Richie (Justin Timberlake) es un graduado de la universidad de Princeton que cree que ha sido timado y viaja a Costa Rica para enfrentarse al magnate de los juegos online Ivan Block (Ben Affleck). Pero una vez allí, Richie se ve seducido por las promesas de inmensas riquezas de Block hasta que se da cuenta de la inquietante verdad de su benefactor. Cuando el FBI trata de coaccionar a Richie para que les ayude a arrestar a Block, Richie tiene que jugar la partida de su vida: ser más hábil que las dos fuerzas que se le vienen encima.
Richie persigue una nueva versión del sueño americano: riqueza fácil, instantánea e ilimitada. Solía estar en primera línea de Wall Street, donde ya perdió todo cuando se desplomaron los mercados. Ahora quiere empezar de nuevo, graduándose en la universidad. Después de ver cómo es timado por una página web de juegos que le hace perder todo el dinero de su matrícula de universidad, Richie vuela a Costa Rica para enfrentarse a la leyenda del juego que se encuentra detrás de todo: Ivan Block.
Block se queda impresionado por el desparpajo de Richie y le acoge bajo su ala y promete enseñarle cómo funciona todo. Poco después, Richie se enamora de la socia de Block, la sofisticada jefa de operaciones Rebecca Shafran (Gemma Arterton). De repente, se ve inmerso en un mundo que convierte todas sus fantasías en realidad. Pero no tarda en darse cuenta de que Block es buscado por asuntos como el crimen organizado, extorsión o sobornos y que el agente especial del FBI Shavers (Anthony Mackie) está obsesionado con llevar a Block y a sus socios ante la justicia. En este momento, Block decide echar el freno y dejar a Richie atrás como cabeza de turco.
Con Savers acechándole, Richie debe encontrar el modo de situarse un paso por delante de Block y Shavers o, de lo contrario, pasará una larga temporada entre rejas.
La industria de los juegos y apuestas en Internet genera miles de millones de dólares al año, con sedes en lugares exóticos del sur y el centro de América, el Caribe, Asia, Europa y Dubái. Allí donde estos centros de juegos en Internet han despuntado, les han seguido casinos físicos, que han generado una riqueza que, en algunos casos, ha llegado a empequeñecer a la mismísima meca del juego estadounidense: Las Vegas. Mientras que esta ciudad presenta unas ganancias anuales de 6 mil millones de dólares, las florecientes páginas de juegos de Internet y casinos de Macau una isla tropical a escasas horas de Hong Kong obtuvieron un beneficio conjunto de 44 millones de dólares en el año 2011. Pero las prácticas empresariales en estos exóticos locales son, como poco, turbias. Es el Lejano Oeste de nuevo pero, en lugar de pistolas, estos delincuentes administrativos utilizan complejos algoritmos.
A pesar del riesgo estadístico y delictivo el juego en Internet tiene muchos atractivos. En estos momentos de crisis económica, los jóvenes tienen menos oportunidades laborales que nunca, lo cual no ha hecho que el deseo de conseguir dinero rápido haya disminuido. Esta generación consumista desde la infancia es manejada para conseguir lo que quieran, cuando lo quieran, con un simple clic de ratón. Miran a los supuestos líderes del mundo empresarial, que han tomado atajos de moralidad sospechosa si no ilegal y se preguntan a sí mismos: Si ellos han podido, ¿por qué no yo?
En este marco se sitúa RUNNER RUNNER, que avisa de los peligros del dinero fácil y la ambición sin medida.