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  El único superviviente  (Lone survivor)
  Dirigida por Peter Berg
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"No importa cuántas veces cuente esta historia,
ni cuánta gente lea el libro,
no es nada comparado con cuánta gente verá esta película.
Así que ya he hecho mi trabajo. Misión cumplida"
.
—Marcus Luttrell

MARK WAHLBERG ("The Fighter", "Contraband") encabeza el reparto como Marcus Luttrell, autor de la autobiografía en primera persona "Lone Survivor", un libro que se ha convertido en herramienta de motivación por sus lecciones sobre cómo la fuerza del espíritu humano se ve puesta a prueba cuando nos vemos empujados más allá de nuestros límites físicos y mentales.

Además de Wahlberg, los demás miembros del equipo de élite que lo dieron todo por sus compañeros de armas están interpretados por TAYLOR KITSCH ("Salvajes", la serie de televisión "Friday Night Lights") como Michael Murphy, EMILE HIRSCH ("Hacia rutas salvajes (Into the Wild)", la miniserie de televisión "Bonnie and Clyde") como Danny Dietz y BEN FOSTER ("El tren de las 3:10", "Kill Your Darlings") como Matthew "Axe" Axelson. ERIC BANA ("Star Trek", "Hanna") se incorpora al equipo principal como Erik Kristensen, su oficial al mando en Afganistán.

El reparto se completa con ALI SULIMAN ("La sombra del reino") como Mohammad Gulab, un aldeano afgano que protege a Luttrell cuando los talibanes vienen a ejecutarlo, ALEXANDER LUDWIG ("Los juegos del hambre") como Shane Patton, uno de los miembros más jóvenes del equipo SEAL 10, YOUSUF AZAMI ("Brothers (Hermanos)") como Ahmad Shah, un cabecilla talibán que organiza el ataque, y SAMMY SHEIK ("Transformers: El lado oscuro de la luna") como Taraq, el sanguinario segundo al mando de Shah.

EL ÚNICO SUPERVIVIENTE está escrita y dirigida por PETER BERG, que vuelve a construir un magnífico retrato de los lazos inquebrantables que se establecen entre los hombres, tema que ya explorara anteriormente en "Friday Night Lights". La película, basada en el libro "Lone Survivor", escrito por el sargento MARCUS LUTTRELL con PATRICK ROBINSON, cuenta la dramática historia de cómo una sola decisión acarreó consecuencias inimaginables para estos SEALs y para los compañeros que intentaron rescatarlos.

Aunque EL ÚNICO SUPERVIVIENTE se toma las libertades creativas necesarias para hacer una película, está comprometida a preservar la esencia de la experiencia por la que tuvieron que pasar estos hombres en su misión. Es un retrato realista, atemporal y aislado de los sacrificios que realizó un pequeño grupo de guerreros... y de cómo uno de ellos consiguió vivir para contarlo.

Tras las cámaras, el distinguido equipo de producción dedicado a honrar esta historia de valor y entrega incluye a una serie de veteranos de otros proyectos de Berg, así como a otros expertos artesanos que se incorporan por primera vez a su equipo. Eso incluye al director de fotografía TOBIAS SCHLIESSLER ("Friday Night Lights", "Hancock"), el diseñador de producción TOM DUFFIELD ("La sombra del reino", "La trama"), el montador COLBY PARKER, JR. ("Hancock", "Friday Night Lights"), la diseñadora de vestuario AMY STOFSKY ("Mulholland Drive", "Corazón salvaje") y los compositores EXPLOSIONS IN THE SKY ("Friday Night Lights", "Prince Avalanche") y STEVE JABLONSKY (la trilogía de "Transformers", "El juego de Ender").

Este drama de acción está producido por Berg, SARAH AUBREY ("Lars y una chica de verdad", "Bad Santa"), RANDALL EMMETT ("2 Guns", "Sin tregua (End of Watch)"), NORTON HERRICK ("2 Guns", "El doble del diablo"), el ganador del Oscar® BARRY SPIKINGS ("El cazador", "Más allá de Rangún"), el ganador del Oscar® AKIVA GOLDSMAN ("Una mente maravillosa", "Hancock"), Wahlberg, STEPHEN LEVINSON ("Contraband", "La trama") y VITALY GRIGORIANTS ( "Spinning Gold").

Los productores ejecutivos de EL ÚNICO SUPERVIVIENTE son GEORGE FURLA ("2 Guns"), SIMON FAWCETT ("Bronson"), BRADEN AFTERGOOD ("Battleship"), LOUIS G. FRIEDMAN ("American Pie: El reencuentro"), REMINGTON CHASE ("2 Guns"), STEPAN MARTIROSYAN ("Sin tregua (End of Watch)"), ADI SHANKAR ("La trama"), SPENCER SILNA ("Infierno blanco"), MARK DAMON ("2 Guns"), BRANDT ANDERSEN ("2 Guns") y JEFF RICE ("Sin tregua (End of Watch)").


Testimonio presencial: Vivir para contarlo
El 28 de junio de 2005, un equipo de reconocimiento y vigilancia de cuatro hombres subió a bordo de un helicóptero para su introducción en una remota región montañosa de la provincia de Kunar, cerca de la frontera con Pakistán. Su misión, de nombre clave Operación Red Wings, era identificar a Ahmad Shah, un cabecilla talibán clave al que se creía escondido en ese terreno montañoso, responsable de la muerte de muchos soldados estadounidenses. A continuación figuran unos breves apuntes sobre las vidas de cinco de los hombres a los que seguimos a lo largo de la película.

- Erik Kristensen: El comandante Erik S. Kristensen estaba al mando de la Operación "Red Wings" y era perfectamente consciente de que Shah había matado a 20 marines la semana anterior y que el líder talibán no dudaría en ejecutar a militares estadounidenses siempre y cuando tuviera ocasión. Cuando el equipo de reconocimiento de cuatro hombres de Kristensen desapareció, el comandante hizo todo cuanto estuvo en su mano por encontrar a sus SEALs y llevarlos de vuelta a la base. Por sus actos en cumplimiento del deber, Kristensen recibió la Estrella de Bronce con "V" de Combate al Valor, el Corazón Púrpura, la Banda por Acción de Combate y la Medalla de la Campaña de Afganistán, concedidos a título póstumo.

- Michael Murphy: El teniente Michael Patrick "Murph" Murphy era el oficial al mando de la Operación Red Wings del equipo sobre el terreno, e informaba directamente a Kristensen. Por delante de una fuerza de operaciones especiales más numerosa que se encargaría de eliminar a Shah, Murphy debía encargarse de llevar a su equipo de cuatro hombres por la rocosa y peligrosa región del Hindu Kush. Por sus actos, Murphy fue la primera persona en recibir en Afganistán la mayor condecoración que conceden las Fuerzas Armadas estadounidenses, la Medalla de Honor, aunque fuera a título póstumo.

- Marcus Luttrell: El sargento Marcus Luttrell era el sanitario de la Operación Red Wings y miembro del equipo SEAL 10 de la base aérea de Bagram, Afganistán. La misión del equipo, a las órdenes del teniente Murphy, era obtener información sobre Shah y, como uno de sus francotiradores, Luttrell era clave para mantener a raya al enemigo. Por sus actos en cumplimiento del deber, Luttrell recibió la Cruz de la Armada.

- Matthew "Axe" Axelson: El cabo mayor técnico de sonar (superficie) Matthew Gene "Axe" Axelson tenía básicamente vista de lince. Antes de que sus hombres salieran de la base aérea de Bagram, el especialista en orientación estudió una y otra vez su plan de infiltración. Junto a Luttrell, Axe trazó en gran detalle mapas, diagramas y planos de cada estructura de la aldea de Shah mientras realizaban el reconocimiento. Conocía esta región mucho mejor de lo que lo harán jamás la mayoría de los foráneos. Por sus actos en cumplimiento del deber, Axelson recibió a título póstumo la Cruz de la Armada.

- Danny Dietz: El cabo mayor de artillería (SEAL) Danny P. Dietz, Jr. era un oficial de comunicaciones y observador de tiro del equipo SEAL 10. Las montañas del Hindu Kush son un terreno extraordinariamente complicado y sumamente irregular para las comunicaciones. Dietz intentó con valor conseguir comunicarse por radio cuando llegó el momento de avisar al equipo de evacuación de que la misión se había visto comprometida y había que sacar de allí a sus compañeros SEALs. Por sus actos en cumplimiento del deber, recibió a título póstumo la Cruz de la Armada.

Aunque Murphy, Dietz, Axe y Luttrell (al mando de Kristensen) lograron infiltrarse en la región sin problemas, tres cabreros que sacaban su rebaño a pastar se toparon con el escondrijo de los SEALs y pusieron inmediatamente la misión en peligro. Los SEALs sabían que había que suspenderla. El protocolo dictaba que soltaran a los civiles no combatientes pero, de hacerlo, sabían que sería cuestión de simples minutos que los numerosos luchadores talibanes se enteraran de la presencia de estadounidenses en la montaña.

Tras una discusión sobre las reglas de la guerra, los SEALs sabían que no tenían más que tres opciones: matar a los tres civiles para evitar que desvelaran su situación a los talibanes, dejarlos atados y abandonarlos en la montaña, donde con toda probabilidad morirían al caer la temperatura, o dejarlos libres y dirigirse por su cuenta a una zona donde poder comunicarse y solicitar su recogida. Al final, soltaron a los civiles y los SEALs iniciaron un arduo ascenso a lo que esperaban que fuera un lugar seguro.

No tardaría en empezar a caerles un verdadero infierno encima. El ataque talibán (fuego intenso de ametralladoras PK, fusiles de asalto AK-47, lanzagranadas RPG-7 y morteros de 82 mm) llegaba rápida e incesantemente por tres lados. Ninguna experiencia previa de los SEALs podría haberlos preparado para lo que estaba por llegar: estaban totalmente superados en armamento por una fuerza enemiga mucho más numerosa, que los obligaba a internarse cada vez más en el peligroso terreno.

Desgraciadamente, Murphy, Dietz y Axelson murieron en esa montaña, junto con otros que intentaron rescatarlos: la tripulación de un helicóptero Chinook MH-47D, del regimiento conocido como los Night Stalkers, que acudió a salvar a los cuatro SEALs. El helicóptero fue derribado por granadas propulsadas por cohete disparadas por las fuerzas talibanes y todos sus ocupantes perecieron.

Ese fatídico día, se perdieron las vidas de 16 miembros de las Fuerzas Especiales, incluidos otros ocho Navy SEALs (Kristensen, el sargento Jeffrey S. Taylor, el cabo mayor James E. Suh, el sargento primero Jacques J. Fontan, el sargento Jeffrey A. Lucas, el brigada Daniel R. Healy, el teniente Michael M. McGreevy, Jr., el cabo mayor Shane E. Patton) y 8 miembros del regimiento Night Stalkers del Ejército de Tierra (comandante Stephen C. Reich, sargento primero Michael L. Russell, subteniente Christopher J. Scherkenbach, brigada James "Tre" W. Ponder, III, cabo mayor Kip A. Jacoby, sargento primero Marcus V. Muralles, sargento Shamus O. Goare y suboficial mayor Corey J. Goodnature).

Gracias a los actos de sus compañeros, Luttrell (pese a estar gravemente herido) logró eludir a las fuerzas enemigas y ponerse a duras penas a salvo. No obstante, una vez más, civiles afganos se toparon con su escondite. Esta vez, sin embargo, tuvo más suerte. Un aldeano pastún llamado Gulab encontró a Luttrell casi muerto (tenía un hombro destrozado, fracturas faciales, espalda y pelvis rotas y el cuerpo lleno de heridas de bala).

Gulab, cuya tribu se rige por el antiguo código de Pashtunwali (que se remonta a tiempos anteriores al Islam), que dicta ayudar a cualquier persona que corra un grave peligro por culpa de sus enemigos, se mostró inquebrantable en su decisión de llevar a Luttrell a su hogar. Gulab, con gran riesgo para sí mismo, su familia y los habitantes de su aldea, desafió al caudillo talibán y escondió al soldado norteamericano hasta que pudiera regresar sano y salvo a su base.

Milagrosamente, fuerzas estadounidenses localizaron por fin a Luttrell y lo pusieron a salvo. Gracias al valor, la perseverancia, la amabilidad de perfectos extraños y el sacrificio máximo de sus camaradas SEALs en las condiciones más extremas, Luttrell sigue vivo en la actualidad, con una misión: compartir su historia.

Luttrell explica: "Trata sobre la hermandad y sobre cómo, por mal que se pongan las cosas o por mucho que te suceda, sigues luchando para proteger al tipo que está a tu lado hasta que mueras. Tienes que pasar por algo así para comprender el extremo al que pueden llegar algunos para dar su vida por otros. La mayoría de la gente no lo haría. A eso fue a lo que se acabó reduciendo: pasamos de dar caza a ese tipo a protegernos mutuamente hasta el final".

Un total de once SEALs y ocho soldados fallecieron en esa montaña. Ese día ha quedado señalado para siempre en la historia de EE. UU., pues se convirtió en la mayor pérdida de vidas de las fuerzas especiales de la Armada desde la Segunda Guerra Mundial, hasta el 6 de agosto de 2011, cuando un helicóptero militar Boeing CH-47 Chinook estadounidense fue derribado en Afganistán y fallecieron 30 militares norteamericanos y ocho afganos.


De la página a la pantalla: La Operación Red Wings sigue viva
Cuando se publicó en 2007, el libro del sargento retirado Marcus Luttrell y Patrick Robinson "Lone Survivor: The Eyewitness Account of Operation Redwing and the Lost Heroes of SEAL Team 10" ("Único superviviente: Testimonio presencial de la Operación Red Wings y los héroes perdidos del equipo SEAL 10"), se colocó rápidamente en lo más alto de la lista de bestsellers de no ficción del New York Times.

Esta historia real de deber y honor ante adversidades extremas y de las heroicas proezas de camaradas caídos llamó la atención del realizador Peter Berg cuando su socia en la producción, Sarah Aubrey, de Film 44, le entregó una copia del libro e insistió en que lo leyera. Aunque por aquel entonces se encontraba rodando su futuro éxito de taquilla "Hancock", Berg empezó a hojearlo durante un descanso para comer. Después de unos minutos, quedó cautivado, cerró la puerta de su caravana y se leyó la obra de cabo a rabo. Berg se convirtió en un hombre obsesionado, decidido a hacerse con los derechos para convertir "Lone Survivor" en una película.

Aubrey recuerda cómo empezó todo: "En un principio, recibimos el libro de ‘Lone Survivor’ de un amigo de la familia de Film 44, Barry Spikings, que lo consiguió a través del abogado de Marcus. En cuanto lo leí, supe al instante que sería una película perfecta para Pete. Su punto fuerte como director es trasladar a los espectadores a un mundo cerrado. Contaba con sumo detalle cómo funcionan los SEALs, junto con un componente de tremenda emoción, y esa es la especialidad de Pete. Le encanta llevar a los espectadores a un mundo y mostrarles los detalles, para hacer que sufran entonces un gran impacto emocional. El libro tiene la historia increíblemente emotiva de hermandad y sacrificio, y luego, en la parte con Gulab, esa humanidad, incluso en mitad de la guerra".

Berg admite que sus elecciones en cuanto a temas derivan de su atracción por aspectos que los ambientes deportivos y militares tienen en común. Dice que hace mucho tiempo que le interesan los motivos por los que estos hombres y mujeres se expondrían al peligro. Berg señala: "Cuando leí inicialmente el libro de Marcus, lo que más me atrajo fue el dilema al que se enfrentaban estos hombres: verse descubiertos por tres cabreros y saber que, si los dejaban ir, había muchas posibilidades de verse metidos en un peligroso tiroteo con muchos tipos".

La odisea de los SEALs tocaba indefectiblemente los temas que el director ha tratado una y otra vez en sus proyectos. Según el guionista y director: "Esta historia trata sobre trabajar unidos por algo más grande que nuestro propio ego, más grande que nuestra individualidad. Trata sobre consolidarse como grupo (protegiéndose unos a otros, queriéndose unos a otros y cuidando unos de otros) y descubrir una fuerza mayor como equipo de la que nunca podrías conseguir como individuo. Marcus escribió un libro que, aunque trata sobre la muerte de 19 personas en un trágico día en Afganistán, también trata sobre la hermandad, el sacrificio y el compromiso con el equipo".

Berg y Aubrey se pusieron en contacto con Luttrell para hablar de la posibilidad de adaptar la historia de los SEALs al cine. "Nada más empezar, Pete y yo nos reunimos con Marcus en Austin", recuerda Aubrey. "Entró en la habitación y es un tipo gigantesco, imponente en cualquier circunstancia, pero, al saber que encima es un Navy SEAL, que ha sobrevivido a una experiencia tan increíble, hace que le des mucha más importancia a lo que dice. Dejó muy claro que quería honrar la memoria de los hombres que murieron con él. Supimos al instante que teníamos que hacerlo bien o habría problemas. No iba a dejarnos hacer una versión de medio pelo".

Por su parte, Berg y Luttrell no tardaron en entenderse bien. Durante una de sus siguientes reuniones, Berg le mostró a Luttrell un montaje preliminar del que sería su próximo estreno en 2007, "La sombra del reino", y Luttrell decidió que ese debía ser el director que pudiera tomar la impactante historia de sus hermanos caídos y hacerle justicia en la gran pantalla.

Luttrell supo apreciar la atención al detalle casi militar del cineasta y su ‘estilo guerrilla’ de dirección e insistió a Berg que únicamente le concedería los derechos de la historia si Berg verdaderamente respetaba y honraba el sacrificio de sus camaradas. Luttrell esperaba ciertamente que los espectadores de todo el mundo empezaran a comprender las decisiones tomadas en esa montaña. Tras estrechar lazos con un buen montón de cervezas y una amenaza no muy velada de que Berg tendría que responder ante más de 1.000 SEALs si el director estropeaba la historia con su interpretación, consiguieron la aprobación de Luttrell.

Sus posteriores charlas los llevaron a profundizar en su amistad y, poco a poco, a conversaciones con muchos de los hombres y mujeres de uniforme que tomaron parte en la Operación Red Wings y en el rescate. "Pasé mucho tiempo no sólo con Marcus, sino que entrevisté a muchos hombres y mujeres", recuerda Berg sobre sus esfuerzos por plasmar correctamente la historia.

El antiguo SEAL explica por qué eligió a Berg: "Había muchos directores y estudios que acudieron a mí interesados en hacer la película, y me entrevisté con todos ellos. Pero, cuando vi a Pete y hablé con él, fue quien me causó esa cierta sensación. Pensé que él era el que podía conseguir hacerlo bien". Luttrell quedó impresionado por la entrega del cineasta. "Pete puso todo su empeño. Se ha preparado bien, ha estudiado durante años para que salga bien y ha merecido la pena. Se sabe cuándo alguien se ha esforzado y cuándo no. Él lo hizo y lo adoro por ello. Es un buen hombre y es un privilegio tenerlo en mi vida".

Aunque el libro de Luttrell es una crónica de muchos acontecimientos, que incluyen su alistamiento en 1999 y su instrucción anterior a la misión de 2005, Berg se dio cuenta de que la adaptación para la gran pantalla tendría que centrarse en los sucesos más dramáticos, los que tuvieron lugar cuando destinaron a Luttrell a Afganistán. Para el guión, se concentró en la inquebrantable camaradería entre los miembros del equipo, su valor bajo ataque enemigo y el trágico giro que cambió para siempre la vida del francotirador, sanitario y SEAL Luttrell.

Aunque Berg sabía que habría una presión significativa para plasmar adecuadamente su historia, no se podía imaginar hasta qué extremo se vería implicado emocionalmente en las vidas de estos guerreros de élite y sus parientes. Recuerda: "Había presión de las familias, de la comunidad SEAL y, entonces, Marcus, tanto si me gustaba como si no, anunció que se mudaba a mi casa durante un mes. Pensaba asegurarse de que yo entendiera bien lo que sucedió en esa montaña".

A medida que ahondaba en el proyecto, Berg supo que resultaría inestimable sentarse con los más afectados por la pérdida de sus seres queridos. Comenta: "Mi documentación empezaba por reunirme con las familias de los SEALs que murieron. Fui a Nueva York y me reuní con los Murphy. Fui a Colorado y me reuní con los Dietz y fui al norte de California y me reuní con los Axelson. Después de pasar un tiempo con ellos, te das cuenta de que estos chicos eran lo mejor de lo mejor; eran las estrellas de sus familias. El dolor y las heridas siguen siendo muy profundos. Habría que ser inhumano para no sentir responsabilidad cuando comparten contigo esa clase de pena".

El guionista y director es el primero en admitir que hubo momentos durante la preproducción en los que se dio cuenta de que esta película sería su proyecto más difícil hasta la fecha. Reconoce: "Uno de esos momentos fue cuando visité el hogar de los Dietz y el Sr. Dietz me llevó al cuarto de Danny, que ha conservado. Era la habitación de un adolescente, pero había montado una vitrina de cristal en cuyo interior estaba el uniforme de Danny, con los agujeros de bala y la sangre, así como su arma, su casco y sus botas. El Sr. Dietz sacó una hoja de papel y empezó a leerla; era el informe de la autopsia militar. Mientras lo leía, las lágrimas empezaron a mojar el papel. Al acabar, me puso la hoja en el regazo y dijo: ‘Así era mi hijo. Así de duro era mi hijo. Asegúrese de reflejarlo bien’". Berg reflexiona: "No te puedes ni imaginar lo mucho que supone para estas familias ver continuar la historia de sus hijos y ver su legado preservado. Es algo de lo que me siento muy orgulloso".

Gracias a las relaciones que mantiene desde hace tiempo con miembros de las fuerzas armadas, Berg se encontró a principios de 2010 camino de Oriente Medio acompañando a una sección de los SEALs en Iraq, cerca de la frontera con Siria. Pasó un mes en una pequeña base en el desierto, con un equipo de 15 hombres, mientras empezaba la ardua tarea de elaborar el guión. Allí, tuvo ocasión de observar el mundo de los SEALs, acompañarlos en patrullas nocturnas y ver cómo operaban estos hombres. "No sé si hoy sería posible acompañar así a una sección de los SEALs", comenta Berg. "Eso fue hace varios años y todos se mostraron muy complacientes. Me pidieron que no desvelara ciertas tácticas y que respetara las razones por las que la información clasificada se mantiene como tal. Hemos hecho todo eso en la película".

Conseguir la clase de acceso de la que uno pensaría que sólo un periodista avezado podría gozar fue todo un honor y un privilegio que Berg no se tomó a la ligera. Rechaza de pleno un error muy común: "Una de las cosas que he llegado a apreciar de los Navy SEALs es que no son tipos sobrehumanos. No son necesariamente los más grandes, ni los más rápidos, ni los más fuertes. Pero lo que todos tienen en común es su carácter. Todos tienen una voluntad indomable y verdadero sentido del honor".

El cineasta también expresa su respeto por los aldeanos pastún que salvaron a Luttrell. Al hablar sobre el salvador de Luttrell, Berg afirma: "Todas esas cosas de las que hablaba Marcus —disciplina, un código de honor, entrega y compromiso hacia un sistema de creencias— Gulab lo tenía todo. ¿Quieres hablar de la voluntad del guerrero? Ese tipo es un guerrero".

Cuando ya se disponían a elegir al reparto y empezar con la producción, Berg recibió más presión de la que esperaba. Luttrell recuerda: "Lo sentía mucho por Pete, porque tuvo que aguantar mucho de todos los hombres del equipo, de todas las viudas. No dejábamos de repetirle: ‘No lo estropees’. Pero creo que eso también sirvió para motivarlo. Por eso es tan fantástica la película y la gente conecta tanto con ella, porque dio el 110%... seguramente porque sabía que su vida dependía de ello".


Wahlberg se incorpora al equipo: Empieza el casting
En los comienzos del proceso de desarrollo del drama de acción, Berg le comentó a Mark Wahlberg que EL ÚNICO SUPERVIVIENTE era la clase de película que querría hacer pero, en esos momentos, ambos tenían otros proyectos en diversas fases de producción. Cuando los jefes de Emmett/Furla, Randall Emmett y George Furla expresaron interés en asegurar la financiación necesaria para hacer la película, el proyecto fue cobrando impulso hasta pasar a ocupar lo más alto de las respectivas listas de prioridades de Berg y Wahlberg.

Emmett aporta: "Naturalmente, siempre que nos planteamos elaborar un acuerdo para financiar un proyecto, tenemos que creer sin reservas en la historia. Cuando leí ‘Lone Survivor’, quedé impresionado no sólo con el valor de los SEALs y de los soldados que lo sacrificaron todo por sus hermanos, sino que me conmovió lo cinematográfico que resultaba el libro de Marcus y Patrick. Nos llevaban a una tierra extranjera y nos hacían de guías en lo que era uno de los relatos más impactantes y conmovedores de la historia de nuestras fuerzas armadas. Sabíamos que, para poder hacer justicia a su historia, tendríamos que asociarnos con otros cineastas en los que confiáramos. Como ya habíamos trabajado con Mark en ‘La trama’ y ‘2 Guns’, y Pete es un guionista y director tan veterano en este género, estábamos seguros de que serían unos socios ideales".

Cuando Berg se sintió suficientemente a gusto con el estado en que se encontraba el guión, se lo envió a Wahlberg, que había decidido adrede no leerse antes el libro de Luttrell. "El problema al adaptar este tipo de materiales", comenta el intérprete, "es que siempre sientes que falta algo. Quería abordarlo directamente desde la perspectiva de Berg".

La reacción de Wahlberg al guión, tanto como actor y como productor, fue entusiasta, y aceptó interpretar a Luttrell, el sanitario del equipo y uno de sus francotiradores. "Me conmovió el guión, así que sentí que íbamos bien encaminados. Me encantó el equilibrio entre drama, acción, humor y emoción", asegura. "En el primer acto, conocemos a estos tipos, vemos cuánto se quieren y lo que están haciendo allí. Entonces se pone en marcha Red Wings y se ve el cambio de bromistas a profesionales".

Wahlberg admite que lo afectó profundamente lo desinteresados que se muestran tanto los SEALs como los aldeanos afganos: "Lo que hace tan especial esta historia es el vínculo y la camaradería entre los chicos, pero también el estado en que nos encontramos en el mundo actual. El acto de heroísmo de Gulab y los demás aldeanos fue lo que más me conmovió. Lo encontré sumamente inspirador y me hizo sentir mucha esperanza por el mundo".

Aunque el actor ya ha interpretado antes a personajes basados en gente real, en películas como "Dolor y dinero", "The Fighter" e "Invencible (Invincible)", reconoce que nunca es fácil hacer justicia a esta clase de historia: "Siempre siento un peso al interpretar a una persona real, tanto si está viva como si no. Quiero asegurarme de hacer que ellos y sus familias se sientan orgullosos". Sabiendo que Luttrell estaría disponible para ofrecer orientación resultó ser una grata ventaja. Wahlberg afirma: "Me encantó hablar con Marcus sobre su relación con esos tipos, porque siempre le hacía sentir bien hablar sobre cuánto los quería, cuánto lo querían a él y lo unidos que estaban".

Cuando Wahlberg se para a pensar en el tiempo pasado con el reparto y el resto del equipo, considera que trabajar en EL ÚNICO SUPERVIVIENTE es uno de sus mayores logros profesionales como actor y productor. Explica: "Esta es la mejor experiencia de trabajo que he tenido nunca, en las condiciones más duras. Recuerdo que al principio, como actor, trabajabas duro y durante muchas horas al día, pero estabas haciendo algo que sentías que era especial y, en el trayecto de vuelta a casa, no podías dejar de pensar en ello. Así es como me sentía cada día con esta película".

Berg comenta que el set de rodaje era de lo más básico, y que Wahlberg tuvo que trabajar en las mismas duras condiciones que el resto de ellos. Recuerda: "A la mayoría les gustó que el rodaje tuviera un enfoque más duro. Subíamos en telesilla al set y veías a Mark cargando con parte de la maquinaria porque no había sitio. La comida era: ‘Aquí tienes un sándwich, tómatelo bajo un árbol’".

Al hablar de cómo fue ver a otra persona interpretándolo, Luttrell reconoce que en un primer momento le resultó extraño: "Wahlberg es un consumado profesional y un gran actor. Resultó un poco extraño ver a alguien intentando interpretarme, pero lo hablamos y sabía que quedaría estupendo. Me preocupaban más los demás, porque no estaban presentes para hablar por sí mismos".


Reunir a la hermandad: La selección del equipo SEAL 10
Al igual que hiciera con Wahlberg, Berg ya había hablado de la película con Taylor Kitsch, Emile Hirsch y Ben Foster varios años antes. Hasta el último de ellos dijo que le interesaba formar parte del proyecto cuando se materializara. "Llevaba más de tres años hablando entusiasmado sobre el libro y la historia", recuerda Kitsch, que ha colaborado con Berg en múltiples proyectos televisivos y cinematográficos. "Así que empecé a leerme el libro. A medio camino, pensé: ‘Este papel es una oportunidad única en la vida’. Llamé a Pete y le dije: ‘Cuando tú digas, estaré listo’".

El teniente Michael Murphy (alias "Murph"), líder sobre el terreno de la Operación Red Wings, era un Navy SEAL muy respetado que se dirigió a un claro y atrajo el fuego enemigo para desviarlo de sus hombres. Kitsch, como el resto del reparto, sentía una gran presión para honrar el recuerdo de Murph y sus compañeros de armas caídos. Pondera: "Es una hermosa historia real que hay que contar de la manera adecuada. Es desgarradora, intensa y explica por qué hacen lo que hacen, que es por sus compañeros, ante todo".

Kitsch sabía que conseguir el visto bueno para interpretar al teniente sería una responsabilidad que no se tomaría a la ligera. Plantea: "Los actos de Murph hablan mucho más claro que cualquier otra cosa que haya dicho jamás, y así debería ser. Creo que es la clase de líder que adoraba a sus hombres, y tener ocasión de interpretarlo ha sido algo especial".

El hecho de estar interpretando a un soldado real que se distinguió en acto de servicio no se le pasó por alto a Kitsch. Murphy recibió a título póstumo la mayor condecoración concedida por las fuerzas armadas estadounidenses: la Medalla de Honor, y se convirtió así en la primera persona en recibirla por sus actos en la guerra de Afganistán. Posteriormente, se bautizó en su honor a un destructor de la Armada estadounidense, el USS Michael Murphy. Kitsch sentía una gran responsabilidad por honrar el recuerdo de este hombre. "No es algo que desaparezca", explica sobre el sentido de responsabilidad que conlleva este proyecto, "y seguro que el resto del reparto opinará igual. Así que intentas hacer todo lo posible por hacerle justicia".

Como en el caso de Wahlberg, Kitsch sabía que contar con la presencia de Luttrell durante todo el rodaje supondría una gran baza. Recuerda: "Fue extraordinario tenerlo allí. Cuando te metes en algo así, piensas: ‘¿Cómo reaccionará Luttrell o la familia de Murph?’. Estás interpretando a su mejor amigo y a su hijo, así que son precisamente las personas que quieres que se te acerquen y te agradezcan tu trabajo más que ningún otro".

Cuando Hirsch se encontró con Berg hace casi cuatro años en un gimnasio local en el sur de California, Berg le habló de una historia sobre Danny Dietz. Hirsch no estaba familiarizado con el cabo mayor, pero despertó su curiosidad y descubrió que el SEAL era uno de los hombres que aparecían en el libro que el director quería adaptar. Varios años más tarde, Hirsch recibió una llamada para reunirse con Berg y hablar de un papel en su película. La reunión no resultó nada concluyente y Hirsch sintió que tenía que luchar por el papel.

El actor comenta sobre su interés por el papel del oficial de comunicaciones y observador de tiro del equipo: "Me interesaba mucho el papel. Era una mezcla de admiración por Danny y un profundo respeto por la entrega que exhibió por sus hermanos, su país y su familia, ese nivel de valentía". Hirsch sabía que ningún intérprete tenía asegurado ninguno de los papeles. "Quería un desafío, así que empecé a entrenar y hacer ejercicio por mi cuenta. No sabía sinceramente lo que iba a pasar. Fueron pasando los meses y llegó el punto en que estaba rechazando otras películas, pero seguía sin tener este papel. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera. Acabé entrenando seis días a la semana, cuatro o cinco horas diarias".

Aunque ya ha interpretado anteriormente a personas reales, la oportunidad de honrar a un SEAL caído ofrecía retos mucho mayores que el simple agotamiento físico. Hirsch agrega: "Sé lo importante que es para todas las familias cómo se reflejen sus seres queridos en la película. He sentido más responsabilidad al interpretar a Danny de la que he sentido jamás con ningún otro personaje. Sabes que es una película, pero también es un homenaje a estos hombres. Sabíamos que dependía de nosotros retratar a los SEAL de una manera adecuada, que sea representativa, respetuosa y fiel. Su espíritu guerrero sigue el credo de los SEALs. Son gente corriente con un deseo extraordinario de triunfar".

Foster, que ha aparecido tanto en proyectos pequeños como en grandes producciones, respondió de inmediato positivamente al entusiasmo de su director por la historia. "Es imposible que no te afecte", asegura Foster. "Es una historia muy difícil sobre hombres muy valientes". Reflexiona sobre lo que supuso interpretar al cabo mayor técnico de sonar Matthew "Axe" Axelson: "Es un privilegio participar y colaborar para contar una historia así. No se ven muy a menudo. Estos hombres servían a nuestro país y sacrificaron sus vidas".

Al igual que sus compañeros de reparto, Foster se reunió con la familia y los amigos de Axe para conocer al francotirador y hombre en punta del equipo a quien iba a interpretar. "Fue una gran oportunidad oír a los Axelson hablar de su hijo", afirma. "Su generosidad y aceptación hacia mí fue sumamente conmovedora y abierta. Les encanta hablar sobre su chico porque lo adoran; de modo que nosotros, a nuestra vez, lo adoramos. No podemos hacer que vuelva, pero lo que podemos hacer es intentar, cada día, hacer lo que podamos para honrar su recuerdo".

Al igual que Wahlberg, Foster respeta que lo que hace como actor es llevar a la gran pantalla su interpretación de Axe, y no tenía el más mínimo interés por realizar una simple imitación. "Estos hombres tienen todos distintas personalidades pero, en su esencia, son todos iguales", reflexiona Foster. "En esta película, estamos honrando esa esencia, que es: No abandonar nunca, ser desinteresado y ser capaz de hacer cualquier cosa que te propongas".

El trabajo era a menudo agotador, pero el director logró mantenerlos a todos unidos con su pasión por la historia y su estilo de trabajo en colaboración. Foster sintonizó rápidamente con el método de Berg, sobre el que señala: "Es pura energía. Te sentías como si tuvieras a otro miembro más del equipo en la escena contigo y le gustaba que le sorprendieran. Pete es capaz de ver un entorno, escuchar a la gente, quitar algo y añadir otra cosa. Es una experiencia fluida y sientes que estás contribuyendo".

Luttrell comenta sobre lo que supuso ver a estos tres hombres interpretar a sus hermanos. "Ben, Taylor y Emile tuvieron todos más presión que Mark. Tenían que clavarlo porque, desde ahora, siempre que alguien oiga el nombre de Matt Axelson, pensará en Ben Foster. Lo mismo pasa con Emile Hirsch como Danny Dietz y Taylor Kitsch como Mike Murphy".

Al empezar la historia, los miembros del equipo de SDV (vehículo sumergible SEAL) 1 Luttrell, Murphy y Axelson y el miembro del equipo de SDV 2 Dietz están destacados en el Campamento Ouellette del equipo SEAL 10 en la base aérea de Bagram, en Afganistán. También es donde su oficial al mando, el comandante Erik Kristensen, informa a los hombres, los envía de misión y controla sus comunicaciones. Mientras se desarrollan los acontecimientos en las montañas, el equipo de la base no dispone de ninguna información, salvo por un breve informe de radio de un ataque. Se prepara un equipo de rescate y los militares estadounidenses se ponen en marcha.

A Eric Bana, que debutó en el cine norteamericano en la estupenda cinta bélica de Ridley Scott "Black Hawk derribado", le gustó mucho el material cuando leyó el guión y aceptó interpretar a Kristensen. El actor voló desde Australia hacia el final del rodaje para filmar sus escenas y se puso rápidamente al día.

Bana comenta sobre su decisión de incorporarse al equipo: "Hay dos factores que hacen especial esta historia, y son las razones por las que decidí apuntarme. Uno es la propia historia, y dos es quién decide dirigir un proyecto así. Sabía cuánto se implicaría Peter y que sabría cómo mostrar a los Navy SEALs. De eso era de lo que yo quería formar parte. La mejor forma de honrar a estos hombres es hacer una película estupenda que sea capaz de resistir el paso del tiempo".

Cuanto más se documentaba sobre la vida de Kristensen, más le atraía la historia. Bana comparte: "Se convierte en el telón de fondo para los espectadores a medida que avanzamos en la historia. Volvemos al centro de mando y vemos la tensión al progresar la misión, irse poco a poco al traste y luego ponerse muy tensa. Para un actor, es un personaje emocionante, porque te encuentras en la misma situación que los espectadores en lo referente al flujo de información".

Una vez reunido ya su equipo principal, Berg estaba listo para emprender el que sería sin lugar a dudas el rodaje más difícil de su vida. Señala que todo su equipo se esforzó al máximo y mantuvo las quejas al mínimo: "Nunca había trabajado en una película con semejante nivel de camaradería. Muchos miembros del equipo habían leído el libro y querían que Marcus se lo firmara y hablar de lo que había supuesto para ellos. Es un placer ver algo así, no lo había experimentado nunca en un rodaje. Nunca había tomado parte en una película en la que los actores sintieran una responsabilidad tan grande por honrar a los personajes que interpretaban. Los actores entendieron rápidamente que tenían la responsabilidad de captar el carácter y el espíritu de lucha que tenían esos hombres. No se lo tomaron a la ligera. Lo dieron todo".


Permanecer unidos: Entrenamiento y operaciones
Para poner a prueba a los actores, la producción reunió a un equipo de élite de SEALs y antiguos SEALs, incluidos algunos compañeros de Luttrell, que comprendía lo que haría falta para que las interpretaciones quedaran auténticas. Los actores recurrían a la palabra "intenso" una y otra vez para describir el régimen de preparación. Los intérpretes no sólo tenían que realizar ejercicios físicos, sino que recibieron preparación en armamento, comunicaciones y aprender a funcionar como un equipo táctico.

Luttrell demostró ser la baza más importante de los actores mientras se esforzaban juntos en su instrucción. "Los detalles de los acontecimientos que Marcus pudo proporcionar resultaron estupendos", elogia Berg. "Pero, más que eso, el simple hecho de tenerlo presente en el set... nunca había visto a un equipo de rodaje tan motivado. Era desde luego más que un trabajo. La gente lo dio todo. Todos sentían que Marcus les había mostrado lo que significa trabajar duro, tener carácter y no rendirse jamás. Los actores y nuestro equipo querían demostrar a Marcus que tenían algo que aportar".

Luttrell comenta sobre cómo fue esa instrucción SEAL resumida para los actores: "Los exprimimos al máximo. Los machacamos de lo lindo y salieron reforzados como equipo. Podía verse mientras los sometíamos a la instrucción que iban mejorando como unidad. Adquirieron solidez táctica a la hora de moverse, disparar y comunicarse. Hicieron un buen trabajo".

Wahlberg cree que esta ha sido la ocasión en la que ha tenido que realizar más preparación para un papel. "Ya había hecho muchas películas militares antes. He interpretado a soldados, pero esto fue completamente distinto", asegura. "Los SEALs que nos entrenaron estaban empeñados en asegurarse de que pareciéramos reales. No dejaron a nadie tomar atajos así que, para cuando terminamos la instrucción, sentíamos como si ya hubiéramos rodado buena parte de la película, aunque ni siquiera habíamos empezado".

Kitsch, que pasó dos meses en Terranova antes del inicio del rodaje, empezó a realizar ejercicios de gran intensidad con armadura corporal y largas carreras con un chaleco de 18 kg. "Creía estar preparado", recuerda riendo el actor, "hasta que llegamos el primer día con esos SEALs, y eso estaba a otro nivel". Kitsch comenta sobre la actitud de ahogarse o nadar que dominaba el campamento de instrucción: "Fuego real los tres primeros días; no era para tomárselo a broma. La cosa iba bien en serio, e intentábamos asimilar tanto como podíamos, tan rápido como nos fuera posible. La curva de aprendizaje fue intensa".

El intérprete agradeció poder ver el espíritu de los SEALs en acción. "Estos hombres nunca dejan de luchar, se entregan los unos por los otros", explica Kitsch. "Todos y cada uno de estos tipos personifican esa actitud de no rendirse jamás y Murph es la encarnación de ello. Se entrega literalmente para que esos tres hombres puedan seguir luchando. Mientras me entrenaba con esos hombres que lo conocían, aprendí esos matices que poseía Murph. Mi carácter tiene elementos muy similares a como era él".

La preparación física sirvió para asegurar que los actores resultaran creíbles como SEALs en la película. Al ponerlos en situaciones en las que pudieran sentir cómo es verse metido en un tiroteo y lograr que sus reacciones en esos momentos resultaran automáticas, pudieron concentrarse en los demás aspectos de sus personajes. El simple hecho de verse rodeados a diario de SEALs ya sirvió para que comprendieran ciertos elementos sobre los hombres a los que iban a interpretar... y la actitud necesaria cuando se trata de luchar por tu vida.

Foster explica sobre su régimen de preparación: "Estuvimos en el campo de tiro, practicando con fuego real, aprendiendo a operar tácticamente como una unidad. Cuando empezamos, ni siquiera sabía cómo se llamaban las armas. Al final, podíamos cambiar los cargadores a ciegas y disparar con munición real". Al intérprete le resultó mucho más difícil comprender cómo mantenerse tranquilo ante el peligro. "La cultura del francotirador es única", observa Foster. "Son muy tranquilos, pacientes. No es mi temperamento natural".

Foster apunta sobre lo que tuvo ocasión de presenciar en cuanto a la preparación y el carácter de los SEALs: "Tiene muy poco que ver con ser un guerrero de élite. Es más bien cuestión de agallas: ¿Hasta dónde puedes llegar, y vas a conseguir llegar al final? A cada momento, no dejan de repetirte que no podrás conseguirlo. Y todo consiste en no rendirte. Muy pocos lo consiguen. Al final, estos hombres se ven obligados a pasar por una criba brutal y hace falta una personalidad excepcional de ‘querer es poder’".

Hirsch coincide con el resto de sus compañeros de reparto en que, aunque este programa de entrenamiento haya sido físicamente lo más duro que hayan hecho jamás, palidece en comparación con la auténtica formación de los SEALs. "Practicamos fundamentalmente con fusiles M4", comenta. "Aprendimos a disparar en el campo de tiro de los SWAT y con dianas, moviéndonos al unísono con balas de verdad. Era peligroso, pero también divertido. Fue duro para las rodillas, porque nos tuvieron revolcándonos y disparando, pero me lo pasé muy bien con los chicos. La verdad es que aprendes rápido a confiar en tus compañeros actores". Hirsch prosigue: "Aunque me hubiera entrenado siete días a la semana, 24 horas al día, no habría sido ni una centésima parte de lo que los estudiantes pasan en el curso de BUD/S (Demolición Submarina Básica/SEAL, por sus siglas en inglés). Los SEALs que nos prepararon no dejaron de presionarnos a todos para sacarnos de nuestro elemento".

Los intérpretes de EL ÚNICO SUPERVIVIENTE no sólo tenían que hacer de SEALs, también tenían que tener el aspecto de serlo. El reto para el departamento de vestuario de Amy Stofsky era asegurarse de que la indumentaria militar fuera de 2005, porque lo que las tropas llevaban entonces ha desaparecido. Eso suponía tener que hacer todos los uniformes de los miembros clave del reparto y conseguir o fabricar las insignias y distintivos correctos para esa época.

Berg, que es un maniático de los detalles, trabajó con Luttrell y el equipo de Stofsky para asegurarse de que la ropa reprodujera lo más fielmente posible las heridas de los hombres. Llegó a pedir incluso ver los informes de las autopsias de los que cayeron en acto de servicio a fin de hacer justicia a sus historias. Con el ganador de cuatro premios Emmy GREGORY NICOTERO y el ganador del Oscar® HOWARD BERGER como encargados de los efectos especiales de maquillaje, Berg sabía que conseguiría toda la fidelidad posible en el set y que los espectadores tendrían ocasión de ver de manera realista los sacrificios que hicieron esos SEALs.


Rodaje en Nuevo México: Diseño y exteriores
Berg fue consciente en todo momento de la carga de responsabilidad que suponía contar la historia de Luttrell e hizo que todo el reparto y el equipo lo tuvieran también muy presente a lo largo del rodaje. Tras reunir a un equipo que incluía al director de fotografía Tobias Schliessler, el diseñador de producción Tom Duffield, la diseñadora de vestuario Amy Stofsky y el montador Colby Parker, Jr., Berg empezó el meticuloso proceso de recrear la historia del equipo SEAL 10.

El productor Emmett se maravilla con el nivel de detalle que el equipo de Berg fue capaz de reconstruir: "No podías poner un pie en el set sin sentirte transportado a otro lugar. Me quito el sombrero ante los miembros del equipo responsables de semejante éxito. Hasta el último de ellos consiguió dotar a la película de un nivel de detalle que supone todo un logro en cada uno de sus respectivos campos. Espero que lo que han hecho en EL ÚNICO SUPERVIVIENTE se vea como un sentido homenaje a las familias de estos valientes hombres".

Sierra de la Sangre de Cristo
Tras años de preparación y meses de entrenamiento, el rodaje comenzó en octubre de 2012 en la sierra de la Sangre de Cristo, en el Bosque Nacional de Santa Fe, al norte de Santa Fe, Nuevo México. Duffield explica: "Esta película se ambienta en su mayoría en exteriores, montañas, precipicios y rocas. Eso ocupaba casi la mitad del plan de rodaje".

Se invirtieron ocho días en las montañas, entre 3350 y 3650 metros de altura, en lugares como Antenna Ridge, Raven’s Ridge, Benny’s Jump y Loggers Cliff. Allí, las temperaturas oscilaban entre los 2º C y los 6º C. En total, para asemejarse a la región del Hindu Kush de Afganistán, se filmó en diez lugares diferentes del bosque nacional. Algunos de estos lugares únicamente eran accesibles mediante telesilla hasta un determinado punto y luego había que hacer a pie el resto del camino hasta el propio lugar de rodaje, y estaban totalmente en silencio, salvo por el ruido del viento susurrando entre los pinos y los álamos temblones, y alguna que otra ave de presa sobrevolando la zona.

A menudo, había que comunicarse mediante megáfono, con el ayudante de director al fondo del precipicio y los actores en la cima. Al ser el terreno demasiado rocoso y las pendientes demasiado bruscas para equipos de cámara más convencionales (como grúas y dollies), algunos de los planos hubo que conseguirlos a base de sujetar a los operadores de cámara del director de fotografía Schliessler al telesilla, justo por encima de la acción.

Huelga decir que estas condiciones supusieron todo un reto, tanto para el reparto como para el equipo técnico, pero, dada la naturaleza del proyecto, apenas se oía una queja en el set. "Hubo un par de días en que quise dejarlo", reconoce Wahlberg. "Pero entonces piensas en lo que pasaron ellos, Marcus, Axe, Murphy y Dietz, así como todos los demás que iban en ese helicóptero, y también los que vinieron antes de después de ellos. Sabíamos que teníamos que aguantarnos, salir ahí y hacer que se sintieran orgullosos".

Kitsch comenta sobre el ánimo general: "Esto es algo superior a todos nosotros y ese era el tono en el rodaje". Recuerda riendo: "Nuestro equipo técnico es de locos, en serio. Esos tipos cargaban con el material a cuestas monte arriba a temperaturas bajo cero, entre rocas, subiendo pendiente s, escalando pedruscos, y no se oyó ni una sola queja por su parte en ningún momento".

Sets de la aldea en Chilili
El rodaje se trasladó de la escabrosa sierra de Sangre de Cristo al terreno mucho menos traicionero de Chilili, Nuevo México, una cesión de terreno mexicana a unos 72 km aproximadamente al sureste de Albuquerque. Aquí, el reparto y el equipo utilizaron las zonas boscosas para parte de las escenas de combate, y el departamento artístico construyó los decorados de la aldea de Shah y la aldea pastún en la que Gulab oculta a Luttrell y tiene lugar el rescate en helicóptero del SEAL. Para las explosiones de lanzagranadas y los impactos de bala que pueden verse en las secuencias de combate que se desarrollan en los caminos en torno al hogar de Gulab, el equipo de efectos especiales de BRUNO VAN ZEEBROECK se encargó de preparar las aldeas con todo el material necesario.

Los pastunes, el mayor grupo étnico de Afganistán, se dividen fundamentalmente en tribus de musulmanes suníes y chiíes, y hablan pastún y dari. Muchos se encuentran ahora en Pakistán, refugiados de conflictos anteriores en su tierra natal. Entre los restantes grupos étnicos afganos, la mayoría de los cuales se oponen a los talibanes, figuran los tayikos, hazaras, uzbekos y nuristanís.

En consonancia con el compromiso por el realismo del proyecto, se pidió a los hermanos afganos MUHAMMAD NAWROZ RAHIMI y NAWAZ RAHIMI que aceptaran ser los asesores técnicos culturales del equipo de rodaje. Colaboraron con los departamentos de casting y vestuario, así como con los extras que se contrataron para hacer tanto de aldeanos como de talibanes, para ayudarles a comprender el idioma, las costumbres y su forma de luchar. Su padre, ZARIN MOHAMMAD RAHIMI, un refugiado de la región que llevó a su familia a los EE. UU. para huir de los talibanes, no sólo ayudó a sus hijos en las labores de asesoramiento, sino que interpretó el papel del pastor más anciano en la crucial escena en la que descubren a los SEALs.

Stofsky observa sobre su búsqueda de realismo a la hora de reproducir su vestuario: "Hay tantas tribus distintas en Afganistán, que tuvimos que documentarnos mucho. Nuestros asesores fueron fundamentales para ayudarnos a aclararnos con todo ese asunto".

Base aérea de Kirtland y plató de Albuquerque
EL ÚNICO SUPERVIVIENTE empieza con nuestro equipo de cuatro hombres viviendo en los barracones con sus compañeros SEALs, entre los que se encuentran Fontan, Healy, Kristensen, Lucas, McGreevy, Jr., Patton, Suh y Taylor. Formaban parte del equipo de 16 hombres de las Fuerzas de Operaciones Especiales a bordo del helicóptero Chinook MH-47 (que incluía a ocho Night Stalkers del Ejército) enviados a ayudar a los cuatro SEALs en apuros sobre el terreno. El helicóptero fue derribado durante el intento de rescate y los 16 hombres fallecieron.

En lugar de alojarse en las tiendas para los soldados del resto de la base aérea de Bagram, los SEALs vivían en edificios cercanos de contrachapado que contaban con dormitorios, sala de pesas, cuarto de la televisión y un Mando de Operaciones Tácticas (TOC, por sus siglas en inglés). Aquí es donde los hombres revisan su misión, preparan su equipo y pasan el tiempo en competiciones amistosas, intentando superarse unos a otros, a la espera de recibir luz verde para su misión.

De manera similar a la base real de Afganistán, el set del Campamento Ouellette era un complejo hecho a base de contenedores y barreras HESCO en la base aérea de Kirtland, en Albuquerque. Este lugar contribuía al realismo de la película gracias a sus vistas del desierto, pistas de aterrizaje y espacio para helicópteros y vehículos de transporte militares.

Para poder filmar en una base aérea en activo y obtener permiso para usar personal y aparatos, hubo que coordinarse con multitud de agencias militares y gubernamentales. El asesor militar y consultor de seguridad HARRY HUMPHRIES, un antiguo SEAL que ya había colaborado con Berg en "Hancock" y "La sombra del reino", se incorporó como productor adjunto para encargarse de los detalles. Como cabría esperar, la logística exigía una importante coordinación de recursos de varias ramas de las Fuerzas Armadas. Algunos días, el personal militar real superaba en número al reparto y el equipo técnico presentes en el set.

Dado que la película gira en torno a los SEALs, la Armada fue el cuerpo principal a lo largo del rodaje. Por su parte, el Ejército del Aire (58º Ala de Operaciones Especiales de Kirtland) aportó dos helicópteros Pave Hawk HH-60G para la escena de la misión de búsqueda y rescate en combate (CSAR, por sus siglas en inglés) en el set de la aldea pastún de Gulab. Uno de los Pave Hawk aterriza para subir a bordo a Luttrell, mientras el otro proporciona apoyo aéreo cercano (CAS, por sus siglas en inglés). Estos helicópteros, tripulados por personal militar, volaron desde Kirtland hasta el set de la aldea de Chilili el día en que se rodaron las escenas de rescate.

El Ejército aportó dos Chinooks MH-47 y dos Apaches AH-64 de la 1ª División de Caballería, que volaron desde Fort Hood, Texas, y se utilizaron en las escenas del set del Campamento Ouellette construido en Kirtland. Por su parte, los Marines aportaron vehículos y 30 marines de la reserva para las escenas de la base aérea de Bagram y de Jalabad filmadas en Kirtland.

Después de dos semanas en Chilili y cinco días en la base aérea, el rodaje se trasladó a platós cerrados para las escenas de interiores y todas las que precisaran el uso de fondos azules. La mayoría de las veces, los equipos de rodaje encuentran el trabajo en platós algo aburrido, pero en esta ocasión todo el mundo estaba deseando tener un poco de tiempo de reposo y recuperación. Wahlberg recuerda: "Estaba deseando salir de esas colinas cada día, y luego salir de Chilili e irnos al plató, pese a que, cuando llegas allí, el ritmo de trabajo se reduce mucho".

En los I-25 Studios de Albuquerque, el departamento artístico construyó la casa de Gulab y los interiores del Campamento Ouellette: el cuarto de literas, el cuarto de la televisión y el mando de operaciones tácticas. Las escenas sobre fondo azul incluían una parte del fuselaje de un Chinook MH-47 en un cardán y un precipicio de montaña construido por el departamento artístico en el aparcamiento del estudio.


Cuando terminó el rodaje en noviembre de 2012 en Albuquerque, después de 40 días de trabajo, la sensación general era agridulce. Pese a las duras condiciones, la historia y el trabajo en sí habían tenido un gran impacto tanto en el reparto como en el equipo técnico. Luttrell estuvo presente en el set ese último día, lo que lo hizo más emotivo todavía. "Tenía a Marcus justo al lado", recuerda Wahlberg, "lo miré y dijo: ‘Sí, así es básicamente como ocurrió’. Yo tenía un nudo terrible en el estómago pensando en todo lo que tuvo que pasar y lo difícil que tiene que ser verlo reproducido en una película".