La película gira en torno a una historia verídica sobre un problemático soldado de raza negra de la Marina estadounidense y el psicólogo que lo ayuda a sobreponerse de una difícil niñez y adolescencia.
A Fisher (Derek Luke), un marinero con un comportamiento explosivo, se le ordena acudir a ver al psiquiatra naval (Denzel Washington) a causa de su volátil temperamento. No tenía la menor idea de que ir a la oficina del doctor podía suponer su primer paso para que le licenciaran y dejar el ejército. Con la ayuda del médico, quien se convierte para Fisher en lo más parecido a un padre que nunca ha conocido, y de una chica (Joy Bryant) de la que va a aprender qué es el amor, Fisher encuentra el coraje para dejar de pelear y permitir que sus heridas empiecen a cicatrizar. Sólo entonces puede ir a ver a la familia que nunca conoció y hacer las paces con la única persona que conoce todo demasiado bien.