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  Cuento de invierno  (Winter's tale)
  Dirigida por Akiva Goldsman
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La película está protagonizada también por los oscarizados Jennifer Connelly ("Una mente maravillosa"), William Hurt ("El beso de la mujer araña") y Eva Marie Saint ("La ley del silencio") y presenta algunos nuevos rostros como los de Ripley Sobo y Mckayla Twiggs (del espectáculo de Broadway "Once").

Goldsman ha escrito también el guión, basado en la aclamada novela de Mark Helprin, y ha producido el film junto a Marc Platt ("Drive"), Michael Tadross ("Sherlock Holmes") y Tony Allard (de "The Baby Dance" para Showtime). Sus productores ejecutivos son Kerry Foster y Bruce Berman.

El equipo técnico se completa con el director de fotografía cinco veces nominado a los Óscar® Caleb Deschanel ("La pasión de Cristo", "El patriota"), la diseñadora de producción Naomi Shohan ("Constantine", "Soy leyenda"), el diseñador de vestuario Michael Kaplan ("Misión imposible: Protocolo fantasma", "Star Trek") y los montadores Wayne Wahrman ("Soy leyenda") y el nominado a los Óscar® Tim Squyres ("La vida de Pi", "Tigre y dragón"). La música ha sido compuesta por el oscarizado Hans Zimmer ("El rey león", "Origen", "El hombre de acero") y Rupert Gregson-Williams ("Niños grandes 2").

Entre el amor y el destino, entre la luz y la oscuridad, pueden ocurrir milagros.

Cuando el niño Peter Lake navega hacia la ciudad de Nueva York en 1895, no tiene ni idea de la larga y complicada vida que le aguarda, o de las otras vidas con las que entrará en contacto de forma extraordinaria. Y es que, en su interior, Peter alberga un milagro para un alma muy especial, una vida muy importante que solo él puede marcar si logra vivir lo suficiente para encontrarla.

"La historia combina un entorno basado en la realidad con lo inexplicable que hay detrás del mundo que podemos ver", afirma el guionista, productor y debutante en las labores de director Akiva Goldsman. "Posee una narrativa emotiva muy directa, aunque dentro de un mundo realista en el que existe la magia y las personas pueden vivir siglos".

Para Goldsman, la novela de Mark Helprin en la que está basada la película planteaba un reto al que no pudo resistirse. "Cuando leí Cuento de invierno por primera vez en los años 80 del siglo pasado, me enamoré de ella", recuerda. "Es duro dejar marchar las cosas que amas, especialmente si disparan tu imaginación tanto como me ocurrió a mí". Goldsman nunca lo olvidó y, de hecho, pasó años pensando en cómo podría llevarla a la gran pantalla. "El libro de Mark es grande, tiene casi 800 páginas, y ningún guión puede conservar esa característica, por lo que lo trabajé, seleccionando lo que más me atraía, hasta que pasó a formar parte del tejido de mi vida narrativa".

"Akiva es uno de nuestros guionistas más aclamados", afirma el productor Marc Platt. "Debido a su pasión por la historia, y al desarrollo de su propia vida, trabajó incansablemente para adaptar la historia y hacerla suya, conservando todas las cualidades maravillosas inherentes y únicas de la novela de Mark".

"Se trata de una secuencia de acontecimientos muy compleja", observa Goldsman, "y, cuando estaba trabajando en ello, sufrí una pérdida imprevista. Cuando por fin volví a ponerme a escribir, 'Cuento de invierno' pasó de ser algo que amaba a lo más amado para mí. Tenía que terminarlo".

Una vez completado el guión, Goldsman supo que era el proyecto perfecto para su debut como director y que no podía dejarlo en manos de ninguna otra persona. "Representaba tanto para mí, me había sentido tan apegado a esos personajes durante tanto tiempo, y comprendía sus sentimientos tan bien, que sabía que tenía que ser yo quien dirigiera la película también".

En el núcleo de "Cuento de invierno" subyace una historia que abarca un siglo. "Tiene que ver con el enamoramiento, y con el amor perdido, y supone una locura romántica", afirma Goldsman. "El héroe, Peter Lake, es un tipo apuesto que vive más de 100 años porque ama mucho a una mujer, Beverly Penn. Un amor así de fuerte es algo que creo que todos imaginamos para nosotros mismos y, cuando voy al cine, espero que me hagan sentir de manera más potente, más extrema que en la vida real".

Colin Farrell, que es el actor que encarna a Peter, comenta: "Si me preguntaran qué es lo que hace que una historia de amor sea buena, creo que es que el uno se pierda en el otro, y que ambos se encuentren a ellos mismos siempre como si fuera la primera vez, identificando los mejores aspectos de uno en la presencia del otro. Eso es lo que ocurre cuando Peter conoce a Beverly. Es algo inmediato. Sus sentimientos mutuos trascienden las limitaciones del tiempo".

El personaje de Peter Lake tiene algo de antihéroe; cuando lo vemos por primera vez en 1916, es un curtido y hábil ladrón, y esa es su forma de vida cuando conoce a Beverly. Trata de robar en la mansión de su padre en Central Park y cree que no hay nadie en la casa, pero se topa de bruces con esa hermosa visión blanca, con el cabello de un pelirrojo furibundo y esa naturaleza desafiante suya, y eso es una sorpresa demasiado fuerte para él, al parecer.

Beverly es interpretada por Jessica Brown Findlay, quien se enamoró del guión desde la primera lectura. "Cuando leí el guión, sencillamente no me podía creer una historia como esa, la forma en que estaba contada con una sensibilidad tan mágica o que yo pudiera llegar a formar parte de algo tan hermoso".

Desafortunadamente, cuando Peter encuentra a Beverly ella ya está consumida por la enfermedad, y no vivirá mucho tiempo. Pero eso no es lo único que podría separar a los dos amantes. Pearly Soames, el que fuera mentor de Peter en el arte del robo y un malvado con mayúsculas, ha hecho algo personal de su persecución incansable de Peter para hacerle pagar por lo que él considera una traición.

Entusiasmado ante la posibilidad de volver a trabajar con Goldsman tras sus colaboraciones en "Una mente maravillosa" y "Cinderella Man. El hombre que no se dejó tumbar", Russell Crowe aceptó el papel de villano.

Crowe lo explica así: "No es frecuente establecer una relación tan orgánica como la que creo que mantenemos Akiva y yo. Tanto si estamos haciendo una película juntos como si nos dedicamos a escribir algo alalimón, vemos cómo emergen los mismos patrones, así que se trata de una de las mejores colaboraciones creativas de mi vida. Este es un guión muy bien escrito con unos personajes muy bien planteados y con todo lo necesario para lograr que una historia cobre vida, así que me sentí afortunado de participar en un proyecto realmente hermoso con uno de mis amigos".

Además de Farrell, Brown y Crowe, el reparto estelar del film se completa con Jennifer Connelly, William Hurt y Eva Marie Saint. En palabras del productor Michael Tadross: "Todo el mundo ama a Akiva; todos querían trabajar con él. Su guión era uno de los mejores que hubiera leído nunca, y tenía una visión muy clara al respecto; su entusiasmo era evidente, así que fue un placer para todos nosotros".

Para ponerse detrás de la cámara por primera vez, Goldsman se rodeó de un equipo compuesto por algunos de los mejores profesionales de la industria del cine, entre los que se incluyen el director de fotografía Caleb Deschanel y la diseñadora de producción Naomi Shohan, y rodó el guión en su hogar, la ciudad de Nueva York.

Debido al largo período de tiempo en el que transcurre la cinta y los elementos fantásticos que exigía la historia, el equipo se vio enfrentado al reto de recrear el skyline de Nueva York y sus alrededores en tres épocas diferentes: 1895, 1916 y 2014. Por suerte, la producción se rodó en su totalidad en la ciudad y sus zonas aledañas, lo que les permitió encontrar las localizaciones perfectas, y contaban además con la gran inspiración del director, que llevaba muchos años cautivado por el libro.

"Me gustan mucho los cuentos de hadas para adultos", confiesa Goldsman. "He tratado de contar la historia de mi propia esperanza en que todo pasa por algún motivo, que llegará el día en que podamos comprender que pérdidas que experimentamos han supuesto una ganancia en algún otro lugar. Sencillamente me encantan el tipo de historias que te hacen sentir que todo está bien… que te hacen comprender por qué las estrellas están ahí, en el cielo".


BEVERLY - ¿Qué es lo mejor que has robado nunca?

PETER - Empiezo a pensar que no lo he robado todavía.


Cuando es un joven de las calles de Nueva York, Peter Lake es acogido por Pearly Soames, quien le enseña a convertirse en ladrón y logra hacerlo bastante efectivo en esas lides. Pero cuando lo vemos en 1916, Peter, que ya es un hombre, se ha dado cuenta de lo brutal y desalmado que es su mentor, y quiere abandonar la ciudad y escapar de las garras todopoderosas de este. Sin embargo, incluso los mejores planes se ven en ocasiones frustrados por las circunstancias.

"Peter ha renunciado a la idea de ser el tipo de ladrón que era de la mano de Pearly: brutal e interesado", señala Goldsman. "Quiere seguir robando. Creo que, sencillamente, de forma extraña, tiene más que ver con Robin Hood que con Al Capone. Y aunque desea un futuro diferente, no estoy seguro de que se imaginara nunca el que encuentra cuando conoce a Beverly".

Acerca de su papel de Peter, Farrell comenta: "El amor que experimentan juntos Peter y Beverly es algo totalmente imprevisto. Sencillamente, él quiere robar en la que cree que es una casa vacía, no encontrar un amor que llama la atención de las fuerzas celestiales del universo que conspiran para mantenerle vivo durante 100 años".

Su amor es tan fuerte que, de hecho, tal y como explica Farrell, "agita las sombras de la luz y la oscuridad que manipulan la existencia de todos los seres vivos del planeta. Resulta realmente vertiginoso, y se convierte en una cuestión de vida o muerte".

Platt añade: "Peter Lake es una persona que cayó en unas manos poderosas y se crió en una banda callejera, pero la bondad innata que hay en él le ha hecho apartarse de ella. Ahora, inesperadamente, y quizás por primera vez, encuentra el amor verdadero con una bella mujer que parece inalcanzable. Tanto si es una cuestión de azar o del destino, estas dos personas se conocen y su amor surge de manera instantánea".

Peter nunca se había planteado cuál podría ser su finalidad en esta vida, ni la suya ni la de ninguna otra persona. "Peter siempre ha luchado contra las circunstancias", admite Farrell. "Ha luchado contra el sistema social y la ley, y contra él mismo. Pero gracias a lo que Beverly despierta en él y a la fuerza del amor que experimentan ambos, descubre por fin que tiene una finalidad extraordinaria en la vida".

"Colin, en el papel de Peter, es una de esas elecciones perfectas al completar un elenco", comenta Goldsman. "Tiene el corazón tan abierto que puedes sentirlo. Está muy presente y conecta a la perfección, pero sin perder tampoco el misterio. Es guapo y tiene una presencia imponente al mismo tiempo, y está claro que ha sabido aportar esas cualidades a su personaje".

Farrell cree que Peter, sencillamente, "se ve sobrepasado por la esencia de la vida que rodea a Beverly. Su personaje es realmente radiante. Y la interpretación de Jessica recrea esa vida radiante en una combinación perfecta de actuación y aspectos materiales".

Goldsman reconoce que la química entre los dos protagonistas fue clave. "En el libro, existe una diferencia de edad bastante importante entre Peter y Beverly. Pero cuando ves a Colin y Jessica juntos en la pantalla, no ocurre, porque aunque ella es más joven, él está fuera del tiempo. Eso es lo bueno de Colin, es joven y es viejo al mismo tiempo. Tiene ese efecto; te atrapa, hace que quieras acercarte a él, escucharle. Y ese es un don maravilloso".

Pronto, Peter y Beverly no tardan demasiado en darse cuenta de que tienen algo en común: ninguno de los dos tenía mucho que perder hasta entonces. Goldsman lo confirma: "Beverly lleva muriéndose desde que era una niña, y Peter nunca había amado antes. De pronto, se encuentran, y el drama está servido".

"Beverly es el primer acto perfecto de una vida", continúa. "Es joven y atractiva, brillante, enternecedora. Es pura, está fuera del mundo, tanto que es como si alguien la hubiera mantenido en una torre, aunque, en este caso, se trata de una casa en Manhattan".

Jessica Brown Findlay, que interpreta a Beverly Penn, añade: "Antes de conocer a Peter, la enfermedad de Beverly la había obligado a aceptar que muchas de las cosas que les pasan a los demás, nunca le ocurrirán a ella. Tiene muy clara su vida y ve las cosas de forma sencilla, porque nunca ha tenido un motivo para pensar a largo plazo. Pero, cuando lo conoce, y todo lo demás desaparece, no importa nada que no sea esa increíble conexión humana que han establecido".

La actriz admira la capacidad de su personaje para ver a Peter tal y como es desde prácticamente el primer momento. "Beverly puede darse cuenta muy rápidamente de que Peter no es una mala persona, incluso aunque haga cosas malas. Además, ¿qué podría hacerle a ella? Ya se está muriendo. Al no tener miedo a la muerte, supongo, las cosas no le dan miedo como probablemente deberían. Se muestra lo suficientemente abierta como para ser amable y no pedirle que se marche y, muy pronto, su relación florece, y esos sentimientos comienzan a aflorar. Supongo que no tiene tiempo que perder".

"Jessie tiene algo inspirador", afirma Goldsman. "Tiene gracia y es adorable, y esa es una combinación muy poco habitual. Puedes adivinarlo en ella como persona, pero, cuando le pones una cámara delante, esa cámara la transforma como si estuviera flotando en el aire ante tus ojos. Es muy especial. Tiene algo único".

Peter y Beverly se enamoran en un mundo muy en blanco y negro, donde lo bueno es bueno y lo malo es malo. Y nadie es más malo que Pearly Soames. "Pearly es esa presencia con la que te topas para ver cómo eres capaz de enfrentarte al lado oscuro", explica Goldsman. "No es el demonio, sencillamente trabaja para él. Destruye cualquier esperanza y cualquier milagro. Si algo puede salir mal, si existe alguna vulnerabilidad o la posibilidad de sucumbir a la tentación, Pearly estará allí".

Debido a su propia percepción de fealdad –tiene una cicatriz en su rostro que solamente anuncia el horror que esconde bajo ella– Pearly codicia, y roba, cualquier cosa hermosa, incluida la luz. Es temido incluso por sus propios hombres, que no se dan cuenta de lo que es en realidad, pero que lo conocen lo suficiente como para no preguntar.

Russell Crowe, mirando las cosas desde la perspectiva de su personaje, comenta: "Tal y como lo ve Pearly, salvó a este chico de la que probablemente hubiera podido ser una vida dramática. Lo ha formado, le ha enseñado una buena profesión –la de ladrón– que podría permitirle ganarse la vida y Peter ha decidido que ya no le necesita más, que puede arreglárselas solo. Puesto que Pearly ha dedicado tanto tiempo a desarrollar las habilidades y el talento de Peter, no está contento. Su respuesta no es tratar de hablar con él para resolver sus diferencias, él lo ve como un 'o conmigo o contra mí', y por eso debe morir".

"Escribí el papel de Pearly para Russell", añade Goldsman. "Habíamos trabajado juntos muchas veces y conocíamos el ritmo del otro. Es uno de los grandes actores de nuestro tiempo. Es capaz de transformarse. Posee una extraña combinación de estrella de cine y actor de personajes, en el más amplio sentido de estos términos".

"Pearly Soames es un personaje increíble", confiesa Crowe. "No paraba de pensar, '¿Cómo de atroz puedo hacer este momento?' Interpretarlo me dio licencia para divertirme. Y Akiva me ha rodeado de unos actores cuyo trabajo me encanta y cuya compañía aprecio mucho también".

Farrell disfrutó de trabajar codo con codo con Crowe desde el primer momento. "Me ha encantado trabajar con Russell. Es enormemente profesional y muy libre durante las tomas. Para cuando empieza a rodar, ya tiene todo el trabajo hecho, y cuando le insufla vida y movimiento, te das cuenta de que tiene decidido cómo va a hacer las cosas hasta el más mínimo detalle".

"Me lo he pasado muy bien trabajando con Colin", afirma Crowe. "Tiene una gran concentración; se toma muy en serio recrear todos los aspectos de su personaje, y trabajó muy duro los aspectos físicos, como el montar a caballo. Siempre resulta impresionante ver a alguien tan comprometido con su trabajo. Y, en el día a día, es una persona muy fácil".

Goldsman quedó impresionado con la forma en que sus dos protagonistas masculinos interpretaron la primera secuencia. "Incluso antes de empezar a rodar, durante los ensayos, pensé 'estos dos están hechos de otra pasta, yo ya estaría en el hospital'", recuerda divertido. "Pero son como bailarines y la lucha es como un baile para ellos; se aprenden los pasos y los ejecutan como si se los supieran de toda la vida. Imponía bastante lo que estos dos hombres eran capaces de hacer ya en las primeras tomas".

Su guerra transciende el tiempo ya que Pearly persigue a Peter en el nuevo siglo, donde conoce a una madre soltera Virginia Gamely. Jennifer Connelly, otra veterana de los trabajos de Goldsman, es quien le da vida.

"Acepté sobre todo por Akiva", explica. "Somos buenos amigos desde hace una década, y le había escuchado hablar de este proyecto durante años. Es una película muy importante para él, así que, cuando todo estuvo por fin listo y me dijo que quería que formara parte de ella, me sentí muy honrada".

Connelly recuerda sus primeros días de rodaje. "Se trata de un proyecto muy ambicioso, pero lo había imaginado todo tanto que exhibía una claridad extraordinaria durante el rodaje".

"Virginia es el personaje que más se parece a todos nosotros; es lo que mantiene a la película anclada en el mundo real", señala Goldsman. "Jenny no es solo una de las mujeres más hermosas y con más talento del mundo, también es una madre increíble, y ha aportado eso a la película. La ha dotado de una presencia veraz y maternal que era absolutamente necesaria".

Junto a Connelly, en el papel de su hija Abby, encontramos una cara nueva, la de Ripley Sobo, y otra joven actriz que también hace su debut en el cine en esta película es Mckayla Twiggs, quien da vida a la hermana pequeña de Beverly, Willa. Según Goldsman: "Mckayla tiene algo especial… la forma en que te mira, tiene una sabiduría casi fuera de lo común para una niña de su edad. Y Ripley es estupenda, no podría ser más dulce ni más buena, y se ha esforzado mucho. Las dos han sido todo un hallazgo".

Para interpretar a Isaac Penn, el padre de Beverly y Willa, Goldsman recurrió al veterano William Hurt. "William tiene muchos matices, es my complejo, preciso y profundo al mismo tiempo", declara. "No es un papel muy grande, y sin embargo, le aportó muchas cosas. Actúa como un verdadero sostén, y nos ha encantado trabajar con él".

Otros grandes talentos que el equipo de esta película se siente afortunado de haber reunido para algunos papeles menores aunque de vital importancia son Eva Marie Saint, Graham Greene y Matt Bomer.

Platt achaca la suerte de haber atraído a un reparto estelar como éste al guionista y director del film. "Hemos podido conseguir trabajar con estos actores con un talento increíble por dos motivos; uno, por supuesto, por los personajes evocadores que ya estaban presentes en la novela y que Akiva incluyó en su guión. El segundo motivo es porque, conociendo su corpus de trabajo como guionista y como director, querían aprovechar la oportunidad de compartir con él su debut en la dirección".


PEARLY - El tuyo es el tipo de amor que hace que el mundo sea cálido y luminoso, el tipo de amor que puede salvarla.


En el rodaje de "Cuento de invierno", Goldsman y su prestigioso equipo creativo se encontraron con el reto de arraigar una historia fantástica en un ambiente del mundo real, aun manteniendo suficientes elementos asombrosos como para llamar la atención en el momento preciso. Para Naomi Shohan y Caleb Deschanel, diseñadora de producción y director de fotografía de la película, respectivamente, eso significaba capturar la esencia de cada época para un público contemporáneo.

También significaba utilizar exteriores, escenas e iluminación que correspondieran a la esencia de cada personaje. Para las escenas de Beverly, Deschanel diseñó la iluminación de modo que perdurara y revoloteara a su alrededor aportándole luminosidad, resaltando sus cualidades etéreas. Y debido a su conexión casi innata, tenía que haber una luz que correspondiera a la de Beverly para Peter, pero a su manera y de acuerdo con su personaje.

Como comenta Goldsman, "En la novela de Mark, la luz es un personaje que no parece tener un valor inherente del bien y el mal; simplemente es poderosa. Beverly incluso dice que todos estamos conectados mediante luz, y esta idea está en juego en el filme en términos de gama de colores, iluminación práctica, y en términos de efectos visuales. Introdujimos el uso de destellos que reflejan cuándo se produce la magia; se trata tan solo de un modo de abrir nuestra visión del mundo para sugerir que hay algo más. Mi teoría es que aun si los personajes no pueden ver la magia en la escena, la cámara sí puede".

Como director primerizo, Goldsman tuvo el placer de contar con uno de los directores de fotografía más experimentados a su lado para lograr el fenómeno de la iluminación durante el rodaje. "Cuando nos reunimos simplemente le dije: 'Te puedo decir la impresión que quiero que cause esta escena.' Y me respondió: 'Esto es lo que necesito.' Y fue genial".

El equipo utilizó no solo luz, sino también sombra, para evocar la pura maldad existente en el personaje de Pearly Soames. Shohan diseñó sus ambientes para que resultaran mucho más oscuros, brindando una calidad casi de cine negro. Para las escenas en las que Pearly va a visitar un personaje llamado The Judge en su oficina, situadas bajo el puente de Brooklyn, el equipo de Shohan construyó abrevaderos alrededor de una plataforma que reflejaba el agua. La idea era crear un inframundo, casi de cloacas. "Es un lugar subterráneo profundo, muy profundo, al que solo pueden llegar los elegidos, como si fueran las entrañas de la ciudad, su infraestructura subyacente donde el agua se encuentra con la roca", detalla la diseñadora.

Uno de los escenarios más similares a los cuentos de hadas es la carpa en el dormitorio de Beverly. Al estar muriendo de tuberculosis, siempre tiene fiebre y busca el alivio del aire puro exterior. Como explica Shohan, "Buscamos todo tipo de carpas pero, para nuestra alegría, las victorianas contaban con una gama de diseño de Marruecos, África oriental y Asia. Vimos algunos grandes cuadros orientalistas que representaban elaboradas escenas de aquellas zonas tal y como las romantizaron los victorianos. El padre de Beverly, Isaac Penn, es un hombre muy cosmopolita y estaría al corriente de esta tendencia. Las carpas que creó para su querida hija serían tan hermosas como él pudiera hacerlas, para darle cuanto le fuera posible en su corta vida. Así pues, nos tomamos la libertad de ser líricos e hicimos unas carpas preciosas y un lugar muy pintoresco para que Beverly estuviera en él".

"Naomi es sencillamente una verdadera artista", dice Goldsman. "Fue capaz de superar con creces lo que yo tenía en mente para cada escena".

"Cuento de invierno" se rodó en los cinco distritos de la ciudad de Nueva York. "Lo que resulta tan interesante, y quizás único, sobre Nueva York, tanto en la película como en la vida real, es que haya tantas cosas de ella que existían a principios del siglo XX y que todavía existen en la realidad", observa Platt. "La arquitectura, los parques, han sido testigos de la trayectoria de la ciudad y de la trayectoria de la gente en la ciudad. Su estructura urbana es la misma, y pudimos rodar en lo que son lugares muy familiares, como Brooklyn, donde en barrios como Red Hook las calles aún están adoquinadas, y los edificios cuentan con 100 años de historia: basta con poner coches de época frente a ellos y ya estamos en 1915. Los exteriores son los mismos, pero por dentro se han convertido en extraordinarios espacios de loft y galerías, como parte del mundo tan vibrante y contemporáneo que constituye Brooklyn hoy en día. Y esta película captura gran parte de ello".

Shohan y su equipo utilizaron lo que Nueva York les ofrecía en términos de edificios históricos. Pudieron lograr una mezcla de sensibilidad victoriana con los elementos inusuales que requería la historia y, al mismo tiempo, basarse en los elementos existentes de la increíble arquitectura de Nueva York para alcanzar el su objetivo de surrealismo basado en la realidad. Por ejemplo, exteriores históricos como el edificio municipal de estilo Beux Arts en Lower Manhattan, el Palacio de Justicia de Surrogate, se transformó en Mouquins, un elegante restaurante, escenario del baile principal entre Peter y Beverly. La guarida de Peter, supuestamente ubicada en el ático de la estación Grand Central Terminal, era una interpretación poética del ático real de la estación, en el que no se podía filmar, y, pese a la inspiración en el diseño, resultó no ser tan hermoso como esperábamos. La propia estación brindó un lugar repleto de historia, pero también exigió cierto trabajo aéreo complicado debido a la extraordinaria altur
a de su techo. Para la perspectiva de Peter desde su guarida en el ático, el equipo de Deschanel enganchó una cámara a un globo controlado para obtener lo que Peter habría divisado desde una pequeña puerta (imaginaria) en el célebre techo astral.

Una amplia galería de arte en la planta baja en Red Hook, con sus ladrillos vistos y grandes ventanales, se convirtió en el interior del almacén de Pearly Soames, y Shohan alteró su decoración para que reflejara las dos épocas en las que aparece.

En el rodaje se utilizaron varios otros lugares emblemáticos, incluyendo Lyndhurst Castle en Tarrytown, que sirvió como el interior del hogar de los Penn en Central Park West. Mansión de estilo neogótico, el castillo fue diseñado en 1838 y fue el hogar del exalcalde de Nueva York William Paulding, el comerciante George Merritt y el magnate ferroviario Jay Gould. Los exteriores de la casa de los Penn se rodaron en la Sociedad de Cultura Ética de Brooklyn. Las escenas de la casa de campo de los Penn, Coheeries, se rodaron en Coe Hall en Old Westbury.

Otras ubicaciones exteriores incluyeron South Street Seaport, DUMBO, Prospect Park, City Hall Park, Central Park, Calvary Cemetery en Queens y Caumsett State Historic Park en Lloyd Harbor. Goldsman había confiado en que podrían rodar en el puente de Brooklyn pero, debido a unas temperaturas de cero grados, no pudieron rodar en el puente real. De este modo, se hizo una réplica de parte del mismo en un estudio en Oyster Bay, con pantallas azules para proyectar el horizonte urbano de la ciudad.

El director admite estar "egoístamente enamorado de rodar películas en Nueva York. Crecí aquí, y creo que el lugar donde haces una película da información no solo de los lugares o la estética, sino también del estilo de la pieza y del cariz de las personas con quienes trabajas. Para mí, Nueva York puede funcionar realmente como una presencia en la película en el sentido de que altera lo que aparece en la pantalla. Así que buscamos tantos lugares prácticos como pudimos para presentar un Nueva New York real, aunque no literal".

Colin Farrell está de acuerdo. "La ciudad es el ejemplo perfecto del potencial que tienen los seres humanos para coexistir, puesto que son ocho millones de personas de razas, credos, creencias e ideales muy distintos. Es una isla que debería estar hundiéndose en el Atlántico bajo el peso de tantos conflictos, y aun así la gente coexiste pacíficamente. Y supongo que esta es una de las esencias del amor, la idea de coexistir en armonía. Beverly procede de una familia de aristócratas e increíblemente eruditos, y rebosa cultura, dignidad y sofisticación, mientras que Peter es todo lo contrario. Así que, de ese modo, Nueva York parecía ser el telón de fondo perfecto".

La idea de estar unidos a través del conflicto tocó la fibra en los primeros días de producción, cuando la compañía se enfrontó a un obstáculo de gran envergadura como es el huracán Sandy. Michael Tadross recuerda: "Tuvimos el Sandy. Tuvimos un vendaval de 137 kilómetros por hora. Tuvimos una tormenta de nieve. ¿Y qué puedes hacer con esto? Pues seguir adelante. Así de simple".

Goldsman declara: "Estuvimos dos días encerrados cuando llegó el huracán. Todos nuestros exteriores estaban desapareciendo, muchos ya no los recuperamos. La FEMA ocupó depósitos de armas para las personas sin refugio. Y nada de eso importaba porque la gente estaba herida o había perdido su hogar. No estaba claro qué iba a pasar, pero bueno, es Nueva York. Poco a poco nos recuperamos".

Tadross revela que la producción contribuyó a los esfuerzos de alivio de todos los modos posibles, como por ejemplo donando toda la madera que quedaba en los platós para reconstruir casas en Breezy Point, gran parte de la comida procedente de los servicios de producción y placas de yeso para reconstruir una casa en Rockaway. "Hicimos cuanto estuvo en nuestra mano porque, en fin, ¿cómo íbamos a hacer menos?"


BEVERLY - Te sienta bien este traje.

PETER - Tú… estás imposiblemente maravillosa.


Para vestir a los actores en el filme, Goldsman recurrió a su viejo amigo Michael Kaplan. "Michael posee un sentido de la estética asombroso. También es terco y obstinado y espero no volver a hacer jamás una película sin él", ríe el director.

Kaplan atavió a Peter Lake con ropa adaptada al estilo de vida de su profesión, ladrón: sobrio, oscuro, sin abrigo largo que pudiera engancharse o rasgarse al huir. Beverly siempre es filmada sin abrigo, pese a que otros a su alrededor lo usan: su constante fiebre hace que vista siempre con prendas finas, ligeras, de verano. "Vemos a Beverly salir de casa en pleno diciembre nevado sin abrigo, ni guantes, ni bufanda. A Akiva se le ocurrió la idea de que el espectador debería poder ver a través de su ropa y sentir que es una fina capa, para empatizar con su condición enfermiza".

Kaplan basó el aspecto de Pearly Soames en el estilo de los gánsteres de principios del siglo XX. "Una de las personas sobre las que me documenté al diseñar los trajes de Pearly fue Diamond Jim Brady. Algo dandi, parecía la clase de personaje en que quería pensar al vestir a Russell: elegantes y lujosas telas, camisas hechas a mano, trajes y abrigos de lana gruesa. Nunca lleva el mismo abrigo dos veces".

"Michael entiende muy bien a los actores", afirma Goldsman. "Recuerdo reuniones con él y Russell en que Russell se puso a hablar de que Pearly se movía como un tiburón, y de repente las telas se convirtieron en esos hermosos y elegantes trajes de piel de tiburón".

Los miembros de la banda de Pearly y sus trajes están inspirados en la ropa que utilizaba una banda real y que Kaplan descubrió al documentarse. "No llevan abrigos; todos ellos usan esos chaqués de la época en tonos de negro y carbón, y bombín negro. Forma parte de su uniforme".

La primera parte del filme es de época; la segunda, contemporánea. Kaplan estaba especialmente interesado en recrear el estilo de los primeros años de la película, aunque ello supusiera un desafío. "Los trajes femeninos, empezando por los de las jóvenes, son bellísimos, pero la ropa de noche era muy delicada y queda muy poca, porque la tela era muy frágil. Fue muy difícil reunir los 100 trajes de noche necesarios para los bailarines de fondo y extras a los que tuvimos que vestir para la fiesta central de Nochevieja. Todos los caballeros llevaban frac y sombrero de copa y las mujeres, vestidos de terciopelo y seda, con pieles, chales y joyas antiguas", comenta. "Queríamos reflejar las refinadas galas de la época, así como la riqueza del estatus en el que vivían los Penn".

Estilísticamente, Goldsman quería que la cinta fuera muy similar en sus dos marcos principales de tiempo para sugerir la idea de que pasado y presente pueden ser intercambiables en cierto modo.

De acuerdo con esta premisa, el supervisor de efectos visuales Richard Hollander mantuvo el trabajo de su equipo de modo muy sutil, pese a los elementos mágicos necesarios. En este sentido, observa: "Tenemos dos tipos de efectos en esta película: la reproducción histórica de Nueva York en 1895 y 1916 y los elementos mágicos de la trama. Para la reproducción histórica, la intención era crear efectos invisibles para sumergir al público en la época y el lugar. Y, dado que Akiva quería mantener el máximo realismo posible, los momentos basados en la trama mágica son sutiles cuando nos introducimos por primera vez y van cobrando fuerza visual a medida que avanza la trama".


BEVERLY
Hay un gran baile en el que todos participamos.
Y una vez terminado, después de una o mil
vidas, subimos al cielo
y nos convertimos en estrellas.


"Uno de los temas principales de la trama es que básicamente todos tenemos un destino, todos tenemos un milagro en nuestro interior y es para una sola persona", relata Goldsman. "Cuando empiezas a estar cerca de completarlo, el universo parece ayudarte enviándote guías espirituales, o ángeles de la guarda, uno de los cuales es un caballo blanco o un perro blanco. En el filme, hay dos ángeles de la guarda. Uno es un tipo llamado Cecil Mature, interpretado por Maurice Jones, quien parece estar siguiendo a Peter en el tiempo. El otro es Athansor, el caballo blanco de Peter. Creo que para quienes leímos el libro, él es una de las cosas que cautivan la imaginación profundamente. Es elegante, majestuoso, lleno de inteligencia, pero no está realmente antropomorfizado, no cuenta con atributos humanos, aunque claramente quiere a Peter. Hay algo en Peter que promete ser importante, algo resulta crucial sobre su capacidad de completar su destino, y ese caballo, ese ángel, bajó para ayudarle".

Con la ayuda de los preparadores Rex Peterson y Cari Swanson, producción entrenó a cuatro magníficos caballos andaluces para interpretar el papel de Athansor. Los cuatro se sometieron a ocho semanas de entrenamiento, con al menos dos de ellos preparados para cada secuencia. El mejor de ellos, un animal muy sereno, trabajó con Colin Farrell en cada una de las escenas de Peter y Athansor juntos.

"Resultó ser un caballo increíble para trabajar y cabalgar. Tiene potencia, y frenos de disco y ABS", bromea Farrell.

Goldsman admite: "No he tenido mucho contacto con caballos, pero este me encanta; es un animal especial. Era inteligente y amable, y empecé a comprender por qué la gente se apega tanto a los caballos".

Con respecto a la interacción de los actores humanos con sus coprotagonistas de cuatro patas, Goldsman comenta: "Russell y Colin son auténticos jinetes, por lo que las escenas con caballos les resultaron de lo más naturales. Para ellos era como estar en casa".

Los caballos también trabajaron con el equipo de efectos especiales para realizar movimientos ante una pantalla verde utilizada para distintas escenas. Aunque los caballos reales ejecutan gran parte de la acción en la película, el equipo de efectos especiales también utilizó imágenes generadas por ordenador para crear la naturaleza surrealista de algunas de las escenas de acción.


PETER
¿Es posible amar a alguien tan plenamente
que simplemente no pueda morir?


El elemento final para marcar la tónica de "Cuento de invierno" fue la banda sonora, compuesta por Hans Zimmer y Rupert Gregson-Williams. Goldsman denomina a la música que crearon "locamente romántica, perfectamente evocadora de la intensa relación entre esos personajes. Sencillamente genial".

Platt coincide: "Estábamos entusiasmados de que Hans y Rupert compusieran la música del filme. Realmente encontraron la exuberancia, el sentido épico de tiempo y destino, y el romance que se halla en el centro de la trama, así como la acción, la magia… todos los elementos maravillosos que se unen en esta aventura encantada".

"En el corazón de 'Cuento de invierno' está el amor verdadero", concluye Goldsman. "Por todas sus infinitas posibilidades y desilusiones, es esta emoción singular la que nos lleva por la vida. Es nuestra esperanza de hallar el amor verdadero, o nuestro recuerdo del mismo, lo que nos hace humanos. Traté de contar esta historia basándome en mi propia esperanza —o quizás mi confianza ciega— de que todo sucede por alguna razón, de que todo está conectado, y de que por grande que sea la pérdida que podamos sufrir hoy, un día comprenderemos el gran bien que surgió de ella en algún otro lugar del mundo".