La película participó en la sección infantil del Festival de Cine de San Sebastián.
Esta animación gallega es la ópera prima de Roque Cameselle, quien además de destacar en el mundo del cortometraje, tiene una fructífera trayectoria como escritor y novelista. Ha colaborado como autor en 5 obras colectivas y ha escrito otras dos: la colección de relatos de humor O Pausiñas (Ed. Galaxia, 2011) y la novela histórica Bieito Dubidoso (Ed. Xeráis, grupo Anaya, 2003), esta última de lectura obligada en los institutos gallegos y en la que se basa la película EL PEQUEÑO MAGO.
El film, ambientado en la Galicia medieval, está producido por Deboura Cinema, que cuenta con un joven equipo que ha participado en títulos como Nocturna, El Cid o Asterix y los vikingos. En este proyecto, los diseñadores e infografistas han trabajado de forma muy detallista y artesanal, desarrollando cada dibujo individualmente para conseguir un acabado que recuerda a los cuentos tradicionales.
EL PEQUEÑO MAGO cuenta las azarosas e intrépidas aventuras de Bieito Dubidoso quien, en compañía de su inseparable amiga Destreza, emprende una infatigable lucha contra la superstición y el atraso, representados por el Obispo Juan, dueño y señor de la pequeña ciudad de Tui, donde se ambienta la historia.
La ciudad de Tui
En la época en la que transcurre la historia de El Pequeño Mago el sur Galicia vive uno de sus momentos álgidos, y Tui es el centro. Sus obispos aparecen en los concilios de Braga y dejan sentir su influencia en una zona muy amplia tanto del sur de Pontevedra como del norte de Portugal. En la última etapa del reino visigodo, también era sitio de descanso habitual de la realeza Visigoda de época. A comienzos del siglo VIII Tui sufre la invasión de los árabes que asolaron la ciudad que fue liberada en el año 739 por Alfonso I, en el 860 Alfonso Betote y Hermenegildo Gutiérrez, condes de Ordoño I, la repoblaron y en el 915 Ordoño II restauró la sede episcopal. En estos tiempos los ataques normandos nuevamente saquean Tui. Se produce entonces una vacante en la sede episcopal que llega hasta el año 1071 en que el rey de Galicia D. García y Doña Urraca restauran y dotan nuevamente la sede que se instala en el monasterio de S. Bartolomé de Rebordans. Recuperará su esplendor al convertirse en capital de la provincia (que lleva su nombre) del antiguo Reino de Galicia ya que se convierte en un puesto estratégico en los márgenes del río Miño tanto para la guerra como para el comercio, este esplendor se verá aumentado en el siglo XII, época en la que se revitaliza toda la franja norte de España, hasta el Duero.
Las invasiones normandas
La presencia de los vikingos (normandos) en Galicia se produjo en el período comprendido entre los siglos VII y XII, los pueblos que habitaban la actual Escandinavia se habían convertido en una potencia naval, comercial y militar, lanzando periódicas incursiones por toda la margen derecha del Océano Atlántico, pero también ascendiendo por el curso de los ríos hasta los lugares que pretendían saquear. Llegaron hasta puntos tan alejados como el Mediterráneo, y entre los lugares que visitaron se encontraba Galicia. En el tiempo en que transcurre El Pequeño Mago las incursiones en las rías Baixas son muy comunes sabiendo de batallas en Castropol, Betanzos, Ribas de Sil y Tui. En Tui, en el año 1015 las tropas del Rey Olaf entran en la ciudad, arrasándola y tomando como rehén al mismo Obispo de la ciudad
Los druidas y la herencia
Los celtas sefes o celtas de Hallstatt, se instalaron en Galicia a lo largo de la edad de Bronce y se superpusieron adaptándose bastante bien a las tribus que ya vivían en la zona. Hubo un verdadero trueque de costumbres y de conocimientos. Esta cultura, junto con los elementos que sobreviven de la cultura megalítica atlántica y las aportaciones que proceden de las culturas mediterráneas más occidentales, acaban derivando en lo que se ha denominado la Cultura Castreña. Esta denominación hace referencia a las características poblaciones celtas llamados dùn, dùin o don en lengua gaélica y que los romanos llamaron Castros en sus crónicas. En cuanto a la organización social de los celtas galaicos, las primeras referencias documentales que se encuentran sobre la sociedad castreña son las que proporcionan los cronistas de las campañas militares romanas como Estrabón, Heródoto o Plinio el Viejo entre otros. Estos describen a los habitantes de estos territorios como un conjunto de bárbaros que pasan el día peleando y la noche comiendo, bebiendo y danzando bajo la luna. Los druidas fueron miembros de la clase sacerdotal en la Gran Bretaña, Irlanda, la Galia (Francia), y posiblemente otras partes de la Europa Céltica y la Galacia durante la Edad de Hierro, e incluso antes.
El director y guionista: Roque Cameselle
ROQUE CAMESELLE (1981) es un escritor y director de cine gallego. Es licenciado en Comunicación Audiovisual y ha sido profesor de guión cinematográfico en la Escola Superior de Cine de Galicia y crítico de cine en Faro de Vigo.
Ha dirigido los cortometrajes Memoria indesexable (1998), La chica del último (1998), Soldado sin fortuna (2000) y Amor a Mantis (2003), así como el documental La semilla siempre queda y el mediometraje Encuentro bajo las aguas. Como guionista también ha participado en Na luz freada da tarde (2001), A Gilda chamábanlle Leonor (2002), Meu xeneral o asasino foi o mar (2003), todos ellos premiados por la Xunta de Galicia.
Como escritor, ha publicado dos exitosas novelas gallegas: O Pausiñas (2001, Galaxia), una colección de relatos de humor en los que recupera la memoria histórica, y Bieito Dubidoso (2003, Edicións Xerais, Anaya), novela histórica, de lectura obligada en los institutos gallegos, en la que se basa la película El Pequeño Mago.
También como escritor, ha colaborado en las obras colectivas Ata que malle en min o mencer (1998), IIº Certame de relatos curtos Os Viaductos (2001), A memoria de Tui (2002, Edicións Xerais), Nun edificio e catro contos máis (2002) y Alma de beiramar (2003, Asociación de Escritores en Lingua Galega).
En junio se publicará su último libro, el cuento infantil de la película El Pequeño Mago y en septiembre coincidiendo con el estreno se reeditará una versión revidada de Bieito Dubidoso, que lleva el mismo nombre. Además, está preparando la película de animación Berto y el parque, como guionista y director.
Notas del director y guionista
La historia de El Pequeño Mago nace de la necesidad de reflejar una época de esplendor de Galicia. Me daba la sensación de que todas las historias que hablaban u ocurrían en Galicia mostraban un lugar oscuro, donde siempre llueve y repleto de personajes tristes. Porque hubo un momento en la historia donde Europa era el centro del mundo y Galicia el centro de Europa. En Galicia hubo reino y reyes gallegos. Las ciudades se rebelaron contra los abusos de los poderosos. Hubo mujeres que dominaban el bellísimo idioma de las cantigas. Y se construyeron catedrales y puentes, se tallaron joyas y se pintaron delicados libros miniados que salían de las manos mágicas de hombres de destreza infinita, no de la magnanimidad de dioses de arcilla o de oscuros y sobrenaturales poderes.
Quería contar una historia de amor y aventuras. Y para hacerlo recurrí a la animación en 2D, es decir, dibujo a dibujo según el método tradicional. Sus fondos y paisajes pintados a la acuarela.
El estilo de los dibujos de El Pequeño Mago se pueden encuadrar dentro de la corriente artística conocida como línea clara. Su máximo representante, por conocido, es Hergé, el autor de las aventuras de Tintín. Aunque Hergé es sólo uno de los grandes artistas de este estilo de dibujo, caracterizado por los paisajes y las arquitecturas hiperrealistas (por muy precisas y detalladas) y los personajes cercanos a la caricatura. En España, Daniel Torres y la revista El Cairo hicieron famosos a Roco Vargas u Opium. En Italia, Vittorio Giardino (la serie Max Fridman) o en Francia, Jacques Tardi (responsable de la versión gráfica de Néstor Burma) e Yves Chaland (Las Aventuras del Joven Albert).
Como curiosidad, el importante escritor y pintor gallego Daniel Castelao (1886-1950) en su estancia en Bretaña conoce a los primeros pintores de este movimiento, y se ve influido por ellos. Después pintará algunas de sus viñetas siguiendo los cánones característicos de la línea clara. Ahí también su conexión geográfica con la historia que se refleja en El Pequeño Mago.
Puede parecer una película muy antigua para estos tiempos, algo anacrónica en la cultura de masas casi al completo digitalizada y hecha en su mayoría siguiendo la técnica del 3D. Creo que igual que la fotografía pareció en su momento ser la muerte de la pintura, del retrato, lo cierto es que dio lugar a una de las épocas (las vanguardias) más abundante en obras maestras que hubo en la Historia del Arte.
No es el mismo caso. Tal vez no exactamente, pero en lo básico es un cambio en el uso del instrumento de creación. El problema está que ese instrumento tiene un papel de intermediación con la obra más importante que el creador. La potencia de los ordenadores o la calidad de los programas mediatizan decisivamente el resultado. Una película de hace tres años en 3D, parece ridícula en este momento comparado con la última estrenada. Blancanieves de Disney sigue viéndose con la misma admiración setenta y cinco años después y resiste sin complejos a cualquier genialidad de Miyazaki.
La música de la película
Las canciones
Las dos canciones que aparecen en la película están compuestas e interpretadas por el famoso grupo francés Manau y extraídas de su segundo álbum Fest Noz de Paname (2000).
De origen bretón, son precursores del rap-celta (una mezcla del ritmo y las letras propias del hip-hop y la música tradicional bretona y celta más pura). El nombre de la banda proviene del antiguo nombre gaélico de la Isla de Mans.
Las canciones incluidas en El Pequeño Mago: "Tout le monde a besoin de tout le monde" (Todo el mundo necesita a todo el mundo) y Le dernier combat (El último combate) fueron número uno en las listas de Francia y Bélgica donde el grupo ha vendido más de dos millones de copias. El álbum fue presentado en una gira de más de 120 conciertos alrededor del mundo y su popularidad se ha extendido a Alemania, Inglaterra, Canadá e incluso Nueva Zelanda.
Ganaron el premio a Mejor Album de Rap/Groove del año en Victoires de la Musique (el premio anual de la música francesa).
La banda sonora (De Marc Timón y Miguel Cordeiro)
Cuando visionamos por primera vez la película sentimos en seguida que, como compositores, la oportunidad que se nos brindaba era apasionante. Estábamos delante de una historia épica de aventuras en un mundo medievalizante y con el añadido de tener el elemento de la magia como uno de los hilos conductores. A nivel músical, a la vez que un reto, tal relato con tanta variedad de escenas para la lucha, el hechizo, la pena, el castigo o la comedia nos permitió poder utilizar una variedad de colores, registros y texturas orquestales que como creadores agradecemos infinitamente.
Al mismo tiempo, la dificultad era considerable por distintos motivos. Hoy en día, es complejo el hecho de crear la música de una película cuyo protagonista es un joven mago porque hay muchos referentes en el género y había que evitar caer en tópicos y darle a Dubidoso la personalidad concreta que merece como mago singular que es. Huyendo de estos tópicos pero siempre dentro del color de este tipo de cine fantástico diseñamos un tema a Dubidoso, a modo leitmotiv, que iría apareciendo mutado musicalmente según la acción y el estado del joven mago. Este tema, de carácter marcado y fácilmente reconocible, incluso en sus variaciones, es el que da continuidad musical a lo largo de toda la historia. Otra de las dificultades en la creación de la música de un film de este tipo fue la necesidad de música durante casi todo el largometraje combinada con el hecho de no bajar en ningún momento el ritmo trepidante de aquello que se narra en la imagen. En otras palabras, hacía muchísima música y que no bajara su intensidad. Esto se consiguió mediante la creación de múltiples temas para nuevos personajes y situaciones que pudieran entrelazarse y estar mandando en todo momento información programática, a parte de la musical, sobre la acción.
Para esta banda sonora sabíamos que teníamos que contar con una gran orquesta sinfónica y un coro, por el color de la textura orquestal y porque El Pequeño Mago requería un sonido grande y con múltiples matices. Por eso fuimos a grabar con la mejor orquesta de Bulgaria, la Primo Studio Film Music Orchestra de Sofía (en la Sala de Conciertos de la Radio Nacional búlgara) con la cual conseguimos un resultado maravilloso. Tal potencia, afinación, calidad de sonido y virtusismo para las partes más trepidantes con complicadas agilidades técnicas a la cuerda fueron cabdales para obtener el resultado contundente que se ha obtenido.
Finalmente, es un orgullo para nosotros haber recibido ya dos prestigiosos premios que nos dan aún más satisfacción y ilusión por el trabajo realizado: el International Jerry Goldsmith Award 2013 por mejor banda sonora del año a nivel mundial en largometraje y la nominación en la edición de los IX Premios de la crítica española de música de cine como una de las 6 mejores bandas sonoras del año en todo el estado.