La organización vecinal a la que pertenece Juan decidió pagar a un matón profesional, Marco, para echar al "camello", que amenaza con llenar de yonkies las calles del barrio. Juan, en plena crisis sentimental, se ha presentado voluntario. Lo hizo para demostrar su valentía y por los inconfesables motivos por los que acaba de romper con su novia. Cuando llegan a la casa del "camello", desde la calle ven que en el piso hay ambiente de fiesta. "Habrá mucha gente. Es mejor esperar y no correr riesgos", deciden los dos.