El director granadino Miguel Hermoso tiene una dilatada carrera en el mundo del cine (Truhanes, Marbella, Loco veneno, Tango, Como un relámpago, Fugitivas), aunque también ha trabajado para el mundo de la televisión.
Reflexiones del director:
Un reto. Un desafío. Un compromiso. Cuando terminé de leer el guión de LA LUZ PRODIGIOSA, que Azalea Films me había enviado, confieso que mi primer impulso fue escabullirme de aquella responsabilidad.
Pero, como recuerda uno de los personajes de LA LUZ PRODIGIOSA, la infancia no está nunca tan lejos como uno piensa. De adolescente, soñaba, enfebrecido, con historias que siempre transcurrían en mi ciudad. Y ahora, cuando aquellos sueños parecían diluidos entre los perdidos pliegues de la memoria, me ofrecían la posibilidad de rodar en mi legendaria Granada. Y no cualquier cosa: LA LUZ PRODIGIOSA es una historia palpitante, apasionada, inquietante y misteriosa, que exigía un vigoroso ritmo narrativo, vibrante hasta un final verdaderamente sobrecogedor. Una bellísima historia, llena de amor... y de humor. Me había llegado en el momento justo. Y no fui capaz de darle la espalda.
No me puedo quejar; el reparto no fue fácil pero estuvo claro desde el principio: un número uno español, Alfredo Landa, y otro italiano, Nino Manfredi, acompañados por una de las mejores actrices del momento, Kiti Manver, y un mágico José Luis Gómez. Una ristra de "goyas" casi incontable en el equipo técnico: Félix Murcia en la dirección artística; Carlos Suárez en la fotografía; Carlos Faruolo para el sonido; Sonia Grande en el vestuario; Miguel Sesé con el maquillaje...
Lo de conseguir que Ennio Morricone hiciera la música fue ya cosa de magia: simplemente, se nos ocurrió, sin muchas esperanzas, mandarle el guión, porque pensábamos que este filme necesitaba a un monstruo como él. Y al maestro la historia le entusiasmó. Me pidió que viajara a Roma para hablar del asunto, y después de un par de entrevistas ya tenía varios temas (a cual más bello) para darme a elegir. Francamente, un privilegio.
Y ahora, casi dos años después, ya tenemos la película aquí. Creo que éste es el tipo de historia que el público español está demandando. Una historia sencilla, divertida y entrañable que captura tu interés a los cinco minutos de comenzar y no te suelta hasta el final. Y que, además, te hace reflexionar sobre muchas cosas.
Sinceramente, está pensada para los espectadores. Confiamos en que lograremos tocar su corazón.