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  Mi otro yo  (Another me)
  Dirigida por Isabel Coixet
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Basada en la novela de Cathy MacPhail publicada por Bloomsbury y adaptada al cine por la directora Isabel Coixet, sus protagonistas son Sophie Turner, Rhys Ifans, Claire Forlani, Gregg Sulkin y Leonor Watling, con Jonathan Rhys Meyers y Geraldine Chaplin.

ANOTHER ME es una coproducción entre el Reino Unido y España de Rainy Day Films/Tornasol Films/Fox International Productions. El filme tuvo su origen con las productoras de Rainy Day Films Rebekah Gilbertson (THE EDGE OF LOVE, PATAGONIA) y Nicole Carmen-Davis (50 DEAD MEN WALKING) en una coproducción con Tornasol Films de España con Mariela Besuievsky (EL SECRETO DE SUS OJOS, TODOS TENEMOS UN PLAN) de productora.

El equipo creativo cuenta con el director de fotografía Jean Claude Larrieu (THE WOMAN ON THE 6TH FLOOR, MI VIDA SIN MI), la diseñadora de producción Marie Lanna (PATAGONIA), los montadores Peter Lambert (THE TWILIGHT SAGA: NEW MOON) y Elena Ruiz (EL ORFANATO) con música compuesta y dirigida por Michael Price (SHERLOCK). Richard Hawley ha grabado especialmente su tema "You Haunt Me", bellamente interpretada por Lisa Hannigan.


Sobre la producción
En su primera película para un público adolescente, la aclamada directora Isabel Coixet ha juntado a dobles, desengaños y la desintegración familiar en un thriller psicológico sobre Fay, una chica a punto de entrar en la edad adulta perseguida por un espectro que le resulta extrañamente familiar. A la vez que se complica su vida por las múltiples dudas propias de la adolescencia, Fay encuentra que su mundo se vuelve cada vez más inquietante y desconcertante hasta que descubre algo que pone en peligro hasta su propia vida.

La directora Isabel Coixet y la productora Rebekah Gilbertson llevaban unos años buscando un proyecto en el que colaborar. Es una relación de varios años basada, según Gilbertson, en una "gran convergencia de ideas". Más tarde, la productora dio a Coixet una copia de la novela de Cathy MacPhail, Another Me, diciéndole, 'Es una novela para adolescentes. Échale un vistazo'".

"Yo viajaba de vuelta a Barcelona, la leí durante el vuelo y experimenté algo que los japoneses llaman sartori, es decir, una iluminación", dice Coixet. "Es una novela muy inteligente. Aunque sea para adolescentes, tiene algo realmente universal. Tengo una hija adolescente. El mundo adolescente me resulta muy fresco y esclarecedor. Me enamoré de la novela. Cuando llegué a Barcelona, llamé a Rebekah desde el aeropuerto y le dije, '¡Vamos a hacerlo!'"

Rebekah Gilbertson y Nicole Carmen-Davis de Rainy Day Films adquirieron la opción a la novela porque vieron el potencial de la historia para el cine. "Es esa idea central de imaginarte enfrentada a otra versión de ti misma", Gilbertson explica. "Cathy MacPhail siempre ha dicho que cuando va a los institutos para hablar de sus libros, muchos de los alumnos le dicen que Another Me les resultaba el más terrorífico de todos porque trata de la idea de enfrentarte a ti mismo".

En muchas maneras la película es un canto de amor a la hija de Coixet, que era una joven adolescente cuando su madre empezó a trabajar en el guión. Según Carmen-Davis, la relación y la observación de Coixet de su hija sirvió como chispa. "Hizo que el libro cobrara vida para ella y así pudo ver su potencial y lo que ella podría hacer con él".


Los temas embrujadores (Dobles, desengaños y las ansiedades de la adolescencia)
Coixet comenzó a trabajar en el guión en el año 2011. "Es la tercera vez que adapto la historia de un libro, pero hasta ahora sólo había adaptado cuentos cortos", dice Coixet sobre el proceso creativo. "Primero tienes que aprender el centro de la historia y después olvidarte del libro y escribir, y al final hay muchas diferencias entre el libro y la película pero la esencia del libro se queda, que es lo que me ha cautivado".

A lo largo de su carrera Isabel Coixet se ha sentido atraída por las mismas obsesiones que ha explorado en distintos escenarios: el aislamiento, la soledad, el miedo a los demás, la brecha entre la realidad y el deseo, la timidez, y el silencio como forma de contactar con uno mismo. Esta película continúa estas obsesiones y presenta algunas nuevas. Inspirada en el cine negro y gótico, ANOTHER ME tiene como centro un misterio ambiguo que hay que resolver.

La película ve a Fay mientras lucha con la idea que puede que tenga una doble idéntica, ya que la gente va diciéndole que la han visto en lugares donde ella sabe que no ha estado. De esta manera, ANOTHER ME ofrece una nueva variante sobre el tema del doble.

Dice Coixet, "Siempre me han fascinado las historias de los dobles, desde las personalidades divididas exploradas por Robert Louis Stevenson (The Strange Case of Dr Jekyll and Mr Hyde) a las presencias inquietantes en las novelas de Henry James y sus adaptaciones al cine - un ejemplo genial es The Innocents - así como los dobles retratados en las películas de Brian de Palma y David Cronenberg".

Asimismo ofrece una mirada cercana al mundo adolescente y la entrada a menudo dolorosa a la etapa adulta. Estos temas resonaban con la directora, cuya hija era adolescente en aquel momento. "Otra fuente de fascinación para mí es la adolescencia - ese momento en la vida cuando nuestra infancia retrocede y damos paso a un período truculento de lucha interna, de búsqueda, rebelión y muchas ansiedades sin definir".

Fay, la protagonista de ANOTHER ME, tiene que enfrentarse a un dilema de doble filo: su debut en el mundo adulto mientras carga con el ambiente desconcertante de su casa donde su padre lucha con una enfermedad terminal y su madre se convierte en una figura ausente, y la misteriosa aparición de su doble, que poco a poco le "vampiriza" la vida.

"La adolescencia es una tierra de nadie entre la infancia y la madurez", dice Coixet. "Sigues siendo un niño pero de repente tu cuerpo empieza a ser el cuerpo de un adulto. Es un buen punto de partida para hablar de la identidad y esa sensación de ser tú mismo y sin embargo sentir que no eres tú mismo, hasta que descubres quién eres de verdad. Nunca había escrito un papel para una adolescente. Todas mis películas tienen protagonistas adultos así que fue muy refrescante. Da lugar a emplear todos tus conocimientos del mundo adulto y a la vez añadir algo mucho más estimulante y fresco".

"Para cualquier adolescente, encontrarse en el umbral de la edad adulta es algo maravilloso", añade Gilbertson. "Todos hemos estado ahí: hemos sentido la angustia, esa especie de cuestionamiento, '¿Habrá alguien más en el mundo semejante a mí?' Y con eso queríamos jugar. También queríamos explorar en esta película la relación entre los adolescentes dentro y fuera del instituto y también la relación entre los adolescentes y los adultos, por lo tanto un hilo muy fuerte de la película es la relación entre Fay y su padre y cómo le impacta".

"Fay es una heroína moderna; decidida, inteligente, sabiendo que cuenta tan sólo con su propia fuerza en su lucha contra lo desconocido. En esta encrucijada determinante de su vida se unen dos mundos: la edad adulta borrosa e incierta y el desafío que le planta ese "doble", que invade su vida sin tregua", dice Coixet. "Es casi el peor monstruo que uno puede encontrar; es tu ego. Desde que nacemos llevamos una vida doble. Todos tenemos una voz interna que a veces reconocemos como nosotros mismos y a veces parece que está hablando con alguien. La película explora esta dualidad utilizando elementos de la vida cotidiana. Toca lo sobrenatural pero siempre enraizada en la vida cotidiana y las cosas tan humanas con las que se puede identificar todo el mundo".


Buscando a Fay (Una vida entre sombras)
Sophie Turner, la actriz de 16 años más conocida por su trabajo como Sansa Stark en la exitosa serie de televisión JUEGO DE TRONOS, fue elegida para encarnar a Fay.

"Fay es un personaje muy fuerte", dice Coixet. "Es testigo de la destrucción de su familia-su padre se está muriendo, su madre está totalmente ausente y, como muchos adolescentes, siente cierta distancia de sus amigos, sus compañeros de clase de toda la vida. De repente hay una desconfianza, ella se siente diferente, siente que por lo que está ocurriendo en su casa no puede ser del todo explícita sobre lo que le pasa por la cabeza. Y está buscando las respuestas; está buscándose a sí misma; hay una batalla interna. Está buscando la forma en que las cosas sean normales y descubre cosas que jamás volverán a ser normales. Es muy valiente y se convierte en una especie de héroe".

"No había visto JUEGO DE TRONOS así que no tenía ninguna idea preconcebida", explica Coixet sobre su primer encuentro con Turner. "Cuando vino al casting fue genial. La vi después de ver a unas 80 chicas y fue inevitable de que diera vida a Fay. Sophie no conoce el miedo. Se lanza a las cosas sin titubear. ¡Ya te digo que después de trabajar con actores con mucha experiencia fue una alegría! Yo le sugería algo y ella decía 'Vale, vamos' - ¡nunca puso ninguna pega!"

Añade Gilbertson, "Cuando la vimos, sabíamos de inmediato que habíamos encontrado a nuestra Fay porque Sophie tiene una belleza delicada y pálida. Tiene algo con lo que se identifican los adolescentes pero también está un poco al margen. Su apariencia desconcierta un poco. Y queríamos eso para personaje, esa belleza pálida que ella aporta".

Turner abordó al personaje de Fay como una adolescente típica cuya vida de repente se vuelve un caos. "Fay es una chica adolescente normal y al principio de la historia lo único que tiene de especial es su sentido del estilo tan particular", explica Turner. "Es decidida y audaz. Fue divertido de interpretar y pude dar unos puñetazos, pero tiene buen corazón y se revela como un poco romántica a medida que avanza la historia. En el fondo es una chica normal. Pero cuando enferma su padre, una tristeza lleva a otra y acaba poseída por ciertos fantasmas".

Según Coixet: "Una de las cosas que le dije a Sophie es, 'Esta película trata sobre el mal. La película trata de la venganza, de la buena gente que no siempre gana.' Si quieres una explicación muy breve sobre la película, creo que en el fondo trata del mal, la amargura y de encontrarse entre las sombras y odiar estar en ese lugar".


Las personas que rodean a Fay (Actores secundarios)
El aclamado actor galés Rhys Ifans interpreta al padre de Sophie, Don, que tiene esclerosis múltiple y está en silla de ruedas. La relación entre padre e hija es el núcleo de la película.

"El padre de Fay es un personaje muy importante para nosotros", dice Gilbertson, "y fue una delicia trabajar con Rhys Ifans. Tiene el mismo espíritu que Sophie así que hacen un padre y una hija muy convincentes. Es un actor fenomenal así que estábamos contentísimas cuando nos dijo que sí".

Que el personaje sea algo diferente para Ifans, quizá mejor conocido internacionalmente por su papel secundario como el cómico desgreñado en el gran éxito Notting Hill, lo hizo incluso más atrayente para Ifans y las cineastas.

"Rhys es conocido principalmente por los papeles cómicos que se le dan fenomenal", añade Coixet. "Este papel es muy diferente y estaba claro cuando le conocí por primera vez que realmente tenía ganas de hacer la película porque había hecho mucha investigación sobre la esclerosis múltiple y estaba muy dedicado al papel. Es un actor brillante. Y también es muy amable; fue muy paternal con Sophie. Desde el primer momento eran como padre e hija y con Claire Forlani, que interpreta a la madre de Fay, realmente crearon una pequeña familia en medio de la locura del rodaje".

Para Ifans, la película ofreció la oportunidad de colaborar en un proyecto que subvierte las convenciones normales del género y rehúsa quedarse en el tópico. "Me encantó porque es una historia de fantasmas sin el horror", dice. "Nunca había leído un guión sobre las relaciones familiares como éste. Tiene algo tétrico que va más allá de los artificios del cine del terror y el shock. Es una exploración psicológica que emplea un mecanismo familiar y encontré muy interesante la unión de los dos géneros. Cuando lo leí pensé, 'Dios, ¿por qué nadie ha hecho esto antes?'"

Trabajar con Coixet también fue un gran aliciente para Ifans. "MI VIDA SIN MI es una película tan asombrosa y, lo mismo que ANOTHER ME, subvierte un género. Después me enteré de que Isabel opera la cámara, que es mi clase de cine- cine tipo "guerrilla", se podría decir. Me encanta trabajar así, donde el tema es rígido pero la forma de acercarse a la narrativa es flexible. Lo encuentro muy liberador".

Ifans describe su personaje de Don como un "padre orgulloso. No pretendía complicarlo demasiado. La minusvalía de Don sólo intensifica lo que está en juego. Está extremadamente mermada su fuerza masculina y él sabe que lo que ocurre no es solamente físico sino emocional -se tiene que preguntar '¿Cómo retengo el arquetipo de padre? ¿Cómo sigo siendo el padre y protector de mi hija?' Había una escena en la que estaba sentado en una silla de ruedas viendo a Fay camino al instituto que me llevó a las lágrimas. El hecho de que estuviera detrás de una ventana, que tuviera una minusvalía y estuviera viendo cómo se alejaba mi hija - es una metáfora muy potente e Isabel Coixet es muy astuta en su empleo de la metáfora visual. Es lo que hace tan potentes sus películas y sobre todo, de sentimentales, nada".

"Don se siente muy culpable", añade Coixet. "Tiene una profunda sensación de culpabilidad y la película juega con la idea de que su culpabilidad es responsable por su enfermedad. Está muy consciente sobre lo que le ocurre y de la relación con su hija. Padece mucho dolor y siente pánico durante toda la película. Tiene mucho miedo de perder su vida pero sobre todo teme mucho perder a Fay. Es una película sobre la destrucción de una familia, sobre cómo todas las cosas del pasado te acechan para siempre si no te enfrentas a ellas".

"Se nota que Fay siempre ha estado muy apegada a su padre, siempre ha estado más cercana a su padre que a su madre" continúa Coixet. "Su madre estaba ahí pero nunca se sentía realmente conectada a Fay. La destrucción de la familia de Fay es vívida y real. Una de las cosas de las que más me enorgullezco de la película es cómo tratamos a estas tres personas aisladas en un apartamento muy pequeño: uno está aislado por su enfermedad y culpabilidad; la otra está aislada porque le supera lo que está ocurriendo en casa y tiene un amante; la tercera es una adolescente que ya no quiere cenar con sus padres y que quiere quedarse en su habitación. Y tanto silencio, todas las cosas que nunca se expresan, les pesan a los tres personajes, creando un ambiente tan espeso, opresivo y agobiante que uno realmente cree que de ahí podría surgir algo que no sea natural".

Jonathan Rhys Meyers interpreta a John, el profesor de arte dramático de Fay. Es el profesor más guay del instituto y se encarga de los ensayos de la obra de teatro del Instituto, Macbeth. A Fay le da el papel de Lady Macbeth, que hace rabiar a su celosa rival, Mónica. Fay pronto se entera de que John es el amante de su madre, Anne.

"He conocido a personajes como John", dice Coixet. "Tiene 30 y pocos años pero se comporta como si todavía tuviera 22, es guapo, guay y todas las chicas están enamoradas de él. Jonathan fue perfecto en el papel".

"Creí que podría aportar una inmediatez al papel de John Moffat", afirma Meyers. "Hace más bien de amigo y guía, no tanto de profesor estricto. Su edad es más cercana a la de los alumnos que a la de los profesores que yo tuve cuando estudiaba. La diferencia de generaciones parece más pequeña, a veces es difícil distinguir entre los alumnos y los profesores, hay un equilibrio. Él siente cariño hacia Fay porque su madre es su amante, pero más allá de eso, el ve a un alma atormentada".

Rhys Myers se metió de pleno en el papel, haciendo de mentor a los colegiales que hacían de extras en la película. "Jonathan era tan bueno con los niños del instituto", dice Coixet. "Les hablaba de verdad sobre Shakespeare y se quedaron todos fascinados con él. Les asombraba todo lo que les contaba. El improvisó mucho, sobre todo en cuanto a Shakespeare y las obras. A menudo no le decía que estábamos grabando porque hablaba con tanta pasión a los chavales que queríamos captarlo en la misma película".

Mientras ensayan la obra del instituto, Fay se enamora de su compañero de clase, Drew, interpretado por Gregg Sulkin. "La relación de Fay con Drew es muy bonita", dice Turner. "Durante años han sido vecinos y ahora que en la obra hacen de marido y mujer, intiman y comienzan una relación. Es una especie de primer amor así que es muy inocente, fresco y dulce".

"¡Gregg Sulkin es fantástico!" dice Coixet. "¡Creo que dar vida a un tipo majo es difícil porque los chicos buenos pueden ser aburridos pero Gregg es todo menos aburrido! Daba mucho apoyo a Sophie, siempre estaba con ella. Fue la primera vez para los dos de grabar una escena de amor en la cama…fue muy dulce y muy real. La torpeza también ayuda. Gregg es muy guapo pero también muy natural, es un chaval muy normal y dulce".

"Fay y Drew son una pareja adorable, muy dulce" continúa Isabel. "Es importante que nos parezca muy normal esta chica. Ella anhela una normalidad que no encuentra en su casa pero la encuentra en alguien que la quiere simplemente por ser ella misma, no la proyección de otra persona ni la imagen que tienen de ella sus padres. Tenemos que sentir que es una chica normal como nosotros… porque eso es lo que hace más aterradora la historia".

"Gregg aporta una calidez y suavidad al papel, que nos gustó mucho. Es un personaje muy simpático", añade Carmen-Davis. "Él y Sophie tenían una química muy bonita en el plató y la relación que comienzan es algo con lo que se puede identificar nuestro público adolescente".

Geraldine Chaplin, famosa por su papel en DOCTOR ZHIVAGO, la película clásica de David Lean, y por su trabajo con Robert Altman, da vida a la vecina de Fay, la señora Brennan. "Me encanta Geraldine, es maravillosa", dice Coixet con entusiasmo. "Ella es muy aguda, graciosa, y muy vital. No tiene miedo a nada. En cada escena donde sale hay algo tan real y vívido. Es maravillosa, una actriz asombrosa y un ser humano extraordinario".

"Llevaba mucho tiempo deseando colaborar con Isabel", dice Chaplin. "El guión era asombroso, muy desconcertante, me daba escalofríos y me quedé perturbada durante días después de leerlo, pero tenía muchas ganas de formar parte de ello. No es simplemente una historia de fantasmas ni una película de terror, realmente no se puede etiquetar, trata de las relaciones y la locura. Es muy emotiva".

"Es una diosa para mí", dice Chaplin sobre la directora. "¡Es una cineasta hasta la médula, creo que respira cine, dudo que pudiera sobrevivir si no hiciera películas, seguro que lo hace para mantener su salud! Isabel posee una inteligencia feroz y el guión es deliciosamente ambiguo y es posible interpretar la película de muchas maneras diferentes, es maravilloso".

Chaplin siente el mismo entusiasmo sobre su coprotagonista Sophie Turner. "No puedo dejar de mirarla y la forma en que se mueve, parece una bella zorrita rojiza. Ya ni siquiera la veo como Sophie sino como Fay. Es perfecta en el papel, la ves y en un momento parece malvada y al momento siguiente parece tan inocente".

Participan tres actrices españolas en la película - Leonor Watling hace de directora del Instituto, Ivana Baquero de la amiga de Fay, Kaylie, y Charlotte Vega interpreta a Mónica, la rival de Fay.

"Vi a Ivana en EL LABERINTO DEL FAUNO de Guillermo del Toro y me quedé impresionada", dice Coixet. "Creo que entonces tenía 12 años. La quería en la película porque me quedé embelesada por lo que hizo en EL LABERINTO DEL FAUNO. Ella hace de la mejor amiga de Fay, con la que siempre puede contar, pero Ivana la interpretó de manera que vemos que adora a Fay pero no entiende lo que le pasa. Ivana aportó una sensación de normalidad al personaje".

Charlotte Vega hace su debut en la gran pantalla en ANOTHER ME. "Charlotte fue toda una revelación porque es la primera vez que ha trabajado en el cine y es muy buena", dice Coixet. "Hay una distinción muy fina entre ser contestona y tétrica o ser simplemente malvada. Ella se mueve muy bien entre todas. Es la chica mala de la película y lo hizo a la perfección. Muchos de los actores eran muy jóvenes pero todos eran maduros y responsables e hicieron muy bien su tarea".

Esta película marca la tercera colaboración de Coixet con Leonor Watling. "¡Leonor siempre me trae suerte!" se ríe la directora. "Siempre aporta calidez, hasta en las escenas más duras. Es una actriz asombrosa y me encanta trabajar con ella".

Tanto los actores con experiencia como los nuevos estaban encantados con la experiencia de trabajar con Coixet, que les dejó una impresión duradera gracias a su sensibilidad, investigación, generosidad y profesionalidad. "Isabel es tan rápida", dice Sophie Turner. "Siempre sabe exactamente lo que quiere. Tiene una visión, hace tres tomas y pasa a la siguiente. Conoce el trasfondo de todos los personajes, ha hecho su investigación de fondo. Otro plus que tiene como cineasta es que, al contrario de algunos guionistas-directores, permite cambios en su guión y es flexible a la hora de interpretarlo. Lo primero que me dijo fue: 'Si quieres cambiar algo, si no te resulta natural, cámbialo, haz lo que tú quieras con el guión.' De alguna manera así el guión también se hizo mío".

Rebekah Gilbertson está de acuerdo: "Es una alegría trabajar con Isabel en el rodaje porque a menudo canta, opera la cámara ella misma y mantiene un ambiente muy agradable. Los actores la quieren mucho y los jefes de departamento también. Es una persona que sabe lo que quiere, es muy, muy clara, no pierde el tiempo, se pone a trabajar y hace lo que pretende. Y consigue interpretaciones hermosas".


Un lugar frío y solitario (El diseño visual y las localizaciones)
ANOTHER ME se rodó en la localización de Cardiff, Gales con las escenas de interiores del piso de los Delussey recreado en el estudio en Barcelona. Uno de los decorados principales en Cardiff fue un Instituto real y el equipo rodaba después de las clases y los fines de semana.

Fue la primera localización que marcó el patrón a seguir para la película en la imaginación de Isabel Coixet. "Fuimos a un instituto en Cardiff y había cuervos negros por todas partes, andando sobre el suelo, posados sobre las ramas de los árboles, en los tejados. Pensé, '¡Este es el lugar, este es el Instituto, este es el tono de la película!' Lo tomé como un signo o un presagio. La vida es diferente cuando hay muchos cuervos negros en el patio de tu instituto y se pone el sol a las tres de la tarde. Todo eso marcó el tono de la película".

Otra localización aportó un ambiente más escalofriante… un bloque de tipo torre que sirvió como la vivienda de protección oficial de los Delussy donde dos personas murieron en un horroroso accidente de ascensor. "El lugar tenía unas vibraciones muy extrañas", recuerda Coixet. "Era muy tétrico, se notaba que ahí pasaba algo. La vida era nueva pero el edificio era viejo, todo lleno de túneles y pasadizos que iban de ninguna parte a ninguna parte. Y había niebla…"

La diseñadora de producción Marie Lanna estaba encargada de la creación de un ambiente lo suficientemente desconcertante en las localizaciones y decorados. Su meticulosa atención al detalle y el trabajo prodigioso se ganó la admiración de la directora y resultó en algunos diseños llamativos. Por ejemplo, era un desafío crear la habitación de Fay. Coixet quería que pareciera auténtica, como si una adolescente acabara de salir por la puerta, y Lanna creó varias docenas de diseños y dibujos hasta que se quedó al gusto de la directora.

Lanna diseñó una habitación llena de fotografías tomadas por Sophie Turner antes del comienzo del rodaje. "Fay es una adolescente muy creativa así que jugamos con muchas fotografías fijas que había tomado Sophie. Parecía ayudarla a meterse en el personaje y también ayudó al diseño de la habitación porque tomamos las fotos y trabajamos con los gráficos y colores que contenían. Queríamos lograr una gama de colores que pasara del exterior al interior… los grises, tonos monocromos de los cielos de Cardiff y los árboles desnudos afuera se reflejan en los colores y tonos dentro del apartamento. Gran parte de la luz entra por las ventanas así que no hay lámparas en el techo, que hace más oscuras las paredes y aporta una tristeza melancólica a los tonos de la piel de los actores".

"Es la habitación de una chica que vive mucho dentro de su propia cabeza", dice Gilbertson. "Marie sacó todas estas sensaciones internas afuera…a su habitación, a su ropa, sus libros, hasta todo lo que tiene a su alrededor. Y ahora muchos adolescentes nos están diciendo, '¡Es súper-chula su habitación!'".

"Marie aportó una calidad algo desconcertante a la habitación de Fay y la casa familiar", continúa Gilbertson.

"Trabajamos muy duro para lograr que tuviera un cierto realismo pero a la vez algo de realismo mágico debido a cómo rueda Isabel".
Uno de los principales desafíos para Lanna fue conseguir que los decorados en España fueran auténticamente británicos. Volvió a diseñar el interior del apartamento basado en una vivienda de protección oficial auténtica de Cardiff, pero permitiendo más amplitud de movimiento para la cámara para que el equipo de cámara tuviera espacio para rodar libremente. Lanna diseñó la cocina y el salón como una sola habitación larga para dar profundidad pero aportó un techo muy bajo para dar una sensación de claustrofobia. Su equipo creó un fondo con una vista real de la línea de cielo de Cardiff.

"El uso inteligente de Marie de tonos en marrón y beige en el apartamento sugiere una familia a la que no le importa dónde viva, pero insinúa que antes vivían de otra manera y desde que ha enfermado el padre, han caído unos escalones a nivel social", dice Coixet.

Lanna se sintió muy satisfecha al crear el fondo de la obra de teatro del instituto. "El decorado para Macbeth fue influenciado al mirar el paisaje invernal a nuestro alrededor, la presencia de los árboles desnudos fue una idea visual muy fuerte y dramática. Quería que fuera sencillo para la obra del Instituto, tenía que haber sido algo que los chavales podían haber hecho, pero que continuara con el tema de los árboles desnudos que vemos en la vista desde el apartamento. Y para que también reflejara las sombras claras y oscuras con las que jugaba Jean-Claude, utilizamos una de las imágenes personales de Isabel para lograr el efecto final".

El hombre encargado de diseñar la iluminación fue el cinematógrafo Jean Claude Larrieu. Es la sexta vez que Coixet y él han colaborado así que ya tienen establecido unas claves creativas en su comunicación.

"Hemos trabajado en lugares muy distintos pero siempre hay un hilo común: el amor por el detalle, las luces, la clase de luz que hace que no se note que no es iluminación natural", dice Coixet. "¡Es la clase de luz que refleja la mentalidad de los personajes y una de las cosas que me encantan de Jean Claude es que nunca hablamos de la iluminación! Hablamos sobre los personajes, sobre cómo ocupan el espacio, qué clase de relación tienen entre ellos, cuál es su mentalidad, etcétera. No hablamos ni de iluminación ni de colores… hablamos sobre quiénes son, cómo se sienten y a dónde van".

"Jean Claude sabe exactamente cómo iluminar lo que ella tiene en mente", continúa Carmen Davis. "Lo que es bello en esta película es que le han dado una calidad de cuento de hadas porque, de alguna manera, es un cuento de hadas negro. Eso lo han marcado con las imágenes. Hasta han conseguido hacer hermosos lugares que nadie podría imaginar como hermosos. Por ejemplo, los túneles oscuros y sucios tienen una especie de textura maravillosa que han creado visualmente juntos. Fue una colaboración muy inspiradora para observar".

De suma importancia para Coixet fue la creación de un ambiente de tensión, donde Fay en su vulnerabilidad se sintiera cada vez más atrapada en un mundo que lucha por entender. "Creamos suspense utilizando los elementos cotidianos de la vida de Fay… ascensores, pasillos, niebla, silencios, fotografías, columpios, pasos subterráneos. Gran parte de las pequeñas cosas que nos irritan de la vida cotidiana las hemos hecho amenazadoras, por ejemplo el sonido de un cuchillo que raspa los bordes quemados de una tostada. También los espejos. Recuerdo que de niña que me daba miedo mirar a los espejos. Siempre pensaba que veía a alguien allí detrás de mi reflejo. Los espejos tienen algo de siniestro y muchas personas piensan que tienen algo peligroso, que no reflejan todo, que siempre falta algo. El peso de las cosas que no se dicen y que no se ven es una presencia amenazante a lo largo de toda la película, justo hasta su final sorprendente", dice Coixet.

"ANOTHER ME es la culminación de un deseo que he sentido a lo largo de mi carrera", dice Isabel Coixet con una sonrisa traviesa", ¡de perturbar, conmover, estimular, hacer que el público sintiera escalofríos, que se quedaran pegados a la butaca con miles de preguntas corriendo por la mente pero con algunas -sólo algunas - respuestas!".