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  Guerras sucias  (Dirty wars)
  Dirigida por Rick Rowley
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"Guerras Sucias (Dirty Wars)" sigue las investigaciones del reportero de guerra, Jeremy Scahill, autor del libro del mismo nombre (Guerras sucias. El mundo como campo de batalla (Paidós, 2013)) y del bestseller Blackwater. El auge del ejército mercenario más poderoso del mundo (Paidós, 2008) sobre la política de guerra de Estados Unidos en el exterior.

Tras alzarse con un Premio a la Mejor Fotografía en el Festival de Sundance 2012 y con el Premio del Jurado en el Boston Independent Film Festival, y tras un largo recorrido por la sección oficial de festivales como el Sidney Film Festival o el Seattle International Film Festival este impactante documento único que profundiza en las actividades de las americanas JSOC (Joint Special Operations Command), dirigido y producido por dos reporteros de guerra, Richard Rowley y Jeremy Scahill, podrá verse en nuestras pantallas el próximo 18 de octubre.

Filmado en Yemen, Somalia, Afghanistan y en los Estados Unidos de 2010 a 2012, el experimentado documentalista Rick Rowley dirige un docu-triller asombroso y contundente "a medio camino entre Michael Moore y la trilogía de Bourne que logra desdibujar los límites del documental y el cine de acción" según el Villague Voice. Además, y como se llega a ver en el documental, los servicios secretos del gobierno americano llegan a amenazar a Jeremy Scahill para que no saque a la luz cierta información.


Sobre Jeremy Scahill
Es corresponsal en la revista The Nation. autor del best seller Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerful Mercenary Army y de Dirty Wars: THe World is a Battlefield. Ha sido corresponsal de guerra en Afganistán, Somalia, Yemen, Yugoslavia… y es invitado frecuentemente a programas como The Rachel Maddow Show, Real Time with Bill Maher, and Democracy Now!

Ha ganado prestigiosos premios periodísticos, como el George Polk Award, en 1998 por su trabajo como corresponsal y en 2008 por su libro Blackwater. Scahill es miembro del Writers Guild of America, East.


Sobre Richard Rowley
Co-fundador de Big Noise Films, Richard Rowley ha realizado multitud de documentales premiados como Fourth World War y This is What Democracy Looks Like. Ha sido miembro de la Asociación Pulitzer, de la Jerome Foundation, de Rockefeller Fellow y del Sundance Documentary Film Program.


Notas de producción
El cineasta Richard Rowley conoció por primera vez al periodista Jeremy Scahill cuando estaban reportando en las zonas de guerra de Irak y Afqhanistan. Ambos habían trabajado para emisoras independientes y cadenas internacionales cubriendo historias de guerra ignoradas en estos y en otros países.

Además de una estrecha amistad, comparten también un compromiso con el periodismo de investigación, a pesar del gran riesgo personal que se corre al investigar la historia. Rowley y Scahill aprendieron como vencer a los censores, a los firewalls del Internet y a otros obstáculos para que la historia saliera a la luz.

Después del gran éxito del primer libro de Scahill, Blackwater: El auge del ejército mercenario más poderoso del mundo, Rowlay y Scahill colaboraron en un corto documental, Blackwater’s Youngest Victim. El corto narra la historia de Ali Mohammed Hafedh Kinani de nueve años, asesinado junto con otros diecisiete civiles por los contratistas de Blackwater durante el tiroteo mortal de la Plaza de Nisour en Baghdad en septiembre de 2007.

Mientras se estrenaba la película en 2010, Scahill ya había empezado la investigación para su nuevo proyecto de libro, y estaba explorando la expansión de guerras encubiertas y el ascenso del secreto y muy poderoso Mando de Operaciones Especiales Conjuntas - Joint Special Operations Command (JSOC). En el pasado, cineastas se habían interesado en hacer un largometraje o documental basado en Blackwater, pero esta vez no quería esperar hasta acabar el libro para ver su potencial como película. Acudió a Rowley para trabajar juntos desde el principio y durante su nuevo trabajo de investigación.

Se han rodado muchos buenos documentales para acompañar o interpretar una obra escrita de no-ficción, pero Scahill y Rowley tenían otro objetivo y no era de hacer un documental basado en un inminente libro, si no hacer una película que valía por sí misma, utilizando la fuerza del formato documental. GUERRAS SUCIAS (DIRTY WARS) no es una película de un libro. Cada uno es un ente independiente para visualizar una historia compleja y absorbente, que no puede ser explorada por completo por un género solamente.

"Cuando empezamos a trabajar en esta película, casi nadie había oído hablar del JSOC o el ahora famoso SEAL Team 6. Después del asalto a Bin Laden, todos hablaban de ellos," dijo Scahill. "Rememorando todo que Rick y yo fuimos testigos durante los años del rodaje de esta película, es increíble cuanta información sobre JSOC – y, en general, de las guerras encubiertas que hay a lo largo del planeta – sigue totalmente ocultado al público."

Para poder contar esta historia con independencia editorial, Rowley y Scahill se juntaron con Anthony Arnove y Brenda Coughlin, quienes empezaron una productora sin ánimo de lucro en 2011, Civic Bakery, con el cineasta Chris Moore, para hacer documentales y largometrajes desafiantes sobre temas de actualidad.

Guerras Sucias ( Dirty Wars) fue rodada en Yemen, Somalia, Afghanistan y en los EEUU entre 2010 y 2012.

Desde el inicio del proceso, el equipo de rodaje de Guerras Sucias (Dirty Wars) sabían que quería crear una película de alta producción y con un potente estilo visual al puro estilo cinéma vérité. Pero a la vez, Rowley y Scahill tenían que viajar ligeros de equipaje y con un presupuesto muy ajustado; además tenían que pasar desapercibidos. En Somalia, por ejemplo, esto significaba contratar un seguro de secuestro, desmembramiento y rescate. Rowley y Scahill contactaban a diario con los productores en Brooklyn, con los que tenían planes de contingencia y palabras en clave por si fallaba algo.

Los avances en la fotografía digital permitieron a Rowley trabajar con las cámaras ligeras Canon 5D y Panasonic EX-1 capaces de producir metraje visualmente absorbente aunque se ruede en situaciones difíciles.

Desde el inicio, los cineastas decidieron no recurrir a entrevistas personalizadas para establecer el contexto de la película. Al final, querían contar una historia más personal, subjetiva y emocional. Para hacerlo, los cineastas se dirigieron a un guionista con experiencia en ficción para ayudarles crear la película. En 2012 David Riker (The Girl, The City) se unió al equipo para escribir el guión con Scahill y para guiar la audiencia a través del viaje personal que Jeremy emprende durante la investigación.

La banda sonora original de Kronos Quartet realza aún más la fuerza de la película. Por la primera vez, Kronos, quienes otras veces habían interpretado la música de otros compositores, trabajaron ahora sobre la banda sonora compuesta por uno de sus miembros, David Harrington. David y Kronos llamaron las composiciones "drones", jugando con los dos significados de la palabra en inglés: los pequeños aviones sin piloto utilizados para la vigilancia y para ataques con misiles, y la variación harmónica de un tono musical. El paisaje auditivo de Guerras Sucias (Dirty Wars) compuesta por la música grabada por Kronos en su álbum Floodplain, fue completada por piezas adicionales de Muslimgauze y Godspeed You!.


Comentarios del director
Hace una década, me hice reportero de guerra para cubrir la historia no contada más importante de mi generación. La Guerra contra el Terror es la más larga de la historia de EEUU. Ha cobrado cientos de miles de vidas, se está luchando en docenas de países, pero se está desarrollando en la sombra y no sabemos casi nada sobre ella.

Hice cortometrajes en Iraq y Afganistán, pero me sentí frustrado por las limitaciones impuestas sobre el tipo de historia que podía contar. No era suficiente ser un periodista infiltrado y ver la guerra a través de los ojos de soldados americanos. No era suficiente entender esta guerra mundial a través de un solo país aislado.

Conocí a Jeremy durante la Guerra de Iraq y Guerras Sucias (Dirty Wars) salió de nuestra experiencia compartida como reporteros de guerra. Pero en más de tres años de grabaciones sobre terreno en Afganistán, Somalia y Yemen, la película se convirtió en algo mucho más poderoso: la historia personal íntima y profunda de vidas que la guerra había destrozado.

Como periodista, te consideras invencible – crees que puedes observar y grabar la intensidad y dolor de la guerra, y que no te afectará. Pero si te afecta. Te cambia. En algún momento Jeremy y yo nos dimos cuenta que había dos lados en lo que estábamos filmando: una historia externa que era un exposé de una guerra que se había descontrolado, y una historia interna – sobre un reportero, una persona – profundamente afectada por el viaje. Nos dimos cuenta que la película funcionaría si incluíamos ambas historias.

Esta realización lo cambió todo: nuestro ritmo, nuestra voz y cadencia, la manera de grabar y mirar el mundo. La película que finalmente hicimos no se parece en nada a la película que queríamos hacer. No está llena de cabezas de declaraciones de expertos y no se desenvuelve visualmente o en narrativa como un ensayo o un debate. Guerras Sucias ( Dirty Wars) forma parte de un movimiento en alza en ambos lados de la división de documental/narrativa. Es una película de no-ficción totalmente entregada a la verdad que a la vez tiene la intimidad y profundidad de una historia bien contada.

Guerras Sucias (Dirty Wars) evolucionó de nuestra experiencia como reporteros de guerra pero en muchos aspectos es un intento de escapar de nuestras propias limitaciones y de contar una historia que no solamente hace la guerra visible si no también real.