Regreso al gran cine del culto al motor de las décadas de 1960 y 1970. Recuperando la eterna cultura estadounidense del motor y la carretera abierta, y evocando la libertad y la independencia asociadas a ambos, la película es una historia de honor, amistad y lealtad que narra el viaje, rebosante de testosterona, de un hombre que busca venganza y en última instancia redención.
Para Tobey Marshall (Aaron Paul), que lleva un taller de coches y participa en carreras callejeras ilegales con sus colegas los fines de semana, la vida no está mal. Pero todo su mundo se vuelve del revés cuando lo envían a la cárcel por un delito que no ha cometido. Allí, pasa los dos años siguientes pensando en una sola cosa: la venganza. Aunque eso implique replantearse los principios por los que se ha guiado siempre, está decidido a acabar con sus enemigos... al precio que sea.
Need for Speed, basada en la franquicia de videojuegos de carreras homónima, reproduce el ansia de libertad y la emoción del juego en un entorno de acción real y logra transmitir toda la intensidad y la autenticidad a la pantalla.
La película está protagonizada por Aaron Paul (ganador de dos premios Emmy® por "Breaking Bad"), Dominic Cooper (Capitán América: El primer vengador), Imogen Poots (Noche de miedo), Ramon Rodriguez (Transformers: La venganza de los caídos), Rami Malek (La saga Crepúsculo: Amanecer parte 2), Scott Mescudi (Noche de miedo), Dakota Johnson (Infiltrados en clase), Harrison Gilbertson (Accidents Happen) y Michael Keaton (Batman).
Producida por Patrick OBrien, John Gatins (candidato al Oscar® por El vuelo) y Mark Sourian (¡Menudo fenómeno!) y dirigida por Scott Waugh (Acto de valor). El guión es de George Gatins (Ni en sueños) y el argumento, de George Gatins y John Gatins, está basado en la serie de videojuegos homónima creada por Electronic Arts. Los productores ejecutivos son Stuart Besser (El tren de las 3:10), Scott Waugh, Max Leitman (Acto de valor), Frank Gibeau, Patrick Soderlund y Tim Moore (El Gran Torino), con el trabajo de Shane Hurlbut (Acto de valor) como director de fotografía, Jon Hutman (Rock of Ages: La era del rock) como diseñador de producción, Ellen Mirojnick (Monstruoso) como diseñadora de vestuario y Paul Rubell (candidato al Oscar® por Collateral y El dilema) y Scott Waugh como montadores.
Dar vida al juego
En 1994, EA Entertainment (una división de Electronic Arts) sacó a la venta The Need for Speed, un videojuego de carreras que convertía al jugador en un participante activo de una intensa y emocionante carrera callejera. El juego, muy aclamado por su autenticidad, se ganó a los fans con el atractivo de las exóticas carreras de coches y la oportunidad de experimentar el triunfo.
Fue el primero de una cadena de juegos cada vez más populares, que acabaron conformando la serie de carreras de más éxito en todo el mundo y una de las franquicias de videojuegos más vendidas de todos los tiempos: se ha traducido a 22 idiomas en 60 países y ha vendido más de 150 millones de unidades, lo que equivale a unos ingresos de más de 4.000 millones de dólares.
Cuando en EA Entertainment empezaron a plantearse por primera vez la posibilidad de llevar su emblemático juego a la gran pantalla, decidieron darle un enfoque proactivo y no esperar al guión perfecto. Hasta entonces les habían hecho varias propuestas, pero ninguna les había entusiasmado. Además, la mayoría de los videojuegos que se habían convertido en película no habían tenido éxito.
"Sabiendo el tipo de película queríamos hacer, nos pusimos a buscar expertos en la industria del cine que nos ayudaran a hacerla incluso mejor", explica el productor Patrick OBrien. "Esta marca es muy importante para nosotros, así como sus fans, y teníamos claro que o lo hacíamos bien (y con los socios adecuados) o mejor no lo hacíamos."
Se hacen películas por muchas razones distintas, pero Need for Speed surgió de la mejor razón posible: la pasión. El guionista John Gatins y su hermano y coguionista George tienen un taller en Van Nuys (California), donde restauran coches clásicos. Ambos son unos enamorados del mundo del motor desde su infancia, y cuando la compañía visitó su establecimiento para hablar sobre un posible guión, todos se entendieron al instante. En los hermanos Gatins, encontraron unas almas gemelas que hablaban su mismo idioma y que dominaban por igual el tema del motor como el de la cinematografía.
John Gatins declara: "Lo mejor del proceso de escritura del guión es que las repeticiones del videojuego no proporcionan mucho espacio narrativo, por lo que había margen para que George y yo llenáramos ese mundo con sus personajes".
Los hermanos Gatins acabaron creando un guión con una historia centrada en los personajes con un telón de fondo de gran cilindrada. EA Entertainment se asoció con DreamWorks cuando quedó claro que estaban interesados en hacer el mismo tipo de película, y juntos empezaron a centrarse en buscar un director que llevara el timón.
Todos estaban de acuerdo en que la clave para lograr una película de éxito radicaba en alguien que pudiera realzarla y contarla con un estilo único, visual, y un nombre que aparecía una y otra vez era el de Scott Waugh. Waugh acababa de dirigir Acto de valor, una de las películas de acción más realistas jamás rodadas sobre un pelotón de élite de los SEAL de la marina estadounidense, que ocuparon muchos de los papeles principales en la película.
Según el productor Mark Sourian, "Scott es un verdadero apasionado de los coches y, puesto que empezó como extra, sabíamos que podía aportar nervio y autenticidad a la película y transmitir el suspense que requerían las secuencias automovilísticas".
Waugh también quería rendir homenaje a las grandes películas de coches de los años 60 y 70, haciendo una película en la línea de Bullitt (1968), Contra el imperio de la droga (1971) y Punto límite: Cero (1971), en la que las secuencias con coches eran auténticas y se rodaron sin efectos visuales. O como Grand Prix (1966) y El diablo sobre ruedas (1971), unas historias bien tramadas con personajes con los que el público se identificaba. Waugh pensaba que hoy en día se está perdiendo el arte de rodar escenas reales con especialistas, que están siendo sustituidas por los efectos especiales de la tecnología informática.
El director explica: "Captar las escenas de acción con la cámara tiene dos niveles. En primer lugar, a las personas nos salta una alarma innata cuando algo no es real, independientemente de lo logrado que esté. Y, a nivel visceral, sabes cuándo un actor está en un entorno real".
"Queríamos honrar la visión de Scott con una historia que se percibiera como real, y que en la película pasaran cosas que pudieran suceder de verdad", explica John Gatins. "El espectador no estará pensando: Eso no lo puede hacer un coche."
Las caras detrás del volante
Para hacer una película sobre la fascinación estadounidense por la cultura del motor, era fundamental encontrar a un actor para el papel de Tobey Marshall que pudiera reflejar una época en la que todo era "molón" y auténtico... alguien como Steve McQueen. McQueen, estrella de películas como La gran evasión (1963) y La huida (1972), era la definición de molón personificada: atractivo, masculino, peligroso y adorable al mismo tiempo, rodaba él mismo las escenas peligrosas, y hoy día sigue siendo un icono cultural.
"Steve era una gran estrella de cine, pero también era piloto de carreras, y eso es algo que impregnaba su vida", dice Waugh. "Tenía un aire cool que no se puede definir, y nosotros queríamos encontrar a alguien que fuera la versión moderna de él."
Tobey Marshall es un buen tipo que lleva una vida sencilla. Está centrado, es una persona de fiar y muy leal... el tipo de persona que considera a sus colegas del taller como su familia. Para Tobey, correr es algo más que una vía de escape del estrés del trabajo y una ayuda para pagar la hipoteca del taller: es un arte.
Aaron Paul era un actor que los cineastas habían tenido en mente desde el principio, pero para el papel del antagonista, Dino Brewster. Paul, conocido por su fascinante interpretación de Jesse Pinkman en la aclamada serie de televisión "Breaking Bad", era una opción clara para interpretar a un villano como Dino. Aunque Waugh estaba convencido de que Paul tenía que ser Tobey, existía el riesgo de que al público le resultara extraño por su trabajo en "Breaking Bad". Entonces, el presidente de DreamWorks, Steven Spielberg, y su directora ejecutiva, Stacey Snider, vieron la audición de Paul grabada y resolvieron al instante que él tenía que interpretar a Tobey.
"Tobey tiene una buena imagen de la vida. Es un auténtico caballero", dice Aaron Paul. "Pero, después de Breaking Bad, puedo entender que no pensaran automáticamente en mí." Paul se unió al proyecto sin dudarlo, intrigado por lo que se comentaba de Steve McQueen pero entendiendo que se trataba de una referencia en cuanto al estilo de la película, y no a un modelo al que imitar.
"Scott quería hacer una película que recordara a las películas clásicas de coches, como Bullitt, con Steve McQueen: algo rudo y sincero, sin templarlo demasiado", dice Paul. "Como actor, esas ideas y aspiraciones me resultaban muy, muy emocionantes."
Desafiando el criterio más obvio, los cineastas eligieron a Paul para el papel de Tobey, y, para el papel de Dino Brewster, el archienemigo de Tobey en las carreras y en la vida, estaban decididos a romper con el estereotipo del malo y a crear a un personaje más tridimensional.
Waugh lo explica así: "En una película, resulta fácil identificar a un tipo malo que se mesa el bigote, pero yo quería que nuestro villano fuera más complejo, que tuviera que hacer frente a decisiones difíciles y algún que otro conflicto moral".
Dino Brewster y Tobey se conocen desde hace muchos años. Dino, antiguo piloto de NASCAR, es arrogante, viste de manera impecable y conduce coches caros. Además, está saliendo con la exnovia de Tobey y hermanita de Pete, Anita (Dakota Johnson), lo cual, unido al hecho de que Tobey siempre ha sido mejor piloto que él, lo ha vuelto celoso y resentido.
"Es un tipo atormentado, extremadamente competitivo y probablemente tan buen piloto como Tobey", dice Cooper. "Pero, a diferencia de él, Dino viene de un entorno privilegiado, ha tenido más suerte en la vida. Pero está obsesionado con el éxito y el dinero, y eso le lleva a un estado de locura."
Cooper añade: "Lo mejor es que Scott conoce a tipos como Dino de cuando él corría, así que confié en él en cuanto a lo lejos que podíamos llegar con este personaje".
Los chicos que trabajan con Tobey en Marshall Motors son como sus hermanos. Cuidan unos de otros, y comparten los mismos valores de integridad y deportividad, como hombres y como pilotos. Cuando se dan cuenta de que el taller de Tobey está en peligro, todos le ayudan a montar el Mustang de Dino y se unen al viaje hasta De Leon cuando Tobey los necesita, escapando de las autoridades y derrotando a nuevos adversarios por el camino.
Para los hombres de Tobey, los cineastas buscaban una mezcla de caras conocidas y nuevas, y esperaban que los actores que eligieran se hicieran amigos fuera de la pantalla, para que esa camaradería se reflejara de forma natural y creíble en el rodaje.
"No puedes obligar a la gente a que congenie, así que hemos tenido mucha suerte con estos chicos", explica Waugh. "Lo hacían todo juntos, y se convirtieron espontáneamente en el equipo de Marshall Motors, tal y como habíamos deseado."
Ramon Rodriguez fue elegido para interpretar a Joe Peck, el mecánico jefe de Tobey en Marshall Motors. Joe, el alma del grupo, es un manitas que instala motores y que se toma su trabajo muy en serio. Rami Malek interpreta a Finn, el único de los mecánicos de Marshall Motors con estudios universitarios, que es a la vez el más despreocupado del grupo y un as de la tecnología.
Scott Mescudi es Benny, un alegre y chistoso vendedor de coches en el taller y un piloto militar reservista los fines de semana. Mescudi ha aparecido en series de televisión como "Brooklyn Nine-Nine" y "One Tree Hill", y como en el mundo de la música ha trabajado con artistas como Kanye West, Jay-Z, Common, Mary J. Blige y Shakira, y ha vendido más de 5,2 millones de copias de sus singles digitales.
"Tuve de suerte de no conocerlo antes de la audición", dice Waugh. "Lo cogí porque era Scott Mescudi, un tipo divertido con mucho carisma." Y Mescudi lo prefiere así. Actuar sobre los escenarios como músico lo ha convertido en un mejor actor y le ha dado seguridad ante la cámara, aunque él diferencia muy bien ambas facetas.
El actor australiano Harrison Gilbertson fue elegido para el desafortunado personaje de Pete, el hermano menor de Anita, que considera a Tobey como un hermano mayor.
Imogen Poots da vida a Julia Maddon, una estirada inglesa que trabaja para un gran vendedor de coches y con un impresionante conocimiento del negocio. El papel fue bastante complicado de adjudicar, porque gran parte de la película se centra en el viaje de Tobey y Julia en el Mustang. Como no había muchos efectos en los que escudarse, los dos actores tenían que tener las suficientes tablas y química entre ellos como para mantener al público pendiente. Por suerte, Poots ya había trabajado antes con Aaron Paul, por lo que confiaban el uno en el otro y se sentían suficientemente cómodos como para desinibirse con sus acciones y emociones.
Respecto a Poots, Paul afirma: "Tiene mucho talento, y de pronto mezcla comentarios jocosos con otros muy profundos. Si alguna vez tienes la oportunidad de subirte a un coche con Imogen Poots, hazlo".
Cuando hubo que elegir a un actor para dar voz al semi-incorpóreo Monarch, los cineastas buscaban a alguien muy concreto. Necesitaban a un actor que pudiera ser el alma de una carrera callejera, parecido a las voces del Hombre Lobo de American Graffiti (1973) y de Super Soul en Punto límite: Cero (1971). Monarch, un antiguo corredor convertido en multimillonario y organizador de la carrera clandestina De Leon, se opone rotundamente a cualquier tipo de carrera oficial, y sólo se le puede ver a través de Internet y desde una ubicación desconocida. Él decide quién participa en De Leon y cuándo y dónde se celebra.
"Queríamos a alguien que pudiera transmitir la excentricidad de corredores de la vieja escuela como Richard Petty, Dale Earnhardt Jr. y Cale Yarborough... tipos tremendamente carismáticos pero muy extravagantes al mismo tiempo", dice Waugh. "Por suerte, Michael Keaton estuvo encantado de participar, y aportó al papel matices que nunca habría imaginado."
Sourian añade: "Este papel recuerda al de algunos personajes extravagantes que interpretó al principio de su carrera, pero que lleva tiempo sin interpretar. Tuvimos una enorme suerte de contar con él".
La necesidad de muscle cars y superdeportivos
Pero los requisitos de Need for Speed iban más allá de elegir a los actores principales. Los cineastas tenían que buscar y localizar coches que transmitieran la imagen, actitud y rendimiento necesarios en la pantalla.
Durante décadas, los coches han sido una parte fundamental de la cultura americana. Hay un fuerte vínculo entre los conductores y sus vehículos, y los coches suelen verse como una extensión de la propia persona, algo que la representa.
"Cuando eres adolescente, no te defines por cuándo puedes votar, sino por cuándo puedes conducir", explica Waugh.
Al final, se eligió una variedad de muscle cars clásicos de los 70 y de caros superdeportivos europeos. La película empieza en Mt. Kisco (Nueva York), un barrio obrero con personas muy trabajadoras y con una cultura que se ha inclinado siempre hacia los muscle cars, y donde muchos superdeportivos se conocen gracias a los videojuegos.
"Tanto si te gustan los muscle cars, como los superdeportivos o cualquier cosa entre medias, esta película hará las delicias de los fans de Need for Speed", afirma OBrien.
El Ford Mustang que Tobey y Julia conducen de camino a De Leon fue elegido como el coche del héroe de la película. Este auto creado en 1964, símbolo de libertad, romance en Estados Unidos, hizo nacer el movimiento de los muscle cars americanos y acabó por convertirse en un icono en el mundo entero.
Cuando en Ford Motors oyeron hablar de la película y del peso del Mustang en la historia, estuvieron encantados de colaborar. La empresa trabajó con el equipo de producción para diseñar un Mustang especial para la película inspirado en el Shelby GT500 de 2013. Caroll Shelby, un legendario piloto americano convertido en diseñador de coches que creó el Mustang de alto rendimiento para Ford en 1965, estaba trabajando en una edición especial para el 50 aniversario del coche cuando falleció en 2012.
A Ford Motors le interesaba mucho el concepto, y colaboró con los cineastas en el diseño de un coche que esperaban que fuese parecido al que Shelby tenía en mente. Ambas partes querían respetar la visión que Shelby podría haber tenido pero sin que pareciera demasiado futurista, y respetaron dos de los elementos más emblemáticos de su diseño, las rayas azules y el cromado.
En palabras de Waugh: "El que quería un Mustang, siempre quería el Shelby, porque era un coche alucinante".
La carrocería fue adaptada por el famoso diseñador de la Ford Melvin Betancourt, y montada por Techno Sports en Detroit. Algunos de los cambios que se hicieron en el Mustang de Need for Speed fueron: un cuerpo más ancho, unas llantas de aleación de 20 pulgadas (para facilitar las escenas de acción a los especialistas) y un motor V8 capaz de ir a 300 kilómetros por hora. El salpicadero se adaptó para poder colocar un iPad que Tobey usaría para comunicarse con su equipo y para vigilar a Monarch, y los futuristas retrovisores laterales se convirtieron en cámaras.
Al final se construyeron siete Mustang diferentes, cada uno pensado para protagonizar escenas específicas, desde las más estéticas a las de acción, pasando por un modelo que podía ser levantado y quedar suspendido en el aire por un helicóptero.
Además del Mustang, otros muscle cars americanos emblemáticos que aparecen en la película son el Ford Gran Torino del 69, el Chevy Camaro del 68 y el Pontiac GTO del 66.
Son elementos clave de la película, tanto en la decisiva la carrera entre Tobey, Dino y Pete como el clímax en la carrera De Leon son los superdeportivos europeos. Entre ellos se encuentran el Koenigsegg Agera R, un Lamborghini Sesto Elemento, un GTA Spano, un Bugatti Veyron y un McLaren P-1, modelos que aparecen en los videojuegos, así como un Saleen S-7.
Para el rodaje también hicieron falta varios coches de cada modelo, cada uno para un propósito específico, y cada uno de ellos adaptado para poder instalar plataformas con cámaras. Pero debido a sus desorbitados precios (más de 1 millón de dólares por coche) y al hecho de que no se podían poner en situaciones en las que pudieran resultar dañados, hubo que construirlos.
"En el mundo hay muy pocos superdeportivos, y casan mal con las cámaras", explica Waugh. "No puedes ponerte a taladrar el lateral de un coche de 2,5 millones de dólares... son obras de arte, eso es algo que a la gente se le olvida. Por eso hay que reproducirlos, para poder destrozarlos en un momento dado y que el original siga intacto."
Por suerte, a los fabricantes les entusiasmó la idea de participar en el proyecto y compartieron especificaciones de CAD confidenciales con Reel Industries, de Los Ángeles, que creó 15 chasis y cubiertas de fibra de vidrio para cada marca y modelo, y que luego pudieran reemplazarse.
El Koenigsegg, el Bugatti y el McLaren tenían una distancia entre ruedas de 105 pulgadas, el Lamborghini de 101 pulgadas, y el Spano de 100; para el Koenigsegg, un biplaza con un motor central de alto rendimiento que podía alcanzar una velocidad de más de 400 km/h, hicieron falta 10 coches.
También se utilizaron en el rodaje principal tres coches equipados con cámaras para rodar algunas escenas especiales que el guión requería, concretamente un Mercedes Benz con un brazo telescópico de 7,32 metros, un Porsche Cayenne empleado para remolcar o empujar los coches figurantes y un Mustang un supermotor Saleen.
El compañero del Mustang de Tobey en la película, La Bestia, está pilotado por Joe Peck (Rodriquez) y Finn (Malek) en el viaje de costa a costa. La Bestia, junto con el helicóptero pilotado por Benny (Mescudi), son los ojos y los oídos de Tobey conforme corre hacia la línea de salida de la carrera De Leon. El coordinador de vehículos figurantes Steve Mann y su equipo lo construyeron a partir de una camioneta Ford F-450, que elevaron 18 centímetros y a la que añadieron unas ruedas gigantes de 37 pulgadas, una caja utilitaria y unos parachoques delanteros y traseros nuevos.
Mann y su equipo de mecánicos tuvieron que restaurar varios vehículos antes y durante el rodaje en espacios de tiempo muy cortos cuando éstos resultaban dañados. Lo mismo estaban arreglando el Gran Torino de Tobey de arriba a abajo como desguazando un GTO destrozado y colocándolo en otro chasis.
"Es increíble lo que estos tíos pueden hacer", dice Mann, "son unos grandes mecánicos que se alimentan de adrenalina y que se crecen con la presión".
También se usaron durante el rodaje unas réplicas de los coches de carreras diseñadas para que los actores se sentaran al volante e interpretaran sus diálogos mientras un especialista conducía desde fuera. El asiento y los controles del conductor especialista se alojaban en una cabina montada fuera de la carrocería del coche que situaba al especialista por detrás y por encima del actor. Estas cabinas de control estaban conducidas por famosos pilotos de precisión, como Tanner Foust, el conductor de más éxito en la historia de los X Games, que tiene el récord por el salto más largo en coche, y Rhys Millen, campeón de Fórmula Drift y dos veces récord de velocidad. A ellos se les unieron pilotos profesionales de alto rendimiento como Rich Rutherford, Tony Brakohiapa, Brent Fletcher y Paul Dallenbach. Los seis pilotos condujeron también los superdeportivos en la De Leon.
Según Foust, que pilota coches para Ford y Rock Star y que presenta el programa de televisión "Top Gear USA", "esas cabinas dan miedo, porque tienes un coche muy rápido con una cabina montada encima, así que es como atarte al portaesquíes de un coche deportivo y conducirlo desde esa posición".
Y prosigue: "Llevar el volante tiene su miga también, sobre todo cuando estás pegado puerta con puerta con un montón de coches más a 160 kilómetros por hora y vas acompañado de un actor dentro del coche. Hay mucha presión."
Pero los actores también pasaron miedo, aunque a otro nivel, ya que iban en unos coches que alcanzaban grandes velocidades pero con alguien sentado detrás de ellos conduciendo.
Cooper explica: "Al principio estaba aterrorizado, sobre todo cuando eres alguien a quien le gusta conducir, como a mí. En la primera vuelta iba pisando el pedal de freno por puro instinto, esperando que funcionara, pero no servía de nada. De todas formas, sabes que el que controla el coche es mil veces mejor conductor que tú, así que al final te sueltas y confías".
Dos linajes de especialistas
Más allá del deseo de contar una historia de personajes inmersos en la cultura del motor, Waugh quería que todas las escenas de coches se llevaran a cabo en la práctica. Antes, en la mayoría de las películas las escenas peligrosas con coches se rodaban de verdad, pero actualmente la mayoría se hacen con croma en un estudio, con los actores montados en los coches. Pero en esta película. no. Al igual que con Acto de valor, en la que Waugh recurrió a auténticos SEAL de la marina estadounidense, en vez de contratar a actores que los interpretaran, quería que Need for Speed fuera lo más convincente posible.
"Salimos a la carretera y viajamos a gran velocidad colgados del lateral del coche para rodar", explica el director. "Quería que el público sintiera realmente lo que es conducir a 370 kilómetros por hora."
El resultado es una perspectiva única que no se suele ver en el cine, en la que el espectador se convierte prácticamente en Tobey (lo que también recuerda al videojuego), lo que significa que se sometió a los coches a escenas peligrosas para que el riesgo que corren los personajes fuera más creíble. En palabras de Waugh: "Mi filosofía ha sido siempre que no se puede desafiar a la física, porque si lo haces la historia se ve perjudicada, puesto que los personajes tampoco están sometidos a la física".
Sourian añade: "La mayoría de los directores no tienen la habilidad o la experiencia para enseñar a los actores a conducir rápido, a menos que sea en un estudio de grabación con un croma de fondo. Sin embargo, Scott ha conseguido algo muy realista, usando especialistas en los coches, y, de manera inteligente y segura, a los actores en esos mismos coches, lo que se traduce en una sensación de velocidad de alto octanaje en la pantalla".
Por suerte para la película, Waugh también es un especialista veterano con más de 150 películas a sus espaldas, en las que ha exhibido diversos talentos, y viene de una familia de especialistas. Su padre, Fred Waugh, era un reputado doble y uno de los primeros que abogaron por poner al espectador en la piel de los especialistas. También inventó el casco con cámara de 35 mm incorporada, y una innovadora cámara de mano llamada "Pogo Cam". Scott creció rodeado de dobles famosos, como Hal Needham (Los caraduras), ganador de dos premios Oscar y conocido como el rey de los especialistas de la era moderna de Hollywood, así como el mejor amigo de su padre. Fred Waugh falleció a finales de 2012, y Scott ha dedicado la película en su memoria.
Need for Speed cuenta con algunos de los mejores pilotos de precisión y especialistas, como el coordinador de dobles Lance Gilbert (Titanic), que también viene de una de las familias de especialistas más reconocidas de Estados Unidos. Lance es un especialista de tercera generación de una tradición que se remonta a su abuelo, Joe Yrigoyen (Ben Hur) y que continuó con su padre, Mickey Gilbert ("The Fall Guy"), seguida por él y su hermano, Troy Gilbert (El llanero solitario). La comunidad de especialistas está muy unida, de manera que la familia de Waugh y la de Gilbert se conocen desde hace años. Fred y Mickey eran amigos íntimos, así como lo son Scott y Lance, que a veces conseguían que el estudio de rodaje pareciera una reunión familiar. Además de Lance, Mickey y Troy también trabajaron en la película como coordinadores de dobles.
Según Waugh: "Somos como hermanos. Nos peleamos, discutimos, nos abrazamos y nos queremos. Hablamos el mismo idioma, y nos pasamos mucho tiempo preguntándonos: ¿Y si
?, lo que siempre nos lleva a reflexiones muy interesantes".
Lance Gilbert añade: "Mi padre era más vaquero, y el de Scott más circense, y compartían conocimientos entre ellos y con todos nosotros. A medida que nos hicimos mayores, fuimos desafiándonos a nosotros mismos a cruzar nuevos límites, y creo que eso fue lo que nos llevó hasta esta película".
Se les pidiera lo que se les pidiera, el reparto estaba dispuesto a intentarlo casi todo. Aaron Paul explica: "Cuando conocí a Lance y me enteré de que pertenecía a la tercera generación de una familia de especialistas y de que iba a ser el coordinador de dobles de la película, supe que estábamos en buenas manos. Para esta gente no se trata sólo de un trabajo... es un viaje en el que estamos todos juntos, y confío en todos ellos".
La preparación del rodaje fue uno de los aspectos más complicados, ya que los cineastas tenían que probar y preparar todos los coches, a los especialistas y a los conductores especialistas, así como enseñar a los actores que iban a conducir. Evidentemente, el trabajo de los especialistas es muy peligroso si no se realiza bien, pero se siguieron normas estrictas durante toda la fotografía, de modo que cada escena peligrosa fue rodada con la mayor seguridad y precaución posibles.
Lance Gilbert añade: "La película va sobre la conducción a gran velocidad, por lo que nos esforzamos en preparar los vehículos al principio para asegurarnos de que estuvieran listos para los conductores profesionales, ya que ellos son los reyes en lo suyo".
Imogen Poots nunca había conducido en su vida, así que antes de que ella o ningún otro actor comenzaran el rodaje, se les impartieron clases para introducirlos en la conducción extrema. En el circuito de Willow Springs, en el desierto de California, aprendieron los entresijos de las carreras de coches, como por ejemplo cómo girar y derrapar en las curvas, dar giros de 180° marcha atrás, conducir con precisión milimétrica (para no golpear la cámara mientras se rodaba), hacer derrapes muy complicados con las ruedas traseras y algunos trucos más.
Aaron Paul explica: "Scott quería que aprendiéramos prácticamente todas las maniobras, pero también que se vieran chulas al hacerlas".
Al final, valió la pena. En un momento del rodaje, el guión exige que Paul vaya disparado hacia una cámara en un Koenigsegg, accione el freno de mano, haga un giro de 180 grados y se detenga a sólo unos centímetros de la cámara. "Lo conseguí", explica el actor, "y me sentí como si fuera Lance Gilbert o Scott Waugh. Me sentía como parte de esa familia".
Lance Gilbert añade: "Se trata de una comunicación entre el piloto y el vehículo, y de dejar que el coche trabaje, sabiendo que eres tú quien se lo ordena. Y Aaron sin duda siente esa comunicación, la comprende".
En una de las escenas peligrosas durante la carrera De Leon, un superdeportivo, el Saleen S7, golpea la parte trasera de un vehículo todoterreno de la policía y lo vuelca. El efecto se creó instalando un interruptor en los bajos del todoterreno que, al accionarse, disparaba un cañón que causaba el vuelco. En otra escena, el Mustang tenía que dar un salto muy grande en el centro de Detroit.
Waugh lo describe así: "No quería lanzar un coche 25 metros por el aire y que recorriera la longitud de un campo de fútbol, porque no es creíble. En la vida real, el coche quedaría tan dañado que no podría continuar corriendo después de caer, como requería el guión".
Este truco, conocido como "el saltamontes", se ejecutó en Detroit montando una rampa a un lado de una calle de tres carriles muy transitada, con la zona de caída en un pequeño parque que había al otro lado. Como el truco tenía que hacerse de verdad, hacía falta que un especialista, Troy Gilbert, diera realmente el salto. El salto de Troy fue en cierto modo un homenaje a un truco parecido que realizaron Mickey Gilbert y Fred Waugh 35 años antes en la película Our Winning Season (1978). En la película, el dúo de especialistas saltó con un coche que atravesó la pantalla de un autocine, y en Need for Speed Troy mejoró el salto volando casi 50 metros por el aire y aterrizando sin accidentes.
Entrenar a los actores para conducir La Bestia, que Joe Peck y Finn conducen en el viaje de costa a costa hasta la De Leon, también entrañó dificultades. La Bestia es una camioneta más alta, ancha y larga que la mayoría, por lo que los actores dedicaron una cantidad considerable de tiempo detrás del volante para acostumbrarse a ella. En un momento de la película, Finn tiene que salir por la ventanilla a 100 kilómetros por hora, aunque en todo momento estuvo sujeto por un arnés.
La escena de persecución más importante de la película es el último tramo de la De Leon en Lighthouse Road, en Mendocino (California), para la que la logística no fue nada fácil. Permisos para cortar las calles, calzadas desiguales y sin pavimentar, focas en la playa y aves migratorias fueron sólo algunos de los obstáculos a los que tuvo que enfrentarse el rodaje. La conducción corrió a cargo de Foust, que doblaba a Paul en un Koenigsegg equipado con una cabina de control, y de Millen, que hacía de Cooper en un Lamborghini Sesto Elemento, mientras que Rutherford, Brakohiapa, Fletcher y Dallenbach conducían los demás vehículos.
"Para un piloto especialista no hay nada mejor que hacer las cosas de verdad", explica Foust, "porque cuando al fin lo ves en la pantalla te sientes muy orgulloso".
Además de la enorme cantidad de trabajo que los especialistas tuvieron que hacer en tierra, también había muchas escenas en el aire: Benny (Mescudi) vuela varios vehículos aéreos a lo largo de la película, entre ellos un helicóptero biplaza Cessna, un Apache y un Sikorsky. El coordinador aéreo Craig Hosking (Noé) hizo de Benny, pero Mescudi se preparó y finalmente consiguió pilotar él mismo en algunos momentos.
Aunque la sola idea asustaría a la mayoría de la gente, Mescudi lo vio como un reto y quiso que resultara lo más realista posible. Aunque Hosking realizó los despegues y los aterrizajes, las tomas del aire de Benny pilotando fueron todas realizadas por el propio Mescudi.
"Cuando me enteré de que tenía que pilotar un Cessna, sentí pánico", recuerda el actor. "Pero confío en Scott, y él me hizo sentir muy a gusto. Nunca antes me había subido a un helicóptero, y aunque tardé un poco en acostumbrarme, fue muy divertido."
En una escena, Benny roba un helicóptero de los servicios de noticias y lo conduce a ras de la calle por el centro de Detroit, seguido por Tobey y Julia en el Mustang. Para que los espectadores pudieran ver claramente que era Benny quien pilotaba, Waugh se ató una cámara al cuerpo y voló de pie sobre los patines del helicóptero para filmar desde el otro lado del parabrisas.
Waugh se ríe diciendo: "Me gusta retarme a mí mismo a que las cosas se hagan de verdad, porque creo que, si no es así, el público lo nota".
Mescudi añade: "Fue muy intenso, pero creo que realzó mi interpretación".
Captar la acción en pantalla
Los cineastas tenían un objetivo principal a la hora de rodar la película: colocar al espectador dentro de un coche, como si estuviera en el asiento de al lado. En el set, aquello se acabó conociendo como "el estilo Steve McQueen", en referencia a las escenas de sus películas en las que un coche aparcaba justo en frente de la cámara para que vieras que era Steve McQueen el que iba al volante. Ese era el tono visual que los creadores de la película querían recrear en Need for Speed.
Waugh necesitaba un director de fotografía que estuviera dispuesto a arriesgarse y probar cosas nuevas, y, habiendo trabajado con Shane Hurlbut en Acto de valor, sabía que era el hombre adecuado. Juntos, se pusieron manos a la obra para encontrar las mejores cámaras para rodar escenas complicadas de persecuciones y carreras, y acabaron probando nueve de ellas. Otro aspecto que había que tener en cuenta era la portabilidad de las cámaras, y la complicada instalación en los coches del equipo técnico para que pudieran seguir la marcha de los vehículos figurantes.
"Es muy complicado rodar en un coche", explica Waugh. "Estás muy constreñido. Por esto, tuvimos que asegurarnos de que todos los ángulos de la cámara convencieran al espectador de que los actores estaban conduciendo de verdad."
Normalmente, la primera unidad rueda cualquier escena con diálogo y actores, y la segunda unidad rueda las escenas de acción, pero en Need for Speed ambas unidades rodaron simultáneamente. Waugh confiesa: "Me costó mucho delegar, porque me gusta hacerlo todo yo mismo".
"Por mi estilo como director, quería hacer ambas cosas", prosigue. "Así que los actores tuvieron que acostumbrarse a verme rodando una colisión brutal o una escena peligrosa en mitad de sus diálogos. Normalmente, no andarían por los alrededores, pero creo que estar en mitad del caos contribuyó a su interpretación."
"Fue muy liberador", dice Hurlbut, "porque pudimos colocar las cámaras justo donde Scott y yo las queríamos".
Al principio del rodaje, se decidió rodar en el formato digital, que ha revolucionado algunos aspectos del cine de acción proporcionando más opciones para la colocación de las cámaras. El resultado final es un metraje increíblemente visceral desde ángulos nunca antes conseguidos desde un vehículo.
Se seleccionaron más de 40 cámaras diferentes para usar en la fotografía principal, entre ellas la Canon C500, la ARRI ALEXA, la Novo, la GoPro, la Canon 1D C en casco y varias steadycams, cámaras de mano y cámaras en el salpicadero. No obstante, la C500 fue la que se utilizó durante casi todo el rodaje, incluidas las escenas nocturnas dentro de los coches y todo el rodaje en estudio, ya que proporcionaba a los creadores el tipo de imagen que buscaban.
Lance Gilbert explica: "Según el tipo de grabación que buscáramos, la mejor estabilización o la mejor vibración, usábamos varias plataformas distintas, desde cámaras en mano hasta cámaras montadas en elásticos para el interior de los coches, pasando por grúas con soportes rígidos o superdeportivos con barras deslizantes". También alternaban el uso de diversas plataformas pequeñas con cámara.
Los coches equipados con cámaras podían filmar un vehículo, pero no a los actores que dialogaban dentro. Para ello, se colocaron plataformas en los coches para que los operadores pudieran grabarles mientras conducían, y todos los vehículos tenían receptores soldados al chasis, para poder instalar cámaras en cualquier sitio.
Hurlbut añade: "La cámara en los coches era muy importante en esta película, porque realmente sitúa al público en el asiento del conductor y lo mete de lleno en las persecuciones a gran velocidad, las carreras y los accidentes".
El trazado de la gran carrera
El rodaje de Need for Speed comenzó en abril de 2013 en el condado de Mendocino (California), y mientras los cineastas estaban ocupados planeando la logísticas de las escenas de acción y probando las cámaras, también se estaban preparando para la gran cantidad de trabajo de localización que requería la película. Desgraciadamente, aquello fue una carrera contra el reloj, las tormentas, la niebla y los coches que se averiaban.
El rodaje acabó desplazándose de punta a punta del país, empezando en la costa oeste, en el norte de California. Lo primero en rodarse fueron las trepidantes escenas finales de la De Leon, donde se filmaron los seis superdeportivos especialmente diseñados corriendo a velocidades de casi 200 kilómetros por hora en autopistas al norte de Point Arena (California).
La escena final era en el faro de Point Arena, y ambos escenarios permitieron un uso perfecto de las pintorescas carreteras con mucho viento. "Aquellas carreteras son una pista de carreras insuperable", dice Waugh.
El rodaje se trasladó posteriormente a San Francisco y a otras localizaciones, como Embarcadero y Nob Hill. Curiosamente, una de las películas de coches más grandes de todos los tiempos, Bullitt, se rodó también en Nob Hill.
Luego siguieron dos meses en el estado de Georgia: el centro de Macon sirvió para recrear Mt. Kisco (Nueva York) y la secuencia de la carrera inicial. Otras escenas de Mt. Kisco se rodaron en Stone Mountain, donde el rodaje transformó en Marshall Motors un taller ya existente. En Fairburn se rodaron las escenas de la carrera entre Tobey, Dino y Pete en los tres Koenigsegg, concretamente en 13th St. Bridge, junto al río Chattahoochee.
Los dos últimos días de fotografía principal en Georgia se realizaron en Blue Ridge, cuyo autocine sirvió para recrear el autocine de Mt. Kisco. Allí se congregaron 100 coleccionistas de coches de los estados vecinos con sus clásicos americanos, que sirvieron para la película.
"Para la escena del autocine de Mt. Kisco, quería un aire similar a los Estados Unidos de los años 50 y 60, cuando los autocines estaban de moda y todo el mundo iba con su coche para lucirlo", dice Waugh.
Detroit fue la siguiente parada, y allí se rodaron las escenas de persecución ambientadas en la misma ciudad, como la de Tobey y Julia en el Mustang, Joe Peck y Finn en La Bestia y Benny en el helicóptero. Samuel Hubinette, piloto especialista y 9 veces campeón del Formula Drift, dobló a Paul, corriendo por las instalaciones de CompuServe y por las calles del centro.
Waugh reconoce que atravesar Detroit no es la forma más rápida de viajar de costa a costa (en realidad sería Chicago), pero le pareció que el Mustang tenía que aparecer en Detroit en algún momento.
"Detroit es la ciudad donde nacieron la cultura del motor y el Mustang, y quería rendirle un homenaje", explica. "Además, desde el punto de vista de la fotografía es un lugar increíble."
Los fines de semana, cuando el centro de la ciudad estaba prácticamente muerto, el rodaje aprovechaba las calles vacías para rodar con el piloto de helicópteros Hosking sobrevolando Brush Avenue a pocos metros para simular a Benny siguiendo al Mustang. Para conseguir los planos más emocionantes en esta escena, Waugh se ató a los patines del helicóptero para manejar la cámara.
Conforme el rodaje se acercaba al final, el equipo se trasladó a las útlimas localizaciones, en Utah. En Fossil Point, sobre el río Colorado, los riscos que pasaron a la posteridad gracias a Thelma y Louise se usaron para la escena en la que el helicóptero Sikorsky del ejército estadounidense recoge al Mustang y lo eleva por encima de los riscos. La segunda mitad de la escena, cuando el Mustang se posa, se rodó en las salinas de Bonneville Salt Flats, el último día, una localización muy adecuada para acabar el rodaje principal.
"Las salinas de Bonneville Salt Flats, al igual que Detroit, son emblemáticas de la cultura del motor, ya que representan la velocidad en estado puro", dice Waugh. "Aquí se celebran cinco carreras importantes de coches, camiones y motos, y la mayoría de los récords de velocidad por tierra se han batido en este lugar."
Otras escenas se rodaron en Moab (Utah), donde Tobey y Julia escapan del Hummer enviado por Dino y donde se produce el posterior accidente del vehículo. Para esa escena, se usó una grúa para elevar el coche por el aire y que pareciera como que había chocado contra las escarpadas paredes de roca que flanquean la autopista.
Con Need for Speed, el gran objetivo de Waugh era que el público sintiera que había entrado en un mundo al que nunca podría pertenecer y aun así convertirse en parte de él: "Estos chicos se embarcan en un viaje épico, y esperamos que todo el mundo salga del cine agotado y empapado en sudor", dice Waugh.