David Wozniak (Vince Vaughn) es un tipo sencillo, sin grandes aspiraciones. Trabaja como repartidor en la carnicería familiar y parece conformarse con vivir en un estado de mediocridad permanente. Tiene buen corazón y le cae bien a todo el mundo, pero peca de inmaduro y de descentrado, ha acumulado unas deudas enormes y necesita encontrarle sentido a la vida. Su existencia da un vuelco cuando descubre que es el padre biológico de 533 hijos, y que 142 han presentado una demanda para conocer su identidad. David decide hacer las cosas bien por una vez y responsabilizarse de sus acciones pasadas.
Movido por la curiosidad de conocer a parte de su prole, David se marca el objetivo de localizar a algunos de sus hijos y de velar por ellos. De forma inesperada se encuentra envuelto en la vida de estos chavales y, por primera vez, comprende lo gratificante de pensar en los demás antes que en uno mismo. David quiere que salgan adelante y, como si fuera un ángel de la guarda de incógnito, hace las veces de consejero, paño de lágrimas y amigo. Esas acciones desinteresadas le van abriendo los ojos a esos pequeños detalles que tan importantes son en la vida y que antes le pasaban desapercibidos. Por si eso fuera poco, la novia de David, Emma (Cobie Smulders), le cuenta que está embarazada, pero conociendo a David tiene muy pocas esperanzas de que se haga cargo de la situación. No obstante, tras los últimos acontecimientos, David ha madurado más de lo que se hubiera imaginado y ha encontrado, al fin, un objetivo vital. Esta vez no defraudará a nadie, y mucho menos a sus hijos.