y durante las siguientes tres horas estuve mareado".

"Debía haber una auténtica camaradería entre los actores para meterse en los papeles y comunicar la amistad que les une", explica Laurence Mark. "Bastaron dos horas en el plató para que se convirtieran en amigos de toda la vida".

El realizador estaba entusiasmado con el reparto, aunque reconoce que había un inconveniente: "El mayor reto fue superar la sensación de ser la persona menos imponente en el plató".


Los personajes de Las Vegas
Los actores de reparto ayudan a definir la naturaleza de los personajes principales.

Romany Malco (Virgen a los 40) es Lonnie, el encargado de los clientes VIP del hotel. Al no presentarse 50 Cents, "le encasquetan a cuatro jubilados recién aterrizados en Las Vegas que van a estropearle el fin de semana", explica el realizador. "Pero al cabo de los dos días, se da cuenta de que se lo ha pasado muy bien y ha ido a más fiestas que nunca. En la película es la voz alta y clara que va diciendo ‘Aquí no pintáis nada’. Los amigos se enfrentan en varias ocasiones a situaciones en las que no encajan, pero nadie se lo dice. Él sí, Lonnie no se corta. Es el único que los mira como a viejos".

También está acostumbrado a "cuidar del príncipe de Arabia Saudí, esperaba a 50 Cents", dice Romany Malco, "es un esnob". Pero cambiará durante el fin de semana porque los Cuatro de Flatbush "le abrirán los ojos y se dará cuenta de que un VIP no tiene por qué ser un famoso cantante pop. Puede ser una persona con suficiente integridad, que ha vivido unos cuantos años más que él y que está dispuesta a compartir lo que realmente significa la vida".

Lonnie y sus clientes tienen que aguantar a Dean (al que interpreta Jerry Ferrara). Dean es insoportable, "el típico universitario rico que nunca madurará convencido de que todas las mujeres se mueren por él aunque finjan ignorarle", explica Jon Turteltaub. "No es nada parecido a lo que hace en ‘El séquito’. Está brillante de universitario inmaduro. Me dijo que solo quería que Robert De Niro le diera un puñetazo para incluirlo en sus memorias".

Y eso mismo ocurre cuando se mete con los cuatro en un bar. "De Niro se acerca y me sacude. Es genial, exactamente como imaginaba. Lo digo en serio, no es broma. Lo considero un momento memorable de mi carrera", dice Jerry Ferrara.

Lonnie convence a Dean de que los cuatro trabajan para el hampa de la Costa Este, y pasa de ser un insoportable nuevo rico a recadero. A través de esta transformación, le ayudan a adquirir confianza en sí mismo y en convertirse en mejor persona.

"La mayor dificultad del papel era que Jerry debía ser el típico ‘caraculo’ de Las Vegas, el tío que se hace el importante en la mesa de juego", dice Jon Turtelbaub. "Pero si realmente era odioso no funcionaba porque había que quererle al final de la película. No se puede odiar de verdad a Jerry Ferrara. Es el típico tipo insoportable de Las Vegas, pero con un toque especial".

Dos de los personajes más excéntricos del fin de semana en Las Vegas son Maurice, un transformista al que da vida Roger Bart (Political Animals) y Red Foo, que entrega un paquete sorpresa a Paddy cuando los cuatro son jurado en un concurso de biquinis en el hotel.

Maurice, un hombre felizmente casado que trabaja imitando a Madonna, sorprende a Sam cuando le conoce en el bar del hotel. "Los dos se hacen amigos", dice Roger Bart.

Pero el rapero Red Foo, cuyo trabajo en la piscina del hotel no puede ser más explicíto, da la mayor sorpresa de la película. "Turteltaub es genial. Deja sitio para la improvisación, lo que es un plus para la película", dice.


Los Cuatro de Flatbush son cinco
"Jon Turteltaub es uno más, en muchos aspectos es el quinto miembro de los Cuatro de Flatbush", dice el productor Laurence Mark, riendo.

El director y el productor se conocieron cuando este último estaba en Disney y Jon Turteltaub dirigió Elegidos para el triunfo y Mientras dormías. El realizador se ha hecho famoso con películas de acción de presupuesto elevado, pero Laurence Mark puntualiza: "En cierto modo, esta película es más de Jon Turteltaub que sus trabajos más recientes. Fue divertido y gratificante pedirle que volviera a sus comienzos y ver cómo se desenvolvía".

La productora Amy Baer, que también conoce al director desde hace años, está totalmente de acuerdo. Le describe como "un hombre de cuarenta y pico a punto de cumplir setenta. Es un joven viejo. Es tierno, divertido, profundamente emocional y capaz de hacerte reír hasta llorar. Él es los cuatro amigos. Esta película habla de Jon como artista y como persona".

Jon Turteltaub reconoce que tiene la edad perfecta para el papel, si hubiera un quinto personaje: "Soy un judío viejo desde que tengo 24 años. Es cosa de familia. Crecí en el seno de una familia judía muy tradicional, a la antigua usanza, donde el humor formaba parte de la dieta diaria. Era otro mundo. Mel Brooks fue un viejo judío desde su más tierna edad, como Woody Allen, Rob Reiner o Billy Cristal. Me siento muy cómodo siendo así. Pero en Hollywood, lo normal es tener diez o quince años menos de los que realmente tienes. La vejez es el mayor temor de Hollywood. Y esta película ofrece la perspectiva opuesta, cuatro hombres que aceptan su edad, pero que tienen más energía y son más jóvenes que yo. El viejo sesentón que siempre les recordaba que debían aparentar más edad era yo".

"Sabía perfectamente cómo quería que fueran los personajes, pero es un director tranquilo, complaciente, muy bueno", dice Robert De Niro. "Piensa en voz alta y es agradable. Nos involucró en el proceso".

"Me encantaría poder decir algo malvado, humillante acerca de él, pero acepté el papel sobre todo por haber conocido a Jon Turteltaub", dice Kevin Kline, riendo. "Es un hombre inteligente, lleno de vida, divertido, amable. El rodaje fue muy positivo, nos reímos mucho. Invita los actores a colaborar, a que den ideas".

"Y es muy gracioso", añade. "Los actores intentaban ser graciosos, pero el director siempre lo era mucho más, lo que nos obligaba a elevar el listón".

Michael Douglas dice que la forma en que Jon Turteltaub se enfrenta a la presión ya es divertida de por sí: "Tiene una neurosis genial, ve el humor en cualquier situación".

"Por mucho que intentara enderezarle, no había forma, metía la pata constantemente", recuerda Morgan Freeman, que no puede contener la risa. "No, hablando en serio, Jon tiene un gran sentido del humor. Nunca había trabajado con un realizador como él. Siempre le estaré agradecido por este papel. Quiero mucho a Jon, es un gran director".

Dan Fogelman dice que la clave está en que Jon Turteltaub sabe instintivamente lo que necesita una comedia. "Jon está entre los pocos directores que saben cómo crear una situación hilarante. Es una persona auténtica. Ante todo es un cineasta, por eso en la película no solo hay humor, también toneladas de emociones. No se limitó a la comedia. Quería hacer una película sobre un tema real y creíble, y lo consiguió".


Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas… antes de pasar a Atlanta
"Uno de los retos de rodar una película en Las Vegas es encontrar otras formas de mostrar una ciudad que todos hemos visto demasiado a menudo", dice el productor Laurence Mark.

Una cosa estaba clara desde el principio, era esencial rodar los exteriores y parte de los interiores en la ciudad. El rodaje en Las Vegas duró dos semanas en decorados como el Stratosphere, el Museo de los Neones, delante del Mirage y del Bellagio (en la misma avenida Strip), en la calle Freemont, en el hotel Binion’s, en el aeropuerto internacional McCarran, y en el ARIA Resort & Casino.

El diseñador de producción David J. Bomba (El secreto de los McCann) tenía muy claro que era necesario ver Las Vegas de otra manera.

Laurence Mark escoge una escena en la que Michael Douglas y Mary Steenburgen pasean por un museo lleno de viejos neones como el ejemplo perfecto para superponer Las Vegas de antaño a la de hoy: "David tuvo una idea original y consiguió hacernos ver los famosos neones de la ciudad de un modo diferente".

También está la espeluznante atracción en la torre Stratosphere, desde donde hay una vista alucinante de Las Vegas, y donde se rodó una escena algo incómoda para Mary Steenburgen y Michael Douglas.

"Era el primer día de rodaje", recuerda el productor. "El fin de semana anterior, Mary y Michael habían subido a la torre, y todavía no se habían repuesto totalmente del susto, pero son muy valientes y no tuvieron problemas en hacerlo".

Bueno, más o menos.

"Lo pasé fatal", reconoce la actriz. "No diré que disfruté, que fui valiente o que no puse pegas. El viento soplaba a 50 kilómetros por hora. Michael y yo habíamos montado antes en la atracción para saber si íbamos a tener un infarto. A partir de ahí, intentamos convencer a Jon de que la escena no era necesaria. Michael es más valiente que yo, y soy bastante valiente, pero esto me superó. No me vanaglorio de mi comportamiento, intenté liderar la revolución".

¿Y Michael Douglas?

"Dolorosa, una mala experiencia", dice. "Lo explicaré. Subes a la atracción y no sabes muy bien qué va a pasar. Y claro, nos querían en los primeros dos asientos. Ahí estás, a unos 300 metros de altura, el viento sopla y ves más lejos de lo que realmente te apetece. De pronto, la atracción se eleva, sale disparada por encima del edificio y cae de golpe hasta abajo. Solo diré que consiguieron la toma a la primera y que nos alegramos mucho de que se acabara. Eso sí, regresé a casa como un héroe. Mi hijo sabe lo que son las atracciones del Stratosphere y no podía creerse que me hubiera subido a la peor".

El hotel ARIA se convirtió en la sede de la producción en Las Vegas. El hotel ARIA pertenece a MGM Resorts International y ambos se convirtieron en auténticos socios durante el rodaje.

El diseñador de producción David J. Bomba dice: "ARIA forma parte de City-Center, la parte más moderna y puntera de Las Vegas. Es un centro turístico que aporta elegancia y un toque moderno a la ciudad".

Se rodaron numerosas escenas exteriores en el ARIA, incluso en la piscina. Los interiores, entre los que se encuentran la Sky Suite para clientes VIP, la capilla y el club Haze, se filmaron en platós de Atlanta. Los miembros del equipo artístico trabajaron conjuntamente con personal del ARIA para asegurarse de que los decorados fueran exactos, y la dirección del centro turístico les dejó los planos del edificio, además de autorizarles a fotografiar los interiores y exteriores. Los artistas del espectáculo Zarkana del Cirque du Soleil aparecen en numerosas ocasiones en la película, y el crupier de la mesa del blackjack en una escena clave (donde entrega a Archie lo que ha ganado) es realmente un crupier del ARIA. Asimismo, el centro permitió que se copiaran los uniformes del personal para que todo fuese lo más auténtico posible.

"¿Cómo se recrea una ciudad tan específica como Las Vegas?", pregunta Jon Turteltaub. "Lo primero es rodar todos los exteriores in situ. Pero en cuanto a los interiores, una habitación de hotel no puede ser solo eso, debe ser La Habitación con mayúsculas, estamos en Las Vegas. Reconstruimos la habitación ideal, esa con la que cualquiera sueña y cree que está en Las Vegas. A mi entender, el mejor cumplido que se hizo al diseñador de producción acerca del extraordinario decorado de la suite fue cuando David, el montador, no acababa de entender cómo habíamos podido rodar en la auténtica suite del ARIA si ya estábamos en Atlanta. El montador no notó la diferencia. Si él no la notó, nadie lo hará".

Las suites Sky en el último piso del ARIA "son preciosas", dice David J. Bomba. "Una de las paredes del ático mide 15 metros de largo y está llena de ventanas. Creamos fondos nocturnos, parecidos a enormes vallas publicitarias, que colocamos delante de las ventanas del decorado de la suite. Son fotos de lo que realmente se ve desde las ventanas de las auténticas suites, y las iluminamos de forma que pareciera una vista real. Están tomadas desde el piso 40 y abarcan una parte enorme de Las Vegas, con las luces parpadeando en la ciudad. Es espectacular. El ARIA es un hotel maravilloso, muy elegante, y fue una auténtica hazaña recrear esta suite".

"David J. Bomba hizo un gran trabajo, no solo recreando la atmósfera y opulencia de Las Vegas, sino al reproducir las características del ARIA", añade Jon Turteltaub.

Atlanta también hizo las veces de Malibú, donde se encuentra la lujosa casa de Billy con vistas al mar. David J. Bomba aprovecha para decir que "encontramos la casa de la playa en el centro de la ciudad". Asimismo, la secuencia de flashback al principio de la película se rodó en Atlanta. "El decorado de la calle de Brooklyn fue todo un reto, ya que solo dispusimos de dos días para recrearlo usando la mitad de una manzana en Atlanta y convirtiéndola en una de Brooklyn de los años cincuenta", dice el diseñador de producción. El club Haze, el Deuce Lounge, el salón de Binion’s y la capilla del ARIA también se recrearon en platós de Atlanta. Finalmente, la secuencia en la que Kevin Kline llega a un aeropuerto de Florida se rodó en el Centro de Convenciones de Atlanta.

Era imperativo reproducir hasta el más mínimo detalle los decorados de Las Vegas y obtener cuatro ambientes muy diferenciados al principio de la película para cada personaje.

"Cuando arranca la historia, cada uno vive en un mundo muy suyo", explica el realizador. "Sam está rodeado de personas mayores que él y empieza a comportarse como si fuese mayor. Por eso está en una piscina en un centro para la tercera edad. La clave para Archie era crear un hogar muy agradable, pero que parece totalmente vacío cuando Archie se queda solo en casa. Para Paddy diseñamos la casa de Sophie, su mujer, pero ella ya no está; David llenó el piso con objetos femeninos y fotos que la recuerdan. Finalmente, en casa de Billy, la falta de objetos demuestra que vive únicamente en el presente".

El diseñador de producción recuerda que Morgan Freeman y Robert De Niro "se interesaron en saber cuál era su entorno y los objetos que les rodeaban. Son actores generosos, ninguno se limitó a echar una ojeada, todos querían colaborar".

"La parte que más me gusta de mi trabajo es la documentación y la recreación. Siempre espero que cuando todo esté acabado, obtenga alguna reacción por parte del público", añade. "Pero el decorado, el entorno nunca debe quitar la atención de la escena; debe apoyar a la historia, no hacerse con ella. Los decorados sirven de soporte a la historia que quiere contar el director, al mundo que desea plasmar. Jon es muy explícito, siempre nos deja un margen de seguridad en el que movernos, es fantástico trabajar con él".

"Conseguimos rodar la película que queríamos hacer", dice Jon Turteltaub. El director considera que el rodaje de PLAN EN LAS VEGAS fue una experiencia transformadora en varios aspectos.

"Al contar con recursos limitados, el director debe tener muy claro lo que quiere", explica. "Disfruté sobre todo con la velocidad a la que teníamos que trabajar. Disponíamos de poco tiempo y eso me obligó a concentrarme en lo realmente importante y no perder tiempo en cosas secundarias. Cuando se rueda una película de acción de presupuesto elevado, siempre hay al menos diez personas asegurándose de que el director hace lo que se espera de él para que queden satisfechas, se pierde mucho tiempo y se gasta mucho dinero para hacer felices a otros. Pero en una película como esta, solo hay que hacer una buena película".

Hablando de las interpretaciones, el director recuerda el trabajo en la sala de montaje: "No es lo mismo ver lo que se acaba de filmar en el plató que ver las mismas imágenes en la sala de montaje. Solo entonces se da uno cuenta de lo que significa trabajar con una estrella, solo entonces se descubre la fuerza, esa cosa indescriptible que les aporta una presencia única. Eso se descubre montando. Entonces se ven detalles, la chispa que no se nota cuando se rueda. Lo terrible es tener que sacrificar cosas maravillosas porque no ayudan al progreso de la historia".

El montador David Rennie (La búsqueda: El diario secreto) está acostumbrado a trabajar con Jon Turteltaub. Es su primera experiencia con el director como montador jefe, pero ha colaborado en muchas de sus anteriores películas.

"Conocí a David cuando rodé mi primera película hace 25 años, entonces era ayudante del montador", recuerda Jon Turteltaub. "No me costó darme cuenta de que era brillante, divertido y tenía talento. Somos amigos desde entonces, hemos trabajado juntos en numerosas ocasiones. Nos conocemos muy bien, y eso es bueno. Siempre digo que la gente es más amable con los extraños que con los amigos, y estoy muy próximo a David, ¡pobre diablo!"

David Rennie dice que después de tantos años "nos entendemos sin necesidad de hablarnos. Me esfuerzo en no tener ideas preconcebidas, las ideas deben ser suyas. Prefiero dejar el ego a la entrada de la sala de montaje. Solo importa la historia".

La película se rodó con cámara digital, lo que permite "encender la cámara y dejar a los actores seguir; por lo tanto, hay mucho más metraje que cuando se rueda en 35 mm. Por un lado, es genial porque disponemos de más material, pero por otro, es mucho más trabajo", dice el montador.

David Rennie recuerda que dispusieron de poco tiempo para rodar, "35 días de rodaje y 35 días de montaje. Jon rodaba entre seis y siete páginas de guión diariamente, es muy rápido".

Para ocuparse de la fotografía, Jon Turteltaub recurrió al director de fotografía David Hennings (Cómo acabar con tu jefe).

"Todo lo que sabía de David, todo lo que contaban de él, me empujaba a contratarle", dice el realizador. "Buscaba dos cosas en concreto, que el director de fotografía fuera rápido y simpático. Mucha gente no comprende que ser amable sirve socialmente y además ayuda a ganar tiempo. No nos sobraban minutos para discutir, pelearnos, quejarnos o sentirnos mal. Creo que filmamos con tanta rapidez porque David es un gran profesional, se lleva bien con todo el mundo y siempre está de buen humor".

En cuanto a las decisiones referentes a la iluminación, los movimientos de la cámara y la ambientación, Jon Turteltaub lo tenía muy claro: "Los actores ante todo. Las interpretaciones ante todo. Los personajes ante todo. El reparto debía ser la parte más importante de la filmación. En segundo lugar debíamos asegurarnos de mostrar lo enorme, brillante e intimidante que es Las Vegas".

Al igual que el diseño de producción, el vestuario ayuda a contar la historia.

El realizador, los productores y los actores elogian a la diseñadora de vestuario Dayna Pink por "su habilidad para encontrar ropa que apoya la historia", dice Jon Turteltaub. "O, como diría un actor ‘por darme indicaciones acerca de mi personaje’".

Tomemos a Kevin Kline como ejemplo. Cuando vio su vestuario por primera vez pensó "que era inspirador. Sam tiene un sentido muy especial del estilo".

Dayna Pink reconoce que crear la ropa para Kevin Kline fue un placer. "Me atrevería a decir que mi momento favorito en el probador fue cuando encontramos la gorra y las gafas perfectas para el personaje de Kevin. Habíamos probado otras cosas, pero cuando añadimos la gorra y las gafas, supimos inmediatamente que era él. Recuerdo que se miró al espejo y cuando se volvió hacia mí, era Sam. Creo que incluso grité de alegría".

"Puede que suene a palabrería esotérica", aclara el realizador, "pero el vestuario puede llegar a ser el mapa de la historia de un personaje. ¿Cuándo se compró esto? ¿Cuándo se lo puso por última vez? ¿Qué significa para él ponerse esto? ¿Tiene mucha ropa? Parecen tonterías, pero la autenticidad de un personaje depende en gran parte de estas cosas. A menudo, para una película se compra ropa nueva y se envejece para que parezca usada. ¿Cómo se consigue? ¿Qué diferencia hay entre ropa ajada y ropa sucia, ropa desgarrada y ropa desaliñada? Detalles como estos cuentan".

Dayna Pink está totalmente de acuerdo. El vestuario "depende del personaje, de quién era antes y de quién es ahora. Jon y yo intercambiamos muchos correos electrónicos y tuvimos varias conversaciones por Skype, pero creo que se fiaba de mí y se limitó a añadir toques maravillosos a lo que hacíamos".

Es la primera colaboración de la diseñadora con Jon Turteltaub, pero ya había trabajado con el guionista Dan Fogelman en Stupid, Crazy, Love. "Me encantan los guiones de Dan. Me gusta trabajar con vestuarios masculinos y, de hecho, tengo experiencia en moda masculina. Esta película cuenta con un guión de Dan Fogelman y con cuatro actores, pero qué cuatro actores. Estaba empeñada en ocuparme del vestuario. Y cuando conocí a Jon Turteltaub, nada podía interponerse entre la película y yo".

Dice que la experiencia fue "una especie de locura. Me arremangué desde el primer día porque sabía que podía pasar cualquier cosa con estos cuatro asombrosos hombres que han hecho de todo y se han puesto de todo. Fue un honor para mí ayudarles a construir sus personajes. Encontrar el vestuario idóneo requiere la colaboración del actor, y esta vez me lo pasé mejor que nunca. Los detalles ayudan a que los personajes sean reales, y me dejaron probar cosas diferentes hasta conseguir lo que buscábamos".

Según Jon Turteltaub, la alegría y energía de Dayna Pink son contagiosas. "La gente está siempre de buen humor con Dayna. Todos salen del probador con una sonrisa y cuando ella está en el plató, parecen felices".

Jon Turteltaub buscaba una forma de mostrar el contraste generacional y la encontró en la música. "Gran parte de la película transcurre en clubes, discotecas y fiestas. En Las Vegas de hoy significa mucho hip-hop y música electrónica, pero necesitábamos un contraste", explica el realizador. "Componer la banda sonora de esta película no fue nada sencillo. Había que encontrar un sonido, un estilo que acompañara a los cuatro sesentones. Eran adolescentes en la época del rock and roll. Es difícil mostrar la brecha generacional con el rock and roll, y preferimos inclinarnos por algo más blusero. Mark Mothersbaugh encontró una forma para identificar a cada personaje con un instrumento diferente. La guitarra era Michael Douglas; el clarinete, Robert De Niro, por ejemplo. Es muy sutil y funciona a la perfección".

Jon Turteltaub nunca había trabajado con el compositor Mark Mothersbaugh (Los Tenenbaums, una familia de genios). "Mark está muy puesto en música, y yo no lo estoy para nada", dice. "Nos lo pasamos muy bien juntos y enseguida congeniamos".

Para el compositor, PLAN EN LAS VEGAS fue "una genial oportunidad para componer una partitura con momentos muy emotivos dentro del estilo clásico de Las Vegas. Compuse una banda sonora dividida en dos categorías; la primera, orquestal, emotiva, muy humana, y la segunda, tipo combo jazzístico con órgano de finales de los sesenta, principios de los setenta, al estilo Green Onions y Ray Charles, que se convirtió en la música temática de los cuatro personajes, simbolizando su compañerismo y su anticuada idea de lo que era Las Vegas. Me deje influir por el estilo y el sonido de Las Vegas de hace unos cuantos años".

"Jon tenía una idea muy clara de lo que quería", añade, "y supo explicármelo de forma coherente e inteligente. El guión estaba muy bien escrito, las interpretaciones son magníficas, y aunque no lo parezca, eso facilita el trabajo del compositor".


Será legendario…
Diversión. Amistad. Amor. "Siempre habría que comportarse así… nunca habría que dejar pasar las alegrías". Jon Turteltaub espera que el público vuelva a casa sintiéndose así después de ver PLAN EN LAS VEGAS.

"Y acordándose de los buenos momentos", añade Michael Douglas. "Esta película recordará a los espectadores lo importante que es la amistad. Desde luego, hay mucha comedia, mucho humor en la película, pero creo que el público saldrá acordándose de los amigos que tuvieron y tienen".

¿Por qué es tan divertida? "Por los cinco actores y el director que la realizó", contesta sin dudar Morgan Freeman. "Es una historia acerca de cuatro amigos y una mujer de la que todos se enamoran un poco. Son amigos que se quieren, y se nota".

Robert De Niro vio la película terminada estando solo y lloró. "Pero cometí un grave error", dice. "La vi sin público, quiero volver a verla con público. Me lo pasé muy bien trabajando con mis compañeros".

En opinión de Kevin Kline "los personajes son reconocibles, no se limitan a ser creaciones cómicas. Hay momentos muy conmovedores que permiten al espectador identificarse con los personajes y lo que les ocurre".

¿Los Cuatro de Flatbush acaban conquistando Las Vegas?

"Las Vegas se rinde a sus pies", contesta Kevin Kline.